Aprovechando las inundaciones
Me fui a ayudar en mi pueblo en las inundaciones y a mi me inundaron mi vagina.
Después de haber regresado del pueblo de mi madre, tuve que colaborar en el mío, ya que albergaron varias familias en la escuela, la usaron como centro de refugiados por las inundaciones. Yo pertenezco al comité para situaciones de emergencias.
Suena el teléfono de mi casa, contesto:
-Buenos días.
-Buenos días, doña Haydee.
Era el compañero de comité de la escuela.
-Hola, ¿Cómo le ha ido?
-Bien, doña Haydee, aquí extrañándola. Tiene cerca de dos semanas que no la veo.
-Si, me tuve que quedar cuidando la casa de mi mamá, estuve dos semanas encerrada en el pueblo de ella. Fueron los días más largos de mi vida.
-Doña Haydee, me estaba haciendo mucha falta, veámonos ahora más tarde en la escuela para que acomodemos a las familias y hacer el roll de trabajo.
-Está bien, nos vemos después de la una de la tarde, necesito descansar.
-¿Qué le pasó, doña Haydee? La recibió bien su marido y ahora necesita descansar.
-Nada de eso, a el le da lo mismo que yo esté en la casa o no, ya ni se fija en mí, estuve dos semanas fuera y nada más me fue a traer al pueblo y ya. Ni siquiera me besó o acarició, yo tenía ganas de culiar anoche y me quedé con las ganas.
-Doña Haydee, por eso no se preocupe, usted bien sabe que yo la puedo complacer cuando usted me necesite.
-Si, yo se, por eso tenemos que aprovechar ahora para que culiemos en la oficina de la escuela, tengo esas ganas acumuladas de dos semanas.
La verdad no quería entrar en detalles con el de la visita a mi pueblo, pero fue la más intensa de mi vida, ni cuando la primer noche de casada culié tantas veces en un día, al igual lo hacía con jovencitos como con hombres de mi edad.
Nos encontramos a la una como lo habíamos fijado, en la entrada de la escuela, se le veía el brillo del deseo en la cara de mi compañero de comité, teníamos dos semanas de no vernos, el me suplía lo que mi marido no me daba, V E R G A.
Nos reunimos con el resto de compañeros dentro de la escuela, ubicamos a las familias en las diferentes aulas, les indicamos la distribución de tareas durante la estadía en el albergue, establecimos las reglas, se les indicó a las parejas NO SEXO en las instalaciones ya que había demasiado niño y podrían observar estos actos. Me tocó acomodar a una familia numerosa, tenían cinco hijos, la madre no tendría más de veinticinco años, el padre podría andar talvez en dos años más que ella, se veían sufridos.
Les indico:
-Acomódense en esta aula, así toda la familia está en un solo lugar. Ya saben las reglas, sin sexo durante la estadía, porque los pueden ver los niños, hay demasiado y no queremos arriesgar que vean estas escenas.
El hombre me observaba de arriba abajo con deseo, sentía que su mirada me desnudaba y clavaba sus ojos en mis hermosas tetas y en mi vagina. Sentí escalofrío y a la vez me mojé.
-Después de las ocho de la noche no pueden deambular por los corredores de la escuela, ya que a esa hora se apagarán las luces. Siempre va a quedar alguien del comité durmiendo en la oficina por si necesitan algo urgente.
Me contesta el hombre:
-Está bien, señora, a pesar de que somos la familia más numerosa, les agradecemos que nos hallan acomodado juntos.
-Me pueden llamar Haydee.
-Gracias, doña Haydee.
Regreso y ya tienen el roll para dormir en la oficina, primero se va a quedar mi amigo y al día siguiente me quedo yo.
Se preparan los alimentos de ese día y colaboro, ya que no me interesaba regresar temprano a mi casa.
Me encuentro a mi amigo y le digo:
-Después de las ocho me quedo con usted en la oficina.
-Está bien, doña Haydee, a esa hora no queda nadie en los pasillos.
Antes de las ocho de la noche a los niños les repartimos una merienda, voy al aula donde acomodé a la familia numerosa y no encuentro a los padres. Salgo a revisar los baños y escucho voces en uno que está al fondo de la escuela, yo conozco esta zona ya que aquí es donde culié por primera vez en la escuela con mi amigo.
Le dice la mujer al hombre:
-Recuerde lo que nos dijo doña Haydee, no podemos tener relaciones en la escuela porque nos pueden ver los niños.
-No le haga caso, le aseguro que si en este momento fuera ella la que estuviera culiando no diría nada, no ve la cara de culiadora que tiene, se estaría abriendo más para que le meta toda la verga.
Me acerco más y los veo al fondo del baño, ella le está dando la espalda sostenida la pared y el se dispone a meterle la verga en su vagina, se la hunde de un solo envión, se nota lo bien abierta que la tiene, la verga de el es de un buen tamaño.
-Tenemos varios días de no hacerlo y ya no aguanto más.
-Hagámoslo rápido antes de que venga alguien y nos vea.
Les interrumpo el acto:
-Bueno, que fue lo primero que les dije.
Se asusta el hombre y desocupa la vagina de su mujer y se vuelve hacia mí con su hermoso miembro apuntando al cielo.
-Disculpe, doña Haydee, pero es que tenemos varios días de no hacer esto, teníamos que dormir todos juntos.
-Doña Haydee, yo le decía a el que hoy no, pero no me hizo caso, y como soy su mujer tengo que dejarme culiar cuando el quiere.
-Oiga, hombre, no sea así, deje descansar a su mujer.
El seguía de pie, ahí, con su verga bien erecta y yo no le despegaba la vista a ese hermoso miembro.
-Escuché sus comentarios, yo como mujer, también siento deseos, sino fuera que su mujer está aquí yo ya tuviera esa verga bien metida.
El se queda asombrado de mi comentario.
-Báñese para que se le baje esa erección que tiene. Y usted, vaya con los niños.
Me le acerco al hombre y le tomo su hermosa verga.
-Si se porta bien en el albergue tendrá su premio.
Le acaricio la verga halando mi mano de arriba abajo sobre ella, masturbándolo y al momento estaba disparando sobre la pared grandes torrentes de semen.
-Así se calma por estos días y deja descansar a su mujer.
Me retiro y me llevo a su mujer que por estarse vistiendo no observó donde le masturbé a su marido y la iba a dejar dormir tranquila toda la noche.
Cuando ya pasan las ocho de la noche me marcho a la oficina de la escuela encuentro a mi amigo acomodando una colchoneta en el piso. Me abraza y besa:
-Haydee, me hizo mucha falta estas dos semanas que estuvo en el pueblo de su mamá.
-Usted también me hizo falta, pasé solitaria en la finquita de mi madre pensando que en este lugar estaba alguien esperándome para disfrutarme.
Me saca la blusa y quedo solo en brassier, me lo arrolla por debajo de mis hermosas tetas y comienza a darme una buena mamada. Me saca el pantalón quedando solo en tanga tipo hilo dental, un pequeño triangulito tapa eso que el tanto desea comerse y una diminuta tira se desaparece por detrás en medio de mis nalgas. Me las aprieta y me hala contra el.
-Te deseo tanto, Haydee, que yo hubiera deseado hacerte compañía estas dos semanas en la casa de su mamá y poder disfrutar solos sin que nadie nos moleste.
-Yo también deseaba tenerte dentro mío. Me mojaba pensando en tu verga metida en mi vagina.
Se abalanza desesperado sobre ella, me hace a un lado el pequeño triángulo y comienza a dármele una buena mamada, me introduce su lengua y me la recorre hasta llegar a mi clítoris.
-Haydee, que rica se siente su vagina, bien mojadita de esta mamada que le estoy dando.
Me hace llegar a un orgasmo. Se escucha en toda la oficina:
-Uuuuuuuuuuuhhhhhhh quuuuueeeeeeee rrrrrriiiiiiiccccccoooooo. Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhh, aaaaahhhhhh, uuuuuuuuuuuhhhhhhhh.
-Rico, doña Haydee, muévase rico.
Me quita el brassier y me da vuelta y me apoya sobre el escritorio, comienza a lamerme las nalgas hasta llegar al culo y de ahí bajar hasta la entrada de mi vagina, siento su respiración en mi trasero. Se baja rápidamente sus pantalones y el boxer dejando libre su bamboleante verga y la coloca en medio de mis nalgas, siento su palpitar.
-No, en el culo no. Nosotros no lo hemos hecho por ahí.
-No se preocupe, mi negrita linda, no se la voy a meter por el culo.
Toma su verga con una mano y la pone a recorrer en medio de mis nalgas hasta llegar a los orificios, me la acerca al culo y muevo mi trasero para que no la meta ahí, sigue bajando hasta la entrada de mi vagina y me introduce un poquito el glande. Me la recorre despacio, la lleva hasta el clítoris y de ahí regresa de nuevo a la entrada, me está haciendo estremecer, ya quiero que me la meta, que me penetre, que me parta la vagina con su hermoso miembro.
-Yaaaaaaaa, por favor, coooooggggaaaammmeeeee.
-Doña Haydee, de verdad que no culió durante las dos semanas que estuvo donde su mamá, se ve la desesperación por tener una verga bien metida en su rica vagina.
-Ya, por lo que más quiera, cógame. No hable mucho y cógame.
Después de haber visto esa otra verga en los baños, estaba con todas las ganas de ser penetrada, disfrutada, deseada.
Me entierra la verga de un solo envión, tenía bien lubricada mi vagina.
-Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh, uuuuuhhhhhhhh, cógame fuerte.
Da inicio a un intenso bombeo que mis hermosas tetas se bambolean, me hala de mis caderas hasta rebotar en su pelvis, me la hunde toda en mi vagina, me suelta y se agarra de mis tetas, me las acaricia fuertemente, en cada penetrada se apoyaba en ellas. Escucho un pequeño ruido en la puerta y observo al hombre de la numerosa familia, se vino a buscarme y se quedó observándonos culiar, se tocaba su verga sobre el pantalón, se veía que la tenía bien erecta. Cuando se da cuenta que ya lo observe en la puerta, la cierra un poco para que mi amigo no lo vea.
-Cambiemos de posición.
-Si, doña Haydee, colóquese sobre el escritorio.
Busco una posición para que el pobre hombre que me está observado, vea como desaparezco la verga en mi vagina.
-Abra bien las piernas, doña Haydee, para meterle toda la verga.
Me toma de las piernas y las coloca sobre sus hombros dejando mi vagina a merced de su verga, me la introduce suavemente y poco a poco comienza a bombearme con fuerza, mis tetas rebotan de sus embestidas. Se escuchan mi quejidos:
-Aaaahhhh, aaaahhhh, uuuuhhhh. Uuuuhhhh, uuuuuummmmm, rrriiiiiiccccooooo.
-Si, mi negrita, tome lo que le hacía falta, mi verga.
Lanzo mi mirada a la puerta y ahí estaba el hombre con su verga en la mano, masturbándose de ver como me penetraba mi amigo, veo que se tensa y le sale un buen chorro de semen que lo lanza sobre la puerta de la oficina, me preocupa que vean como quedó la puerta. Mientras tanto mi amigo ya está tensando su cuerpo y yo también estoy llegando al orgasmo junto con el, esto por haber visto que este hombre también me desea penetrar.
-Toooooommmmmeeeeeee, doña Haaaayyyydddeeeeee, toda suuuuu leeeecheeee.
Me inunda toda mi vagina de ese líquido caliente, me estremece cuando siento que me lo dan dentro de ella. Me desconecta y salen líquidos de mi vagina y su verga queda chorreante, nos limpiamos. Busco la ropa para marcharme hacia mi casa.
-Ya me voy, mañana nos vemos en la mañana para terminar de organizar la estadía de esta gente.
-Váyase con cuidado, ya es tarde.
Salgo de la oficina rumbo a la entrada principal de la escuela, cuando ya casi llegaba al portón me sale al paso el hombre en la oscuridad. Lanzo un grito.
-Aaaaahhhhhiiiii.
-No. Doña Haydee, no se asuste, soy yo.
-Que hace aquí, ya tiene que estar con su familia.
-Estaba esperando que saliera. Usted es una linda mujer, la seguí porque quería culiar con usted y su amigo se me adelantó.
-Ah no, primero pórtese bien y yo le doy su premio.
-Porque no me lo da ahora mismo.
-No, no puedo, tengo que llegar a mi casa.
Se abalanza sobre mi y me agarra las tetas.
-Que ricas y hermosas que son.
-NO. Basta, no siga sino pego gritos para que me escuchen y usted la va a pasar mal. Suélteme, por favor. Las cosas a su debido tiempo.
Me logro desprender de el y camino hacia el portón, me hala de la cintura y siento su gran miembro erecto sobre mis nalgas.
-Sienta como estoy por usted.
Logro soltarme.
-Ya le dije que las cosas a su debido tiempo, no las eche a perder.
Siento que mi vagina se está mojando de la situación que estoy viviendo. Me toma por la cintura de nuevo y me gira hacia el dándome un beso prolongado.
-Que rica está, doña Haydee, hace tiempo que no siento cerca de mi el cuerpo hermoso de una mujer.
No me resisto, me sube la blusa y atrapa con sus manos mis hermosas tetas.
-Que hermosa que tiene las tetas, doña Haydee.
Me las saca del brassier y comienza a darme una buena mamada. Le suplico:
-No, no siga, por favor, déjeme irme, necesito llegar a mi casa antes que mi marido se de cuenta que no he llegado.
-La necesito, doña Haydee, la necesito.
Me mamaba intensamente las tetas, me las masajeaba fuertemente, me las suelta y las vuelve a mamar, baja sus manos hasta mis nalgas y las mete bajo mi pantalón, me aprieta contra el, siento su gran verga erecta sobre mi vagina, me la restriega sobre la ropa.
-Doña Haydee, necesito meterle esto en su rica y hermosa vagina. Por lo que observe en la oficina se que la puede aguantar bien.
Se seguía moviendo como intentando metérmela con todo y ropa. Le supliqué:
-No siga, por favor, que nos pueden observar de la calle y esto me causaría grandes problemas.
Estaba tan excitado que no atendía mis súplicas. A como pudo, me bajó el pantalón hasta medio muslo, dejando todo mi monte de venus fuera de mi tanga hilo. Seguía mamando mis tetas, con una mano me tenía presionada contra el y con la otra se bajaba el pantalón para liberar su verga. Cuando la tuvo fuera me la acercó hasta la entrada de mi vagina que estaba bien lubricada por la situación que estaba viviendo y la cogida que me había dado mi compañero de comité.
-Doña Haydee, déjeme metérsela, necesito culiar con usted, la he estado deseando todo el día, desde que la vi.
-No siga, por favor, puede venir alguien y nos ve en esta situación.
No atendía mis súplicas, me aprisionó más fuerte y acomodó su verga en la entrada de mi bien lubricada vagina, yo abrí un poco las piernas y me la hundió poco a poco hasta tenerla toda adentro, me ocupó por completo, la sentía bien llena de aquella carne que tanto deseaba estar dentro de mi. Gemí:
-Uuuuuuuhhhhhhh, aaaaahhhhhhhhhh, deeessssspaaaaciiiiooooo para que se aaaaamoooolllldeeeee a su verga.
Sentía esa penetrada bien deliciosa, la mejor que había tenido durante el día. Uno, dos enviones y se prende la luz del corredor iluminando donde estamos culiando, el me mamaba las tetas y a la vez se movía para hundirme la verga, me suelta las tetas y me desocupa la vagina, quedando esta palpitante de donde la saca, se esconde rápidamente de donde me había salido al acecho y se pierde en la oscuridad. Lo que se me ocurre rápidamente es inclinarme detrás de una banca con mis pantalones a la rodilla y simular que me había puesto a orinar ahí. Me acomodo mis tetas en el brassier y me bajo la blusa. Escucho que alguien se acerca y es mi amigo de comité, mi corazón se acelera pensando como iba a salir de esta situación. Hago fuerza y logro orinar para que realmente vea lo que estaba haciendo y me crea mi historia.
-Doña Haydee, que hace, yo pensé que ya se había ido para su casa.
-Me estaba orinando y no podía regresar a la oficina, como estaba oscuro aquí escogí este lugar.
Me incorporo dejando ver mi desnudez y me subo mi tanga y el pantalón. El se acerca a comprobar mi meada y observa el charco de esta.
-Tenía bastantes ganas.
-Si, ya no aguantaba, mi vejiga me lo pedía a gritos. Bueno, hasta mañana.
-Hasta mañana, doña Haydee.
Me marcho de la escuela con las ganas de haber terminado la cogida con el hombre que me salió al paso en la escuela, mi amigo había interrumpido la buena cogida que me esperaba, sentía bien mojada mi vagina. Observo en la oscuridad donde el hombre se escabulle hacia el aula donde está su pobre y sufrida mujer, sin haber podido terminar de culiar conmigo. Llego a mi casa con toda la calentura y mi marido está bien dormido oloroso a licor, tuve que meterme al baño a bajar mi temperatura.
Cuando desperté en la mañana mi marido ya se había marchado a su trabajo, la empresa los hacía ir a trabajar a pesar de las inundaciones en el pueblo, contrató una lancha para pasar al personal al otro lado del pueblo, donde estaban ubicados, continuaba la lluvia. Mis hijos se habían quedado donde una tía en la capital de la provincia, no podían regresar al pueblo por las inundaciones.
Regreso a la escuela para ver como estaba ahí la situación. Mi amigo estaba a punto de marcharse de la oficina cuando llegué.
-Buenos días.
-Buenos días, doña Haydee.
-¿Cómo le fue anoche?
-Cansado, casi no pude dormir pensando como estaría esta pobre gente, con tanto niño que tienen, es doloroso estar viendo esta situación. Se pierde mucho la intimidad familiar.
-Si, es una situación muy dolorosa, ver sufrir a estas familias. Yo desearía poder ayudarles más y que tengan más intimidad. Sabe a lo que me refiero. Si yo pudiera, les cuidaría los niños para que ellos estén solos unos minutos y se consuelen solos por la situación que están viviendo.
-Sería una gran ayuda para ellos, doña Haydee.
-Voy a ver que hago por ellos durante el día.
Estuve revisando los rincones de la escuela y el que más podía aislar de los niños era el rincón donde a veces yo iba a culiar con mi compañero, era el que mejor conocía, había un baño donde después de terminar se podían asear bien antes de salir a sus dormitorios sin despertar sospechas de los niños, había que tener mucho cuidado con ellos.
Me fui conversando con los esposos para que llevaran a sus mujeres ahí y aprovecharan rápidamente para satisfacer sus necesidades sexuales sin que los niños se dieran cuenta donde habían ido sus padres. A cada uno le pregunté:
-¿Desde cuando no tienen relaciones con su señora? ¿No les gustaría llevarlas a los baños al final de la escuela, mientras cuidamos de sus hijos y puedan tener relaciones ahí?
Más de uno se les fue la mano en las respuestas y me dijeron:
-A mi me gustaría llevármela a usted a culiar ahí, se le ven unas tetas hermosas y me gustaría mamárselas. Hace tiempo sueño con usted cuando la veo en las calles del pueblo.
Más de uno me puso caliente, se me mojó la vagina.
-Respéteme, soy una mujer casada, tengo mi marido en la casa y me satisface plenamente como para andar en el pueblo culiando con usted.
Llegué hasta la última aula donde tenía albergada a la familia numerosa, estaba ahí el hombre con su mujer, cuando me vio se sobresaltó de la emoción.
-Hola, doña Haydee, como está.
-Bien. Les vengo a hacer una propuesta, si quieren terminar lo que comenzaron ayer en el baño, déjeme que me lleve a los niños a jugar al frente de la escuela.
-Bueno, está bien, llévelos.
Salgo con ellos sin mediar palabra, estos van contentos, les doy regalos, los primeros en sus vidas. Después de dos horas de estar jugando con todos los niños, llega la mamá de los últimos.
-Doña Haydee, mi marido necesita hablar con usted, la espera en el aula.
-Bueno, quédese con los niños.
Llego rápidamente al aula, ahí estaba solo el hombre.
-Doña Haydee, la mandé a llamar con mi mujer porque necesito terminar lo de anoche.
-Que lo hace pensar que yo quiero terminar lo de anoche.
-Porque cuando se la metí, vi en su cara que la estaba disfrutando hasta que prendieron la luz y nos interrumpieron la cogida.
Se acerca y me besa, acariciando mis tetas sobre la blusa.
-No me canso de decirlo. Que tetas más ricas y hermosas que tiene, doña Haydee.
-Espérese, aquí no lo podemos hacer, nos pueden ver. Esperemos que desocupen el baño y vamos allá.
-Ve, doña Haydee, yo se lo dije a mi mujer.
-¿Qué le dijo a su mujer?
-Que usted no se podía resistir a mi verga y hoy me la iba a coger.
-¿Qué le dijo ella?
-Ella acepta lo que yo le diga sino se queda sin verga, no ve cuantos niños tenemos, nadie se va a hacer cargo de ella.
-Porque le hace eso, ella merece respeto. El que se va a quedar sin culiar es usted.
Hago el intento de retirarme de el pero me aprieta con más fuerza.
-No, doña Haydee, hoy no se va a poder ir, ahora si vamos a culiar.
Me restrega su paquete sobre mi pantalón en la entrada de mi vagina, ya la tiene bien dura como queriendo salirse de su prisión. Me saca las tetas de la blusa y me las mama.
-Déjeme hacerle esto, mientras desocupan el baño.
Se dedica a darme una buena mamada logrando que ahí mismo tengo mi primer orgasmo del día.
-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh, uuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhhhh, ssssiiiiigggggaaaaa no paaareeeeee.
Sigue mamándome unos minutos más y me acaricia la vagina sobre el pantalón.
-Que rico que sentí sus pelos anoche, pegados a los mío cuando le metí mi verga.
-Si, mi amor, fue rico sentir como tu verga me ocupaba por completo mi vagina. Quiero que me la metas hasta lo más profundo, sentir como me la distiendes toda, como me separas todos los pliegues hasta lo más adentro de ella. Cógame rico, necesito sentir tu hermosa verga partiéndome en dos.
Me suelta y se va para los baños a revisar si están desocupados. Al instante llega:
-Doña Haydee, ya podemos ir a los baños, ya no queda nadie.
Siento que se acelera mi corazón y mi vagina me comienza a palpitar de imaginarme penetrada toda por aquella hermosa verga. Entramos rápidamente al baño, comienza a desnudarme rápidamente, me saca la blusa, el brassier, me baja el pantalón dejándome solo en mi tanga, se inclina u la hace a un lado, dejando al descubierto mi mata de pelos. Recorre su cara por ellos y lleva su boca hasta la entrada de mi vagina dando inicio a una buena mamada de vagina, me entierra su lengua como si fuera un pene que me penetrara, después llega hasta mi clítoris y lo succiona. Lanzo un gemido.
-Aaaaaaaaaaahhhhhhhhh, uuuuuuuuuhhhhhhhhhhhhh, me corro.
Se escuchó en todo el baño. El me suelta y se quita su pantalón dejando su hermosa verga bamboleante buscando la entrada de mi vagina. Me recuesta a la pared y con su mano me la apunta en la entrada, la tengo bien mojada, el la tiene bien mojada de sus líquidos preseminales. Con su mano me recorre mis labios vaginales con la verga. Me hace estremecer.
-Métamela ya, por favor, ya no aguanto, métamela.
De un solo viaje me la mete toda hasta el fondo. Se escucha mi grito en toda la escuela.
-Aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, me partes toda, cabrón, bombéame la vagina que la siento rica.
A esa hora todos los matrimonios en la escuela se habían dado cuenta quien estaba culiando en los baños, todos estaban con sus hijos, la única que estaba sola con ellos y sin su marido eran los que estaban en el última aula, la familia numerosa, y yo no aparecía por ningún lado, solo el y yo faltábamos.
-Cógame, siga bombeando que yo aguanto.
-Que rica que está su vagina doña Haydee, mi verga la siente bien rica, que sensación más indescriptible.
Me levanta de las piernas y queda mi espalda sostenida a la pared, me la clava lo más dentro de mi vagina hasta llevármela a la entrada de mi útero, la tengo toda enterrada.
-Uuuuuuuuuhhhh, rico.
-Tome, doña Haydee, siga comiéndose mi verga.
Me da unas buenas embestidas haciendo que mis hermosas tetas reboten, a el le encanta mamármelas, se ha quedado prendida de ellas.
-No me canso de decirlo, que ricas tetas tiene.
Me las sigue mamando intensamente al igual que sus embestidas. Me coloca de nuevo mis pies en el piso, me desconecta mi vagina, escuchando un ligero plof donde la saca, esta queda abierta y palpitante, esperando recibirla de nuevo. Me hace girar y apoyo mis manos en la pared dejando mi culo hacia el, se coloca detrás y acomoda su verga en la entrada de mi veterana vagina, me la hunde despacio hasta llegármela hasta el fondo, se resbala ricamente por lo mojado que la tengo de nuestros jugos. Me hala de la cadera y hace que mis nalgas reboten en su pelvis, me está bombeando intensamente. Me hala de las tetas y me las masajea ricamente.
-Que grandes y hermosas tetas tiene, doña Haydee.
-Son todas suyas, mámelas, acarícielas.
Siento que está a punto de lanzarme su semen en las entrañas de mi vagina, me tiene bien pegada a su cuerpo y me entierra su verga con todas las fuerzas.
-Aaaaaaaaaahhhhhh, me corro, doña Haydee, déjeme inundarle su rica vagina.
-Siiiii, miiii aaaaammmmmooorrrrrr no la saaaquuuueeeee, lleneme de su leche la vagina.
Sus chorros de semen son intensos, siento donde impacta en lo profundo de mi vagina, tenía una gran cantidad acumulada y hasta por mis piernas siento que me está recorriendo este líquido sabroso y caliente.
De nuevo se escucha mi grito en los baños.
-Aaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh, que delicioso me coges.
Sigue bombeando en mi vagina, escuchándose el chas chas donde entra y sale su verga partiendo semen y mis líquidos vaginales que son abundantes. Me la deja dentro de la vagina hasta que esta pierde flacidez saliendo por si sola de mi palpitante orificio. Me doy vuelta y nos abrazamos.
-Fue algo tan rico, anoche me dejó alborotada, con ganas de seguir culiando.
-Yo estaba esperando este día, para desnudarla y comerme sus hermosas tetas y su rica vagina.
Nos abrazamos y besamos intensamente, tenemos más de una hora de estar encerrados en los baños. Se le está parando de nuevo su verga, nos acostamos en el piso, el se coloca encima mío y yo abro bien mis piernas elevándolas hasta sus hombros dejando mi vagina expuesta a su hermosa verga. Con ella me aparta mi monte de venus y la lleva hasta la entrada y me la hunde toda de un solo viaje. Grito:
-Aaaaaaaaaaaaiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh, uuuuuuuuuuuuuuhhhhhhh.
Me penetra fuertemente, su mete saca es intenso, mis tetas se bambolean libremente, mis labios vaginales parecen que le están dando un beso intenso a su hermosa verga, me convulsiono al llegar a mi orgasmo. Me sigue penetrando fuerte, estoy sudando, me está dando lo que tanto me gusta, V-E-R-G-A. Se inclina a mamarme las tetas y siento que alguien está a mi lado, era su mujer, estaba viendo como me cogía su marido, me dice sollozando:
-Gracias, doña Haydee, ahora si me va a dejar descansar, ahora que usted le sacó todo. Ya no me va a culiar por varios días, necesitaba un descanso.
No le puedo contestar, estoy jadeante de las embestidas que me le está dando a mi vagina.
-Ah, ah, uh, uh, sigue, sigue, no pares, sigue, uh, uh. Aaaaaahhhhhhh.
Ella está ahí, a la par, viendo como su marido termina dentro de mi vagina, se contrae para dispararme el semen. Le digo:
-Adentro, todo adentro, nada afuera, lléname toda, ahora soy tuya.
Me inunda de nuevo la vagina, se queda acostado sobre mi cuerpo mamando mis tetas hasta que su verga se sale sola de la vagina. Me dice de nuevo su mujer:
-Gracias, doña Haydee, gracias, usted es muy buena con nosotros.
Jadeante le contesto:
-A ahor a des descan se, su ma ma marido es está sa satisfe cho.
Me incorporo y gran parte del semen que tenía dentro de mi vagina recorre mis piernas, ella me da un abrazo de agradecimiento.
-Mi marido tenía razón, a pesar de su edad, usted está muy hermosa. Le gustan sus tetas.
-Si, ya lo se, me las pasó mamando todo el tiempo.
Le digo a el.
-Levántese, vamos a bañarnos.
Juntos entramos a la ducha, se dio gusto acariciando mi cuerpo con el jabón, me recorrió cada centímetro de mi piel, me besaba, me mamaba las tetas intensamente delante de su mujer, yo comencé a mamarle su verga, no lo había hecho por dejarme que me penetrara de una vez, me volvió a coger bajo la ducha rápidamente y de nuevo me llenó la vagina de su leche, con lo poco que le quedaba ya, aclaro.
Nos secamos y ponemos la ropa, su mujer nos está esperando, sale ella primero y minutos después salimos nosotros, yo delante de el, ya varios hombres estaban esperando vernos salir del baño, para comprobar sus sospechas. Lo espero y lo tomo del brazo y caminamos hasta su aula, para que ellos vean que era cierto lo que se imaginaban y se quedaran soñando lo que podrían hacer conmigo en el baño. Uno de ellos dijo:
-Que hombre más suertudo, yo tengo años de verla en el pueblo y no me he podido acercar a ella ni para sentir su perfume, el apenas el segundo día aquí y ya se la pudo coger.
Otro dice:
-Dichoso hombre, se pudo coger a la mujer más hermosa del albergue. Que no haría con esas hermosas tetas.
Sigo caminando con el del brazo, hasta desaparecer dentro del aula.
-Descanse y deje descansar a su mujer.
-Si, doña Haydee, muchas gracias por todo lo que me dio hoy.
-Gracias a usted, por desear a esta veterana mujer de 47 años.
-No los aparenta, usted es muy hermosa, yo no quería soltar esas hermosas tetas.
-Otro día van a ser suyas de nuevo, pero en un lugar más cómodo, lo voy a llevar a mi casa, para que culiemos en mi cama, como se debe.
-Esperaré eso, doña Haydee.
Salgo del aula y me voy para la oficina. Una mujer en el corredor me dice:
-Dichosa, doña Haydee, yo me quería comer esa verga y se me adelantó, se ve que la mujer ya no lo satisface, pobre, con tanto hijo que cuidar que ya no le pone cuidado al marido.
De pensar en lo que había pasado en los baños se me moja la vagina, quería sentir de nuevo esa verga taladrando mis entrañas, pero ya era tarde y no podía regresar a buscarlo.
En la tarde estaba en la bodega de la escuela cuando siento que alguien estaba a la par mía, era el, el hombre que me había cogido en los baños.
-Doña Haydee, permítame ayudarla, yo acomodo eso, estas cajas pesan mucho
-Le agradezco, porque después de lo que hicimos en el baño me siento cansada.
El tenía un cuerpo musculoso, me excitaba verlo sin camisa, me estaba mojando de nuevo mi vagina. Cada vez que podía lo acariciaba, lo estaba excitando, le tocaba su verga. Me dice:
-Espérese que termine, doña Haydee, para culiármela de nuevo, no puedo desaprovechar esta oportunidad. Cuando salga de aquí, cuando ya pasen las inundaciones, no la voy a volver a ver, tengo que irme de este pueblo, yo no soy de aquí.
-¿Porqué se va a tener que ir de aquí?
-Doña Haydee, estábamos viviendo en una casucha a la orilla del río, cuando creció la arrancó, no tenemos donde ir a vivir.
-Si yo tuviera campo en mi casa, me los llevaría, así no tendría que salir a buscarlo para que me culee, tendría su verga a mi disposición, pero no puedo.
-No se preocupe, doña Haydee, voy a buscar trabajo cerca de la ciudad para mantener a mi familia. Estoy buscando en una planta empacadora.
Terminamos de acomodar, me le acerco y lo beso, nos abrazamos fuertemente como si se nos acabara el mundo en ese momento, a pesar de mi veteranía, con 47 años y el apenas con 27 años, o sea 20 años de diferencia, el se sentía atraído por mi cuerpo, el cual lo conservo muy bien, debido a mi régimen de ejercicios y dietas, le encantaban mis hermosas tetas, grandes, con un buen pezón. Me levanta la blusa y se dedica a mamármelas, me deja el torso descubierto, me masajea ricamente mis tetas. Me baja el pantalón y me quita la tanga, me tiene desnuda para el. Se quita el pantalón y su boxer dejando libre su gran verga, se ve brillosa por sus líquidos preseminales.
-Acomodémonos, doña Haydee, necesito culiármela de nuevo, necesito aprovechar estos momentos tan lindos con usted.
-Yo también necesito culiar, necesito esa verga dentro de mi vagina.
No era la primer vez que hacía esto en la bodega, me subí a los tablones alzando el culo y poniendo mi chorreante vagina a la altura de su verga. El hombre no hizo mucho esfuerzo para clavarme entera la verga en mi vagina, mientras que yo jadeaba como nunca me había escuchado y me inclinaba hacia atrás comiéndomela al mismo tiempo entre lamentos y quejidos de placer.
La enorme verga del hombre penetraba mi vagina con potencia hasta que tuve las primeras convulsiones. Estaba corriéndome como una loca
El besaba con frenesí, como queriéndome comer la lengua, le chupaba la boca mientras con las dos manos me aproximaba hacia el agarrándome por el culo. De pronto me comía la boca con violencia, como pasaba a chuparme el cuello o a comerme las tetas, manteniendome siempre bien agarrado el culo, apretando y separando los cachetes.
De pronto, apartó las dos manos del mi culo y las llevó hasta mis hombros. El dedo pulgar de la mano derecha lo metió en mi boca, lo chupaba como un caramelo, con una cara de ramera que jamás me había visto.
Cuando me corrí el sacó su verga de 25 cms. y comenzó a refregar su verga en el clítoris y yo entonces seguí corriéndome sin parar. Con mi vagina bien mojada me introdujo la verga de un solo envión hasta lo más profundo de mis entrañas y la comenzó a remover, me sentía bien atravesada, me separaba por completo los pliegues de mi veterana vagina.
-Hayyyy, déme mmmmmaaaaaas fuuuuueeeeerrrrrrrteeeeee.
-Tome, doña Haydee, cómase toda mi verga con su rica vagina.
Y me bombeaba más, más y más fuerte hasta que me comenzó a disparar su semen, me inundó de nuevo mi caliente cavidad sexual.
Me tenía bien clavada en cuatro patas sobre el tablón, cuando me la sacó escuche el plof donde me desocupó la vagina, esta me quedó palpitante, abierta, regando semen por mis piernas.
-Este ha sido mi mejor día de las inundaciones.
-Mío también, jamás pensé que una hermosa y veterana mujer pudiera ser mía, yo cuando la ví me excitó ver su lindo cuerpo. Como una mujer de su edad puede estar bien deseable, se ve mucho más linda que cualquier jovencita de ahora.
-Gracias, siempre trato de mantenerme en forma, en ser siempre deseada por los hombre, y yo decido con quien culiar, no es que cualquiera se me puede acercar, me lo propone y ya estoy acostada con el metiéndome su verga. No, yo no soy una cualquiera, no soy ninguna puta.
Mientras digo esto me levanto de los tablones para limpiarme bien la vagina y los rastros de nuestra cogida que dejamos. Me pongo mi ropa mientras tanto el hace lo mismo.
-Lo espero esta noche en la oficina, para que duerma conmigo.
-Después que se duerman todos, la busco.
Le doy un beso antes de retirarme.
-Si pudiera me lo llevaría para mi casa, a vivir conmigo.
-Sería lo mejor que me pudiera pasar, tener a una linda mujer a mi lado, así dejaría descansar a mi esposa, tiene que cuidar tanto niño que ya en la noche está cansada y se duerme temprano sin hacer nada conmigo.
-Claro, yo le daría eso que tanto necesita un hombre.
Me marcho para la oficina a preparar donde voy a dormir.
Cuando eran cerca de las ocho de la noche, llegó mi marido a la escuela, venía llegando del trabajo, necesitaba comer, como estaba sola en la casa no dejé preparado nada, y tuve que darle de lo que había en el albergue.
-Haydee, me imagino que se va a quedar esta noche durmiendo acá.
-Si, Gerardo, me toca cuidar esta noche, no voy a ir a dormir a la casa.
-Bueno, Haydee, me voy a quedar acompañándola.
Se me estaban frustrando los planes para la noche, no iba a poder dormir con el hombre en la oficina de la escuela, habían pasado dos días en el albergue y ya me había cogido, ni siquiera sabía como se llama.
A las ocho salgo a los pasillos para que todos se vayan a dormir y le aviso al hombre que no llegue a la oficina porque ahí está mi marido. Regreso a la oficina y Gerardo está dormido en la cama que improvisé para culiar esa noche. Salgo de nuevo a los pasillos a revisar, me encuentro a mi nuevo amante.
-Doña Haydee, salí a buscarla, necesito saber si algún día podremos culiar de nuevo.
-Si, esa posibilidad siempre estará.
-¿Su marido vino a buscarla porque le hacía falta?
-Este vino porque tenía hambre, sino no me buscaría, el no se interesa donde yo voy. Vamos al baño y lo hacemos rápidamente para irme a dormir.
Entramos y nos encerramos en el sanitario, el se baja los pantalones a la rodilla dejando su verga libre, me inclino a mamársela y ponerla bien erecta, era la primer vez que se lo hacía. Cuando ya está bien parada me quito mi pantalón y mi tanga, lo siento sobre la tapa para sentarme en su verga y perderla totalmente en mi vagina. M coloca frente a el y poco a poco me voy sentando en la verga para comenzar a cabalgarla. Comienzo a subir y bajar lentamente, me la introduzco hasta el fondo, el me saca las tetas y de nuevo se prende de ellas, le encanta mamármelas. Me estoy viniendo en un orgasmo intenso, cuando escucho que alguien me está buscando.
-Haydee, donde está.
Me asusto al escuchar que era mi marido y yo estaba encerrada en el baño bien penetrada por otro hombre, que me tiene bien agarrada de las tetas, hago el máximo esfuerzo para no gemir y ser escuchada. Cada vez lo escucho más cerca y yo no podía despegarme de aquella rica verga, cabalgo más rápidamente de la excitación de ser descubierta culiando con otro hombre. Escucho los pasos más cerca.
-Haydee. Haydee, donde está.
El hombre se asusta. Me dice desesperado:
-Doña Haydee, que vamos a hacer, yo estoy a punto de llenarle su vagina de leche.
Siento que tensa su cuerpo para terminar dentro mío.
-Termine, mi amor, termine dentro. No me la saque.
Estoy a punto de gemir cuando abren la puerta.
-Haydee, está aquí?
-Si, Gerardo, estooooyyyy oooocuuuuupaaadaaaaa.
Claro, me tenían bien ocupada mi vagina y no podía gemir del gusto de ser bien culiada.
Beso al hombre para ahogar mis gemidos y el me llena la vagina de su semen. Estaba siendo cogido con mi marido a la par, separados por una puerta.
-Espéreme en la oficina, ya llego.
-Está bien, Haydee.
Salió de los baños y nos incorporamos rápidamente a limpiarnos y ponernos la ropa.
-Me voy, nos vemos mañana.
Dejo al hombre limpiándose su verga ya que por la posición que teníamos se la dejo bien mojada de su semen y de mis abundantes líquidos vaginales por los orgasmos que tuve. Voy a la oficina y encuentro a mi marido listo para salir.
-Adonde va, Gerardo.
-Me voy para la casa, no puedo dormir aquí, me hace falta mi cama.
-Ojalá así hubiera sido siempre.
-¿Por qué me dice eso, Haydee?
-Así hubiera pensado antes de enredarse con aquella mujer con la que tuvo una hija.
-Haydee, eso ya pasó.
-Sí, ya pasó. Pero eso nos deja marcados para toda la vida, se pierde la confianza.
Sin despedirse sale enojado de la oficina rumbo hacia nuestra casa, el fue el que dio inicio a toda esta situación de la infidelidad dentro del matrimonio. A estas alturas el no se da cuenta de mis aventuras, no solo la verga de el penetra mi ardiente vagina. Al final de cuentas, me quedé sola a dormir en la oficina.
Por la mañana continúa lloviendo, por lo visto voy a tener amante en la escuela por varios días más. Salgo a buscarlo, lo encuentro ayudándole a su mujer con los hijos.
-Buenos días. ¿Cómo amaneció? ¿Más tranquilo, relajado?
-Buenos días, doña Haydee. Si, gracias a usted ya e siento tranquilo, desestresado, liberé toda esa energía que tenía acumulada desde hace varios días.
-Que bien, porque yo también disfruté las tres veces que nos vimos ayer. Al final de cuentas, mi marido se marchó enojado para la casa, anoche.
-¿Enojado porqué? Porque estábamos encerrados en el baño.
-No, por eso no, el no se da cuenta cuando yo hago eso. Se enojó por la incomodidad de dormir aquí, pero no sintió incomodidad cuando se fue a dormir con la otra mujer con la que tuvo una hija. Por eso se fue.
-Que bárbaro, yo que soñaba dormir con usted y el se va y la deja sola.
-Así es el, no me presta atención, yo necesita ser amada y que me amen.
Me abraza y besa el hombre.
-Disculpe, pero a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros no le he preguntado algo.
-¿Qué es, doña Haydee?
-¿Cómo se llama usted? Porque aquí fue culee ahora y pregunte después.
-Mario, doña Haydee.
Escucho la voz de su mujer.
-Buenos días, doña Haydee.
-Buenos días. ¿Cómo se siente hoy?
-Bien, doña Haydee. Descansé bastante anoche. Gracias por ayudarme con Mario. Creo que pasaba un día más y ya no resistía mi cuerpo, estaba bien cansada y tenía que cumplirle a el. Gracias que la encontramos a usted y me lo pudo atender. Usted es una hermosa mujer con mucha experiencia, mi marido está bien satisfecho, quería ir a buscarla en la madrugada pero yo no lo dejé, le pedí que la dejara descansar con su marido.
-No, señora, lo hubiera dejado ir. El pendejo de mi marido se fue anoche, no me quiso acompañar. Bueno, los dejo, tengo que ir a mi casa a preparar mis cosas y bañarme para ver si puedo regresar por la tarde.
-La esperamos, doña Haydee.
Le doy un beso prolongado a Mario, me tiene loquita por su hermosa verga, hace que a cada instante piense en el y se moje mi vagina.
Debido a las tareas atrasadas de mi casa no pude regresar ese día a la escuela. Por la noche tuve que cumplir con mi marido. Me desnuda, se acomoda sobre mi, me hunde la verga y cuatro enviónes y ya estaba estrellando su semen en las entrañas de mi vagina. No me deja llegar a mi orgasmo cuando ya el tiene su verga fuera de mi vagina complacido por cogerme. Me deja mi ardiente vagina alborotada, pidiendo más verga.
Llego de nuevo a la escuela cerca del mediodía siguiente, no he tenido noticias de Mario. Voy a buscarlo al final de las aulas. Una mujer me sale al paso, una vecina que siempre me ha tenido envidia por mis amigos.
-Diay, doña Haydee, se le llevaron su verga.
-¿Cómo, porque me dice eso?
-Ayer reubicaron a varias familias y en cuenta iba la de el, se las llevaron para la ciudad a un albergue más grande, les prometieron que les iban a buscar una casa y trabajo. Ya no va a poder seguir culiando fuera de casa. Ja, ja.
La mujer se retira burlona hacia su aula. Mi corazón late fuerte de pensar que me había quedado sin mi amante, sin su hermosa verga. Traté durante el día de ubicarlos para ir a visitarlos. Los encontré en un albergue de la ciudad, nos solicitaron que les lleváramos algunas cosas que necesitaban y se habían quedado en la escuela, lo cual aproveché.
Cuando entré al albergue y lo ubiqué, mi corazón latía de prisa, como una quinceañera que encuentra a su novio después de varios días de no verlo.
Sale alegre a recibirme:
-Doña Haydee, disculpe, pero no pude avisarle que nos trasladaron a la ciudad.
-Yo los he buscado, lo necesito.
-Yo he pasado pensando en usted, me hace mucha falta verla, tenerla conmigo, acariciarla, besarla, comerme sus hermosas tetas. Aquí no hay lugar donde podamos estar solos.
-Yo voy a tratar de hablar para regresarlos al pueblo.
-No, doña Haydee, no podemos regresar, no tenemos donde vivir y ya se comprometieron con nosotros para buscarnos trabajo y una casa.
-Está bien, cuando salgan de aquí me busca en mi casa, me llama por teléfono para asegurarnos que no esté mi marido cuando usted quiera llegar a visitarme.
-Lo tendré presente
Me despido y el me da un beso en la mejilla que hace que mi vagina palpite de excitación y se me moje.
Me regreso a mi pueblo con la satisfacción de saber que cuando terminen las inundaciones tendré un nuevo amante que llegue a visitarme a mi casa.
Pero antes de que el me llame para visitarme, se presenta en mi pueblo un hombre con una cámara para grabar a las mujeres casadas y participar en un concurso de belleza denominado ¨ La señora más guapa de mi pueblo ¨. Ofrece un buen premio, pero sabrán en realidad que fue lo que sucedió
Haydee.