Aprendiz de puta (8: epílogo)

-¿qué les gustaría? hacerlo por separado, en dos habitaciones o...

(continuación del capítulo anterior)

...sí, ya ves, todo se ha encarecido con lo €uros.

-Johana: y hablando de plata, ¿como os va esa hipoteca que me dijiste os tenía apresadas a ti y a tu madre?

-Claudia: pues la cosa ha mejorado mucho, este trabajo nos ha salvado de estar hoy en la calle. Si no llego a decidirme ese día de entrar en el club, no quiero ni pensar donde estaríamos ahora.

-Johana: que bien. Pero entonces, bueno, todas tenemos un proyecto en la vida, ¿vas a seguir aquí mucho tiempo?

-Claudia: pues la verdad... yo entré a trabajar de puta porque era  invierno, no había curro en ningún otro sitio y necesitava el dinero de forma imperiosa. Pero la temporada veraniega está al caer, quizá un día de estos me doy un garbeo por ahí a ver si encuentro algo mejor, más normal.

-Johana: que suerte tenéis las españolas, yo soy rusa y al no hablar ni escribir correctamente no tengo esa opción de verano que tienes tú. Seguiré trabajando aquí hasta que una de dos, o tenga suficiente dinero para volver a Rusia y retirarme, o... me salve un príncipe azul, difícil, y me lleve a su palacio.

-Claudia: ¿un príncipe azul? huy, ji ji, pues aún no hace ni una hora que yo he estado con uno!

-Johana: ja ja ja, ¡no pazguata! yo lo quiero de verdad, no de cartón.

Estamos las dos con tan ociosa conversación cuando nos asaltan dos hombres, de similar edad ±30, aspecto y vestimenta decente, que se sientan en dos taburetes ante nuestro sillón.

-Man1: hola muñecas, sois preciosas.

-Johana: gracias caballeros, ustedes aparentan dos honorables señores ¿me equivoco?

-Man2: ¿honorables? (dice mirando al otro) ja ja ja. Bueno, se hace lo que se puede, esperamos dar la talla para lo que me parece revelar aquí.

Acompañando su comentario alarga la mano y me mete un dedo en el escote. Yo tranquila dejo que haga sus fanfarronadas mientras juega con su dedo en la linea de mi escote como si fuera un pene.

-Claudia: mmm, honorables no lo sé, para caballeros sin duda lo sois, ¿verdad Johana?

-Man2: qué vale en esta vida el honor guaya, esas cosas sólo valen en los cuentos de hadas, nosotros os ofrecemos algo muy diferente, sabéis de qué se trata ¿verdad?

-Johana: lo suponemos.. y.. ¿qué os gustaría? hacerlo por separado, en dos habitaciones o...

-Man1: nada de separados, si no oponéis dificultad en ello nos gustaría hacerlo juntos. Los cuatro en la habitación y cama más grande que tengáis.

-Claudia: vale y, ¿será uno conmigo y el otro con ella o haremos mezcla?

-Man1: mmm, queremos dar rienda suelta a nuestros castos cuerpos, no queremos ponerle ningún límite; lo que salga, saldrá.

-Johana: vale pues, estas cosas tienen precios especiales, háblenlo ustedes con nuestro maitre, el señor de la barra.

El que llamo Man1 se acerca a la barra y mantiene una pequeña conversación con Iván mientras Man2 resta sentado ante nosotras. En un momento le saca unos billetes a nuestro maitre y regresa.

-Man1: sí que tenéis un precio especial chavalas, vuestro encargado me ha dejado la cartera seca, o casi seca.

Nos levantamos los cuatro y precedidos por Johana nos dirigimos a la habitación más grande. Una que tiene una gran cama redonda y dispone de los lujos que dispondría la habitación de un hotel, como un gran espejo junto a la cama. Iván la reserva para servicios especiales o para aquellos que abonando su importe la contraten. Una vez dentro Johana arregla un poco la cama y extiende una manta que la cubre hasta dejarla plana.

-Johana: espero que tengáis suficiente, y esto... cuando queráis.

El primero en atacar es el Man1 que le levanta el vestido a mi amiga y le chupa las que sobresalen de su sostén tetas. Johana me mira con una cara de vicio que le desconocía, pues a decir verdad nunca había hecho un servicio junto a ella. El Man2 me toma a mi y después de sacarme el vestido y desnudarse él, me tumba en la cama y me hace la cubana que me había insinuado en el bar, tomándome ambas tetas con la mano y metiendo su pene por enmedio de ellas.

-Claudia: je je je, que cosa más graciosa, nunca me lo habían hecho esto, sabía lo que era pero nunca..

-Man2: y más cosas que te voy a hacer que nunca te han hecho.

Después de jugar con la cubana un ratito se levanta de encima mío y ante su petición de que se la chupe le pongo un preservativo. Él resta derecho ante la cama, y yo de rodillas cual esclava le engullo el miembro de la única manera que sé, abriendo la boca y entornando los labios. Me pone la mano en la nuca como tantas veces han hecho otros y, como esperava me empuja la cabeza para que se la trague más y más.

-Man2: esto, Claudia, voy a empujarte la cabeza un poquito, pero, no te asustes ¿vale?

-Claudia: ¿....?

En esto que hace lo dicho y cuan distante de su anuncio cae su acto, pues me empuja de la nuca con fuerza hasta meterme toda la verga en la boca y afectar traumaticamente todos los sentidos situados en mi cabeza. Diversas lágrimas salen de mis ojos de la misma manera que un lamentoso gemido de mi obturada garganta o un esputo de ácidos estomacales de mi estómago. La escupo.

-Claudia: ¡gooooooo! puf, tjo tjo tjo, bestia! te has pasado!

-Man2: no hay para tanto chica, las hay mujeres que me la han comido sin rechistar de la misma forma que tú por voluntad propia.

-Claudia: oooh, pero yo...(me lo pienso en que es mi trabajo y hay que hacerlo bien)...... bueno va, te la comeré así, pero déjame hacer a mi, que me ha pillado por sorpresa.

Examino un instante el terreno y medito un poco mi estrategia de juego, hasta que me decido.

-Claudia: túmbate en la cama.

Mientras se tumba contemplo la actividad de mi amiga, Johana está ya a 4 patas con el hombre penetrándola. Va soltando débiles gemidos en los que reconozco algo más que simulación, pero bien, será que le gusta el hombre y por eso se lo pasa bien. A la que tengo a mi Man2 tumbado y con la verga en ristre me pongo encima de él en la postura del 69, de esta manera y posicionando mi garganta en la misma horizontal que la verga, le engullo el miembro totalmente sin la repugnante sensación que me ha provocado antes.

-Man2: mmm, muy bien, ves como te lo dije que no es tan difícil.

Se la sigo comiendo gloriosa de cabeza a cojón mientras él me va pasando algún que otro lenguetazo en la chona, pero digamos que no se pega a ella. Al cabo de un par de minutos oigo su petición.

-Man2: venga ya está, ponte a 4 patas que te la meteré.

Me levanto de encima suyo y me pongo como me dice. Me despreocupo de la tarea pues él lleva ya el preservativo y lo único que tengo que hacer es esperar. En esto que noto que maneja tras de mi, algo me parece raro pero no acabo de descifrar qué es, me fijo un poco en la manipulación que hace entre mis piernas pero cuando lo descubro es demasiado tarde.

-Claudia: ¡aaaaaaahyyyyyyy!

Me la ha metido por el culo, mis tripas acaban de recibir la primera verga de su vida y duele como usar una cuchara de hierro candente.

-Claudia: ¡pero qué haces! por ahí no! duele mucho, ayyyy!

El hombre, peró, ignora mis súplicas e inicia el que sería ritmo normal de follar pero ahora por el orificio anal. Yo siento que rompe millares de células cutáneas a cada una de sus inserciones, me duele mucho y en vez de simular gemidos como a veces acostumbro, ahora suelto aullidos de dolor acompañados de clamores de piedad.

-Claudia: ayyy, ayyyy, ayyy, ¡por favor!, ¡no!, ¡aaah!, ¡aaah!, ¡duele!, ¡basta! ¡bastaaaa!

Mi cuerpo y mente parecen vivir un infierno, pero mis ojos no contemplan a través del espejo más que a dos hombres follando y a mi compañera aparentemente absente de mi sufrimiento, que trabaja como acostumbra.

-Claudia: ¡por favor! noooo! basta! piedad! aaaaaaaah!

El Man2 dos acaba haciendo caso a mis lamentos no sé si por piedad o por aburrimiento, y se retira de mi.

-Man2: pero bueno, ¿tú qué trabajas aquí de puta o de enfermera?

-Claudia: ¡de puta! dios me perdone! pero eso que me has hecho no lo hago nunca, me ha dolido mucho!

Digo llevándome las manos al trasero y tratando de suavizar el dolor que aún me hiere. En esto que la otra pareja que nos acompaña, ante nuestra contienda se detiene también.

-Johana: pero Claudia, ¿qué te ha pasado?

-Claudia: que me la ha metido por el culo, y me ha dolido un montón.

Claudia se lleva la mano a la cabeza en señal de maldecir algo que ya no tiene remedio.

-Johana: pero, Claudia, no te lo tenías que tomar tan mal, todas hemos pasado por esto.

-Claudia: pero yo no...(estallo a llorar) buuuuuh, buuuuuh.

-Man1: bueno, yo había venido aquí a follar, no a hacer de matrona. Tú te crees Rosendo, esto ha sido una estafa.

-Man2: queremos que nos sea devuelto nuestro dinero, nos vamos ahora mismo por invalidez de servicio.

-Johana: esto, por favor señores, esperen un momento.

Todo esto tan sólo lo oigo porque estoy tumbada en la cama soltando las últimas lágrimas que me quedaban desde pequeña.

-Claudia: buuuuuh, buuuuuuh.

No me doy cuenta cuando pero llega un momento en que estoy sóla, en esos altares mi lloro va cesando hasta que me encuentro tumbada en la cama mirando hacia el techo, triste como hacía años que no estaba. Tarda un rato en abrirse la puerta, es Johana. Esta se sienta a mi lado y maternal me acaricia el rostro.

-Claudia: lo siento, yo no sabía.

-Johana: no lo sientas, no tienes la culpa de nada. Si no lo habías hecho nunca de esa manera nada te otorgaba el valor de superarlo.

-Claudia: pero, y esos hombres, ¿les han devuelto el dinero?

-Johana: sí, bueno la mayor parte, no todo. Y se han ido un poco enfadados.

-Claudia: ¿y qué ha dicho Iván?

-Johana: nada ha dicho, como yo, qué va a decir. Tanto estás tú en tu derecho de no permitirlo como esos clientes de irse. Nadie ha tenido la culpa.

-Claudia: bueno pues.... Johana.

-Johana: qué.

-Claudia: voy a dejarlo, esta es mi última noche, voy a buscar trabajo en donde pueda pues el crédito ya no exige la urgencia que requería en su día. Ya me las arreglaré.

-Johana: estoy segura de ello, te saldrás con la tuya y trabajarás en un sitio, como dices, más normal.

-Claudia: pero antes de irme y quizá perderte de vista para siempre... quiero hacer una cosa.

-Johana: ¿uh?

-Claudia: se trata de esto.

Me incorporo en la cama, tomo a Johana de las manos, acerco mi cara a la suya, y como he deseado tantas veces, le doy un beso.

--------------FIN--------------

Esta serie va dedicada muy especialmente a Johana, y a Simona, Judith, Svetlana, a otras de las que no me acuerdo el nombre y a otras de las cuales nunca la supe. Así mismo a todas las mujeres de alquiler del mundo que ejercen la más antigua profesión que existe.