Aprendiendo Inglés XX

Un viaje que irá a la perfección para nuestras protagonistas

-          Helena.. –hice una pausa-. No es por ofender pero, con el tema de repetir curso y todo Claudia y yo hemos estado muy distantes, y nos vendría muy bien unos días a solas.. –dije con el máximo tacto que pude.

-          Es cierto, discúlpame no era mi intención, debería haber pensado en vosotras. –comentó seria pero comprensiva. Quizá a Claudia la engañaba con sus ligues y todo pero a mi no, yo sabía lo que sufría ella, sabía que quería ir a ese viaje y no por fastidiárnoslo si no porque realmente ella la echaba de menos también.

-          Tranquila. –la abracé-. Para las dos es una chica muy importante, a ambas nos hace ilusión verla. –su abrazó no fue muy recíproco pero se dejó abrazar por mí que ya era un gran avance.

-          Vamos va haz la maleta o se te hará tarde, ¿A qué hora es el vuelo por cierto? –comentó intentando separarse de mí, cosa que hizo.

-          Es mañana a las 5:00 am debo embarcar.

-          Estaré allí contigo. –me sonrió algo forzado pero sincero.

-          Gracias, te lo agradezco. –le devolví la sonrisa.

Salí de su casa con la ropa necesaria, aquí era verano por lo cual la temperatura superaba los 32º siempre en cambio allí miré la previsión y solía hacer unos 16º lo cual haría frío así que cogí ropa variada, para abrigarme y también un poco más ligera.

Aquella noche no dormí, también debía madrugar mucho por lo cual prefería dormir en el avión así se me pasaba más rápido el viaje aunque tan solo duraba dos horas y treinta minutos.

Decidí seguir leyendo mi libro: Si me dices ven lo dejo todo… pero dime ven.

RRR-RRR

La vibración del móvil me saco de la lectura, salía una llamada entrante de Helena.

-          ¿Si? –pregunté curiosa.

-          ¡Nena! Sal ya que son las 3:30 am.

-          ¿Qué dices? ¿Enserio? ¡Mierda! –chillé saltando del sofá y poniéndome en marcha, además allí en la casa de Claudia tenía la maleta y todo en la otra punta, lo cual empecé a correr.

-          Hay si te escuchara Madre. –ella era más formal siempre la llamaba Madre, yo lo típico, Mamá.

-          Perdón. –me disculpe sin pensarlo como si fuera una niña pequeña y bueno para ella lo era, su hermana pequeña.

-          Vamos va estoy fuera, diles que me abran.

-          Okey, voy. –colgamos la llamada.

-          Caroline. –llamé a la chica.

-          Sí dime señora. –ella me trataba siempre de usted, con Claudia no pero conmigo no olvidaba las formalidades, al fin y al cabo era una especie de mayordomo, sirvienta, supervisora algo extraño, nunca llegué a preguntarlo, tenían gente específica para el servicio y mayordomo también, pero ella se encargaba un poco de todo supongo que era la conocida de la familia y le daban ese poder.

-          ¿Podrías abrir a mi hermana? Está en la puerta.

-          Por supuesto. –respondió como siempre con amabilidad y respeto.

-          Muchas gracias.

-          A usted. –se retiró a abrirle.

Corrí hacia las maletas y volví al lugar donde estaba antes pero escuché unas voces, una pude detectar que era la de Helena.

-          ¿Cómo está doña Helena? –preguntó Caroline.

-          Muy bien, aunque muy adormida a estas horas. –comentó con su tono de serio.

-          Me imagino, ahora les espera una hora hasta el aeropuerto, si desean aviso al chófer, es muy tarde no me gustaría que tuvieran complicaciones y menos usted que volverá sola. –esta chica estaba en todo, me tenía fascinada, además se veía que no lo decía por formalidad si no porqué realmente se preocupaba.

-          No, no permitiré eso, pobre hombre que descanse tranquilo. –comentó ella rápidamente.

-          No es ninguna molestia, además si Claudia se entera que conducían a estas horas con cansancio me regañaría. –se rio-. Además ahora que no está apenas trabaja por lo cual el estará bien descansado.

-          Me sabe muy mal, no por favor. –ella seguía negándose.

-          No se hable más.

-          Buenas noches señoritas. –escuché la voz varonil.

-          ¿Cómo? –escuché que Helena titubeaba un poco y Caroline reía sin parar.

-          Nada más verla entrar he visto el cansancio reflejado en su rostro, además tengo esto y lo he pulsado al verla, automáticamente el ha recibido un aviso y ha venido en mi busca.

-          Que bien preparado todo. –parecía fascinada pero sabía disimularlo bien.

-          Por supuesto. –escuché la amabilidad del chico.

-          ¿Y esta mujer donde se ha metido? –murmuraba Helena.

-          Aquí, aquí. –Salí rápido de mi escondite.

-          Las espero en el coche. –agarró las maletas que yo llevaba sin darme tiempo a rechistar y se fue.

-          Le deseo muy buen viaje. –se dirigió a mi-. Y usted. –se giró en dirección a Helena-. Usted hoy dormirá aquí, el chofer la dejará y yo me encargaré de que descanse, no hay más que decir. Adelante se les hace tarde. –se despidió de nosotras con un gesto de cabeza.

-          Huy si corre vamos. –comentó Helena mirando la hora en el móvil-. Muchas gracias por todo, nos vemos luego.

-          Adiós Caroline, la echaré de menos, cuide a las pequeñas.

-          No lo dude. –me sonrió de oreja a oreja.

Salimos de allí cómodas en aquel coche gigante. Ambas dormimos todo el trayecto. Al llegar allí me desperté justo cuando estaba aparcando el chico.

-          Justos de tiempo. –comenté mirando el reloj, eran las 4:45 am-. Helena, hemos llegado. –murmuré suave.

-          ¿Ya? Corre vamos. –se despertó alterada por el tiempo, aunque no sabía ni que hora era, pero ya habíamos salido tarde de casa.

El chófer me acompañó hasta la entrada con mis pertenencias, allí se despidió de mi con un gesto e hizo seña a Helena de que la esperaba en el coche.

-          Muchas gracias por venir hasta aquí. –la abracé nuevamente-. Te echaré de menos cascarrabias. –la burche cariñosamente.

-          Tú y tus gracias.. –puso cara de tener paciencia-. Disfrutad mucho del fin de semana. –nos abrazamos más fuerte, nos dimos dos besos.

-          Helena por favor, duerme en su casa, te cuidarán bien y duerme con los monstruitos te acompañarán mucho.

-          Ya veremos. –dudó un poco, era normal no era su casa quedarse allí era raro pero solo serían unos días-. Va corre que es tardísimo y aun debes pasar por equipaje y todo.

-          Ostias se me había olvidado. –murmuré agobiada-. Adiós. –me despedí entrando ya, pasé los controles principales, dejé la maleta corriendo y me dirige a la puerta de embarque, aunque iba tarde era la hora de embarque por lo cual hasta cerca de las 6 no despegaríamos.

Una vez ya en el avión escuché como empezaban a cerrar las puertas y la azafata se preparaba para dar su explicación típica de seguridad. Ahí recibí una video llamada de Skype.

-          Cariñooo. –Vi la cara de felicidad de Claudia a través de la pantalla.

-          Cielo estoy a punto de despegar, me harán apagar el teléfono.

-          Son muchas horas sin hablar contigo, te echaré de menos. –puso cara de cachorro.

-          ¿Y que hago?  Sabes que por ti cogería un cohete y estaría allí ya mismo. –se rio ante tal comentario.

-          Hazlo. –me tentó, la azafata me hizo un gesto.

-          Cielo debo colgar, me llaman la atención, y no quiero que nos estrellemos.

-          Nooooo no. –protestó, vamos cuelga tú.

-          Dios que malvada eres. Lo hago por qué no tengo más opción o todavía me echarán.

-          Te quiero. –sonamos casi al mismo tiempo. –después de eso apagué el teléfono sin prácticamente colgar ya se colgaría la llamada sola.

Dormí más tiempo durante el vuelo, el despegue y todo fue sin problemas, en el aterrizaje igual, estaba muy contenta con esa compañía. Cuando salí del lugar me costó encontrar la maleta, además a esas horas mi cerebro no procesaba muy bien por lo cual las indicaciones en inglés y todo me costaron de encontrar. Además allí me esperaba Claudia en la entrada/salida, no podía llamarla o me costaría un pastizal. Cuando logré ubicarme me la encontré allí y mi corazón se paró. Estaba radiante, más hermosa que nunca cosa que ya era difícil, desde la distancia podía observar sus ojos como brillaban, su perfilada sonrisa con esos dientes perfectos que reflejaban una luz deslumbrante. Sus mejillas ruborizadas. Llevaba un gorro de un color grisáceo, un jersey rojo burdeos con unos leggins negros que le estilizaban la figura, y unos botines negros con muy poco tacón. A su alrededor había gente, en masa rodeándola. Entonces empezó a sonar una guitarra que tocaba un chico que estaba su lado. Y posteriormente ella empezó a cantar.

Nobody sees, nobody knows    (Nadie ve, nadie sabe)

We are a secret, can't be exposed   (Que somos un secreto que no se puede exponer)

That's how it is, that's how it goes   (Así es como es, así es como va)

Far from the others  (Lejos de los otros)

Close to each other   (Tan cercanos el uno del otro)

In the daylight, in the daylight  (A la luz del día x2)

When the sun is shining  (Cuando el sol brilla)

On a late night, on a late night (En la tarde noche x2)

When the moon is blinding.  (Cuando la luna es cegadora)

In the plain sight, plain sight  (A plena vista x2)

Like stars in hiding  (Como estrellas escondiéndose)

You and I burn on, on.  (Tu y yo quemamos)

But two and two - gether, for - ever (dos y dos juntos la suma siempre será cuatro)

Will never change   (Nunca vamos a cambiar)

But two and two - gether,  (dos y dos juntos)

We'll never change (Nunca vamos a cambiar)

Nobody sees, nobody knows   (Nadie ve, nadie sabe)

We are a secret, can't be exposed  (Que somos un secreto que no se puede exponer)

That's how it is, that's how it goes  (Así es como es, así es como va)

Far from the others  (Lejos de los otros)

Close to each other  (Tan cercanos el uno del otro)

That's when we uncover, cover, cover  (Es cuando nos descubrimos)

That's when we uncover, cover, cover.

My asylum, my asylum   (Mi refugio, mi refugio)

Is in your arms  (Está en tus brazos)

When the world gives heavy burdens (cuando el mundo te da pesadas cargas)

I can bear a thousand tons (puedo soportarlo un millar de veces)

On your shoulders, on your shoulders (sobre tu espalda, sobre tu espalda)

I can reach an endless sky (puedo alcanzar un cielo sin final)

Feels like paradise. (Se siente como el paraíso)

But two and two - gether, for - ever

We'll never change

But two and two - gether,

We'll never change

Nobody sees, nobody knows

We are a secret, can't be exposed

That's how it is, that's how it goes

Far from the others

Close to each other

That's when we uncover, cover, cover

That's when we uncover, cover, cover.

We could build a universe right here  (Podríamos construir un universo aquí mismo)

All the world could disappear (el mundo entero podría desaparecer)

Wouldn't notice, wouldn't care (no lo notaría, no me importaría)

We could build a universe right here

The world could disappear

Yeah I just need you near  (solo te necesito a ti cerca).

Nobody sees, nobody knows

We are a secret, can't be exposed

That's how it is, that's how it goes

Far from the others

Close to each other

That's when we uncover, cover, cover

That's when we uncover, cover, cover.

That's when we uncover.

No lloraba de milagro, estaba eufórica y muy avergonzada. Su voz era espectacular, dulce y soprano al mismo tiempo, no cargado como suelen ser. La gente había grabado con el móvil, de hecho, algunos aun nos grababan a la espera de mis reacciones. Al finalizar los aplausos eran los que llenaban el lugar de sonido. Todos nos miraban a la espera de algo, yo finalmente me acerqué a ella, cuando tomé su mano noté que ella temblaba, lo habría pasado mucho peor que yo dando ese espectáculo, aunque ya llevaba práctica en los conciertos no era lo mismo que una declaración en el aeropuerto.

Finalmente ya que vi que ella estaba más nerviosa di yo el paso y la besé frente a todos, que aplaudieron esta vez con más fuerza. Dejé sus labios pronto anhelándolos mucho pero la vergüenza me podía, jamás había vivido algo así, realmente no era muy común.

-          Cielo muchas gracias, no sé qué decir, estoy atontada, medio dormida, acelerada, ilusionada, eufórica, avergonzada, muy feliz.. –no podía parar, estaba muy nerviosa.

-          Relájate.. –trató de calmarme pero no funcionaba ya que ella se veía más nerviosa que yo.

-          Lo intento. –una tímida sonrisa inundó mi rostro.

-          Te quiero tanto.. me tienes muerta de amor. –le puse ojitos.

-          Nos.. –le costó decir-. ¿Nos vamos.. al.. hotel? –me hizo gracia que le costara decir eso, entonces mi risa era mezclada con nervios.

-          Sí, vamos. –traté de sonar más calmada, si no ella no se relajaría.

Habló muy rápido en inglés con aquel chico, apenas lo entendí, ella tenía una pronunciación exageradamente buena, lo cual complicaba entenderla para un hispano parlante. Solo entendí que le daba las gracias, me presentó al chico, se llamaba Joseph, ella me contó que era el novio de su prima ya me lo presentaría mejor en otro momento. Necesitábamos descansar era pronto aun, el avión había llegado antes de lo previsto cosa extraña en aviones, salimos alrededor de las 5:45 am casi 6, llegamos sobre las 8. Aun el sol era rojizo de que hacía poco había amanecido. Al salir de allí me di cuenta enseguida del frio que hacía, más a esas horas, ahora entendía porque llevaba gorro y tenía hasta guantes para ponerse si quería, pero prefería darme la mano y que hubiera un contacto entre nuestra piel. Aquel hotel era espectacular, le di la maleta al de recepción y la puso en las habitaciones, mientras Claudia me daba un tour por el hotel que parecía haberlo investigado días antes, me enseñó, la piscina que era muy grande, había un gimnasio no era gran cosa pero se podía estar bien, pero no tardamos en subir a las habitaciones. Me di cuenta enseguida de que Claudia había cambiado la habitación que reservé yo por una suite, más completa, mucho más completa. La habitación era gigante, decoración estilo clásico antiguo pero muy elegante. Aquella cama era enorme y se la veía bien cálida. Nos pusimos cómodas, ella se sacó el abrigo, los zapatos y el gorro, yo también me saqué los zapatos, el abrigo y la bufanda. Después no dudé en tumbarme encima de aquella cama. Me quedé prácticamente dormida, y escuché a Claudia llamar a recepción para que nos trajeran el desayuno, era cierto me moría de hambre. Cuando llegaron con la comida era una especie de homenaje a la salud, casi todo eran frutas, había piña, plátano, kiwi, había naranjas con un exprimidor al lado que era para que hiciéramos el zumo al momento y luego un recipiente caliente de leche con dos tazas y una especie de cereales. Desayuné perfectamente y sobretodo muy sano, llamamos de nuevo para que pudieran entrar a por la mesita.

Claudia cerró un poco aquellas ventanas, haciendo que la luz fuera más tenue.

Mi corazón empezó a acelerarse. Yo estaba sentada en la cama, ella lentamente se acercó a mí y se puso ahorcajadas, quedando mis pies en el suelo. Me besó dulcemente con mucha pasión y sin ninguna prisa, saboreando esos besos que tanto echábamos en falta. Esos besos tan lentos, entre dos bocas mojadas por ambas salivas, que los labios quedaban rosados y brillantes, nuestros besos resbalaban con facilidad en nuestros labios, cada vez que abría la boca ella aprovechaba para adentrarse con su lengua, creando un fuerte cosquilleo al entrar en contacto con la mía. Sabía jugar muy bien, para ser una jovencita besaba de escándalo, y lo hacía tan lento que desquiciaba, toda mi boca estaba mojada, hasta la barbilla de esos besos apasionados y húmedos pero muy cálidos. Necesitaba respirar por lo cual me tumbé en busca de liberación y retorcí mi cuello dejándoselo expuesto para que siguiera por allí. En cuanto sus suaves labios se posaron en mi cuello me sentí desfallecer, mi cuerpo perdió por completo la fuerza para sujetarse a si mismo y me quedé como muerta en la cama muriéndome más por el placer. Deseaba pararla porque aquello estaba pudiendo con mi ser, pero mis brazos no tenían fuerza para levantarse y menos para empujarla.

-          Oooh.. –intentó fallido, intenté pronunciar su nombre pero mi cuerpo me traicionó-. Essp.. Ohh dioss.. espeeraa.. –gemí sin parar.

-          ¿Sí? ¿Por qué? –su voz sonaba agitada, muy excitada.

-          Nnn.. ufff.. –gemí de nuevo cuando volvió a succionarme el cuello, ella soltó una leve risa con respiración fuerte.

-          Hoy nada me impedirá hacerte el amor. –susurró eso en mi oído y su cálido aliento en ese sitio me erizo la piel creando una descarga por toda la columna haciendo que levitara un poco la cintura-. Déjate a mi merced, no te resistas. –volvió a susurrar, su respiración en el oído me provocaba uno de los mayores placeres sin apenas tocarme.

-          Sss..ssi.. –gemí de nuevo, era frustrante no poder pronunciar palabra, pero a la vez eso me hacía indefensa y eso me excitaba más, estaba más a su merced sin poder quejarme. Lentamente bajo de nuevo a mi cuello y succionó justo debajo de la mandíbula, esa zona del cuello tan sensible-. Mmm...mm –gemí de nuevo cerrando los ojos y dejándome completamente, aferré mis manos que por fin reaccionaron  a su cabeza, pidiéndole más.

Lentamente deslicé mis manos por su nuca y recorrí su espalda, sintiendo como se retorcía, seguro lo habría pasado muy mal, con su prima apenas tenía intimidad ni para aliviarse.. Levanté un poco su camiseta, haciendo que nuestra piel entrar en contacto, acariciaba encima de sus riñones, notando como sus poros se habrían creando un escalofrío, allí ella tenía muchas cosquillas, esas cosquillas excitantes.. Ella volvió a mis labios, y lentamente atrapó entre los suyos el mío inferior y empezó a succionarlo, lo introducía muy lentamente en su boca, sentía como lo aspiraba con fuerza, ella parecía muy concentrada en mis labios, pero yo solo podía sentir como reaccionaba mi cuerpo ante eso, sintiendo unas fuertes y bruscas palpitaciones en mi zona, haciendo que inevitablemente me contrajera. Cuando lo soltó prácticamente estaba dormido y algo adolorido de las succiones, pero ese dolor me creaba mucho más placer. Me tenía loca, excitada, muy húmeda y todo sin haberme tocado realmente, solo con besos, sin estimularme el clítoris ni sin llegar a mis pechos, pocas veces me habían excitado tanto así, normalmente la excitación llegaba a través de esos sitios, pero ella me excitaba antes de llegar a ellos, así luego cuando me acariciaba eso estaba muy sensible y me daba el mayor placer. Empezaba a necesitar más, nuestras ropas me molestaban, mi sujetador provocaba un fuerte ardor en mis pezones.

-          Cla..u.. –susurré con complicaciones-. Ppp..or favorr.. –le supliqué. Sabía que era peor porque así la tentaba más, pero sabía que ella estaba aguantándose mucho.

-          ¿Quieres más? –susurró estremeciendo mi cuerpo.

-          Dame más.. –saqué fuerzas de algún sitio para decir eso.

Lentamente se separó de mí y me hizo subir del todo a la cama haciendo que mis pies dejaran lejos el suelo. Cambió de posición rodando en la cama y quedé yo encima. Ahora ella podía acariciarme mejor. Lentamente acarició mi espalda por dentro de la camiseta, sus manos estaban calientes, me provocaban más ganas. Con sus dedos resiguió las líneas donde estaban las costillas, yo la miraba, solo nos observábamos fijamente con mucho deseo. Mi respiración caía encima suyo, ahora quería yo volverla loca a ella. Lentamente con pequeños besos por sus mejillas me acerqué al lóbulo de su oreja y allí le dejé caer primero mi respiración, como ella antes había hecho conmigo. Suspiró con una especie de gemido y sus manos agarraron fuerte mis glúteos, pareciendo querer hundir sus dedos en ellos, me apretaba más contra ella. Yo tenía calor, estaba desquiciada, quería seguir así con la tortura que me proporcionaba ella pero no lo aguantaba más, deseaba correrme. Pareciendo oír mis pensamientos ella se puso de nuevo encima mío, y me quitó la camiseta de manga larga, luego se sacó la suya. Cuando volvió a tumbarse, sentí la suavidad echa carne rozándose contra mí y pegándose como si fuesen una. Volvió a besarme de nuevo, sin prisa, sintiendo todo apasionadamente. Ahora cuando la acariciaba por la espalda daba mucho más gusto, era suave y estaba muy caliente su cuerpo, era una estufa de porcelana, acariciaba su cintura tan pequeña, recorriendo sus curvas. Al fin se separó de mis labios y empezó un descenso por mi cuerpo hasta llegar a mis pechos cubiertos por el sujetador. Ahí dejo de besar y se tumbó a mi lado medio encima de mí con su pierna y parte de su cuerpo encima mío. Ahora el recorrido anterior con sus besos lo recorría con su mano, descendía por mis pechos hasta posarse en la parte superior de mi seno derecho que era el más lejano a ella. Ahí lentamente introdujo sus dedos dentro de aquel sujetador y acarició sutilmente mis pezones creando un foco de deseo en mí, pensando que me correría igual que ella, tan solo con los pechos. Con su dedo índice y pulgar me lo pellizcaba, cada vez que lo hacía yo gemía y acto seguido me contraía sintiendo como una oleada de flujos salía de mí, así durante mucho rato. Cuando creí que ese placer no podía ir a más, consiguió con su propia boca separar de mi otro pecho el sujetador que me iba algo grande y se hizo un espacio para poder succionarlo.

-          Ooghhg.. Dios.. –solté sin vergüenza ninguna mientras mi mano se aferraba a su cabello y lo atrapaba en el puño, ella retorció un poco la cabeza ante ese tirón suave-. Sigue.. –susurré con más ganas.

Se separó de mi de nuevo y con algo más de prisa me sacó el sujetador y bajó mis pantalones. Nada más sacarlos los lanzó algún lugar de la habitación.

-          Sí, sí, siiiii.. –gemí cuando de golpe sin yo esperármelo aferró su boca en mis labios íntimos cubiertos por la lencería mojada. No aguantaba más, era demasiado lento y gustoso.

Me quitó la prenda que estaba transparente de lo mojada que la había dejado y me quedé expuesta a ella como si fuera mi ginecóloga. Se quitó su sujetador, ella solo estaba desnuda en la parte de arriba, si la intentaba desnudar no me dejaba, era muy extraño.

CLAUDIA

Intentaba desnudarme, pero no podía dejarla, ya que llevaba un cinturón con vibrador bajo los pantalones, no quería que lo viera si no se tensaría, por lo cual se lo haría sin que lo supiera, eso me excitaba mucho más, y además la propia frotación de ese miembro duro contra mi clítoris me tenía loca. Me puse de nuevo encima de ella quedando a la altura de sus pechos y abriéndole bien las piernas, succioné un pezón de nuevo y gimió prolongadamente, mientras yo disimuladamente puse mi mano en su clítoris para empezarle una suave caricia. Hacía círculos pequeños, notaba como ella tensaba el músculo de la vagina, cerca del clítoris y también se contraía por dentro, era el momento, me extrañaba que no lo hubiera notado antes pero era un vibrador muy delgado y pequeño para que no le molestara. Bajé mi pantalón disimuladamente, solo la parte de delante lo suficiente para que saliera aquel juguete. Y volví a estimularla, esta vez haciendo los círculos más grandes, creando un movimiento más agitado en su cintura y respirando más fuerte a la vez que soltaba gemidos cuando el circulo llegaba a su parte alta y estiraba. Lentamente deslicé mi mano más abajo, acariciando sus labios íntimos. Ella se retorció más, estaba muy húmeda eso era bueno, más sencillo, empecé una suave caricia cerca de su entrada, podía ver como se retorcía y gemía más fuerte. No aguantaba más deseaba embestirla hasta lo más profundo de ella. Dejé sus senos y subí un poco más hasta besarla, tenía la mano entre nosotras por lo cual no notaba nada. Sin más abrí los ojos mientras la besaba para observar sus reacciones. Lentamente deslicé la punta de aquel vibrador en su entrada, noté como fruncía el ceño y se retorcía un poco.

-          Tranquila. –susurré alejándome de sus labios y acercándome a su oreja-. Te gustará.. te lo prometo. –y noté como aflojó un poco, muy poco, pero entró un poco más aquel vibrador y luego volvió a tensarse.

Volví a besarla, lentamente y no moví mi cintura hasta que no sentí como su boca se relajaba y me correspondía bien a los besos.

-          Aaahh.. –se quejó cuando deslicé con más rapidez unos centímetros más, yo mi primera vez terminé agarrando al chico y metiéndomela de golpe, no muy bruscamente pero si rápido para que doliera menos.

-          ¿Queda mucho? –habló algo nerviosa.

-          Olvídate de eso. –traté de calmarla.

-          Aaaa..aa.. –se quejó de nuevo cuando metí lo poco que quedaba.

-          Aquí está todo dentro. –eso pareció relajarla.

De nuevo le besé el cuello, tratando de relajarla con todo aquel miembro dentro suyo de ancho haría unos dos dedos y de largo un poco más de un dedo. Lentamente empecé a frotar su cuerpo contra el mío, no había empezado aun el mete saca, tan solo lo movía de arriba abajo y pude ver como eso si le gustaba ya que frotaba su clítoris también y eso le gustaba. Cuando sentí que estaba más relajada y con ganas de nuevo, lentamente empecé a retirarme de dentro suyo para volver a entrar. Ya no se quejaba, la notaba algo incómoda pero no parecía desagradarle del todo. Poco a poco aceleré el ritmo, ella cada vez estaba más relajada, eché mano a su clítoris y lo estimulé a la vez que la penetraba muy lento, y poco a poco vi cómo se acercaba su orgasmo final, respiraba fuerte y gemía, no como siempre pero era buena señal. Se aferró a mi cabello cuando vi que se estaba corriendo, no cambié el ritmo, quería que tuviera un buen recuerdo para la próxima vez que sabía que sería en las siguientes horas, ya tenía tiempo para jugar más sucio con ella.

-          ¿Qué tal cariño? ¿Cómo te sientes? –susurré besándola, todavía no me había retirado de ella-. ¿Sabes que eres una campeona? Yo me estuve horas para perder mi virginidad, en mis posturas, hasta use aceite de lubricante. –me reí-. Usé de todo, condones con extra lubricante y mil cosas, tú has sido mejor que yo. –la besé de nuevo.

-          Estoy rara.. –susurró extraña-. Pero ha sido diferente, quitando el principio hay partes que he disfrutado mucho-. Pero.. –dudó de seguir-. ¿Hay alguno para ti? –su respuesta iluminó mi cara y me retiré de ella, se retorció un poco pero no pareció molestarle.

-          ¿De verdad? –estaba asombrada.

-          Sí, quiero follarte yo. –me miró agresivamente.

-          ¿Es una amenaza? –pregunté pícara.

-          Completamente. –puso una sonrisa malvada.

-          ¡Voy! –exclamé rápido levantándome de la cama y buscando el mío.

Terminé de desnudarme y me saqué el arnés. Sustituí la parte del vibrador quitando el suyo y poniendo el mío, entonces la ayudé a ponérselo.

-          ¿Empiezo desde cero? –pregunto dudosa.

-          ¿Con besos e historias? –me reí-. No.

-          Perfecto, ponte boca abajo. –no llegó a ver mi sonrisa cuando dijo eso.

Me puse poca abajo y para sorprenderla más, abrí mis piernas dejándolas al contorno de la cama, estaba abierta completamente, como una gimnasta olímpica, entonces agaché mi cuerpo hasta quedar mi cara en la cama. Pude ver como ella estaba fascinada, me tenía abierta como creo que nunca había tenido a nadie, y podía verme a la perfección ambos agujeros. Como estaba al borde de la cama, ella no tenía ni que sentarse ni ponerse encima para follarme.

-          Oooh, joderrrr.. –gemí, me embistió de una, clavándose en mis entrañas. Pude sentir como tocaba la pared de arriba, diciendo que no había más espacio dentro mío.

Ella estaba de pie con las manos apoyadas en la cama a los lados de mi cuerpo, en esa posición siempre se me cerraba mucho más el agujero con lo cual el roce era más fuerte y gustoso.

-          Vamos Laura, quiero ver lo máximo que puedes darme.. –respondí ansiosa.

-          No lo digas dos veces. –sacó por completo aquel aparato y de una me lo volvió a meter haciendo que yo gimiera de placer, todavía estaba muy cerrada y que hiciera eso provocaba un dolor muy placentero-. ¿Quieres más? –preguntó con voz muy agitada.

-          Sí, sí, quiero máaaa..aass.. –no terminé de responder que volvió a repetir lo mismo, una y otra vez, hasta que sacó el aparato y comprobó que ya el agujero estaba más abierto, entonces escuché como se lamía un dedo.

-          ¿Y por aquí te gusta? –gemí fuerte cuando empezó a penetrarme con el dedo mientras lamía mi otra entrada bien abierta.

-          Sí, me gusta… -gemí débilmente, ahí estaba jugando con mi sensibilidad, me volvía débil sentir tanto placer, en cambio que fueran embestidas duras era un placer más profundo, distinto.

-          ¿Y si uso esto? –en esa posición intenté verlo pero no pude.

-          ¡Ahhh noo! –protesté-. ¡Ese vibrador es demasiado ancho para ese agujero! –exclamé rápido para que sacara la punta que había metido del vibrador.

-          Bueno.. ya compraremos uno que eso también habrá que probarlo. –parecía otra, entre tanto tiempo deseándonos, tantas ganas y todo lo estaba soltando de golpe.

-          Uuff si.. –gemí de nuevo cuando me embistió fuerte con aquel aparato, el agujero ya se había cerrado de nuevo-. Noo.. nn..oo pareees, quiero que.. que.. mmmee revieeentess.. –no podía dejar de temblar, de gemir, de ahogarme en mi misma, menuda rapidez con la que me estaba follando, ese mete saca era delicioso-. Ohh si siii Laura, unnn poco máaaas.. –estaba llegando al clímax y en esa postura apenas podía mover la cintura.

-          Córrete si, córrete en ese gigantesco vibrador que llevas dentro.. –me animaba a que me corriera más fuerte.

-          Siiiiiiii… siiii.. me corroo.. –noté como el flujo empezaba a salir provocando un fuerte sonido contra las embestidas del aparato-. Meee corrooooooo… -y terminé soltando hasta la última gota guardada.

-          Joder Claudia.. –musitó agitada-. Estoy en shock, pensé que ya me ponía mucho ver que te corrías mientras jugaba con tus pechos pero esto.. esto supera todo, podía ver cómo te partía por dentro prácticamente, tu culo botando al compás de mis embestidas, creía que no aguantaría más y pararía para follarme yo.. –sus palabras me tenían descolocada, necesitaba fuerzas, apenas podía moverme, se me habían quedado las piernas completamente abiertas y no podía levantarme ni juntarlas. Pasados unos segundos más lo logré y me incorporé aun con un temblor en mis piernas.

-          ¿Deseabas hacer eso? –pregunté dudosa

-          Sí.. –ella estaba muy excitada y muy colorada.

-          ¿Seguro? –con un movimiento rápido le desabroché el arnés y cayó al suelo, separé mi vibrador de las cuerdas-. Ponte en la pared con la espalda pegada. –extrañamente me obedeció curiosa supongo, me acerqué a ella y le llevé un taburete para poner una pierna encima, ella pareció entenderlo y lo hizo sola, mientras yo buscaba lubricante, para meterle el vibrador grande cuanto más mojada mejor, me acerque de nuevo y lo dejé todo en el suelo y yo me arrodillé a ver aquella deliciosa imagen, de aquel agujero irritado y dolorido que se veía.

-          Mmmm.. –gimió ella aferrándose a mi cabello cuando pase su lengua desde su entrada hasta su clítoris-. Quiero que me lo hagas como te lo he hecho yo.. –susurró mirándome desde su altura.

-          Como tu desees.. –yo moría por hacer eso, así que solo tuve que rociar eso de lubricante, ahora ya no iba con arnés, así que con mi mano acerqué aquello a su entrada y suavemente restregué por esa zona toda la lubricación que pude.

-          Vamos va.. –agitó su cadera-. Quiero disfrutarlo tanto como tu. –parecía muy fascinada por mi escena anterior, yo iba a enseñarle a disfrutar de eso-. UUuuff.. –gimió de dolor y placer cuando le metí el capullo y cuando vi que estaba más relajada, pum, se lo metí de una-. Aaaajhhhooh –gimió de nuevo, y aquí no me detuve, empecé a mover mi mano arriba y abajo primero a un ritmo normal ni lento ni rápido, ella respiraba muy agitadamente.

-          Fóllate tu contra esto, yo lo aguanto. –quería ver como lo haría, pareció confusa al principio pero luego lo captó y empezó a moverse ella hacia arriba y abajo, también adelante y detrás en busca de remover aquel aparato dentro de ella.

-          Ohhh.. oohh.. –empezó a gemir de verdad-. Me gustaaa, uuffff me gusta mucho. –gemía desesperada mientras se movía con más fuerza, podía ver su vientre tenso mostrando sus músculos, las ingles con los músculos marcados de hacer fuerza, esa imagen era una delicia-. Hayy sii… sii..sisiii…

-          Más adentrooo.. –protesté yo, ella estaba a punto de correrse y quería que se lo metiera todo dentro.

-          Oohhh, ooohhohh sii.. –entonces sus movimientos empezaron a ser más fuertes y más secos indicándome que se estaba corriendo con lo cual volví a mover por mi misma aquel aparato y se lo metí lo más profundo que me permitió mi mano-. Aaaaahhh sssiiiii.. –terminó corriéndose como creo que nunca había hecho, lo que daría yo porque mi primera vez hubiera sido así.  Me levanté corriendo para cogerla ya que parecía desmayarse. El vibrador se salió por si solo y yo como pude la llevé hasta la cama y la dejé allí durmiendo, yo en cambio fui a darme un baño caliente.

Estuve una media hora, allí dentro con agua hirviendo, echaba de menos los baños, en casa de mi prima solo había ducha, pensé inmediatamente en que allí también caerían unos cuantos polvos.

-          ¿Qué ha pasado? –preguntó Laura cuando me vio saliendo de la ducha.

-          Mmmm.. buenos días.. –estaba medio destapada por lo cual se le veían los pechos, realmente jamás pensé que unos pechos tan pequeños podrían encantarme tanto-. Si sigues así empezará todo de nuevo.. –miré sus pechos y ella inconscientemente se tapó creando una risa entre ambas.

-          Enserio no recuerdo como acabó.. –estaba confusa.

-          Tranquila, caíste redonda nada más correrte, yo te traje a la cama.

-          Perdón.. –se disculpó.

-          No tiene nada de malo. –me acerqué y la besé, luego levanté levemente la sabana y observe su cuerpo-. Uuff.. tienes suerte de que tenga hambre y sea la hora de comer. –pude ver como a ella le pasaba lo mismo conmigo que iba con la toalla puesta.

-          ¿Qué hora es? –preguntó sin tener mínima idea.

-          Son las 14:20, aquí es tarde para comer pero ya les avisé de nuestros horarios con lo cual tenemos reserva.

-          Que rápido pasa el tiempo.. –protestó triste.

-          Lo sé, pero lo aprovecharemos al máximo. –sonreí y la besé de nuevo.

Ella se duchó y nos fuimos a comer. Así era todo el tiempo, estábamos encerradas en la suite, todo el día haciendo el amor, teniendo sexo brutal, follando.. solo parábamos para comer o dormir como máximo un par de horas aunque fuera de noche. Hasta el lunes a media mañana que ella tenía el viaje de vuelta.

-          No sé cómo haré sin ti.. y más después de esto.. estos días.. han sido maravillosos. –me abrazaba en el coche de camino al aeropuerto.

-          Cariño, ¿no te has preguntado porque hice tantas maletas para un fin de semana solo? –eso pareció confundirla.

-          No te entiendo..

-          Que vuelvo contigo, mi prima se va de gira, Joseph el día que tocó conmigo en el aeropuerto, estaba haciendo tiempo mientras mi prima se preparaba para irse. Ya deberían haberse ido. –parecía asimilar todo aquello.

-          ¿de verdad? No sabes lo feliz que me hace.. –me abrazó más fuerte y me besó con locura.

El viaje de vuelta en primera clase nos metimos mano todo lo que podíamos con la cortina aquella podíamos hacer de todo. Al llegar allí estaba Caroline con el chofer, y para mi ilusión más grande soltó a mis pequeñas que vinieron como locas en estampida a verme, lamerme y tirarme al suelo. Todo el mundo nos miraba, aquello era una imagen muy tierna.

Hablé con Caroline me contó sobre Helena que estuvo hasta el día anterior de nuestra vuelta en casa, ya que medio la obligamos a que se quedara. Al llegar a casa Laura se fue a ver a Helena y yo me quedé descansando, llamé de nuevo al centro de equitación para pedir que me trajeran de nuevo los caballos, que en verano me encantaba ir montada a caballo a la playa, solo se podía en una playa llevar animales en esa época, normalmente solo está permitido de octubre hasta abril, en época de verano estaba prohibido. Ese mismo día me trajeron a todos los caballos.

En el resto del verano enseñé un poco a Laura sobre la música, íbamos a montar, a la playa a broncearnos, lo típico que se hace en verano, fiesta y disfrutar. Y como no, lo más importante el sexo, sin eso no es un buen verano y para mi suerte tenía la mujer perfecta para pasarlo con ella.

Cuando ya estábamos en septiembre a una semana de que empezara de nuevo el curso.

-          Claudia tengo una mala noticia. –me comentó Laura, Helena estaba cerca.

-          ¿Qué pasa? No me asustes..

-          Grave no es, solo que este año no te daré clases..

-          ¿Qué? ¿Por qué? –me irritó mucho saber eso.

-          Recuerda yo era una sustituta, ya tienen la profesora principal con lo cual no me necesitan. –hizo una pausa-. Pero al estar contentos con mi trabajo y tener a Helena aquí trabajando me han propuesto trabajar en el diurno dando clases, así que estaré aquí pero no tendremos clase y no nos veremos mucho.. –comentó triste.

-          Que rabia.. –protesté enfadada-. Pero entiendo que no se puede hacer nada, al menos tienes trabajo y estás aquí. –me acerqué y la besé.

-          Ya veo que empiezan los arrumacos, adiós chicas. –comentó Helena alejándose de nosotras, seguía resistiéndose pero al menos ya nos decía esas cosas riendo y haciendo bromas, poco a poco se acostumbraba y pasaba página.

Llegó el frío de nuevo, con el el viaje del curso, había opción de ir a los países que ya propusieron el año pasado o ir de esquiada, visto que yo ya fui entonces prefería ir a esquiar, aunque iría como alumna y pagando pero me daba igual, iría con Karina, Imma, Federico, John.. todos los de clase y reiríamos mucho.

Algo me molestó mucho, había una profesora en el diurno que le tiraba mucho los tejos a Laura y ella se iban de viaje juntas con la escuela la misma semana que yo iba a esquiar, ellas iban a Italia y yo a esquiar cerca de Francia.

En el día que partíamos a la semana de la esquiada y los viajes estábamos todos frente al instituto, esperando los autobuses.

-          ¿Están todos los niños? –escuché que Laura hablaba con su compañera, que esta aprovechó rápidamente para agarrarla del brazo y hablar más cerca. Laura y yo habíamos discutido por culpa de esa chica, lo cual no estábamos en muy buen momento.

-          Sí guapa, he pasado lista, están ya todos dentro del bus. –respondió poniéndole ojitos, que rabia me daba, Laura en cambio se hacía la tonta, decía que esa chica no intentaba nada con ella. Decidí darme la vuelta y hablar con los chicos/as.

-          ¿Hará mucho frio lleváis ropa suficiente? –pregunté.

-          Yo llevo todo lo que tenía en casa. –comentó Karina riendo.

-          Uuuuhh tu que nunca has visto la nieve, te vas a helar ehhh. –comentó Federico.

-          Soy latina nada puede conmigo. –reímos todos.

-          Tttss ya me lo dirás cuando tengas las pestañas congeladas y estemos  a -10º bajo cero.

-          ¿Tanto? –puso cara de pez. Y reímos aún más fuerte.

-          ¿Helena que haces aquí? –escuché a mis espaldas que hablaba Laura.

-          Sustitución de última hora, me voy con el grupo de la esquiada…

Espero que os guste.

Gracias por vuestros emails, y seguiré encantada de recibirlos.

Saludos desde España.

Lady.