Aprendiendo Inglés II
Pasaron unas semanas muy difíciles. Ella apenas me miraba, mi preciada profesora me ignoraba como si supiese lo que hice aquella noche. Sentía gran culpa porque sentía como si la hubiese engañado, pero me engañaba a mi misma pensando eso, dado que ni le gustaba, ni éramos nada, ni había echo nada...
Los abrí de nuevo, tan solo vi como observaba mis labios con ansia, quería dárselos, eran para ella, para que se los comiera.
Cerré nuevamente los ojos y su respiración cálida se hizo más fuerte, y más... y más...
RIIING
Puto timbre... pensé para mis adentros. Tan solo al oírlo ella se recompuso.
- Bueno creo que ya se ha ido. -dijo tratando de que yo marchara.
- Emm.. si.... Muchísimas gracias Helena. -traté de responder lo más serena posible.
- Estudia mucho, quiero que apruebes ese examen. -sonó tan dulce como me dijo eso.
- Sí, sí. Es biología, me gusta mucho, espero aprobar. -a todo lo que respondía ella tan solo me observaba pensativa.
Se hizo un silencio un tanto incómodo, pero solo lo era por como me miraba. No sabía si era bueno o malo que me mirara así, a la vez parecía pensar que chica tan dulce y al mismo tiempo pensar que chica tan tonta.
- Gracias de nuevo, mejor me voy ya a hincar los codos. -siempre ha sonado tan mal eso... jajaja hasta ella se aclaró la garganta al oír eso.
- Claro que si, adelante. -me respondió acercándose a la puerta y abriéndome el paso.
Tan solo le dediqué una sonrisa de agradecimiento y pasé por su lado, rozando y brazo contra su pecho. No me di la vuelta pero supe que me estaba siguiendo.
Me paré para abrir la puerta de mi anterior clase donde no había nadie ya que estaban en otra. Pero esta estaba cerrada.
- Sí, la he cerrado antes pensando que no se usaría. - dijo ella a mis espaldas.
- A bueno, si eso voy a la biblioteca, no pasa nada.
- No ahora ya te abro. -comentó con una tierna sonrisa.
Una vez entré y ella se fue... no había persona que se concentrara en ese examen, era imposible. Tan solo podía tener taquicardia y muchos temblores, tan solo pensando que era tonta, que debería haberme lanzado ahí, en la sala de profesores.
Saqué el móvil no aguantaba más, tenía que hablarlo con alguien.
Conversación de WhatsApp (habrá abreviaciones y algunas 'faltas' simulando la conversación real informal):
Claudia: Ana, estoy loca, no se que hacer.
Ana: huy... a ver, que ha pasado?
Claudia: nota de voz (explicando todo lo sucedido).
Ana: Porqué no te lanzas?
Claudia: No hay ningún indicio de que le guste...
Ana: Yo creo que si. Debes intentarlo.
Claudia: Creo que... podría escribirle una carta y entregársela el último día que ya queda poco de clases.
Ana: Buena idea pero... como te contestará si se la das el último día?
Claudia: Dudo que quiera responder, además mejor. Y de cualquier manera tiene mi e-mail.
TIMBRE anunciaba el cambio de hora otra vez. Dejé el móvil sin ni si quiera ver lo que me respondía Ana.
Como es de suponer el examen fue horrible, pero me sentía estúpidamente feliz.
Me bastaba el contacto de ella un segundo para estar feliz durante días. Eso era lo máximo que podía darme ella, y aun siendo poco, me sentía feliz por tenerlo.
Pasaron varios días. Ella era simpática como siempre conmigo, pero no había apenas novedades físicas. Eso empezaba a entristecerme.
Era viernes y debía salir antes para comprar un regalo a un amigo del grupo de la hípica.
Pasó Ana a por mi antes de tiempo junto con Pol, un amigo nuestro. Les enseñé el instituto ya que por alguna razón querían verlo.
TIMBRE
- Ya me toca entrar. -dije algo triste.
- ¿Que te toca? -preguntó Ana curiosa.
- Mmmm... -No pude evitar sonreír-. Inglés.
- Oh, ¡quiero verla! -dijo entusiasmada.
- ¿A quién? -dijo el otro empanado que estaba en las nubes.
- Tonto... a la de Inglés, es su amor platónico. -dijo Ana.
- ¿Si? ¡Quiero verla! -dijo él también entusiasmado.
- Si no hay más remedio... Esperamos a que venga a la clase.
No tardó mucho hasta que se empezó a ver por el pasillo.
- Es ella. -dije en tono bajo y tímido.
- Hay Claudia no me gusta... -dijo Ana con desagrado-. Es muy vieja.
- ¿Vieja? ¡Que va!
- Uff pues yo me la follaba. -soltó rápidamente Pol, mientras la miraba de arriba abajo.
Ana me miraba mientras la de Inglés, Helena, pasaba por mi lado sin apenas mirarme, se puso frente a mi de espaldas para abrir la puerta.
- Joder, que culo tiene.... -Pol sin poder evitar decirlo...
- Sí, lo sé... y ayer llevaba pantalones blancos y se le veía la lencería roja. -me mordí el labio mirando a Pol.
- Claudia-. Escuché su dulce voz diciendo mi nombre-. Are you going to come in?
- Yes, I'm going. -respondí rápido despidiendo a mis amigos.
- Que borde... -dijo Ana aun con más desagrado hacia ella.
- Así me pone más... -puto Pol, me reí.
Estaba ya de espaldas entrando cuando Ana me cogió la mano me giró y me dio un beso que parecía que fuera en la boca. Me soltó y entré con vergüenza sin levantar la visa del suelo.
Cuando decidí mirar a la profesora ella me miraba con rabia, con odio...
WhatsApp Ana: ESTÁ SUPER CELOSA.
Solo pude ver eso, no quería entretenerme con el móvil porque ya suficiente enfadada estaba. Pero no podía evitar sonreír. Ante eso ella se enfadaba más, debería pensar que estaba feliz por que me hubiesen venido a ver ellos, pero no veía que eran sus celos que me ponían contenta... era como un bucle, ella se enfadaba más y yo más feliz me ponía, entonces de nuevo se enfadaba más.
Terminó la clase. Recogí todo para irme a comprar el regalo. Ya en la salida del colegio, Ana y Pol no estaban por lo que me tocó llamarlos.
- Ana, ¿dónde estáis?
- En el centro comercial.
- ¡No me habéis esperado! -dije enfadada pero sin que me afectara nada, solamente me daba pereza ir andando.
- Aun no tenemos regalo, estás a tiempo corre ven.
Por suerte estaban cerca. Equivaldría a dos manzanas, pero hacía demasiada calor.
- ¿Tampoco entrarás hoy a clase? ¿También tienes examen? -dijo molesta.
- Emmm... -me cogió por sorpresa-. Debo ir a comprar un regalo antes de que cierren.
- ¿Un regalo? -aun más molesta.
- Sí, de cumpleaños. Vamos un grupo de amigos a buscarlo.
- A muy bien. -eso pareció calmarla pero seguía muy borde conmigo desde hacía tiempo.
-Bueno adiós. -dije cortante, no se ni si se despidió de mí, inicié mi marcha poniendo música con lo auriculares por lo que había hablado antes con Ana.
Llegué rápido fumándome un cigarro por el camino. Por mala suerte me adelantó con el coche mientras yo iba andando, con su coche verde imposible de no reconocer.
Ignoré eso. Compramos un regalo para el amigo.
- No se vosotras pero me muero de sed. -dijo Pol cansado.
- Sí, vamos a tomar algo. -respondí rápido.
- Bueno vale... pero antes voy a comprar un regalo a mi hermana. -dijo Ana.
- Okey, mientras vamos Pol y yo a dejar el regalo en el coche y quedamos en la terraza.
Cuando llegamos a la terraza los tres no fumamos un cigarro.
- Pues a lo tonto tu profe me ha puesto... potente... -dijo Pol enseñando su erección.
cara de Ana, alucinando
- Jajaja, pues porque yo no me bajo las bragas si no también verías algo importante.
- Uff, ¿Si? -dijo poniendo su mano sobre mi rodilla. -a todo esto Ana no reaccionaba.
Ya lo habíamos hecho antes Pol y yo, y Ana lo sabía, pero estaba creo alucinando por la erección... o por el tamaño.
Seguimos charlando de guarradas, por lo cual acabamos los tres muy salidos...
Pol nos llevaba a casa, primero dejó a Ana que la ruta se lo permitía, luego delante de mi casa, estacionó.
- ¿Te dejo en casa....? ¿O vienes a la mía? -dijo insinuante.
- Pues... -dudé un poco-. Vamos a la tuya. -mi excitación y mi entrepierna hablaban por mi.
Llegamos a su casa con total confianza, estaba su madre y su hermano pero nos daban igual. Nos fuimos a lavar ya que nos conocíamos y pues eso algo frio quizá ir a lavarte así antes de hacerlo pero como había tanta confianza era como si fuéramos pareja, era una especie de ritual.
Al lavarme no pensé en que toda mi humedad, la cual era notable en mi ropa interior que había dejado mojada. Pero al lavarme no pensé en lo que me fastidiaría eso después.
Típico ritual de inicio de sexo, nada del otro mundo, tan solo era sexo entre dos personas que se conocen muy a fondo. Apenas sin erotismo solo era la excitación que llevábamos de antes.
Por lo cual fue directo, sacó el preservativo. Yo estaba muerta de excitación. Pero no se lo llegó a poner. Metió sus dedos en la boca y los chupó fuerte.
Rápidamente me los introdujo a mi dos de golpe sin previo aviso. Entre que estaba despistada y estaba seca por culpa de haberme lavado, tuve un fuerte espasmo lo cual me hizo contraerme y que costara aun más.
Le agarré la mano. A señal de que fuera lento, no quería, solo quería que algo me reventara por dentro, pensaba en Helena, en que era ella quien lo hacía. Y al mismo tiempo en que por culpa de ignorarme había causado esto.
Pol estaba demasiado excitado, empezó a introducir más dedos, hasta que acabó con toda su mano completa dentro de mi.
Ufff... si dolía eso, no recordaba la última vez que lo había echo así sin lubricar.
Me gustaba pero el continuo roce de su mano seco me empezaba a irritar.
Sacó la mano y me la metió de una.
- ¡JODER! -no pude evitar chillar.
- tttsss, ¡mi madre!
- Eh! ¡Póntelo! -señalé el condón que estaba tirado por la cama.
Se lo puso rápido. Me partió en dos así como yo quería que me dejaran inmovilizada por una semana ahí abajo. No llegué ni a correrme, fue todo muy rápido y duro. Pero lo disfruté mucho.
Nos dormimos abrazados, como dos amigos que se quieren mucho, y así éramos desde hacía años.
Pasaron unas semanas muy difíciles. Ella apenas me miraba, mi preciada profesora me ignoraba como si supiese lo que hice aquella noche. Sentía gran culpa porque sentía como si la hubiese engañado, pero me engañaba a mi misma pensando eso, dado que ni le gustaba, ni éramos nada, ni había echo nada malo.
última semana de clases
WhatsApp:
Ana: Cielo, ¿cómo lo llevas?
Claudia: ¿Con la carta? Ya casi terminada.
Ana: ¿Cuándo se la das al final?
Claudia: hoy mismo, no aguanto más, hoy seguía borde conmigo. Se que nada más dársela no podré volver a mirarla a la cara, pero sino me volveré loca.
Ana: como tu prefieras cariño .
Después de terminar la clase de Inglés, estaba dispuesta a seguirla y darle la carta.
Ella se fue, la perdí de vista, estaba nerviosa, tenía ganas de vomitar.
No logré dar con ella, volví a acabar la última hora de clase que me quedaba, que era un examen.
Acabé antes de tiempo por lo cual podía irme directamente. Tenía que esperar a que me vinieran a buscar. Salía por la puerta del edificio caminando por el recreo/patio, pude ver su coche. Seguía aquí... era mi momento. Me quedé cerca de su coche simulando que esperaba a Karina.
Escuché varias veces la puerta pero no era ella. Pensé que al final nada y ya me iría. Pero al fin escuché esos tacones que a cada pisada que daba más se aceleraba mi corazón.
- Ey, ¿ya has salido? -me preguntó al verme apoyada en un coche.
- Sí, el examen era fácil.
- Oh, que bien, ¡me alegro! -dios... que manera de mirarme, que ojos...
- Que pases un buen verano. -dijo ya dándome la espalda en dirección a su coche.
- ¿Cómo? ¿No nos veremos más? ¿Ni la semana que viene en las recuperaciones de algunas asignaturas?
- Ah, sí, eso sí, las recuperaciones, se me habían olvidado por completo.
- Entonces nos vemos la semana que viene, que yo el resto de ésta no vendré.
- Vale. -respondí desanimada-. Que vaya bien.
- Igualmente, adiós. -dijo entrando a su coche y mirando el teléfono.
Aun temblaba, no había sido capaz de darle la carta. Estaba demasiado nerviosa, con la cara completamente roja. El corazón en un puño, ahogado y a mil por hora.
Se fue.
Llegué a casa, corriendo estaba arrepentida de no habérsela dado y no iba a esperar más.
Cogí la impresora y escaneé la carta, decidida a enviársela. Así lo hice.
Esa misma noche se me rompió el teléfono, maldito IPhone... se quedó con la pantalla negra y no tenía para arreglarlo, no había cobrado aun.
Eso me ayudaría ya que no quería revisar el e-mail, estaba convencida de que no respondería.
Pasó la semana y hasta el martes siguiente no recuperé el teléfono.
Ahí nada más abrirlo te salen los correos recibidos. De ella... no había nada. Lo sabía, la había cagado por completo.
Llegó el día que decidimos hacer una fiesta para despedir el curso aunque para algunos ya había acabado la semana anterior, excepto para los que debíamos recuperar algunas asignaturas.
Todo súper bien, en la clase traíamos champagne, vino, Lambrusco... todo tipo de pica-pica. Fue una despedida a lo grande con los profesores y con el proyector y altavoces escuchando música.
Según el horario había unos profes o otros, a primeras horas estaban los de números, química, física, mates... iban cambiando cada hora y media o así que se tenían que ir.
Hasta que escuché esos pasos, esos tacones...
- Bueno bueno... menuda fiestecita hay aquí. -dijo alegremente al abrir la puerta.
- A que si, no me esperaba todo esto. -dijo el profesor de Filosofía, al cual se le caía la baba al verla a ella.
Menudo vestido llevaba... uuff... luciendo esas piernas las cuales se les notaba algún ejercicio de gimnasio.
- Que guapa profe. -dijo John admirándola. Todos la miraron boquiabiertos.
Habló un poco con todos, casi ni me miraba. Hasta que creí que se iba. Salió por la puerta y me miró.
- Claudia, ven un momento. -dijo muy seria. uufff pifiada monumental... no debería haberlo echo. Ahora lo veía más peligroso, como que quizá lo hablaba con los profesores y la echarían por contacto con alumnos o cualquier cosa me vino a la mente.
Me acerqué a ella y cerré la puerta quedando las dos en el pasillo.
- Sígueme. -dijo en el mismo tono.
No era capaz de mirarla, solo escuchaba sus pasos alejarse de mí.
Cuando se detuvo la miré. Estaba en frente de la sala de profesores.
- Vamos ven. -dios... ese tono tan frío me daba miedo.
- No... No cal, ya está olvídalo todo.
- Eso no puede ser, ven. -dijo cada vez más seria.
- Por favor... -eso era humillante para mí.
- Claudia. -dijo desapareciendo en esa aula.
Tuve que ir... creo que jamás me he sentido como en ese momento, ese temor, miedo, tristeza, humillación, tantas cosas negativas que me daban hasta ganas de llorar. Pero ninguna me dolía tanto como el desamor, como darme cuenta de lo poco que le importaba, que no solo no le gustaba, si no que le molestaba todo lo sucedido.
Entré por la puerta con sumo cuidado. Pasó por mi lado firmemente. Tragué saliva y me hice rápido a un lado.
Cerró la puerta algo fuerte y me miró.
Ante todo decir que se que los primeros capítulos son algo pesados, con pocos diálogos. Pero son tan solo el inicio, para resumir un tanto y no hacer tan larga la historia.
Gracias por todo. Espero sus comentarios y correos.
Atentamente,
Lady.