Aprendiendo ingles de mano de dos Italianas

La historia que os voy a contar sucedió cuando decidí irme un mes a Londres para aprender inglés y allí en una academia fue donde conocí a las dos protagonistas de esta historia.

Soy un asiduo lector de esta página desde hace años y ahora me animado a escribir algunos, perdonen si la forma de escribir no es la correcta pero es la primera vez que escribo uno.

La historia que os voy a contar sucedió cuando decidí irme un mes a Londres para aprender inglés y cambiar de aires. Fui a vivir a una casa compartida con más gente de distintas nacionalidades y contrate 1 mes en una academia de inglés, allí es donde conocí a las dos protagonistas de esta historia.

Las dos están cursando una carrera en su país y habían decidido tomarse un tiempo sabático para perfeccionar el idioma y que decir darse unas vacaciones.

Eleonora es una chica preciosa, morena, mide 1,70, pechos ni grandes ni pequeños, lo suficiente para poder disfrutar de todas las maravillas que se pueden hacer con ellos y un culo muy bien formado gracias a que le gusta practicar todo tipo de deportes.

Daniela no tiene que envidiarle nada a Eleonora, más o menos se podría decir que son similares exceptuando sus grandes pechos que no hacen otra cosa que abrirte el apetito cuando lo ves, ella lo sabe por lo que no duda en explotarlo.

Lo que voy a contar sucedió una noche que decidimos quedar unos compañeros de la academia para tomar unas cervezas.

La charla fue bastante animada, no estaría seguro de cuentas pintas pasaron por nuestras manos, por lo que estábamos bastante contentos. La noche fue pasando la noche y la gente decidió irse a casa a descansar, pero nosotros tres gracias al alcohol y o bien que nos lo estábamos pasando decidimos irnos a un local de copas cercano.

Allí el alcohol siguió corriendo, yo las notaba mucho más cariñosas, surgiendo entre los tres picos, una mano por aquí otra por haya, el típico juego de pasar el hielo de una boca a otra, incluso en una de esas veces Daniela se colocó el hielo en el escote y con una sonrisa que solo una mujer es capaz de hacer, mezclando la cantidad perfecta de Ángel y Demonio me pidió que lo cogiera, yo no me lo pensé dos veces y fui a por él, aproveche para pasar mis labios con delicadeza por la superficie de sus pechos hasta que llegue al hielo y lo cogí con ellos pero no me retire, cogiendo el hielo con mis labios recorrí sus pechos con el hielo provocando que su respiración se acelerara provocando más de un suspiro en ella, Eleonora nos miraba no sabría decir si con envidia o celos, la cosa es que siguió las escena muy de cerca. La cosa se quedó ahí, seguimos bailando, ellas cada vez se rozaban más, estaba claro que debían estar notando la erección que yo en esa altura llevaba y ellas sabedoras de eso no dejaban que se bajara en ningún momento.

Daniela, entre la mezcla de alcohol y cansancio empezó a pedir que nos fuéramos, por lo que muy a nuestro pesar nos marchamos, ellas vivían cerca de allí por lo que no tenían problema, pero yo estaba muy lejos y con la ausencia de metro por la noche llegar hasta mi casa iba a resultar una odisea por lo que ellas muy amablemente sobre todo Eleonora me invitaron que durmiera en su casa.

Ellas compartían una habitación con dos camas por lo que la idea fue que ellas durmieran juntas y yo en la otra cama, y así se hizo. Nos acostamos y no puedo evitar cerrar los ojos cuando el cansancio acumulado del día empieza a surtir efecto, cuando ya estaba a punto de abrazar a Morfeo siento la calidez de otro cuerpo pegado a mí, abro los ojos y gracias a que por la ventana entraba bastante luz de la calle veo que la persona que me toca es Eleonora.

Me mira a los ojos, se acerca a mi oído y me susurra:

-Llevo toda la noche deseando poder hacer esto.

Y al momento recibo un beso cálido y húmedo de los que te hacen temblar todo el cuerpo, la aparto de mí y le pregunto por Daniela, ella esta apenas a 1m nuestro y ella con la voz más dulce y a la misma vez más morbosa me contesta:

-Está durmiendo, en el peor de los casos se despertara y sufrirá una envidia atroz.

Y en ese momento nos dejamos guiar por la pasión, nos besamos frenéticamente al borde de devorarnos, como si esta fuera nuestra última comida. Empiezo a besar su cuello, lamiéndolo saboreándolo, su respiración empieza a ser acelerada lo que denota que su excitación está creciendo a pasos agigantados.

Mis manos no paran en ningún momento de pasearse por su cuerpo, recorro cada rincón de él, reconociéndolo y para poder sentir la calidez de su cuerpo.

Le retiro la parte superior de su pijama y ante mi aparecen los pechos más preciosos que he visto en mi vida con unos pezones de una maravilloso color chocolate que me convierten por un momento la persona más golosa del mundo, los recorro intercalando mi lengua y pequeños mordiscos, continuo recorriendo su cuerpo y le empiezo a bajar sus preciosos culots y no puedo evitar lanzarme a devorar su interior, saboreo su néctar que no para de brotar provocando en ella que sus suspiros se conviertan en gemidos cada vez más fuertes, ya imposibles de disimular, está claro que ya no piensa en su compañera ya todo le da igual.

Aprisiono su hinchado clítoris entre mis labios succionándolo y lamiéndolo mientras que con dos de mis dedos la masturbo desenfrenadamente, finalmente siento como todo su cuerpo tiembla, está claro que se está corriendo, pero en vez de relajarme yo acelero todavía más mi ritmo ya que eso las vuelve completamente locas, ella para de temblar, me coge la cabeza y me da un gran beso muy húmedo en el cual noto como su lengua recorre todos los rincones de mi boca y mis labios en lo que pienso que busca recoger todo su sabor de ellos.

Me da la vuelta, me tumba y empieza a recorrer todo mi cuerpo con sus labios carnosos hasta llegar a mis boxers en los que se puede apreciar claramente mi erección, la cual ella por encima de ellos empieza a mordisquear y a lamer, yo no puedo aguantar más, deseando que ella me los baje y se meta todo mi pene en su boca, ella no se hace de rogar, me los baja y se lo mete todo en la boca empezando a mamar como su vida fuera en ello, ella de vez en cuando se la saca de la boca y empieza a masturbarme mientras se mete en la boca mis testículos, yo casi no pudo aguantar más y más cuando recorre todo mi pene desde la base con su lengua mientras me mira con la cara más morbosa que he visto nunca. Yo mientras empiezo a escuchar movimiento en la otra coma e incluso juraría que escuchaba algún gemido, pero no podía decir si era real o un producto de mi imaginación.

No aguanto más, la cojo, la tiro en la cama y la penetro con brusquedad. Ella empieza a gemir, yo diría chillar, ya nos da igual todo solo queremos disfrutar. Cambiamos de postura, ella a cuatro patas ahora mismo, la tengo agarrada de las caderas dándole todo lo rápido y fuerte que soy capaz, cuando me giro y me encuentro con la mirada de Daniela, me mira fijamente y noto como va entrecerrando sus ojos mientras noto un movimiento bajo la sabana, claramente se está masturbando. Mi excitación no puede ser mayor, estoy teniendo sexo con una preciosa mujer mientras su amiga se masturba mientras nos mira.

Este pensamiento hace que no aguante más y estoy por acabar, se lo digo y ella ante mi asombro se sale, se arrodilla para empezar chupármela lo que hace que instantemente acabe, agarro su cabeza y la apretó para que nada se escape. Giro la cabeza y mientras me estoy corriendo me quedo fijamente mirando Daniela, ella me mira con una cara de vicio y placer, cierra los ojos y tiembla, creo que ella también está teniendo un orgasmo, lo que hace que mi orgasmo se alargue. Eleonora me lo deja completamente limpio como si nada hubiera pasado, los dos caemos rendidos en la cama, la beso y no podemos evitar caer dormidos los dos.

Me despierto con ganas de ir al baño, voy con cuidado de no despertar a Eleonora, miro la otra cama y no hay nadie no sé dónde estará Daniela. Voy caminando hacia el baño y cuando llego a la puerta se abre y ante mi encuentro a Daniela, preciosa con una camiseta blanca de tirantes que marca sus grandes pechos y unas braguitas, nos miramos, hay vergüenza en nuestra mirada pero también excitación, los dos sabemos lo que acaba de pasar y a los dos nos ha gustado, la miro y no puedo evitar lanzarme a sus labios y ella me responde.

La acorralo contra la pared, los dos nos besamos con locura, le arranco la camiseta y me como esos pechos que me tienen loco, nos recorremos cada rincón de los cuerpos con nuestras manos, la comienzo a masturbar con mis dedos, primero uno, luego otro, los muevo con fuerza, ella gime alto sin importar quien la oiga. Ella me retira mi mano y separándome se arrodilla delante mía, la cogió y empezó a darle besos tiernamente y acabo metiéndosela bruscamente entera en la boca. Se la sacaba y metía bruscamente, era como si ella misma se estuviera follando la boca pero aun así tenía la suficiente habilidad para que su lengua no se perdiera ningún cm de mi grande. Era toda una experta, a este ritmo no iba a aguantar mucho así que la levante y la coloque de espaldas a mí en el lavabo. Le bese el cuello para seguir bajando con mis labios toda su espalda para llegar húmeda vagina, retire sus labios y la recorrí toda con mi lengua, recogiendo todo lo que podía. Estuve así un rato hasta que comencé a subir mi lengua haciendo pequeños círculos en su ano para acabar metiendo mi lengua en el mientras que con mis dedos masturbaba su vagina, ella no aguanto más y se corrió provocando que casi no pudiera tenerse en pie, la agarre y me rogo que la penetrara, quería más.

Así como estamos, de espaldas a mí la penetro con fuerza, comenzamos un frenético vaivén que se puede apreciar en el espejo que tenemos delante, me excita muchísimo ver su cara desencajada de placer y sus preciosos pechos bailando al son de la penetración. Ella me pide que cambiemos por lo que me siento en el wc y ella se sienta encima de mí ella empieza a cabalgar, mueve su culo en círculos volviéndome loco mientras yo masajeo su clítoris mientras ella se va penetrando, cada vez lo hace más rápido hasta que ella acaba corriéndose otra vez lo que hace que sus contracciones hagan que yo acabe instantáneamente, nos quedamos así un rato hasta que decidimos irnos a la cama, ella a la suya y yo con Eleonora.

A la mañana siguiente Eleonora me despierta con un beso el cual yo sigo comenzando a juguetear a la cual ella me responde:

-Ahora no, podríamos despertar a Daniela, anoche ya tuvo bastante la pobre tuvo que darse cuenta y quedarse con un calentón la pobre sin que nadie la consolara.

Por dentro me reía por dentro pensando, calentón no sé pero alguien sí que la consoló.