Aprendiendo Inglés
Es algo típico. Sentirte estúpidamente feliz por imaginarte algo que sabes que no pasará.
Como siempre, otro año más de mi vida empezaba, el curso comenzaba un 14 septiembre.
Era un bachillerato, los dos años anteriores para entrar en la universidad, pero el que iba a hacer yo era de adultos, ya que no era muy adecuado unirme a las clases del diurno en las cuales los alumnos tenian 18 años. Habían echo uno especial para adultos que trabajaban por las mañanas y así podían sacarse ese título para acceder a la universidad. Por lo cual eramos todos desconocidos. Como en todos sitios primero nos reunieron en una sala de actos y allí nos explicaron el curso y el horario. Ahí no vi ni conocí a nadie, tan solo fue ir a recibir el horario para empezar al día siguiente.
Llegó el siguiente día, el cual era el primero en el que nos daban las clases. Todo agradable, los profesores al ser titulados en ESO y Bachillerato no están acostumbrados a los alumnos adultos como lo están los profesores de universidad, por lo cual estos eran muy simpáticos con nosotros, sin ningún aire de superioridad, todo lo contrario, conversaban con nosotros como si fuésemos también profesores.
El resumen del primer día empezó con la clase de Inglés.
Yo me senté en primera fila, al lado de una chica la cual tenía un aspecto peculiar.
El pelo era completamente alborotado, daba un poco de impresión descuidada. Llevaba gafas, muy pequeñas para sus ojos, de esas rectangulares y finas. Por lo cual le daba poca luz a la cara. Se presentó en seguida con una gran amabilidad.
Hola, me llamo Laura. -se inclinó hacia mi en señal de darme dos besos.
Hola yo soy Claudia. -Le respondí con los dos besos.
¿Y que haces por aquí? ¿Que carrera quieres hacer? -preguntó curiosa.
Pues me encantaria hacer medicina, me apasiona todo el tema de la salud.
¡No me digas! Yo igual... -dijo impresionada.
¿Entonces haces el bachillerato científico no? -le comenté.
Sí, de específicas hago química y biología.
Perfecto, igual que yo. - comenté contenta de que tendría compañera.
Los bachilleratos todos se dividen segun la rama de carrera que quieras hacer, entonces me venía perfecto que justo la compañera con la que me sentaba tambien fuera a ser la que estaría en las clases específicas, ya que otra gente hacía economía, geografía, física...
Nos quedamos en silencio, sin saber que más decir. Hasta que de pronto entró ella, la profesora con la que practicariamos inglés y nos enseñaría más a fondo la lengua.
Hola, buenas tardes. -comentó muy seca.
Buenas tardes. -fuimos respondiendo algunos.
La verdad que era muy guapa, rubia con el pelo rizado hasta los hombros. Y debo decir que con un gusto exquisito, vestía de escándalo. Nada atrevido, simplemente muy agradable a la vista. Su parte de arriba coordinaba con sus zapatos, unos tacones bajos y su bolso también del mismo color.
Empezó a presentarse, apenas me había mirado por lo cual yo iba a mi rollo, con mi mundo y mis caballos. Hasta que escuché mi nombre.
- ¿Claudia? ¿Hay alguien con ese nombre? -preguntó de nuevo al ver que nadie respondía.
Levanté la mano rapidamente.
- Sí, disculpe. Presente. -respondí tímida.
Me miró, lo sé, pero su mirada y la mia no coincidieron ya que me daba vergüenza establecer ese contacto visual.
Al ser los primeros días siempre habían los problemas que que mucha gente no tenía los libros. Por lo cual tuvimos que movernos para quedar todos con alguien que tuviese libro. Yo por suerte Laura lo tenía y no me moví. Entonces se quedó un chico sin libro y dos personas que se sentaban juntas y tenian ambos libro se ofrecieron a prestárselo.
Ella, la profesora se negó bruscamente, no quería que nadie prestase su libro.
Que borde... -dijo Laura por lo bajo.
-me reí por lo bajo-. Pues sí, es muy borde.
La clase fue transcurriendo hasta que terminó, yo seguía a mi bola, me gustaba mucho inglés, me encantaba, pero tener un profesor deprimente hace que cualquier clase sea insoportable. A pesar de que pudiese ser guapa no lo compaginaba con amabilidad.
Fueron pasando las siguientes horas, el horario era de 17:00 a 21:30.
Teníamos veinte minutos de descanso de 19:30 a 19:50.
En el patio estuve con Laura la cual se fumaba su cigarrilo.
Entonces llegamos a las dos últimas horas de clase, que eran las dos de biologia. Por lo cual la clase se dividia y quedábamos tan solo 4 personas en esa asignatura.
El profesor se presentó, pero apenas escuché su nombre, nunca me interesaba aprenderlo.
- ¿Eddison? ¿Karina? ¿Laura? ¿Claudia? -preguntó el profesor pasando lista.
Todos fuimos respondiendo. Laura y yo eramos las únicas españolas. Por lo cual el profesor para entablecer conversación fue preguntando de dónde éramos.
Yo soy de Ecuador. -respondió Karina.
Ah, yo también respondió Eddison.
Jajaja pues no tienes acento. -dijo en tono burla.
Bueno esque nací aquí... -respondió el pobre chico un tanto intimidado.
¡Entonces no lo eres! -dijo ella jugando un poco más.
¡Ey! Yo soy Española nacida aquí pero también soy francesa. -dije defendiendo el lugar de él.
Pues eso eres Española. -dijo ella aun riendo más.
¡Nooo! Tengo doble nacionalidad, para Francia que yo viva aquí significa que soy extrangera. -dije poniendo cara de enfado pero riendo después.
Pues yo algo así también. -dijo Eddison mas relajado.
Bah, pues yo tan solo soy de aquí. -respondió Laura y nos reimos todos.
Toda la clase siguió en cachondeo, reiamos, el profesor era muy amistoso, nos contaba su vida, que tenía un hijo de un año y dormía poco por las noches... etc...
Nos fuimos a casa por fin. Me ponía a hablar con mi novia en cuanto llegaba a casa. Estabamos a distancia ella llevaba mucho de viaje, por lo cual solo teníamos Whatsapp y Skype.
Me fui a dormir tarde.
Al día siguiente me fui a trabajar con mis caballos por la mañana, que gusto y que relax sentía allí.
Llegó la tarde y empezaron las clases.
Psicologia primero. Oh que encanto de profesor, bajito más que yo que mido 1,62. El tenía el pelo medio largo y iba siempre con el maletín. Debatiamos mucho en clase, ahí conocí a John, un chico que no recuerdo de donde venía. Me hice buena amiga ya que en los debates siempre estábamos de acuerdo. También conocí a Xavi y Federico que ellos siempre pensaban lo contrario a nosotros. El resto de la clase casi nunca argumentaba nada. Yo en cambio me apasionaba psicología y filosofía, cosa que por suerte las daba el mismo profesor e iban seguidas siempre la una de la otra. Luego tuve Matemáticas, que horror por dios, yo soy de lenguas, se me dan fatal los números.
Después del patio tuvimos Inglés de nuevo.
Ahí apareció ella otra vez, bien vestida, pero con su frialdad. No era mala, en absoluto, jamás fue desagradable con nosotros en mal sentido, simplemente tenía ese vicio de los libros y era fría.
Luego hicimos castellano y para casa otra vez. E igual, me puse a hablar con mi novia hasta que me dormí a eso de las 4 am. Otra vez a la hipica a trabajar.
Así iban transcurriendo los días, me iba a dormir tardísimo, trabajaba y estudiaba. Hasta que reduje la cantidad de veces que iba al trabajo y se redujo hasta ir 3 dias a la semana, miércoles, sábados y domingos. Por lo cual las mañanas también estaba con mi novia y nuestras sesiones de sexo telefónico.
Pasaron meses y yo cada vez iba peor, no dormía, apenas podia estudiar por lo cual iba mal en los exámenes. Siempre discutía con mi novia. Y cortábamos mucho.
Hasta que un día me dejó muy enfadada, yo estaba en medio de clases, tuve que salir corriendo y escaparme de allí en clase de matemáticas. Me quedé fuera de la escuela, en un banco cerca de la entrada.
Estaba llorando como una loca. Por suerte llevaba gafas de sol y no llamaba tanto la atención de aquellos que pasaban delante mío. Hasta que vi entrar su coche, ese coche verde del cual me sabía perfectamente la matricula.
Immediatamente pensé por favor que no me vea. Hasta que la vi salir después de haber aparcado dentro de la escuela, iba en mi dirección. Contuve mi respiración ya que en ella se podía notar lo acelerada que estaba, de tanto llorar.
¿Estás bien? -dijo con la dulzura más grande con la que me habían tratado.
Sí, sí... -dije poco animada tratando de que no notara mi voz quebrada.
Bueno si no quieres no me lo cuentes. No pasa nada. -dijo tratando de darme espacio.
Y se fue. Siguiendo adelante hasta que vi que desaparecía en un edificio. Dios mio, mi corazón iba aceleradísimo. No solo del llanto y el dolor, si no de encontrarme con ella, tan solo oir el sonido de sus tacones me aceleraba, la reconocía a distancia. Poco a poco me fui calmando pensando en lo sucedido con ella y me olvidé de mi ex.
Hasta que ella regresó.
- mmm... esa cara me gusta más. -dijo acercándose de nuevo a mi.
Tan solo le dediqué una dulce sonrisa, aun tenía algun suspiro de esos fuertes que tienes después de llorar.
¿Ahora quieres contármelo? ¿Amores? -dijo dulce y curiosa.
No... -dije tímida, por alguna razón no quería decirle que había estado con alguien recientemente.
Me quité las gafas de sol, y la observé bajo la luz del sol poniéndose.
¿La família? -dijo sin saber que más decir.
No... -respondí de nuevo.
Tranquila no tienes porqué contármelo. -dijo mirándome desde su posición alta mientras yo estaba sentada. Hizo gesto de irse.
emm... -respondí intentado frenarla-. Bueno si, amores...
Tan solo decir eso se dio la vuelta y se acercó sentándose a mi lado.
- ¿Tu novio? -hizo una pausa-. ¿Novia?
Uff esa pregunta me dejó de piedra. No es usual que un profesor pregunte a una chica si tiene novia. No suele pasar por su cabeza. Y tampoco es que lo parezca creo yo.
Soy morena, de piel bronceada y doradita, piel canela. Con unos ojos verdes, y mi cabello castaño y castaño claro en las puntas dado a que se aclaran con el sol.
Siempre visto bastante arreglada, excepto los días de hípica como los miércoles que voy mas atabalada y no me da tiempo a arreglarme un poco y voy mas con bambas (deportivas), pantalones elásticos, leggins. Pero bueno en general vestía con mis zapatos Timberland cosa que en invierno primavera eran de moda, luego llevaba tejanos (jeans), y algun jersei de lana de color similar a los zapatos, tapadita pero muy femenina me gustaba sentirme siempre.
Volviendo a ese momento. A esa pregunta poco corriente.
- No... Sí... NO... -no sabía que responder, me cogió tan de golpe la pregunta que no sabía cual era la respuesta, no sabía si al decir no, decía no es chica y si al decir sí, significaba sí, es chico. Entonces me lié yo sola y no supe responderle bien.
Hizo cara de que demonios dice esta chica, pero su cara fue cambiando a dulzura de nuevo hasta que me dijo lo que más me podía animar, y solo viniendo de ella.
Pues no sabe lo que se pierde-. dijo mirándome fijamente. Dios mío, que ojos tenía, y no porque fueran azules, si no porque jamás había conocido a alguien con las pupilas tan dilatadas, su color azul era muy fino ya que la pupila ocupaba gran parte, eso intimidaba a cualquiera, pareciera un lobo, algun animal que te iba a comer.
Claudia... Créeme, vales mucho. -me acarició la mejilla.
Gracias... -dije tímidamente pero con la sonrisa más iluminada del mundo.
Justo la siguiente clase era con ella, por lo cual entré con ella y me invitó a subir en el ascensor. Ufff esa estrechez, ese contacto en el cual cuando respiraba mis pechos y los suyos se rozaban muy delicadamente.
Nada más entrar en clase, vinieron las preguntas de todos.... que me pasaba, porqué había salido corriendo... etc...
No le conté nada a nadie. Por suerte ese encuentro con la profesora me hizo olvidar gran parte de mi ruptura, me sentía feliz por algo. Es algo típico. Sentirte estúpidamente feliz por imaginarte algo que sabes que no pasará.
Karina me apretó la mano dándome como apoyo, sin saber que me pasaba simplemente me daba ánimos. Laura dejó el curso, por lo cual Karina empezó a sentarse conmigo.
En toda la clase de Inglés la profesora no dejaba de mirarme, trataba de ayudarme si lo necesitaba, estaba muy compasiva conmigo. Tan dulce... que mi imaginación volaba.
Luego tuve la última hora.
Al salir de clase me quedé charlando con dos amigas Karina y Imma. Cuando de pronto salió ella, estaba de espaldas a ella, pero en oir sus tacones pude sentirla.
Se dirigió a su coche verde, me era tan familiar ese coche, lo observaba tanto...
Metió todos los libros en él y me miró mientras las otras dos hablaban.
Y en un tono inaudible, de modo que prácticamente le leí los labios.
- Cuídate... -dijo con suma delicadeza y me dedicó una dulce sonrisa.
Era un martes, pasé mala noche, a pesar de lo de la profesora, había perdido la persona que amaba, me había echo un daño terrible y lloraba más por el dolor que me había echo pasar que por la ruptura. Hasta el viernes no tenía clase de nuevo con ella.
Oye Karina... ¿como se llama la de Ingles? -le pregunté tratando de disimular mi curiosidad.
Uff.. pues ahora que lo dices, no lo sé. -ambas reímos, parecíamos de otro mundo, pero era la costumbre de llamar a los profesores, profe y ya está.
Cuando llegó el viernes, nada más entrar ella.
- ¿Estás mejor? -me dijo en un susurro que solo yo pude ver.
Le respondí ladeando un poco la cabeza en sentido de, bueno... ni mejor ni peor, sigo igual.
Nos mandó unos ejercicios y se puso en el ordenador a mirar correos.
Quería preguntarle algo pero no sabía su nombre... y ni loca le preguntaba su nombre directamente después de que ella me ayudara, que viera que no se ni su nombre era penoso.
tsss, John. -susurré dándome la vuelta para verlo de cara.
Dime. -respondió John en bajito.
¿Como se llama la profe?
Creo que.... Helena. -me dijo dudoso.
Gracias...
Así que Helena... ahora tenía que llamarla, pero casualmente me quedé pensando en su nombre y me olvidé de la pregunta.
Puso un speaking para casa, debíamos preparar un diálogo.
Trabajé todo el fin de semana y el lunes por la mañana escribí el diálogo en Inglés, y se lo envié a Karina que no tenía ni idea de Ingles y así lo memorizaba y la ayudaba a mejorar su nota.
Karina tenía miedo escénico jajaj, bueno escénico, simplemente no le gustaba hablar delante de clase y menos en inglés.
Por suerte ese día íbamos a la clase de informática a hacer un juego en inglés de vocabulario en los ordenadores, así que antes de ir a esa clase Karina y yo practicábamos en nuestra clase habitual y de sorpresa pasó Helena... Oh que nombre...
- Chicas, ¿que haceis aqui? Vamos a informática. -dijo con su habitual frialdad.
Su simpatía duró poco, hasta que me vio mejor y pareció olvidarse de todo.
Siguió su camino a la clase de informática.
Helena, espera. -comenté rápido para frenarla.
¿Si? Nos esperab allí...
Emm bueno era por si hacíamos ahora el speaking aquí más solas...
Bueno vale... -dijo a regañadientes.
Me dolía que se 'enfadara' o disgustara por mi culpa. Tan solo quería su cercanía de los anteriores días.
Hicimos el speaking y nada más terminar se quedó en silencio un rato... Yo estaba nerviosísima y Karina relajada por fin de habérselo sacado de encima.
Claudia... es una lástima, porque realmente hablas perfecto Inglés.
¿A que si? Me encanta cuando lee en clase. -respondió Karina,
Yo tan solo pude sonrojarme, que me dijera eso... uuff que le gustara mi acento me hacia volar de mil maneras... quizá podía excitarla de ese modo...
- Ahora si vamos, que es tarde. -dijo ella sacándome de mis pensamientos.
La clase fue divertida con el ordenador y el vocabulario, era una pagina en la que pones tu nombre de usuario y salen frases en las cuales faltan palabras y en el poyector salen las frases y las palabras que pueden ir en los espacios vacíos y cada una es de un color, lo cual tu en tu pc tienes 4 colores y debes marcar el color que coincide con la palabra de ese color.
Por ejemplo en el proyector pone la frase y debajo una palabra en amarillo, otra en azul, verde y rojo entonces la correcta debo selecionar su color.
Creo haberme explicado bien... aun así no es de tanta importancia.
Terminó la clase y teníamos Catalán, lo cual no iba a ir porque a última hora tenia examen de Biología y quería estudiar hasta esa hora. Así que salimos Imma, Karina y yo juntas por el gigantesco pasillo, parecia de hospital super largo. Detrás nuestro nos seguía Helena que iba a la sala de profesores que se quedaba a mitad del pasillo.
A esa altura había las escaleras, paré y dudé en bajar. Seguí caminando un poco más.
Va Claudia ven... -dijo Imma.
No no, mejor voy a estudiar.
¿Que pasa? -preguntó Helena.
Que tengo examen no he estudiado y no quiero que me vea el profe.
Mmm.. bueno pues escóndete antes de que pase por aquí.
¿Que pasa chicas? -preguntó el de Biología.
Hola Josep. -dijo Karina.
Estamos aquí viendo que decide la señorita... -dijo Helena mirándome.
¿Y eso? ¿Elección de qué?
De si entra o no a clase... para estudiar por tu examen. -dijo Karina.
Yo tan solo puse ojos de cachorro. Mierda.
Claudia, ¡que viene! -dijo Karina un tanto alto, pero sin que el lo escuchara.
No, no, ¿y que hago?
No tenía escapatoria tenia que retroceder para ir a las escaleras y eso haría que me viera aun más. El de biología e metió en su departamento que estaba más lejos.
Helena me miraba desde la puerta de la sala de profesores.
- Métete ahí con ella. -dijo de golpe Karina.
Miré a Helena como pidiéndole su aprobación. Puso cara de duda.
- Es la sala de profesores, puede que entre aquí... -respondió un tanto molesta.
Era normal, si la pillaba en el fondo ella se la estaría jugando por mi... mejor no iba a meterla en problemas, que aunque era de adultos el curso si me quería ir podía irme delante de él, pero era un poco una falta de respeto, por lo cual prefería esconderme.
- Bueno pasa... -dijo al ver mi cara de dilema.
Karina y Imma se fueron en dirección opuesta de la que venía el profesor, iban en dirección a la clase que estaba al fondo.
En un pasillo quiza habia 60 clases muy grandes, era enorme ir de un lado al otro y con 3 pisos por lo cual no llegó a verme el profesor, creo.
Me metí en la sala con ella, acto seguido cerró la puerta y me empujó contra la pared. Aprisionándome con su cuerpo. Claro al lado de la puerta había un cristal poco ancho, no más que una persona de amplitud, pero lo suficiente para poder ver bastante, así que ahi arrinconadas en la pared no se nos veía.
En ese momento olvidé todo, solo podía percibir su olor. Me impregnaba los pulmones como si fuese una droga, como si fumara tabaco. Mordí mi labio ante esa tentación, como si fuera comestible. Cerré los ojos. Me concentré en esas sensaciones y pude notar su respiración floja pero un tanto acelerada en mi oído. Tragué saliba, estaba acorralada por sus brazos que estaban apoyados en la pared alrededor de mis pechos, por debajo de mis brazos, sus brazos y los míos se rozaban. Era suave...
Acaricié sus brazos desde los codos hasta sus hombros y ahí la empujé muy suavemente hasta que su cara quedó en frente de la mía. Su respiración caía encima de mis labios... uufff... hundí mis dedos en sus mangas como intenando no perder el control.
Me miró a los ojos, la luz que entraba por las ventanas, del sol poniéndose, un tono anaranjado y rojizo, brillaba su pelo. Sus ojos no parecían azules, las pupilas eran aun más grandes de lo habitual debido a la tenue luz. La atraje desde sus hombros un poco hacia mi y mi respiración empezó a caer sobre ella...
Se estaba poniendo nerviosa, su respiración se aceleraba más. Hasta su olor se hacía más fuerte, podía percibir un olor más... menos perfume y más corporal...
Cerré mis ojos, no soportaba tanto contacto, sus ojos...
Los abrí de nuevo, tan solo vi como observaba mis labios con ansia, quería dárselos, eran para ella, para que se los comiera.
Cerré nuevamente los ojos y su respiración cálida de hizo más fuerte, y más... y más...
Muy buenas, ha pasado casi un año, pero aquí estoy de nuevo explicando historias de la vida.
Os mando saludos, espero que sean de vuestro agrado.
Saludos desde España.
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