Aprendiendo en la Universidad (17)

Julio se queda a solas con los gemelos.

Capítulo 17 – Entre los gemelos

No sabía lo que era. Era muy familiar pero aún no daba con el sabor exacto. En cuanto puse a trabajar mi lengua y detecté esa suave y redonda forma me di cuenta de que sin duda era una polla. Paré intentando centrarme. No sabía, o no entendía que pasaba. Sin embargo lo siguiente lo tuve muy claro. Un enorme dolor de huevos me despertó brutalmente.

-AAAAAAAAAAAAAAh- grité abriendo los ojos.

Aparté la cabeza sacándome la polla de la boca. Miré a mis pelotas de donde procedía el terrible dolor y hallé la causa. Era el pie de Samuel piándomelas.

-Vaya ya se despertó el esclavo –dijo quitando la pierna.

-Qué ocurre Señor –dije mirándole asustado.

-Ocurre que me apetece una mamada. Y como no estabas muy por la labor he tenido que despertarte.

Miré a su polla justo delante de mí. Me la había introducido mientras dormía y al ver que se la chupaba decidió sacarme del más profundo de los sueños. Más que horrible era la postura y más estando atado pero tras haberme pasado el día anterior limpiando y cocinando, además de haber sido follado por Lucas dos veces tenía la necesidad de dormir, fuese como fuese.

-Claro, lo que desee Señor –dije abriendo la boca.

Me la metió de nuevo y me puse a chupársela. Pude ver que ya era de día, Samuel aún permanecía con la misma indumentaria que la noche anterior por lo que debía haberse despertado hacía pocos minutos. Su polla así lo atestiguaba, ya que me costó varios lametazos que alcanzase el tamaño habitual.

-Mmmm una mamada mañanera…. Me encanta, mi novia incluso me despierta a veces así y me pone a mil.

Proseguí chupándosela con más ganas a medida que me iba despertando. Era mi primera vez en ser despertado con una polla en la boca y no habría resultado del todo desagradable si no hubiese sido por el dolor de huevos que tenía que en ese momento me subía por el estómago. Por un rato seguí mamando, sin variar particularmente el ritmo, hasta que noté el sabor de la leche de Samuel en la boca.

-Ufff así así, sigue dándome esos lametazos.

Se estaba corriendo en mi boca, fui chupando y succionando al tiempo que tragaba todo lo que me dio hasta que se la sacó y se apartó. Me desató las esposas y pude colocar los brazos en una posición un poco más cómoda.

-Nos haces los desayunos y te piras, ¡vamos! – me dijo dándome una patada en la pierna.

-Enseguida Señor.

Obediente fui a la cocina, preparé los tres desayunos y los dejé sobre la mesa del salón correctamente colocados. Poco a poco y con caras de sueño aparecieron el resto de habitantes de la casa. Primero Sergio que me saludó con la mano y Víctor con un tímido "hola". Los tres chicos se sentaron a la mesa a desayunar, esperé al igual que lo hiciese la noche anterior en la cena a recibir algún tipo de instrucción.

-Ya puedes irte – me dijo Samuel terminándose una madalena – además tú ya has desayunado hoy jajaajaj.

-Claro Señor, adiós a todos – dije sumisamente.

Me vestí, me lavé la cara y salí del piso. Pasaba de ir a mi casa y preferí ir a una cafetería a desayunar, a pesar de la ración de leche de Samuel. En todo el día anterior a penas había comido. En cuanto terminé me fui a clase, y al entrar y sentado en el sitio habitual estaba Lucas, aún faltaban por lo menos cinco minutos para que llegase el profesor. Recordé todo el episodio ocurrido anoche y no sabía si Lucas estaría enfadado conmigo o no.

-Hola tío –dije sentándome a su lado.

-Buenas –dijo con una sonrisa.

Eso era buena señal, al menos no me odiaba.

-Lo que pasó ayer… - dije arrancándome.

-Déjalo – me interrumpió – era cuestión de tiempo que Samuel se enterase y nos intentase joder, solo espero que tenga la boca cerrada.

-De verdad que lo siento, le tuve que contar que habías sido tú, intentó follarme y claro jejeej tenía el culo lleno de leche tuya.

-Ya, claro jajaaj, la verdad es que el polvo del servicio fue una pasada, aunque el de la noche tuvo su morbo ¿eh? – dijo poniéndome la mano sobre la pierna.

-Puff y tanto jajaaj, oye, y… ¿has hablado con tu hermano de esto? – le pregunté con gran curiosidad.

-Sí, y mira, resulta que

Pero no pudo terminar. Las siguientes cuatro horas fueron frenéticas de cogida a apuntes y notas de última hora antes de los exámenes. Ese era el último día de clase y todos los profesores tenían montones de apuntes que darnos y notas de última hora sobre las pruebas finales. No tuvimos tiempo ni de intercambiar una sola palabra más. Cuando nos despedimos para irnos a comer a nuestras respectivas casas se despidió diciéndome que me llamaría a lo largo de la tarde. Yo regresé a mi casa, donde me encontré a Fernando, que amablemente me saludó y no me hizo ninguna pregunta, cosa que se agradecía y más después de haber estado fuera desde la mañana del día anterior.

Cociné para mí, hecho novedoso dentro de mi historial reciente, comí y me acosté con el fin de poder descansar y dormir la siesta placenteramente, sin el maldito y apestoso uniforme y en una cama cómoda, para variar. Pero para mi desgracia, la siesta murió antes de empezar. Apenas había cogido la postura el móvil sonó. Miré la pantalla y era Lucas.

-Holaa qué tal –dije al pulsar el botón de descuelgue.

-Hola Julio, oye quería comentarte algo, no sé si estabas haciendo algo ahora

-No, nada en particular –dije queriendo escuchar la propuesta.

-Pues mira, he hablado con mi hermano de lo que pasó ayer

-Le habrás dado las gracias –le interrumpí con tono sarcástico.

-Sí, bueno, algo parecido, y resulta, que he pensado que ya que tú también lo sabes

-¿El qué se supone que sé? – le pregunté un poco confuso.

-Joder, pues tío, que mi hermano y yo… pues eso… -dijo queriendo evadir decirlo.

-No te entiendo –dije para forzarle.

-Pues que follamos, joder que corto eres – dijo perdiendo la paciencia.

-Aaah sí, bueno, claro, bueno, ¿y?.

-Pues que hemos hablado, y bueno, resulta que Ángel tiene clases toda la tarde, y si te apetece venir a jugar con nosotros.

Por jugar estaba convencido de que no se refería a la consola, así que el plan era tener sexo con los dos hermanos. O quizás ser sometido por los dos, no lo tenía claro, y solo había una forma de salir de dudas.

-Vale, me apunto –dije finalmente.

-¡Estupendo!, pues vente ya mismo para mi casa – me dijo visiblemente ilusionado.

-Venga, pues hasta ahora.

Aunque cansado y con ganas de dormir un poco me volví a poner el uniforme, y encima la ropa de calle. Rebuscando en el armario di con una solución bastante buena al problema de la camisa, ya que llevarla con los calores que hacía empezaba a resultar incluso ridículo. Encontré rebuscando en mi armario, un polo negro, lo suficientemente ancho como para que cubriese la camiseta amarilla de debajo.

Con una erección difícil de disimular, y excitadísimo por el plan propuesto por Lucas, llegué a su casa. En cuanto el ascensor me dejó en la quinta planta entré su piso y me encontré con Christian quien vino a saludarme. Por fin era capaz de distinguirlo de su hermano.

-Hola esclavo, o Julio, lo que prefieras – dijo con una sonrisa.

-Esclavo está bien – dije queriendo quitarle tensión al momento

-Denúdate y te vienes a mi cuarto.

-¿Me quedo con el uniforme? – dije levantando el polo y dejándole ver mi camiseta amarilla.

-Puessss mira, sí déjatelo –dijo dándose la vuelta.

Aproveché mientras me quitaba las zapatillas para verle el culo, aunque era clónico al de Lucas. Vestía un camiseta corta, un short y unos calcetines blancos de adidas. En cuanto estuve con el uniforme de rigor me fui al que recordaba que era el cuarto de Christian.

-¡Vamos Lucas, ven que ya está aquí Julio! – gritó Christian en cuanto me vio.

Desde luego la actitud de Christian hacia mí había mejorado notablemente desde la última vez que me nos vimos, incluso diría que el episodio ocurrido con Samuel y Lucas había mejorado la relación, no sabía cómo, pero así era.

-Hola – dijo Lucas apartándome para poder pasar al cuarto.

Por su parte Lucas vestía igual que por la mañana, con una camisa de manga corta, unos vaqueros poco ajustados y en los pies ya no llevaba sus nike blancas sino unos calcetines idénticos a los de su hermano.

-Hola – dije mirándole con una sonrisa pícara.

-¿Qué tal si empieza con una mamada? – dijo Christian mirando Lucas bajándose el pantalón y el bóxer, dejando al descubierto su polla.

-Buena idea – dijo este imitando a su hermano.

De pronto me vi con dos pollas idénticas para mi disfrute. Me arrodillé y comencé con la de Christian. Empecé a pajearle lentamente mientras le daba lametones por todo el rabo, no tardó en ponérsele como una piedra, fue entonces cuando la descapullé y me la metí en la boca. Lucas por su parte observaba la escena masturbándose junto a mi cara. Centrado en la de Christian me dediqué a chupar con suavidad hasta que empezó a gemir.

-Mmmm que delicia, hermanito porqué no la metes tú también, donde cabe una caben dos – dijo Christian mirando a Lucas.

La respuesta no se hizo esperar. Lucas acercó su brillante polla y empezó a rozar la de su hermano hasta que me forzó a abrir más aún la boca. Me la introdujo con cuidado y empecé a lamerla junto a la de su hermano. Mi lengua jugaba con dos idénticas pollas. Con cada mano cogí una y empecé a menear la cabeza, los dos hermanos disfrutaban tanto como yo, ya que mi polla luchaba por salir del ajustado bóxer que la apresaba.

-Mmm es que la chupa de lujo –dijo Christian.

-Uff ya lo creo – dijo Lucas acariciándome la cabeza.

-Venga, únete a la fiesta ahí abajo, que sé que lo estás deseando – le dijo Christian a su hermano con una sonrisa pícara.

Me sorprendió oír esa propuesta, pero cuando me quise dar cuenta solo tenía una polla en la boca y a Lucas de rodillas junto a mí masajeando los huevos de su hermano. Saqué la polla de Christian de mi boca y empecé a pegarle lametazos como si fuese un helado mirando sonriente a Lucas que lo entendió enseguida y también se apuntó. Christian respondió con audibles gemidos al tener dos lenguas trabajándose su polla.

-Mmm así, así chicos mmm no paréis.

Durante un buen rato estuvimos lameteando a la par la polla de Christian. Lucas y yo nos peleábamos en lo que parecía un divertido juego por succionar las primeras gotas de lubricación que vomitaba.

-Venga súbete a la cama – dijo Christian mirándome.

Dejé su polla y obedecí, me coloqué a cuatro patas sobre la cama, ya que supuse que querría follarme el culo.

-Te quitaremos esto para que puedas pajearte si quieres –dijo Christian quitándome el bóxer.

-Gracias – dije.

Como ya notase la anterior vez que me folló Christian, un dedo húmedo recorrió mi culo hasta que me lo introdujo. La completa ausencia de dolor, ni siquiera molestias, hizo que me relajase por completo. Lucas se sentó junto a mí y empezó a pajearme cuando su hermano empezó a metérmela.

-Ufff sigue sigue – dije sin dirigirme a ninguno de los dos en particular.

Christian me la fue metiendo lentamente hasta que noté sus huevos tocarme el culo de pronto un gemido me distrajo, miré a mi izquierda y vi a Lucas colocándose junto a mí con un dedo de su hermano en el culo. En cuanto Christian empezó a bombear cerré los ojos, ahora entendía muchas cosas, como por ejemplo el porqué había sido tan delicado la primera vez que me petó con Ángel al lado.

-Yo también quiero hermanito –dijo Lucas de pronto.

-También hay para ti – dijo este.

Noté cómo Christian sacaba su polla de mi culo y con mucho cuidado se la metía a Lucas que dejó de pajearme. Le tomé el relevo y meneándomela observé cómo los dos gemelos disfrutaban el uno del otro.

-Uff sigue sigue – dijo Lucas cerrando los ojos y masturbándose.

-¿Has visto que hermano más vicioso tengo? – dijo Christian mirándome con una sonrisa.

-Ya lo veo jejeej – dije

-Ven levanta, quiero que se la metas a mi hermano – me pidió Christian.

Miré a Lucas como pidiéndole permiso, este me respondió con un leve movimiento de cabeza afirmativo, me puse en pie junto a Christian y esperé a que se la sacase a su hermano.

-Ahora, venga, y ten cuidado que con ese troncho que te gastas igual te lo cargas jajaaja.

-Jajajaj, no tranquilo – le dije a Christian.

Aprovechando la dilatación que le había dejado su hermano le metí la punta de mi polla a Lucas, que no tardó en quejarse.

-Ufff, despacio tío.

-Perdona – le dije.

Continué apretando poco a poco, Lucas parecía haberse relajado, la polla de Christian había lubricado bastante y tenía el camino relativamente allanado.

-Mi hermano llevaba tiempo queriendo probar tu rabo –dijo Christian de pronto.

-Joder tío podías callarte – saltó este.

-Tranquilo, no tienes de qué preocuparte - le dije a Lucas para tranquilizarle, en lo que parecía sin duda otra gran falta de discreción por parte de Christian.

Pareció funcionar y lentamente fui metiéndosela. La vez que me follé a Víctor apenas conseguí metérsela entera y no sabía si Lucas podría con ella, pero finalmente mis 23 centímetros acabaron alojados en su culo. Pude ver que estaba empalmadísimo pero no se tocaba, cerraba las sábanas de la cama de su hermano entre sus puños.

-Espera, no te pongas a darle –dijo Christian justo cuando me disponía a empezar a follarle el culo a su hermano.

De pronto se colocó detrás de mí, me levantó los brazos y me sacó la camiseta. Posteriormente y sin ninguna dificultad me metió media polla de un tirón. Poco a poco fue yendo a más hasta que me la metió por completo.

-Lo conseguimos Lucas – dijo Christian.

-¿Se la has metido? – dijo este.

-Sí sí, totalmente jaajaja.

Me encontraba en medio de algo, por así decirlo, parecía ser víctima de la fantasía de dos gemelos, con el culo petado por uno, y la polla dentro del hermano, y me sentía bastante extraño.

-Es mi primer trenecito –dije.

Una carcajada de los dos hermanos me contagió a mí también. Era una situación bastante rara y excitante. Me había convertido en el relleno de un bocadillo de gemelos.

-Venga dale – dijo Lucas.

Con gran dificultad inicié el bombeo, y Christian también. Nos costó una eternidad y varias carcajadas adaptarnos al ritmo. El placer de mi polla se juntaba con el de mi culo en lo que estaba resultando una de las experiencias más placenteras de mi vida. Tampoco parecía estar pasándoselo mal Lucas que gemía como un loco.

Tanto Christian como yo fuimos acelerando hasta que Lucas no pudo más y empezó a correrse.

-Oooooh mmmmm que ricooo seguiid seguiiid – dijo.

Incliné la cabeza a un lado y pude comprobar que se estaba corriendo como un animal, y lo curioso era que seguía con ambas manos apretando con fuerza las sábanas, que dicho sea de paso necesitarían pasar por la lavadora aquel día.

Animado por la corrida de su hermano, Christian aceleró y apretándome las caderas con sus manos de pronto redujo la velocidad y esa sensación de cálida humedad volvió de nuevo al interior de mi culo

-Mmmmm ssii.

Cuando terminó de correrse en mi culo se subió a su cama y le dejó a su hermano que se la limpiase. Yo estaba a tope y al notar la leche caliente de Christian no pude más y en una de las embestidas acabé por preñar a Lucas.

-Oooh, sii sii – dije cerrando los ojos al tiempo que le daba nalgadas.

Noté cómo mi polla se movía con gran facilidad en el culo de Lucas. Cuando se la saqué su agujero tardó un rato en cerrarse, incluso le goteaba lefa que le resbalaba por los huevos y una de las piernas.

-Déjame limpiártela –dijo Lucas.

Me subí a la cama frente a él y dejé que me la chupase hasta dejarla impoluta del todo.

-Bua que pasada – dijo Christian-, ha sido el mejor polvo que hemos echado, ¿eh Lucas?

-Y tanto tío, ufff, genial del todo.

Ambos empezaron a vestirse y yo les imité poniéndome lo que correspondía a mi uniforme y no llevaba puesto, la camiseta y el bóxer.

-Si queréis os pongo a lavar las sábanas –dije mirando las manchas de lefa mías y de Lucas que habías obre la cama.

-No hace falta, no te preocupes – saltó Lucas al ver que su hermano se lo estaba pensando – ya lo hago yo, vete a estudiar tío que estamos ya metidos en exámenes y si no nos van a dar la hostia.

-Vale, como queráis – dije abriendo la puerta del cuarto – ya nos veremos mañana en clase.

-No en clase no, que ya no hay más – dijo Lucas.

-Joder, es verdad, bueno… pues en los exámenes jejej, venga hasta la próxima.

-Adiós – dijo Christian.

Me fui a la entrada para ponerme el resto de la ropa. Había sido todo un descubrimiento lo de los dos gemelos, era una lástima que acabase el curso y en unos días debería regresar a casa tras acabar los exámenes, sin embargo aún me quedaba alguna que otra sorpresa.