Aprendiendo de una madura (3)

Suspendido en anatomía femenina. Ella me corrige.

Del capítulo anterior…

Mi vecina se pone cómodamente boca arriba sobre la cama, se pone un cojín bajo las nalgas para levantarlas un palmo y pone las piernas separadas y haciendo puente.

Ven aquí y come todo lo que quieras. Te voy a enseñar como tienes que comer el coño a una mujerdice haciéndome gestos con la mano para que me acerque.

Completamente hipnotizado me acomodo entre sus piernas y me dispongo a seguir al pie de la letra todas sus indicaciones.

Capítulo 3 - “Aprendiendo anatomía”

—    Oye…¿tú sabes lo que es el clítoris de una mujer? me pregunta tras poner la palma de su mano sobre su abultada vagina.

Casi me atraganto al tragar saliva para poder contestar, se me ha hecho en la garganta. Esta pregunta no me la esperaba. Mientras yo preparo mi respuesta, la señora se empieza a tocar con toda la intención del mundo. Se pasa la yema de los dedos de abajo a arriba recorriendo desde cerca del ano hasta coronar por encima de su raja.

—    Claro que se lo que es… donde está el punto G… el punto  que hay que encontrar con la polla durante el coito para dar el máximo placer a la mujer— respondo con la satisfacción del que sabe haber dado la respuesta correcta a una pregunta difícil

Las carcajadas de la mujer no se hacen esperar y son tan estruendosas como inesperadas por lo que tiene que dejar de tocarse pues ambas cosas al mismo tiempo no son posibles.

—    Anda, “pa’ ca”… antes que nada… necesitas una lección de anatomía femenina—  me dice indicándome dónde y cómo me tengo que poner para ver bien lo que me quiere mostrar.

Ella se prepara también para estar cómodamente recostada sobre la cama, coloca las almohadas en el cabecero detrás de la espalda para apoyarse y quedar parcialmente erguida. Las piernas separadas,  formando un puente con lo que  todo su entrepierna queda perfectamente expuesta.

—    Cada mujer tiene su coño particular, no hay dos iguales… y nos gusta oír que el nuestro es el mas bello, el más apetitoso—

—    Te tienes que fijar en sus formas, como son los labios, como se comporta ante las caricias y adaptarlas a su reacción—

—    El mío es grande y carnoso, con unos labios internos amplios, son sensibles me gusta que me los chupen. Otros serán como una rajita sencilla, como una boquita sin labios—.

—    Si separas los labios veras la entrada de la vagina, normalmente rosada pero también puede ser oscura color castaña, pero siempre muy sensible que reaccionara muy bien a tu lengua—

—    Es la parte mas intima de una mujer y tienes que estar dispuesto a darle todos tus cuidados y caricias. Si lo haces bien…tendrás a todas las mujeres a tus pies—

—    Esto es la punta del clítoris…pero el clítoris es como un árbol….que hunde sus raíces en la tierra… se entiende por toda la vulva… debajo de los labios…a ambos lados… y solo asoma la cabecita. Puedes dar placer a tu pareja tocando todas las terminaciones que hay alrededor de la rajita—.

—    Dame la mano…dejala muerta..yo te guio y te enseño como hacerlo—

Mientras me va guiando para que yo descubra  e identifique cada rincón de su pubis, mi vecina Herminia se va tocando sus vulva, con maestría, con conocimiento, con experiencia acumulada. ¡Ufff vaya coño tan hermoso!, nada que ver esos coñitos de muñeca que se ven en las revistas de modelos o en algunas pelis porno que había visto anteriormente.

No es un coño para picotear , es un coño para sentarse a la mesa y disfrutarlo como un primer y segundo platos juntos. Se me hace la boca agua, lo tengo delante y puedo tomarlo.

Herminia, atrapa entre sus dedos medio y anular el canutillo que se forma en la parte superior de los labios interiores. Los cuatro dedos, dos a dos, acarician los labios desplazándose de abajo a arriba, dejando en medio de las parejas el mini pene que emerge de entre los labios.

Ufff, cuanto más lo frota más se levanta, parece que se hincha y se pone más tieso.

—    Esto es la puntita del clítoris… es muy delicada…se tiene que tratar con muchooooo cuidado y respeto— me dice al tiempo que con dos dedos tira de la piel para que aparezca una especie de bolita brillante y sonrosada.

—    Esto sí que es mi perlita…mi clítoris… delicado como un pétalo, aunque a veces quiere que le de unas palmaditas— dice para a continuación darse unos golpecitos con la punta los cuatro dedos justo encima.

Luego vuelve a pasar la mano repetidamente sobre la raja, aplastando los labios hasta hacer que se separen y dejan salir sus flujos hasta humedecer toda la vulva.

—    ¿Estás viendo como se hace?...fíjate bien… luego lo harás tu— me dice consiguiendo ponerme todavía mas cachondo y a la vez nervioso.

—    Mira… mira este en mi botoncito del placer— me dice al tiempo que vuelve a echar hacia atrás el capuchón de piel que protege su perlita.

Es tan hermoso y grande que parece como si ella tuviera una mini picha, que al retirar la piel mostrara un glande parecido al mío.

—    “¿a qué te gusta?... acércate y chúpalo como si fuera el mejor caramelo del mundo y quisieras que te durara toda la vida— me propone.

Separa un poco mas la piernas para que me pueda acercar mejor a chuparle su garbancito. Yo me siento atraído como por un imán…cuanto más me aproximo más ganas tengo de meterme en la boca esa rica peladilla.

Cuando la tengo alcance, saco la lengua y la paso un par de veces por la superficie, mientras ella lo mantiene cogido entre sus dedos índice y pulgar, expuesto, levantado y prisionero sin posibilidad de retirada.

—    Uhmmm… mi ángel… que rico me lo haces— me dice entre jadeo y jadeo, manteniendo su otra mano encima de mi nuca para asegurarse que no la voy a dejar a medias.

—    Si, siiii… chúpamelo …chúpalo todo…mételo en la boca, dale con la lengua…así, asiiiiií…sorbe con mucho cuidado….y ahora comételo con los labios— me ordena manteniendo la presión sobre mi cabeza.

Yo muy obediente sigo todo lo que me manda, no soy consciente del mucho placer que le estoy dando hasta que, como si de un manantial se tratase, sale una andanada de flujos que me llena la cara y la boca.

—    Uffff, que cabrón eres…me has hecho correrme como una perra— me confiesa entre sorprendida y extasiada.

Yo esto no me lo esperaba, me ha sorprendido mucho, pensaba que se había meado en mi cara, pero sin duda esto algo distinto. Ha sido todo de golpe, no huele a nada y tiene un ligero sabor dulzon. En días posteriores me explicó que algunas mujeres y en algunas ocasiones su orgasmo viene acompañado de una expulsión súbita de líquidos como el que acabo de presenciar.

Me echo hacia atrás para contemplar de cerca su enorme vulva, su desarrollado clítoris, todo ello completamente mojado.

Yo creía que con eso ya habíamos terminado y me daba por satisfecho, pensando que ahora me tocaría a mi para liberar toda la tensión acumulada en mi huevos y mi polla.

—    Uffff, cómo me he puesto… eres un angelito muy lindo …pero me tienes que dejar que siga solo sola… otro día de enseño más cosas …ahora necesito rematar eso por mi cuenta— me dice.

Me siento sobre la cama, echándome un poco hacia atrás manteniendo la visual centrada en su enorme y jugoso chocho, con intención de no perderme ningún detalle de lo que suceda a continuación.

Mi curiosidad se ve satisfecha cuando Herminia se masturba de una forma explosiva delante de mis narices. Empieza bajando los dedos al tiempo que los hunde entre sus labios que ahora se presenta hinchados y maleables. Luego los separa, poniéndolos de par en par, para que le pueda ver el interior.

Se frota duro e intensamente , pasando la mano de arriba abajo, suspira, gime…abre y cierra las piernas atrapando su propia mano entre ellas. Luego se vuelve a despatarrar separando las piernas tanto como puede, se pone la mano sobre el tercio superior de la raja, y mueve la mano a un lado y a otro, como yendo de una pierna a la otra.

Al principio, lo hace despacio, poco a poco va incrementando el ritmo hasta que termina de una forma frenética, frotando sin parar y gimiendo como si la estuviesen matando. Grita tan fuerte que se me pone el vello de punta, si no estuviese viéndola mientras se masturba de esta forma tan salvaje, podría pensar que la están maltratando por los gemidos y gritos que se le escapan de la boca.

Yo estoy extasiado, boquiabierto y pendiente de todo lo que estoy viendo. Durante un instante me miro hacia la polla y la veo próxima a reventar, mojada y brillante, al estar llena de líquido pre seminal, preludio de una inminente corrida.

No contenta con el frote de sus dedos sobre el clítoris, pone la mano encima de la raja, dobla sus dos dedos centrales hacia su vulva y los clava hasta que se pierden completamente entre los labios. Con los dos dedos dentro tira de su mano hacia arriba, dándose así enérgicos tirones que deforman su vulva y que la colman de placer.

—    ¡Qué corrida más bestial! Hacía mucho., mucho tiempo que no sentía algo igual” —me dice mientras alterna entre frotar los labios de abajo a arriba, el clítoris de un lado a otro y meterse los dedos de una forma salvaje.

—    ¡Ahhhggg! me voy a correr otra vez… prepárate…me viene…me viene…— dice completamente fuera de sí.

A continuación  se separa los labios con lo dedos para dejar que salga un buen chorro de jugos en medio de unos fuertes gemidos y gritillos incontrolados simultáneos a un brutal orgasmo. Aprieta las piernas entre si para contener su corrida, suspira, respira hondo, gime y a continuación bien un nuevo grito tan fuerte y sorpresivo que me asusto y me vuelvo a fijar en su entrepierna que vuelve a estar completamente abierta.

Vuelve a salir otra andanada de jugo vaginal como si saliera de un surtidor. ¡Uhmm que maravilla! Cuando deja de salir Herminia abre y cierra las piernas varias veces como si quiera con este gesto liberar la tensión acumulada.

Estoy tan excitado, tan sorprendido, tan maravillado de tal prodigio, que me la meneo con brío unas pocas veces, justo lo suficiente para correrme encima del pie de mi excelente instructora.

Deverano.