Aprendiendo de dos lobas

Este es mi primer relato, intento narrar mi primera relacion Bisexual, sin buscarla,

En la actualidad tengo 35 años me llamo Jesús y nunca he contado a nadie la experiencia que voy a intentar narrar:

De joven era un chico normalito pelo Rubio, alto, delgadito y de carácter reservado.

Mi novia se llamaba Marta, una chica morena, buenas tetas, la recuerdo delgadita y un "sol", siempre alegre y siempre dispuesta a hacer reír a cualquiera. Como compañera de cenas y fiestas era un diez y en la cama lo daba todo para poder pasar momentos inolvidables.

Nunca puede quejarme de nada incluso, cuando tenía la regla no tenía problemas en mantener relaciones sexuales.

Una noche de fiesta loca con unos amigotes decidimos ir a probar suerte a una discoteca frecuentada por gente mayor, la mayoría divorciados con ganas de pasar un buen rato en un ambiente acorde a su edad.

En la entrada nos hicieron pagar 500 pesetas, para nosotros era una pasta, pero el morbo de encontrar alguna mami cachonda nos pudo y pagamos.

La disco era muy cutre, moqueta roja por todos lados, barras de escay granate con chinchetas y música de hacía dos décadas, la media de edad era 45 años y nosotros éramos 5 chicos de 17 años y bajábamos mucho la media.

Pedimos una copa y en seguida ya estábamos en la pista, las mujeres no nos hacían mucho caso, estaba claro que pasaban de los niñatos, tres de mis amigos cansados de entrar a cuchillo a cualquier cosa que se meneaba tiraron la toalla y se largaron echando pestes del local y de las tías. Juan y yo decidimos darnos otra oportunidad.

En una de las muchas incursiones a la barra me puse al lado de una señora rubia, por cierto era el color de pelo predominante en la sala, pelo rubio y media melena. Las chicas de nuestra edad lo llevaban largo y pocas eran rubias.

Al girarme, con las copas en la mano rocé su brazo y derramé parte del cubata. Pedí mil disculpas y ella me disculpó

Al llegar a la pista le di la copa a mi amigo y seguimos con nuestra caza, pero todas pasaban olímpicamente de nosotros, cuando ya empezaba a dar por perdida la noche vi a la mujer de la barra. Me estaba mirando, nos cruzamos la mirada y me acerqué. Fue ella quien puso mi su boca al lado de mi oreja y me preguntó la muy socorrida pregunta de la época.

-qué hace un chico cómo tú en un sitio como este?

Yo y casi nadie de mis amigos utilizaba esas palabras para romper el hielo, era poco original.

  • intentar conocer a alguien interesante como tu- respondí

  • pues, por lo que veo, tú y tu amigo poco éxito tenéis. Sois muy jóvenes y aquí buscamos algo más experimentado-

Esas palabras me jodieron bastante, qué era eso de experimentado?

-perdona la preguntita. Qué significa experimentado? Pregunté

  • pues alguien que sepa tratar bien a una mujer, ya sabes, que se vuelque con ella, que no sea egoísta, "un dame y yo te doy". Me entiendes? Matizó.

-claro que te entiendo mujer, pues yo busco lo mismo y apesar de mi edad, no me considero para nada egoísta. puntualicé

-por cierto cómo te llamas?

-Angeles y tú?

-Jesús

  • encantada, nos sentamos? Me preguntó.

Los nos dirigimos a la parte de reservados de la discoteca, cuando nos sentamos, estuvimos callados un par de minutos y ella rompió el silencio.

-Qué te pasa? Jesús, no sabes que hacer? Trátame con naturalidad, cómo si fuera una chica de tu edad.

Entonces sin pensarlo dos veces la abracé y le besé los labios, un beso sin lengua y esperé su reacción. Ella me miró y sonrió.

-sigue. Me dijo.

El segundo beso fue con lengua, muy intenso y aprovechando la oscuridad del lugar apoyé mi mano en su pecho, manoseé su teta y ella ni se inmutó. Viendo su actitud pasiva introduje mi mano bajo su falda. Abrió sus piernas, aparté sus bragas y pude tocar su sexo. Un coño rasurado, no muy húmedo, pero era normal, no había tenido tiempo.

Angeles empezó a tocarme el paquete y estuvimos como 15 minutos "dándonos el lote" hasta que apareció una señora vestida con camisa a cuadros y tejanos. Se acercó a nosotros y dijo

  • Angeles, que hacemos ?

  • Pues no sé aun. Jesús te presento a mi pareja, se llama Mercedes, te gusta?

Esa tal Mercedes era de lo menos apetecible del local, pelo corto, gordita y vestía como un lechador, pero me limité a sonreír.

Mercedes me miró y le preguntó a su novia.

-Como está? Es guapo, joven, tiene buena pinta, no?

-La tiene dura y parece una L,le podemos dar una oportunidad. Contestó Angeles

Las dos lesbianas estaban hablando de mí como si yo no estuviera presente, me trataban como una mercancía, pero me daba igual, en ese momento quería follar y ellas lo sabían.

  • Mira Jesús, mi chica y yo hemos salido de fiesta para encontrar algún hombre que nos haga compañía esta noche y repito solo esta noche. Te gustaría someterte a nuestros juegos sexuales? Te aviso, nos gusta jugar fuerte, somos lesbianas pero a veces nos apetece tener una polla de verdad en la cama.

Mercedes era fea de cojones, en cambio Angeles tenía morbo, no era una preciosidad, eso estaba claro. Pero la idea de estar con dos tortilleras me ponía mucho. Sería como en una peli porno de bajo presupuesto ( de muy bajo presupuesto)

  • Claro que acepto. - quien se iba a negar, pensé

  • pues la primera condición es convencer a tu amiguito que se venga con nosotros. Dijo Mercedes

  • Eso está hecho. Me levanté y fui a buscar a Pablo, le conté lo que había y nos dirigimos a buscar a las dos "damas".

Los cuatro salimos del local y nos fuimos andando hasta su casa, vivían a 5 minutos de la disco.

Entramos en su piso y sin mediar palabra, nos dirigimos a su habitación, un cuarto grande con una cama enorme y un sillón.

Las dos tortilleras empezaron a acariciarse y besarse, mi colega y yo nos miramos y nos acercamos.

Mercedes nos dijo que no, que ahora era su momento y nuestro segundo objetivo era excitarlas, pero lo teníamos que hacer nosotros solos sin tocarlas, para empezar nos teníamos que desnudar y masturbarnos delante de ellas.

Eso no nos costó nada, nos desprendimos de la ropa y empezamos a pajearnos. Miré a Pablo y disimuladamente me fije en su polla, era muy larga y gruesa.

Las dos amantes se estaban tocando la una a la otra, se frotaban el clítoris, lo sabia por las clases de educación sexual, dónde estaba mas o menos el famoso botón del placer femenino, pero yo nunca lo había buscado, me limitaba a penetrarlas con el dedo y la polla.

Mercedes se quitó los vaqueros y se sentó en el sofá, abrió sus piernas y nos dijo:

  • me gustaría ver como me chupáis el conejito, Jesús empieza tú primero.

Me arrodille y puse mi cabeza entre sus piernas, su coño también estaba depilado y desprendía un olor íntimo intenso, saqué la lengua y empecé a introducirla dentro de ese coño grande, lo hice como pensaba que se hacía, con fuerza y violencia. Mercedes me cogió del pelo y me dijo:

  • no tienes ni puta idea de comer coño, Pablo vamos a probar contigo.

Pablo se puso a gatas y empezó a lamer ese coño maduro, parecía que lo hacía con más delicadeza y Mercedes comento.

  • Angeles! Este sí que sabe comer un coños, no como tú amiguito, enséñale como se hace!

Angeles me cogió de la nuca y puso mi cara a un palmo del culo de Pablo

  • Jesús la vagina de una mujer es muy sensible y si lo chupas mal puede doler, yo te enseñaré a satisfacer a tus futuras amantes, el coño se lame con suavidad, como los gatos cuando beben leche. Estos no meten toda la cara en la leche. Sacan la lengua con delicadeza y acarician el plato de leche. Tú tienes que hacer lo mismo, sacar la lengua todo lo que puedas. Ahora no me lo vas hacer a mí, se lo harás a tu amiguito. Imagina que su ano es mi coñito. Si lo haces bien practicarás conmigo.

Yo iba como una moto y no me lo pensé mucho, mejor dicho nada, saqué la lengua y empecé a lamer el ano de Pablo, el sabor era muy distinto, era mi primer culo que chupaba, el olor también era diferente, pero enseguida me acostumbre y la idea de chupar el culo de un tío me ponía.

Pablo al notar mi lengua en su trasero empezó a moverlo, parecía que le encantaba. Allí estábamos los tres, yo comiendo el culo de Pablo y él el coño de Mercedes. Entonces noté como Angeles abría mis nalgas y pasaba

su dulce lengua, la sensación era buenísima, mi polla estaba a tope. Entonces me hizo parar y comentó

  • antes de follar tienes que ser follado, así de esta manera, sabrás lo que siente la persona a quien penetras. Mientras hablaba Angeles se colocaba un arnés con un consolador de color rojo.

Me estiro a la cama boca arriba, puso mis piernas apoyadas encima de sus hombros abrió mi culito e introdujo la puntita del consolador.

  • no te preocupes, no te va a doler mucho, recuerda: todas las mujeres hemos pasado por esto, relájate.

Sus palabras sobraban, a mí me estaba gustando. Notaba como ese consolador entró dentro de mí, entonces Angeles se quedó quieta unos segundos.

  • cuando penetras a alguien te aconsejo que hagas como yo, una vez hallas introducido la polla espera unos segundos antes de empezar a bombear, así, dejas que su vagina o sobretodo culo se acostumbre a tener una polla dentro y le será más placentero.

Luego empezó a mover sus caderas, me estaba follando el culo, el placer era intenso, giré la cabeza y a mi lado estaba Pablo, con la misma pose que yo. Mercedes también se lo estaba follando.

Ni me acuerdo el tiempo que nos estuvieron follando, pero si recuerdo como las dos mujeres a la vez nos dejaron de penetrar y se sentaron encima nuestro y cambiamos los papeles, ahora éramos nosotros los que las estamos follando, bueno miento lo único que hacíamos era mantener nuestras pollas dentro de sus coños. Ellas eran las que se movían. Otra vez eran ellas las que dominaban la situación.

Nos corrimos casi a la vez y entonces nos dijeron que nos fuéramos.

Pablo y yo ni nos despedimos, salimos de ese piso con la orejas gachas, nos habían follado y dominado un par de Tías y encima habíamos mariconeado entre los dos.

Esa no fue la ultima vez, pero ya os lo contaré.