Aprendiendo con maduros (1)
Primera entrega de una historia real dividida en 7 capítulos en los que una joven descubre los placeres del sexo con maduros. Así fué mi primera vez con un maduro.
Me llamo Nuria. Tengo 25 años y me considero una chica normal. Estatura media (1,63), 50kg, pelo largo, ojos marrones y pechos pequeños (talla 87) aunque redondos y firmes. Desde siempre me han llamado la atención los hombres maduros. Lo que mas me atrae de ellos es su personalidad, su seguridad en si mismos y su experiencia que les dota de ese conocimiento que les hace saber lo que necesita una mujer en cada momento y mucho mas en cuestiones de sexo.
Mi primera vez con un maduro fue a los 22 años. Antes de eso había tenido novios de mi edad con los cuales el sexo había sido placentero, aunque después de haberlo hecho con maduros me doy cuenta que aquello con lo que yo me quedaba satisfecha era solo la punta del iceberg y que no tenia nada que ver con el maravilloso orgasmo que te puede llegar a proporcionar un maduro. Carlos (asi se llama mi primer amante maduro) tenia por aquel entonces 58 años y era el panadero del barrio. Estaba casado, tenia el pelo canoso y se conservaba bien físicamente. Le conocia desde que nos trasladamos a vivir al barrio hace unos 12 años y se mostraba muy cordial conmigo. Cuando compraba el pan siempre me regalaba alguna galleta o rosquilla y yo me iba encantada a casa.
Con el paso del tiempo empece a mirar a Carlos de otra manera. Mi curiosidad por los maduros empezo a aumentar cuando tenia 19 años y desde entonces me preguntaba como seria una relacion con uno de ellos. Un par de meses antes de cumplir los 22 mi novio me dejo y tras pasar el mal trago de la ruptura decidi que debia probar aquello que tanto me apetecia. Eran las fiestas del barrio y estabamos todo el mundo en la verbena. Mayores, pequeños, padres, madres.... todo el barrio disfrutando de la musica. Me acerque a uno de los puestos a tomar un refresco y alli estaba Carlos, charlando con unos amigos. Cuando me vio me saludo y me invito a un refresco. Yo llevaba un vestido blanco de verano de una pieza, ajustado y escotado de cintura para arriba y con falda de vuelo hasta la rodilla. Mientras charlaba con Carlos observe como su mirada no se apartaba de mi escote. Al principio me hizo sentir avergonzada pero poco a poco y gracias a su forma de hablar y tratarme pase a sentirme muy atractiva y deseada.
Carlos se fue a casa con su esposa a eso de las 10. Al dia siguiente debia madrugar para tener el pan preparado para el barrio. Yo me quede de fiesta con mis amigas y eran casi las 4 de la madrugada cuando me fui a casa. De camino a mi casa pase por la panaderia y me di cuenta que la puerta del almacen estaba abierta y que habia luz, asi que decidi entrar. Alli estaba Carlos. No se si fueron los combinados que habia tomado con mis amigas pero le vi más atractivo que nunca. Cuando su mirada se cruzo con la mia me puse roja como un tomate. Quise decirle algo pero de mi boca no salia la mas minima palabra y al darse cuenta fue Carlos quien inicio la conversación:
¿De retirada ya Nuria?
Si, ehhhh, bueno.... habia entrado para ver si tenias rosquillas preparadas y asi desayunaba algo antes de irme a la cama
No se por que creo que las rosquillas son solo una excusa.
En ese momento queria que me tragara la tierra. Quise correr pero mis piernas no se movieron. Carlos se acerco a mi y me beso en los labios. Fue un beso corto pero intenso, dulce pero apasionado, inocente pero muy morboso. Estaba nerviosisima pero Carlos me tranquilizo diciéndome que no iba a pasar nada que yo no quisiera. Escribio una dirección en un papel y me dijo que si queria podiamos estar los dos a solas al dia siguiente a las cinco de la tarde. Me fui a casa totalmente descolocada. Habia conseguido lo que queria hace tiempo pero el miedo y las dudas invadieron mi cuerpo. ¿Qué hacia una chica de 22 con un señor de 58? ¿era solo curiosidad lo que tenia? ¿Estaba preparada para llegar al final? Mi cabeza daba vueltas a todas estas preguntas pero finalmente el sueño pudo conmigo y cai dormida.
Al dia siguiente me levante casi a la hora de comer. No tenia hambre por los nervios pero me force a comer al menos un poco de ensalada. Después de comer sali a pasear por el parque para intentar aclarar mis ideas. Después de muchas vueltas decidi que al menos debia probar la experiencia y luego ya decidiria. Fui a casa, me duche y me vesti de una manera comoda pero sexy a la vez. Un top blanco bien ajustado y sin sujetador que marcaba bien mis pechos, una minifalda negra con un tanga negro a juego y unas sandalias. Un poco de maquillaje y unas gotitas de perfume terminaron por dejarme preparada. Me mire al espejo y me sentí muy bien. Estaba guapa, juvenil y atractiva pero sin llamar tampoco demasiado la atención.
A las cinco de la tarde me presente en la dirección indicada. Carlos me abrio la puerta y me ofrecio un refresco. Le espere sentada en el sofa y nos pusimos a charlar amigablemente hasta que nos quedamos sin conversación. Habia llegado el momento de ir al grano y fue Carlos quien llevo la iniciativa. Me beso en los labios y a medida que avanzaba el beso su lengua se fue abriendo camino por mi boca. La suerte estaba echada. Mi lengua respondio a su beso y Carlos entendio que era el momento de dar el siguiente paso. Mientras nuestras lenguas seguían cruzandose en nuestras bocas sus manos se deslizaron por mis muslos, luego por mi cintura para terminar acariciando mis pechos, primero por encima del top y seguidamente por debajo.
Luego paso su lengua por mi oreja, me mordio el lóbulo, beso mi cuello para terminar quitándome el top y lamerme los pechos. Su lengua se ocupo primero de uno mientras su mano me acariciaba el otro y me daba pequeños pellizcos en el pezón que hacian volverme loca. Para entonces mi tanga estaba ya mas que mojado. Me segui dejando llevar por su buen hacer y Carlos volvio a besarme en los labios mientras su mano se deslizo entre mis muslos, hizo mi tanga a un lado y busco mi clítoris. Cuando lo encontro comenzo a estimularlo con movimientos circulares lentos para ir aumentando el ritmo a medida que me iba notando mas excitada hasta que llego lo inevitable. Tuve un orgasmo delicioso y quede tremendamente satisfecha, pero aquello no habia hecho mas que empezar. Sin tiempo para reponerme Carlos se arrodillo, me quito la minifalda y el tanga (para entonces el ya estaba solo con el boxer), hundio su cabeza entre mis piernas y se comio mi tesorito de una manera increíble. Su lengua era muy experta y mi excitación se movia en funcion de su lengua. Me tenia entregada y unos mordiscos muy suaves que me dio en el clítoris hicieron el resto. Mi cuerpo se estremecio, mis muslos aprisionaron su cabeza y de mi boca salio un grito de placer. Habia sido el mejor orgasmo de mi vida.
Tras esto Carlos se sento en el sofa. No hizo falta que me dijera nada. Me tocaba a mi. Con alguno de mis exnovios me habia visto en alguna situación similar pero habia una gran diferencia: con ellos me sentia obligada a devolverles el placer pero a Carlos estaba deseando darselo. Mi mano acaricio su polla por encima del boxer. Para entonces ya la tenia completamente dura. Se quito el boxer y por fin pude verla. Era mas bien pequeña pero tremendamente gruesa. Comence a masturbarle suavemente (algo en lo que ya tenia bastante experiencia) y poco después me arrodille delante suyo para comérsela. Me pidio que le mirara a los ojos mientras lo hacia y comence con mi tarea. Bese su punta, su tronco y finalmente sus huevos que seguidamente comence a lamer mientras mi mano pajeaba suavemente su verga. Luego subi con mi lengua por todo el tronco, lo lami como si fuera un helado para llegar finalmente a la punta y meterme su polla en la boca. Comence a mamarsela demasiado rapido (en chuparla no era tan experta) pero Carlos agarro mi cabeza y me hizo ir mas despacio hasta que finalmente encontre el ritmo adecuado. Estuve un buen rato mamando (para entonces mis exnovios ya se hubieran corrido un par de veces) hasta que Carlos me tomo del brazo, me sento encima suyo y me pidio que le cabalgara como una amazona.
Para entonces mi coño estaba ya otra vez lubricado y pese a costarle un poco meterse aquella verga (era demasiado gruesa para un coño tan estrecho) finalmente lo consiguió generando un torrente de sensaciones nuevas. Me senti llena con aquella polla llenando por completo mi vagina, sintiendo su contacto y dureza con mis paredes. Carlos me agarro fuertemente de la cintura y me estuvo llevando hacia arriba y abajo hasta que encontre el ritmo adecuado. Estaba en la gloria cabalgando aquella polla mientras sus manos amasaban mi culo, le daban algun azote y su lengua lamia mis pezones alternativamente. Después de un buen rato cabalgando Carlos estaba llegando tambien a su punto máximo. Gemia con fuerza y me decia cosas como "sigue cabalgando putita", un comentario que jamas hubiera permitido a mis exnovios pero que viniendo de la boca de Carlos me parecio todo un piropo. Cabalgue con fuerza y por fin llego el momento deseado. Carlos inundo mi coño con su semen y mi cuerpo reacciono con un orgasmo todavía mas intenso que el que habia tenido mientras me comia el coño. Estuve un rato sentada encima suyo con su verga dentro, quiza por el cansancio pero principalmente porque esta muy sensible y sentir su polla llenando mi coño me producia una sensación muy placentera.
Cuando por fin nos desenganchamos nos lavamos volvimos al barrio por caminos diferentes por si las moscas. Habia oido a muchas mujeres hablar de orgasmos salvajes, pero aquello habia superado todas mis expectativas. Fueron tantas el cumulo de sensaciones que me hicieron darme cuenta que lo que me habian dado mis exnovios solo era una parte minima del placer que se puede recibir con el sexo. Y lo mejor de todo es que aquello no habia sido mas que el inicio de un monton de experiencias maravillosas que viviria con Carlos y que ire contando en próximos capitulos de esta serie.
Espero que os haya gustado. Si quereis hacer algun comentario podeis mandarlo al siguiente email: enuriah@hotmail.com