Aprendiendo a vivir (VIII)

Ultimos capitulos

Llegó la semana de puertas abiertas a la universidad, esa semana nos daban fiesta para que alumnos de institutos, familiares y demás gente vieran la universidad por dentro, las charlas que había etc.

Aproveche ese mismo lunes para seguir zanjando temas. Me dispuse a ir al colegio donde Padre Jesús trabajaba como profesor de religión cuando Marco me llama al móvil para que vaya al piso. Pensando que le había pasado algo pues llamó muy misterioso fui corriendo.

Cuando llegué me encuentro a Marco en el salón hablando con Héctor.

-¡Que haces tu por aquí?,- le pregunté y le abracé como quien abraza a un hermano que hace mucho tiempo que no ve.

-Nada tio, que me han hechado de la resi por llegar el sábado borracho a las tantas, dar mucha guerra y despertar a los curas.

Nos reimos los tres a la vez.

-Por cierto- continuó.- el padre Jesus pregunta mucho por ti, si te vemos, que es de tu vida, ese quiere meterte en sus filas…- dijo bromeando y volvimos a reírnos.

-Yo le había dicho que tenemos dos habitaciones pero que podemos compartir piso los tres.- dijo Marco.- aunque duerma el en el sofá o en un colchon hinchable.

-Anda, anda, que va a dormir aquí en el sofá, mi cama es de matrimonio, que duerma conmigo y listo. Pero sin mariconadas eh.. – bromeé, porque sabia su reticencia hacia los gays..

-Si a ti no te importa, por mi bien.- dijo Héctor y allí nos quedamos en el salón a tomar algo.

Luego le enseñé el cuarto, el baño, vamos un poco el piso, y estuvimos toda la tarde viendo pelis y jugando. Total que no fui a buscar a Jesús ese día…

Por la noche, estábamos cenando Marco y yo cuando entró en la cocina Héctor, sin camisa y en calzoncillos. Que paquete marcaba el cabrón. Me quedé embobado mirándoselo.

-Tio, no me seas gay y deja de mirarme la poya.- me dijo

Disimulé y le dije –Tio, no te estoy mirando la poya sino el tatuaje que llevas en la pelvis, ¿Qué coño es eso?

Y era cierto, llevaba un tatuaje super raro, y logré salir del paso, porque me contó que eran letras árabes que significaban no se que frase, tonterías vamos. Pero por lo que vi parecía que le molaba el ir asi, casi desnudo por la casa.

Por la noche llegó nuestra primera noche juntos. No pasó nada, ni esa ni las siguientes. El dormía en su lado, en calzoncillos, y yo en el mio. Cuando nos metíamos en la cama hablábamos un poco de temas chorras y dormíamos, como si de dos hermanos se tratara. Eso si, muchas mañanas despertábamos o bien pegados el uno al otro, o bien el abrazado a mi como cual oso de peluche… Me gustaban esos despertares en los que sentía su paquete en mi culo y él abrazado a mi. Yo me hacia el dormido y el se despertaba e iba a la ducha.

Héctor ya he dicho que era un gran chaval y estaba bastante bueno, pero había algo que no me gustaba y era su actitud cuando salía de fiesta. Su objetivo los jueves universitarios no era salir a pasarlo bien, era ir a follar. Si follaba al dia siguiente estaba contento, si no follaba, al dia siguiente y los dos o tres días siguientes también estaba de una actitud bastante desagradable.

Al principio lo aguantas, pero pasan las semanas y te vas cansando un poco de la situación, y yo me iba cansando porque como no follaba, eran todas las semanas aguantándole.

Durante esas semanas fui unas cuantas veces al colegio donde trabajaba Jesus. Iba a la hora del recreo con la intención de hablar con el, pero cuando le veía en el patio del colegio algo me echaba para atrás. No era miedo, no puedo describirlo con palabras pero pasé de verle y tener ganas de sentirle dentro de mi, a verle y tener como desconfianza.

Llegó como todas las semanas el dia de salir y Héctor se arregló y salió.

-¿Tu crees que esta noche ligará?- me preguntó Marco.

-¡Que va!, mañana habrá que aguantarle otra vez, ya veras.- le respondi.

Y no me equivoque. Al mediodía, volvi de la uni y a los minutos el también. Tiró la mochila en el suelo y ni saludó.

Yo estaba en la cocina preparando la comida, cuando entra super enfuscao.

-Joder,¡ tengo las pelotas llenas!. ¡Como se puede ser tan zorra!, te calientan la poya toda la noche y luego se hacen las estrechas. Buff voy a reventar como no folle ya.-dijo medio gritando. Arto de él y yo que también llevaba un tiempo sin darle, pjues el subconsciente me traicionó.

-Bajate los pantalones y te vacio los huevos, asi dejaras de quejarte- le respondi también en plan alto.

Se quedó callado, yo también y el silencio fue muy cortante.

-Tio… ¿va en serio?.- me preguntó con voz entrecortada y dubitativa.

Yo pensé que me iba a preguntar que si era gay, y cuando le iba a contestar que no, que era porque estaba arto de su actitud, ya se estaba desabrochando los pantalones y bajándose los calzoncillos.

-¡Que haces?.- le dije mientras le miraba la poya y esos dos huevos bastante gordos, jodersi que tenia leche acumulada.

-Tio, descárgame los huevos, hazme una paja, venga sin mariconadas, si quieres te hago otra a ti. – me respondió

Seguía alucinando. Se me acercó y me cogió la mano y me la puso en su poya. La aparté rápidamente pero se la volvi a agarrar y mirándole a los ojos empecé a pajearle.

-buffff, ohhh, ahhh, siii- gemia mientras se la meneaba, ya digo mirándole a los ojos. Estaba tan caliente que aproveché, me agaché, me la metí en la boca y no me dijo nada, sino que me folló la boca. Esta a punto de correrse, me saque la poya y se me corrió en la cara y camisa. La cantidad de leche que me echó, igual fueron nueve o diez chorros intensos.

Héctor se subió los pantalones y mientras me limpiaba le dije:

-Si, soy gay.-le dije

-Ya lo sabia, ¿o te crees que no te he oído hablando con Marco?-me dijo- el también es gay verdad?-

-Si- respondió Marco. Lo había visto todo desde el pasillo, y estaba con la mano sobándose el pantalón cuando contestó

-Que panda de maricas tengo como compañeros de piso.-dijo en plan guasa y nos echamos a reir.

Ahora en el piso todos sabíamos de todos y eramos mas libres y tan libres….. ese fin de semana yo me fui a mi ciudad a hacer unas cosas y ver a la familia. No pude volver el domingo, y les avise a estos que no contaran conmigo en unos días.

Llegué el miércoles a la noche al piso. El piso estaba en silencio. Pensaba que no había nadie en casa, y me dirigí al cuarto. Cuando abrí aluciné mucho. Estaba Marco comiéndole la poya a Héctor. Los dos me miraron con cara de vergüenza.

-Seguid con la fiesta, yo os espero en el salón.- les dije.

No tardaron en aparecer los dos, no creo ni que Hector acabara.

-Tio no pienses mal, yo soy hetero y me molan las chicas pero joder los gays la comeis mejor que las tias.- se excusó Hector. Marco ni me miraba.

-Yo no soy quien para juzgaros a ninguno, es mas, me parece genial, pero solo te voy a decir una cosa, tu no eres hetero o al menos ers bisexual, y cuanto antes lo aceptes y encuentres tu camino mejor para ti. Yo también pase por ahí, y estoy encontrando el camino.-le dije a Hector

Héctor se fue a su cuarto. Miré a Marco y con una sonrisa picara me despedí de el

Continuará (últimos capítulos)………