Aprendiendo a vivir (VI)

Esa vez no quería follarme como siempre, quería que yo le follara a él. Esos días eran días de principio de curso, de vuelta a las novatadas y de mis ultimos días en aquella residencia...

A aquella vez con el Padre Jesús le siguieron muchas otras a lo largo del verano. Cada dos o tres días venia a mi cuarto y entonces empezaba el puro vicio y el sexo salvaje con él. Ya dije que sus embestidas no eran precisamente cariñosas, sino que era un puro animal en celo en la cama.

Quiero aclarar que mis relaciones con Jesús siempre fueron sin condón porque era de total confianza, y obviamente solo se acostaba conmigo y yo por entonces solo me acostaba con él.

Cuando llamaba a mi cuarto a eso de la medianoche, yo estaba ya listo y esperándole, le abría la puerta, me lanzaba a su cara y comenzaba la acción. Mientras él me besaba pasionalmente yo le desabrochaba la sotana y comenzaba a jugar con su miembro.

Le lamia las pelotas, le mordisqueaba los pezones, el también me la comía a mí de una forma indescriptible. Practicamos a lo largo del verano todas las posturas posibles, en la cama, encima del escritorio, en la ducha… había días que dormíamos juntos, y como a cada noche, le seguía el día… esos despertares eran indescriptibles.

Tras un beso y caricias en el pecho de buenos días, comenzábamos a jugar cada uno con el miembro del otro, no fallábamos porque la gente estaba pululando pero si nos pajeabamos y nos corríamos en el pecho del otro.

La verdad que la cosa estaba muy bien. Aunque sabía que eso no iba a ningún lado pero tener un macho animal que me dominara era increíble.

Uno de esos días, ya acabando el verano y a pocos días de comenzar las clases, el cura que llevaba la residencia me paró en el comedor, quería comentarme una cosa:

-Me han dicho que han odio, como decirlo… ruidos extraños en tu habitación por las noches. Ya sabes que no está permitido traer a chicas, es motivo de expulsión.-me dijo todo serio

-¿Yo?, que va!, estese tranquilo que aquí no traigo a ninguna chica-y no mentía, para que quería a nadie de fuera aunque fuera chica teniéndolo dentro- puede confiar en mi.-finalice

Pues debió ser que no se fió mucho de mí porque desde ese día y de vez en cuando, aunque cada día menos, le veía rondar por el pasillo donde vivía varias veces, eso sí, solo durante el día.

Esto se lo dije a Jesús, y dejamos de quedar una semana para que las cosas se calmasen y evitarle problemas a él.

Tras estos días de margen y ya volviendo las cosas a la calma, volví a quedar con Jesús y comenzamos otra vez nuestros encuentros nocturnos. Tras una semana sin vernos el Padre Jesús tenía las bolas cargadas de amor para mí, esa noche parecía un animal:

-Desnúdate-me ordenó. Yo obedecí, estaba desenado sentirle dentro de mí

Se acercó a mí, yo estaba con el corazón a cien por hora. Se agachó y empezó a sacarle brillo a mi polla. Comenzó con lamidas suaves y pronto se la metió en la boca, y hasta la garganta en varias ocasiones. No daba crédito. Se levantó, me abrazó fuertemente, sentía cada músculo de su cuerpo en el mío y empezó a besarme apasionadamente.

Se me apartó y se puso a cuatro patas en la cama, aun con la sotana puesta.

-Follame.- me ordenó

Me descolocó. Un puro animal, quería que me lo follara cuando siempre era él?.

-¿A que esperas?.- dijo con ansia

Me coloque detrás de él, le ensalivé un poco el culo, lo mismo hice con mi polla y la coloque en su culo. Empecé a empujar, al principio costó bastante, le dolía, y tenía que morderse la mano porque le dolía pero poco a poco comenzó a entrar más suavemente y entonces se relajó. Me tumbe encima de él y jugaba con sus orejas y cuello para que se relajara y pronto empecé a cabalgarle.

La sensación de follar un culo no es comparable como la de que te lo follen a ti, era diferente, ahora le dominaba yo, y le embestía como él hacia conmigo. Gemía, y para evitar que lo hiciese le tapé la boca con mi mano mientras seguía follandole. Podía notar su respiración caliente y agitada en mi mano. Eso me ponía más caliente. Estuve unos minutos…

-Me corro.- le dije

-Acaba dentro- me ordenó. Y así lo hice. Tras unos cuantos chorros, saque mi polla de su culo y vi como mi semen le salía del culo y le caía por el muslo.

Luego se pajeó él y se corrió en su pecho.

-¿Por qué?.- le pregunté

-Porque hoy quería ser yo el dominado. Me besó, y nos dormimos.

A la mañana siguiente, nos despertamos, y tras ducharme yo salí de la habitación mientras Jesús se terminaba de despertar y vestir. Bajando las escaleras estaba el dueño de la residencia. Intente pasar rápido pero me paró.

-Se que esta noche has llevado a alguien a tu cuarto, me lo han dicho. Es la última vez que te lo paso, la siguiente quedas expulsado de aquí.

Al principio me sentó mal, pero luego pasé mucho de sus palabras y empecé a pensar en esa noche. Había follado a Jesús, mi primer culo…

Cuando llegue al comedor, vi que ya estaban llegando la gente, tanto los chavales de siempre como los nuevos… esa mañana conocí a Héctor…

Héctor era un chaval de 18 años recién cumplidos, y recién llegado a la residencia. Estudiaba lo mismo que yo, por lo que le tocaría ser mi novato aquel año en novatadas. Además de él estaban otros dos chicos más para que fueran mis novatos: Lucas y Daniel.

Héctor era hetero, había tenido novia, y tenía cierta reserva sobre los gays. Aún así, nos iríamos conociendo y llegaríamos a ser grandes amigos, pero ya llegaremos poco a poco  a eso.

Como decía habían llegado los nuevos y con ello novatadas. Ese año tenía a tres tíos bastante decentes delante de mi para hacerles novatadas:

-Héctor, un chaval fuerte de gimnasio, guaperas con pelo largo, castaño, ojos marrones.

-Lucas, delgadito, un poco pijo, rubio, típico niño tonto con pasta, pero bastante cachondo.

-Daniel, un chico regordete y tímido. Con pluma, y afeminado. Pelo moreno a lo hemo…

La primera noche estamos todos os chavales de la residencia juntos y les hicimos correr a las tres de la madrugada, gran putada porque al dia siguiente tenían clase. Cuando a la hora o asi terminaron de correr casi todos se fueron de vuelta a sus cuartos excepto los míos. Yo no tenía clase al día siguiente y quería aprovechar el buen tiempo de septiembre por las noches para deleitarme la vista un poco.

-Vamos a la piscina, os vais a meter..- les ordené

Dani no quería, le daba cosa y en un par de ocasiones quiso volverse pero le dije que las conecuencias sería peores (mentira pero bueno). Lucas, el pijo, dijo que con ropa no se metía.

-Pues sin ropa.- saltó Héctor.

-Eso en bolas, como machos leñadores.- solté yo en plan broma. Y nos reímos todos.

Total que así fue, a las cuatro largas de la mañana en la piscina de la residencia desnudos los cuatro.  En el proceso de quitarse la ropa, no pude observar muy bien sus rabos porque estaba oscuro pero en los juegos dentro del agua si que pude palparlos con roces “sin querer” y alguno gastaba buena tranca.

La verdad que en realidad lo que hicimos fue conocernos un poco mejor, no fue una novatada como tal y ellos así lo vieron. Volviendo a la resi, Lucas y Héctor fueron a sus cuartos, iban más adelantados. Yo iba con Dani, y llegando a mi cuarto le pregunté.

-¿Eres gay?.

-Se quedó rojo y me dijo –no no, que va…-

-No disimules, se te nota mucho.-le respondí

-Si tio, pero no me hagas ninguna novatada por ello. – me pidió.

Abrí la puerta y le empujé adentro. Me bajé la bragueta, me desabroché el pantalón y me saqué la polla.

-A mi también me gusta esto, no tengas miedo y disfruta.- le dije. Yo estaba descontrolado aquel momento pero el, aunque se notaba su falta de experiencia se agarró a mi poya y comenzó a pajearme. Ya digo que se notaba que no había cogido muchas, igual era la primera, pero que estaba muy agusto también se notaba porque se sacó su poya y se pajeó.

-Me corro.- le dije. –Yo también- me respondió.- y acabamos en una toalla que tenia a mano. Limpiamos todo un poco y se fue. Al minuto llegó Jesús.

-¿Qué hacías con ese a estas horas?.-me preguntó celoso

-Nada, de novatadas.- le respondi

-No me mientas, te lo has follado.- me soltó con cara de enfado.

-No, solo nos hemos pajeado, sabes que sexo solo tengo contigo por eso follamos sin condon..- le dije ya en tono serio.

-Demuestramelo- me ordenó mientras se desabrochaba.

-No tengo nada que demostrarte. No son horas y quiero irme a la cama.- le abrí la puerta y se fue enfadado.

A los dos días, cuando llegué de la uni a mi habitación, me encontré con una nota del cura jefe de la resi, que tenia un plazo de 48 horas para abandonar la residendia. Bajé abajo y hablé con él.

-El Padre Jesús me dijo que la otra noche te vió con una chica en el cuarto y me lo comunicó al momento.- me dijo. Yo no daba crédito. – Ya te he pasado muchas de estas y no puedo aguantar mas esto en mi residencia.. bla bla bla…

Seguía hablando pero yo desconecté pensando en la reacción de Jesús. Estaba atónito, no se que lograba con aquello. Subí a su cuarto pero uno de sus compañeros me dijo que se había ido a unas convivencias.

Bajé a nuestra planta y fui al cuarto de Marco. Allí le dije que me habían hechado de la residencia y que me iba a piso, que ese mismo dia buscaría uno. Marco me dijo que si encontraba uno económico y bueno que me seguía, le agradecí el detalle.

Esa tarde busqué piso, uno de dos habitaciones cerca de la universidad, con piscina cubierta, gimnasio comunitario y pistas de deporte y asequible.

A la noche me despedí de los de la residencia y también y sobre todo de Héctor ya que Marco se venía conmigo… y así fue como me fui a piso.

Desde allí seguía mandándole correos a Alberto de los cuales nunca tenía respuesta contándole todo lo que me pasaba. Pensaba en por qué Jesús reaccionó como reaccionó, estaba muy confundido y pensando, ahora que no tenía “sexo asegurado” como podría tener con Jesus o con Dani allí en la resi cuando quisiera, con quién iba yo a desahogarme ahora… me quedaban dos opciones: o tentaba a Marco sabiendo de su forma de pensar o me iniciaba en el cruissing…..

Aunque luego aparecería una tercera…