Aprendiendo a suplicar
Abro la puerta de la habitación sabiendo que me tiene algo preparado, aunque no puedo llegar a imaginar en este momento lo que realmente me espera...
Abro la puerta de la habitación sabiendo que me tiene algo preparado, aunque no puedo llegar a imaginar en este momento lo que realmente me espera.
Que maravilla, no puedo evitar decir eso en voz alta al abrir la puerta de la habitación del hotel. Estoy encantada , sé que me tiene algo preparado para hoy y no es la primera vez que me sorprende con una visita a un hotel pero desde luego no estoy acostumbrada a esto.
Aire acondicionado a la temperatura ideal , baño amplio con un gran jacuzzi y una gran cama dominando la habitación en el centro y unas velas. Y cuatro días por delante.
Hay una nota en la cama y veo que tengo una bebida preparada en la mesita, recojo ambas cosas y me siento tranquilamente en la cama:
- " hola putita, espero que te guste la habitación la noche va a ser larga. Ponte cómoda y esperame. Pronto estaré contigo"
Disfrutando del ambiente de las velas me tomo la bebida a pequeños sorbos , desde luego conoce mis gustos perfectamente, mi bebida preferida preparada como a mi me gusta. Apuro la bebida dejando la nota en la mesita y me quedo pensando porque no me espera en la habitación como siempre, al fin y al cabo las velas estan encendidas y casi enteras y como respondiendo a mis pensamientos la puerta se abre.
Corro a ponerme de rodillas y a esperarlo, llevo puesto mi sujetador y mi braguita, me he distraido y no me ha dado tiempo a quitarmelo, mi Señor se acerca a mí y me levanta, me da un beso profundo y húmedo, no puedo evitar responder y El me lleva hasta la cama, suave, dulcemente. Alargo mis brazos quiero tocarlo, sentirlo, pero El responde congiéndome fuertemente de las muñecas con una mano y sujetándolas por encima de mi cabeza, se acerca a mi, voy a besarle pero mi Señor aparta sus labios, lo justo para hacer que los desee pero no llegue a ellos, de repente me dice:
- Mal, muy mal mi perrita, has dejado encendidas velas cerca de las cortinas y de la moqueta y has desobedecido quedandote en sujetador y braguita, uhmmm has sido una perrita mala.-
Entonces coge de debajo de la almohada algo suave como la seda que pasa por mis manos y agarra mis muñecas, me ha atado las manos a la cama, en un momento me he quedado atada y excitada. Acerca sus labios a los mios, yo voy a responder pero los deja a escasos milímetros de mi boca, intento llegar a ellos desesperadamente, pero se nota que estoy bien atada, totalmente a su merced. Acerca sus labios a mi oido y me dice:
- Te voy a hacer sufrir hasta que supliques de placer.Ya te lo dije putita te espera una noche muy larga.-
Se aparta, se quita algo de ropa dejando su torso completamente desnudo y me contempla unos segundos que parecen minutos, a una cierta distancia. Observo como me recorre con la mirada de arriba a abajo, lentamente, mirando cada parte de mi cuerpo con tranquilidad. Mi Señor se acerca de nuevo y me dice:
- Eres muy atractiva, decididamente me apasiona tu cuerpo, tienes unos pechos que me encantan, besaría todo tu cuello y bajaría hasta besar cada parte de tu cuerpo. Y de hecho lo voy a hacer. Te soltaría ahora mismo putita. Pero no lo voy a hacer , AUN no estas preparada. Además has sido una perrita mala.-
Saca una bolsa de debajo de la cama y esboza una sonrisa, la sonrisa que siempre pone cuando prepara algo, yo muevo la cabeza intentando ver lo que hay en la bolsa, mi Señor intuyendo mis intenciones saca un pañuelo negro de seda y me venda los ojos. De repente me he encuentro maniatada, vendada, totalmente expuesta a mi Señor y sin saber que va a hacerme. Noto como empieza a recorrer todo mi cuerpo con su lengua, a darme besos, se detiene en mis pechos, me quita el sujetador, los masajea, los muerde, los lame, hace con ellos lo que quiere, mi coño se empieza a inundar de flujos, me esta excitando como nunca. Mis pezones responden de inmediato, poniéndose duros, como a mi Señor le gustan. Entonces le pido que me folle, que me use, que haga conmigo lo que quiera, que soy suya. Pero mi Señor me responde:
-No no, eres mi perrita. Quiero jugar con mi perrita. Además aún no estas preparada para eso. -
Sigue lamiéndome los pechos y empieza a bajar, cuando llega a mi braguita, la retira primero con la boca, luego quitándomela de golpe, y sigue con su lengua por mis piernas, dando suaves besos a mis muslos, asi llega a mi coño, lame suavemente mis labios, mete la lengua en mi vagina, hasta llegar a mi clítoris, empieza a lamerlo, lo besa, introduce su lengua en mi vagina, apresa mi clítoris con sus labios, lo succiona, de vez en cuando sopla suavemente, unas veces lo hace lento otras completamente acelerado, una mano sube hacia mi pecho, lo masajea, lo aprieta, mientras con la otra mano introduce un dedo en mi vagina, luego otro y así hasta tres, y me va follando, estoy acariciando el orgasmo, me muevo para llegar a el. Y de repente me dice:
- No no, ¿se iba a correr mi putita tan pronto y sin pedir permiso?
Entonces siento algo frío en mis pezones, esta utilizando un hielo que hace que me tense y que el orgasmo desaparecezca. Mi Señor posa sus labios en los míos y mientras me dice:
-Voy a calentarte otra vez. Quiero que me supliques correrte perrita.
Vuelve a repetir el proceso, pero esta vez cuando estoy llegando al orgasmo y sabiendo que no me dejará, no aún, me tenso esperando el hielo, pero en vez de notar algo frío, noto algo caliente y doy un grito, esta usando la vela, va dejando caer gotas de cera en mis pezones, no es un dolor intenso, pero si lo suficiente para evitar una vez más el orgasmo, luego echa más gotas por mi coño, parece divertirse, entonces vuelve a repetir el proceso, lo hace 3 o 4 veces, alternando el hielo con la cera, de manera que nunca sepa que es lo que va a suceder, hasta que me sale:
- No pares mi Señor, ha sido genial, pero no puedo más.
Me mira seriamente, no le ha gustado mi contestación y me dice que vuelva a pedirselo, que hasta que no aprenda a suplicarselo no me dejara correr y que la noche es muy larga, que tenemos mucho tiempo. Entonces me dice:
- Que tal si añadimos unos extras- Coge el elixir de menta y lo aplica a mis pechos y a los labios de mi coño, sabe que eso me hace excitar muchísimo y añade al oido:
-No te preocupes, si hay algo que me gusta es torturar a mi perrita a base de placer. Voy a hacer que te corras una y otra vez hasta que pierdas la cuenta de los orgasmos, pero para ello tendrás que suplicarlo cada vez.
Inmediatamente sigue masajeando mis pechos, penetrándome con los dedos y chupando y lamiéndo mi clítoris, le da unos mordisquitos, yo lo miro y entiendo, se lo suplico con mis ojos, con mi voz, con todo mi cuerpo, entonces satisfecho mi Señor me da permiso para correrme y tengo un orgasmo brutal, El mantiene su boca rodeando mi clítoris, no sé lo que dura mi orgasmo pero yo ni respiro, cuando creo que va a parar vuelve a comenzar de nuevo, una y otra vez, entre la situación, la menta y mi excitación voy por el cuarto orgasmo y sigo excitada, no he perdido la cuenta de los orgasmos,porque he ido pidiendo permiso cada vez, pero ahora deseo sentirlo dentro de mí. Entonces mi Señor va bajando el ritmo y acerca su polla a mi coño rozandolo varias veces con ella, yo estoy completamente mojada, y lo miro impaciente y entonces me dice:
- Sabes Nat, no debes estar preparada, ni siquiera me lo has pedido, no te he oido pedir que te folle-
Las lágrimas resbalan por mi mejilla, no puede ser, entonces todo mi orgullo se desvanece y le digo lo que siempre tanto me ha costado y mi Señor siempre ha querido oir:
-Mi Señor si estoy preparada, metemela, follame por favor, te lo suplico, te lo suplico de verdad-
El me responde: -Ummm mi putita esta aprendiendo, ¿Me lo suplicas? has dicho la palabra clave. - Dice con una amplia sonrisa. Me desata y me ordena ponerme a cuatro patas, como una buena perrita y mete su polla de golpe, un grito se escapa de mi garganta, más de placer que de dolor, mi Señor inicia un mete y saca duro, salvaje parece que quiera partirme en dos, en un momento llega mi nuevo orgasmo y El esta a punto de explotar, entonces saca su polla de mi coño y la coloca en mi boca, sé lo que quiere la limpio de mis flujos, mientras mi Señor empieza a follarmela, descargando todo su semen, sé lo que debo hacer no dejar caer ni una sola gota, lleva su mano hasta mi coño, moja sus dedos y me los ofrece, como siempre los lamo como si fuera su polla, entonces vuelve a mojarlos y empieza a jugar con mi ano, sabe que no me gusta, pero yo también sé que no importa si me gusta o no, si ha decidido hacerlo lo hará, así que lo mejor es que intente relajarme, pero sigo tensa, mi Señor lo soluciona enseguida, me da unos azotes en el culo, le encanta, como siempre son fuertes, pero lo justo para poner colorado mi culo y que me escueza un poquito, a la vez que siempre consigue que me relaje, entonces su polla entra en mi culo, la deja descansar ahí, hasta que mi ano se acomoda a ella, y empieza a meter y sacar muy suave, me muero de placer, esta vez ni lo pienso, y de mi boca sale, sin ninguna clase de orgullo ni de vergüenza:
-Mi Señor, sigue te lo suplico, dame más fuerte, follame lo deseo, necesito que lo hagas mi Señor
Llegamos al orgasmo los dos, y entonces mi Señor se corre, noto su semen inundando todo mi culo, me abraza, me besa, me lleva hasta la ducha, me enjabona con su mano, pasandola por todo mi cuerpo, recreandose en mis pechos y mi coño, otra vez estoy excitada y a mi Señor le pasa lo mismo, me gira y hace que apoye mis manos en la pared y desde atrás penetra mi coño, es el premio a mi comportamiento, sabe que es la postura que más nos gusta a los dos, entonces nos olvidamos de todo, el mundo no existe, solo El y yo, cuando acabamos, nos relajamos en el jacuzzi, me lleva a la cama y me dice:
- Descansa putita, duerme un rato la noche es larga y la próxima lección es sobre una cosa que te da mucha vergüenza, pero que hoy superaras.....masturbarte, quiero ver como lo haces...piensa y sueña con ello mi putita...