Aprendiendo a ser una guarra
Mis primeros pasos en el mundo del cibersexo, mostrando mi lado oculto tras una ruptura, a las ordenes de un madurito que me enseño el camino del exhibicionismo en mi epoca de universitaria.
Os relataré en varias entregas los episodios mas excitantes de mi vida sexual hasta ahora. Son vivencias totalmente reales, que espero que os guste tanto como a mi recordarlas.
Me llamo Silvia, tengo 23 años y estudio Psicología en Valencia. Hace más o menos 5 meses corte con mi novio por motivos de infidelidad (le pille haciéndose un ciber con otra chica en Badoo).
Comencé a salir con amigas de la “Uni” por la zona de pubs, para olvidarme de ese gilipollas y venirme arriba de nuevo. Al principio me costaba salir y dejar atrás todo lo malo vivido, pero al cabo de unos días me di cuenta de que salir con amigas y emborracharme con ellas me encantaba. Nos contábamos todo lo guarro que habíamos hecho con chicos, experiencias actuales, etc. Alexandra, una chica de intercambio rusa, nos explicaba al dedillo sus aventuras de cibersexo, algo que yo nunca había probado, y de cómo en más de una ocasión quedaba con tíos o parejas para follar, tras haberlos conocido en chats o redes de todo tipo. Me asustaba la idea de que un día la hicieran algo, aunque ella tomaba precauciones, como decir a una tercera persona de confianza donde iba y con quien, el riesgo siempre estaba ahí. A todas se nos acercaban babosos de todo tipo, también buenorros que acababan en los pisos compartidos, pero para mí, pasar a mayores aun estaba lejos, y cuando se iban a sus respectivos cuartos a practicar sexo, yo me retiraba discretamente (no quería enrollarme con alguien por miedo a que me hicieran daño de nuevo). He de admitir que en comparación con mis amigas paso un poco desapercibida, ya que ellas son pivones en toda regla. Yo no me considero que este mal con mi metro sesenta y mis 52 kilos, 100 de pecho y media melena. Digamos que soy un tapón atractivo jajaja.
Cuando lleguaba a mi apartamento, me rondaba la cabeza las calientes experiencias de Alexandra con la webcam, un método estupendo para tener sexo anónimo y sin ataduras de la manera más discreta posible. Tanto darle vueltas hizo que sin casi darme cuenta, me encontrara empapada en más de una ocasión.
Una de esas noches me arme de valentía. Fui a la habitación de mi compañera de piso (era fin de semana y estaba en Madrid, en casa de sus padres), le cogí su cámara web, busque en su cajón el disco de instalación y me dispuse a ir a mi cuarto, conecte mi pc, temblorosa y nerviosa, no atinaba ni con la clave. Instale la cam y tras varios ajustes ahí estaba yo, una cría con ganas de probar nuevas locuras.
Entré en varios chats de adultos, paginas especializadas en salas de intercambio de parejas y cosas así. Entre los muchos privados que me abrieron me gusto Maduro44, ya que se ofreció a enseñarme el camino de la sumisión suave, y eso de sentirme una perrilla utilizada me dio un morbazo enorme. Tras una breve conversación le di mi Skype. Cuando me envió su llamada (quiso conocer primero mi voz, sin imágenes de video) juro que se me salía el corazón de las tetas. Acepte la llamada, uno o dos segundos después, me hablo, me puso la piel de gallina su voz, grave y masculina, de autoridad, de jefazo.
Me saludo por mi nombre de chat, Elbereth23. Lo primero que me dijo es que si me encontraba incomoda, se lo hiciera saber. Le dije que no, que estaba muy calentorra. Me pregunto que qué llevaba puesto, y tras decirle que realmente estaba semidesnuda, con una camiseta y unas braguitas minúsculas, me ordeno que me vistiera como una puta para él, me pintara los labios y que no volviera al micrófono hasta que el reflejo en mi espejo me devolviera la imagen de una autentica guarra.
Seleccione un vestido de fiesta negro, super ajustado, que utilizaba para Nocheviejas y eventos por el estilo. Medias de rejilla que le pille prestadas a la tonta de mi compañera de apartamento, unos zapatos de tacón de chúpame la punta, también negros y una gargantilla oscura con pequeños brillantes que iba a juego con todo. Pero faltaba algo, mi cara necesitaba un tuneado morboso. Me repase el maquillaje y le añadí un pintalabios muy rojo. Ahora estaba lista para ese misterioso amiguito.
Lo cierto es que no se si mi nerviosismo me puso las pilas, pero tan solo había tardado 8 minutos en reaparecer en el Skype. Le pregunte tímidamente si seguía ahí, me contesto que si, si estaba dispuesta a hacerle pasar una buena noche. Le dije que era suya. Me encantaba la situación, mis pezones estaban duros y en punta, mi coño no podía estar más caliente. Comenzamos a jugar.
Maduro44: Quiero que me indiques como estas.
Elbereth23: Muy mojada. Deseosa de que me veas.
Maduro44: Antes de que me enseñes nada, quiero que me digas que te has puesto para satisfacerme.
Elbereth23: Sujetador y braguitas de encaje, un vestido negro muy ajustado, medias de rejilla y taconazos.
Maduro44: Bien, quiero que me envíes video conferencia, deseo verte.
Elbereth23: ok
……………. ……………..
Maduro44: Solo puedo verte de labios para abajo, quiero verte la cara.
Elbereth23: Es por seguridad, es la primer..
Maduro44: Esta bien, finalizare la conexión, ha sido un placer.
Elbereth23: Espera, ¿está bien. Así?
Mostré mi rostro, muy tímida y bajando casi la mirada…
Maduro44: Te has pintado muy bien. Eres realmente guapa. Los labios tan rojos me gustan. Ponte de pie, date la vuelta.
Le obedecí…
Maduro44: Eres realmente morbosa, pequeña y tetona, esbelta y con buen culo. Creo que hoy hare de ti una autentica puta. Lo primero que vas a hacer es meterte el dedo en el coño, quiero saber lo excitada que estas.
En ese momento hice paso a paso lo que me ordeno, y aunque a él no le veía, ya que tenía su cámara desconectada, pude notar como respiraba hondo, algo que me hizo pensar que se estaba tocando.
Maduro44: Muy bien niña, acerca el dedo a la cámara, mmmmmmmm estas realmente empapada. Ahora muy despacio llévatelo a la boca.
A unos centímetros de la cam, empecé a chupar el dedo que me había introducido anteriormente, y vi como conectaba su cam. Apareció la imagen de él, un hombre muy atractivo, bien cuidado, que tenía tan solo unos bóxers donde ya asomaba parte de una tremenda polla. En ese momento me tuve que morder los labios.
Maduro44: Te gusta lo que ves?
Elbereth23: Joder, si. Tienes un pollón.
Maduro44: Quiero que vayas a la cocina y traigas hielo.
Lo hice, saque dos hielos de la cubitera y los lleve en un vaso.
Maduro44: Quítate el sujetador.
Estaba tan nerviosa que casi me lo arranco de un tirón….
Maduro44: Elbereth , para !!!. Hazlo muy despacio, sensualmente. Mírame fijamente a los ojos y disfruta el momento. No me quites el placer de contemplarte.
Me di la vuelta para él, me desabroche el sostén por encima del traje. Me puse de frente y deje ver los tirantes pasar lentamente por mis manos, moviéndome de manera que pareciera un baile, deje caer la prenda.
Maduro44: Pásate un cubito de hielo sobre los pezones, haz círculos sobre ellos. Quiero que marquen tu vestido.
Elbereth23: ¿Así?
Maduro44: Mmmmmm, si. Aparta el hielo, acerca tu pecho a la cámara…..uf, se les ve bien duros, me gusta, tienes unas tetas increíbles. Aléjate. Desnúdate enterita, haz un striptease para mi, poco a poco.
No sabía por dónde empezar, así que me saque las mangas del vestido sin dejar de mirarle a los ojos, me di la vuelta y lo baje sin parar de contonearme, dejando la espalda al descubierto. Lo deje resbalar por mis piernas, me di la vuelta con las manos sobre mis tetas, me dolían de la excitación, notaba los labios de mi coño a punto de reventar. Había visto muchos stripteases en la tele, y copie paso a paso lo que recordaba de ellos, me encanto hacerlo. Me puse muy cachonda.
Maduro44: Quiero verte las tetas. YA !......ufff, muy bien, sóbatelas para mí. Escúpelas.
Empecé a masajearlas para él, pellizcándome dulcemente los pezones, las escupí y segregue saliva sobre ellas mientras me tocaba. El bajó por completo su bóxer, tenía una polla depilada preciosa, de esas que apetece chupar. Se hizo una paja magnifica a mi salud…
Maduro44: Ahora le toca a tu coño tener protagonismo, bájate las bragas.
Primero, y no sé si por instinto, me introduje la mano bajo mis bragas, introduje el dedo en el coño, llevándomelo a la boca después, como había hecho hace unos minutos, me estaba dejando llevar por el morbo, me encantaba esta situación, me parecía muy erótica y excitante. Me las bajé, me senté en el sillón y abrí mis piernas, apoyándolas en los reposabrazos, dejando mi vagina totalmente abierta, rosadita y mojada para mi voyeur particular.
Maduro44 : Juega con él para mí. ¿Tienes aparatitos?
Elbereth23: Si.
Maduro44: Tráetelos
Obedecí, y fui a mi cuarto, tan rápida como la excitación me dejaba actuar. En el cajón de mi mesita de noche guardaba, bajo la ropa intima, un consolador con el que solía jugar cuando mi ex no estaba. Volví a mi lugar, justo en la misma posición donde lo deje….
Maduro44: Quiero que lo chupes e imagines que es mi polla, hazlo mirándome.
Lo introduje en la boca, cerré los ojos, no imagino la cara de guarra que tuve que poner ya que chupar ese trozo de látex me produjo una excitación extrema, sobre todo porque imaginaba a ese tipo dentro de mí. Abrí los ojos y le dedique la mejor de mis miradas de puta.
Maduro44: Eres una autentica exhibicionista, niña. Vas a hacer que me corra ya. Sácatelo de la boca, ponlo a vibrar y acaríciate con él tus pezones, antes de introducírtelo despacio en el coño.
Juro que en ese momento, justo cuando pase el vibrador por mis pechos, bordeando la areola de mis pezones, me arqueé para recibir mi primera corrida, teniendo que contener mis gemidos por el ruido que pudieran producir. Estaba exhausta, pero quería recibir más órdenes.
Maduro44: Métetelo ya, hazlo primero acariciándote los labios y la vulva con la punta, y luego quiero un primer plano de cómo te lo metes. Hazlo.
Comencé a acariciarme la totalidad de mi raja con el juguete, vibrando a media potencia, haciendo que mi piel se erizara y me recorrieran escalofríos de placer por todo mi cuerpo. Veía como Maduro44 empezó a aumentar el ritmo de su masturbación, estaba a punto. No lo demore mucho, me lo metí entero. Subí dentro la intensidad hasta tocar el cielo y grite de placer haciendo que un chorro de flujo manchase mi teclado. Maduro hizo lo propio y fue tal su corrida que se lleno la barbilla de semen. Nos quedamos mirándonos sin decir nada, sin dejar de tocarnos. Le sonreí mientras el sudor recorría mis tetas y me encendía un cigarrillo.
Tenía ganas de contarle a Alexandra, mi amiga rusa, mi aventura y agradecerla que compartiera sus cerdadas ante la cam con nosotras, ya que despertó la perra que hay en mí y que leches, de paso, que me diera su dirección de Skype.