Aprendiendo a hacer mamadas

Para no quedarme embarazada y disfrutar del sexo, aprendí a hacer mamadas y me inicié con un inocente como yo.

Aprendiendo a hacer mamadas de campeonato

A cierta edad de la adolescencia casi todas las chicas han hecho el amor o más bien, han follado, por la razón que se quiera entender...

Antes de ejecutar acto tan hermoso todas las chicas en algún momento a llegado a conocer ya sea de manera voluntaria o involuntaria lo que es el placer de su propio clítoris, yo eso lo aprendí a muy tierna infancia, y ahora que ya soy un poco más mayor estoy decidida a conservar mi virginidad y no dársela a nadie así como así, a no ser que esté muy enamorada, esa es la razón por la que, me especialicé en hacer mamadas o chupadas de polla, como lo quieran entender.

Mi historia comienza a cierta edad que no diré por no escandalizar, fue el día en que vi a mi hermana con su novio viendo una película porno en el salón, llegó un momento en que la actriz tomó la polla de un anciano entre sus manos y comenzó a hacerle una paja, la cosa no se le empinaba después de varios minutos y acercó su boca al miembro, aquello empezó a ponerse duro al cabo de unos segundos chupando, después de unos minutos, la tenía totalmente tiesa, es cuando la actriz le hizo entender que quería sentarse sobre la polla, lo hizo, mientras tanto, escuchaba a mi hermana con su novio...

  • Sabes que no lo he hecho nunca, no sé como saldrá.

  • No importa, si para mi también es la primera vez, debes hacer lo que la rubia de la película.

Empezó a pajearle y en poco tiempo, al ser ambos jóvenes se le puso dura como un canto rodado, una vez en ese estado...

  • Ahora te la metes en la boca que estoy a mil.

Y bien que estaba a mil, a mi hermana no le cabía el miembro en su totalidad, yo a esa altura tenía metido una buena porción de mi dedo corazón en el coño y entre grandes respiraciones sentía que me venía el orgasmo, pero detenía mi dedo mientras mis labios no paraban de palpitar, así no me corría tan pronto, cuando, de repente...

  • ¡¡¡Aaahhh!!!, me corrrroooo...

Era el novio de mi hermana, en nada de tiempo se había corrido en su boca, agarrándola del cabello sin que se le pudiera escapar una gota, a ella se le veía morada, casi sin respiración, tuvo que darle un puñetazo para que le soltara.

Entre dolores, observaban como el viejo de la película porno, no aguantaba follando a la joven rubia y esta se tuvo que bajar y comenzar a mamarle de nuevo la polla, yo también continuaba con mi dedo, de nuevo se le puso dura al viejo, pero esta vez no terminó de sentarse, sino que continuó, mi hermana estaba recuperándose de lo ocurrido y el novio extasiado, casi se duerme de la corrida, yo ya me estaba empezando a correr también cuando de repente el viejo da un espasmo y se corre en la boca de la chica, que enseña su boca llena de semen, supuestamente el viejo, del esfuerzo, había muerto, y en mi había nacido una nueva idea después de correrme.

Por mi cabeza emperazon a pasar ideas vagas de cómo sería eso de dar una mamada a una polla, en mi escuela había muchos chicos que ya me habían pedido algo así, pero por temor a un embarazo nunca había accedido, ahora sé que es lo que querían, no era follar, sino una mamada, así que decidida a complacerlos, accedí el primer día de escuela.

En uno de los tiempos de descanso me llevé a un chico que me gustaba y era buen amigo, no me había pedido nunca nada, cosa rara, y me lo llevé a los servicios, le pedí silencio y le bajé los pantalones, al mismo tiempo que yo me levanté mis faldas, me dejé observar por un rato mi clítoris, el con curiosidad lo miraba como bobo, y metía algún que otro dedo, no hasta el fondo pues yo no lo dejaba, me puso a cien y comencé a meterme el dedo, el embobado tenía la polla tiesa, jamás se había hecho una paja, cosa rara, y corriendo me metí su cosa en la boca...

  • Pero, ¿qué... haces? – lo tenía completamente loco y sin saber lo que le hacía.

  • La primera mamada de mi vida y te ha tocado a ti, así que calla y disfruta.

  • Pero, ¿estás... loca?, ufff...

Loco estaba el, le sabía a rayos la polla, pensé que la siguiente se la lavaría antes de comérsela a alguien.

Empecé a subir y bajar como loca por su polla, en 30 segundos sentí que le empezaba a palpitar una especie de tubo que lleva por debajo del pene, sorprendida me retiré y se corrió en mi cara, ¡¡¡qué asco!!!, otra de sus emisiones me cayó en el cabello y una tercera goteó en la camiseta escolar y en la falda, como seguía caliente le pedí que me acariciara el clítoris, cosa que no sabía hacer, era un inexperto en todo, así que le ayudé y me corrí con mi propio dedo pero en su mano.

A le le entró la curiosidad, y me dijo:

  • Si tu me la has mamado y ha sido tan rico ¿podría hacerte lo mismo ahí en la rajita tuya?

  • No es mala idea, aunque nunca lo he practicado, venga, hazlo.

Aunque estaba agotada de mi corrida accedí, me senté en la taza del water y me abrí de piernas, como hacía cada noche cuando me masturbaba. Comenzó a besarme el coño, qué sensación tan agradable y continuó con su lengua, comiéndome los labios, a veces atinaba en el clítoris, que es donde más placer me daba, y así se lo dije mientras me abría el coño enseñándole mi botón.

  • Ahí, ahí es donde... más... me gusta.

  • Entendido, te lo comeré.

Empezó a chupar y lamer como loco, y ahora fui yo la que en 30 segundos me corrí como nunca antes había sentido.

Esa fue mi primera experiencia mamatoria, pero después aprendí.

Continuará...