Aprendiendo a follar - Lección 5
Este relato es una fantasía salida unicamente de mi pervertida mente. Trata sobre un chico que se convierte en el profesor sexual de su prima de 18 años. Mucho sexo y mucho morbo y habrá 6 capítulos en total. Que lo disfrutéis
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A pesar de que mi amiga seguía durmiendo al lado mío,
Claudia me despertó de la misma forma que solía hacerlo todos los días. Una vez
hubo tomado su primer desayuno, miré a Ana y le propuse a mi prima que
podríamos despertarla de la misma forma. Entonces ella se puso a lamerle los
pezones mientras yo enterraba mi cabeza entre sus piernas.
- Dios mío, qué manera de despertarse.
Dijo mi amiga entre gemidos mientras abría los ojos.
Seguí saboreando ese exquisito bocado hasta que Ana se corrió en mi boca
dándome de desayunar a mí también. Los tres juntos desayunamos y Ana se marchó
pronto porque tenía una comida familiar y antes tenía que pasar por casa.
- Chica, eres genial en la cama.- Le decía a mi prima
al despedirse.- Cuando queráis lo repetimos.
Casi en cuanto se marchó, Claudia me hizo una
petición que no me esperaba.
- Cielo, quiero que me des esta noche la quinta
lección.
¿Cómo?
Ya he probado el trío con otra mujer, ahora quiero
probarlo con otro hombre.
¿Y tienes pensado algo?
Me gustaría que invitases a algún amigo tuyo que
esté soltero, pero no le digas nada de lo que va a pasar. Yo me encargaré de
seducirle. Pero que sea guapo ¿Eh?
Esa idea me encantó. Realmente mi prima era una
pervertida de cuidado y eso me encantaba cada vez más. Así que no dudé en
llamar a Roberto, un chico de 25 años que mide 1'85 y pesa 80 kilos, tiene el
pelo moreno y corto y los ojos negros. Realmente, no tenía más éxito con las
mujeres por culpa de su timidez. Ese fue uno de los motivos por los que pensé
en él, eso le subiría la seguridad en sí mismo, y además, el pobre chico iba
necesitado de un buen polvo.
¿Que pasa tío? cuanto tiempo sin hablar.
Oye Roberto, que te llamaba para ver si tienes
planes para esta noche.
Que va colega, no tengo ni idea de qué hacer.
Pues ponte guapo y vente a mi casa, que te
presentaré a mi prima.
Ah ¿Ya la tienes en casa?
Claro hombre, ven y así la conoces, va.
Muy bien, sobre las nueve estaré ahí.
Perfecto tío, hasta luego.
Ya tenía compañero para esa noche, hoy la que se lo
iba a pasar bien de verdad iba a ser Claudia. Sé lo bien que baila Roberto y
eso suele ser señal de ser alguien que se mueve bien en la cama. Si al menos
dejara que la gente le viera bailar, seguro que ligaría más.
Le comenté la buena noticia a mi prima que dio un
salto de alegría al oírlo.
- Está bien, pues esta vez me toca a mí preparar la
noche.
- Te aviso de que mi amigo es bastante tímido, se lo
tendrás que poner en bandeja.
- No te preocupes cariño, esta noche los dos disfrutareis
de un espectáculo que os costará de olvidar.
- Conociéndote, estoy seguro de que Roberto no lo
olvidará en su vida.
Otra encantadora carcajada por parte suya me dejó
inmerso en mis pensamientos. Me quedé contemplándola mientras se reía al mismo
tiempo que mi mente se debatía entre el amor que crecía en mi interior y la
ética familiar ¿Como podía estar enamorándome de mi prima? era algo que estaba
fuera de la moral. Aunque ella sintiera lo mismo por mi ¿Como íbamos luego a
contárselo a nuestra familia? ¿O tendríamos que vivir escondidos para toda la
vida? De repente un breve pero dulce beso en la boca me despertó de mi trance.
- Tengo que hablar contigo cariño.
El hecho de que me hubiera llamado cariño me hizo
pensar que no sería nada malo, pero ni de poco me imaginaba que me iba a decir
eso.
- Me he dado cuenta de que te estás encariñando de
mí. Por cómo me miras algunas veces.- No me atreví a negarlo.- Quiero que sepas
que a mí me está pasando lo mismo.
En ese momento mi cara era un poema, quería ser capaz
de decir algo pero parecía como si algo estuviera bloqueando mis pensamientos.
- ¿Es que no tengo razón cariño? ¿Porque no dices
nada?
- Claro que tienes razón.- Conseguí decir al fin.-
Cada vez estoy más enamorado de ti.
En ese momento nos fundimos en un largo beso. Nada
existía aparte de nosotros. Ni siquiera sé con certeza cuanto duró. Pero
entonces la realidad vino a mi cabeza.
- ¿Y qué vamos a hacer con la familia? No podemos
decirles nada.
Pues eso haremos, no les diremos nada.
Tarde o temprano se extrañarán de que hayas
terminado la universidad y sigas viviendo aquí. O preguntarán que porqué no
tienes novio, o porque yo no tengo novia.
- Cuando llegue el momento, ya pensaremos que
decirles, por ahora vamos a disfrutar el uno del otro.
- De acuerdo, pero vamos a hacer un trato. Vamos a
ser igual de liberales con el sexo como hasta ahora.
- Si, pero con una condición, aunque participen otras
personas, siempre lo haremos juntos.
- Me parece que esta va a ser la mejor relación de
pareja que nunca ha existido.
Y ambos nos reímos y volvimos a besarnos.
Poco a poco ese beso fue convirtiéndose en algo más.
Claudia comenzó a quitarme el pijama que aún llevaba yo. Entonces yo le quité
su camiseta de andar por casa. Parecía que nuestras bocas estuvieran atraídas
por algún campo magnético. Cada vez que se separaban, volvían a unirse
entrelazando de nuevo sus lenguas. Claudia entonces me bajó el pantalón corto
dejando salir mi polla que ya estaba totalmente dura. Se quitó las braguitas
echándolo todo a un lado y sin dejar de besarme. Y entonces se la clavó sin más
preámbulos ya que su almeja estaba tan cachonda como mi rabo. Estuvo
cabalgándome con una pasión distinta y sin deshacer el nudo que unía nuestras
lenguas. Cada vez tenían más velocidad sus movimientos. Un rato más tarde la
cogí y la tumbé en el sofá, sin separar ni nuestras bocas ni nuestros sexos.
Continuamos haciendo el amor en esa posición y en nuestras mentes realmente no
existía nada más. Ya podía incendiarse el piso que no nos hubiéramos dado ni
cuenta. Era imposible determinar cuánto rato llevábamos cuando los gemidos de
ambos comenzaron a subir de tono al mismo tiempo. Parecía que realmente
estuviéramos conectados mentalmente. También aumentamos el ritmo de nuestros
movimientos alcanzando cada vez más placer. Los dos al mismo tiempo comenzamos
a corrernos. Eso era un concierto salvaje de gemidos de placer. Pero en ningún
momento dejamos de besarnos, ni siquiera cuando estábamos en pleno orgasmo. Al
terminar el clímax fuimos reduciendo nuestros movimientos poco a poco. Entonces
nos tumbamos uno al lado del otro abrazados y nos quedamos quietos en esa
posición un buen rato. En la habitación solo se escuchaban nuestras
respiraciones. Tampoco queríamos oír nada más. Estuvimos así un montón de rato
hasta que empecé a tener hambre. Con la voz más suave que fui capaz de poner le
dije.
Cariño.
Dime amor.
Su voz sonaba como música en mis oídos.
¿Tienes hambre?
Si, desde hace rato.
¿Vamos a comer?
No.
¿Porque?
Porque no quiero separarme de ti ni un milímetro.
En ese caso nos quedamos aquí y no comemos.
Vale.
Me dijo riéndose, yo me reí con ella. Nos quedamos un
rato más en esa posición hasta que esta vez fue el teléfono fijo el que nos
devolvió a la realidad.
Diga.
Hola sobrino ¿Qué tal todo por ahí?
Era mi tía, la madre de Claudia, que quería saber
cómo se estaba adaptando su pequeña.
- Va muy bien tía. Terminando de enseñarle el barrio
a tu hija.
- No sabes cómo me alegro de que Claudia esté
viviendo contigo, así tú te asegurarás de que hace las cosas como debe y no se
va con cualquier chico que encuentre por ahí.
- No te preocupes que no la dejaré acercarse a ningún
mal tipo tía.
Tuve que hacer un gran esfuerzo por aguantarme la
risa mientras decía eso. Si mi tía supiera que con quien se había juntado su
hijita en realidad era conmigo, no sé si se alegraría tanto de que estuviera
viviendo conmigo.
- Bueno, pásame a mi hija guapo, que quiero oírla un
poco.
Mientras mi prima hablaba con su madre fui a la
cocina para preparar la comida. Eran ya las 3 de la tarde y en realidad me
moría de hambre. Claudia se acercó a la cocina mientras hablaba, supongo que
para que yo pudiera oír lo que decía.
- Esto es genial, mamá, tenemos de todo sin necesidad
de salir del barrio, restaurantes, tiendas...
- Si, me trata de maravilla.- Mientras decía eso me
miraba con una sonrisa pícara.- ¿Sabes? el otro día me llevó al parque de
atracciones, sólo se tarda media hora desde aquí. Y también me ha llevado a la
playa, es que todo está muy cerca.
- Si, mamá.- Decía con voz resignada.- El lunes iré
para terminar la matrícula, ya hablé con ellos por teléfono, tengo muchas ganas
de empezar.
Quedan 3 semanas aún.
Yo también te quiero mamá.
Ahora te lo paso.
Volvió a darme el teléfono y dejé lo que estaba
haciendo para atender de nuevo a mi tía. Sin que tuviera que pedírselo, Claudia
tomó mi relevo y siguió preparando la comida.
Dime.
Oye, quería darte las gracias por cuidar tanto de
Claudia.
- No te preocupes, es todo un placer tenerla en casa.-
Ahora era yo el que miraba a mi prima con sonrisa pícara.- Me hace mucha
compañía y la verdad es que el dinero no me va nada mal.
- Igualmente muchas gracias, a veces pienso que te
tienes que sentir invadido en tu casa al estar ahí tu prima.
- De verdad tía, Claudia es encantadora, me ayuda con
las tareas de la casa y me hace mucha compañía, me sentía un poco solo viviendo
solo y con ella eso ha cambiado.
Tuve que frenarme para no soltarle a mi tía en ese
momento todos los sentimientos que tenía hacia su propia hija.
- Entonces me alegro mucho, no dudes en llamarme si
necesitas cualquier cosa.
- Muchas gracias tía, y no te preocupes que aquí
Claudia estará bien cuidada.
Gracias a ti, un beso.
Otro para ti.
Cuando colgué el teléfono, me acerqué a mi prima y le
di un beso en el cuello desde atrás.
¿Así que te trato de maravilla?
¿Así que es todo un placer tenerme en tu casa?
Me contestó en tono burlón, nos reímos y le di un
intenso abrazo. Después terminamos de preparar la comida y comimos. Mientras comíamos,
mi prima me pidió que esa tarde la dejara encerrarse en la cocina para preparar
la cena, que quería que fuese una gran noche para mi amigo y yo. Así que me
pasé casi toda la tarde viendo pelis en el sofá mientras Claudia trasteaba en
la cocina. Salía de vez en cuando, supongo que mientras algo se cocinaba, y al
cabo del rato volvía a entrar sin soltar prenda de lo que estaba pasando ahí
dentro. La verdad es que me tenía intrigado del todo.
Sobre las siete de la tarde, mi prima salió de la
cocina diciendo que ya había terminado, que por favor no entrara en la cocina
para no estropearle la sorpresa. Tanta ilusión le hacía que le hice caso por
completo y no entré en la cocina para nada.
- Oye, Ana se dejó aquí la marihuana que sobró
¿verdad?- Me dijo Claudia.
- Si, en realidad siempre que trae marihuana, deja
aquí la que sobra.
- ¿Porqué no nos fumamos un porrito para ir
entonándonos?
Me pareció una idea genial, así que preparé un porro
y lo encendí.
¿Quieres probar un beso mareante?
¿Cómo es eso?
Yo cojo una calada, luego nos besamos y te paso el
humo. Cuando nos besemos tú tienes que coger aire con la boca para tragarte el
humo que yo te paso.
Y así lo hicimos, en realidad nos fumamos el porro
entero así, cosa que me resultó bastante sexy. Una vez yo se lo pasaba a ella,
y a la siguiente, ella me lo pasaba a mí. Cuando terminamos el porro íbamos los
dos muy colocados, mucho más que si nos lo hubiéramos fumado normal. Miré el
reloj y vi que eran las 8 menos cuarto.
¿Nos duchamos juntos?
Vale.
No dudó ni por un segundo en aceptar mi propuesta, ya
sabía ella por experiencias anteriores cómo eran las duchas conmigo. Y así fue,
primero la enjaboné yo a ella, aprovechando para frotar mis manos con todos los
rincones de su cuerpo. Me excitaba mucho deslizar mis manos por sus curvas con
la ayuda del jabón. Luego con el jabón íntimo masturbé su preciosa almejita
hasta que casi llegó al orgasmo. Entonces fue su turno, quien repitió la misma
operación conmigo. También me excitaba mucho sentir sus manos deslizándose por
mi cuerpo. Entonces con la ducha le quité todo el jabón, estimulando con el
agua los pezones y su conchita y me puse a comerme su almeja hasta que me llenó
la boca de sus fluidos en un intenso orgasmo. Ella de nuevo repitió la escena
conmigo, estuvo comiéndome la polla hasta que mi leche le dejó la boca
totalmente llena. Una vez limpios, colgué la ducha de la pared y la abracé
poniéndonos ambos debajo del agua que caía. Estuvimos besándonos un largo rato
mientras el agua tibia recorría nuestros cuerpos desnudos.
Te quiero.- Le dije finalmente.
Yo también te quiero amor.
Escuchar eso de aquella preciosidad que tenía en mis
brazos me llenó de placer, pero placer de otra clase. Esa clase de placer que
solo te da el amor. Salimos de la ducha con escaso tiempo para vestirnos. Yo
terminé de vestirme con una camisa y unos tejanos y salí al salón ya que
Roberto estaba a punto de llegar, y esta chico solía ser puntual. A las nueve
menos cinco sonaba el timbre de la puerta y Claudia aún estaba arreglándose.
Mientras mi amigo subía las escaleras avisé a mi prima.
- ¡Enseguida salgo!
Cuando abrí la puerta me encontré a Roberto
acompañado de una botella de whisky y otra de vino.
¿Que tal estas Roberto?
Genial tío, como no sabía si preferías que trajera
bebida para la cena o para después, he traído de las dos.
Ambos nos reímos.
- Pasa colega, mi prima se está terminando de
cambiar.
- Oye ¿Huele a marihuana aquí? ¿Ayer estuvo aquí Ana
o qué?
- Jo tío, no se te puede esconder nada.
De nuevo volvimos a reírnos. Nos sentamos en el sofá
y comenzamos a ponernos al día de nuestras vidas. Pero pronto salió mi prima
para dejarnos a los dos totalmente boquiabiertos. Llevaba una minifalda negra
que apenas le tapaba el culo, no ara ajustada, pero sólo con que se agachara un
poco nos hubiera dado una vista perfecta de su ropa interior. Arriba llevaba
una blusa blanca sin botones, atada con un nudo que dejaba ver perfectamente su
vientre plano y parte de su canalillo. También llevaba unas botas negras hasta
la rodilla y una cinta blanca en el pelo. Al ver nuestras caras de pasmarotes,
a mi prima se le escapó una breve risita. Como pude me recuperé de mi asombro
para hacer las debidas presentaciones.
Claudia, te presento a Roberto.
No te levantes por favor.
Le dijo mientras se acercaba, entonces se agachó para
darle dos sensuales besos en las mejillas mientras le ofrecía a mi amigo una
vista perfecta de su escote. Seguro que hasta podía comprobar el color de sus
sostenes. Yo por mi parte, como me había levantado para presentarles, tuve una
panorámica perfecta del culo de Claudia, que llevaba un precioso tanga blanco
que hacía un contraste perfecto con el negro de la falda. Hasta tuve el descaro
de restregar mis dedos por su almeja sabiendo que mi amigo tenía la cabeza en
otro lado y no se daría cuenta.
- En... Encantado de conocerte.
Le dijo Roberto tartamudeando. Me fijé en la cara de
mi amigo y estaba roja como un tomate. Nunca le había visto tan ruborizado. Yo
me reía por dentro de pensar que si ahora estaba así, cómo estaría dentro de
unas horas. Mi prima se sentó a su lado en el sofá sin separarse mucho de él y
me dirigió una mirada de travesura por lo que yo acababa de hacer. Yo me senté
al otro lado quedando mi amigo en medio y así poder tener una panorámica de todas
las provocaciones que mi prima le soltaría. Mi prima arrancó la conversación
preguntándole por su trabajo. Era muy lista ya que por una parte le provocaba
totalmente, pero por otra parte le obligaba a conversar, con lo cual Roberto
fue pillando confianza poco a poco. Antes de cenar, Claudia ya se lo había
ganado totalmente hasta el punto de que era él quien bromeaba con ella. Aún
así, ella no paraba de provocarle, se tocaba el pelo, se abría el escote de la
camisa de vez en cuando incluso se acariciaba el muslo levantándose un poco la
falda hasta casi enseñarle lo poco que le faltaba por ver de ropa a Roberto. Mi
amigo no quitaba ojo de esa preciosidad de mujer, incluso pude observar un
bulto en su entrepierna que delataba su excitación. De alguna forma, mi prima
había conseguido excitarle, quitándole la timidez al mismo tiempo, mi prima
valía para psicóloga. Cuando llegó la hora mi prima nos dijo que nos sentáramos
en la mesa, que ella nos servía la comida. No voy a entrar en muchos detalles
con la cena que estaba deliciosa. Sólo que eran platos muy bien elaborados pero
con ingredientes sencillos. Luego Claudia me comentó que todas las recetas eran
afrodisíacas, para animar más la noche, para lo cual, vino de perlas el vino de
Roberto. Terminamos de comer y nos sentamos en el sofá poniendo una música
tranquila. Servimos dos whiskys con hielo para mi amigo y para mí, Claudia dijo
que prefería el licor de flores que quedaba de la noche anterior. También nos
fumamos un porro de la marihuana de Ana, ya que como era costumbre suya,
siempre me dejaba bastante cantidad.
Las provocaciones por parte de Claudia no habían
cesado en ningún momento, de hecho eran cada vez más descaradas. Hasta que
llegó un momento, después de un par de copas, que se puso en pié y dijo.
- Me muero de ganas de bailar ¿vosotros no?
Y sin decir nada más se fue a la habitación
regresando con un disco de Shakira, yo ya casi no podía aguantarme la risa solo
de pensar en el espectáculo que mi prima nos iba a dedicar y en la cara de mi
amigo al verlo. En cuanto comenzó la primera canción, mi prima arrancó en un
baile sexy digno de las mejores salas de strippers, sólo le faltaba la barra
vertical. Se contoneaba de una forma increíble, se agachaba dejándonos ver todo
lo que tenía entre las piernas para volver a levantarse inclinándose hacia
delante y así poder observar su escote. De vez en cuando yo miraba a mi amigo
que no le quitaba ojo de encima, yo creo que hasta se había olvidado de que yo
estaba al lado. Y más abajo un paquete totalmente marcado en el pantalón, la
verdad es que a mí también se me había puesto dura observando el baile de mi
querida prima. De repente, a media canción, mi prima dio un salto y se sentó a
horcajadas encima de las piernas de Roberto. Se le acercó al oído acariciándole
el cuello con su otra mano y le dijo con voz sexy.
- Baila conmigo anda.
Ahora empezaba el espectáculo de verdad, mi prima
volvió a levantarse tirando de la mano de mi amigo que se levantó sin chistar y
sin saber qué hacer. Entonces Claudia reanudó su contoneo anterior pero
frotándose con el cuerpo de Roberto. Este permanecía inquieto e incrédulo, yo
creo que nunca había bailado con una chica de esa forma, así que no tenía ni
idea de qué hacer.
- Vamos, déjate llevar.
Le dijo Claudia. Entonces mi amigo comenzó a dibujar
unos torpes y desacompasados movimientos que me hicieron reír. Entonces le vi
que me miraba, en su mirada había una petición de aprobación, él sabía que era
mi prima y seguro que no se atrevía a hacer nada más por mí.
- Ya has oído a Claudia.- Le dije.- Déjate llevar.
En ese momento, mi prima estaba frotándole ese
precioso culo que tenía por el paquete. Entonces Roberto la agarró por la
cintura apretándola contra él y comenzó un movimiento muy diferente al
anterior. De repente y para mi sorpresa sacó sus dotes de bailarín y tomó él
las riendas del baile. Comenzó a restregarse con todo el cuerpo de mi prima sin
apartar sus manos de la cintura de Claudia. Estaba metiéndole mano, pero sin
meterle mano. Frotaba su pecho con las tetas redondas de mi prima, y le
restregaba el paquete por la entrepierna y por el culo indiscriminadamente.
Todo eso sin dejar de perder el ritmo en uno de los bailes magistrales a los
que Roberto nos tenía acostumbrados cuando le veía poca gente. Pude observar
cómo la excitación crecía en la cara de ambos cuando mi prima tomó la
iniciativa y le metió la mano en el culo. Luego se le acercó al cuello y le dio
un beso que llenó de escalofríos a mi amigo. Este entonces se apartó un poco
sin separarse del todo y volvió a mirarme. Al ver las dudas de Roberto me
levanté, me acerqué por detrás de Claudia y poniéndole una mano en la teta le
besé yo el cuello a ella. La aparté por un momento de Roberto para meter mi
otra mano entre las piernas de mi prima, mientras ella soltaba un leve gemido.
La cara de sorpresa de Roberto era increíble.
- Tranquilo amigo, que esta noche nos vamos a
divertir mucho.
Solté a Claudia que volvió a pegarse al cuello de mi
amigo, quien esta vez se dejó hacer. Yo volví a sentarme en el sofá para
preparar tres porros igual que la noche anterior. Tenía la esperanza de que mi
prima esperaría hasta que estuvieran listos y así lo hizo. Estuvo besándose con
mi amigo, metiéndole mano en el paquete por encima del pantalón, Roberto
también la manoseaba por todas partes descaradamente. Terminé los tres porros y
me levanté para ofrecérselos.
- Tranquilos chicos que tenemos toda la noche por
delante, vamos a disfrutar de esto.
Les dije, y nos sentamos los tres de nuevo en el
sofá, esta vez estaba mi prima en medio.
- Que callado te lo tenías cabrón.- Soltó mi amigo
bromeando.
- Ya sabes lo que pasa hay cosas que mejor darlas por
sorpresa.
Estuvimos enrollándonos los dos con mi prima por
turnos mientras nos fumábamos los porros. Nos repartimos su cuerpo a medias
para manosearla y mi prima parecía la más feliz del mundo. Ella por su parte
tenía una mano en cada uno de nuestros paquetes y nos los masajeaba por encima
del pantalón. Intenté deshacerle el nudo de la camisa pero no me dejó.
- Tu mismo has dicho que teníamos toda la noche ¿no?
Tranquilo que el espectáculo no ha terminado.
Entonces se levantó y se dirigió a la mini cadena
para cambiar el disco. Puso un disco grabado que hasta ahora había pasado
totalmente desapercibido para mí y que contenía una música de lo más sensual.
Entonces, y sin dejar de fumar, mi prima comenzó otro baile sensual que pronto
se convirtió en striptease. Se soltó muy lentamente el nudo de la camisa
poniéndose de espaldas al mismo tiempo para aumentar la tensión. Aun de
espaldas, se abrió totalmente la camisa y comenzó a deslizarla hacia abajo muy
lentamente. Finalmente la cogió con una mano y se la lanzó a mi amigo en la
cara dándose la vuelta. Este rápidamente se deshizo de la camisa para poder ver
lo que sucedía. Entonces mi prima se acercó a Roberto para acariciarle todo su
torso hasta la entrepierna, luego acercó su cara a su paquete y le dio un dulce
beso en el bulto de su pantalón. Luego se acercó a mí y se sentó de espaldas
encima de mi paquete que quedó aprisionado por sus nalgas. Allí sentada se bajó
la cremallera de las botas ofreciéndoselas a mi amigo para que se las quitara y
enseñándole al mismo tiempo su tanga blanco. Yo tenía tan cerca esas preciosas
tetas que quise tocarlas, pero Claudia me dio un golpe en la mano para que la
apartara. Una vez estuvo descalza volvió a levantarse para ponerse de pie
encima del sofá, con un pie a cada lado de mi amigo. Se desabrochó el botón y
la cremallera de la falda y le hizo un gesto para que él mismo se la quitara.
Roberto levantó las manos para coger la falda, no sin aprovechar para tocarle
el culo a Claudia. Ella al verlo hizo gesto de enfadada y le dio una suave
bofetada en la cara a mi amigo, para luego darle un corto beso con lengua. Ya
sin la falda, volvió a bajarse del sofá para seguir contoneándose para
nosotros, esta vez en su minúscula ropa interior. Llevó sus manos a su espalda
para ofrecernos una panorámica completa de sus pechos mientras se desabrochaba
el sujetador. Sin dejar que se cayera se quitó los tirantes y se quedó
tapándose los pechos con la tela. Entonces se acercó a mí y se sentó encima de
mí. Acercándolos a mi cara me dijo.
¿Quieres verlos?
Claro que sí.
Pero si tú ya los tienes muy vistos.
Entonces se levantó y se puso de igual forma encima
de Roberto.
¿Y tú? ¿Quieres verlos?
Me muero de ganas.
Está bien, fíjate.
En ese momento, me tiró el sujetador a la cara
dejando sus pechos totalmente a la vista de Roberto, a escasos centímetros.
Roberto hizo el gesto de acercarse a ellos, pero mi prima le puso la mano en la
frente, lo echo para atrás y se levantó de nuevo. Entonces se puso de espaldas
y comenzó a inclinar su cuerpo para darnos una panorámica perfecta de su culo y
su almeja mientras se quitaba el diminuto tanga. Sin doblar las rodillas se
bajó el tanga hasta los pies y volvió a incorporarse sosteniéndolo con una
mano. Se acercó a mí y me lo puso debajo de la nariz. Yo inspiré todo lo que
pude, esa prenda hacía un olor a excitación que tumbaba para atrás. Entonces se
acercó a Roberto que tenía la boca aún abierta por la visión de una almeja tan
preciosa y depilada y le metió el tanga en la boca. Mi amigo saboreó el flujo
que yo acababa de oler.
- Que rico esta tu coño.
Dijo. Esa frase a mi me sorprendió muchísimo viniendo
de un chico tan tímido. Aunque por lo visto a mi prima le encantó. Entonces lo
cogió de la mano invitándose a levantarse. Se puso a bailar alrededor de mi
amigo mientras lentamente le quitaba la ropa. Al mismo tiempo, no permitía que
Roberto la tocara a ella. Cuando lo tuvo completamente desnudo y con la polla
mirando al techo, pude ver que mi amigo tenía el miembro más grande de lo que
yo pensaba. De los 20 cms no bajaba y lo mejor es que era bastante gorda. Mi
prima al verla se echó para atrás para fijarse bien. Luego me miró con una
sonrisa, no dijo nada, pero no hizo falta. Rápidamente se agachó para comenzar
a lamerle las pelotas a mi amigo, quien simplemente se dejó hacer. Pronto, los
lametones de mi prima se fueron trasladando a través de la polla hasta la
punta, donde empezó a lamerle el capullo haciendo círculos con la lengua. Yo
por mi parte contemplaba la escena excitadísimo, me daba mucho morbo verla
hacer eso con otro, además de que me hacía sentir orgulloso ver que mi amigo se
estaba beneficiando de las lecciones que yo le había dado a aquella zorra, que
le estaba haciendo la mejor felación de su vida. Pronto mi prima ya tenía toda
la polla metida en la boca, era la primera vez que tenía la oportunidad de ver
el talento oral de mi prima desde fuera y cada vez estaba más cachondo. No tuve
más remedio que quitarme yo la ropa sin esperar a mi prima y volver a sentarme
en el sofá para tocármela un poco mientras Roberto disfrutaba de su momento.
Cada vez el ritmo de la cabeza de mi prima era más rápido, me sorprendía lo
rápido que podía hacer ese gesto y sin cansarse. Al mismo tiempo pude observar
cómo mi prima tenía la lengua fuera por debajo de la polla de Roberto,
seguramente en eso reside su talento. No habían pasado ni cinco minutos cuando
Roberto estalló en un mar de gemidos. Yo veía claramente como la garganta de
Claudia se movía para tragarse toda la leche que se le venía encima. 3, 4, 5
segundos y esa pobre chica seguía tragando sin parar mientras gran parte se le
caía encima de las tetas. Finalmente mi prima se echó para atrás y terminó
recibiendo una descarga en la frente. Yo estaba totalmente sorprendido, no solo
de ver la inmensa corrida, sino de ver cómo el rabo de mi amigo seguía
totalmente erguido. Mi prima fue al baño para limpiarse la cara mientras
Roberto no tuvo más remedio que sentarse en el sofá a mi lado para no caerse.
Claudia regresó enseguida y se dirigió a mí.
- Ahora te toca a ti, cariño. Tú Roberto, ya tienes
permiso para lo que quieras menos follarme.
Se puso de rodillas en el suelo en frente de mí y
comenzó la misma operación que antes con Roberto, dejando su precioso culo bien
levantado para que mi amigo tuviera total disponibilidad. Éste no dudó ni por
un momento y se puso al lado de ella para tocarle los pechos con una mano
mientras con la otra le tocaba la almeja. Pronto dejó de lado los pechos y se
puso detrás de mi prima. Comenzó a meterle los dedos en la almeja mientras mi
prima tenía ya todo mi rabo metido en la boca. Luego Roberto se tumbó boca
arriba poniendo la cabeza entre las piernas de Claudia y comenzó a comerle el
coño. Al parecer a Claudia le estaba gustando todo eso porque cada vez gemía
más fuerte. Esos gemidos me excitaban mucho más a mi cuando de pronto me di
cuenta de que mi prima se iba a correr en la boca de Roberto. A pesar de su
inminente orgasmo, Claudia seguía con su magistral trabajo en mi polla, y entre
eso y la excitación de los gemidos de mi prima, sumado al morbo de la
situación, no pude esperar más y comencé a descargar mi leche en la boca de mi
prima, quien esta vez no pudo tragar nada porque estaba demasiado ocupada
anunciando el orgasmo que estaba descargando en la boca de Roberto. Aún así no
dejó de chupármela, dejando que toda mi leche se derramara encima de mí. Cuando
Roberto terminó su trabajo y Claudia el suyo, esta se dedicó a recoger todo el
estropicio con la boca. Mi amigo se quedó mirando atentamente cómo mi prima
limpiaba toda mi entrepierna llena de leche y al mismo tiempo conseguía que se
me volviera a endurecer. Supongo que eso le excitaba muchísimo.
- Ahora tu ya tienes permiso para cualquier cosa
menos para follar.- Me dijo al terminar.- Pero tú, Roberto, tienes vía libre
para lo que quieras.
Dicho eso se levantó y se dirigió al dormitorio.
Ambos nos levantamos y la seguimos, cuando llegamos, ella se había tumbado boca
arriba y tenía las piernas abiertas ofreciéndonos su fruto. Roberto se
arrodilló entre ellas y dijo.
- No puedo más, te la voy a meter ya.
Y sin mucha delicadeza se la clavó entera haciendo
que mi prima arqueara la espalda. Su cara expresaba una mezcla entre dolor y
placer bastante excitante. Lentamente, mi amigo comenzó a imprimir su
movimiento de vaivén haciendo que mi prima gimiera con cada lenta embestida. Yo
me acerqué y me puse a comerle los pechos un momento. Luego me senté encima de
ella y metiéndole la polla en la boca le dije.
- Querías polla ¿no? pues vas a tener hasta que te
hartes.
Entonces comencé yo a follármela por la boca. Un
momento más tarde, mi amigo me hizo saber que quería cambiar de posición. Me
levanté y Roberto le dio la vuelta a mi prima poniéndola a cuatro patas. De
nuevo metió su rabo en el coñito de mi prima cogiéndola fuertemente de las
nalgas. Mi prima volvía a gemir de nuevo, hasta que le volví a meter mi rabo en
la boca.
- ¿Por detrás también puedo?- Preguntó Roberto al
cabo de un rato.
- Por supuesto.- Le contesté sin sacar el rabo de la
boca de mi prima.
¿No tendría que contestar ella?
Déjala que está ocupada.
Ambos nos reímos mientras mi polla continuaba
entrando y saliendo de esa virtuosa boquita. Luego Roberto soltó un escupitajo
en el culo de mi prima y apuntó con su polla a la entrada de su agujero.
Mientras mi amigo invadía poco a poco ese ano, mi polla ya tenía totalmente
conquistada su garganta, pero la zorra de mi prima no paraba de gemir de
placer. Cuando todo ese palo estaba escondido por detrás de Claudia, su dueño
comenzó de nuevo ese vaivén. Cuando le vi follarse a mi prima pude confirmar la
teoría de que los que bailan bien, también follan bien. Otros cinco minutos
estuvo metiéndose en el culo de mi prima hasta que volvió a anunciar su
corrida. Como esta se pareciera a la de antes, el culo de mi prima iba a
parecer un surtidor. Y no me equivoqué de poco. Mi prima, al notar que la leche
de Roberto se le escurría ya por las piernas y que él no paraba de empujar, tuvo
otro orgasmo, mezclándose sus flujos con la leche de mi amigo. Entonces mi
prima se incorporó de nuevo y cogió las toallitas que ya tenía preparadas para
limpiarse el culo de la leche de Roberto. Luego se agachó y comenzó a limpiar
la entrepierna de mi amigo con la boca, sorprendentemente, no se le había
bajado ni por un momento. Terminada la faena, Claudia dijo.
- Esta bien, ya podéis hacer los dos lo que queráis,
soy toda vuestra.
- Pues ahora quiero follarte yo.
Le dije, y sin más, la puse a cuatro patas en la cama
para empezar a follarle el coño. Ahora fue mi amigo el que se puso delante de
ella para clavarle su rabo en la boca. Como ya había visto antes que a mi prima
le gustaba, comencé a alternar entre su coño y su culo igual que ella había
hecho otras veces. Y parece ser que no me faltaba razón, ya que mi prima
comenzó a gemir más fuerte. Yo ya estaba muy caliente por la mamada y no
necesité mucho tiempo para correrme. También me ayudó el ver que mi prima iba a
tener otro orgasmo, parecía que realmente se lo estaba pasando muy bien. Esta
vez me corrí en su coño, Claudia explotó en su orgasmo al sentir mi leche
caliente llenarle la almeja. Nuevamente me limpió con la lengua antes de
seguir.
Ahora el que tomó la iniciativa fue Roberto, se tumbó
en la cama y le pidió que lo cabalgara con el coño. Claudia obediente lo hizo,
y Roberto la cogió por la cintura acercándola a él para volver a moverse dentro
de su coño. No necesité nada más, esa imagen de la polla de mi amigo metida en
el coño de mi prima y de ese culo tan a disposición, hizo que volviera a tener
el rabo duro como una roca. La intención de Roberto era que le hiciéramos una
doble penetración, así que sería la conclusión de la quinta lección de sexo de
mi prima. Me puse detrás de mi prima y entre las piernas de Roberto y me
arrodillé, mi amigo se detuvo un momento para que yo pudiera entrar tranquilo.
- ¿Porque te paras?- Preguntó mi prima con voz
desesperada.
- Porque tienes otro visitante.- Dijo Roberto.
En ese momento comencé a clavar mi polla en el culo
de mi prima. Tremendo fue el gemido que ella soltó. Una vez la tuve entera
dentro, comencé a moverme. Roberto hizo lo mismo, causando que mi prima tuviera
un orgasmo casi de inmediato. Nosotros seguimos follándola hasta que conté dos
orgasmos más por parte de mi prima. Iban casi seguidos, ni un minuto pasaba
entre uno y otro. Entonces mi prima dijo entre gemidos.
No puedo más, parad por favor, me voy a desmayar.
¿No querías dos pollas para ti?- Le dije.- Pues
disfruta.
Estuvo pidiéndonos que paráramos hasta que tuvo otro
orgasmo, entonces paramos. Yo me salí de encima y mi prima rodó literalmente de
encima de Roberto hasta quedar a su lado en la cama.
- Pero nosotros dos aún no hemos terminado.- Dijo
Roberto en tono burlón.
Mi prima, sin decir nada más, se tumbó en la cama y
dijo.
- Hacedme lo que queráis, pero no me folléis, más
orgasmos no por favor o me dará algo.
Dicho eso, Roberto se acercó a ella y le puso la
polla entre sus preciosas tetas, soltó un escupitajo para lubricar y comenzó a
follárselas.
- ¿Llegas a chuparla?
Dijo, entonces yo me acerqué para levantar la cabeza
de mi prima y que así pudiera meterle la punta en la boca al mismo tiempo que
le follaba las tetas. Parece ser que eso le daba mucho morbo a mi amigo porque
pronto comenzó a gemir. No tardó mucho en salir un chorro de leche que se
estrelló en los labios de mi prima. Entonces se incorporó un poco y siguió
pajeándose con la mano, derramando toda su leche caliente por la cara de mi
prima. Dios mío ¿Cuanta leche podía salir de ese rabo? Toda la cara y parte del
pelo le quedaron cubiertas de la corrida de Roberto. Cuando esa fuente dejó de
emanar, el rabo de Roberto por fin comenzó a aflojarse. Yo, tremendamente
excitado por ver a mi prima cubierta de la leche de otro hombre le dije.
- Quédate así, quiero ver que tal quedas bañada en
leche.
Entonces me acerqué y la ayudé a sentarse en el borde
de la cama. Al hacerlo, toda la leche de la cara le fue resbalando hacia las
tetas, llegando incluso un poco hasta las piernas. Entonces, de pie en el
suelo, metí mi polla en su boca y me la comencé a follar hasta que sentí que mi
orgasmo se acercaba de nuevo, me aparté un poco de ella para que la corrida se
esparciera lo máximo posible y comencé a soltar mi riada encima de mi prima.
Tal era el morbo de la situación que solté una gran cantidad de leche, casi
tanto como Roberto dejándola toda duchada en semen.
- Joder, habéis conseguido excitarme de nuevo,
tendréis que hacerme correr otra vez.
Entonces, Roberto, que se había quedado al margen se
acercó a ella y sin decir nada la cogió en volandas y la puso boca abajo en la
cama con las piernas colgando por fuera. Ni siquiera me preocupé porque se
mancharan las sabanas, la escena lo valía. Comenzó a follarse su culo con
descaro mientras mi prima volvía a gemir de placer. Otro orgasmo de ella llegó
pronto gritando como una loca ante tanto sexo. Roberto siguió follándole el
culo mientras ella se corría y cuando terminó, siguió un poco más hasta que de
pronto, ya con los gemidos en alto, sacó nuevamente su enorme rabo y comenzó a
descargarse en la espalda de mi prima. Esto era un círculo vicioso, ahora yo
estaba cachondo y sin esperar más me acerqué y le puse también el rabo en el
culo. Otro orgasmo de ella hizo que yo llegara al punto máximo e imité a mi
amigo soltando toda mi leche encima de Claudia. Entonces ella se incorporó y se
quedó de pié en frente de nosotros toda cubierta de leche. Estaba agotadísima,
tanto que tuvimos que ayudarla a ducharse entre los dos. Cuando Claudia ya
dormía, Roberto se fue a casa agradeciéndome la noche que había pasado. Alcancé
a ver la claridad de la mañana justo antes de tumbarme al lado de Claudia y
quedarme completamente dormido. Que noche tan increíble.
CONTINUARÁ.