Aprendiendo a Amar Cap. 91
Sami al verme sonrió, abrace a mi hermosa mujer y comencé a besar su cuello, hizo la cabeza a un lado, lleve mis manos a su cola y ella soltó un suspiro, mis labios ahora besaban los suyos, cada vez más intensamente, no pude dejar mis manos quietas y tocaba todo su cuerpo
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Capítulo 91
Tati<<
Después de pasar toda la tarde juntos, Juanjo me llevo a mi casa, me dijo que mañana me pasaba a buscar antes de ir para la empresa y luego se fue. Me di una ducha y revise unos contratos mientras tomaba una rica copa de vino tinto y luego me fui a dormir.
Me desperté muy animada, me puse un bonito jean azul claro, una camisa blanca y un suéter de escote en v color rojo, unas botas color negras al tobillo y un taco considerable. Acomode mi cabello con unas marcadas ondas con mi rizadora, me puse mi perfume Dolce & Gabbana, busque en mi closet un bonito bolso negro de Dior, puse mi billetera, las carpetas con los contratos y fui a la sala ya que en pocos minutos llegaría a buscarme Juanjo.
Cuando el timbre sonó apague la televisión, abrí la puerta y después de saludarlo él me miro de arriba abajo, sentí mis mejillas enrojecerse por su intensa mirada
- Me gusta tu nuevo look – cerré la puerta – Estas muy hermosa
- Vos también estas muy bien con esa camisa – sonrió – Ayer la pase muy bien
- Abrió la puerta y me hizo subir – Yo también la pase muy bien – cerro la puerta y luego se subió - ¿Hoy te entregan el auto? – asentí y abroche mi cinturón de seguridad – Te acompaño cuando salimos de la empresa
- Si, por favor – puso en marcha el auto y comenzó a sonar mi celular – Es Tami – respondí la llamada – Hola ¿Todo bien?
- Hola Tati – la escuche muy seria – Espere tu llamado ayer
- Disculpame Tami, se me paso – mi compañero me miro – Ahora estoy yendo para la empresa, te llamo cuando llego
- Te contrate como mi abogada, ¿Tanto te cuesta avisarme en que quedaron ayer? – levanto su voz
- No sabía que me estabas pagando – respondí molesta
- Mandame tus honorarios o mejor me hago cargo yo de mi caso – su sarcasmo me estaba poniendo de malhumor
- Bueno, me parece perfecto que seas tu propia abogada – colgué la llamada
- ¿Todo bien? – asentí – Me pareció que estaban discutiendo
- Realmente no me interesa – sentí su mirada así que voltee a verlo
- ¿Queres que te lleve a su casa para que hablen? – negué - ¿Está segura?
- Sí, estoy donde quiero estar y con quien quiero estar – sonrió y con la mano que estaba en la palanca de cambios acaricio mi mano – Me debes un buen café
- Te voy a sorprender con los ricos cafés que hago – mire mi celular
Estaban llegando mensajes de WhatsApp pero no le hice caso y lo guarde en el bolso para disfrutar del resto del viaje con Juanjo.
Al entrar a la empresa saludamos a Mamá Carmen y cada uno nos fuimos a nuestras oficinas. Al entrar a la mía me sorprendí de ver a Sami, me sonrió y luego me saludo con un beso en la mejilla, me comento que ya iba a comenzar a trabajar ya que Tami desde hace ayer se estaba quedando sola. Después de ponernos un poco al día con el trabajo se puso de pie, antes de irse me miro
- ¿Cómo fue ayer con Fito? – pregunto nerviosa
- Me dio asco escucharlo hablar así que rechace el acuerdo y se va a llegar a juicio – saque las carpetas de mi bolso – Pero Tamara me dijo que se va a hacer cargo de su caso
- ¿Cómo? – regreso hacia mi escritorio - ¿No vas a ser su abogada?
- No, hoy a la mañana discutimos y me dijo que se va a representar sola – se volvió a sentar – Es su decisión
- Está muy estresada, se desespera de estar todo el dia encerrada – me encogí de hombros – Ayer fue al médico y le dijeron que aún tiene que cuidar sus costillas y eso la tiene de muy malhumor
- Yo no tengo la culpa de su malestar – hizo silencio aceptando lo que decía – Solo se me paso comentarle lo de la reunión de ayer, me hablo de muy mal modo y no me lo merezco
- Lo sé, solo te pido que le tengas un poco de paciencia – se levantó – Me voy a trabajar, sé que hay mucho por hacer
- Sí, también tengo mucho trabajo acumulado – ambas nos sonreímos – Te veo más tarde
El resto del dia me lo pase trabajado, había mucho trabajo por hacer y Manuel me había pedido que lo ayudara con unos clientes.
Tami<<
Estoy muy entusiasmada, voy a ir al médico y espero que ya me autorice a volver a trabajar. Sami se metió a bañar mientras yo terminaba de desayunar, deje las tazas en el fregadero y entre a mi cuarto, escuchaba el sonido del agua que provenía del baño y en silencio entre, vi la silueta del cuerpo desnudo de mi novia y sentí mi cuerpo revolucionarse, después de casi dos meses por primera vez sentía deseos de hacer el amor, me quite la ropa y con mucha suavidad deslice la puerta del cancel, Sami al verme sonrió, abrace a mi hermosa mujer y comencé a besar su cuello, hizo la cabeza a un lado, lleve mis manos a su cola y ella soltó un suspiro, mis labios ahora besaban los suyos, cada vez más intensamente, no pude dejar mis manos quietas y tocaba todo su cuerpo y justo cuando iba a comenzar a masturbarla me detuvo
- Amor, mejor esperemos que te vea el médico – la mire sin poder creer lo que me decía – No quiero que te lastimes – me miro con picardía – En cuanto tengamos la autorización del médico no te salvas de mi
- Extraño tu cuerpo – acaricio mi mejilla – Antes no había sentido necesidad pero hoy al verte bañándote sentí tanto deseo
- Con calma mi amor, primero está tu salud – iba a salir pero me tomo de la mano – Podemos bañarnos juntas
Mi humor se había esfumado, me bañe y a pesar de las caricias de mi novia ya no sentía el entusiasmo de antes. Al terminar nos vestimos y nos subimos a su auto y fuimos a la clínica.
El doctor me reviso por completo y me envió a hacer radiografías para ver cómo iban sanando mis huesos. Casi una hora después regrese al consultorio, miro atentamente cada una de las placas y todos mis huesos estaban bien a excepción de mis costillas del lado izquierdo, aun no terminaban de soldar así que me dijo que debía hacer varios días más de reposo, a pesar de que le rogué que me autorice a trabajar se negó.
Mientras Sami sacaba cita para dentro de quince días me fui al auto, estaba fastidiada, ya no soporto más estar en casa, no soporto no trabajar y siento muchísimas ganas de estar íntimamente con mi novia y ni eso puedo hacer.
Una hora después ya estábamos en mi casa, me senté en el sillón a ver televisión mientras mi chica preparaba el almuerzo. Cuando la comida estaba cocinándose Sami se sentó a mi lado, puso su mano sobre mi pierna y me hizo voltear a verla
- Son unos pocos días más – negué fastidiada – Sé que es muy aburrido estar haciendo reposo pero si no lo haces podes lastimarte nuevamente
- Eso lo entiendo pero ya no tolero estar un dia más sin hacer nada – tape mi cara con mi manos y trate de tranquilizarme – No hace falta que te sigas quedando mi amor
- ¿Me estas pidiendo que me vaya? – pregunto sonriendo
- No lo tomes a mal amor – tome sus manos – Estoy muy agradecida que te hayas quedado todo este tiempo conmigo y si por mi fuera no quiero que te vayas nunca pero no quiero que sea por este motivo
- Te entiendo mi vida – beso mi mejilla – Esta tarde regreso a casa con la condición que me llames cualquier cosa que necesites
- Te lo prometo preciosa – me abrazo – Va a ser raro no verte todas las mañanas
- No me vas a ver en las mañana pero voy a venir todos los días a verte – bese sus labios – Tengo pensado mañana empezar a trabajar
- Que suerte la tuya – me cruce de brazos – Yo voy a seguir quince días más encerrada
Comenzó a darme besitos por todo el rostro y luego fue a servir la comida. Almorzamos viendo una película en Netflix y luego nos fuimos un rato a la cama ya que nos habíamos levantado demasiado temprano.
Cuando nos despertamos de la siesta merendamos y luego Sami guardo toda su ropa en su bolso, nos mimamos un rato largo, no quería que se vaya pero sé que no puedo seguir pidiéndole que siga cuidándome, tiene una vida que abandono por quedarse conmigo.
Me prepare la cena, no dejaba de revisar mi celular para ver si me llegaba un mensaje o me llamaba Tati para darme las noticias de la declaración de Fito pero nunca sonó.
Después de cenar me fui a la cama, mire un rato de televisión y cerca de las 12 de la noche mis ojos ya no resistieron más y me dormí.
Me desperté temprano, pense que me costaría mucho dormir sola después de tanto tiempo pero no me desperté ni una sola vez. Agarre mi celular y me molesto mucho no saber nada sobre la reunión de ayer así que llame a Tatiana. Después de una breve discusión mi humor estaba por el piso, le envié varios mensajes pero ni siquiera los leía, tire mi teléfono a la cama con la mala suerte de que reboto y cayó al piso, con cuidado me agache a agárralo y tenía toda la pantalla estrellada, maldije de mil maneras distintas, hasta esa mala suerte tengo. Me fui a la cocina y programe la cafetera para tomar un café y me fui a bañar.
Cuando salí del baño me vestí, agarre mi MacBook y fui hacia la cocina, me serví una taza de café y mientras desayunaba abrí el buscador y en el sector de noticias apareció la empresa, di click y una de las noticias principales era mi secuestro, leí un poco y tenían bastante información sobre lo sucedido, suspire e iba a cerrarlo pero vi que había otra noticia, decían que Malik se había convertido en nuevo socio de la empresa, no podía creer que ni siquiera me hayan consultado nada, mi nivel de fastidio estaba al límite. Cerré la laptop, lave la taza y me fui a jugar a la PS4.
Trate de mantener mi mente ocupada todo el dia, pero no se me iba de la cabeza la discusión con Tatiana. Me levante del sillón y mire la hora en el gran reloj que está en la sala, eran las 6.10 pm, me fui a mi cuarto, me vestí y busque en el cajón de mi mesa de noche las llaves de mi auto, no podía manejar pero no podía quedarme con la intriga. Entre a la cochera y quite el plástico que cubría mi auto, desactive la alarma, abrí la puerta del lado del conductor y me subí, sentí un fuerte dolor del lado izquierdo, respire profundamente y encendí el auto, abrí el portón con el control y muy despacio di marcha atrás, sonreí al estar fuera de la cochera, cerré el portón y fui en dirección a la estación de servicio más cercana, llene el tanque de nafta y fui en dirección a la casa de Tatiana.
En media hora estaba estacionada en la vereda de enfrente, desabroche mi cinturón de seguridad y me baje, active la alarma y camine hacia la puerta, toque el timbre y en unos segundo se abrió la puerta
- Te dije que te llevaras las llaves – al verme abrió los ojos – ¿Qué haces acá?
- Si Mahoma no va a la montaña… - abrió más la puerta y entre – No te costaba nada llamarme anoche o después de la discusión de hoy en la mañana, no puedo creer que hayas aceptado no ser más mi abogada
- Te llame y me daba ocupado – se cruzó de brazos – No deberías estar acá, más bien no deberías haber salido de tu casa
- Me siento mal, ya no aguanto estar encerrada – di un paso hacia ella
- No sos la única que se siente mal – comenzó a levantar su voz – Entiendo tu estrés pero entendeme a mí, la persona que más amo en mi vida esta acá pidiéndome que mi mundo siga girando alrededor suyo cuando ya no está conmigo – abrí mis ojos sorprendida - ¿Por qué te crees que hace un mes no nos vemos? Necesito superarte y teniéndote cerca no puedo
- Solo te pido que me ayudes con esto – sonrió irónicamente – No soy abogada penal
- Bueno, es el momento para que aprendas lo penal – fue hacia la puerta y la abrió – No hubo acuerdo, van a ir a juicio – señalo la salida – Andate de mi casa
No tenía más caso decir nada, me fui y escuche como se cerraba fuertemente la puerta. Justo cuando iba a cruzar la calle escuche que me llamaban, me di vuelta y vi a Juanjo con bolsas de supermercado
- ¿Estás bien? – asentí - ¿Qué haces acá? Me dijo Sami que tenes quince días más de reposo
- Vine a tratar de hablar con Tatiana pero por lo visto de nada sirvió – mire hacia ambos lados de la calle
- ¿Podemos hablar? – negué – Por favor, unos minutos
- Mejor anda y habla con tu amiguita – cruce hacia mi auto
Me subí, lo encendí y me fui hacia mi casa más molesta de lo que había venido. Una vez en mi casa agarre el celular, a pesar de la pantalla rota seguía funcionando, tenía varios mensajes de Sami, le respondí que estaba bien que me había quedado dormida y por eso no había respondido ya que si le decía la verdad me mandaría un sermón, busque la conversación con Sofí y le escribí
Tami~
~~~ ¿Podes venir a casa?
Espere por varios minutos que responda y ni siquiera lo leía, decidí escribirle nuevamente
Tami~
~~~ Claro, ahora que Fito está preso me ignoras… Buenas noches Sofía
Me fui a mi cuarto, puse a cargar el celular, me vestí con ropa de dormir y me acosté. A pesar de que estaba muy molesta pude dormir toda la noche sin ningún problema.
A la mañana siguiente me levante muy temprano, me di una ducha, me puse un pantalón de gabardina gris clarito, una camisa blanca y un suéter gris escote redondo del mismo tono que el pantalón, unos zapatos negros. Guarde mi billetera en el bolso, mi celular y maneje hasta la empresa.
Estacione al lado de la camioneta de Sofía, me baje de mi auto y camine hacia la puerta principal, en la recepción estaba mamá Carmen junto a Mica y Pablo
- Hey, ¿No deberías estar descansando? – Pablo pregunto y luego beso mi mejilla
- Estoy harta de descansar – salude a Mica y Carmen – ¿Sami está en su oficina?
- Si, llego hace diez minutos más o menos – respondió la recepcionista – Chiquita, no tomes a la ligera lo de tus costillas
- Estoy bien mamá – le di un abrazo – Me voy a mi oficina – los tres se miraron y luego regresaron la vista a mí - ¿Qué pasa?
- Nada, creo que antes de ir a tu oficina deberías hablar con Jenny – contesto Mica
- Bueno, voy a hablar con ella – me despedí con la mano
Fui hacia la escalera, mire hacia la puerta de los arquitectos y Bella estaba saliendo, se puso contenta al verme y antes de que hable puse mi dedo índice en mis labios para que haga silencio y por suerte lo hizo, se acercó a mí y me abrazo, le dije que la veía más tarde y fue hacia el baño. Al llegar al piso superior fui a saludar a Luz y Laura, ambas se veían muy contentas de verme
- Hola Tami – la voz de Jenny me hizo voltear – No deberías estar acá
- Hola Jenny – quedamos frente a frente – Es mi lugar de trabajo – me di vuelta para ir hacia mi oficina y ella me tomo de la mano - ¿Qué pasa?
- Primero que no tenes el alta médica y segundo que no podes ir a tu oficina ya que Manuel la está ocupando
- ¿Qué? – levante el tono de voz - ¿Por qué esta en mi oficina?
- Por qué necesitábamos otro abogado – respondió sin ningún gesto en su rostro
- Ah mira que bien – puse mis manos en mi cintura y conteste con mucho sarcasmo – Malik se hace socio y yo ni me entero si no fuera por internet y ahora me entero que tengo reemplazo – se cruzó de brazos - ¿Hace cuánto está ocupando mi lugar?
- A los quince días que te secuestraron, Tati estaba detenida y necesitaba por lo menos un abogado en la empresa – mire hacia arriba buscando tranquilizarme pero no pude – Anda a tu casa
- Pense que eras distinta Jennifer – di un paso hacia ella – Pero sos una hija de puta a la que lo único que le importa es el dinero
- Sin esperarlo me dio un fuerte cachetazo – No tenes derecho a decirme eso
- Jenny calmate – Sami se puso entre nosotras – No le pegues
- Entonces llevate a tu novia de la empresa – miro a Sami y regreso la mirada a mí – No quiero que vuelvas hasta dentro de quince días
- Es mi empresa también – respondí y sentía mi mejilla arder – No podes decirme que no venga
- Claro que si – negué – Estas suspendida por faltarme el respeto siendo la socia con más acciones en la empresa, regresa en quince días
- Ya vas a tener noticias mías Jennifer – mire hacia todos lados, las secretarias, Sofía, Tatiana, Manuel y Malik me estaban mirando, me di vuelta y fui hacia la escalera
- Amor, espera – Sami bajo detrás mío - ¿Por qué viniste?
- Porque estoy harta de estar en casa y porque se tomaron muchas decisiones sin mi consentimiento en la empresa – bajo su mirada - ¿Vos sabias lo de Manuel y Malik?
- Si lo sabía, pero creí que no venía al caso comentártelo – levante mis manos – No te enojes conmigo
- Su carita de angustia me hizo reaccionar – No es con vos mi enojo mi amor – bese sus labios – Me voy a casa
- Voy para allá cuando salgo – asentí y me fui
Salí de la empresa, de frente venia una chica que no dejaba de mirarme. Cuando estábamos a pocos centímetros me hablo
- ¿Sos la chica del secuestro verdad? – pregunto sin quitar la vista de mi
- No me fastidies – seguí caminando y ella vino detrás mío – En serio no quiero que me estén molestando
- Soy la hermana de Sofía – me frene y voltee a verla – Me llamo Mariana
- Sofía no tiene hermanas – respondí cortante
- Soy hija de Ramón – la mire más detalladamente y tenía los mismos ojos que Sofía y Santiago – Quiero disculparme por lo que mi Padre y mi tío te hicieron, es algo espantoso
- Me acerque a ella – Le dije lo mismo a tus hermanos, vos no tenes nada que ver en lo que me hicieron, no te sientas mal
- Lo sé pero son mi familia y es un horror que hayan hecho lo que hicieron – hice silencio - ¿Por qué te vas? ¿Ya no trabajas acá?
- Si, solo que no me dejan trabajar porque no tengo el alta médica – se lamentó – Sos muy chica, ¿No deberías estar en la escuela?
- Estudio en la tarde, tengo 16 años y por las mañanas trabajo en la empresa – sonreí y luego caí en cuenta de lo que estaba diciendo - ¿Estas bien?
- ¿Estás trabajando acá? – señale con mi dedo índice la entrada de la empresa y ella asintió – Otra cosa que no me dijeron
- Ya tengo que entrar – me dio un abrazo – Espero que pronto estés trabajando
- Gracias – le sonreí – Que te vaya muy bien
Me subí a mi auto, sabía que si iba a mi casa mi estado de ánimo empeoraría. Maneje hasta un parque, lo único que podía ayudarme en este momento era meditar y que mejor que hacerlo en contacto con la naturaleza, me quite mis zapatos, me senté en el césped, cerré mis ojos y me centre en lo que estaba haciendo.
No se cuánto tiempo paso cuando sentí un golpe en la cabeza, asustada abrí los ojos, mire hacia todos lados y vi una pelota a mi lado, un niño de unos 5 años vino hacia mí, tome la pelota y se la entregue
- Perdón señora – sonreí al escucharlo
- Hola nene – me miró fijamente - ¿Cómo te llamas?
- Martin ¿Dónde estás? – una chica de aproximadamente 30 años suspiro al verlo y vino hacia nosotros – Te dije que no te alejes – bajo la vista hacia mí – Disculpa si te está molestando
- No me molesta – le sonreí
- Iban a irse pero se regresó y me miró fijamente - ¿Sos la chica de las noticias? – asentí – ¿Estuviste secuestrada? – volví a asentir – Lamento mucho lo que te paso
- Gracias – me puse mis zapatos, me quise levantar y el dolor no me dejo - ¿Podrás ayudarme a ponerme de pie?
- Sí, claro – me dio la mano y rápidamente me levante - ¿No tenes miedo de estar en la calle?
- No, la persona que me lastimo está preso así que debo seguir con mi vida aunque el medico diga que debo seguir encerrada haciendo reposo – dije recordando mi molestia y ella sonrió - ¿Es tu hijo? – asintió – Es muy bonito – acaricie la cabeza del niño - Ya me voy
- Si, está bien – colgué mi bolso de mi hombro y comencé a caminar - ¿Puedo decirte algo? – me di vuelta y regrese hacia ella – Soy periodista, sé que muchos de mis colegas te han acosado con tal de sacarte una entrevista – afirme sonriendo – Esta es mi tarjeta, si algún dia decidís dar una entrevista te aseguro que voy a hacerte sentir muy cómoda, sería muy interesante que varias personas que pasaron por algo similar te escuchen
- Lo voy a pensar – puso su mano en mi hombro y lo apretó con suavidad – Que pasen un bonito dia
Regrese a mi casa, no dejaba de pensar en la conversación con la chica del parque, busque su tarjeta en mi bolsillo, no reconocía su nombre pero era cierto lo que me había dicho, yo salí delante y sé que puedo ayudar a muchos que hayan sufrido cualquier tipo de abuso, golpes o secuestro.
Trate de hacer reposo el resto del dia, odio admitir las cosas pero si lo necesitaba, me dolían mucho las costillas.
A las 7 de la tarde escuche que se abría la puerta del cuarto y sonreí al ver a mi novia, después de muchos besos fuimos a merendar y mientras lo hacíamos le comente lo del parque y ella me dijo que no era una mala idea.
Como era tarde le dije que se quedara a dormir, la extrañaba y por suerte ella acepto. Después de la cena nos fuimos a la cama, nos pusimos muy cariñosas, no faltaban los besos y las caricias que fueron subiendo la intensidad a medida que pasaban los minutos, lleve mi mano a su entrepierna y sobre la ropa comencé a tocarla, ella interrumpía los besos para soltar fuertes suspiros hasta que no resistió mas y desabrocho su pantalón e hizo que metiera mi mano, nos miramos a los ojos y nuestros labios volvieron a unirse, sentí el calor de su sexo y lleve mi dedo hasta su clítoris, lo presione suavemente y comencé a hacer círculos sobre él, sus gemidos invadían el cuarto, me pedía que no me detuviera y que lo hiciera cada vez más rápido, levante con mi mano libre su camisa y ella entendió que debía sacarla al igual que su sostén así que rápidamente desaparecieron, mire sus pechos, sus pezones estaban paraditos y duros, metí el izquierdo en mi boca y comencé a chuparlo, mi vagina estaba completamente mojada, deje mi labor de masturbarla y le quite le pantalón y su tanga, entre besos baje hasta quedar frente a su sexo, sin pensarlo dos veces lo comencé a lamer, primero sus labios y luego metí su botoncito en mi boca, lo succionaba despacio, sus manos estaban en mi cabeza presionándola hacia ella, sus gemido se fueron convirtiendo en gritos de placer, ambas necesitábamos esto y lo estábamos disfrutando. Pasaron varios minutos cuando me dijo que estaba por llegar así que acelere el ritmo y libero un gran orgasmo. Me acosté a su lado y nos besamos, ella quería mas, se notaba en su actitud y a pesar de sentirme cansada yo también quería sentirla mucho más. Me saco mi remera, no tenía sostén y eso la hizo sonreír, llevo sus manos a mis pechos y en ese mismo momento el miedo me invadió y ella se dio cuenta
- Tranquila amor – me hizo mirarla – Soy yo, Sami – beso mis labios - ¿Queres que me detenga? – hice silencio y ella entendió cuál era la respuesta – De a poco, lo entiendo mi vida – acaricio mi mejilla – Me encanto que haya pasado
- Perdoname mi amor – me callo con un beso – Sé que de a poco vamos a poder hacerlo bien
- Para mí fue maravilloso – me puso la remera – Vamos a dormir hermosa – me acomode dejando mi cabeza en su pecho – Te amo demasiado
- Voltee a verla – Te amo muchísimo preciosa
Apago la lámpara, beso mi cabeza y cerré mis ojos. Sabía que me iba a costar tener relaciones pero necesitaba mucho tenerla íntimamente. Bese su abdomen, la abrace y en pocos minutos me quede dormida.