Aprendiendo a Amar Cap. 83
-Mañana sábado ¿Vas a querer ir a trabajar? negó ¿Queres quedarte a dormir acá conmigo y mañana te llevo a tu casa? -Sí, no quiero irme se acercó de una manera muy sexy - ¿Vamos a la cama o queres acá en la sala?
Nuevo capitulo, espero les guste!!!
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Capítulo 83
Tami<<
Me desperté y lo primero que hice fue voltear hacia mi derecha, Sami dormía con mucha tranquilidad, la sabana solo la cubría de la cintura para abajo, estaba boca abajo y su cabello despeinado la hacía ver más sexy. Bese su espalda y ella se dio vuelta, abrió los ojos, sonrió, me abrazo y beso mis labios
- Desde hace dos años sueño con despertarme así – se subió encima mío – Hace dos días que no salimos del cuarto, tendríamos que ir a comer y disfrutar ya que mañana regresamos a Argentina
- Si mal no recuerdo – puse mi dedo índice en su nariz – Usted señorita no quiso salir, pidió comida al cuarto, quiso ver películas en Netflix y me hizo el amor infinidad de veces
- Lo admito, soy culpable – sonrió – Pero quiero que vayamos a caminar un rato – asentí y ella me dio un beso – Roma y el Vaticano quedaran para la próxima vez que vengamos
- Me parece muy bien – la abrace – ¿Vamos a bañarnos juntas? – me miro entrecerrando los ojos – No seas tonta, dije bañarnos, si quisiera hacerte el amor ya estaría entre tus piernas
- Se levantó y me lanzo una almohada – Vamos a la ducha
Ella tomo dos toallas y entramos al baño. Abrió la regadera, esperamos a que el agua este tibia y comenzamos a lavar nuestros cuerpos y luego nuestro cabello. No tardamos mucho en salir, nos secamos y buscamos ropa en nuestras maletas, Sami se puso un short blanco, una camisa de gasa sin mangas color negra y unas sandalias muy bonitas que tenía piedras de colores, puso crema para peinar en su cabello y lo dejo suelto; yo me puse un jean azul claro desgarrado, una remera violeta, unos Vans blancos y también el cabello suelto.
Después de unos cuantos mimos, bajamos y fuimos directo a un restaurant muy elegante en el que pedimos Carpaccio, Sami lo pidió de salmón y yo de ternera, acompañamos con un Moscato d´Asti
- Vine a cenar acá la primera vez que vine a Venecia con mis papas – lo dijo con una enorme sonrisa en sus labios – Cuando estaba con el vestido de novia frente a vos en el rio no dude en que vengamos a Venecia, quería comer con vos en este restaurant
- Tome su mano por sobre la mesa – Me encanta que estemos acá, a pesar de que hace dos días que no salimos del cuarto fue el mejor viaje de mi vida
- Me miro a los ojos – Tengo que preguntarte algo – la mire con atención – Vas a pensar que soy insistente y que quiero cortar el momento pero necesito aclarar todas las dudas que hay en mi cabeza
- Claro mi vida – tome un trago de Moscato – Pregúntame lo que necesites
- Cuando fuiste a Brasil junto con Tati – entrecruce los dedos de mis manos y apoye mi mentón sobre ellas - ¿Paso algo?
- Pense unos segundos y respondí – No, nada – suspiro – Al principio hubo un poco de coqueteo pero ella empezó a salir con un chico y yo me moría de ganas de volver y estar con vos
- La noche en que volviste te hice el amor y cuando fue mi turno no pudiste – la interrumpí
- Te mentí, lo de Javier fue una excusa – me miro desilusionada – Se me vino a la cabeza Tatiana y preferí no continuar porque no era justo hacértelo pensando en alguien mas
- No puedo creerlo – bajo la cabeza – Me culpaste, me dijiste que no me perdonabas el beso con Javier
- No sabía cómo decirte lo que me pasaba – al ver su cara me sentí la peor persona del mundo – Sé que fui una idiota, no supe decirte lo que me pasaba y te lastime – retiro la servilleta de sus piernas y la dejo sobre la mesa – Perdoname Sami, de verdad estoy arrepentida de haberte hecho tanto daño
- Necesito ir al baño – se puso de pie y yo solo asentí – Ahora vuelvo
La seguí con la mirada y cuando la perdí me lamente de esta conversación, sé que estas preguntas van a continuar por algún tiempo pero pense que por hoy estaríamos bien. Pedí la cuenta y para cuando Sami regreso estaba entregando mi tarjeta de débito, el joven mozo me la entrego y firme el comprobante de pago, nos pusimos de pie y comenzamos a caminar en silencio. Ella iba mirando hacia el piso y eso me desanimaba bastante así que por unos pocos minutos pense y al ver hacia mi derecha vi a un grupo de pintores a la orilla del canal, sonreí y tome la mano de Sami
- ¿Qué haces? – pregunto seria
- Vamos para allá – señale sonriendo – Quiero que nos hagan un dibujo de nosotras para tenerlo de recuerdo – note una sonrisa en sus labios – Así me gusta, esa sonrisa es hermosa – le abrace y la bese - ¿Vamos?
- Si, vayamos mi amor – volvimos a tomarnos de la mano
Al llegar, Sami señalo uno de los pintores, nos acercamos y en italiano le pidió que nos dibuje, nos hizo sentar sobre una banca de cemento, frente a nosotras estaba el hermoso Palacio Ducal y detrás nuestro el canal, una suave brisa agitaba nuestros cabellos y el artista no dejaba de sonreírnos y de decirnos lo bellas que nos veíamos juntas.
Cuando termino nos acercamos a ver el dibujo y era un cuadro precioso, le di unos Euros y fuimos a una tienda cercana a que lo enmarcaran y luego fuimos a seguir caminando e hicimos un recorrido en canoa, nos tomamos muchas fotos y no dejamos de besarnos y reírnos de todo.
Ya de noche llegamos al Hotel, justo al salir del ascensor nos encontramos con Lucia que venía de nuestro cuarto
- Estaba buscándolas – nos dio un beso a cada una – Recordé que mañana se van y queríamos invitarlas a cenar
- Claro, vinimos a cambiarnos e íbamos a ir a cenar – mire a Sami que sonreía – Nos vemos en media hora en la recepción
- Sí, hay un restaurant que vende una pizzas riquísimas – la acompañamos hasta el ascensor
- Cierto, no comimos pizza – mi chica me abrazo por detrás – Algo me estaba faltando – las puertas se abrieron y Lucia se subió – Te vemos al rato
Cuando las puertas se cerraron fuimos hasta nuestro cuarto, Sami se puso un vestidito ya que la noche no era muy fresca y yo me puse un pantalón de gabardina color beige, una camisita azul a la cual le doble las mangas y unos zapatitos Chanel del mismo tono que la camisa. Bajamos y como era de esperarse nuestros amigos venezolanos estaban esperándonos, saludamos a las chicas que esa noche estaban trabajando en la recepción y los cuatro salimos del hotel. Caminamos varias cuadras, las luces de los faros en las tranquilas calles venecianas daban mucha paz, muchas parejas tomadas de la mano se cruzaron por nuestro camino, sin duda este lugar era el más elegido para unas vacaciones románticas. No tardamos en llegar a un pequeño restaurant, había bastante gente por ser un lugar tan chico, por suerte conseguimos mesa y nos sentamos. Una mujer de unos 35 años nos dejó la cartilla de pizzas, después de debatir unos minutos decidimos comprar una Quattro Formaggi y la otra era una Margherita, Gregorio pidió un Moscato que fue lo primero que nos trajeron
- ¿A qué hora se van mañana? – pregunto el amable venezolano
- A las 7 am tenemos que tomar el tren y a las 1 de la tarde parte el avión – probé el Moscato que era exquisito como imagine – Espero que podamos ponernos de acuerdo y vernos ya sea en Venezuela o Argentina
- Claro que si – dijo entusiasmada Lucia – Tenemos planeado un viaje a Brasil para finales de año, podemos darnos una vuelta por Argentina
- Sería fantástico – mi chica intervino – Nunca les pregunte a que se dedicaban
- La mesera dejo las dos bandejas con las pizzas – Grazie – ella sonrió y se retiró, Gregorio nos sirvió una porción a todos – Yo fui Arqueólogo, hace dos años deje de hacer investigaciones y Lucia era Maestra y también se retiró – tomo la porción con la mano y mordió – ¿Ustedes a que se dedican?
- Yo estoy estudiando Arquitectura, me falta 1 año para recibirme aunque ya estoy ejerciendo y Tami es abogada, somos socias con un grupo de amigos de una constructora, Fernández & Asociados – Lucia abrió los ojos asombrada
- ¿En serio? – pregunto la venezolana – Es muy conocida esa empresa
- Si, el padre de nuestra amiga es el dueño de la empresa y nos ofreció una sucursal en la que nos encarguemos de proyectos que él no podía abarcar – probé la pizza y sentí que estaba en el paraíso – Esto es riquísimo, realmente la pizza es italiana
Todos nos reímos, seguimos comiendo y conversando de todo un poco. Cuando fue el momento de irnos quisimos pagar pero ellos nos dijeron que nos habían invitado como cena de despedida y no dejaron que pagáramos nada.
Un poco pasadas de copas subimos a la habitacion, Sami comenzó a acomodar la ropa en las maletas, yo me senté en la cama y observaba cada movimiento de mi chica
- Me quedaría a vivir acá – Sami me miro y sonrió – Claro que con vos – me levante y la abrace por detrás – Podes hacer esto en otro momento y disfrutar nuestra última noche en Venecia
- ¿Qué se te ocurre hacer? – se dio vuelta, quedamos frente a frente y ella con su dedo índice recorrió mi mejilla derecha
- Se me ocurren muchas cosas pero primero quiero confesarte algo – abrió los ojos sorprendida – Son unas cosas que jamás te dije de cuando éramos chicas
- Decime, no me imagino que puede ser – se sentó en el sillón y yo me senté sobre sus piernas
- Mi primer beso no fue aquella vez en tu cuarto – abrió su boca y no apartaba sus ojos de los míos – Ese mismo año, para pascuas ¿Te acordas que hiciste una pijamada? – asintió – Estábamos todas las chicas y mirábamos películas de terror, vos no dejabas de abrazarme y yo moría de ganas de besarte pero no sabía cómo decirte o hacerlo – soltó una sonrisa – Espere que todas se durmieran y como nos tocó dormir juntas aproveche y te bese
- No puedo creerlo – exclamo haciéndose la enojada – Eso fue un abuso de tu parte
- Vos no dejabas de buscarme y esa noche yo no pude contenerme – rodeo mi cuello con sus brazos y me beso – No fue lo único que paso en esa pijamada
- ¿Qué más me hiciste? – me reí de su cara de susto
- Hacer no te hice nada pero al otro dia cuando me desperté fui al baño, vos te estabas bañando, pense en irme pero tenías el cancel abierto y no pude evitar acercarme – cubrió su boca con su mano izquierda – Cuando vi tu cuerpo pense que estaba mal lo que hacía pero estaba hipnotizada – recordé unos segundos – Estabas cantando, tenías los ojos cerrados, memorice todo tu cuerpo y cuando creí que ya terminarías me fui rápido a tu cuarto y me hice la dormida
- Qué vergüenza, con lo mal que canto – contuve la risa - ¿Algo más que debas confesarme? – nuevamente asentí - ¿Qué más?
- Esa noche llegue a mi casa y por primera vez en mi vida me masturbe – soltó una carcajada que al ver mi cara avergonzada trato de controlar – No podía borrar tu cuerpo de mi mente, siempre me pareció tan hermoso – la mire a los ojos – Tu culito tan perfecto – con mis manos hice el gesto de agarrar unas nalgas y ambas nos reímos – Tus tetas tan paraditas y esos pezones rosaditos – mordí mis labios, ella cubrió sus pechos y su rostro se puso completamente rojo – Siempre fuiste hermosa, siempre me encantaste por dentro y sobre todo por fuera – guiñe mi ojo derecho - ¿Por qué estamos hablando tanto? Pasemos a la acción mejor
- No, casi me violaste cuando éramos chicas, no puedo aceptar eso – hizo que me levantara y ella hizo lo mismo – Debería denunciarte por abuso infantil
- ¿Ah sí? – asintió – Bueno ahora te voy a dar más pruebas para la denuncia – deslice las tiras del vestido por sus brazos y este cayó al piso – Ese conjunto de ropa interior te queda tan sexy – lleve mis manos a su espalda y desabroche su sostén y en pocos segundo este acompañaba en el piso al vestido – Siguen siendo tan hermosos como cuando eras chica – con ambas manos agarre sus pechos – Siempre están calentitos y eso me pone calentita – ella me quiso besar pero no la deje – Esto es un abuso, no podes besarme Samanta – sonrió y luego quiso sacar mis manos de sus pechos – No te resistas, va a suceder quieras o no – la cargue y la lleve a la cama, la acosté y quite su tanguita – Tu hermoso sexo, siempre depiladito me encanta – me subí a la cama y comencé a besar desde sus pies hasta llegar a sus labios, deteniéndome primero para besar cada uno de sus pechos – Espero que no te resistas si no voy a tener que atarte – negó y se movió un poco buscando que mi pierna rozara su sexo – Alguien quiere que empiece
- Callate y cogeme ya – escucharla decirme eso hizo que me mojara
No di más vueltas y la bese, metí mi lengua en su boca buscando la suya, por varios minutos solo nos dedicamos a besarnos y a acariciar nuestros cuerpos, bese su cuello, sus hombros, su pecho, en medio de sus pechos, su abdomen que estaba muy ejercitado y me detuve justo frente a su pelvis, nos miramos a los ojos, ella acaricio sus pechos y tomos sus pezones con sus dedos índice y pulgar, los estiro y regrese para meter el derecho en mi boca, primero dibuje círculos alrededor de él y por ultimo volví a meterlo en mi boca comenzándolo a succionar, mientras miraba a Sami que tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta, hice lo mismo en el otro pezón y nuevamente baje hasta llegar a quedar frente a su sexo que estaba muy mojado. Primero con mi índice lo recorrí hasta llegar a su entradita y luego regrese a su clítoris, los frote un instante hasta que por fin lo comencé a estimular con mi lengua. Sami se retorcía de placer y no dejaba de gemir y susurrar mi nombre, atrape con mis labios a ese pequeño botón de placer y ella arqueo su espalda, creí que tendría un orgasmo pero no fue así, se recostó nuevamente, nuestras miradas se cruzaron, con mi lengua baje hasta su entrada y comencé a hacer presión, repetí eso varias veces y regrese al clítoris, mientras mi lengua lo atendía mis dedos mayor y anular los introduje en su interior, los metí varias veces hasta la mitad y luego los metí por completo, toque sus paredes, separe mi boca de su sexo y comencé a penetrarla con más intensidad, Sami me pedía más y que no me detuviera, note como su cuerpo se tensaba, era inminente su orgasmo así que acelere el movimiento lo más que pude hasta que un fuerte gemido y una gran cantidad de fluidos me dieron aviso de su llegada al clímax. Cuando ella se tranquilizo retire mis dedos y los metí en mi boca, fui hasta ella y aun con su sabor en mi boca la bese, ella seguía muy agitada, su cabello estaba alborotado, lo acomode y sentí su rostro sudado, cerro sus ojos y suspiro, creí que se dormiría pero me sorprendió cuando se puso encima mía y con mucha pasión me beso, yo aún tenía mi ropa, ella se separó y despendio botón por botón mi camisa, me hizo sentarme y la quito, rápidamente saco el sostén y acto seguido desabrocho el cinturón de mi pantalón, lo retiro y también desapareció mi pantalón junto con mi bóxer. No hizo mucha previa, realmente no hacía falta, dio varias lamidas a mis pezones y enseguida fue a mi sexo, creí que me haría sexo oral pero no fue así, comenzó a masturbarme, sus dedos recorrían todo mi sexo y finalmente su dedo índice presionaba mi clítoris, lo frotaba dándome mucho pacer, sentía que el corazón se me quería salir del pecho, lleve mis manos a mis pechos y los apretaba, Sami chupo sus dedos índice y mayor de su mano derecha y los introdujo, con la mano izquierda siguió masturbándome, sentía un cosquilleo en mi vagina e invadía todo mi ser, no pude resistir mucho más tiempo y explote en un orgasmo intenso. Sami se acostó a mi lado y ambas chupamos los dedos cubiertos de mis fluidos, luego nos besamos
- Puedo hacer esto toda mi vida – sonrió ante mi comentario y se acomodó en mi pecho – Voy a poner la alarma a las 4 am para darnos una última ducha en este hermoso hotel y luego acomodar las valijas
- Si amor, no tengo ganas de acomodarlas ahora – acaricio mi abdomen – Solo quiero estar acostada, abrazada a vos – ella no me veía pero sonreí tontamente – Aun no entiendo como pudimos estar dos años separadas
- Yo tampoco lo entiendo – ambas suspiramos - Sabes, cuando me entere que te habías acostado con Natalia me jodío más que te hayas acostado con otra mujer, no tanto que haya sido mi hermana, entendí que no sabías quien era pero siempre me prometiste que sería la única en tu vida
- No fue provocado lo de Naty, estábamos borrachas y demasiado calientes – se volteo a verme – Con Bella fue distinto, yo provoque que pasara eso
- Aún recuerdo las ganas de partirle la cara cuando las vi besarse en la cochera de la casa de Jenny en navidad – negó con una sonrisa en los labios – Te juro que si no llegaba Sofí la mataba
- ¿Te pusiste celosa? – la mire entrecerrando los ojos – Vos estabas con Tati
- ¿Y eso que tiene? – me senté y ella se recargo en mis piernas – Me dolía no ser tu única mujer – baje la mirada – Eso era la único que me quedaba de vos hasta que me entere lo de Naty y Bella
- Ahora sos la única – levanto mi cabeza – Y así va a seguir siendo a partir de ahora se sentó encima mío quedando frente a mí – Sos mía y ahora nadie te va a sacar de mi lado
- Nadie mi amor, ya no quiero volver a estar separada de vos – nos besamos con una mezcla de amor, pasión y tristeza por el tiempo separadas – Vamos a dormir mi vida
- Si amor – me dio un beso cortito – Buenas noches
- Buenas noches preciosa – me acosté boca arriba
Ella se acomodó, me abrazo, apague la lámpara de noche y en pocos minutos nos dormimos.
Mi celular sonó a la 4 am, ambas nos levantamos y nos fuimos a duchar entre besos y caricias aunque fue un baño rápido. Al salir nos pusimos la ropa que había separado Sami la noche anterior y entre las dos acomodamos las maletas. Una vez que estábamos listas bajamos hasta la recepción, nos acercamos a los jóvenes que estaban atendiendo
- Buongiorno, questa giornata si è conclusa l'alloggio (Buenos dias, el dia de hoy finalizamos el hospedaje) – Sami entrego la llave junto – Amor, dale la tarjeta para que nos liquiden los gastos
- Buongiorno misses – estire mi mano junto con la tarjeta y el joven italiano la tomo – Grazie – unos minutos despues me la devolvio - Apprezziamo il vostro business, buon viaggio (Apreciamos su preferencia, buen viaje)
- Grazie per il servicio (Gracias por el servicio) – me sonrió y caminamos hacia el exterior del hermoso hotel
Al llegar a la orilla del canal un señor con una canoa se acercó y nos ayudó a subir nuestras valijas, Sami le indico que nos llevara a la estación de tren, nos sentamos y observamos el hermoso amanecer veneciano. Nos tomamos varias fotos en el trascurso del viaje en canoa y no faltaron los besos.
No tardamos en llegar a la estación, le pague al hombre que se despidió con mucha amabilidad de nosotras. Fuimos a las ventanillas para que nos indicaran donde salía nuestro tren y luego con mucha calma esperamos que se haga el horario de partida.
Nuestro tren se detuvo y comenzamos a subir todos los pasajeros, nos sentamos y aprovechamos para dormir ya que eran tres horas de viaje.
Al llegar a Roma moría de ganas de que fuéramos a recorrer pero ya estábamos muy justas con el horario así que nos subimos a un taxi y nos llevó al Aeropuerto. En veinte minutos estábamos entregando nuestros pasaportes y haciendo el check-out.
Con bastante tristeza nos subimos al avión, escuchamos al piloto dándonos la bienvenida y las azafatas dar las indicaciones de vuelo, abrochamos nuestros cinturones y nos metimos un chicle cada una para evitar que para el despegue se nos tapen los oídos. Para cuando el avión tomo altura desabroche mi cinturón, ayude a Sami a desabrochar el suyo que estaba trabado, sin querer roce uno de sus pechos, sentí la temperatura de mi cuerpo elevarse, nos miramos a los ojos, sonreí, le guiñe el ojo y fui al baño. Cerré la puerta sin cerrojo y en menos de un minuto Sami entro, aseguro la puerta, ambas nos reímos y comenzamos a besarnos, sentía mi sexo palpitar, tome la mano de mi chica e hice que la metiera dentro de mi pantalón, sin apartar nuestros labios empezó a masturbarme, por suerte mis gemidos se ahogaban en su boca, metí mi mano en su pantalón e imite lo que ella me hacía, ambas estábamos demasiado mojadas, estar en un lugar donde nos podían descubrir nos excitaba más de lo normal y no tardamos en alcanzar un orgasmo. Acomodamos nuestra ropa, nos dimos un beso y Sami abrió la puerta, reviso que no haya nadie, cuando confirmo que podíamos salir lo hicimos regresando a nuestros asientos.
El resto del viaje nos la pasamos entre dormir, escuchar música y comer. Después de 10 horas estábamos en piso Argentino, aterrizando en el Aeropuerto de Ezeiza. Pasamos por todos los controles, tomamos nuestras valijas y solicite un Uber para que nos lleve a mi casa. Había mucho tráfico así que tardamos casi una hora en llegar.
Abrí la puerta y me alegre de ver mis cosas, ame estar en Venecia pero el confort de un hogar es lo mejor de todo. Dejamos nuestras valijas y nos quedamos en silencio mirándonos
- Mañana sábado ¿Vas a querer ir a trabajar? – negó – ¿Queres quedarte a dormir acá conmigo y mañana te llevo a tu casa?
- Sí, no quiero irme – se acercó de una manera muy sexy - ¿Vamos a la cama o queres acá en la sala?
- Abrí mis ojos asombrada – Vamos a la cama, quiero que estemos cómodas
En segundos estábamos en mi cuarto, revoleando nuestra ropa por la habitacion y volviendo a sentir nuestros cuerpos calientes. Ella era quien llevaba el control de la situación, me hizo el amor por más de 4 horas hasta quedarnos dormidas.
Cuando nos despertamos preparamos café y comimos unas galletitas que había en el mueble de la cocina, vimos televisión y luego pedí comida a domicilio. Sami quiso lavar lo que usamos pero le dije que yo lo hacía más tarde, no quise perder tiempo en eso y aprovecharlo amándonos ya que en unas horas ya se iba a su casa.
En la noche nos bañamos, fui hasta la sala donde estaba mi valija, saque toda la ropa dejándola sobre el sillón y escogí lo que quería ponerme. Una vez listas cargue la valija de Sami en el auto, nos subimos y lo encendí, apreté el botón del control del portón de la cochera pero no funcionaba, me baje y lo abrí manualmente, le pedí a Sami que saque el auto y cerré el portón, mi chica regreso a su asiento y me subí del lado del conductor
- Voy a buscar el lunes alguien que lo arregle – sentí mucha emoción de volver a manejar - ¿Dónde te llevo?
- A la casa de mis papas – asentí y doble en la primer calle a la derecha – Seguramente mis cosas estén aun en lo de Juanjo pero no me animo a ir y menos a esta hora
- Ya tendrás oportunidad amor – nos miramos y sonreímos – Si necesitas algo me decís, no lo dudes
- Gracias mi amor – nos dimos un beso aprovechando el semáforo – Sé que me voy a tener que soportar un sermón de mi madre
- ¿Nunca le avisaste donde estábamos ni nada? – negó – Si, te va a asesinar
- Vos no te vas a salvar eh – abrí mis ojos – Seguramente cuando se calmen las cosas conmigo sea tu turno
- Mejor te dejo a unas diez cuadras, tu mamá tiene un radar y si se percata de mi presencia saca la escopeta – se empezó a reír – Realmente no me quiere tu mamá
- Si te quiere, solo que está enojada por lo que paso – sonreí de lado – Sé que en cuanto hablen y aclaren las cosas se van a llevar bien como cuando éramos novias
Escucharla decir eso hizo que mi cuerpo se tensara, éramos novias, claro está que ahora no lo somos, aunque muero que así sea pero sé que ella necesita más tiempo, si fuera por mí ya se lo hubiera propuesto
- ¿Qué pasa Tami? – sacudí mi cabeza y negué – Se nota que algo te puso incomoda
- Nada mi amor – la mire unos segundos y regrese la vista al frente – Fue raro escucharte decir que éramos novias, solo eso – se rio – Sé que necesitas tiempo, lo voy a respetar bebe
- Gracias mi vida – me detuve en la puerta de su casa – Te voy a extrañar
- Yo también princesa – nos abrazamos – ¿Nos vemos el lunes en la oficina?
- Si, mañana voy a ir a visitar a Jenny, seguramente este ansiosa de verme – nos reímos – Te amo mucho
- Te amo con toda mi vida – la bese – ¿Me llamas mañana? – asintió y abrió la puerta, se bajó y me lanzo un beso – Suerte con tus padres
- Gracias – junto las palmas de sus manos – Anda con cuidado hermosa
- Si preciosa – ahora yo le lance un beso
Abrí la cajuela y ella bale la maleta, la vi caminar los metros que separaban el portón de la puerta principal, cuando se abrió la puerta puse en marcha el auto y maneje muy feliz a mi casa, solo deseaba que sea lunes para volver a ver a mi chica de ojos color miel.
Sami<<
Recorrí el caminito desde el portón hasta la puerta de mi casa, estos últimos días fueron demasiado intensos pero realmente lo necesitaba, quería sentir a Tami, quería que me reconquiste, a pesar de que faltan muchísimas cosas por aclarar me siento en paz. Toque el timbre y en pocos segundos la puerta se abrió, suspire aliviada al ver que era mi padre
- Hija – exclamo José y me abrazo – Que bueno verte
- Hola papá – correspondí el abrazo – También me da mucho gusto poder abrazarte
- Dejame ayudarte con esa valija – se la entregue y ambos entramos – Nelly, mira quien regreso – mi madre vino hecha una furia, cerré los ojos esperando los gritos pero me asombre de no escuchar ni siquiera un saludo, mire a mi padre que le hacía señas y al notar mi mirada sonrió - ¿Queres cenar algo Sami?
- Hola mamá – camine hacia ella y bese su mejilla – Sé que estas molesta pero podrías saludarme
- Hola Samanta – se sentó en el sillón individual y siguió viendo la televisión
- Contame hija, ¿Cómo te fue? – mi padre me indico el sillón y ambos nos sentamos - ¿Dónde fueron?
- Nos fuimos a Italia, Venecia – el abrió los ojos maravillado – Desde chicas prometimos ir juntas y Venecia era el lugar ideal
- Es muy hermoso y romántico – me guiño el ojo - ¿Pudieron hablar y solucionar las cosas?
- Hablamos bastante, sé que aún queda mucho por decir pero lo importante es que estuvimos juntas – mi madre se puso de pie y ambos la miramos
- Deja de decir estupideces – me asusto el grito que dio – Estas desperdiciando tu vida con alguien que nunca te valoro, que te engaño y por quien casi te moris – quise interrumpirla pero fue imposible – Juanjo es la persona que tiene que estar en tu vida, es un hombre, un caballero, siempre te cuido y te hizo crecer como persona – me puse de pie y camine hacia ella - ¿Cuánto va a tardar esa cualquiera en lastimarte e irse con la primera que se le cruce? – mi padre se puso de pie al escucharla – Ella no te merece, necesitas alguien del porte de Juanjo, él es una buena persona
- Nelly no faltes el respeto – mi madre fulmino con la mirada a mi padre pero él no le dio importancia – Ella merece estar con quien ama, quien la hace feliz y deberías apoyar eso
- A vos lo que te molesta es que mi pareja es una mujer, nunca pudiste aceptar que me enamore de una chica – ella dio un paso hacia mí – Una madre procura la felicidad de su hija, no todo lo contrario – mi voz era segura pero hablaba tranquila
- Sos una estúpida Samanta, tu felicidad y bienestar es con Juanjo – la mire a los ojos y parecía que en cualquier momento saldría fuego de ellos – Tamara es una puta, ya te cago una vez y seguramente lo vuelva a hacer
- Es tu hija carajo – mi padre grito – No le hables de ese modo – sentí muchas ganas de llorar pero me contuve – No sé qué te pasa por la cabeza
- Yo no voy a permitir que tire su vida a la basura por una persona que le hizo daño – me miro con desprecio – Aun podes solucionar las cosas con Juanjo
- No voy a solucionar nada con él porque no hay nada que solucionar – camine hacia la escalera – Vos debes aceptar que amo a Tami y que te guste o no voy a estar con ella – subí unos escalones y me detuve, me voltee a verla – Vos sabrás si seguir con esta actitud o trabajar la idea de que tu hija va a hacer su vida con una mujer, muy a pesar de lo que digas
No espere que hable y subí hasta el que era mi cuarto, cerré la puerta pero pude escuchar los gritos de mi madre y de mi padre discutiendo. Me senté en la cama, no voy a hacer caso a las agresiones y palabras de mi mamá, yo voy a hacer lo que me hace feliz y Tami es la única persona que logra que me sienta así. Me quise cambiar pero recordé que tenía la valija abajo, no quería bajar así que me acosté y encendí la televisión, busque algo entretenido pero nada me llamaba la atención así que la apague, se escuchó que golpearon la puerta de mi cuarto e indique que pasara a quien fuera
- Permiso hija – mi padre entro y cerró la puerta – Te traje la valija, seguramente quieras ponerte cómoda
- Gracias papi – se sentó en la cama – Sé que estoy haciendo lo correcto – él sonrió – Mi corazón me lo dice
- Eso es lo importante – puso su dedo índice en mi pecho – Este de acá es el más sabio – lo abrace y solté mi llanto – Tu madre está furiosa y no ve la realidad, vos hace lo que te haga feliz, ella tendrá que aceptarlo y disfrutarlo con vos o perderse de las cosas importante de la vida de nuestra hija
- Cuando me fui de la iglesia y la encontré en el rio, nuestro lugar, creí que estaba cometiendo un error pero al ver su cara al verme todo eso se esfumo y quise correr a sus brazos y no separarme jamás – mi padre acaricio mi mejilla – No se la hice fácil, necesitaba que me demuestre que soy realmente importante para ella y que me ama tanto como dice
- ¿Lo hizo? – pregunto sabiendo mi respuesta
- Si, realmente me ama, a pesar de que no conocía Italia se las ingenió para sorprenderme y hacer cosas que me hicieran sentir bien – él asintió con una sonrisa en sus labios – Cuando yo le reclamaba ella me explicaba cada cosa, sin guardarse detalles y si yo me quedaba mal buscaba la manera de cambiar ese estado de ánimo y hacerme sonreír
- Siempre supe que esa chica te amaba – la que ahora sonreía era yo – Como se llevaban cuando eran amigas y como te busco cuando tu madre te mando a Rosario, me hizo ver que era amor sincero – me tomo de la mano – ¿Cometió un error? Si. ¿No supo remediarlo? También. Pero ambas maduraron y se dieron cuenta que no pueden no estar en la vida de la otra – beso mi frente – Yo solo quiero que seas feliz y me di cuenta que lo eras con ella cuando nos las encontramos en el centro comercial, como se miraban, tu sonrisa irradiaba luz y eso es lo que realmente me importa, a pesar de todo lo que paso ella sigue haciéndote sentir feliz
- La amo demasiado papá – seque mis lágrimas – Y prometimos no dejar que nada ni nadie nos separe
- Me da gusto escuchar eso – se puso de pie – Luchen por su amor, es muy bonito – volvió a besar mi frente – Mañana me voy a jugar golf, te recomiendo irte a pasear en cuanto te levantes y evites a tu madre
- Eso voy a hacer José – lo abrace – Buenas noches y muchas gracias
- Nada de gracias, sos mi hija, quiero verte feliz – despeino mi cabello – Buenas noches
Se fue y me sentí más tranquila luego de esta conversación, es cierto todo lo que me dice, ella me hace completamente feliz. Busque ropa en la maleta y me vestí, me acosté cobijándome ya que la noche estaba bastante fresca, apague la lámpara, lo último que pense antes de dormir fue en ella, en la mujer de mi vida.
Cuando abrí los ojos me sorprendí al ver que eran las 11 de la mañana, fui al baño y lave mi cara, cepille mis dientes y luego me vestí. Regrese al baño para delinear mis ojos y ponerme rímel, pense en llamar a Jenny pero decidí mejor sorprenderla. Baje la escalera y agradecí que no estuviera a la vista mi mamá, agarre la que era mi llave y pedí un Uber, por suerte tardo tres minutos en llegar, me subí, con buena música y conversando me llevo hasta la casa de mi amiga.
El auto se detuvo en la vereda de enfrente, me despedí, baje del coche y cruce la calle, toque el timbre y un instante después la puerta se abrió, Jenny estaba seria pero al verme sonrió y me abrazo
- Sami, que bueno verte – se separó de mí y me miro de arriba abajo – Te ves muy bien, quiere decir que disfrutaste estos días – sonreí y nos volvimos a abrazar – Entremos, Santi no está, fue a pasar el fin de semana a la casa de un amigo de la escuela
- Qué bueno, tuvieron tiempo a solas – sonrió de manera perversa – No perdes tiempo vos
- Huy hablo la santa – cruzamos la puerta y Sofí volteo hacia nosotras, se puso de pie y me abrazo – Ya regreso la parejita
- Se te ve muy bien – Jenny me miro con poca modestia - ¿Dónde está Tami?
- Supongo que en su casa – me senté y mi mejor amiga fue a la cocina y regreso con cervezas – Llegamos el viernes en la madrugada, ayer pasamos el dia juntas y en la noche me llevo a casa de mis padres
- ¿Cómo la pasaron? ¿Dónde fueron? ¿Ya se reconciliaron? – la rubia se quedó sin aire de tantas preguntas
- Fuimos a Venecia, tuvimos momentos muy lindos y algunos no tantos pero en lo general la pasamos muy bien – di un trago a mi cerveza – Se puede decir que si nos reconciliamos pero vamos de a poco, no vamos a apurar las cosas
- Me parece perfecto – Jenny sonrió - ¿Qué hicieron? Contanos un poco sobre cómo sucedieron las cosas
- Cuando me le aparecí con el vestido le dije que no quería hablar y que nos iríamos de viaje en el que ella pagaría todo – ambas sonrieron – Casi no hablamos hasta llegar a Venecia, me sentía súper nerviosa y moría de ganas de besarla pero me contuve, necesitaba hacerle mil preguntas y así fue, ni bien nos quedamos solas en la habitacion del hotel, la bombardee a preguntas a las cuales con mucha calma me respondió – suspire – Después de eso dormimos hasta el otro dia en el cual nos levantamos y nos fuimos a almorzar de tan tarde que era, conocimos a una pareja venezolana, muy buena onda a pesar de ser personas mayores
- Imagino que comieron pura pasta o pizza – interrumpió Sofí
- Ese dia pedimos espaguetis pero no me pude contener y le pedí que vayamos al cuarto, ella quería comer pero no la deje, pagamos y regresamos al hotel – Jenny abrió los ojos y sonrió – Estábamos entrando en clima y justo en ese momento me imagine a Tami con Tatiana haciendo el amor y todo se fue a la mierda, me sentí demasiado mal, quise cachetearla, insultarla y no volver a verla pero preferí solo irme y dejarla en la habitacion, camine por horas, di un paseo en canoa y luego fui a comer algo ya que moría de hambre
- ¿La dejaste sola y caliente? – Jenny pregunto y asentí – Amiga, eso no se hace
- Me sentía mal, estuve tres horas fuera del hotel, llore desconsoladamente pero luego entendí que eso era pasado y fue cuando regrese al cuarto, ella estaba acostada y a punto de dormirse, me acosté a su lado, la abrace y no tarde en dormirme – mire mi botella vacía, les hice gesto de que me esperaran y fui a buscar otra, me senté donde estaba y seguí contando – Me despertó con el desayuno en la cama y me dijo que iríamos de paseo, nos bañamos y junto con los venezolanos nos fuimos a una granja preciosa, cosechamos, comimos pastas caseras y luego Tami me hizo cabalgar un hermoso caballo, aprovechamos estar solas para hablar otro rato, discutimos pero ella supo quitarme esa molestia y el dia termino muy bien, tanto así que hicimos por varias hora el amor – ambas me miraban embobadas – No saben lo lindo que fue, fue cargado de pasión pero con cada caricia sentía que iba reparando todo el daño que ella misma me había hecho, cada beso hacia palpitar fuerte mi corazón, así como solo ella sabe hacerlo palpitar – recargue mi cabeza en el respaldo del sillón – La amo tanto, no puedo seguir separada de ella, de a poco solucionaremos todos nuestros problemas pero ninguna de las dos quiere seguir separada de la otra, eso nos causa más sufrimiento
- ¿Qué va a pasar de ahora en adelante? – mi mejor amiga me miro a los ojos – Mañana cuando regresen al trabajo vas a ver a Juanjo – asentí – Tati no es problema, ya hace meses que termino con Tami y ya anda en algo con Agus
- No sé cómo hacer con Juanjo, sé que debo hablar con él pero no sé ni lo que piensa ni cómo se siente aunque eso me lo imagino – las mire a ambas - ¿Ustedes como lo vieron?
- No lo hemos visto, le pidió la semana libre a Jenny y mañana retoma el trabajo – sentí los nervios invadiendo mi cuerpo – Tati nos dijo que estaba destrozado y que se iba a ir a Japón con su hermana
- Me siento mal por cómo se dieron las cosas – baje la mirada – Nunca fue mi intensión lastimarlo
- Lo sabemos y sabemos que van a hablar y dejar bien las cosas – Jenny se puso de pie – Vayamos a visitar a Tami, yo pago la comida
- Sí, tengo muchas ganas de verla – Sofí se puso de pie – Yo manejo
Agarro las llaves de su camioneta, Jenny agarro dinero de su bolso y nos subimos al vehículo. Sofí puso música a bajo volumen y les seguí contando sobre el viaje y sobre las veces que hicimos el amor, aunque Jenny quería detalles me los guarde para mí.
Al llegar vimos que el auto estaba fuera de la cochera, detuvo la camioneta y nos bajamos
- Estaba roto el control de la cochera, seguro no pudo abrirlo y dejo el auto afuera por eso – camine hacia la puerta y toque el timbre – Amor, vine con las chicas – no respondía así que insistí tocando el timbre pero aún seguía todo en silencio
- Dale Tami, abrí la puerta – Sofí empezó a golpear con entusiasmo – No podes estar dormida, son las 2 de la tarde
- Chicas – miramos a Jenny que miraba hacia el interior del auto – Esta su bolso acá dentro y si no veo mal también su celular
Rápidamente fuimos hasta el auto y trate de abrir la puerta, me sorprendí al notar que no tenía activada la alarma, agarre su bolso y su celular, tenía la billetera adentro, estaba su identificación, su licencia y todas su tarjetas, mire el celular y tenía poca batería, revise los mensajes y no había ninguno alarmante, deje todo donde estaba y regrese rápidamente a la puerta, toque el timbre varias veces el timbre, golpee la puerta y trate de abrirla pero estaba cerrada, el miedo se apodero de mi cuerpo, voltee a ver a mis amigas que estaban igual de nerviosas
- Yo tengo llaves de su casa – Sofí corrió a su camioneta y volvió enseguida – Ay Dios, que este adentro dormida profundamente – susurro y miro entre todas las llaves, separo una y la metió en la cerradura, la volteo dos veces y la puerta se abrió – Tami, ya levantate de la cama – grito la rubia con la voz entrecortada
Mire el sillón, recuerdo que había sacado toda su ropa de la valija y la había puesto sobre el sillón y aún seguía ahí, mis manos y piernas temblaron, fui a la cocina, me había dicho que ella lavaría los platos pero sentí un fuerte dolor en el pecho al ver todo tal cual lo habíamos dejado el sábado en la noche, regrese a la sala y las chicas venían de los dormitorios
- No esta – Jenny miro a Sofí que también negó – Puta madre – se agarró la cabeza
- Llamemos a Tati, seguro se encontraron y se fue a su casa – Sofí lanzo una idea al aire, aunque sabía internamente que era poco probable me aferre a que podía ser acertada, agarro su celular y después de marcar, puso el altavoz y al tercer tono respondió la morena – Tati ¿Esta Tami con vos?
- Hola Sofí, no yo estoy con Agus en el restaurant ¿Ya regreso? – pregunto muy tranquila
- Sí, pero no aparece por ningún lado – comencé a llorar – En el auto están sus cosas y su casa esta como lo dejo la última vez que estuvo
- ¿Dónde estás? – ahora si se escuchaba nerviosa – ¿La llamaron por teléfono?
- Tati, soy Sami, el teléfono y su bolso están en el auto, estamos en su casa – el nudo en la garganta casi no me dejaba hablar
- No toquen nada, en quince minutos llego – colgó la llamada
Nos sentamos en el sillón, las tres teníamos la misma cara de miedo, no sabía que había podido pasar pero tampoco quería imaginarme cosas, siento demasiada angustia, solo le pido a Dios que no le haya pasado nada malo.