Aprendiendo a Amar Cap. 81 (3° Temporada)

-A esta hora estaría yendo a mi luna de miel – las dos volteamos a vernos – Pero estoy en Venecia, con vos y acostadas en la misma cama -Podes tener todavía tu luna de miel – note como se sonrojo – Descansa mi amor

Primero que nada Feliz Año nuevo!!! Al fin estoy de regreso, necesitaba unas vacaciones y analizar bien el inicio de esta tercera temporada... Espero les guste y que este año traiga muchas cosas buenas!!!

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Saludos ;)

Tercera temporada

Capítulo 81

Tami<<

Esta parada frente a mí, me esta recriminando pero también me dice que me ama, quiero besarla pero no quiero presionarla, quiero que ella tome la iniciativa, ella me mira esperando que diga algo pero realmente no sé qué decir, me acerco lentamente y tomo sus manos, sonrió y ella sigue igual de seria

-      Tenemos que hablar, debemos hablar muchísimo pero no quiero que sea acá – me hace soltar sus manos – Anda a tu casa, agarra tu pasaporte y arma una valija, luego pasa a buscarme por mi casa

-      ¿Dónde queres que vayamos? – pregunte asombrada

-      Ya vas a ver, pero vas a pagar todo vos – asentí en silencio sin dejar de ver sus ojos – Mi auto esta por allá – señalo hacia atrás – Nos vemos en un rato

Maneje con mucho nervios hasta mi casa, ni bien entre guarde ropa en la maleta, busque mi pasaporte y me senté en la cama, Sami y yo nos vamos a ir lejos de todo y todos para poder hablar, sé que está enojada pero un viaje es bueno, voy a demostrarle todo el amor que siento por ella, me da mucha felicidad que no se haya casado porque aunque sé que será difícil es posible una reconciliación.

Fui con un Uber hasta su departamento, toque el timbre y tardo varios minutos en bajar. Al atravesar el portón no pude evitar sonreír, se veía preciosa con su ropa informal, un pantalón de jean azul claro muy ajustado al cuerpo, una blusa roja y unos Vans negros, traía una maleta negra y un bolso de mano, el conductor abrió la cajuela y la ayude a poner su equipaje, luego abrí la puerta de atrás e hice que se suba y después yo, cerré la puerta, le indique al chofer que nos llevara al aeropuerto y finalmente mire sus hermosos ojos color miel

-      Gracias – soltó un leve suspiro – Sé que no queres hablar ahora y lo voy a respetar, solo quiero decirte que estas preciosa

-      Sonrió – Dame tu celular – se lo entregue y ella por varios minutos no me prestó atención - ¿Tenes tu tarjeta de débito? – asentí y se la entregue, unos pocos minutos después me devolvió ambas cosas – Ya está reservado el vuelo y el hotel

-      ¿Me vas a decir dónde vamos? – negó – Esta bien, esperare a que lleguemos al aeropuerto

Al llegar nos acercamos con una de las señoritas y ella le mostro el número de vuelo, entregamos nuestros pasaportes y me maravillo ver hacia donde volaríamos, ella volteo a verme y le sonreí. Después de pasar todos los controles esperamos en silencio para poder subir al avión, me asustaba un poco este silencio pero estábamos juntas y nos iríamos lejos a tratar de solucionar todos nuestros problemas.

Juanjo<<

Todos estos días previos a la boda Sami estuvo comportándose de una manera extraña, no quiere hablar, no quiere hacer el amor y se la pasa llorando, quiero pensar que es por dar un gran paso.

Los días se pasaron rapidísimo, mañana es el gran dia. Le dije a Sami que me iba a casa de un amigo ya que dicen que la noche previa a la boda los novios tienen que dormir separados pero ella me pidió que me quedara. Al ir a la cama nos quedamos abrazados hablando sobre la boda hasta quedarnos dormidos.

El timbre comenzó a sonar, me iba a levantar pero mi prometida dijo que iba ella, insistí pero entre besos me convenció de quedarme en la cama. Pasaron varios minutos, Sami no regresaba, escuchaba que hablaba con alguien así que me levante, agarre los lentes del buró y fui hacia la sala. Al llegar vi que había alguien arrodillado frente a Sami, pregunte quien era y al ponerse de pie vi a Tami, era notorio que estaba llorando, se excusó de que no iba a poder ir a la boda por una reunión importante fuera del país y algo dentro mío desconfió, le desee suerte en su viaje y cuando cerró la puerta solo me quede mirando a Sami, nos sentamos en la sala y de forma directa le pregunte si ella era su ex novia, creí que me lo negaría pero lo admitió, sentí mucha tristeza y me sentí un estúpido, los viajes a España, que me ayude con el traje de novio, todas las veces que Tami la buscaba y Sami se negaba a las cuales yo le pedía que fuera a ayudarla o que no la dejara sola, todo tenía sentido ahora. Le pedí a Sami que se fuera a dormir, que la alcanzaba en unos minutos, me quede sentado pensando en la vez que pasaron la noche juntas, cuando Sami me mintió de que estaba con sus papas, ella me acaba de decir que nunca me fue infiel pero ahora las dudas me carcomen. Estoy seguro que lo que le pasaba todos estos días era Tami, no sé si es justo que nos casemos, ningún de los dos va a ser feliz, ella no está con la persona que ama y yo no sé si puedo compartir mi vida con alguien que no me ama de la misma manera que yo.

Me levante de sillón y me acosté en la cama, ella me abrazo, cerré mis ojos, sentí que beso mi pecho, me duele pensar en que debo cancelar la boda, la amo con locura, la quiero conmigo pero no quiero hacerla infeliz por el resto de su vida.

Son las 4 am, no he podido dormir, quito a Sami de mis brazos y me visto, agarro mi traje de novio y voy a la casa de Víctor, necesito hablar con un amigo y a falta de Martin, él es quien me ha ayudado en mis grandes problemas.

Hablamos un rato y a pesar de que él me dice que no me case estoy dispuesto a luchar por ella, me doy una ducha y comienzo a arreglarme para ir a la iglesia.

Ya estoy en el altar, estoy nervioso, toda mi familia está presente, mi madre llora junto con la de Sami, mi padre y mi hermana están hablando con mis tías, Jenny se ve nerviosa también, me acerco a ella y me sonríe

-      ¿Crees que venga? – pregunto con los nervios invadiendo mi cuerpo

-      Claro que sí, sos su hombre – pone su mano en mi hombro – Estas muy guapo

-      Me tiemblan las manos – la puerta se abrió y ambos volteamos, vimos a Sami junto a su padre

Rápidamente regrese a mi lugar, observe como daba cada paso hacia mí. Cuando estuvo a mi lado la mire a los ojos, estaban apagados y eso me hizo dar cuenta que esta boda realmente no tiene sentido, sin apartar mis vista de ella le dije que la amaba pero que quiero que sea feliz, le entregue las llaves de mi auto para que fuera a buscarla, inmediatamente sus ojos se iluminaron y corrió por el largo pasillo, baje los pocos escalones y vi como Nelly quiso ir detrás de ella pero José la detuvo

-      Deja que nuestra hija vaya detrás de su felicidad – di unos pasos hacia ellos – Sos un gran tipo Juanjo

-      Anda a buscar a tu prometida, ella se tiene que casar con vos – Nelly me hablaba casi gritando

-      No, ella tiene que ser feliz y su felicidad no es conmigo – mire a Jenny – Me siento un imbécil por no haberme dado cuenta antes

-      Ella jamás quiso contártelo, realmente quiso intentar ser feliz con vos – baje mi cabeza – Solo conozco a dos personas que son capaces de dar un paso al costado por ver feliz a la persona que aman – Jenny tomo la mano de Tati – Ustedes son dos personas extraordinarias

-      ¿Vos sabias de Sami y Tami? – le pregunte a la morena

-      Asintió – Siempre lo supe, yo soy por quien dejo a Sami pero nunca se dejaron de amar

-      Dame un minuto, quiero que hablemos – ella asintió – Gracias a todos por haber venido, les pido una disculpa pero como se habrán dado cuenta no va a haber boda

-      Mis padres vinieron hacia mí - ¿Qué paso hijo?

-      Sami tiene a su gran amor, el cual no soy yo – sentí un nudo en la garganta – Necesito aclarar mi cabeza – busque con la mirada a Tati y tome su mano – Acompáñame a tomar una cerveza o algo fuerte

Por suerte ella tenía su auto, manejo hasta el primer bar que encontramos, nos sentamos, ella pidió una cerveza y yo un whisky doble

-      ¿Cómo lo soportaste? – tome un trago de mi vaso – Ahora que se fue siento ganas de ir a buscarla y tenerla conmigo – golpee con mis puños la mesa – Quisiera regresar el tiempo

-      Es difícil, yo lo supe siempre y creo que pude hacerme la idea desde hace mucho tiempo aunque me costó muchísimo tomar la decisión de que terminemos – nos miramos a los ojos – Yo aún la amo pero sé que no merezco un amor a medias y ella merece tratar ser feliz con quien realmente ama

-      No sé si yo puedo aceptarlo como vos lo haces – tome otro trago - ¿Estuvieron juntas en estos meses?

-      Que yo sepa no – sentí demasiado alivio – Sé que estuvieron en situaciones intensas pero no te fue infiel Sami

-      Creo que necesito unos días de descanso, tengo que pensar muchas cosas – recordé los boletos a Dubái – Voy a regalar el viaje de luna de miel y le voy a decir a Denise que me lleve a Japón ya que tanto le gusta – saque las reservas del bolsillo interno de mi saco – Úsalos o dáselos a alguien que sepas que quiere viajar

-      ¿Estás seguro? – asentí – Les voy a decir a Pao y Marce

-      No te enojes, me quiero ir a casa y hablar con mi hermana – ella quiso sacar dinero de su bolso – Yo pago, te traje a que escuches mis penas y encima te hago pagar, sería muy descortés de mi parte – ambos sonreímos, pague y nos levantamos - ¿Podes llevarme al departamento?

-      Sí, claro – caminamos hacia el auto – Pero antes dejame pasar a buscar a Agus

En el camino ella llamo a Agustina y yo a Denise, no dejaba de preguntarme que era lo que había pasado, le dije que la vería en mi departamento y le explicaría todo.

Casi una hora después Tatiana me dejo en mi casa, nos despedimos y la vi irse. Fui hasta la cochera, tenía la esperanza de que Sami estuviera, al abrir el portón vi mi auto y una sonrisa se dibujó en mi rostro. Subí rápidamente por las escaleras, abrí la puerta del departamento y mire hacia todos lados, las llaves del auto estaban en la mesa de centro, fui a la cocina y no estaba, luego fui al estudio y tampoco, por ultimo entre a nuestro cuarto, en la cama estaba el vestido de novia, me acerque y lo toque, no estaba, solo había venido a cambiarse, abrí el armario y mucha de su ropa no estaba y tampoco la maleta, caí de rodillas al piso y comencé a llorar, el dolor de mi pecho se hizo más fuerte, ella se había ido a perseguir su felicidad pero no se dio cuenta de que la mía quedo hecha pedazos.

Tami<<

El viaje en el avión se me hizo muy largo al aeropuerto y más con tanto silencio entre nosotras, a eso le sumamos el miedo a volar. Mis manos se aferraban al apoyabrazos, sentí varias veces la mirada de Sami y me di cuenta que jamás habíamos viajado juntas

-      Tranquila – puso su mano sobre la mía – Todo va a estar bien

Asentí y ella quito su mano, el piloto dio las indicaciones del inicio del vuelo, abroche mi cinturón y trate de relajarme lo más que pude.

Después de 13 horas llegamos a Roma, nos subimos a un taxi y ella en italiano le indico que nos llevara a la estación de trenes. Al llegar ella fue a la ventanilla, hablo con la mujer que atendía y regreso a mi

-      Nuestro tren sale en media hora – sonreí y mire para todos lados - ¿Estas bien?

-      No puedo creer que estamos en Italia – regrese mi mirada a ella – Desde chica sueño con venir a este hermoso país y sobretodo acompañada de vos

-      Vamos a Venecia – abrí mis ojos maravillada – Pero antes de recorrer nos vamos a encerrar en el hotel a hablar, hablar mucho

-      Si, sé que tenemos mucho que decir las dos – di un paso hacia ella – Pero aunque te hagas la dura estoy muy feliz de que estemos acá juntas

-      Voy a comprar algo para comer, tengo mucha hambre – la seguí con la mirada

Sonreí y me senté en una banca, saque mi celular del bolsillo, tenía muchos mensajes, sobre todo de Sofí pero no abrí ninguna conversación, lo apague y lo guarde en el bolso.

Casi 4 horas más tarde estábamos en Venecia, un taxi acuático nos llevó hasta el hotel, era una gran edificio, se veía muy bien cuidado y tenía un romántico toque antiguo, nos acercamos a la recepción, había dos hombres muy simpáticos que nos sonrieron

-      Buonanotte, ho prenotato la camera Deluxe con vista sul Canal (Buenas noches, tengo reservada la habitación Deluxe con vista al Canal) – me la quede mirando asombrada, escucharla hablar italiano la hacía más sexy de lo que es – Samanta Marín – se volteo a verme – Dame tu tarjeta de debito

-      No sabia que hablabas italiano – busque en mi bolso la tarjeta y se la entregue – Suena muy lindo en vos

-      Buonanotte – nos miro a ambas – Chiaro qui è registrato (Claro aquí está registrado) – nos enseñó un libro de libro de reservas – Per favore cliccare qui (Por favor firme aquí)– Sami firmo y el hombre le devolvió la tarjeta – Hanno un bellissimo soggiorno (Tengan una bella Estadia) – nos entregó una llave

Un botón nos ayudó a llevar la maleta hasta el cuarto piso, nos detuvimos frente a la habitacion 47, Sami abrió con la llave que le habían entregado, al entrar el joven dejo nuestras maletas, mi acompañante se me quedo mirando, no entendía que era lo que pasaba hasta que con sus ojos señalo mi bolso, mire y lo único que tenía era un billete de 20 dólares, se lo entregue, él agradeció y se retiró, ambas nos quedamos mirando lo enorme y hermosa que era, parecía como una casa pequeña pero en este momento eso no me interesaba, quería escuchar lo que tenía que decirme

-      Bueno, ya estamos muy lejos de Argentina – ella poso su vista en mi – Hablemos

-      Dio unos pasos y se sentó en la cama – Es evidente que no me case, me encantaría correr a tus brazos pero tengo muchísimas cosas que reclamarte – trague saliva - ¿Por qué me fuiste infiel? ¿Por qué nunca te arrepentiste? ¿Por qué nunca intentaste recuperarme? ¿Por qué comenzaste una relación con Tatiana? – iba levantando su voz y comenzó a caminar por el cuarto - ¿Por qué no impediste que este con Juanjo?

-      Espera – se detuvo y me miro – Dejame que te vaya respondiendo – asintió y movió sus manos permitiéndome hablar – Nunca quise serte infiel, me sentía muy bien con vos, pero comenzaste a celarme en exceso, de todo desconfiabas, jamás mire a Tati como algo más que amigas hasta que comenzaste a decirme que ella gustaba de mi – la mire a los ojos – La primera vez que la bese fue la noche anterior a que tengas el accidente, me sentía enojada porque habíamos discutido en el bar y fui a llevarle las carpetas que me pedía, al llegar ella me hablaba de mal modo y mi única reacción fue besarla , no duro más de diez segundos y me fui – me senté en la cama – Me sentí muy mal por haberlo hecho y por no haber hablado con voz esa misma noche – se sentó a mi lado – Si me arrepentí, no puedo arrepentirme de haberla besado porque fue lo que sentí en ese momento y no nos podemos arrepentir de lo que sentimos pero me arrepentí de cómo te trate los días previos, de no decirte la confusión que había en mi cabeza y de haber hecho las cosas tan mal – sentí muchas ganas de llorar pero me contuve, tome sus manos y la mire a los ojos – Quería regresar con vos, las veces que fui a tratar de hablar con vos no sabía cómo explicarte las cosas y vos eras muy dura conmigo – iba a interrumpirme y levante mi mano – Sé que tenías motivos pero no querías escuchar nada de lo que yo decía – ahora yo caminaba por el cuarto – Comenzar una relación con ella no fue fácil, tenía demasiadas dudas pero me daba calma pasar tiempo con ella – me detuve y nos miramos – Cuando estaba sola la pasaba mal, Tati encontró la manera de hacerme sentir mejor y me enseño muchas cosas respecto al amor, cosas que nosotras no entendíamos estando juntas y si lo entendíamos no lo llevábamos a la práctica y por ese mismo motivo no intervine en tu relación con Juanjo, él también te enseñaba mucho y te veías calmada – me puse en cuclillas frente a Sami – Juntas éramos una bomba de tiempo y con ellos supimos manejar esa euforia a la hora de amar

-      Suspiro y bajo la cabeza por varios segundos, luego me miró fijamente - ¿Por qué cuando me iba a casar?

-      Porque abrí los ojos y me di cuenta que si te casabas te perdía definitivamente – negó con su cabeza – decime algo, ¿Si Tati me hubiera pedido matrimonio que hubieras hecho? – hizo silencio y asintió – Te amo demasiado, jamás deje de amarte – tome sus manos – Nunca pude conquistarte, siempre fuiste vos quien tomó las riendas en la relación y hasta cuando no éramos nada – acaricie su mejilla – Quiero enamorarte, quiero darte lo que jamás te di y siempre mereciste

-      No sabes las ganas que tengo de besarte – sonreí – Pero aún tengo muchos sentimientos encontrados

-      Te voy a dar tu tiempo – me abrazo fuerte - ¿Queres que nos acostemos un rato para descansar o preferís ir a desayunar?

-      Estoy muy cansada, quiero darme una ducha y acostarme un rato – asentí

Abrió su maleta, busco ropa y se fue al baño, busque en mi maleta un short y una remera y me acosté en la cama, se sentía muy rica, me estire, acomode dos de las cuatro almohadas y pense un poco en la conversación que habíamos tenido, sé que esta no será la última vez que hablaremos sobre todo el pasado pero pude aclararle muchas cosas que jamás había podido.

Pocos minutos después Sami salió, traía puesto un short muy corto y una blusa de tirantes, se acostó a mi lado, ambas quedamos mirando hacia el techo

-      A esta hora estaría yendo a mi luna de miel – las dos volteamos a vernos – Pero estoy en Venecia, con vos y acostadas en la misma cama

-      Podes tener todavía tu luna de miel – note como se sonrojo – Descansa mi amor

Apague la única luz que estaba prendida que era mi lámpara, me iba a dar vuelta y sentí el brazo de Sami, recostó su cabeza en mi pecho y fue la sensación más hermosa desde hace tiempo, la abrace yo también, bese su cabeza y cerré mis ojos, sabía que después de dos años dormiría muy feliz.

Nos despertamos y nos dimos cuenta que dormimos más de lo que pensábamos, el reloj marcaba las 2 pm, me estire y Sami volvió a acomodarse en mi

-      ¿Tenes sueño aun? – asintió – Tenemos que ir a comer algo – negó – Vamos, levantate

-      No quiero – levante su cabeza y le di un beso cortito en los labios – Creo que lo mejor es que salgamos con urgencia del cuarto – se levantó de un salto

-      Me levante y comencé a buscar ropa – No creí que mi beso te diera tanta energía

-      Solo me di cuenta que tenía hambre – agarro unas prendas – Anda a darte un baño rápido

Entre al baño, me di una ducha, al salir vi que Sami tenia puesto un vestidito muy fresco, era muy colorido, tenía unas bonitas sandalias y estaba sentada en la cama mirando hacia a mí. Yo estaba envuelta en la toalla, ella no se iba ni apartaba la vista de mí, quite la toalla y comencé a secarme, luego puse crema en mi cuerpo y busque mi ropa interior. A donde iba ella me seguía con la mirada, me termine de vestir, me puse un pantalón de gabardina gris claro, una remera negra y unas zapatillas Adidas que me había comprado hace poco, desenrede mi cabello y por ultimo me puse desodorante y perfume Carolina Herrera, cepille mis dientes y una vez que termine me quede mirando a Sami

-      Se nota que sos mujer – me reí ante su burla – Tardas demasiado arreglándote

-      ¿Tardo? – asintió – No tarde más de quince minutos

-      Lo sé – beso mi mejilla – Estas muy hermosa

Fue hacia la puerta y la abrió, fui detrás de ella y caminamos el pasillo hasta el ascensor, cuando la puerta se abrió entramos, Sami apretó el botón de la planta baja y cuando las puertas se cerraron me acerque a ella, la mire a los ojos y note su nerviosismo

-      Quiero devolverte lo que me diste antes de salir del cuarto – bese la comisura de sus labios, al separarme ella puso sus manos en mis mejillas y me beso, al fin volvía a sentir sus labios y su lengua, era un beso tímido que se detuvo rápidamente al sonar el pitido anunciando que se abrirían las puertas del ascensor, una pareja mayor se subió – Buongiorno – Sami se me quedo mirando y se tapó la boca disimulando la risa - ¿No se dice así? – asintió y soltó una carcajada, mire a la pareja que nos miraban con una sonrisa – Molto bello Venezia

-      Sí, es muy bonito – la risa de Sami fue mayor al escucharlos hablar español – Somos Venezolanos, vinimos a celebrar nuestro aniversario número 30 de casados – se dieron un beso muy dulce - ¿Ustedes son recién casadas?

-      Mire a Sami y me anticipe a su respuesta – No, venimos a reconciliarnos – nos miraron con ternura

-      Hacen muy bonita pareja – las puertas se abrieron nuevamente pero esta vez en la planta baja – Espero que podamos juntarnos a cenar, si no les molesta

-      Nos encantaría – Sami respondió y me tomo de la mano – Estamos en la habitacion 47, para cuando gusten y necesiten algo

-      Nosotros en la 32, también si necesitan algo no duden en visitarnos – se tomaron de la mano y caminaron hacia la recepción

-      Así podemos estar en 30 años – comenzamos a caminar – Pero vamos con calma

-      Si logras enamorarme – me miro coquetamente – Leí que hay un bonito restaurant familiar a unas cuadras

-      Voy a donde me lleves – entrelazamos los dedos de nuestras manos – Te amo Sami

-      Yo también te amo mi amor – se acercó y me beso con mucha suavidad – Vamos que muero de hambre

Tomadas de la mano caminamos por las hermosas calles venecianas, íbamos mirando hacia todos lados y sacándonos fotos.

Llegamos a un hermoso restaurant, nos sentamos en una de las mesas que estaban afuera, ella me ayudo a elegir un buen plato de pastas, pocos minutos después llego un muchacho y con una enorme sonrisa nos tomó el pedido, ambas quisimos comer lo mismo y tomar una botella de vino, mientras esperábamos comenzamos a conversar

-      Cuando vine a España la última vez pense en viajar a Italia pero no lo hice porque tenía la esperanza de que aun podíamos venir juntas – sentí su mirada penetrante pero continúe hablando – No sé cuántos días nos quedemos pero me gustaría ir a Roma y al Vaticano, con esto de que el papa es argentino me da ganas de ir – sonreí y me puse nerviosa al ver que ella seguía mirándome fijamente, mire hacia un lado y observe que venía nuestro mozo – Que bueno, ahí viene la comida – el joven dejo nuestros platos y la botella de vino, la destapo y nos sirvió en cada una de nuestras copas – Grazie

-      Bon appetit misses – nos regaló una sonrisa y se retiro

-      Se ve delicioso esto – agarre el tenedor y antes de poder enroscarlo en los espagueti ella me detuvo

-      Vámonos al hotel – abrí mis ojos y me la quede mirando, ella saco dinero de su bolso, dejo unos dólares en la mesa y me observo – Levantate y vamos

-      Pero se ve muy rico – me miro coqueta – Si, creo que es mejor que vayamos

Me levante inmediatamente, sentí como todo dentro mío estaba revolucionado, mi corazón palpitaba fuertemente. Me tomo de la mano y a paso acelerado caminamos hasta nuestro hotel. Al entrar fuimos hasta al ascensor, una familia se subió junto a nosotras, se bajaron en el tercer piso y nosotras seguimos hasta el cuarto, al abrirse las puertas en pocos segundos llegamos a nuestro cuarto, ella abrió y me hizo pasar, cuando me di vuelta para verla se lanzó sobre mí, sus brazos rodearon mi cintura y sus labios se posaron sobre los míos…