Aprendiendo a Amar Cap. 59

– Sos quien más me lastimo en mi vida pero sos la única que tiene el poder de hacerme sentir mejor con tan solo un abrazo – apoye mi frente en su hombro - ¿Por qué te tengo que seguir amando?

Capitulo mas larguito por no subir ayer!!!

Agreguenme a Facebook: https://www.facebook.com/tami.denise.56

Siganme en Twitter: https://twitter.com/AaAmarTR

Envienme correos: tami.denise.22@hotmail.com

Saludos ;)

Capítulo 59

Tami<<

Ni bien llegue a mi casa me senté en el sillón, mi vista se fijó en un punto invisible en el piso y mi mente la invadió Tatiana, falte a mi promesa de no lastimarla y eso me dolía mas que todos los golpes que recibí. Sé que va a venir y vamos a tener que hablar de lo sucedido y me da miedo que después de tanto enojo me deje ver su dolor, ese dolor que le ocasione nuevamente yo. Escuche un auto detenerse en la puerta de mi casa, agarrándome del respaldo de sillón me levante, a pesar de haber tomado las pastillas sentía demasiado dolor, todavía no terminaba de incorporarme cuando sonó el timbre

-      Ya va – una vez que estaba de pie completamente camine hasta la puerta y abrí – Hola

-      Hola ¿Cómo te sentís? – note que me hablaba tranquila y miraba mi mano que estaba en el abdomen

-      ¿Físicamente? – entramos y ella cerró la puerta – Horrible y ¿Emocionalmente? De la misma manera

-      Ella me abrazo, no esperaba que lo hiciera, solo puse mi manos en su cintura – Perdón por la cachetada de ayer, no debí hacerlo

-      No te preocupes, sé que me la merecía – negó – Si Tati, te lastime, otra vez, cuando había prometido no hacerlo – una lagrima rodo por mi mejilla

-      No me lastimaste – la mire atenta – Me decepciono tu comportamiento

-      Pero… - me interrumpió

-      Cuando vi a esa chica golpearte sentí ganas de matarla pero vos le respondías de la misma manera – se sacó el bolso de su hombro y lo dejo en el sillón

-      Creo que necesitamos tomarnos un tiempo – abrió sus ojos – Necesito este fin de semana para saber que hacer

-      ¿Comiste? – no le conteste - ¿Almorzaste algo?

-      No, no comí – me la quede mirando - ¿Me escuchaste lo que te hable?

-      Si, que no comiste – fue hacia la cocina

Busco en el refrigerador y solo encontró huevos, busco en el mueble y no encontró nada, decidió hacer unos huevos revueltos, no me decía nada y yo no insistí. Nos sentamos y comimos, ella no levantaba la vista del plato así que seguimos en silencio. Al terminar se puso a lavar los platos me quede sentada en la silla y cuando finalizo se paró frente a mi

-      ¿Queres acostarte un rato? – me sonrió

-      Estire mis manos para que me ayude a levantarme y cuando estuve de pie la mire a los ojos – No, quiero que nos tomemos un tiempo

-      No quiero Tami, no puedo – camino hacia la sala y la seguí - ¿Por qué queres tiempo?

-      Porque no quiero lastimarte, no tengo mi cabeza puesta en vos – hice silencio buscando las palabras adecuadas – Me gustas y te quiero demasiado pero creo que nos apresuramos en tener una relación formal

-      Comenzó a llorar y se dejó caer en el sillón – No me lástima que pienses en Samanta, me lástima que dudes tanto de nuestra relación

-      No dudo – me senté a su lado – Pero necesito estar mejor conmigo misma para poder darte todo lo que necesitas

-      Me das lo que necesito – tomo mis manos – No pido ni quiero más de lo que me das, sé que de a poco vamos a estar más firmes, aún seguimos conociéndonos como pareja

-      No coincide lo que pienso con lo que siento y lo que hago y eso en algún momento te va a lastimar – mire hacia el frente – Entendeme Tati

-      ¿Cuánto tiempo necesitas? – pregunto claramente con miedo

-      Para empezar este fin de semana – la observe y ella asintió

-      Se puso de pie y agarro su bolso – Te dejo tranquila – negué – Por favor, pensa bien antes de tomar una decisión

-      Nuevamente me ayudo a ponerme de pie – Hablamos el lunes

Se acercó a mí, me dio un beso en la mejilla y luego me miro a los ojos, vi que estaba llorando, con mis manos seque sus lágrimas, ella se acercó a mí y beso mis labios, fue un beso tierno que duro apenas unos segundos, al separarnos solo se dio vuelta y se marchó.

Sami<<

Cuando se hicieron las 2 de la tarde Juanjo me dijo que iba llevando mi valija a su auto, me quede cerrando la laptop, Bella no dejaba de mirarme y antes de irme me tomo de la mano

-      No quiero pasar el fin de semana sabiendo que estoy mal con vos – solo me quede mirándola – Por favor, llamame cuando llegues

-      No Bella, voy a tener mi celular apagado y voy a disfrutar el fin de semana con Juanjo – bajo su mirada – El lunes hablamos si estoy un poco menos enojada

Me despedí de palabra y camine hacia la salida, Juanjo al verme me abrazo y me beso, me abrió la puerta del auto y nos dirigimos a su casa en la playa, puso música de todo tipo, íbamos cantando y bromeando, eso me hacía bien para despejar mi mente. En la autopista sentí la humedad en el aire y la vegetación era más verde, estaba extasiada de la felicidad que empezaba a recorrer mi cuerpo. Llegamos a la casa, era de una piso, color blanco con los contornos de las ventanas en verde olivo que hacía juego con las rejas, abrió y me hizo pasar, después regresó al auto para bajar las maletas, yo quedé admirando su casa, dejó las maletas a un lado de la puerta y la cerró, se puso detrás mío rodeando mi cintura

-      Hace tiempo que no venía – recargó su mentón en mi hombro – Ayer pedí que me ayudaran a limpiarla

-      Es un paraíso – observé la decoración y los muebles rústicos – ¿Pediste que dejaran eso ahí?

-      Si – fue al comedor y lo tomó en sus manos – Pedí que me dejaran un ramo de rosas blancas para recibirte – miró las flores – Creo que mi tía es más detallista que yo e incluso dejó una notita en el enorme arreglo

-      Es realmente hermoso – la base del arreglo era una canasta con ramitas y hojas de decoración, en el centro estaban 17 rosas blancas y 2 rojas

-      “Mis felicitaciones a la única chica que mi sobrino trajo a su casa de la playa, espero conocerte” – sonrió al leer y me entregó el arreglo

-      Gracias – estaba sonrojada – Espero conocer a tu tía

Me dio un beso corto y me dijo que se iba a cambiar para que nos fuéramos a la playa, llevo mi valija a uno de los cuartos, después de darme otro beso se retiró cerrando la puerta, era una habitación muy grande, abrí mi maleta y busque uno de mis bikinis, agarre el rojo, me desvestí y me lo puse, encima me puse un short amarillo clarito y un top verde,  agarre mis sandalias, recogí mi cabello con una liga, en un pequeño bolso puse una toalla y bronceador, al salir él estaba con un short que le llegaba a las rodillas, sus piernas no tenían tantos bellos como me imaginaba, se había quitado sus lentes y tenía puesta una remera negra manga corta y una ojotas del mismo color que su remera, me pidió si podía guardar su toalla en mi bolso junto a su protector solar ya que su piel es clara y con el sol se quemaría muy rápido.

Salimos de su casa y solo caminamos una cuadra para poder sentir la arena caliente bajo nuestros pies, íbamos tomados de la mano, el traía una sombrillas y dos reposeras, cuando nos detuvimos abrió la sombrilla y la clavo en la arena, desplego las reposeras y se quitó la remera, me quede observando su abdomen marcado, su pecho sin ningún bello pero tenía una delgada línea de bellos desde su ombligo y bajaba hasta perderse en su traje de baño, no lo pude evitar, me acerque a él, acaricie los cuadritos de su abdomen y sonrió, me saque mi ropa y la deje sobre el bolso, lo tome de la mano y lo hice correr hacia el mar, una vez adentro empezamos a jugar a tirarnos agua uno al otro.

Un rato después regresamos hasta donde estaban nuestras cosas, saco su protector y se puso ante mi mirada, cuando termino le pedí que me pusiera bronceador en la espalda, con mucha delicadeza lo unto, puse la toalla sobre la arena y me acosté boca abajo sobre ella, como tenía puestos mis lentes de sol él no me podía ver pero yo vi cómo se quedó mirando mi cola unos segundos y luego se sentó en la reposera.

Abrí mis ojos, me había quedado dormida no sé cuánto tiempo, me voltee a buscar a mi chico y no estaba, me senté sobre mi toalla y lo comencé a buscar, cuando mire hacia el mar lo vi, estaba saliendo en ese momento del agua, se veía demasiado sexy, me puse de pie y observe cada paso que daba, cuando estuvo frente a mí me lance sobre él y me cargo

-      Vayamos a tu casa – levanto sus cejas sorprendido – Por favor

Guarde nuestras ropas en el bolso junto con las toallas, el tomo la sombrilla y las reposeras y caminamos con prisa. Ni bien llegamos dejamos las cosas en la entrada y me beso, puso sus manos en mi cintura y yo rodee su cuello, caminamos hasta uno de los cuartos sin dejar de besarnos, una vez adentro nos separamos y me miro a los ojos, le regale una sonrisa para que supiera que quería que siguiera, subió sus manos hasta encontrarse con los tirantes que estaban atados a mitad de mi espalda, sin quitar sus ojos de los míos los desato y luego subió un poco más para hacer lo mismo con los que estaba atados en la parte de atrás de mi cuello, la parte superior del bikini cayó al piso y mis pechos quedaron a su vista, los acaricio con suavidad y luego quito la parte inferior, yo quite su traje de baño y cuando ambos estuvimos desnudos disfrutamos un hermoso encuentro piel con piel.

Nos quedamos acostados, yo jugaba con esos bellos que bajaban hacia su pubis, el acariciaba mi cabello, soltó un suspiro y me gire a verlo, no dejaba de sonreír

-      Que hermosa sonrisa – le di un beso – Sos tan perfecto

-      Vos sos perfecta, con tan solo un beso me hacías feliz así que imagínate como me siento en este momento – cerro los ojos soltando otro suspiro – De verdad me gustas mucho Sami

-      Y vos me gustas mucho Juanjo – bese su pecho – Tengo muchas ganas de salir a pasear pero creo que prefiero disfrutar la noche de otra manera – le dije muy sensualmente

-      Yo también prefiero la segunda opción – se rio

Se puso sobre mí, entre besos y caricias nuestra temperatura corporal fue en aumento y terminamos gozando hasta altas horas de la madrugada.

Al otro día Juanjo me despertó con el desayuno en la cama, había hecho un rico café con leche, unas tostadas con dulce de leche y jugo de naranja recién exprimido por él. Después de comernos todo y unos cuantos besos nos bañamos y nos fuimos a pasar el día a la playa ya que en la noche nos regresaríamos a Buenos Aires.

El día se nos pasó rapidísimo, no queríamos volver pero al otro día teníamos que trabajar, nos dimos un baño que termino en una sesión no muy larga de sexo en la ducha, nos cambiamos y no tan animados como cuando vinimos nos subimos al auto para regresar.

Cuando estábamos estacionando frente a mi casa Juanjo señalo hacia la puerta, voltee y no podía creer que Tamara estuviera sentada en el escalón

-      Parece que te esperaban – sonrió y yo fingidamente también lo hice

-      Se bajó y abrió mi puerta – Gracias guapo – al bajarme ella se puso de pie

-      Te veo mañana en la oficina – me entrego mi valija – Gracias por este fabuloso fin de semana – me agarro de la cintura, me pego a él y me dio un beso muy intenso – Descansa

-      Vos también Juanjo – lo abrace – Anda con cuidado – él se subió al auto y yo cruce la calle, cuando estuve frente a Tamara le hable - ¿Qué haces acá?

-      Sé que estas molesta y tenes toda la razón del mundo para estarlo – asentí – Quiero disculparme con vos

-      No me sirven tus disculpas – bajo su cabeza – Nunca hable mal de vos, jamás lo haría, sos – hice silencio – Fuiste mi gran amor, ella ni siquiera sabía que fuiste mi novia – mis ojos se llenaron de lágrimas – No quería que se comportara de alguna manera que te haga sentir incomoda

-      Me siento peor que antes – tomo mi mano y deje que lo haga – Realmente quiero pedirte perdón, me comporte de manera muy infantil y termine dañándote – no pude contener más las lágrimas y se deslizaron por mi mejillas – Perdoname Sami

-      Golpee con las palmas de mis manos su pecho - ¿Por qué? ¿Por qué apareciste justo hoy? – agarro mis manos con suavidad – Vine de pasar el mejor fin de semana en todos estos meses y lo que menos quería era verte – me abrazo fuerte – Sos quien más me lastimo en mi vida pero sos la única que tiene el poder de hacerme sentir mejor con tan solo un abrazo – apoye mi frente en su hombro - ¿Por qué te tengo que seguir amando?

-      A mí me pasa lo mismo, pero juntas nos hacemos más daño porque no sabemos tener una relación sana– nos separamos y nos vimos a los ojos – Mereces ser feliz con la persona que elijas y voy a respetar eso

-      Decime algo – me miro esperando que siga hablando - ¿Amas a Tatiana?

-      No, aun no – sentí alivio – ¿Vos que sentís por Juanjo o por Isabella? ¿Amas a alguno de los dos?

-      Aun no – clavo sus ojos en los míos – Pero uno de ellos está consiguiendo hacerme sentir cosas de verdad

-      Veníamos teniendo una buena relación, no me gustaría perder eso - la puerta de mi casa se abrió, mi madre estaba sacando una bolsa de basura y miro con mucho enojo a Tami – Espero que realmente puedas perdonarme

-      Necesito un poco de calma, cuando me sienta más tranquila te busco y hablamos mejor – asintió - ¿Te puedo pedir una cosa?

-      Sí, claro – espere a que mi madre entrara a mi casa

-      Cuidate mucho – suspiro – Mañana te veo en la empresa

-      Vos también cuidate mucho – me abrazo – Hasta mañana

Entre a mi casa, subí a mi cuarto antes de que mi madre pueda decirme algo, toda la ropa de mi valija la metí en el cesto de ropa sucia, agarre mi celular y pensé en escribirle a Jenny, la necesitaba pero recordé que también estábamos molestas así que me acosté en mi cama, abrace mi almohada y trate de dormirme.

Tami<<

El domingo en la noche estaba que no sabía ni que hacer, me sentía demasiado mal, sé que la cague con todo el mundo, les falte el respeto a todos mis amigos, también a Tati y principalmente a Sami, necesitaba solucionar todo esto y lo mejor era hablar con una de las más perjudicadas, agarre dinero y tome el primer taxi que paso. Fui hasta su casa, nuevamente había actuado por un arrebato, no sabía ni siquiera si estaba o no, sé que se fue a la playa con Juanjo pero no sabía si regresaría hoy o mañana, Pense en tocar el timbre pero su madre me sacaría a patadas, me senté en un escalón que está en la entrada principal de la casa, me acorde de la vez que nos separaron que pase varias horas acá sentada rogando porque regresara. Un auto se detuvo en la vereda de enfrente, unos segundos después se bajó Juanjo y me saludo con la mano, luego le abrió la puerta a Sami, ella se bajó y después de despedirse con un beso camino hacia mí, me miraba con mucho enojo, sabía que no quería escucharme pero necesitaba pedirle disculpas, después de hablar unos minutos comenzó a golpearme en el pecho, me decía que estaba arruinando su fin de semana pero sé que en el fondo su reclamo era por todo el daño que le hice en todo este tiempo, la abrace, quería que sintiera que le rogaba que me perdone, sus palabras me hacían sentir cada vez más culpable. Lo mejor fue decirle que sigamos por separado y que esperaba que algún día podamos ser amigas como nos lo habíamos planteado.

Ya en casa necesitaba distraerme, me puse a jugar a la consola pero no lograba concentrarme así que unos pocos minutos después la apague y me fui a la cama, me puse ropa de dormir, mis audífonos y la música me ayudó mucho a lograr conciliar el sueño.

A la mañana quería quedarme en mi casa, aún seguía doliéndome mucho el cuerpo, me levante con todo el pesar del mundo y me fui a bañar, luego me cambie y partí hacia al trabajo. Cuando entre Pablo estaba en la recepción hablando con Mica, salude y el me tomo del brazo

-      Hey, te estuve llamando el fin de semana – asentí - ¿Por qué no me atendiste?

-      No quería hablar – me encogí de hombros – Me siento muy mal y sabía que hablar con vos me iba a hacer peor

-      ¿Tan malo soy? – me miro serio

-      No tonto – lo abrace – Vos y Sofí son con los únicos que me abro realmente e iba a sacar cosas que aún no puedo – bese su mejilla – Para tu tranquilidad a Sofí tampoco le respondí

-      Bueno, sabes que cuando quieras hablar me llamas y en milésimas de segundos estoy donde me digas – acaricio mi mejilla – ¿Cuándo vas a que te quiten los puntos?

-      Lo más probable que se caigan solos pero si no el lunes tengo que ir – mire hacia el interior de la empresa - ¿Ya llegaron los demás?

-      Si preguntas por Isabella – afirme – Está esperándote arriba

-      Me persigne – Que Dios me ampare – me reí y camine hacia la escalera

Subí lentamente, cuando llegue al piso superior Tati y Jenny estaban hablando entre ellas, se me quedaron viendo, salude de palabra y me fui a mi oficina, abrí el cajón y saque mi laptop, agarre una libreta y a paso más lento que una tortuga camine hacia la sala de reuniones, sentía la mirada de ambas y justo cuando pasaba por la oficina de Sofí una mano me agarro y me metió en el interior

-      ¿Por qué no me atendías el teléfono? – me reí por su cara de enojada – No Tamara, estuve preocupada

-      Hubieras ido a mi casa si estabas tan preocupada – iba a hablar y supo que no podía decir más nada – Lo siento, de verdad, el sábado hable con Tati y le pedí este fin de semana para pensar en nuestra relación – abrió sus ojos – Y el domingo fui a hablar con Sami para pedirle perdón, el cual no obtuve

-      Tenemos que hablar – asentí – Necesito decirte unas cosas

-      No hagas eso Sofía – se rio y se sentó en su silla, puso sus manos detrás de su cabeza y me miraba disfrutando mi intriga - ¿Es venganza? – solo hizo gestos con su cara – En el horario de comida te secuestro y te obligo a hablar, ahora me voy con mi mejor amiga a trabajar

Escuche la carcajada de Sofí y me retire de su oficina, seguí caminando y cuando estaba frente a la puerta me detuve, mi cerebro me decía que corra para el otro lado, que iba a ser el día mas incomodo de mi vida pero lo calle dándome un golpe en la frente y abrí

-      Buenos días – ella volteo y movió su cabeza en señal de saludo, me senté en la silla de al lado de ella – ¿Ya sabes por dónde empezar?

-      No, te estaba esperando – abrí mi laptop – Pensaba empezar poniendo “Regla principal, No agarrarme a golpes en el estacionamiento de la empresa con la ex novia de la chica que me gusta” – la mire seria – Solo quería romper la tensión – sonrió – No sé cómo carajo hacer un reglamento, creo que Google puede ayudar

Se puso en su laptop y yo en la mía, ambas buscábamos lo mismo pero tal vez así encontraríamos diferente cosas y podríamos unirlo. Casi una hora después ella estaba dictándome mientras yo escribía en mi computadora, me detuve y la mire

-      Ayer fui a pedirle disculpas a Sami – me observo molesta y eso me molesto a mí – Hablamos un rato, pense que debía hacerlo ya que fue ella una de las más perjudicadas y estoy acá, hablando y trabajando con vos por mis amigos, no porque tenga ganas de verte la cara

-      Si, entiendo que es por tus amigos y por Sami, porque tu novia no te interesa – sentí mi cuerpo tensarse – Yo estoy acá por Sami, porque quiero seguir viéndola todos los días y en las noches… - la interrumpí

-      Primero no te metas con mi novia, vos no sabes nada de ella y segundo no creo que tengas muchas posibilidades con Sami, la vi muy feliz con Juanjo – note que su cara se puso roja y sabía que era punto favorable para mí, la puerta se abrió, miramos y era Jenny – Como te decía, creo que esto puede ir muy bien en el reglamento – puse mi mano sobre su hombro

-      Qué bueno verlas trabajando – sonrió y nosotras también – Si necesitan algo me avisan

-      Cerro la puerta y ella agarro mi mano que aún seguía en su hombro y la quito – No me toques con tu asquerosa mano

-      Me reí con más sarcasmo del que salía de mi boca – Esta mano – la levante – Toco muchas veces a Sami, chiquita

-      Saco su lengua – Esta lengua conoce perfectamente el sabor de Sami, chiquita – me guiño el ojo – Por cierto, él la tuvo el fin de semana pero durante la semana es mía, yo si la hago sentir mujer

-      Sos una chiquilina, no podes hacer sentir mujer ni a vos misma ¿Sabes cambiarte los calzones? – mi tono irónico era notorio

-      ¿Vos sabes defenderte sin que tus amigos se metan? O mejor ¿Sabes hacer algo sin que tu novia te jale las orejas? – apreté mi puño – Mejor ponete a escribir, a ver si eso si lo haces bien

Supe que si seguíamos terminaríamos nuevamente a los golpes, quise aclarar las cosas pero ella se molestó y todo se volvió ataque entre las dos. Isabella siguió dictándome y yo escribiendo.

Cerca de las dos de la tarde ya lo teníamos terminado, lo imprimimos y luego se lo llevamos a Jenny, ella nos pidió que se lo entregáramos a Tatiana, ya que ella tenía unos pendientes que resolver. Fuimos a la oficina de Tati, golpeamos y una vez adentro nos sentamos e Isabella se lo entrego

-      Hoy lo reviso y les digo si considero que necesita algún cambio así una vez que esté terminado hacemos copias y las enviamos a encuadernar – lo dejo sobre su escritorio – Tómense su hora de comida y luego trabajen en uno de los proyectos

-      Muy bien, de acuerdo, esperamos tus instrucciones – se puso de pie y camino hacia la puerta – Tamara te veo en una hora en la sala de reuniones

-      Si, ahí te veo – me puse de pie justo cuando ella cerró la puerta al salir

-      Tami – vino hacia mí – Gracias por estar haciendo esto aunque no es lo que quieras

-      Sé que estuve mal y tengo que reparar mi error a pesar de que sea haciendo algo que no me guste – fui hacia la puerta

-      ¿Cómo estuviste el fin de semana? – solo la mire – Me refiero al dolor

-      Ah… Bien, un poco mejor ¿Podemos hablar cuando salimos? – ella cerro su laptop y vino hacia la puerta

-      Sí, claro – abrí la puerta y ambas salimos – Voy a almorzar con Jenny, te veo más tarde

La vi caminar delante mío, entre a mi oficina y me acosté en el sillón, unos pocos minutos después se abrió la puerta

-      Estoy esperando que me secuestres o ¿Tengo que fingir un auto secuestro? – dejo unas bolsa de un restaurant sobre mi escritorio – Traje comida

-      Me senté - ¿Qué es lo que me tenías que contar con tanta urgencia? – agarre la bolsa que tenía mi nombre – Gracias

-      Si es por vos vivís a pan y agua – se sentó a mi lado – No tengo nada que decirte, solo quería que aceptes comer conmigo y me cuentes las cosas porque si no no hablas – entrecerré mis ojos – Ahora, decime que paso con Tatiana

-      El sábado fue a mi casa y le pedí este fin de semana para ver cómo vamos a seguir, no quero lastimarla y con mis actitudes lo estoy haciendo aunque ella diga que no

-      ¿Cómo que dice que no? – pregunto

-      Dice que no le molesta que cele a Samanta, si no mi actitud y que me haya agarrado a golpes en la empresa – dejo su plato en un costado

-      En serio, se dieron muy feo – se acercó a mirar mi ojo morado – Me da impresión, aun esta rojo – puso cara de asco

-      Es un golpe Sofía, no me sacaron el ojo – se rio – Ella rompió mi moto, yo no tenía ni intensiones de seguir la pelea – dudaba de contarle lo de esta mañana pero si no se lo digo a ella no se lo digo a nadie – Esta mañana casi la mato – se atraganto con su comida – Toma agua – le alcance su vaso y cuando estaba mejor seguí hablando – Quise aclarar las cosas y se enojó porque le dije que ayer fui a hablar con Sami y nos empezamos a decir cosas, me detuve cuando me dijo que le hacía sexo oral – se empezó a reír – No es gracioso, sentí ganas de darle la cara contra la mesa

-      Tami, te soy sincera, esa chica me cae como la mierda pero es a quien quiere Sami y debes respetarlo – puso su dedo en mi boca sabiendo que iba a decir algo – Sé que me vas a decir eso de que ibas a ser su única mujer pero ya hace rato no lo sos, antes de Isabella estuvo con alguien mas

-      Si, se cogió a mi hermana – asintió – Ya lo sé, sé que ya no soy su única mujer y te juro que eso es lo que más me afecta

-      No seas egoísta, estas con Tatiana, ¿Qué es lo que celas? – no respondí – No te molesta que este con Juanjo, te molesta Bella

-      Sí, porque se me hace que no es para ella, es posesiva y todo el tiempo está pegada a las piernas de Samanta – deje mi plato, ya no quería comer

-      Sami sabrá hasta donde permitir, tiene derecho a estar con quien quiera, no interfieras más – se puso de pie y tiro en el cesto de basura los platos – Si realmente queres ser amiga de ella deja a un lado tus celos y respeta su decisión, una amiga apoya y aconseja, no interfiere

-      ¿Qué hago con Tati? – cambie de tema

-      ¿Queres estar con ella? – se sentó arriba de mi escritorio

-      Si pero sé que la estoy lastimando, tengo que calmarme y luego ver que hacer – me pare y camine hacia mi amiga – Gracias Sofí

-      No me agradezcas, solo razona un poquito más – puso sus dedos índice a cada lado de mi cabeza – Siempre fuiste muy pensativa y ahora estas actuando sin hacerlo

-      Tenes razón, tengo que serenarme y volver a mi eje – sonrió – No sé qué haría sin mi terapeuta favorita – la abrace – Te quiero mucho pequeña

-      No te me pongas sentimental – me reí – También te quiero Tami

Después de esta gran conversación volví a la sala de reuniones, estuvimos trabajando en uno de los proyectos, ella estaba con un plano mientras yo redactaba el contrato para esa misma tarde enviárselo al cliente.

A las 6 pm agarre mi laptop y mi libreta, fui hasta mi oficina y estaba la señora que contratamos para la limpieza, le dije que solo entraba a dejar mis cosas, guarde la computadora en el cajón y después de despedirme de la agradable mujer me fui hacia el estacionamiento, busque con la mirada mi moto, quería ver que era lo que tenía pero no la veía

-      ¿Dónde está mi moto? – me pregunte a mí misma en voz alta y me sobresalto la voz de mi amigo

-      La lleve el sábado al mecánico, hoy me llamo y me dijo que solo se le rompió el freno, el espejo y el foco, también tiene algunas rayadura así que van a arreglar eso también – paso el brazo por detrás mío y puso su mano en mi hombro – Me la entregan el viernes, por el dinero no te preocupes, es un amigo así que yo me encargo de ver eso

-      Gracias Pablito – lo abrace – Te prometo que mañana nos juntamos a hablar, hoy voy a solucionar las cosas con Tati

-      Hablando de esa señorita – señalo con sus ojos – Ahí viene – beso mi mejilla – Habla con calma

-      Hola Pablo – Tati lo saludo con un beso en la mejilla - ¿Ya te vas?

-      Si, Caro me llamo que quiere helado – sonrió – Nos vemos mañana

-      Ambas esperamos que este a una distancia considerable - ¿Vamos a tu casa o a la mía? – me pregunto

-      A la mía por favor – asintió y subimos a su auto

Hablando un poco de trabajo fuimos a mi casa, al entrar fui a buscar unos vasos del jugo de manzana que tenía en el refrigerador, nos sentamos una frente a la otra en la sala

-      Estuve pensando mucho este fin de semana, también fui a disculparme con Samanta por lo que paso – ella me miraba atenta y podía sentir sus nervios – Creo que lo mejor es que nos tomemos un tiempo – dejo el vaso en la mesa centro y vi sus manos temblar - ¿Estas bien?

-      Llore todo el fin de semana creyendo que me dejarías y esto de da un hilo de esperanza – sonrió levemente de costado – Esta bien, tomémonos un tiempo

-      Suspire – Creo que es lo mejor, yo necesito volver a centrarme y no quiero en ese proceso lastimarte – tomo mis manos – Te quiero muchísimo Tati y no dudo de querer estar con vos pero sé que en este proceso puedo hacerte sentir mal y eso es lo que menos quiero

-      Lo entiendo perfectamente Tami – se levantó y se sentó a mi lado – Mañana en la noche me voy a Uruguay

-      ¿Qué? ¿Por qué? – la miraba sin entender

-      Tranquila – acaricio mi mejilla – Conseguí un cliente que quiere hacer un centro comercial en nuestro país, sería un muy buen proyecto

-      La verdad que si – ambas sonreímos - ¿Cuándo volves?

-      El lunes en la noche – inesperadamente me dio un beso, sin dejarnos de besar la abrace y un momento después se separó – Perdón, se me vino a la mente que no voy a sentir tus labios por un tiempo indeterminado

-      Me encantan tus besos, no te disculpes por besarme – bese la comisura de sus labios – Sos tan hermosa y yo no te estoy disfrutando como debe ser

-      Sé que necesitas solucionar cosas acá – toco con suavidad mi cabeza – Me voy a mi casa – se puso de pie – Cuando quieras hablar, a pesar de que nos hayamos tomado un tiempo, estoy para vos, siempre y a cualquier hora

-      La abrace – A veces pienso que no te merezco pero no quiero estar sin vos

-      Yo no quiero estar con otra persona que no seas vos, así que te voy a esperar – agarro mi rostro con ambas manos y me beso – Te amo mi amor

-      Una lagrima rodo por su mejilla – No llores, no nos vamos a separar, solo quiero poder estar con vos sin tener nada más en mi cabeza – fuimos hasta la puerta – Me avisas cuando llegues

-      Claro – beso mi mejilla – Hasta mañana

Cerré la puerta y sentí mucha tristeza pero sé que no verla en la oficina me iba a ayudar a poder estar más clara con mí pensar y tal vez antes de lo pensado pueda tenerla de vuelta conmigo.