Aprendiendo a Amar Cap. 32

No te detengas por mí, si la amas hace lo posible por estar con ella

Les comento, para los que leyeron este relato hace unos años cuando lo subi, no se confien con el rumbo de la historia, no es la misma, ni yo se como va a terminar...

04:15 pm 21/09/16

Capítulo 32

Tati<<

Estoy en la oficina, pensando en el beso de anoche en el hotel, tanto tiempo desee que suceda pero no fue lo que esperaba, fue con enojo y me hizo sentir mal, le dije a Sandra que llamara a la oficina del Licenciado Torres para que Tami venga antes de irse, sé que si la llamaba directo a ella no vendría.

Las horas pasaron y no podía concentrarme en el trabajo, mire la hora y ya faltaba poco para que subiera Tami. Sandra entro a despedirse y cuando la acompañe hasta el ascensor salía esa chica que tanto me está volviendo loca, le pedí que entrara a mi oficina. Una vez adentro le pedí explicaciones pero ella seguía en la misma postura, necesitaba escuchar que siente ella por mi así que la provoque un poco y me lleve la sorpresa que en vez de escuchar una confesión volvió a besarme pero esta vez yo no me quede quieta, la agarre del cuello y correspondí su beso, sentí su cuerpo rozando el mío, en ese mismo instante sentí ganas de hacerle el amor pero alguien entro y al escuchar la voz de Sami la empuje, Tami se quedó paralizada unos segundos y luego salió detrás de ella. No podía creer lo que estaba pasando, mire mi escritorio y el bolso de Tami ahí estaba, pensé en ir tras ella pero no quise fastidiarla más de lo que ya lo había hecho. Me quede sentada, mirando por la ventana de mi oficina, nunca quise que las cosas pasaran así, por eso mismo la aleje de mí, porque no quería que Samanta saliera lastimada, sé que enamorarme de una mujer era algo nuevo para mí y mucho más que esa mujer tenga un novia pero el corazón a veces no hace caso a la mente.

Unas cuantas horas más tarde se abrió la puerta de mi oficina, entro Tami con la ropa manchada de sangre, sentí muchísimo miedo de verla así pero rápidamente me dijo que Sami había tenido un accidente al irse de la empresa, que no sabía cómo estaba solo que había despertado ya que estaba inconsciente, me ofrecí de llevarla a su casa pero ella no quiso y se fue. Sentí mucha culpa, nunca imagine que iba a pasar algo así.

Me fui al hotel y llame a Pao para contarle

-      Hola Tati, me estas llamando muy seguido últimamente – se rio

-      Amiga – empecé a llorar – Ayer Tami me beso cuando vino y hoy la hice venir a mi oficina para aclarar las cosas y volvió a pasar

-      Me interrumpió – Viste, yo sabía que le gustabas

-      Espera Pao – dije seria – Nos vio su novia y tuvo un accidente que le pudo quitar la vida, es todo mi culpa – mi llanto empeoro

-      No Tati, nadie tiene la culpa de que se haya accidentado – hizo silencio unos segundos – Amiga, te enamoraste y eso no es malo

-      Es malo si lleva a que una persona casi muera – me senté en el piso – No sé ni que hacer

-      Mira, este mes estoy con mucho trabajo pero te prometo que para mitad de agosto me voy a quedar unos días con vos

-      ¿Y mientras que hago? – seque mis lágrimas – No sé ni cómo mirar a Tami ¿Qué hago con Sami?

-      Tami no trabaja con vos y si tenes ganas podes ir a hablar y ver como esta Samanta – suspire – Tenes que calmarte, no hiciste nada malo

-      Necesito descansar – me puse de pie – Te llamo en estos días

-      Está bien, cuidate mucho – deje mi teléfono a un lado del mueble de la pantalla y me fui a dormir

El domingo me levante a correr, necesitaba no pensar en todo lo que paso, me puse mis audífonos y me fui a un parque que hay cerca del hotel. Casi dos horas más tarde volví, me bañe y baje a comer al restaurant que está enfrente.

En la tarde volví a mi habitación, estuve revisando los papeles de una conciliación con un ex empleado pero no se iba de mi mente Tami, necesito verla, si yo me siento culpable no me quiero imaginar cómo se siente ella, agarre mi teléfono y le marque pero estaba apagado, seguí con los papeles hasta tarde y luego me fui a dormir.

Empezó la semana, cuando llegue a la empresa fui al segundo piso y no estaba en su escritorio, me fui hacia el piso donde trabajo, Sandra me esperaba en la oficina

-      Buenos días Doctora – se puso de pie al verme - ¿Cómo estuvo su fin de semana?

-      Buen día Sandra, no tengo ganas de hablar de mi fin de semana – bajo su mirada apenada – Seguro fue mucho mejor el tuyo – me miro y le sonreí - ¿Qué pendientes tengo para hoy?

-      Tiene que ir al juzgado a las 11 am – reviso su agenda – Solo eso

-      Muy bien – suspire - ¿Podes llamar a contabilidad y preguntar por la secretaria?

-      ¿Tami? – asentí – No vino el día de hoy – sentí mucha tristeza – Justamente le iba a preguntar, el licenciado me pidió apoyo ¿Me da autorización?

-      Sí, claro yo no voy a estar en toda la mañana así que después de que termines anda a tu casa – sonrió – Que pases un buen día

-      Igualmente Doctora – se retiro

Revise los correos y luego me prepare para la audiencia, era un caso sencillo pero demandaba tiempo y desgaste.

En la tarde insistí llamando a Tami pero su teléfono seguía apagado, preferí darle su espacio y no atosigarla con llamados.

La semana siguió pasando, no volví a ver a Tami, solicite una reunión con Bruno, tal vez él sepa algo. A las 4 de la tarde conseguí que me pudiera ver mi jefe, baje al tercer piso, converse un rato con Betiana mi ex secretaria hasta que Bruno se desocupo y pude entrar

-      ¿En qué puedo ayudarte? – ambos tomamos asiento

-      Es algo más personal – se cruzó de brazos – ¿Sabe algo de Tami?

-      ¿Por qué me preguntas? – siguió en la misma postura

-      Es que desde el sábado no sé nada de ella – lo mire esperando una respuesta

-      No la he visto ni hemos hablado – me encogí de hombros - ¿Qué pasa con Tami?

-      Nada – sonrió – Si hablo con ella ¿Verdad?

-      Necesita tiempo, no sé cuándo volverá – una tristeza me invadió – No está bien y necesita aclarar su cabecita – me puse de pie – Seguramente cuando vuelva van a hablar

-      Espero que si – camine a la puerta – Gracias por atenderme

-      Me agarraste justo, mañana me voy de vacaciones – se puso de pie – Estas a cargo de la empresa

-      Le agradezco su confianza – salí de su oficina

Ya Llego el viernes, el trabajo estuvo muy tranquilo así que pude irme un rato antes, Sami en la fiesta de Jenny me dio la dirección de su casa, la busque dentro de mi agenda y fui hasta allá, me costó un poco encontrarla pero cuando llegue me baje del auto y toque el timbre y una mujer me abrió la puerta

-      Hola ¿A quién buscas? – me pregunto con mucha amabilidad

-      Busco a Samanta – me hizo pasar – Gracias, soy Tatiana – le di mi mano y ella la tomo

-      Soy su mamá – cerro la puerta – Esta en su cuarto – la mire esperando que me diga en donde es  - Perdón, es por aquí – subimos la escalera y nos detuvimos frente a una de las puertas – Voy a cocinar, las dejo hablar tranquilas

-      Golpee y abrí la puerta – Hola Sami – se sorprendió de verme - ¿Puedo pasar?

-      Si, entra – pase y cerré la puerta detrás mío – Sentate

-      Señalo una silla que estaba a un costado y me senté – Sé que va a sonar tonto pero ¿Cómo te sentís?

-      Demasiado tonto pero un poco mejor físicamente y me gustaría decir que también me siento mejor por dentro – sonrió levemente

-      Sami – me miro – Quiero disculparme por lo ocurrido, nunca quise que te pasara nada malo

-      Lo sé, no es tu culpa – puso su mano derecha al costado de su abdomen e hizo un gesto de dolor – No iba a funcionar mi relación con Tamara

-      ¿Por qué decís eso? – no esperaba escuchar algo así

-      Tal vez ella no estaba preparada para una relación conmigo sino no hubiera pensado en alguien más – me miro a los ojos

-      De verdad lo siento mucho – tome su mano y creí que me quitaría pero no lo hizo, solo la apretó con suavidad

-      No es tu culpa Tati, mi enojo no es con vos – vi la tristeza en sus ojos – Ella era mi novia – baje mi mirada – Lo único que puedo reprocharte es que te enamores de una chica que tenía pareja

-      Te juro que luche contra eso, hasta la cambie a contabilidad por ese mismo motivo – mis ojos se llenaron de lágrimas – No te voy a mentir, le coquetee varias veces pero no creí que me llegara a sentir así

-      ¿Estas enamorada de ella? – pude escuchar dolor en sus palabras

-      Si, lo estoy – una lagrima recorrió su mejilla – Trate de evitarlo

-      Me interrumpió – Pero a veces no se puede hacer nada – asentí – No te detengas por mí, si la amas hace lo posible por estar con ella

-      Ya es tarde – me puse de pie – Antes de irme quiero preguntarte algo

-      Si, decime – poso sus ojos en los míos

-      ¿Vino a verte antes de irse? – me miro sorprendida

-      ¿Se fue? – asentí – Vino el lunes pero no sabía que se iría

-      Su teléfono está apagado, desde el sábado no se nada – bese su mejilla – Te dejo descansar

-      Gracias por venir – tomo mi mano – Hacela feliz – no supe que decir y salí de su cuarto

Me quede detrás de la puerta, estaba sorprendida por la actitud que tenía, pensé que me odiaría, que me echaría de su casa pero no fue así. Baje la escalera, me despedí de su madre y me fui al hotel.

El fin de semana se pasó rápido y ya empezaba una nueva semana de trabajo. Al llegar a la empresa me reuní con unos posibles clientes.

En la tarde no tenía nada que hacer en eso Sandra entro a mi despacho

-      Doctora – deje mi bolígrafo en el escritorio – Hay un Abogado que quiere verla

-      ¿De la empresa? – negó - ¿Quién es?

-      Sandoval – me sonaba pero no sabía de donde - ¿Lo hago pasar?

-      Si, por favor – se retiró y volvió con el hombre que reconocí al momento – Doctor – estrechamos las manos - ¿Qué lo trae por acá?

-      Tomamos asiento – Ramiro acepto firmar el divorcio de mutuo acuerdo – sonreí – Solo con la condición de que vaya a visitarlo

-      Me levante y camine por mi oficina – No quiero seguir casada con él – me seguía con la mirada - ¿Cuándo es día de visita?

-      Mañana por la mañana – resople – Tengo un contacto en el penitenciario que la puede hacer entrar rápido

-      Está bien – me volví a sentar – Pero mañana mismo me firma los papeles

-      Le diré eso cuando hablemos esta noche – se puso de pie – Solo vine a darle las buenas nuevas – volvimos a darnos la mano – Que termine bien su día

-      Igualmente – se retiró y recosté mis cabeza sobre el escritorio

-      Doctora – no mire a mi secretaria que me hablaba – Una señorita llamada Jennifer quiere verla – levante mi cabeza y asentí – La hago pasar – volvió un minuto después con la mejor amiga de Sami – Con permiso – Sandra volvió a salir

-      Me puse de pie – Hola Jenny

-      ¿Cómo estas Tatiana? – pregunto seria

-      Bien – ambas hicimos silencio unos segundos - ¿Qué necesitas?

-      Supe que fuiste a ver a Sami – la deje seguir hablando – Te lo agradezco

-      Sentía la necesidad de hacerlo, en parte fue mi responsabilidad lo que paso – asintió – Creí que ibas a querer romper el acuerdo

-      Se rio – No mezclaría un tema laboral con uno personal – su celular sonó pero lo puso en silencio - ¿Sabes algo de Tamara?

-      No, lo único que sé es que no está en la ciudad – mordió su labio – No sé cuándo va a volver

-      Quería hablar con ella – volvió a sonar su celular – Tengo que volver a mi trabajo

-      Sí, claro – la acompañe al ascensor – Si se algo te aviso

-      Te agradecería – nos despedimos con un beso en la mejilla – Hasta luego

Sentía mi cuerpo muy cansado, volví a mi oficina a buscar mis cosas, le dije a Sandra que cancele todo lo de mañana y que le daba el día libre, que solo vendría a revisar unos contratos y que no necesitaba que viniera.

Ni bien entre a mi habitación, me acosté y me dormí.

A las 9 am entre al penitenciario, hable con el contacto de Sandoval y unos minutos estaba en una de las salas de interrogatorio esperando que trajeran a Ramiro. Cuando entro se veía mas flaco, la barba crecida y el cabello despeinado, se sentó frente a mi

-      Viniste – sonrió – Me da mucho gusto verte

-      Fue tu condición para firmar el divorcio – saque los papeles y los deje sobre la mesa

-      No – lo mire sin entender – ¿Sandoval te dijo eso? – asentí – Nunca fue condición, si no hubieras venido los hubiera firmado igual

-      Deje mi bolígrafo sobre los papeles - ¿Entonces?

-      Quería que vinieras para poder pedirte perdón – abrí mis ojos sorprendida – Éramos una hermosa pareja y lo arruine – bajo su mirada – Me afecto mucho perder mi trabajo – volvió su vista a mí – No me estoy justificando, solo digo que no supe manejarlo y te hice mucho daño sin que te lo merezcas

-      Demasiado daño – sentí mucha angustia dentro mío – Te amaba

-      Lo sé – tomo mi mano sobre la mesa – No supe valorarte y me convertí en una bestia al ponerte la mano encima – agarro los papeles y los firmo – Se muy feliz Tati, ojala encuentres un hombre que haga todo lo que yo no hice, te respete, te valore y por sobre todo te cuide – me entrego las hojas y se puso de pie - ¿Puedo abrazarte?

-      Me levante de mi silla y lo abrace – Gracias Ramiro – agarre mi bolso y lo colgué de mi hombro – Cuidate mucho

-      Vos también  - sonrió y me fui

Me hizo bien ver a mi ex esposo y cerrar esa etapa de mi vida. Me fui a la empresa muy tranquila y me concentre en el trabajo.

La semana se me paso muy rápido, tuve muchísimas reuniones ya que Bruno me dejo a cargo. En los pocos ratos libres busque algunas casas y hubo una que me encanto, el diseño de la casa era minimalista, era bastante grande y luminosa.

Empezó una nueva semana, la segunda que no veo a Tami, me levante de la cama, corrí un rato, luego me bañe y me arregle para ir a la empresa.

Cuando me subí a mi auto recibí un llamado del dueño de la casa y me dijo que en cuanto hiciera la transferencia nos juntaríamos a firmar las escrituras. Contenta maneje hasta el estacionamiento de la empresa, busque un lugar y vi un Sentra azul como el de Tami y mi corazón latió fuertemente, estacione en el primer lugar que vi, me baje y me acerque al auto, no me quise ilusionar y subí hasta el quinto piso. Sandra estaba con su agenda esperándome parada en mi oficina

-      No hace falta que estés parada acá adentro hasta que llegue – sonrió – Sentate – lo hizo - ¿Qué hay?

-      Me llamo hace un rato la secretaria de Torres – la mire fijamente – El Licenciado solicito una reunión con usted

-      De acuerdo – tome un trago de mi café – Que suba cuando pueda

-      Anoto en su agenda – Muy bien, ahora llamo a Tami y le comento

-      ¿A quién? – me levante de mi asiento

-      Ya volvió Tami – respondió sonriendo y yo también sonreí - ¿Necesita algo más?

-      No, te llamo cualquier cosa – salió y cerró la puerta

Ya regreso, me emocioné tanto que se me dibujó una enorme sonrisa, me puse a escuchar y cantar unas canciones de Alicia Keys.

El día estuvo muy ocupado, en un descanso que tuve transferí el dinero y la siguiente semana firmaría la escritura.

A las 4 pm Torres llego a mi oficina, estuvimos me comento que este fue el mejor mes del año, tuvimos muchísima entrada de dinero y estamos a punto de alcanzar a meta que Bruno pidió para el año y en tan solo 6 meses.

Cerca de las 5 de la tarde se fue Torres, Pense como podía acercarme a Tami, tuve una idea, agarre mi bolso y baje al estacionamiento, me quede apoyada en su auto esperándola.

Cerca de las 6 pm la vi venir, sentía que mi corazón se saldría de mi pecho, ya estaba cerca y necesitaba calmarme, respire profundo y ella se paró frente a mí

-      Tami – no sabía de qué manera saludarla así que solo sonreí

-      Hola Tatiana – desactivo la alarma, abrió la puerta de atrás y dejo su bolso

-      ¿Puedo preguntarte donde fuiste? – note su bronceado

-      A Brasil – se puso sus lentes de sol – Necesitaba tiempo

-      SI, comprendo – di un paso hacia adelante – Te extrañe

-      Sonrió – Ya me tengo que ir – saque un sobre de mi bolso y se lo di - ¿Qué es esto?

-      Es el bono que te había prometido – lo abrió – Solo es una parte

-      $50,000 es muchísimo dinero – lo guardo el cheque en el bolsillo de su abrigo – Gracias – se subió al auto y se fue

Me quede parada, siguiendo con mis ojos su auto al irse, poder acercarme a ella va a ser más difícil de lo que pensaba.

Tami<<

La primer semana en ese hermoso lugar fue de puro alcohol, lagrimas e insomnio, sé que irme fue el mayor acto de cobardía pero no puedo afrontar la situación, Sami me odia y con justa razón, no quiero perderla pero en estos momentos no soy yo misma. Ahora que ya no tengo lágrimas de tanto llorar necesito buscarme y saber que quiero hacer de ahora en adelante conmigo misma.

El primer día de la segunda semana en Brasil me levante temprano, me fui a correr, tenía que desintoxicarme de tanto alcohol. Estuve más de una hora corriendo, volví al hotel, me bañe y baje un rato a la piscina, es demasiado grande, me metí, estuve nadando no se cuánto tiempo, salí del agua, me acosté en la reposera, me di que me trajeras un jugo de naranja, me puse mis audífonos y estuve un buen rato asoleándome. Ya era de tarde, sentía hambre pero preferí irme al Spa, una mujer, alta de bonito cuerpo y piel morena me recibió y me llevo a un cuarto, al entrar tenía una luz tenue, un rico aromatizante, una camilla y varios frascos de crema y aceites en una mesa, me dio una toalla, me pidió que me quite la ropa y que me recueste, se retiró y empecé a quitarme la ropa, envolví de la cintura para abajo con la toalla que me dio y me acosté boca abajo, unos minutos después regreso,  yo cerré los ojos y sentí como empezó a colocar piedras calientes en mi espalda, de a poco mis músculos se relajaron y empecé a sentir mucho sueño, un ratito después ella comenzó con sus manos a masajear mi espalda, no supe más nada ya que me quede dormida.

Después de esa sesión de masajes sentí mucha calma y pude dormir tranquila después de varias noches.

Los siguientes días seguí la misma rutina, comía muy poco, lo único que me alimentaba eran jugos naturales y ensaladas

Fue una semana con mucha paz, me pude encontrar conmigo, me sentí preparada para volver, ya sabía que es lo que tenía que hacer con mi vida.