Aprendiendo a Amar Cap. 26
La acosté en la cama, era su turno de sentir placer, la bese con mucha pasión y fui bajando entre besos por su cuello, sus pechos, su abdomen y por fin llegue al lugar que tanto anhelaba
Capítulo 26
Jenny<<
El fin de semana estuvieron trabajando algunos de los obreros de la empresa, estuve supervisando las modificaciones y aunque avanzaron todavía faltaba bastante.
El lunes al llegar a la oficina tuve una reunión con los ingenieros y arquitectos que se van a Brasil, me entregaron una copia de los planos y luego partieron hacia el aeropuerto para poder dar inicio a la obra.
Luego estuve reunida con Saúl, el siguiente mes se va a instalar en España y me dijo que voy a tener que ir porque para la inauguración Miranda quiere vaya, le dije que para la fecha estimada de apertura iba a estar de viaje por Europa así que podría asistir, estuvimos conversando ya que desde que nos encontró a mi novia y a mí en el hotel se ha comportado muy bien conmigo.
En la hora del almuerzo Sofí y yo fuimos a un restaurant que está cerca para poder comer algo, hablamos un poco de trabajo. Terminamos de comer y pedimos un café, en lo que esperábamos que lo traigan me hablo
- Amor – me llamo – Estuve hablando con Santi este fin de semana
- ¿Y qué decidiste? – sentí muchos nervios
- Obviamente mi hermano se emocionó – sonreí – Quiere conocer la casa
- Claro – dije emocionada – Si queres hoy después del trabajo lo llevamos
- Sé que le va a encantar – puso su mano sobre la mía – Queremos vivir con vos
- ¿Es en serio? – asintió – Me haces muy feliz mi amor
- Y vos me haces muy feliz a mí – se levantó un poco de la silla y me beso en los labios
Terminamos nuestro café y volvimos a la oficina, trabajamos bastante ya que con lo de la construcción en Brasil se habían atrasado varios pendientes. A la hora de salida fuimos a buscar a Santi. El niño iba muy contento y cuando dije que habíamos llegado me pidió que lo bajara rápido, lo baje del auto y me dio la mano para cruzar la calle. Abrí la puerta de la casa y pasamos al jardín, el empezó a correr y fue hacia la puerta de entrada, la abrí y él corrió por toda la casa, estaba muy feliz, venia solo a decirnos que le encantaba, lo lleve de nuevo al jardín delantero
- Mira Santi – señale con mi dedo índice – Es una casita para perros
- Corrió hacia ella, se agacho y miro adentro – Pero no hay perrito – me miro decepcionado
- Creo que no hay perro – me encogí de hombros – Sofí me observo y entendió por donde iba - ¿Queres ver tu cuarto?
- Bueno – respondió tristemente
- Subimos la escalera y nos paramos frente a uno de los cuartos – Este puede ser el tuyo – abrí lentamente la puerta – Entra
- Ingreso, Sofí y yo entramos detrás de él – Hay un perrito – un pastor alemán de dos meses con un moñito color azul estaba sentadito en el centro del cuarto - ¿Es mío? – Asentí y él fue despacito a acariciarlo y el cachorrito en seguida acepto los mimos y empezó a lengüetear a mi cuñadito - ¿Cómo se llama?
- No tiene nombre – me arrodille a su lado – Podes ponerle el nombre que quieras
- Pensó unos segundos – Su nombre será Pupo – lo abrazo
- Es un nombre muy bonito – Sofí se sentó a su lado y acaricio al peludito de cuatro patas – Lo tenes que cuidar mucho
- Voy a cuidarlo y mimarlo mucho Ñeña – se puso a jugar con su nuevo amiguito
Con Sofí empezamos a imaginarnos como iríamos decorando la casa y quedamos en comprar muebles nuevos.
Tami<<
El viernes paso entre reuniones y a la noche fuimos a cenar a un bonito restaurant y cuando estábamos volviendo al hotel sonó su celular
- Hola Adrián – sonrió – No, estaba volviendo al hotel – detuvo su andar – Te llamo en dos minutos y te digo – colgó la llamada – Es el muchacho de la fiesta de la otra noche – le sonreí – Me está invitando a una fiesta
- Anda, yo estoy muy cansada así que me voy a dormir – entramos al hotel – ¿Subís o nos despedimos?
- Lo voy a esperar acá – me dio un beso en la mejilla y empezó a escribir en su celular
- Divertite – le guiñe el ojo y ella sonrió
No tenía ganas de subir escaleras así que espere tranquilamente el ascensor y cuando por fin entre al cuarto me desnude, me acosté y me puse a pensar que es lo que había estado haciendo todo estos días con Tati, ¿Por qué coqueteábamos? Yo estoy con Sami y la amo y tuve que pasar por mucho para por fin estar con mi hermosa mujer de ojos color miel y a ella le gustan los hombres, quedo más que demostrado así que le iba a poner fin a todo esto, tengo que respetar a mi novia, tal vez aun no supero lo del beso con Javier y por eso me he comportado así, le dije que la perdone pero en realidad no lo he hecho, aun me sigue doliendo pero no puedo agarrarme de eso para dañarla, no quiero ser ese tipo de personas, la amo y quiero estar con ella, así que agarre mi celular y le mandé un WhatsApp
Hola amor, te extraño más que nunca, ya deseo sentir el aroma de tu piel, tus caricias, sentir tu respirar agitado después de una noche de pasión, robarte el aliento en un beso.
Busque en las imágenes una foto de nosotras dos en la que estamos sentadas frente al rio, de noche y de fondo se ve la ciudad iluminada, sonreí la puse en mi pecho y me dormí.
Me desperté, mi celular seguía encima mío, mire la hora, eran las 9 am voltea hacia la cama de Tati y no estaba, seguramente paso la noche con su nuevo amigo, me bañe y ni bien termine de cambiarme sonó mi celular
- Hola mi vida – era mi chica, se escuchaba rara – ¿Cómo estás?
- Hola mi amor – mi corazón se aceleró como la vez que nos reencontramos – Termine de bañarme y te iba a llamar
- Leí tu mensaje esta mañana, dudé tanto en llamarte pensé que ya estabas en la playa – me hablaba un poco distante
- ¿Estás bien? – no respondió – Sami
- Si amor, solo que te extraño muchísimo y todavía falta una semana entera, deseo sentirte – respondió con tristeza
- Te voy a enviar muchísimas fotos para que no me extrañes tanto y cuando llegue no te vas a salvar – ambas reímos – No sabes cómo te deseo – Tati entro al cuarto – Tengo muchísimas ganas de estar con vos, de besarte – me saludo desde lejos con su mano y yo respondí de la misma manera
- Ya mi amor, si no no voy a aguantar todos estos días – sonreí - ¿Qué van a hacer hoy? ¿Playa?
- Tal vez un rato pero los del hotel al hacer mal la reserva nos regalaron unos pases para ir a una isla que tiene un museo y van a ir también unas amigas de Tati que viven acá en Brasil –me puse crema en la cara– Estoy demasiado quemada por el sol y me arde mi cuerpo así que le esquivo un poco a la playa
- Cuidate mucho mi amor – dijo preocupada – Me tengo que ir a la casa de Jenny a ayudarla, quiere que le haga compañía
- Qué bueno por ella, me pone muy contenta – me senté en la cama - ¿Qué dice Sofí?
- Le propuso ir a vivir juntas y aun no le responde, no sabes como esta de nerviosa Jenny – me sorprendió
- Van muy en serio – me rei – Te dejo para que vayas con Jenny, mándale saludos
- Si amor, la saludo de tu parte – Ambas hicimos silencio
- Te amo mi vida – lo dije con más cariño que nunca
- Suspiro – Te amo mi amor
Colgué la llamada y me quede recostada en mi cama. Unos minutos Tatiana salió de bañarse así que me fui a los sillones para que se cambiara.
Pao y Agus nos avisaron que estaban esperándonos y bajamos, nos subimos a una camioneta del hotel que nos llevaría hasta la Isla Fiscal. Cuando llegamos nos hicieron recorrer la isla, luego entramos al museo y nos contaron la historia de la isla. Fue una muy bonita experiencia. De regreso Paola empezó a molestarme con Tati
- ¿Cuándo vas a avanzar con mi amiga? – no respondí y ella insistió – Porque ayer se la paso muy bien con Adrián
- Pao me alegro que se haya divertido ayer – dije fastidiada – Yo tengo novia y la amo muchísimo
- Se le borro la sonrisa de la cara – Comprendo – Ya no voy a hablar de esto
- Te lo agradecería – mire por la ventana de la camioneta
- ¿Dónde fueron después de la fiesta? – pregunto Agus
- Me invito a su hotel – respondió Tati y sentí su mirada pero seguí observando el atardecer hermoso mientras ellas continuaron su conversación
A la noche fuimos a otra fiesta en la playa, sinceramente nunca fui a tantas fiestas juntas, son muy divertidas pero mi cuerpo me pasa factura y me reclama descansar, pareceré aburrida pero soy muy tranquila. En medio de la noche llego el muchacho con el que se está viendo mi jefa, yo estuve conversando con Agus, el primer día me caía mal pero hablando con ella te das cuenta que es una buena chica. Estuvimos tomando y bebiendo hasta que nuestros cuerpos nos rogaron por una cama. Tati se volvió a ir con Adrián y el resto nos fuimos a mi cuarto. Yo me acosté en mi cama, Agus en la de Tatiana y a Pao le toco esta vez dormir en el sillón.
Nos despertamos tarde, bajamos a desayunar y mientras un café nos terminaba de despertar Pao llamo a mi amiga para avisarle que nos íbamos a ir al Cristo Redentor a lo que ella dijo que nos veía allá.
Fuimos hasta la casa de las chicas para que se bañen y se cambien de ropa y luego fuimos a ese hermoso y bello monumento.
Tatiana llego una hora después que nosotras y como era de esperarse vino con su juguetito como dice Pao. Me tomé muchas fotos junto al monumento y paisaje, también me tome fotos con las chicas y algunas se las envié a mi novia.
Después de disfrutar toda la tarde nos fuimos a cenar. Pao y Agus se despidieron y dijeron que nos veríamos antes de que nos fuéramos ya que toda esta semana íbamos a tener que trabajar.
Toda la semana se pasó entre reuniones y hacer contratos. Yo casi no salí más que un rato a disfrutar de la arena, el Sol y el mar, alguna que otra noche fui a tomar algo al bar al que íbamos siempre y Tati siguió saliendo mucho con su chico.
El sábado pasaron temprano a recogernos las chicas y nos llevaron al aeropuerto. Cuando anunciaron nuestro vuelo nos despedimos
- Agus me abrazo – Me agrado mucho conocerte, en unos meses vamos a ir a Argentina y espero que te dejes ver – sonrió
- Claro y vamos a alguna fiesta – nos reímos y mire a Pao que se estaba terminando de despedir de Tati y luego me abrazo a mí – Te espero pronto en Argentina – la abrace – Mi casa es tu casa
- Gracias Tami – sonrió – De verdad discúlpame por fastidiarte con lo de Tati
- No pasa nada – guiñe mi ojo – Cuando vayas conoces a mi novia, te va a caer bien
- Seguro que si – me dio un beso en la mejilla – Buen viaje
- Gracias – Tati y yo agarramos nuestras valijas – Hasta pronto
Una vez arriba del avión ya no estaba tan nerviosa, solo quería llegar y ver a mi chica. En el aire puse música de Fifty Harmony y me dormí como cuando viajamos en la ida.
Me desperté antes de que el avión aterrice
- Ya casi llegamos – me dijo con dulzura Tati
- Qué bueno – resople – Me gustó mucho el viaje
- A mí también – sonrió
Ya estábamos en suelo argentino, bajamos y después del tedioso control del aeropuerto llegamos a la sala de espera, mire hacia todos lados y cuando vi a Sami deje mi valija y corrí hacia ella
- Mi amor – la abrace – Por fin puedo besarte – le di un apasionado beso – Te extrañe demasiado – nos volvimos a abrazar fuertemente y respiré de su cuello su dulce aroma
- Extrañaba la suavidad de tus labios – nos miramos con ternura – Estas muy bronceada – sonrió – Te ves preciosa – me beso
- Gracias mi amor – Tati se acercó a nosotras
- Hola Sami – se saludaron con un beso – Te la traje sana y salva, un poco quemada pero entera – se rieron
- ¿Se divirtieron? – pregunto mi chica
- Muchísimo y también trabajamos mucho – hablaban entre ellas – Sami ¿Me podrás alcanzar hasta mi casa?
- Sí, claro – mi novia respondió con mucha amabilidad – Dame la dirección y vamos
- Subimos al auto – Prestame tu celular que te pongo la dirección en el GPS – Se lo entro y empezó a manejar – Ahí esta
- Muy bien – sonrió mi chica
Fuimos conversando y contándole cosas de Brasil. No tardamos mucho en llegar a la casa de Tati
- Bueno, yo me quedo aquí – apretó levemente el hombro de Sami y cuando se bajó yo también lo hice
- Te veo el lunes – asintió – Que pases un bonito fin de semana
- Me abrazo – Ustedes también – beso mi mejilla y camino hacia la puerta de su casa
- Subí al auto – Ahora vamos para mi casa – la mire perversamente
- No te das una idea de lo rápido que vamos a llegar – puso en marcha el auto
Unos diez minutos después llegamos, abrí el garaje y ella metió el auto, nos bajamos y entramos a mi casa
- Jenny ya no está – se acercó a mí – Estamos solas
- Me alegro que se haya comprado una casa – sonreí
- No sabes cuantas noches pensé en tu cuerpo desnudo – su cara era de puro deseo
- La agarre de la cintura y la pegue a mi cuerpo – Ya no lo pienses – desabotone lentamente mi camisa hasta quitarla y quedar en sostén - ¿Y si continuas vos el trabajo?
Asintió, llevo sus manos a mi espalda, desabrocho mi sostén y lo retiro con delicadeza, acaricio mis pechos y luego comenzó a lamer mi pezón izquierdo, sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo y mi vagina se humedeció. Mientras ella estaba entretenida con mis pechos desabroche mi pantalón, Sami se dio cuenta y lo bajo junto con mis bragas
- Estas muy mojadita – me sonrojé y sonreí – Quiero tu sabor en mi boca
Me agarro de la mano y me llevo a mi cuarto, me acostó suavemente, se desnudó de inmediato, subió a la cama y separo mis piernas, beso mis labios y fue directo a mi sexo. Lamio mi clítoris y sentí todo mi cuerpo estremecerse, sin piedad atendía mi vagina con su boca y sus manos las estiro para atender a mis pezones duros y paraditos. Mis gemidos iban en aumento al igual que el movimiento de su lengua, podía escuchar su respirar agitando, su mano derecha abandonó mi seno y llevó su dedo índice directo a mi entradita sin penetrarme, eso me enloqueció y con un movimiento de mi cadera hice que su dedo entrara, al sentirlo dentro pude darme cuenta de cuán contraído estaba mi sexo, la deseaba tanto como el domingo que amaneció en mi cama después de tantos años, levanté un poco mi cabeza, mis ojos se cruzaron con los suyos, metió su dedo medio y junto con el dedo índice presionó hacia delante tocando mi pared haciéndome alcanzar el orgasmo que tanto tiempo tuve dentro.
La acosté en la cama, era su turno de sentir placer, la bese con mucha pasión y fui bajando entre besos por su cuello, sus pechos, su abdomen y por fin llegue al lugar que tanto anhelaba, mire su clítoris, estaba muy hinchadito y rojo, sonreí y con mi dedo índice lo roce y ella gimió, dibuje muchos círculos en él con mi lengua pero recordé lo que paso en Brasil, todos esos coqueteos con mi jefa y me detuve, me sentí incomoda, no es justo. Ella se incorporó y me miro
- ¿Qué pasa? – hablo agitada
- No puedo – me senté en la cama – Lo siento
- ¿Por qué? ¿Cómo que no podes? – se apoyó en sus codos y me miraba sorprendida, ya su respirar era más calmado
- Sigo resentida por lo de Javier – mentí y me odie por hacerlo
- Pero ya lo habíamos hablado – frunció su ceño – Te explique cómo fueron las cosas, te pedí perdón y lo aceptaste – se alteró y yo no respondí – Entonces los días antes de irte me estuviste mintiendo, fingiste estar bien conmigo y en realidad no era así – se levantó de la cama y comenzó a vestirse
- No fingí, pensé que podía aceptarlo pero no puedo – me sentí una completa idiota por no poder afrontar la situación y decirle que desee a mi jefa
- Se puso su sostén – ¿No pudiste esperar a que terminemos? Claro, vos acabaste y yo no – vi la decepción en su cara – Siento tanta frustración Tamara
- Perdón – Siguió vistiéndose, luego salió hacia la sala y fui detrás de ella – No te vayas
- Qué bueno que regresaste – me hablo con sarcasmo, al salir cerró la puerta con fuerza y se fue
Me quede desnuda sentada en el sillón, mirando la puerta e insultándome por haber arruinado el momento por estúpida. La llame varias veces y no respondió. No se cuánto tiempo estuve ahí sentada pero cuando menos me di cuenta ya había oscurecido. Llene la tina y me quede un rato ahí adentro pensando en lo mal que me estoy comportando con Sami, desee regresar el tiempo dos semanas atrás para evitar sentir esta confusión con Tatiana. Cuando me canse de insultarme salí de la tina, me envolví en la toalla y fui a mi cuarto a cambiarme. Me puse ropa para dormir y cuando me iba a acostar sonó el timbre, camine hacia la puerta con la ilusión de que sea Sami pero me lleve la sorpresa de que era un muchacho, de ojos azules, rubio, delgado y por lo visto ejercitado, se veía bien arreglado
- ¿Quién sos? – pregunte rápidamente
- Perdón que moleste y más a esta hora – su voz era grave – Soy Javier, el amigo de Sami
- Sentí molestia - ¿A qué viniste a mi casa?
- Sé que ocasione problemas y quiero remediarlo – su mano izquierda la tenía detrás de él, la saco y sentí un poco de miedo pero al ver que tenía una caja me calme – Son chocolates, Sami me dijo que te gustan mucho – los agarre desconfiada – Está cerrada, no le hice nada – sonrió y me hizo sonreír a mí - ¿Puedo pasar?
- Me hice a un costado – Pasa – Nos sentamos uno frente al otro en los sillones – ¿Te envía Samanta?
- No, ella no sabe que estoy acá – me hablaba mirándome a los ojos – La semana pasada volví de mis vacaciones y la llame, me dijo que no quería verme que le había causado problemas con vos, que alguien había visto que la bese – asentí – Quiero ofrecerte disculpas y explicarte porque lo hice
- Lo hiciste porque te gusta meterte con chicas que tienen pareja – mi enojo era incontrolable
- No – agacho su mirada avergonzado – Soy gay – susurro y no sabía si había escuchado bien
- ¿Qué dijiste? – me miro
- Que me gustan los hombres – respondió serio y me sorprendí – Use a Sami ese día para que mis padres pensaran que era mi novia, mis padres lo estaban sospechando y se me ocurrió hacer eso porque sabía que serían puros problemas y me echarían de mi casa – no supe que decir – Quise venir a hablar con vos para que no sigas molesta con ella, Sami no lo busco, en cuanto la bese me separo y me marco que no quería que se repitiera, se nota que te ama
- Mi sentimiento de culpa aumento, me sentí muy avergonzada – Ella me dijo eso pero no le creí – apoye mi codo en el descansa-brazo y con mi mano agarre mi frente – Puta madre
- Se levantó y vino a mi lado – Habla con ella, Sami no es cerrada – lo mire – Discúlpate y ella lo va a hacer – asentí – Si necesitas algo de mí no dudes en pedírmelo – puso su mano en mi hombro – Me retiro – se levantó y yo también
- Gracias Javier – sonrió – Perdón que sea entrometida ¿Ya hablaste con tus papas? – negó y suspiro – Deberías hacerlo, se pueden enojar pero no te van a dejar de amar y con el tiempo te van a aceptar
- Si los conocieras – vi su tristeza
- Invitalos a cenar un día, habla con calma y explícales tu situación, seguramente pensaran dos veces las cosas antes de echarte de tu casa – sonreí – Si no lo haces no vas a poder vivir a gusto tu vida
- Lo intentare, no sé en qué momento, debo mentalizarme pero sé que tengo que hacerlo – camino hacia la puerta – Que tengas bonita noche y espero sean de tu agrado los chocolates – sonreí y él se fue
Me alegre de haber escuchado que ella no provoco la situación y a pesar de que cometí el error más grande de mi vida sabía que debía recuperar a mí novia.