Aprendiendo a Amar Cap. 23

Mis ojos no podía sacarlos de su cuerpo, su piel pálida brillaba por el reflejo del sol, su abdomen plano y marcado por el ejercicio, sus pechos grandes cubiertos solo por esa tela de forma triangular, su cola paradita y redondeada

Capítulo 23

Jenny<<

Después del trabajo me fui a la casa de Tami, ella se fue esta mañana a Brasil y yo siento que no debo abusar más de su amabilidad y debo irme pero realmente me gusta la idea de vivir sola. Mire un rato de Televisión y mientras pensaba en donde me gustaría vivir, apague la tele, agarre mi laptop y empecé a buscar buenas zonas y casas que sean de mi estilo, encontré varias y anote los teléfonos para poder llamar el lunes. Estoy muy aburrida así que fui a visitar a Sami que seguramente anda un poco decaída.

Una vez en la puerta de su casa toque el timbre y me abrió mi amiga la puerta

-      Hola – sonrió – No te esperaba

-      Lo sé, me gusta sorprender a las personas con mi presencia – la abrace - ¿Cómo estás?

-      Triste pero sé que es bueno para ella – sonrió de lado

-      Así me gusta escucharte – la despeine con mi mano - ¿Vamos a tomar algo?

-      Estoy esperando una paquetería de mi papá – nos sentamos en el sillón – Se fueron a Chile por un acuerdo y llegan mañana pero me pidieron que me quede por lo menos hasta las 8 pm que es el horario que manejan los de paquetería

-      Bueno, faltan 2 horas, esperamos y después nos vamos a emborrachar – ambas reímos

El paquete nunca llego así que mi amiga se cambió y nos fuimos a un bar que para nuestra fortuna se hace boliche después y aprovechamos para quedarnos a bailar.

A las 3 am sonó mi celular, lo mire y era Sofí

-      Hola amor – respondí preocupada - ¿Qué paso?

-      Jenny – no se escuchaba muy bien – Veni por favor

-      No te escucho, te marco en un minuto

Le dije a Sami que saliéramos, había mucha gente y nos tomó varios minutos llegar a la puerta pero una vez afuera llame a mi novia

-      Ahora si – mire hacia varias direcciones recordando donde deje el auto - ¿Qué me decías? – señale con mi dedo hacia la derecha y empezamos a caminar

-      Necesito que vengas – decía llorando

-      ¿Estás bien? ¿Qué paso? – mi pulso se acelero

-      Santi se cayó de la cama y se abrió la ceja – no paraba de llorar y se escuchaban el llanto del pequeño

-      Ya estoy yendo para allá – colgué la llamada y subí al auto

Maneje lo más rápido posible hasta su casa, Sami trataba de calmarme pero estaba asustada, estacione y baje sin ni siquiera cerrar el coche. Corrí hacia la puerta y antes de que pudiera tocar el timbre Sofí me abrió

-      ¿Dónde está? – entre buscando a Santi

-      En mi cuarto – fuimos las tres hacia allá – Ya vino Jenny mi amor, vamos al hospital

-      Agarra una toalla Sami – le señale donde estaba el baño – Acá estoy enano, vas a estar bien

-      Acá esta – me entrego la toalla

-      Ponele esto en la frente para detener un poco la sangre – abri la puerta y salimos – Sami abrile la puerta de atrás – fue rápido hacia mi auto, yo cerré la puerta de la casa y luego camine hasta el auto, me subí y puse en marcha

Llegamos en unos minutos al hospital, no había pacientes, solo estábamos nosotros pero tardaban mucho en atendernos, me acerque a la recepción

-      Disculpe, estamos hace diez minutos acá y no nos atienden – le hable calmada

-      Tiene que esperar – respondió de mala gana

-      Ya espere diez minutos y no voy a esperar más – levante el tono de voz y Sami me agarraba del brazo para llevarme a donde estaba mi novia – No Sami – me solté – Si no hace que me atiendan voy a entrar al consultorio y va a ser peor

-      Dejeme ver que puedo hacer – cambio su actitud

-      Gracias – volví a las sillas – Espero nos atiendan rápido

-      Pasaron dos minutos y salió un doctor – Pasen

Sofía entro con Santi, estuvieron un rato largo adentro hasta que por fin salieron

-      Le dieron 4 puntos – el niño vino hacia mí y me dijo que lo cargue – Todo el tiempo pidió que entres pero el doctor no me dejo llamarte

-      Hijo de puta – Sofí abrió sus ojos en forma de regaño – Perdón – bese la naricita de Santi – Vamos a tu casa para que duermas – él me abrazo mas

Caminamos hacia el auto, le tuve que pedir a Sami que maneje ya que mi cuñadito quería quedarse conmigo. Fuimos a la casa de Sofí, yo me fui a la cama de mi novia con el nene mientras Sami ayudo a mi novia a limpiar la sangre que había a un costado de la cama de Santi.

Para cuando Sofí vino a la cama su hermano estaba dormido

-      Hola – me beso

-      Hola mi amor – me quise levantar pero ella no me dejo

-      Quedate con nosotros, Sami esta acostada en la cama de Santi – me recorrí un poco y ella se acostó a mi lado – Gracias por venir

-      No me agradezcas mi amor – le di un beso en la mejilla – Lo bueno es que está bien Santi

-      Sí, me asusté mucho – se acomodó con la cabeza en mi pecho - ¿Dónde estaban?

-      Habíamos ido a bailar – acariciaba su cabello

-      Perdón por hacerte venir – se lamento

-      No te disculpes, te tendría que haber avisado que salí – bese con ternura su cabeza – Descansa mi amor

-      Igualmente mi vida

Santi se movió un poco más hacia mí, me abrazo y me dormí muy a gusto entre las dos personitas más hermosas de mi vida.

Tami<<

Subimos al avión, estoy demasiado nerviosa, odio los aviones, me dan pánico, Tati noto que no estaba bien y tomo mi mano, voltee a verla y sonrió

-      No sabía que te daban tanto miedo – saco un paquetito de chicles de su bolsillo y me lo dio – Mastica uno mientras despegamos así no se te tapan los oídos – la mire aterrada – Es por la altura, cuando se estabilice el avión no vas a sentir más nada

-      Me metí dos chicles a la boca – Gracias – mire el papel que nos había dado una de las azafatas - ¿Qué hago con esto?

-      Es una Declaración Jurada de la Aduana, completala con tus datos – ambas empezamos a escribir, al terminar ella conecto sus audífonos – Te va a ayudar el escuchar música

-      Busque mis audífonos y los conecte - ¿Cómo es esto?

-      Se rio – ¿Que música queres escuchar?

-      Me gusta mucho Beyonce – me miro sorprendida - ¿Qué?

-      Canta muy bonito – sonreí – A ver – empezó a tocar la pantalla – Acá esta, hay algunas canciones de ella

-      Qué bueno – ella se acomodó – Perdón – la mire un poco avergonzada - ¿Por qué no se escucha? – me quite los audífonos

-      No pasa nada – apretó mi mano - Una vez que despegue el avión vas a poder escuchar – se abrocho el cinturón de seguridad y yo trate de hacer lo mismo pero mis nervios me volvían torpe - ¿Te ayudo? – asentí – Levanta un poco tus brazos para dejarme alcanzar – hice lo que me pidió, se levantó un poco mi camisa dejando a la vista un poco de mi abdomen y ella lo rozo sin querer con sus manos, ambas nos miramos – Perdón – se apuró en abrochar mi cinturón – Ya esta

-      Gracias de nuevo – ambas sonreímos

Una vez que el avión ya estaba volando se activó la música en mis audífonos, cerré mis ojos y trate de pensar solo en lo que escuchaba y por suerte me quede dormida. Tati me dio un empujoncito y abrí los ojos

-      Ya llegamos – mire para todos lados – Viste que no sentiste nada – desabroche mi cinturón ya más tranquila

-      Qué bueno que me dormí todo el viaje – sonrió

Bajamos del avión y fuimos hacia la sala de equipaje, cuando nuestras valijas pasaban por la cinta las agarramos y fuimos hacia aduana, entregamos el papel que rellenamos al subir el avión, revisaron nuestras valijas y por fin pudimos salir del aeropuerto. Esperamos que haya un taxi disponible, cuando subimos ella le dijo la dirección del hotel y el auto se puso en marcha. Se ve todo muy bonito, no dejaba de mirar por la ventana, realmente me parece un lugar hermoso.

Al llegar Tati le pago al conductor, agarramos nuestro equipaje y entramos al hotel. Era bellísimo, fuimos hasta la recepción la cual era atendida por un hombre de aproximadamente 35 años

-      Boa tarde – miro la hora – Perdón, boa noite– el hombre sonrió y yo también al escucharla hablar portugués – Estadia de duas quarto nome Tatiana Peretti (Hice una reserva de dos cuarto a nombre de Tatiana Peretti)

-      Boa noite Senhoras , bem-vindo ao Hotel Miramar – empezó a teclear en su computadora - Eu tenho um quarto reservado para seu nome somente (Solo tengo un cuarto reservado a su nombre)

-      No puede ser, llame hace una semana para hacer la reserva – hablo para ella misma molesta y luego miro al hombre – Quem pode resolver isso? (¿quién puede resolver esto?

-      Deixe-me chamar o gerente (déjeme llamar al gerente)– desapareció de nuestra vista

-      No sabía que hablabas portugués – sonrió - ¿Qué paso?

-      Reserve dos cuartos y solo hicieron la reserva de uno – el hombre volvía junto a otro que se veía más joven

-      Boa noite – ambas sonreímos - Eu ofereço um pedido de desculpas , a pessoa que recebeu o livro fiz apenas para um quarto de casal (les ofrezco disculpas, la persona que tomo la reserva solo lo hizo por un cuarto doble)

-      Mire a mi jefa - ¿Qué dice?

-      Que solo reservaron un cuarto con dos camas – se nota su enojo

-      No hay problema, que ya nos den la llave – sonreí

-      ¿Segura? – asentí - Concordo , tomamos o quarto disponíveis (de acuerdo, tomaremos el cuarto disponible) – nos entregaron la llave

-      Antes de irnos el encargado nos habló - em recompensa pelo que aconteceu com eles dando passes para a Ilha Fiscal (en recompensa por lo ocurrido les damos estos pases a la Isla Fiscal) – los tome - Ter boa estadia (tengan bonita estadia)

-      Gracias – les regale una última sonrisa y fuimos hacia nuestra habitación, al entrar quede maravillada, era muy grande, tenía minibar, sillones, las camas, un baño enorme y por ultimo me impacto la vista al mar, me acerque a la ventana – Es un sueño este lugar

-      Realmente lo es – se quitó los zapatos y se dejó caer en una de las camas – Te dejo la cama que está al lado del ventanal

-      De todos modos iba a quedarme con esa cama – me di vuelta y ambas nos reímos – Me tenes que enseñar a hablar portugués – se sentó en su cama y yo en la mía

-      Perfecto, empezamos esta noche – la mire sorprendida – Bañémonos y vamos a algún bar de la playa a tomar algo

-      Báñate primero, quiero seguir admirando este lugar – me levante y fui nuevamente a la ventana

Tati tardo un rato bañándose, salió envuelta en su toalla y yo entre a bañarme. Cuando salí del baño ella ya tenía puesto un vestidito liviano color cremita con unas flores, muy playero. Ella se empezó a maquillar en lo que yo me cambiaba, me puse un short blanco y una remera sin mangas color roja. Nos retiramos del hotel y caminamos hacia la playa, me encanta sentir la arena en los pies y el vientito que proviene del mar, con solo algunas luces de los bares. Nos detuvimos en unas palapas, nos sentamos en las sillas de la barra, la muchacha nos habló pero realmente no entendía que decía

-      Tati le hizo señal de que nos aguardara un momento y la chica sonrió y siguió atendiendo – Vas a pedir dos Caipiroska

-      ¿Qué es eso? – sonreí

-      Jugo de limón, azúcar y vodka – levante mi pulgar aprobándolo – Eu quero dois Caipiroska – rei nerviosa y lo repeti – Ves que es facil, ahora deciselo a ella – llamo a la chica y le pedi – Bueno, ya sabes pedir un trago – nos reimos

Nos trajeron las bebidas y tomamos varias rondas, mientras ella me enseñaba algunas otras palabras

-      Me encantan tus ojos – ella se sorprendió y no dijo nada - ¿Cómo se dice?

-      Se puso nerviosa – Gosto muito dos teus olhos – llamo a la jovencita y pidió otros dos tragos

-      Gosto muito dos teus olhos – ella me miro y sonrió – Este idioma es más fácil de lo que parece

Ya tarde volvimos al hotel, ambas estábamos bastante pasadas de copas así que nos dormimos en cuanto nos acostamos.

Tati<<

El viaje fue tranquilo, Tami pudo dormirse y yo no podía dejar de contemplarla, se ve tan bonita durmiendo, trate de hacer lo mismo que ella pero realmente me costaba, me pone nerviosa saber que voy a estar quince días con ella, me hace sentir cosas que nunca antes sentí. Cuando el avión aterrizo desperté a Tami, luego hicimos todo lo que conlleva llegar a otro país y nos fuimos al hotel. Me molesto un poco que la persona que tenía que hacer las reservas solo lo hizo por un cuarto doble, Tami me dijo que no había problema pero yo no sé si pueda dormir dos semanas cerca de ella.

Luego de bañarnos nos fuimos a tomar unos tragos y le estuve enseñando algunas frases en portugués todo era risas hasta que me dijo que le encantaban mis ojos, al escucharla tuve una sensación extraña en mi cuerpo pero ella rápidamente me pregunto cómo se decía, le enseñe como y luego preferí pedir más tragos. Ya tarde y borrachas nos fuimos a dormir.

Me levante de mi cama, ya entraba la luz por el ventanal, Tami estaba destapada y solo tenía puesta su ropa interior, di unos pasos hacia ella, mi cuerpo me pedía acariciarla y mi mente que me alejara, por suerte tocaron la puerta y fui a abrirla, era la mucama que nos traía las batas para la piscina, al volver hacia las camas Tami estaba sentada, frotándose los ojos, le dije que me iría a bañar así bajábamos a desayunar.

El agua recorría mi cuerpo mientras yo tallaba mi cabeza y no podía quitar de mi mente a la chica que está del otro lado de la puerta, me regañe a mí misma recordándome que tiene novia y termine rápido de bañarme.

Ni bien salí le dije a Tami que ya podía bañarse, me apene porque estaba en una video llamada con Samanta. Después de un rato ella se entró a bañar, yo me puse mi traje de baño, mi bata y le avise que la esperaba en el desayunador del hotel. Me senté y la espere diez minutos, ella llego también en bata, pidió un café con leche con tostadas y yo un jugo de naranja acompañado de un huevo revuelto

-      Esta rico – me hablo con la boca llena – Tu huevo se ve delicioso

-      Corte un trozo con mi tenedor y lo acerque a ella - ¿Queres? – asintió, se acercó y mirándome a los ojos metió mi tenedor en su boca y yo con la otra mano me aferre a la silla para no levantarme a besarla - ¿Te gusto?

-      Mucho – sonrió y mentalmente trataba de calmar mi deseo – ¿Vamos a la piscina?

-      Si y después quiero llevarte a un restaurant, es familiar, muy tranquilo – tome un poco de jugo

-      Genial – dejo la servilleta blanca con el nombre del hotel en dorado en la mesa – Pero primero al agua – nos levantamos y fuimos hacia la piscina

Me saque mi bata y cuando la mire se estaba quitando la suya, mis ojos no podía sacarlos de su cuerpo, su piel pálida brillaba por el reflejo del sol, su abdomen plano y  marcado por el ejercicio, sus pechos grandes cubiertos solo por esa tela de forma triangular, su cola paradita y redondeada, sacudí mi cabeza, me puse mis lentes para disimular y me recosté en la reposera, ella se tiro de cabeza al agua, nado de lado a lado y se detuvo en el borde frente a mi

-      ¿No vas a venir? – entrecerraba un poco los ojos por el sol

-      No, estoy bien acá – me baje un poco los lentes y la mire – Quiero tomar sol

-      Bueno, ¿Me alcanzas mi bata por favor? – me levante, tome su bata y camine a la orilla de la piscina – Dejala ahí mientras salgo – me agache y la deje donde me dijo pero antes de levantarme me agarro de la mano y me tiro al agua – Si Mahoma no va a la montaña – se rio y cuando quise salir no me dejo – Nademos un rato

-      Está bien – sonrió y empezamos a tontear

Cuando los dedos de nuestras manos ya estaban arrugados de tanta agua salimos a tomar un poco de sol, ella se puso protector solar y regalo su cuerpo al Sol y a mi vista.

Al mediodía fuimos a comer feijoãda a un restaurant que me gusta mucho en el cual como varias veces cada vez que vengo a Rio de janeiro.

Más tarde nos fuimos a la playa, nos metimos un ratito al mar y luego nos recostamos en la arena y ella empezó a hacerme preguntas sobre mi vida

-      ¿Cuál es tu día perfecto? – ella estaba recostada, con su codos sobre la arena lo que permitía que tenga el torso en el aire

-      Un día como hoy – me miro y sonrió – Un hermoso lugar, buena compañía y a punto de ver una bella puesta de sol – miro hacia el frente – ¿El tuyo?

-      Creo que coincido con vos – nos miramos a los ojos y mi cuerpo se puso tenso – ¿Queres escuchar algo gracioso? – asentí – Samanta esta celosa de vos – se rio – Sos mi amiga y aparte te gustan los hombres

-      Me reí nerviosa – Que locura – mire hacia el cielo pensando cómo cambiar el tema– Disfrutemos esto

Me encanto compartir este momento con ella, ya cuando oscureció volvimos al hotel, nos bañamos y muy cansadas nos fuimos a dormir.