Aprendiendo a Amar Cap. 22

- Me duele muchísimo que se haya besado con alguien pero me duele más que me lo haya ocultado – Jenny se separó y seco mis lagrimas

Capítulo 22

Sami<<

Me sorprendió muchísimo que Tami supiera lo del beso, no pude ni explicarle por tanto miedo y nerviosismo de saber que alguien se me había adelantado; ¿quién le dijo? No tengo ni la más pálida idea pero eso no es lo importante, quien me haya visto cuando Javier me besó no sabe lo que realmente pasó. Estoy tras la puerta, pidiéndole a Tami que me deje explicarle lo que paso pero ella no responde, lo más probable es que se haya ido a su cuarto. Insistí varios minutos más pero me resigne, fui a mi auto, respire profundo varias veces, necesito calmarme porque si no no va a ser conveniente que maneje. Cuando sentí que mi pecho no tenía esa presión que me ahogaba puse en marcha el auto y me fui a mi casa.

Mis padres estaban viendo una película en la sala, ambos me miraron al entrar y no quise ni saludarlos, corrí hacia mi cuarto, me tire en mi cama y llore desconsoladamente. Sé que me equivoque, que debí habérselo dicho ayer mismo pero ya está, ya las cosas pasaron así y debo solucionarlo porque no quiero perderla. Me puse a pensar en el momento en que nos reencontramos y como busque de todas formas conquistarla, cada beso, cada caricia, cada momento divertido que pasamos y me siento una estúpida por haberlo arruinado.

Mis ojos me duelen de tanto llorar, trato de calmarme pero no lo consigo. Tanto culpe a mi madre por hacerme infeliz al alejarme de la mujer que amo y ahora soy yo quien realmente está haciendo que mi felicidad se vaya a la basura. Agarre mi celular y pensé en llamarla pero desistí de solo pensar que no atendería. Preferí marcarle a Jenny y su teléfono me da apagado, no insistí porque imagine que estaría con Sofía y no quería arruinar su día. Seguí llorando hasta altas horas de la noche cuando mis ojos ya irritados quisieron cerrarse para descansar.

El Sol entraba por la ventana, aunque mis ojos estaban cerrados hacia que me dolieran, me levante, cerré la cortina y volví a mi cama aunque ya no pude conciliar el sueño. Ya eran las 11 am cuando sonó mi celular, pensando que podía ser Tami atendí sin ni siquiera ver el numero

-      Hola mi amor – hice silencio esperando escuchar su voz

-      Hola mi vida – Jenny se reía del otro lado del teléfono – Lamento informarte que tengo novia – volvió a reír – Pero me alegro de escucharte

-      Jenny – susurre desilusionada – Creí que eras Tami

-      Salvo que me tengas registrada como mi amor al igual que a ella – no respondí – Perdón era broma – sé que se puso seria - ¿Qué paso?

-      Ahora si la cague amiga – volví a llorar

-      ¿Por qué decís eso? – Sofí le hablo – Dame unos minutos amor, báñense ustedes – volvió a hablarme – Perdón, contame

-      El viernes me vi con Javier y me beso – no espere que hable – Alguien vio la situación y le contó a Tami

-      ¿Me estas jodiendo? – se molestó – Te dije que no me gustaba que salieras tanto con ese flaco ¿Qué le dijiste a ese pendejo?

-      Lo aleje de mí, no duro ni dos segundo el beso, le pedí que no volviera a suceder – seque mis lágrimas con un pañuelo descartable

-      Y ¿Qué es lo que no entiende Tami?

-      No le pude explicar, no me dejo, me pidió que me fuera de su casa – hice un esfuerzo por contener las lagrimas

-      ¿Cómo fue? Porque la verdad no comprendo cómo es que no te dejo hablar

-      Se enteró por alguien más, me pidió que fuera a su casa y empezó a preguntarme con quien estuve, donde estuve y termino diciéndome que sabía lo del beso – suspire – No quería decírselo por lo del viaje pero ella ya lo sabia

-      ¿O sea que no salió nunca de tu boca? – supe que venía su regaño – Samanta, no la verdad que no hay como ayudarte, la cagaste muy feo

-      Lo sé, por eso quiero remediarlo – tuve una idea – Prestame tus llaves

-      No pienso hacer eso, si no quiere verte la voy a respetar – me respondió muy molesta – Esta vez apoyo a Tami, así que busca otra maldita manera de arreglar tu tremenda cagada

-      Amiga, no sé qué hacer – el nudo en mi garganta cada vez era más grande

-      Lo siento, no puedo ayudarte esta vez – Sofí volvió a hablarle – Me tengo que ir, pensa bien lo que vas a hacer y no empeores las cosas

-      Que tengas un bonito día – respondí con tristeza

-      Te llamo a la noche, adiós – corto la llamada

No cuento con mi mejor amiga en este momento que más la necesito y tampoco se con quién acudir ya que no se quien haya sido la persona que hablo con Tami. Tape mi cabeza con la almohada y me puse a pensar en una solución para todo esto.

Jenny<<

Corte la llamada con Sami, no entiendo que le está pasando, últimamente actúa de una manera muy extraña y por momentos ni la reconozco. Sofí y Santi ya se habían bañado así que era mi turno, tome una ducha rápida y me mentalice en el almuerzo con mi madre. Mientras me vestía pensaba en cómo iba a ser que estén mi mamá y Sofí en una misma habitación, que hacer si las cosas se ponen feas, me da muchísimos nervios pero justo entro mi novia y de tan solo ver sus hermosos ojos me calme.

Subimos los tres a mi coche, maneje despacio, estirando el momento de llegar y Sofí se dio cuenta

-      Podes cancelar si no queres que vayamos – tomo mi mano

-      No, quiero hacerlo, solo estoy muy nerviosa – resople – No sé cómo se pueda comportar mi madre – hable sin quitar la vista del semáforo esperando que cambie a color verde

-      ¿Tu mamá es mala? – pregunto Santi inocentemente

-      No – Sofí lo miro y volvió a hablarle – Solo que no nos conoce y por eso Jenny está nerviosa

-      Sentí la manito de él en mi hombro – Jenny, me voy a portar muy bien y voy a comer toda la comida que me sirva tu mamá para que nos quiera – me hablo muy serio

-      Frene el auto a un costado de la avenida y me gire para verlo con mucha ternura – Con lo hermoso que sos mi mamá te va a querer – me dio un beso en la mejilla – Vayamos de una vez que muero de hambre

El resto del viaje fui más tranquila, las palabras del pequeño hombrecito me dieron fuerza para afrontar la situación.

Al llegar mi padre nos estaba esperando, abrió el portón del garaje y metí el auto. Bajamos, mi papá me abrazo fuerte

-      Me alegra mucho que estén aquí – sonrió y abrazo a mi novia – Sofí, gracias por venir

-      Gracias por recibirme a mí y a mi hermano – baje al niño del auto

-      El pequeño camino hacia mi papá y le extendió su manito derecha – Hola señor papá de Jenny – nos sorprendimos los tres y sonreímos – Soy Santiago Gallardo, el hermano de Sofía

-      Mi padre estrecho suavemente su manito – Hola Santiago, me llamo José Fernández, un gusto conocerte

-      El gusto es mío señor Fernández – hablaba como todo un caballero

No nos dimos cuenta que en la puerta de la casa estaba parada mi madre y Santi se adelantó a saludarla

-      Hola señora – extendió nuevamente su mano pero mi mamá le dio un beso en la mejilla

-      Mi nombre es Claudia – se arrodillo frente a él - ¿Así que vos sos el hombrecito que cuida a estas dos chicas?

-      Yo las protejo – contestaba con una seriedad que asombraba

-      Entonces puedo quedarme tranquila – mi madre nos miró pero volvió la mirada a mi cuñadito que le volvía a hablar

-      Jenny está muy triste  - Sofí y yo nos acercamos a él – Antes se reía mas

-      Mi madre tomo la mano de Sofí y la mía – Por eso quería que vengan, para que Jenny vuelva a reír como siempre

-      Bueno entremos que estoy muy hambriento – interrumpió mi padre – Juguemos una carrera Santi, el que llega primero recibe un premio – salieron ambos disparados hacia el interior de la casa

-      Gracias por venir – mi madre se acercó a mi novia – Debí darme la tarea de conocerte

-      Nunca es tarde señora Claudia – mi chica mostro sus hermosos dientes en una amable sonrisa

-      Llamame Clau – mi madre la abrazo

-      Hola, que tal, yo estoy bien gracias por preguntar – me reí y ellas también

-      Veni acá hija – me abrazo – Te extrañe

-      Yo extrañe a mi mamá buena onda – correspondí su abrazo – Esta si es mi madre

Entramos a la casa, mi padre jugaba videojuegos con Santi y nosotras ayudamos en la cocina con lo que faltaba y poniendo la mesa.

Mientras comíamos mi madre le preguntaba cosas de su vida a Sofí, se estaban conociendo y eso me pone muy feliz.

Después de comer lave los platos cuando fui a la sala donde estaban esperándome para poner una película, me senté al lado de mi novia y compartimos toda la tarde juntos.

Tami<<

Al pedirle a Samanta que se fuera de mi casa me fui a mi cuarto y llore hasta dormirme. Cuando desperté mis ojos me dolían, deseaba que haya sido un mal sueño pero las palabras de Luciana y la conversación con Samanta retumbaban en mi cabeza. Me siento una estúpida, si mi amiga no me hubiera dicho nada no me habría enterado y eso es lo que más me duele.

Desganada salí de mi cuarto, busque algo de comida en el refrigerador, solo había huevos, no quería cocinar, cerré la puerta y me senté en una silla, volví a llorar pero ya no era tristeza, era impotencia la que se había adueñado de mí, golpee la mesa con mis puños cerrados, maldije a los gritos y luego me deje caer al piso, ya había vuelto la tristeza.

Abrí mis ojos y estaba acostada en el piso de mi cocina, me quede dormida, no sé cuánto tiempo ni me importa, me puse de pie, camine hacia mi cuarto, agarre una toalla y me di un baño que me ayudó mucho a relajar mi cuerpo.

Después de secarme y ponerme mi ropa de dormir me quede sentada en mi cama mirando el piso, al levantar la vista me vi al espejo y me veía realmente mal, no me gusto verme de esa manera, no merezco verme así. Me levante, me vestí con ropa decente y me fui a comprar algo para comer al supermercado.

Ya está oscureciendo y apenas estoy probando bocado, un jugoso churrasco con ensalada, lo comí tranquila y para cuando termine de comer escuche que se abría la puerta que da a la calle, me levante y cuando me iba poner a lavar entro Jenny a la cocina

-      Hey – camino hacia mí - ¿Cómo estás?

-      Puse jabón en mi plato y ella me lo quito – Que te digo – me encogí de hombros y ella me abrazo - ¿Por qué Jenny? – comencé a llorar

-      No sé – acariciaba mi espalda

-      Me duele muchísimo que se haya besado con alguien pero me duele más que me lo haya ocultado – Jenny se separó y seco mis lagrimas

-      No estoy de acuerdo con lo que hizo mi amiga pero deberías escucharla – Negué – Que te explique cómo fueron las cosas

-      No hace falta que me explique Jenny, le di la oportunidad de que hable, le di pie muchas veces y prefirió callar – nos sentamos en las sillas – Si Luciana no me contaba no me hubiera enterado – me miro sorprendida – No le digas quien fue

-      No voy a decir nada – sonreí débilmente - ¿Qué vas a hacer? – puso su mano sobre la mía - ¿Queres terminar con ella?

-      No sé qué es lo que quiero – la mire a los ojos - ¿Cómo hubieras reaccionado si Sofía te hubiera hecho esto?

-      La escucharía y pondría en la balanza si quiero seguir con ella a partir de lo que me diga – baje mi mirada – Date oportunidad de saber cómo fueron las cosas y después toma una decisión

-      No sé si quiero escucharla – se levantó y agarro dos cervezas del refrigerador

-      Me dio una – Solo te lo digo porque no me gustaría que tomes una decisión de la cual luego te arrepientas

No quise hablar más sobre Samanta, me conto sobre el almuerzo y que estaba muy contenta de que todo se haya solucionado con su madre. Después de hablar un buen rato nos fuimos a dormir ya que al otro día teníamos que ir a trabajar.

Me desperté temprano, me bañe y me vestí, no quise desayunar así que me subí al auto y maneje hasta mi trabajo.

Cuando deje mi bolso en el escritorio mire la hora, eran las 8 am, demasiado temprano pero me puse terminar con unos pales que deje la semana pasada. De a poco fueron llegando los abogados a sus oficinas, cerca de las 9 am fui a buscar el café para mi jefa y justo cuando estaba por entrar a su oficina salió Tati del ascensor

-      Buen día – me hablo con una sonrisa en sus labios

-      Hola Tati – entramos y deje su café en su escritorio

-      ¿Por qué esa cara? ¿Se te murió alguien? – bromeo

-      Estoy bien, no es nada – mentí - ¿Puedo hacer algo por vos?

-      Si, podes – se acercó a mí – Contarme que te pasa – puso su mano en mi hombro

-      Tuve una discusión con Samanta – resople – Ya termine los papeles que me faltaron el viernes y hoy es la cita en el juzgado a las 3.30 pm

-      Podemos ir por un cerveza después del trabajo así hablamos – negué – Soy tu amiga, podes contar conmigo

-      Sonreí – Si necesitas algo me avisas

Salí y continúe con mis labores, miraba a cada rato mi teléfono para ver si por lo menos me escribía pero no recibí nada y era una desilusión constante.

A la salida fui a un bar con Tati y le conté más o menos lo que había pasado

-      ¿Por qué no la escuchas? – trajeron nuestra tercera cerveza – No perdes nada

-      Jenny me dice lo mismo – agarre mi teléfono y se lo mostré – Tal vez deba hacerlo pero ni una vez me llamo desde el sábado

-      Ella más que nadie te conoce y sabe que no queres hablar con o se lo imagina – tomo mi mano – Son una linda pareja, no termines la relación sin saber cómo fueron las cosas

-      Mañana le voy a hablar para que nos juntemos a conversar – ella sonrió

Hablamos un rato del viaje y luego me llevo a mi casa ya que deje el auto en el trabajo y me dijo que mañana pasaría a buscarme para ir juntas al trabajo. Al estacionar frente a mi casa vi que Samanta estaba sentada en el escalón que hay en la puerta de mi casa, al ver el auto se puso de pie

-      No vas a tener que esperar hasta mañana – apretó mi mano para darme ánimos – Anda con tu chica

-      Gracias Tati – bese su mejilla y baje del auto, cruce la calle y camine hacia mi casa, al estar frente de ella ninguna dijo nada hasta que rompí el silencio – Hola

-      Hola Tami – me observaba con tristeza - ¿Podemos hablar?

-      Asentí – Entremos que hace frio – abrí la puerta y estaba todo oscuro – Jenny aun no llega por lo visto – deje mi bolso

-      Le pedí que llegue tarde – dejo su bolso al lado del mío

-      ¿Cenaste? – camine hacia la cocina y ella vino detrás mío – Tengo hambre

-      No tengo hambre pero puedo ayudarte a cocinar algo – cerré el refrigerador

-      Mejor hablemos  - me apoye en la mesada, la mire fijamente a los ojos - ¿Qué fue lo que paso el viernes? – no tenía sentido dar vuelta y fui directo

-      Me llamo Javier para vernos, nos encontramos en el centro y me invito a tomar un helado, sus padres pasaron a recogerlo y cuando se estacionaron delante nuestro nos despedimos y él me beso – sentí una puntada en mi pecho como si me hubieran apuñalado – Lo aleje rápidamente, me moleste y le pedí que no se volviera a repetir, se disculpó y se fue

-      O sea que lo vas a seguir viendo – iba a hablar pero no la deje – Realmente eso es lo de menos – di un paso hacia ella - ¿Por qué me lo ocultaste?

-      Te iba a llamar en ese mismo momento para contarte – bajo su mirada – No quería discutir faltando una semana para que te fueras de viaje – volvió a verme y sus ojos estaban rojos y comenzaron a caer lágrimas de sus ojos – Aunque fue lo que paso – con su mano derecha seco sus lágrimas – No te quiero perder, no siento nada por él, siempre lo vi como una amistad aunque ahora sé que él no me veía así – ella acorto la distancia que había entre nosotras – No supe manejar mis celos por Tatiana

-      Si supieras que la persona a la que tanto celas es la que me estuvo diciendo que hable con vos – se sorprendió y dudo en agarrar mi mano así que lo hice yo

-      Perdón por no habértelo dicho a tiempo pero fue lo que paso – miro nuestras manos agarradas - ¿Queres seguir conmigo?

Mis ojos se clavaron en los suyos, la tome de la cintura, la pegue a mi cuerpo y no aguante un segundo más sin probar sus labios, ella le puso pasión de más al beso, una lágrima suya tocaba mi mejilla, sentí su respirar muy agitado, con su mano izquierda rodeo mi cuello y la derecha comenzó a buscar contacto con mi abdomen, al sentir sus dedos buscando desabrochar mi sostén la frené y ella se disculpó, por más que la haya perdonado no me siento bien como para hacer el amor, ella fue hasta su bolso y creí que se iría

-      ¿Te vas? – busco algo y cerró su bolso

-      No – volvió hacia mí – Aunque debería, ya es tarde y mañana trabajas – me entrego una cajita color lila con un moñito dorado– Te lo iba a dar el sábado antes de que te fueras de viaje pero creo que éste es el mejor momento para dártelo

-      Quité cuidadosamente el moñito, abrí la cajita y adentro había una bonita cadenita, era de oro blanco con un dije del mismo material el cual tenía nuestra iniciales entrelazadas – Es hermosa, la saqué de la cajita dejándola colgar entre mis dedos y la seguí observando – le sonreí – Gracias Sami

-      De nada amor – la abrace y justo llego Jenny

-      Así me gusta verlas – se unió a nuestro abrazo – Me alegro que hayan hablado y solucionado las cosas – sonreímos – Ahora si me disculpan – nos dio un beso a cada una – Me voy a dormir que estoy demasiado cansada – se fue a su cuarto. Seguimos con la mirada a Jenny hasta que cerró la puerta

-      Yo también me voy así te dejo descansar – colgó el bolso en su hombro

-      ¿Queres quedarte? – pregunte

-      Tomo la cadenita de mi mano, se puso detrás mío y me la coloco, volvió frente a mí – Te queda muy hermosa – sonrió – Es mejor que me vaya y si queres mañana nos vemos

-      Asentí y la acompañe a la puerta – Anda con cuidado

-      Te amo mi amor – me dio un dulce beso en los labios

-      Yo también – no quería tratarla mal pero no me salió decirle algo lindo ya que aún seguía resentida. Ella fue hasta su coche y se fue

Ya estamos a viernes, mañana me voy a Brasil y realmente estoy muy nerviosa. Pablo y Caro vinieron a visitarme y a desearme suerte, también vino Sofí y cenamos juntos. A las 8 pm se fueron todos y yo me quede con Sami en mi casa. Nos quedamos en el sillón a ver una película, Jenny me envió un mensaje avisándome que se quedaría en la casa de Sofía. Sami me hablaba sobre la película pero mi mente estaba en otro lado, cuando menos me di cuenta ella había desabotonado mi camisa y estaba acariciando mis pechos sobre el sostén. Reaccione y le hable

-      ¿Qué estás haciendo? – ella no abandono sus caricias

-      Nada – soltó una risita malévola – Solo quiero despedirme

Me quito la camisa y el sostén, empezó a besar mi cuello pero yo seguía con los nervios del viaje hasta que sentí su lengua en mi pezón y deje a un lado todo pensamiento y quise disfrutar del amor de mi novia. Su lengua siguió jugando en mi pecho mientras sus manos desabotonaban mi pantalón y lentamente empezó a quitármelo junto con mi bragas, separo mis piernas, se arrodillo delante mío y ahora su lengua atendía a mi clítoris, su movimiento era suave y rápido, puse mi mano derecha en su cabeza presionándola más hacia mi sexo, me estaba desesperando así que le rogué que me penetrara, ella hizo caso omiso haciendo que mi desesperación aumentara, cerré los ojos tirando mi cabeza hacia atrás pero cuando menos lo esperaba metió dos dedos dentro mío, grite de placer y todo mi cuerpo sentía un cosquilleo que aumentaba y recorría hasta mi garganta, agarre un cojín y lo mordí justo en el momento en que tuve el orgasmo, Sami se puso de pie y se quitó la ropa frente a mi mirada cargada de deseo, me acomodé en el borde del sofá, ella se sentó con las piernas abiertas en la mesita de vidrio, acerco su dedo índice y medio a mi boca los cuales dejé pasar rodeándolos con mi lengua y luego empezó a masturbarse mirándome a los ojos, eso subió aún más la temperatura de mi cuerpo, me acerque y quise tocarla pero ella no me dejo, me hizo sentarme de nuevo en mi lugar, ella se sentó encima mío con su espalda apoyada en mi pecho, agarro mi mano, lamio mis dedos y los llevo hacia la entrada a su sexo, chupó mi lóbulo izquierdo, le dio una pequeña mordida y me susurro que la penetrara, lo hice y en ese mismo instante, al estar dentro de ella, sentir su calor y sus fluidos tuve otro orgasmo, ella frotaba su clítoris cada vez más rápido, hice que gire un poco su cabeza, nos besamos, su lengua buscaba desesperadamente la mía, doble un poco mis dedos dentro de ella haciendo que tocaran una de sus paredes y en ese momento ella llego al orgasmo, dejé dentro suyo mis dedos, ambas estábamos sudadas y agotadas, nos quedamos como estábamos hasta que nuestras respiraciones se calmaron, saqué mis dedos llevándolos hacia mi boca, me enloquece su sabor de mujer. Me levante, la cargue en mis brazos y la lleve a la cama, nos acostamos de lado derecho, la abrace por detrás y unos minutos después nos dormimos.

A la mañana siguiente, nos despertó la alarma de mi celular, nos bañamos juntas entre mimos y besos, desayunamos y luego me llevo hasta el aeropuerto. Baje mi valija y fuimos hasta los asientos donde ya estaba Tatiana esperándome y aguardamos a que anunciaran nuestro vuelo. Veinte minutos después llamaban a los pasajeros de nuestro viaje

-      Ya tenemos que irnos – dijo Tati

-      Sami se acercó a ella – No tuve oportunidad de agradecerte por hablar con Tami – la abrazo – Que tengas bonito viaje

-      Gracias Sami – sonrió agarro su valija y se alejó para darnos oportunidad de despedirnos

-      Me sorprendió que mi chica le agradeciera a mi amiga -Te voy a extrañar – me hablo mientras me abrazaba – Cuidate mucho – nos separamos y una lagrima caía por su mejilla aunque sonreía

-      Yo también te voy a extrañar – seque su lagrima – Cuando llegue al hotel hacemos una video llamada – asintió y le di un beso apasionado – Te amo

-      Yo también te amo mi amor – agarre mi valija, alcance a Tati y nos alejamos lentamente…