Aprendiendo a Amar Cap. 21
- ¿Me estás viendo la cara de estúpida? hable enojada pero sin gritar Te vieron Samanta
Capítulo 21
Jenny<<
No sabía ni que decirle, comprendo su molestia
- Amor, decime algo – insistió
- Tenes razón en estar enojada – baje la mirada
- No estoy enojada bebe – se acercó a mí y la mire – Me preocupa que la situación este tan mal que hayas tenido que irte de tu casa, a parte te ofrecí muchas veces que vengas a quedarte conmigo ¿Por qué no quisiste?
- Desde hace unos días estoy acá – me miro sorprendida – Me vine acá porque no quería que te sintieras mal por mí y porque creí que no iba a estar bien que me quede en tu casa por Santi
- Pero si mi hermano te adora – se sentó en el sillón que esta frente a mí – Si crees que es lo mejor lo respeto
- Perdoname mi amor – me levante y me puse en cuclillas delante de ella – Debí hablar con vos, no supe manejarlo
- Solo quiero que estés bien – me miro triste
- Si estoy bien con vos me siento bien – sonrió – Dame un beso
Me dio un beso corto, Tami y Sami empezaron a tirarnos los cojines y nosotras se los devolvíamos de la misma manera, nos divertimos un rato más y luego volvimos a retomar las brochas para seguir pintando.
Para cuando empezó a oscurecer ya habíamos terminado, estábamos bastante manchadas de pintura así que nos bañamos, Tami dijo que pediría unas pizzas y Sofí me pidió que fuéramos a buscar a su hermanito para que este un rato con nosotras. Maneje hasta la casa de su abuela, Santi al vernos se puso contento y más cuando le dijimos que iríamos a casa de una amiga a comer pizzas, que es su comida favorita.
Cuando entramos Santi no se despegaba de Sofí, le daba vergüenza o timidez al no conocer
- Hola hermoso – Sami se arrodillo frente a el – Soy Sami, la mejor amiga de esta loca – me señalo y él sonrió
- Hola Sami – miro a Tami - ¿Vos quien sos?
- Hola Santi, soy Tami – despeino su cabello con la mano
- Fue y abrazo a su hermana – Mi amor, son amigas mías y de Jenny – Sofí lo cargo
- Sonó el timbre – Yo voy – dijo Tami
- Me conto un pajarito que te gusta mucho Iron Man – Sami se acercó a el niño – A mí también me encanta – Santi la miro y sonrió – ¿Queres que te muestre algo? – él asintió y Sami se fue hasta su bolso y volvió con su Tablet en la mano – Tengo la película ¿Queres verla?
- Si – grito y le pidió a su hermana que lo baje y fue corriendo hacia mi amiga
- Sentate ahí en el sillón – le señale y él fue – Ahora te traigo pizza
Tami volvió con dos cajas, las dejo en la mesa y puse dos porciones en un plato y se las lleve a ese pequeño rubiecito, se quedó embobado mirando la peli mientras nosotras cenábamos entre risas.
Ya era muy tarde y Tami nos ofreció quedarnos a dormir, Sofí dudaba porque Santi tenía clases, estuve un rato tratando de convencerla de que lo deje faltar hasta que accedió. Al momento de dormir le dije que me iría al sillón para que estén más cómodos y ella me dijo que me quede con ellos, nos acostamos los tres y nos dormimos.
Sami<<
Los días siguen pasando, Tami y yo salimos mucho, trato de pasar el máximo tiempo posible con ella, ya falta una semana para que se vaya y me desespera no saber cómo demostrarle que su jefa tiene sentimientos hacia ella más que de amistad. Ya es viernes, Tami va a ir al gimnasio así que estoy en casa, mirando televisión pero realmente estoy metida en mis pensamientos, mi mamá noto que estaba muy nerviosa y me dijo que fuéramos a un centro comercial a comprar ropa, subimos a su camioneta BMW X6 blanca y ella iba manejando
- ¿Qué es lo que tanto te preocupa hija? – me miro y no dije nada – Estas muy nerviosa
- No sé qué hacer mamá – conteste mirando a la ventana – Tami se va a una semana a Brasil
- Si, hace un rato recordé eso – freno por la luz del semáforo en rojo – Es una buena oportunidad para ella Sami
- Eso lo entiendo y me pone feliz – respondí molesta
- No te enojes – la mire - ¿Qué es lo que te preocupa?
- Que se va con su jefa – suspire – Que también es su amiga y yo estoy segura de que algo siente por Tami
- ¿Y? – volvió a dar marcha
- ¿Cómo qué y? – mis nervios se estaban alterando – Que puede aprovechar el viaje para intentar algo
- Entonces no confías en tu novia – entro en el estacionamiento del centro comercial
- Claro que si – freno – En quien no confió es en Tatiana
- Si confiaras en tu pareja no estarías pensando que va a pasar algo entre ellas dos – bajamos de la camioneta y empezamos a caminar hacia las tiendas – Tami te ama, te lo ha demostrado
No respondí mas, sé que mi madre tiene razón pero no se me quita la idea de la cabeza. Entramos a varias tiendas, compramos ropa para las dos y también algunos perfumes. Ya cuando volvíamos mi madre volvió a hablarme de otra cosa que no fuera moda
- ¿Recordas que los viernes me junto con mis amigas? – asentí – El viernes pasado después de la reunión estuve conversando con Claudia
- La mire – ¿La mamá de Jenny? – movió su cabeza afirmando - ¿Qué te dijo?
- Me conto sobre su hija y me pregunto como yo podía tolerar que mi hija tuviera una relación con una mujer – puse mis ojos en blanco y sentí mucho fastidio – Tranquila, le dije que si mi hija es feliz yo la apoyo – sonreí
- ¿Qué te dijo? – la intriga ya se apoderaba de mí, como siempre
- Se quedó pensativa y me dijo que ama a Jenny pero que no logra entender este cambio tan radical – de nuevo puse mis ojos en blanco – Le dije que no tiene que entender si no que apoyarla y acompañarla en este camino de su vida – abrace a mi madre – Hija estoy manejando
- Perdón – dije sonriendo – Gracias por aceptarme
- Me sonrió – Lo hago porque te amo
- Yo también te amo mamá – apreté cariñosamente su mano que estaba en la palanca de velocidades
Volvimos a casa y sin dudarlo llame a Jenny y le conté sobre la conversación que tuvieron nuestras madres, se alegró por lo que dijo mi madre y deseo que la suya recapacite, hablamos un poco sobre el viaje de Tami, trato de tranquilizarme pero no hubo caso. Termine la llamada con mi amiga y unos minutos después sonó mi celular, lo agarre y vi que era Javier, no conteste pero insistió así que decidí atender la llamada
- Hola Javi, perdón estaba ocupada – mentí – Decime ¿Qué paso?
- Hola chiquita, no te preocupes – subí las escaleras – Hace mucho que no te veo y como esta noche me voy una semana a la playa, quería saber si nos podemos ver
- Pensé un poco – ¿Donde?
- Yo estoy en el centro, mis papas van a pasar a buscarme a las 8 pm – mire la hora
- Son las 6 pm – hice silencio – Bueno te veo en media hora en el Obelisco
- Muy bien, te espero, besos – colgué y me cambie
Maneje tranquila hasta el lugar donde nos veríamos, tuve que dejar el auto en un estacionamiento privado, camine dos cuadras y no lo veía por ningún lado hasta que llego por atrás y me asusto
- Le di un golpe – Me asustaste tarado – nos reímos
- Perdón, no pude resistirme – me abrazo – ¿Cómo estas pequeña?
- Bien ¿y vos? – empezamos a caminar – ¿Eso que te vas de vacaciones?
- Mis padres se van de vacaciones y le pedí permiso a tu padre de que me adelante las mías– sonrió
- Qué bueno – mire la hora – Son casi las 7 de la tarde ¿Dónde vamos?
- Se me antojo un helado, conozco una heladería que vende unos muy ricos – miro hacia varias direcciones – Es por allá – señalo con su dedo índice
Caminamos tres cuadras, era muy bonita la heladería, vendía helado artesanal, pedimos uno para cada uno y nos sentamos en las banquitas que están afuera. Conversamos bastante, le conté del viaje de Tami y fue el único que me dio la razón, dice que seguramente su jefa intente algo en el viaje, sentí alivio de que alguien vea lo mismo que yo y a la vez nervios porque quedan poquitos días para que se vayan y no se aun cómo hacer para convencerla de que se quede. A las 8 en punto le llego un mensaje
- Es mi mamá – respondió y guardo el celular en el bolsillo de su pantalón – En un minuto llegan aquí
- Nos paramos – Bueno, espero que disfrutes mucho estos días – lo abrace – Divertite, salí con muchas chicas – ambos reímos – Y tráeme un regalo – un auto estaciono frente a nosotros, él me miro y me beso, rápidamente me separe interponiendo mis manos en su pecho - ¿Qué haces Javier?
- Perdón – miro hacia el auto – No fue con intensión – volvió a verme – Quise dártelo en la mejilla
- Está bien, no te vuelvas a equivocar – dije seria
- Lo siento – empezó a caminar hacia el auto – Nos vemos a la vuelta
- Adiós – lo salude con la mano y me dirigí hacia donde había dejado mi coche
Subí a mi auto, maneje hasta mi casa pensé que debería decírselo a Tami sólo que no quería arruinar la hermosa relación que llevábamos y menos que faltaban 7 días para despedir a mi novia en el aeropuerto, así que me di un baño y luego me fui a dormir pensando en si hacía lo correcto.
Tami<<
Ya por fin sábado, Tati me dio el día libre para que vaya a comprarme lo que me haga falta ya que el sábado que viene nos vamos a Brasil. Me levante de la cama, me fui a desayunar un rico café con tostadas y leí un rato el periódico. Luego lave lo que utilice ya que si no en la tarde Jenny vendría con su sermón de la limpieza.
Me fui a un rato mirar televisión, encontré una serie que me gustó mucho y estuve un rato sin hacer nada pero me interrumpió mi celular sonando, era Luciana
- Hola Lu – puse mis pies en la mesa de centro - ¿Qué paso que me llamas?
- Hola Tami, solo necesito hablar con vos ¿Estás en tu casa? – hablaba rápido
- Sí, estoy acá ¿Venís?
- En una hora llego – colgó
Me sorprendió la llamada, rara vez me marca siempre tiene contacto con Sami. Me fui a cambiar ya que aún tenía mi ropa para dormir y espere a que llegue.
Puntual toco el timbre de mi casa y le abrí la puerta
- Estaba nerviosa - ¿Por qué esa cara?
- Entro, dejo su bolso y se quedó parada a un lado de los sillones – Tengo que decirte algo
- Bueno, decime – me senté pero ella seguía parada
- Ayer estaba en el centro con Juli – empezó a caminar – Y vi a Sami en una heladería
- Me estas poniendo nerviosa, sentate
- Se sentó pero dos segundos después se volvió a parar – Pensé que estabas con ella y le dije a Julián que fuéramos a saludar – hizo silencio y me miraba esperando que la interrumpa pero seguí callada – Cuando estábamos a unos 4 metros vi que un chico la beso – abrí mis ojos sorprendida – Preferí irme antes de que nos vea
- No puede ser – me levante y puse mis manos en sus hombros y ella me miraba a los ojos – No debe haber sido ella
- Tami, yo sé lo que vi – vi sus ojos y supe que decía la verdad – No sabía qué hacer, hoy me levante y preferí decírtelo porque no podía ocultártelo
- Mira Lu, estoy segura que te equivocaste – ella negó – No estoy diciendo que me estés mintiendo solo que a lo mejor creíste que era ella
- Te reitero, se lo que vi – agarro su bolso – Entiendo que te lo niegues
- No me lo niego – me dio un beso en la mejilla y se fue
No sé qué pensar, en realidad no quiero pensar así que agarre las llaves de mi moto y maneje hasta el centro comercial. Me compre varias camisitas frescas, dos trajes de baños y por ultimo un perfume, ya que el mío se había acabado.
Volví a casa y mi mente no me dejaba en paz, al cerrar los ojos me imagina la situación que me conto Luciana, me di una ducha y al salir decidí llamar a Sami
- Hola Sami – era mejor ir al grano – Me gustaría que vengas a casa
- Hola mi vida ¿Me extrañas? – rio – En media hora estoy por allá
- Genial – termine la llamada sin ni siquiera despedirme
Termine de secar mi cabello, me vestí con ropa cómoda, llame a Jenny y le pedí que no venga a casa hasta la noche a lo que ella me respondió que pensaba quedarse a dormir con Sofí.
Unos minutos más tarde Sami estaba en mi casa, la hice pasar y ella trato de ponerse cariñosa pero la frene
- ¿Qué pasa? – vino hacia mí – Estas rara
- Estoy bien – mentí - ¿Qué hiciste ayer? – me senté en el sillón
- ¿Ayer? ¿Por qué? – pregunto sorprendida
- Por hablar – dije lo más tranquila que pude
- Fui a un centro comercial con mi mamá – se sentó a mi lado
- ¿Y que más? – busque su mirada pero ella la esquivaba
- Después salí un rato con Javier – respondió nerviosa – Se iba de vacaciones y se quiso despedir
- Qué bueno – me pare, camine un poco y luego me pare frente a ella - ¿Dónde fueron?
- ¿Por qué tantas preguntas? – esta incomoda, lo se
- ¿No puedo preguntar? – asintió - ¿Entonces?
- Fuimos a tomar un helado al centro – se puso de pie – ¿Alguna otra pregunta?
- Si – la observe con seriedad - ¿Todo estuvo bien?
- Si, Tami, estuvo todo bien – contesto exasperada
- ¿Me estás viendo la cara de estúpida? – hable enojada pero sin gritar – Te vieron Samanta – no se lo esperaba - Te besaste con ese tipo y no sé si habrá sido la primera vez – estaba realmente sorprendía y no sabía que decirme
- Tartamudeando - Nunca antes paso – se acercó pero yo retrocedí – Te lo juro
- Ya no sé qué creer – camine como loca por toda la sala
- ¿Quién te dijo? – me miraba con tristeza pero no me conmovió
- ¿Quién me dijo? Eso es lo de menos Samanta, lo importante es que vos no me contaste – fui hacia la puerta – Andate de mi casa
- Tami, por favor, déjame explicarte – trato de abrazarme y la quite
- No – levante un poco la voz pero luego volví a hablar en un tono normal – Andate
Salió y cerré fuerte la puerta, ella me suplicaba que la escuche pero no quise saber más, me encerré en mi cuarto y las lágrimas se apoderaron de mí.
Jenny<<
Después del trabajo le dije a mi novia que lleváramos a Santi a ver la película de las mascotas, ella acepto y fuimos a buscar a su hermanito. Lo baño rápido, lo cambio y nos fuimos al cine, sacamos las entradas y compramos palomitas y unas Cocas. Santi esperaba ansioso a que nos dejen entrar, una vez dentro vimos la película entre risas. Al salir íbamos caminando hacia el auto
- Quiero un perrito – miraba a su hermana – Ñeña por favor
- Mi amor, no estoy en todo el día en casa – el nene se puso a llorar – Lo voy a pensar
- Puse mis ojos en los ojos verdes de mi chica – Puedo conseguir uno
- Santi dejo de llorar – Regalame un perrito Jenny
- Ambos le hicimos pucheritos a Sofí – Esta bien, pero los dos me van a ayudar a cuidarlo
Cargue al pequeño y ambos empezamos a festejar, pero todo se acabó cuando vi que mi madre estaba frente a nosotros
- Mamá – agarre la mano de mi novia
- Hola Jennifer – miro a Sofía y luego al nene que estaba en mis brazos – Hola
- Hola señora – saludo amablemente Sofía
- Hola – Santi movía su mano saludando – ¿Ella es tu mamá? – me pregunto
- Sí, es mi madre – volví los ojos a la señora frente a mi
- Es muy bonita – el niño le sonrió y me sorprendió verla sonreír también a ella
- Vos también sos muy hermoso – se acercó y pellizco suavemente la mejilla de Santi - ¿Podemos hablar hija?
- Ahora no puedo – le respondí tranquila – Estoy con mi novia, paseando
- Puedo esperar en el auto amor – agarro a su hermano y lo bajo al piso
- Solo quiero decir que me gustaría que vengan a cenar a la casa – Sofí me miro y me hacía señas para que responda – Si pueden, algún día de estos….