Aprender a vivir (1)

Estoy aprendiendo del amor.

APRENDER A VIVIR (1)

Hola mi nombre Mariela, tengo 42 años. Pelo negro corto, tez blanca, ojos negros, dicen que tengo buen cuerpo, pese tener dos hijos y mi vida siempre fue un calvario. A mis doce años perdí a mi madre. Yo iba a la escuela y tuve que hacerme cargo de la casa. Mantenerla limpia, lavar, planchar y cocinar. A los quince ya era una perfecta ama de casa. Tuve que dejar de estudiar por falta de tiempo.

Mi padre jugaba a todo y venia muchas veces borracho. A mis 16 años recibí mi primera y feroz paliza, que ni siquiera quería salir de casa, por los vecinos.

A la noche, cuando lo veía venir borracho, le dejaba la comida en la mesa de la cocina y me encerraba en mi pieza. Si me agarraba, tenía miedo a que me pegara.

A mis 20 años, luego de una noche de borrachera, golpeo la puerta de mi pieza. Yo no quería abrirle. Me amenazo con que si no abría, rompería la puerta y se enterarían todos los vecinos.

Para mi mal, abrí esa puerta y aparte de ser golpeada, fui violada por mi propio padre.

Esa noche me violo varias veces. Ensangrentada y dolorida, me jure a mi misma, que esa seria la primera y única vez que me poseyera.

A la mañana siguiente antes de irse me saco la llave de la pieza y la rompió con una maza.

P: esta noche cuando vuelva estate bañadita y bien vestidita, voy a traer algunos amigos míos. Podemos sacar unos pesitos más con vos.

Escape de mi casa e hice diversos trabajos decentes, hasta que conseguí uno, en una empresa de limpieza. Era feliz, me había alejado de mi padre, había conseguido trabajo, que por lo menos me alcanzaba, para pagar la pensión, comer e ir al cine una vez por semana.

Esa era mi vida. No me relacionaba con ningún muchacho, temerosa aun de los hombres. Inclusive en mi trabajo ya me habían tildado de lesbiana.

Pensé, mejor, aunque no fuera, así no tenia moscones rondándome.

Cuando cumplí mis 24 años, conocí a un muchacho, por medio de una amiga, que me cayo simpático. Salimos mas de seis meses y el comporto siempre bien conmigo. Yo le había contado lo sucedido con mi padre y lo comprendió. Me pidió que me casara con el y accedí.

Todo iba muy bien, nació mi primer hijo, Joaquín, el mismo día que cumplía 26 años y dos años mas tarde nació Julieta. Después comenzaron los problemas, venia a cualquier hora, andaba con otra y me consta. El día que le recrimine, me dio una tremenda paliza, delante de mis hijos. Encima les decía que a mi me gustaba que me pegaran.

Ya teníamos, además, problemas por el pago del alquiler de departamento. Todo lo que ganaba lo gastaba en mujeres y salidas.

Un día, vino de salir con mujeres. Venia medio borracho y temí me pegara de vuelta, que abrí la puerta al pasillo, por cualquier cosa. Los chicos le tenían miedo y llegaron a odiarlo.

EL: no temas puta, no voy a cojerte, ya ni para eso me sirves. Además a vos te gusta antes que te zarandeen un poco, no

Y: eres un hijo de puta.

El: no te preocupes, vine a buscar mi ropa y me voy y si te he visto no me acuerdo.

Y: y los niños?

EL: arréglatelas, callejea por las noches.

Y se fue

Presente la denuncia policial, solo, por abandono de hogar conyugal.

Yo tuve que dejar el departamento y fui a la vieja pensión, en que antes vivía. Seguían los mismos dueños. Un matrimonio de ancianos, que tuvieron mucha consideraron conmigo. Doña Sara y don Pablo.

DS: voz, no te hagas problemas por el alquiler, busca trabajo y luego vas pagando

DP: en cuanto a los niños, no les faltara un plato de comida

Y: (llorando me abrace a ellos) les agradezco por mi y mis hijos, les prometo que no les fallare.

DS:: eso ni lo pienso, hija

A la mañana siguiente. Salí a buscar trabajo inútilmente. A los tres días, conseguí trabajo, también de limpieza en una empresa. Para poder engordar un poco mas el sueldo, hacia algunas extras.

Le cumplía religiosamente en la pensión y estaba feliz, con mis hijos.

Presente demanda de divorcio y alimentos y nunca se presento. El Juez me concedió el divorcio y la tenencia de los chicos.

Estaba viviendo buenos momentos en mi vida. Los sábados y domingos los llevaba a jugar a la plaza, que estaba a la vuelta de la pensión.

Cumplí 32 años y veía jugar a ellos y me decía que grandes están, Joaquín, cumplió el mismo que yo 6 años y Julieta tenia 4 años. Como pasa el tiempo.

Un día, salí de la pensión a comprar unas cosas, frente a la plaza, cuando de un coche baja mi ex. Yo, cuando lo vi. temblé de miedo.

E: hola guacha, así que lograste el divorcio, pero ni vos ni ellos verán un peso, sabes yo tengo un crío dos años.

Yo ni contestaba

E: siempre te gusta que te peguen, antes de cojerte.

Y sin darme tiempo a nada, me pego una cachetada en mi mejilla, que dio vuelta la cara. Se apresto a darme una trompada y en ese momento su mano la detuvo en el camino.

Un muchacho lo hizo girar y le dio una trompada que lo tiro al suelo. Se levanto y se tensaron a golpes. Yo gritaba que los separaran y ninguno se metía.

Hasta que por fin el muchacho lo pudo dominar y tirar al suelo. Se levanto y corrió al coche y escapo.

E: hola, me llamo Luis, estas bien?

Y: yo si, vos tense sangre en la nariz y algunos magullones. Espera un minuto, cruzo al quiosco y compro algo para curarte.

L: no, en el coche tengo botiquín.

Y: esta abierto el coche yo lo traigo.

L: si esta abierto, pero no te preocupes.

Fui y saque el botiquín.

Y: ven sentémonos en ese banco y te curo

L: este bien, eres dura

Y: vos eres duro, mira tu cara como esta, si te viera tu novia se desmayaría.

L: no tengo novia, no te preocupes, a propósito no me dijiste tu nombre

Y: si discúlpame llamo Mariela

L: bonito nombre, te quiso robar ese sinvergüenza.

Y: que me podía robar a mí, era mi ex marido

L: cuanta razón tiene mi abuelo

Y: de que hablas? Algún golpe te afecto?

L: no, mi abuelo siempre me decía "nunca te metas en peleas de novios o ex, porque siempre pierde el metido"

Y: pero vos no has perdido, al contrario.

L: pegaba fuerte tú ex.

Y: decídelo a mí, que siempre me pegaba, hasta que día se fue.

L: lastima no haberlo sabido antes, así le daba dos o tres golpes más.

Y: mira que eres bravo.

L: no soporto un tipo que les pegue a las mujeres. Vives por acá?

Y: si, a la vuelta, en la pensión. Vos?

L: más o menos 30 cuadras de acá. Tienes hijos

Y: si un varón de 6 y una nena de 4

L: y el tarado, perdóname, te dejo con 2 criaturas.

Y: si. Bueno mejor me voy es tarde ya

L: espera, déjame acompañarte, no vaya a ser que aparezca de nuevo.

Y: (sonriendo) no creo que aparezca por un tiempo.

L: igual, déjame acompañarte igual

Y: esta bien, no puedo negarme a mi paladín.

L: espera cierro el coche y caminamos.

Llegamos a la puerta de la pensión, me dio la mano, pero yo le bese la mejilla, con un muchas gracias.

L: a lo mejor no vemos algún día en la plaza, espero sin golpes-

Y: puede ser, vives tan cerca

Iba a entrar a la pensión, luego que el se fue, cuando doña Sara me dice

DS: un nuevo galán

Y: que va, ya no pienso en galanes ni maduros

Y le conté lo sucedido.

DS la próxima vez te acompañare yo, digo si no aparece tu galán.

Y: esta doña Sara, y entre.