App Peligrosas

Tomas tiene 25 años, trabaja en una casa de venta de videojuegos, consolas y accesorios, como segundo encargado. Además estudia medicina; su gran sueño, aparte de formar una familia, es ayudar a la mayor cantidad de personas que pueda.

Apps Peligrosas

Tomas tiene 25 años, trabaja en una casa de venta de videojuegos, consolas y accesorios, como segundo encargado. Además estudia medicina; su gran sueño, aparte de formar una familia, es ayudar a la mayor cantidad de personas que pueda.

En sus momentos libres, que no son muchos, usa varias de las famosas Apps que existen hoy en día para conocer personas y concretar varios encuentros sexuales y así satisfacer los deseos que todo ser humano tiene, no tiene tiempo para una relación formal, no por el momento.

Prefiere terminar su carrera para después poder buscar su verdadero amor, mientras tanto usa estas Apps que tanta confianza le tiene.... Pero... todo puede cambiar, no todo lo que brilla es oro y estas se pueden volver en tu contra si no te sabes cuidar.

Capitulo Único

Me levanté tarde, tengo que apurarme sino llegaré tarde a trabajar, y eso no es bueno, soy el segundo a cargo, tengo que dar un buen ejemplo, esta vez no lo voy a dar. Me miro al espejo y estoy hecho un desastre, ayer, domingo, estuve todo el día estudiando, a la tarde/noche decidí que ya había estudiado demasiado y necesitaba un poco de distracción/acción por lo tanto usé una de las tantas Apps de levante gay para ver si conseguía algo, como siempre y gracias a mi cuerpo que está bastante bien cuidado, no quiero exagerar pero me ejercito todos los días, como lo más sano posible, sí tomo alcohol pero solo los fines de semana y obviamente cuando no tengo que estudiar.

Anoche me contacté con un chico que no estaba muy lindo físicamente pero, era tarde, estaba necesitado, estaba cerca y tenía lugar, esas dos últimas opciones son las más importantes, al menos para mí, ya que no tengo lugar, vivo con mi hermano, al ser tarde y tenerlo cerca ayuda mucho.

No fue la gran cosa, tuve mejores experiencias, pero bueno hace mucho que no tenía relaciones y necesitaba distraerme, sé que no es la mejor forma y que hay otras, pero esta es la que más me gusta, disfruto mucho el sexo, hacerlo a toda hora y sin importar el lugar. Muchas veces pensé ir al psicólogo ya que a veces creo que tengo un problema, ¿una persona normal puede desear tener tanto sexo?

Ya que cada hora tengo la necesidad de estar con un hombre, en todas las formas posibles. Y el roce con cualquier ser humano masculino me calienta a un grado inimaginable.

Estoy estudiando medicina, quiero ser el mejor pediatra del mundo, creo que si voy a un psicólogo y le comento de mi problema sexual, cuando le diga que quiero ser médico no creo que me apruebe. No porque crea que puedo volverme pedófilo ya que no me gustan los más chicos que yo prefiero de 34 para arriba. Pero no se vería bien en mi currículo.

No hice tiempo de bañarme, tomé la bicicleta y en estos momentos agradezco a Dios tener el trabajo cerca y en menos de diez minutos ya estoy ahí, lástima que esta vez voy media hora tarde, por suerte el encargado me quiere mucho, en el buen sentido, y no creo que me diga nada, el que no me quiere es uno de mis dos compañeros, y me lo va a estar recordando toda la mañana.

Al llegar al local efectivamente me encontré a Luis y a Maxi con cara de pocos amigos.

  • Al fin llegas, no sé cómo el jefe te puso como encargado con lo irresponsables que sos – Maxi, sin esperar a que baje de la bicicleta y sin decirme buenos días me aborda de golpe.

  • Déjalo, es la primera vez que llega tarde – Luis un amigo de haces años, gracias a mi él entró a trabajar acá. Es mi cable a tierra, si no lo tuviera cerca sé que haría desastres, me acuerdo que la última vez evitó que terminara teniendo relaciones con Maxi en el depósito, creo que desde entonces me odia.

  • Tranquilos, no va a volver a pasar, me quedé hasta tarde estudiando.

  • Sí estudiando – Dijo Maxi de muy mal humor entrando cuando abrí la puerta.

  • ¿Estudiando? - Preguntó Luis

  • La mitad de la tarde sí, después te cuento.

No volvimos a hablar por el resto de la mañana, tuvimos que atender a mucha gente y es que somos un local que atrae mucha gente y hoy en día el mundo de los videojuegos es un mundo en contaste crecimiento.

Tipo dos de la tarde llegó mi jefe, y mi buen compañero Maxi no tuvo mejor idea que ir a contarle que llegué tarde hoy, pero como dije antes el dueño me quiere, por lo tanto me dio una simple advertencia y me dejó ir a la facultad.

La semana pasó muy rápidamente, hoy ya es sábado a la noche, y tengo todas las Apps abiertas buscando un buen chongo con quien pasar la noche, tendría que ser tarea sencilla pero es más difícil de lo que parece, es frustrante y te quitan las ganas de hacer cualquier cosa. Si no es por lugar, es por tiempo, o porque su rol no te va, o porque estas muy lejos, o por que mañana tiene que trabajar, es tan difícil, solo quiero tener sexo salvaje con uno o más personas, pero no hay nadie. Tengo un buen físico, no tengo problemas de roles, y soy muy divertido. Soy un excelente candidato para cualquiera que quiere pasar un buen rato, obviamente no me acuesto con cualquiera, tengo mis estándares, no son muy altos, la idea es divertirse.

Estuve a punto de irme a dormir cuando el mensaje de un chico de unos 30 años según la App me habla diciendo que tiene lugar, está cerca y quiere coger sin complicaciones, Mis frases favoritas, las fotos que me pasó están muy buenas, su trasera y delantera son para morirse. Sin pensarlo dos veces me cambié, tomé algo de plata, para pagar un Uber ida y vuelta.

No tardé mucho en llegar, relativamente está cerca, pude haber venido caminado pero no quería perder tiempo.

Al llegar a la habitación una fuerte sensación se me instaló en el pecho, un sentimiento como que algo malo iba a pasar, quería irme pero no pude ya que la puerta se abrió, ya no podía volver atrás.

  • Llegaste rápido – Me dijo el chico, ahora que lo pienso no le pregunté su nombre, en realidad nunca pregunto el nombre, lo más probable que después de coger no lo vuelva a ver, tengo dos reglas que siempre respeto, primero: no repetir, si ya estuve con vos no vuelvo a estar de vuelta, figura repetida no sirve, y la segunda es no coger con amigos o futuros amigos, esas reglas son como los mandamientos mandados por Dios, siempre los cumplo.

  • Estaba cerca.

  • Bien, esperemos que llegue el resto y empezamos.

  • ¿El resto? No me dijiste que seriamos más de uno – no me molestas, de echo me agrada pero, me gusta saber antes lo que va pasar.

  • ¿Que sucede, no querías sexo salvaje? - dijo con una sonrisa cínica que no me gustó nada

No pasó ni un minuto que el timbre sonó, el chico caminó hasta la puerta y al abrirla entraron otras cinco personas.

  • ¿Esta es la putita que nos conseguiste para esta noche? - esas palabras me dejaron frio. No me gusta nada esto.

  • Disculpen pero creo que mejor me retiro, no sabía que íbamos a ser tantos.

Antes de que pudiera decir algo uno de los hombres me tomó del brazo, giró y me acorraló contra la pared agarrándome del cuello.

  • Parece que a esta puta hay que enseñarle modales – lo dijo tan cerca de mí que el olor a alcohol que salía de su boca me mareó.

La fuerza que estaba haciendo con su mano sobre mi cuello me estaba dejando sin aire, son más grandes que yo, sin mencionar que me superan en número. Estaba a punto de quedarme sin aire, no podía desmayarme necesitaba mantenerme despierto, sin pensarlo usé mi rodilla para golpearlo en los testículos, grité glorioso cunado me liberé viendo como le causaba dolor por el golpe, pero mi felicidad duró poco, un golpe en mi estómago me saco todo el aire dejándome medio arrodillado en medio de los tipos restantes.

  • Esta puta es rebelde, hay que enseñarle – Todos al mismo tiempo empezaron a darme patadas.

Cuando se cansaron me levantaron, tenía sangre saliendo de mi boca y sentía todo mi cuerpo dormido. No podía escuchar nada, solo un murmullo pidiéndome que no me desmaye porque me iba a ir peor. Me sacaron la ropa, me arrancaron la ropa, me pusieron en cuatro dejando mi trasero a su disposición y con cinto, palos y no sé qué más, lo que sí se es que dolía mucho, me empezaron a pegar con fuerza, cuando se cansaron uno por uno empezó a penetrarme sin piedad, yo intentaba poner resistencia pero los golpes no me dejaban.

También pude sentir el filo de los cuchillos cortándome por todas partes del cuerpo. Esto va a dejar marcas.

Uno de los hombres apareció con una jeringa diciendo que estaba poniendo mucha resistencia y eso iba a ayudar a que me relaje, no pude evitar que me inyectara, no sé qué fue pero pude sentir como mi cuerpo se relajaba por completo, uno gritó "ya está ahora mándale el palo de escoba, a ver si se resiste" todos empezaron a reír con esa ocurrencia, yo hubiese reído si hubiese sido un chiste pero no lo fue, pude sentir como me destrozaba mi pobre culo, sentía un líquido recorrer por mis piernas, estoy seguro que era sangre.

También sentí varios golpes en mi espalda, escupidas, meo y todo tipo de cosas que no quiero recordar.

Como era de esperarse mi cuerpo no aguantó más y termine desmayándome deseando morir, ya no aguantaba todo esto. Realmente quiero morir.

No sé cuánto tiempo pasó, de a poco voy abriendo los ojos, sentía todo mi cuerpo doler, no podía moverme, quería llorar, pero no me atreví tenía que saber dónde estaba y salir de aquí, empecé a mirar a mi alrededor, estaba en un cuarto, no había ventanas, no había nada, intenté levantarme pero no podía me dolía todo.

  • Ya despertaste – una voz muy joven me sorprendió al punto de asustarme, busqué de dónde provenía la voz, un nene de unos 10 años o 11 años, no sabría decirlo, estaba con la puerta abierta mirándome – Te traje unas pastillas para el dolor, debes irte ahora que ellos no están, si vuelven y te encuentran aquí te mataran, no quiero ver otra muerte.

Este niño tenía la ropa gastada, era evidente que estaba desnutrido y algo golpeado.

  • ¿Quién eres tú? - pregunté recibiendo la pastillas y el agua, no sé por qué generaba algo de confianza.

  • Eso no importa debes irte, se fueron a comer y en cualquier momento van a volver si te ven acá te van a matar, no quiero, no quiero ver otra muerte – estaba muy nervioso.

  • Tranquilízate, créeme que me quiero ir lo más rápido que puedo pero no puedo casi moverme – El dolor que sentía en todo mi cuerpo no me dejaba moverme.

Con la poca fuerza que tenía me levanté de la cama, mi celular estaba completamente roto, al igual que mi ropa y mi dignidad. Él chico caminó hasta una especie de ropero y sacó unas prendas, obviamente me quedaban muy mal.

  • Por favor vete, apúrate.

  • Ven conmigo.

  • No puedo, si yo me voy nos van a buscar y nos van a matar y a todos las personas que queremos – empezó a llorar mientras hablaba – si me quedo, si ellos vuelven y no te ven se van a ir a otra ciudad como siempre hacen, pero si no me ven a mi nos van a cazar, son muy malos.

Si lo sé muy bien, no pude hacer más y con la poca fuerza que tengo me levanté y me vestí lo más rápido que pude, caminé así la puerta para salir de acá.

  • Toma – el niño me acercó mi billetera, no me había acordado y le agradezco; rehacer toda la documentación es casi misión imposible – Te saqué un poco de dinero para comprarme algo de comer, ellos no me alimentan.

Eso me rompió el corazón, tengo que ayudarlo de alguna forma, pero antes de que pudiera decir algo el chico salió corriendo a otra parte del apartamento gritando -¡vete ya!.

Salí de ese edificio con mucho cuidado, no quería que me vieran así, pensé en gritar y pedir ayuda pero el miedo de lo que había dicho el niño no me dejó hablar, aparte ahora que prestaba atención, el edificio y donde estaba ubicado no era las mejores zonas, eras las peores. Tuve que haber prestado mejor atención.

Además ya es muy tarde, está muy oscuro es preferible llegar a mi casa lo más rápido que pueda, antes que esto empeore.

Llegué a la casa donde vivo con mi hermano, que al verme llegar no dudó en llamar a la policía y hacer lo que yo no me animaba. Pero ya era tarde, cuando la policía llegó al lugar donde estuve, los individuos ya se habían ido, me sentí tan impotente, ese pobre niño que me ayudó y yo por miedoso no pude hacer nada.

Me llevaron al hospital donde quedé internado unos días, tenía varios hematomas, cortadas de todo tipo y tamaños, varios huesos rotos, igual estos dolores son aguantables, lo que no es nada aguantable es el interminable sermón que Luis me dio todas las noches que estuve internado.

5 Años después.

Hoy me recibí como psicólogo, me especializo en ayudar a personas que hayan pasado por situaciones de violaciones o secuestro, mientras estuve estudiando todos estos años también estuve ayudando a víctimas en la comisaria donde me atendieron esa noche, el comisario fue muy amable conmigo, es una persona joven y algo atractivo, siempre es muy atento cuando estoy ahí ayudando a alguien, hace años me pidió asesoría y desde entonces estoy aquí.

Mí experiencia me hizo cambiar muchas cosas en mi vida, cambie de carrera, siempre voy a querer a los niños cerca de mí pero ahora creo que las personas que pasan por esta situación son más importantes. Me mude vivo solo en una departamento con mucha seguridad, este paso fue parte de mi recuperación pase casi tres meses sin salir de casa, sino hubiese sido por Luis ahora estaría perdido.

En cuanto mi vida sexual, pues, no tengo vida sexual, no volví a entrar a otra App, y no volví a desvestirme frente a otro hombre, tampoco deje que se me acerque otra persona bajo ninguna circunstancia. Sí sé que es un poco extremo pero, a pesar de que paso mucho tiempo no me siento preparado. Todo eso dejó muchas marcas tantas físicas como mentales, varias veces a la noche me despierto cuando en sueños me invade las imágenes de lo que paso. Y no lo veo muy apropiado dormir con alguien, que a la mitad de la noche me despierte asustado, y ni pensar en que alguien me penetre, cada vez que me baño y tengo que lavar esa zona me largo a llorar como un niño y me deprimo. No solo por lo que pase, si no por lo imprudente que fui, no tome ningún tipo de resguardo, fui sin medir las consecuencias, fue imprudentemente e irresponsable, y es algo de lo que me voy a arrepentir toda mi vida.

Siempre trato de no salir de noche, me auto impuse un toque de queda, a las nueve de la noche ya tengo que estar en mi casa encerrado bajo siete llaves y con la alarma de la casa puesta, si otra secuela que me dejo, esa noche me sentí muy inseguro, y las noches siguientes me sentí igual o peor, tengo la sensación de que en cualquier momento pueden volver por mí.

Luis intento varias veces sacarme de mis noches de encierro pero no lo consiguió. Es un buen amigo, y todas las noches me llama para preguntar como estoy.

Esta noche salí tarde, estaba muy emocionado de que ya haya terminando mis estudios y por fin tenga más tiempo libre.

A la salida de la facultad, enfrente, hay una plaza que tengo que cruzar para ir hasta mi auto y de ahí a mi casa, paso lo más rápido que puedo, evito cualquier tipo de contacto visual, a esta hora hay muy poca gente y eso me asusta más.

Estaba caminando mirando al frente cuando sentí el llanto de un niño provenir de una de las bancas de la plaza, quería seguir pero no pude, me desvié y empecé a buscar de donde proviene el llanto, encuentro a un chico acostado con los ojos lleno de lagrima, sus ropas desgastadas y mancharas.

  • Por favor, tengo hambre – jamás olvidare esos ojos. Todas las noches en mis sueños los veía y cada vez que ayudaba a un niño que paso por algo así me podía sentir un poquito más aliviado, pero jamás olvidare lo que hizo por mí.

  • ¿Tu... eres? - no pude terminar de hablar si él estaba aquí lo muy probable es que ellos también. Si pensarlo lo tome entre mis brazos, ofreció un poco de resistencia pero yo soy más grande y estoy decidido a no dejarlo aquí a ayudarlo – Tranquilo te voy a dar comida y llevar a un lugar seguro.

Camine con el niño en brazos, es un poco más grande de lo que recuerdo, pero esta tan desnutrido que se me hace muy fácil llevarlo al auto en brazos.

Lo lleve a mi departamento, tendría que haberlo llevado a una guardia pero por miedo mi cerebro no razonaba muy bien. Una vez en mi departamento se quedó dormido, aproveche para verlo más de cerca tenia los labios resecos señal de deshidratación, varios golpes, y cortes sin limpiar, podría llegar a infectarse, si no lo está ya.

Me puse nervioso no sabía que hacer o a quien llamar, soy un profesional ahora y no sé qué hacer, que patético que soy.

Recordé al Jefe de la comisaria donde a veces hago trabajo social como psicólogo ayudando con los caso de secuestro y violaciones, es el mismo comisario que me atendió hace 5 años cuando... bueno ya saben, hace poco me había dado su tarjeta con su número personal, me dijo que por cualquier cosa que lo llame que no importe la hora él me iba a tratar de ayudar.

  • ¿Hola? - Creo que lo desperté.

  • Hola, Soy Tomas, no sé si me recuerde a veces ayudo con casos de violaciones y secu....

  • Tomas – me interrumpió y exclamo eufórico – nunca creí que me llamarías y menos a esta horas. ¿Paso algo?

  • No, pero ¿podría venir a mi departamento ahora, lo necesito? - no me fije la hora, pero deben ser como las 10 de las noches.

  • Si...si, ya estoy saliendo para halla, ¿Quieres que lleve algo para tomar o para comer?

  • Si por favor – recordé que no tenía nada decente para darle al niño si despertaba - por favor venga rápido.

Después de pesarle la dirección le corte, tuve que haberle dicho del niño, pero no sabía exactamente que decirle, estoy en shock y no puedo pensar muy bien, tengo miedo de que ellos estén cerca y vengan por mí, no quiero volver a pasar por todo eso. Camine hacia la puerta de mi habitación donde había dejado al niño dormir, me apoye en la puerta cerrando mis ojos ya que había empezado a llorar, justo hoy mi mundo estaba empezando a tener nuevamente los pilares, ahora está todo a punto de colapsar.

No sé cuánto tiempo paso, alguien llamo a la puerta de mi departamento, me levante y trate de aparentar esta lo mejor posible, tenía la camisa media desabrochada, los pantalones arrugados y el cabello despeinado, pero no me importaba, fui con miedo y abrir un poco la puerta, no quería que estos tipos me sorprendan.

Por suerte era el comisario, quien venía vestido con una camisa blanca apretada a su cuerpo y debo reconocerlo está bastante bien marcado, nunca había prestado atención pero es una persona muy joven para ser lo que es, y muy sexy, llevaba puestos unos vaqueros negros y podía oler mucho perfume. Tenía una botella de vino en la mano y una caja de pizza.

  • ¿Hola? - Dijo con una gran sonrisa – Traje vino, espero que te guste.

  • ¿Vino? - Me parecía raro, el niño no podía tomar vino, creo que es menor de edad y por las condiciones que esta no es lo recomendable.

  • O, ¿No tomas? Lo siento es como hablamos poco no sabía que traer... realmente estoy esperando hace mucho que me llames

  • Vamos a mi habitación - me acorde de por qué lo llame, deje de escucharlo y empecé a caminar a la habitación, está muy nervioso.

  • ¿A la habitación, tan rápido? Bueno si tú quieres – Respondió muy animado.

Pero cuando entro a la habitación se quedó petrificado, tardo uno segundo en racionar, cuando lo hizo se acercó al menor y tomo su mano tomándole el pulso, obviamente yo ya lo había hecho, tiene el pulso muy débil.

  • ¿Quién es?

-El menor que me ayudo a escapar aquella vez. Lo encontré en la plaza que esta frente a la faculta donde estudio. No sabía que hacer pensé en ti.

  • Tendrías que haberlo llevado a una guardia, no haberlo movido de ahí, traerlo aquí fue imprudente.

  • Lo sé, pero me puse muy nervioso, si él está aquí puede que ellos también. - dije casi entrando en pánico.

  • Muy bien, vamos a llevarlo al hospital, tienen que revisarlo.

De apoco empezó a despertar, abrió los ojos y se aferró a él, comenzando a llorar, Germán empezó a susurrarle palabras para tranquilizarlo y empezó a dirigir a la salida pero yo no me podía mover.

  • Vamos, hay que llevarlo. - me empezó a apurar.

-¿Salir? ¿No puedes llevarlo tú solo? - no quería bajo ningún punto de vista irme de mi departamento, mi lugar seguro.

  • Tú me hiciste venir aquí, no puedes dejarme solo ahora, asique vamos – no sé por qué pero note un poco de enojo en su vos.

Tomando fuerza no sé de donde, tome mi chaqueta y caminamos hacia su auto, no tengo que decir que estaba temblando de miedo, y un poco emocionado porque era la primera vez que salía de noche en años.

No tardamos mucho en llegar al hospital, donde rápidamente fuimos atendidos, se llevaron al menor en una camilla, este abrió los ojos y me miro con una mirada suplicante, yo solamente le dije que todo está bien que no se preocupe que ellos lo cuidaran muy bien.

Un par de horas más tarde, mientras estaba solo esperando en la sala de espera, apareció el comisario con dos tazas de café.

  • Llame a la comisaria hace rato, llegaron dos patrullas que se van a quedar custodiando al niño, creo que deberías ir a tu casa dormir y mañana ir a la comisaria para hacer un acta con todo lo que paso. Si quieres yo te llevo.

Quería quedarme en el hospital, pero me había dicho que iba a pasar toda la noche en observación y no me permitían el ingreso. Por lo tanto no era una opción quedarme. Tenía que volver a casa pero como, no tengo mi auto y subir a un Uber o un Taxi, no lo eh echo hace mucho, y no pienso hacerlo ahora.

  • Por favor, ¿Podrías llevarme?

Nos levantamos y caminamos hasta su auto, en el camino ninguno dijo nada yo iba muy metido en mis pensamientos, trataba de pensar en nada, no quería quebrarme.

  • llegamos, te quería pedir disculpa, hoy cuando me llamaste yo pensé que...

-No te hagas problema... realmente tengo que entrar – no lo deje terminar de hablar, salí corriendo del auto y entre a mi departamento.

Camine hasta el centro, todo empezó a girar, aunque no quería los recuerdos me golpearon con fuerza logrando que termine en el suelo en posición fetal llorando y temblando, una escena tras otra se reproducían en mi mente, no podía ser, no podía volver a pasar. Podía sentir nuevamente todos los golpes, todos los cortes, todo.

De repente pude sentir algo cálido rodeándome y tratando de levantarme, de golpe empecé tranquilizarme, alguien me estaba abrazando susurrando palabras tranquilizadoras.

No sé en qué momento me quede dormido, solo sé que desperté en mi cama, era una de las primeras veces que dormí muy cómodo, muy tranquilo y no tuve pesadillas, me sentía cálido, estaba aferrado a algo que no podía descifrar que era pero me daba mucha paz, de pronto me di cuenta que estaba semidesnudo, no puede ser. Me levante, me vestí y salí en busca de la persona que me halla acostado, antes de llegar a la cocina pude sentir un olor a tostada y café exquisito.

  • Buen día, despertaste, que mal quería llevarte el desayuno a la cama. - el comisario estaba sin camisa en mi cocina preparando el desayuno.

  • ¿Que hace aquí?

  • Anoche cuando saliste corriendo del auto se te callo la billetera y aunque te llame no me escuchaste, vine hasta tu departamento y vi la puerta abierta, cuando entre te encontré en esa condición, ¿Cómo te sientes? - En este momento muy apenado.

  • ¿Tú me llevaste a mi dormitorio y me desnudaste?

-No te desnude te deje el bóxer puesto.

-¿Me viste desnudo?

  • No es la primera vez que vea a un hombre desnudo.

-Pero, yo...mis heridas... - no podía hablar, nunca deje que otro hombre me viera desnudo, mis cicatrices no son nada bonita.

-Tranquilo, esas heridas, esas cicatrices son solo recuerdo de tu pasado nada más, y en una nota personal son muy lindas como vos.

¿Eso fue un piropo?, si lo fue, hace mucho que no me daban uno, y si lo hacían nunca le daba importancia, por lo tanto no sé cómo racionar.

-¿Dónde dormiste?

-Espero que no te moleste, pero dormí en tu cama, cuando te acosté te aferraste a mí y no querías soltarte.

No dije más nada ya que mi celular empezó a sonar, era Luis, muy enojado, ya que anoche intento llamar muchas veces y no le conteste. Tuve que explicar todo lo que pasó omitiendo el detalle de que el Comisario se quedó en mi cama, enfurecido dijo que venía para acá y corto.

  • deberías irte, un amigo viene en camino y se te encuentra aquí es capaz de matarte.

  • Tienes que venir conmigo, a la comisaria para hacer el acta. ¿No vas a ir al hospital?

-Sí, cuando venga Luis iré. A la comisaria y al hospital.

-Bien, me dejas dar un baño rápido para ir - Sin querer fijo mi vista en su pecho, está desnudo, y no está nada mal. Vi cómo se formó una sonrisa cuando se dio cuenta que fije mi vista en él.

  • Si adelante.

No sé si lo hizo a propósito o no, pero se metió en el baño y se desnudó dejando la puerta abierta, cosa que me enojo, pero no podía dejar de verlo. Hace mucho que no estoy con un hombre.

El comisario se fue diez minutos antes de que Luis llegara. Otro largo sermón, desde que deje de trabajar en el local de videojuegos Luis no deja de darme estos sermones. Según él es por mi bien.

Fuimos al hospital, donde me encontré con el comisario, quien estaba hablando muy animadamente con una enfermara, no se por que pero me enfade y fui directo a encararlo.

  • Buenos días, pensé que ibas a estar en la comisaria – Me miro algo sorprendido – no me interesa, me voy a ver si hay alguna novedad.

No sé qué fue eso, jamás me había sentido así, empecé a caminar a la recepción hasta la puerta de la habitación donde había dos guardias que no me dejaron entrar.

-Lo siento, pero sin mi permiso no puedas pasar. - el comisario apareció atrás mío con una sonrisa en el rostro – Pero como soy bueno, te dejare pasar, aparte el menor despertó y no quiere hablar con nadie, y como tú eres su psicólogo seguramente podrás hacer que nos de algo de información.

Mientras entramos a la habitación él me susurro un "¿celoso?", cosa que fácilmente ignore.

En la cama estaba él menor con la vista perdida, conectado a varios aparatos, tenía un poco de mejor apariencia, lo habían bañado y alimentaron.

-¿Hola, te acuerdas de mí?

-Debes hacer que hable, no sabemos nada de él, no podemos contactar a nadie...

-Se como hacer mi trabajo, lo hice muchas veces. - Tome al niño de la mano y trate de sonar lo mas dulce que pude – Nos conocimos hace años, me ayudaste a escapar de los chicos malos ¿lo recuerdas?

El simplemente asistió con la cabeza. Ya es un avance.

-Muy bien, ¿Como te llamas? - no me respondió, era evidente que tenía miedo.

-Tranquilo no te pasara nada, nosotros dos te vamos a proteger - Dijo el comisario poniendo una mano sobre mi hombro.

  • Yo me llamo Tomas, y el Germán.

-Santiago.

-Bien, Santy, ¿te puedo llamar Santy? - Movió la cabeza en forma afirmativa – dime Santy, sabes ¿cuál es tu apellido? – Negó con la cabeza - ¿Qué edad tienes? - Negó nuevamente - ¿No sabes?, ¿tus padres?

No pudimos hacer más preguntas por que había comenzado a llorar, rápidamente fui y lo abrace para que se tranquilizada, cosa que me costó mucho, pero luego de un rato quedo profundamente dormido.

Salimos de la habitación y caminamos un par de paso en silencio. Hasta que él hablo.

-No tengo mucha información pero voy a ver si encuentro algo en los archivos sobre niños desaparecidos, no es necesarios que vallas para elaborar un acta, y ya le dije a los guardias que te dejen pasar la cantidad de veces que quieras, también vas a tener custodia policial en tu casa.

-No es necesario, tengo a Luis que me cuida muy bien.

-Anoche él no estaba y tuviste un colapso, si no hubiese estado ahí...

-Hablando de eso, no te agradecí lo que hiciste, Gracias.

-No hay de qué. Si quieres esta noche puedo ir a cuidarte nuevamente.

-No necesita a nadie quien lo cuide, para eso estoy yo – Luis apareció e interrumpió la conversación.

-Gracias, pero voy a estar bien, me tengo que ir, tengo pacientes que me están esperando más tarde volveré.

Nos despedimos y cada uno siguió por su camino.

A la tarde, después de atender mis consultas volví al hospital donde estaba Santy internado. Al llegar me encontré con un niño muy emocionado jugando con un robot que alguien le había regalado, ese alguien era un chico vestido de policía sentado medio dormido en unas de las sillas de la habitación.

-¿Hola?

Las dos personas en esa habitación me miraron con alegría, Santy me señalaba muy contento y no paraba de mostrarme su juguete. Germán se levantó y me hizo seña para que lo acompañe afuera.

Después de Hablar y jugar un poco con Santy, fui con el comisario a la cafetería para poder hablar tranquilo.

-Encontré información en nuestros archivos de un niño que hace 7 años fue arrebatado de su casa, con el mismo nombre, pero no es nada alentador.

-¿Que encontraste? - Pregunte algo asustado, está muy serio, jamás lo había visto de esta manera, no era que antes le prestara mucha atención, pero hoy estaba muy serio.

-Bueno, pero no quiero que te pongas mal, tú dime cuando parar y paro.

-Está Bien.

-Cuando me puse a investigar si algún niño como Santy encontré que hace 7 años habían arrebatado a un niño de sus casa, este niño también se llamaba Santiago. Pero... él hermano de Santy, fue víctima de un abuso como el tuyo, la diferencia es que no fueron tantas personas fue una sola, y por lo que tu describiste cunado diste tu testimonio y lo que el hermano describió son la misma. Cuando este chico logro escapar fue directo a la policía, la policía no pudo atrapar a este hombre, a la semana de la denuncia este sujeto entro a la casa de Santy y... mato al golpes al hermano, adelantes de toda su familia. Se llevó a Santy con él y amenazo a los padres que si lo denunciaban Santy sufriría el mismo destino o peor.

-Por dios, no lo puedo creer – estaba completamente en shock

-No es todo. La madre a los dos años no pudo más y se quitó la vida, ahí fue cuando el padre acudió a la policía y nos dijo todo esto, pero era demasiado el dolor y falleció de un para cardíaco.

-Esto es increíble, no lo puedo creer, está solo, no tiene parientes.

-Por lo visto no, ya que después de la muerte de su padre nunca más se volvió a hablar de este caso.

-Ya veo, que edad tiene entonces.

-14 años, esto no es todo lo que encontré.

-¿Qué más?, creo que ya tuve suficiente por un día.

-Esto te alegrada – Lo mire ansioso para que empiece a hablar – estas personas hace más de 10 años que están haciendo de las suyas y nadie los pueden agarrar, se mueven muy rápido, pero, hay un grupo de chicos que pasaron por lo mismo que tú pasaste y junto a un oficial de alto rango los están rastreando, me comunique con ellos y les hable de Santy, mañana a la tarde estarán acá. Puede que Santy tenga la clave para poder encontrarlos y arrestarlo de una vez por todas.

-¿Expusiste a Santy? - me altere.

-No...no lo expuse... no te alteres, tu siempre dices que quieres ayudar a todas las personas que pasan por esta situación, ahora podemos evitar que más personas les pase algo parecido, y tú puedes darle un cierre de una vez por todas.

-Yo ya le di un cierre.

-Si como no, ¿quieres que valla a dormir a tu casa esta noche?

-No gracias, nos vemos mañana, estoy cansado y se está haciendo tarde.

Llegue como todas las noche a casa, cerré la puerta y puse la alarma, me asegure que todo esté cerrado, llame a Luis antes de que me llame a mí, esta vez empezó a preguntarme sobre Germán, y no tuve más remedio que contarle todo, pensé que me iba a tener que aguantar otro sermón, pero no simplemente me dijo mañana hablamos y me corto. Esas palabras me dan miedo.

Me fui a bañar, me sentía raro, no sé qué era pero no podía dejar de recordar las escenas de Germán desnudo en mi baño, y la escena con la enfermera que me volvía loco. No sé qué me está pasando hace mucho que no me sentía de esta forma, será mejor que me duerma mañana pienso presentar una petición para poder adoptar a Santy.

A mitad de la noche me desperté, tuve otra pesadilla como las que tengo casi todas las noche, otra vez no voy a poder dormir, Germán tiene razón, tengo que darle un cierre, tengo que lograr que estos tipos estén tras las rejas, sino no voy a poder tener una vida normal, no voy a poder enamorarme de nuevo. ¿Enamorarme? Que es eso, no lo sé. Nunca lo hice y nunca lo haré, me iré a dar un baño por ahí eso me ayude a dormir de nuevo.

Pero mientras me estoy bañando las imágenes de Germán vuelven a mi mente y esta vez mi cuerpo reacciona como hace mucho no lo hacía, se me formo una erección, hace mucho no me toco, esta vez no lo pude evitar y termine eyaculando una gran cantidad de semen. Después de eso me fui a dormir con un solo pensamiento en mi mente, Germán es lindo.

A la mañana me levante con muy mal humor, como pude pensar que Germán era lindo, como pude pensar que él se podría fijar en alguien como yo, alguien que está marcado y que tiene tantas inseguridades, no hay forma. Él es una persona muy linda, es obvio que no se va a fijar en mí.

Estaba preparando el desayuno cuando sentí que el timbre sonó, quien podría ser, tan temprano, con mucho miedo mire por la pequeña abertura de la puerta y vi al comisario con dos café y un caja de facturas, esto tiene que ser mentira.

-¿Qué haces aquí? - le pregunte ni bien abría la puerta para dejarlo pasar, pero no se movía, fijo la vista en mí, me está incomodando.

-¿Así atiendes a tus visitas por las mañanas? - me di cuenta que estaba solo con un bóxer, me había levantado y como siempre estoy solo no me molesto en vestirme hasta que no desayunaba.

Sin decir una palabra y muy avergonzado, salí corriendo al cuarto para ponerme ropa, no podía dejar que me viera de esta forma. Lo primero que paso por mi mente fue que había visto todas mis cicatrices, un par de lágrimas se habían empezaron a escapar cuando me pare frente al espejo de cuerpo entero que tengo en la habitación, ¿cómo pude creer que él se fijaría en alguien como yo? Con todas esas cicatrices en el cuerpo, soy horrible.

Pude ver como Germán entraba en la habitación, al ver en qué estado me encontraba se acercó y me abrazo.

-Eres hermoso, ¿lo sabes?

-No...no lo soy – Dije entre lágrimas.

-Si lo eres – me giro y me beso.

Quería corresponder ese beso, no está bien él no podía amar a alguien como yo, no puede. Me aleje bruscamente, tiene que encontrar alguien mejor que yo.

-¿Que sucede? ¿No te gusto?

-No, si, no se – si me re gusto, pero no se lo voy a confesar, no tengo el valor para reconocerlo. - ¿A qué viniste?

-A invitarte a desayunar – se veía apenado – Lo siento si me pase un poco de la raya, es que tú me gustas.

-No, no entiendes, yo soy... no tú... no puedes... - las lágrimas empezaron a salir sin control.

-Es verdad, no entiendo, y quiero que me ayudes a entender.

-Por favor vete.

-Está bien me voy a ir – estaba por salir por la puerta – Anoche hable con mis superiores y con la asistente social que tiene el caso de Santy, acabo de iniciar los trámites para adoptarlo.

-¿Qué? - rápidamente me levante y fui a encararlo.

-Dentro de unos días le van a dar el alta, y al no tener tutor legal lo van a llevar a un orfanato, esos lugares son horribles, ya paso tanto que no puedo permitir que pase por mas, mi casa es grande, ya tengo una habitación esperándolo.

-¡NO! - exclame furioso – no puedes hacer eso, yo estaba por hablar con la asistente social, yo iba a adoptarlo.

-Es una broma ¿no? – Me miró confundido - ¿tu?

-Sí, yo.

-No seas tonto, que le puedes dar a Santy, una vida de miedo, de inseguridades. Ni tú mismo puedes contigo o con unos simples besos, como vas a criar un niño.

Esas palabras me hicieron callar, tenía razón, no puedo criar un niño si no puedo vivir plenamente, vivir sin miedo a que algo malo me pase, vivir con la inseguridad que tengo, todo esto se lo enseñaría a mi futuro hijo, para que el viva en las sombras y con miedo igual que yo.

-Sé que es duro, pero es la realidad, me gustas pero no puedo permitir que Santy esté bajo tu cuidado. No quiero que lo llenes de tus miedos....

-Tienes toda la razón, no había pensado en eso. Tampoco quiero eso, Santy merece algo mejor. Y solo tú puedes hacerlo.

No lo deje decir nada más, me encerré en el baño a llorar.

Pasaron un par de horas hasta que logre salir, estaba decidido a cambiar, no puedo seguir viviendo de esta forma, Soy un Psicólogo y muy bueno ayudo a gente a superar estos problemas todo el tiempo, me pongo muy feliz cuando veo lo que ellos han salido adelante. ¿Porque yo no puedo?, es hora de salir adelante.

Me cambie y fui al hospital, Santy se volvió una persona importante para mí, lo fue desde ese día que me ayudo a escapar, siempre quise poder encontrarlo y ayudarlo, ahora que lo tengo cerca no voy a dejarlo solo.

Al llegar al hospital me encontré nuevamente a Germán, pero no solamente está hablando con la enfermera, sino que esta vez le está ofreciendo un café. No le di importancia y me fui directamente a la habitación.

Santy estaba sentado, listo para bajarse de la cama.

-¿qué crees que estás haciendo?

-Tengo miedo.

-¿Miedo, porque?

-Él vendrá por mí. - dijo muy apenado – no quiero ver más muerte.

-Sabes, hay muchos policías afuera, y cuando te den el alta Germán te va llevar a su casa, donde vas a ser muy feliz, él te va a cuidar y no va a dejar que nada malo te pase. Es un buen hombre.

-¿Y mi mamá y papá?

-¿sabes lo que paso a tu hermano? - Solo afirmo con la cabeza – Lamento decirlo pero a tu mamá y papá, también.....murieron.

No dijo nada, no lloro, solo miro el piso.

-Tranquilo, ahora tendrás una nueva familia, tendrás un gran papá que te va a querer mucho. Y tal vez una mamá.

-¿Por qué no otro papá? - desde la puerta Germán estaba escuchando todo.

-¿Tu serás mi Papa a partir de ahora? - Santy pregunto algo emocionado.

-Si campeón, mañana cuando te den de alta te iras conmigo a tu nuevo hogar.

-¿Tan rápido?

-Tengo contactos, moví algunos hilos, cobre algunos favores.

Santy parecía emocionado por la idea de iniciar una nueva vida, y yo estaba muy emocionado, por un momento me imagine a mí como su segundo padre, me imagine yo teniendo una familia. Pero para llegar a eso debo superar todos mis miedos.

-¿Tom?, en que estas pensado.

-En nada.

-Bueno si no te molesta, afuera de la habitación, hay dos chicos, y una oficial llamada Lucila, son las personas que te hable ayer, si tú quieres y tienes el valor, podrías hablar con ellos para ayudar con la investigación – Me hablo con un tono un poco molesto – y tu mi pequeño guerrero, necesito pedirte un favor, sé que no te gusta hablar de lo que esos hombres te hicieron, pero necesito que nos des toda la información posible para poder capturarlos y evitar que hagan más maldades. ¿Nos ayudadas?

-Sí. - dijo sin miedo, cosa que me dio envidia.

-Bien ese es mi pequeño gran héroe, los iré a llamar – salió de la habitación con una sonrisa, pero esquivo mi mirada.

Al cabo de unos segundos entraron tres personas a la habitación, dos chicos, muy atractivos, y una chica algo gordita, petisa y rubia. Los chicos parecían tener mi misma edad, ambos eran demasiado atractivos, se lo notaban despreocupados, uno de esos un chico morocho de pelo corto estaba con el celular, de reojo pude ver que está dentro de una de las App de levante gay, el otro, un chico castaño con un cuerpo bastante bien formando, Los dos chicos reconocieron enseguida a Santy y fueron a abrazarlos.

-Hola Soy la Oficial Lucila, ellos son Marcelo, y Sebastián.

-Yo soy Tomas.

-Si lo sé, Germán nos contó de ti, y aparte leímos tu experimente.

-Hola, Santy, ¿me recuerdas?, Soy Sebas, tú me ayudaste hace 3 años – dijo él chico castaño.

-¿Y a mí?, Me salvaste hace un años – él otro chico dijo despegando la vista del celular.

Un año, y está haciendo esto, no parece una persona que haya pasado por una situación traumática, es más la forma en la que esta vestido, lo radiante de sus ojos, parece una persona que vive una vida plena.... Un momento, le está sonriendo a MI comisario, y el estúpido le esta respondieron el saludo con otra sonrisa.

-No, no los recuerdo – La voz de Santy me saco de mis pensamiento – Hace mucho que trato de no verlos.

-Lo sé, Santy, Sabemos por todo lo que pasaste, eres un pequeño guerrero, necesitamos que nos ayudes a ganar esta batalla, necesitamos que nos digas que paso ese día – Dijo la chica rubia.

-Santy, Por favor, necesitamos que nos ayudes una vez más – Lo tome de la mano para darle seguridad.

-Siempre viajamos, en auto o en colectivos. Veía como viajamos y fui aprendiendo, sabía que algún día podía viajar solo, la noche anterior a que me fuera de esa casa, habían traído a una persona, y como siempre lo golpearon y le hicieron muchas cosas, esa noche los gritos fueron más fuertes que otra veces, estaba escondido en el ropero tratando de no escuchar, cuando terminaron me fueron a buscar, como siempre me dijeron que limpie todo, que cuando ellos vuelvan no querían encontrar nada, yo me negué...ellos me empezaron a golpear muy fuerte, uno me saco mis pantalones y dijo que tenía un buen trasero – por un segundo mi corazón dejo de latir, no puede ser. Por favor dime que no lo hicieron, podía ver como Santy empezaba a llorar a recordar todo, tome su mano, quería que se detuviera que no siguiera, pero necesitamos esa información - También me dijeron que ya era hora de que yo empezara a aportar, que empezara a ser útil para ellos, esto lo decían mientras me tocaban el trasero, se ve que estaban muy cansados por que se fueron, no sin antes volver a golpearme y a exigirme que ordene y saque al chico. Con mucho miedo fui a la habitación donde estaba encerrado, entre y lo quise despertar pero no podía, parecía dormir profundamente, aunque tenía los ojos abierto, lo llame varias veces pero no hubo respuesta. Mire alrededor hasta que encontré su billetera, tenía algo de plata, y la tarjeta que ellos usan para viajar, la tome y salí corriendo de esa lugar, dejando al chico – En este punto Santy no aguanto más el llanto.

-Tranquilo – no aguante, lo abrace, ya tenía un par de lágrimas, que estaban saliendo de mis ojos. No es gusto que a esta edad él haya pasado por esto – creo que es suficiente por hoy, como su psicólogo recomiendo terminar por hoy.

Todos asintieron con la cabeza, algunos tenia cara de tristeza y otro tenía sus manos en forma de puño, estoy seguro que quiere matar a alguien, para ser sincero yo también tengo ganas de matar a esos inútiles.

-Corrí, corrí mucho hasta que llegue al lugar donde se toman los trenes – a pesar de todo Santy quería seguir hablando – Subí, usando la tarjeta, sabía que tenía que apoyar la tarjeta en esa cosa para que te deje entrar, tenía miedo, no sabía dónde ir, no sabía con quien hablar, ellos me habían dicho que la gente que estaba afuera eran más malas que ellos mismo, que si yo llegara a escapar algún día nadie me iba a ayudar por que no servía para nada, que era mejor quedarme con ellos. Por eso tenía miedo de pedir ayuda. El tren llego a no sé dónde, salí corriendo, hasta la plaza donde te encontré a ti.

-Recuerdas, ¿dónde tomaste el tren? - Lucila quien estuvo anotando todo lo que el peque dijo.

-No sé leer – Dijo muy apenado, más de lo que ya estaba.

-Muy bien, creo que ya es suficiente, tiene que dormir, mañana temprano vendré a buscarlo para llevarlo a su nueva casa, a su nueva vida.

Todos estuvimos de acuerdo y salimos de la habitación dejando a Santy y a Germán solos. Ellos tienen que empezar a convivir desde ahora junto.

-Bueno, yo ya reserve una habitación – Dije la chica mientras empezaba a despedirse.

-Dale Marce tenemos que buscar una habitación nosotros también.

-Aguanta, estoy hablando con un chongo que vive por acá cerca, tal vez me pueda quedar con él.

-¿No tienes miedo? - pregunte algo confundido.

-No, ¿Por qué?

-Viviste una experiencia hace poco, yo estuve con mucho miedo...

-Antes que sigas hablando, cada persona es diferente y procesa las cosas de diferente forma, yo a la semana me recupere y volví a salir de levante, no soy una persona que vive en el pasado, siempre miro al futuro.

Marcelo hablaba muy seguro de sí mismo y sin miedo.

-Mi caso fue diferente, si tuve mucho miedo, durante un año no salía, y no quería ver a ningún hombre, incluso no podía subirme a un taxi si era manejado por un hombre, pero mis amigos y familia me ayudo a salir adelante.

Sebastián también se veía seguro, estos chicos me dan envidia.

-Vengan a mi casa, no tienen donde quedarse yo tengo una habitación libre con dos camas. Y de paso podemos hablar de nuestras experiencias.

Nos subimos a mi auto y nos fuimos a mi casa, son muy copados estas personas, aunque los dos son polos opuestos, Sebastián no para de hablar de todo lo que ve a su alrededor, es una persona de pueblo, ama la ciudad y eso se nota ya que toda cosa nueva que ve en el viaje del hospital a mi casa lo comentan como si fuera el mejor invento del mundo.

Marcelo es completamente distinto, es más reservado habla muy poco, esta todo el día con el celular, revisando todas las redes sociales y todas las App gay. Él me hace acordar como yo era hace muchos años, usa ropas caras y creo que muchos productos de belleza. Lo único malo es que cada tres palabras que dice una es un insulto.

Al llegar a casa me encuentro a Luis en la puerta de mí, este chico no entiende, tiene las llaves pero nunca entra si yo no estoy adentro, ya ha pasado mil veces esta situación, llegar y encontrarlo sentado en la puerta esperando que yo llegue, para entrar.

Lo presente con el resto de los chicos y le esplique cual era la situación, rápidamente decidimos que los cuatros comeríamos pizza y tomaríamos cerveza. Aunque mucho no me agradaba la idea de que alguien venga a mi casa tan tarde, jamás dejaba que alguien entrara a esta hora a mi casa, pero no podía mostrar debilidad frente a ellos, soy fuerte, soy fuerte me repetía adentro mío.

A la media hora sonó el timbre y me puse muy nervioso, no quiero que ellos vean lo débil que soy. Por suerte está aquí Luis, quien se dio cuenta que estoy muy alterado y se encargó de todo. Existen muy pocas personas como él.

Mientras él preparaba todo, yo me ocupe de cerrar con llaves y de poner la alarma, no podía estar tranquilo hasta que todo estuviera cerrado. No me había dado cuenta que los chicos se habían callado y me estaban observando como cerraba las puertas y ventanas.

-¿Que estás haciendo? - Sebastián fue el primero en preguntar.

-Eh, cerrando.

-Pero ¿es necesario tanto?

-Eh... yo creo... - No quiero decirlo, me avergüenzo de mí mismo.

-Él todavía no lo supera – Hablo Luis sin rodeos, Gracias eres un gran amigo.

-¿Me estas Cargando? - Marcelo me cuestiona, me siento muy apenado – Boludo como que todavía no lo superas, nosotros lo superamos enseguida y vos todavía ¿no?

-Vos dijiste, que cada uno era diferente y...

-Sí, pero son cinco años, boludo, entiendo que todos procesamos la información o los sucesos de diferente forma. Pero no nos volvemos unos maniáticos.

-Marce déjalo – Luis trata de calmar a un alterado Marcelo.

-No somos nadie para juzgarte, nos conocemos hace un par de horas, pero me parece que es hora de que empieces actuar como un adulto y dejar eso atrás, nosotros lo hicimos y vos somos psicólogo te tendría que resultar más sencillo.

-Lo sé, pero me resulta difícil...

-No boludo, yo sé cuál es tu problema – Marcelo se acomodó en uno de los sillones junto a Luis – Después de pasar por esa situación de mierda, te encerraste en una burbuja de seguridad que vos mismo creaste para sentirte seguro, te sentiste tan cómodo en esa porquería realidad que te creaste que no quieres salir, no es que no podes, no quieres.

Guarde un poco de silencio, muy en el fondo sabía que tenía razón después de todo lo que paso, me refugie en mi cuarto, tarde varios días en salir de mi pieza, en principio me había decidido a seguir con mi vida, pero al pasar el tiempo me di cuenta que no podía, no me quería convertir en una persona miedosa. Por esa razón empecé a estudiar Psicología, pensé que si ayudaba a otras personas, me ayudaría a mí. Deje de trabajar en el local de videojuegos, convence a trabajar en los hospitales hasta tengo mi propio consultorio en el centro de la ciudad, sin antes de haberme recibido ya estaba ejerciendo mi profesión. Pero no pude. Creí que mi vida era perfecta, que la rutina que yo había creado me mantendría a salvo, hasta hace poco lo creía.

-Creo que tienes razón - Confesé

-¿Sabes lo que vamos a hacer boludo?, hoy no porque estoy muerto mañana vamos a salir de juerga – exclamo victorioso – Vos Luis venís, obviamente.

Estuvimos hasta muy tarde a la noche, tomando cerveza y hablando de muchas cosas, son muy copados los chicos y con Luis nos integramos y complementamos muy bien. Es más me parece que Marce y Luis se están llevando muy bien, demasiado bien.

Me levante con mucho dolor de cabeza, anoche tómanos demasiado, salí del cuarto, para encontrarme en el sillón durmiendo a... ¿Sebastián?... no habíamos decidido que Seba y Marce dormían en la habitación de huésped que tengo y Luis en el sillón de la sala. El ruido del timbre me saco de mis pensamientos, ya que ese insoportable ruido retumbo en mi cabeza, no me acuerdo cuando fue la última vez que me sentí así.

Camine a la puerta y abrí sin pensarlo.

-Segunda mañana que vengo con un café y me recibes así – mierda, otra vez me olvide de vestirme, deje la puerta abierta y fui corriendo a mi habitación a cambiarme.

Cuando volví al comedor me encontré con a los chicos desayunando junto a Germán, Luis me miro y bajo la cabeza, era evidente lo que paso, no voy a hacer ningún comentario, por el momento, conozco demasiado a este chico, y el hecho que Sebas halla dormido en el sillón, me lo confirma.

-¿Qué haces tú aquí? - me dirigí directamente a él

-Te traje el desayuno, como ayer.

-Que tierno – Marcelo fue el que le respondió como si le estuvieran hablando a él, note como Luis se molestaba.

-Aparte tengo que ir por Santy, y pensé que podíamos llevarlo a mi casa juntos.

-Es un lindo gesto, pero no, gracias - todos se quedaron mirando sorprendidos por mi respuesta – tengo que resolver unos pendientes antes de ir.

-Está bien, cuando estés listo, sabes dónde encontrarme.

Sin decir ni una palabra Germán se retiró de mi casa, los chicos guardaron silencio esperando que hable.

-Anoche volví a tener pesadillas, hace años que no duermo bien, no miento, unas noches atrás él durmió conmigo y fue la mejor noche de mi vida, me sentí protegido. Ese es el sentimiento de protección que quiero sentir sin importar el lugar ni el momento. Pero para llegar a eso primero tengo que arrancar de raíz este miedo.

Los chicos se levantaron, todos al mismo tiempo nos abrazamos, no sé en qué momento empecé a llorar.

Cancele todas mis citas por el resto de la semana, decidimos junto a la Oficial Lucila, salir a cazar a estos sujetos. Creamos varios perfiles en varias App de levante gay. Yo soy el que más cambiaron esta, por lo tanto no me reconocerán. El tema es saber dónde están, Santy no nos dio ninguna información de donde lo podamos encontrar, al día siguiente nos llegó un reporte, de un chico que encontró muerto en un departamento en capital. Tiene signos de violación, estamos seguros de que fueron ellos.

A Germán y Santy, hace una semana que no los vemos, me ha llamado varias veces pero no lo atendí.

-Por más que tengamos estos perfiles no sabemos dónde están ¿cómo los encontraremos?

-Sí, yo ya me vi con varios chongos y ninguno era, aparte no valían la pena – decía Marcelo, mientras revisabas las Apps – Son todos unos vuelteros de mierda, no sé para qué carajo se meten en estas Apps si van a dar tanta vuelta me dan un asco.

No tenemos idea de dónde buscarlos, los reportes llegan pero tarde, cuando nos informa de alguna nueva violación, ellos ya se fueron. Estamos revisando todo pero son demasiados listos y rápidos.

Ya cansado de trabajar me fui a mi casa, estoy llegando un poco más tarde de lo normal, lo veo como un gran avance personal. Entre a mi departamento y como siempre lo primero que hago es comenzar a desvestirme para ir a darme un baño, pero cuando estaba por sacarme el bóxer me di cuenta que no estaba solo, había alguien en mi casa, alguien estaba sentado en el sillón de mi casa.

-Por favor no te detengas, continua.

-¿Cómo entraste a mi casa? - Dije cuando logre recuperarme del susto.

-Soy comisario, puedo entrar a cualquier lado... Luis me dio la llave para entrar.

-Lo voy a matar, ¿Por qué te daría las llaves de mi casa?

-Tranquilo Doc, si comete asesinato, tendré que esposarlo y llevármelo – sé que lo dijo tenía un transformo sexual, me gusta, pero todavía no puedo seguirle el juego.

-Deberías irte, enserio.

-Llevo días intentando comunicarme contigo, Santy quiere verte, nos ignoras a los dos. Quiero...

-No lo entiendes, yo también quiero, pero no puedo, tengo miedo. Es difícil de explicar.

-Lo sé, pero para poder entender Luis hablo conmigo y me dijo todo, y por eso decidí venir, quiero que salgas adelante, que rompas esa burbuja y vivas la realidad quiero estar ahí, ayudarte a caminar de nuevo, tú lo sabes mejor que yo nadie puede salir adelante solo, se los dijiste por año a tus paciente es hora que tu recibas ayuda y para eso estoy aquí.

Sus palabras están llenas de amor y puedo ver la sinceridad en sus ojos, él está dispuesto a caminar junto a mí, de ayudarme a salir adelante, pero es un camino duro y largo, no puedo ser tan egoísta en atarlo a mí, no puedo.

-Por favor vete, no puedo ser tan egoísta no puedo atar a nadie a mí, y menos a ti, que tienes una vida en tus manos. Sería mucho para ti y no soportaría...

-¿Puedes dejarme elegir a mí? - me interrumpió, no me dejo terminar de hablar – Porque tomas las decisiones tu solo, deja a los demás elegir, siempre ayudaste a los demás deja ahora que te ayuden a ti.

-Yo...

Me tomo por la cintura y me beso, no pude no respóndele ese beso, está lleno de cariño de amor, me trasmití una seguridad increíble.

-Sé que será difícil, pero estoy dispuesto a pelear esta batalla contigo.

-Por favor, no me dejes, no te vallas. Ayúdame.

Profundizamos más el beso, y cuando quise darme cuenta ya estábamos los dos en mi cama, con sus manos recorría todo mi cuerpo, con sus dedos acariciaba cada una de mis cicatrices, eso me molestaba pero no quería parar, hace mucho que no tengo relaciones con ningún nombre, todo iba bien hasta que el paso su mano por abajo de mi bóxer y apretó mi trasero, del susto di un brinco, varias lagrimas se juntaron en mis ojos e imágenes de esa noche empezaron a volver a mi memoria una tras otra, pero antes de que me caiga unos brazos me sostuvieron, palabras de aliento llegaron a mis oídos, al abrir los ojos lo vi a él regalándome una sonrisa.

-Esta noche no avanzaremos más, solo dormiremos. Tranquilo.

A la mañana siguiente despertamos los dos, no hicimos nada pero fue la mejor noche de mi vida, me levante con mucha hambre ya que no comimos anoche, me levante con ganas de un gran desayuno. Lo estaba preparando cuando mi celular sonó.

-¿Dónde te metiste?– una voz femenina exclamo del otro lado de la línea – estamos yendo a tu casa para poder coordinar una estrategia, en realidad estamos en la puerta hace rato y nadie nos abre.

Rápidamente fui a la puerta y la abrí otra vez en bóxer.

-Al final, Germán tiene razón, boludo, como vas abrir la puerta así.

Los chicos, incluso Luis, entraron a mi casa uno por uno y antes que pudieron decir algo Germán salió desnudo de mi habitación, sin darse cuenta de que estamos todos.

Tardo menos en un minuto en reaccionar y salir corriendo nuevamente a la habitación.

-Le vi todo, y ahora te entiendo, no sos nada tonto.

Todos reímos al mismo tiempo, realmente fue gracioso ese momento.

Estuvimos toda la mañana trazando un plan, no sabemos cómo encontrarlos. Pero no estamos dispuestos a bajar los brazos, Nos hemos contactado con otros chicos que sufrieron por culpa de ellos y están dispuesto a ayudar en lo que puedan, tenían miedo pero se dieron cuenta que no están solo, sino todo lo contrario y gracias a eso decidieron ayudarnos.

A media mañana, Germán, me pidió que lo acompañe a la casa de su hermana a buscar a Santy, se había quedado en la casa de ella, porque tenía la leve sospecha de que se iba a quedar a dormir aquí.

Los deje a todos en casa, le saque la llave a Germán y se las devolví a Luis - Luego hablamos – le susurre y le apreté la mano con fuerza. No me dijo nada pero yo sé que más adelante se lo agradeceré.

Salimos de la casa y nos subimos a su auto, no hablamos en todo el viaje, yo no quería hacer comentario de lo que había pasado, si la pase bien pero sé que estuve mal, que tendría que haber avanzado más, mi cuerpo lo pedía, pero mi mente no me dejo continuar, agradezco que me haya pasado con él y no con otro, no sabría cómo racionar.

-¿Te puedo preguntar algo? - Estaba tan concentrado que no me di cuenta que estábamos en una calle caminando rumbo a la casa.

-Sí, dime

-¿Estamos saliendo? ¿Somos novios? - era evidente su preocupación, la pregunta me tomo por sorpresa, y la verdad no sé qué responder, hace mucho no salgo con nadie.

-No lo sé, aun no me lo has preguntado – creí que con esa respuesta ganaría algo de tiempo, pero me equivoque.

Me tomo del brazo, me giro para quedando enfrente mío, se inclinó quedando de rodillas, tomando mi mano.

-Tomas ¿Quieres ser mi novio? Me harías el hombre más feliz del mundo, saber que soy el novio de la persona, más fuerte, más valiente y más hermosa de todo el planeta tierra.

Esto es real, o estoy soñando, un hombre hermoso, me está pidiendo que sea su novio. Esta de rodillas en una calle transitada, varios transeúntes se detuvieron a mirar curiosos como está persona me pide ser su novio. Debo estar soñando. No puede ser verdad, yo no estoy preparado para estar de novio, nunca tuve uno, no sé cómo se trata a un novio.

-El piso está sucio, mis rodillas está empezando a doler, y la gente se está amontonando.

-Sí, quiero – se levantó y me beso, escuche varios aplausos de la gente a mí alrededor.

Mentiría si dijera que no quería decir sí. Mentiría si dijera que no tengo miedo, pero cuando miro sus ojos un sentimiento de confianza y tranquilidad se instala en mí.

Caminamos lo que faltaba para llegar tomados de la mano, la gente que pasaba por al lado nuestro nos miraba raro, pero a ninguno de los dos nos importaba, somos una pareja y queremos que todo el mundo lo sepa, nunca oculte lo que era, y no voy a ocultarme ahora, es la primera vez que tengo un novio, no sé cómo actuar.

-Llegamos, esta es la casa de mi hermana.

Me tomo de la mano, más fuerte y abrió la puerta con la llave que había sacado del bolsillo del pantalón. Al abrir la puerta apareció una mujer que se me hacía muy familiar.

-Hola, ¿cómo estás?

-Ana, te presento a Tomas, mi novio – Me acaba de presentar como su novio. Eso sonó y se sintió también.

Nos saludamos con la mano, no sabía cómo actuar, esta chica la vi en otro lado pero no recuerdo donde.

-¿Tu eres la enfermera?

-Sí, pensé que no me ibas a reconocer sin el uniforme.

-Si las personas se ven distintas sin uniforme.

Ellas es la enfermera a la que Germán le llevaba café todas las mañanas, con la que lo vi más de una vez sonriendo, que mal me siento, tuve que haberme dado cuenta, ahora que los veo más de cerca si se parecen.

-¿Donde esta Santy? - Pregunto.

-Se está bañando.

-Deberías llevar a comprarle ropa, no tiene mucha.

-Sí, estaba esperando estar junto a mi novio para ir a comprar los tres juntos como una familia.

No pude decir nada ya que Santy apareció de la nada, corrió junto mí y me abrazo. Estaba distinto, tenía un corte de pelo nuevo, usaba lentes, ropa limpia aunque algo chica, y se lo veía más rellenito, pero lo que más me llamo la atención fue sus ojos, aparte de ser hermosos ojos verdes, estaban llenos de vida, esperanza y alegría. No era el mismo chico que haces días estaba internado en un hospital, todo lo contrario, este chico estaba listo para llevarse el mundo por delante. Qué envidia le tengo.

-Muy bien, deje el auto aquí cerca vamos por él y vamos al shopping y luego a comer, que les parece familia.

Santy grito de la emoción y fue corriendo así el auto. Yo me despedí de la hermana y tome a Germán del brazo. Tengo que decirle algo.

-¿No te parece que estamos yendo un poco rápido? - Quería decir muy rápido, pero no quiero que lo tome mal.

-¿Te parece?

-Sí.

-Déjame decirte algo, hace años cuando entraste a la comisaria con tu hermano en esa condición, me invadió un sentimiento de ira, estuve a punto de salir de ahí y matar a esos tipos con mis propias manos. Como puede ser que a una persona tan bella como ese chico que se sentó esa noche en mi oficina le hubiese hecho lo que le hicieron. No sabía realmente porque estaba tan enojado. Pero mientras más pasaba el tiempo en esa habitación contigo más me enamoraba, jamás me había pasado algo por el estilo, ¿crees en el amor a primera vista?, yo sí. Y creo que eso fue lo que paso me enamore a ti a primera vista, no se cómo describirlo no sé qué fue lo que me atrajo de ti esa noche, te vi tan vulnerable, tan desprotegido. Con el paso del tiempo empezaste a ir más seguido a la comisaria y empezaste a interesarte a ayudar a chicos que habían pasado por una situación igual, eso me enamoro más, cara vez que me intentaba acercar tú no lo permitías, me ignorabas, sabes la cantidad de veces que te llevaba café cuando te veía atendiendo a alguien para que tu solamente me dijeras gracias y ni te fijabas en mí, las veces que te ibas y yo salía a preguntarte por el paciente y tu simplemente me dabas el reporte, muchas veces creí que eras un robo, ya que cuando hablabas conmigo solo respondía con monosílabos. El día que te di mí tarjeta con mi número estuve una semana pendiente a mi celular esperando recibir una llamada. Y la vez que lo hiciste me jure a mí mismo que sin importar nada aunque sea un beso te iba a robar, y obviamente a decirte todo esto que te estoy diciendo.

Me tome un momento para procesar toda esa información, la verdad no lo puedo creer, ¿Amor a primera vista? No...no creo en eso, es muy lindo, jamás lo había notado y ahora que lo veo es un ser muy hermoso.

-Cada vez que iba a un ver un caso, solo iba pensado en eso, desde esa ocasión no pude tener a un hombre cerca mío y menos verlo con otros ojos, lo que paso me dejo muy marcado. Incluso hoy me intimida un poco estar a tu lado, y si Santy no hubiese aparecido tal vez nunca hubiésemos avanzado. Eres una persona muy linda y cada vez que te beso me transporta a otro mundo. Me das seguridad y confianza en mí mismo.

Quería decir muchas cosas más pero Santy vino corriendo con cara de asustado.

-Campeón ¿Qué pasa? - Le pregunto Germán

-Está aquí. No quiero que me lleve – cruzamos mirada con Germán y entendimos, tome a Santy y empecé a correr a la casa de la hermana, golpe fuerte rogando que abriera rápido. Mientras veía Germán mirando para todos lados, mientras sacada su celular.

Una vez dentro de la casa, empecé a llamar a Luis, y a la oficial. También estaba asustado, pero esta era una oportunidad para atraparlo.

A los minutos entra Germán, con cara de pocos amigos, era evidente que estaba preocupado.

-Agarren sus cosas nos vamos a mi casa, están viniendo dos patrulleros a buscarnos. Se van a quedar en mi casa por un tiempo. Al menos hasta asegurar que están seguro.

-¿A tú casa? - Pregunte algo confundido.

-Sí, ahí puedo vigilarlos a los dos mejor, si tú estás en tu casa y Santy en la mía, se me complicaría. Prefiero tener a las dos personas más importantes para mi junta y bajo el mismo techo.

Bajo ese argumento no pude decir más nada.

Al poco tiempo llegaron los patrulleros que había llamado. Nos llevaron escoltados hasta el auto de Germán y de ahí a la casa, y no era cualquier casa, era enorme y hermosa, está ubicada en un barrio muy caro del centro de la ciudad.

-Este es mi humilde hogar.

-Esto de humilde no tiene nada, debes ganar muy bien como comisario para tener una casa tan hermosa.

-Soy Comisario de 4 generación, mi padre, mi abuelo, mi bis-abuelo fueron policías y comisarios.

-Yo también voy a ser policía – Grito Santy muy emocionado.

-¿En serio? – pregunte algo nervioso, no me gustaría que él sea policía.

-A mí también, me sorprendió. Pero creo que lo va a formar en carácter, y mi padre y abuelo estarán muy felices de que la línea de policías en la familia siga.

Pasamos una tarde bastante tranquila, Santy se la pasó jugando a la Play, estaba muy contento, nunca había tenido la oportunidad de tener una, Germán me había explicado y desde que se la compro no se despega de ella.

Nosotros dos la pasamos viendo películas en Netflix, fue una tarde muy gratificante, nunca me había sentido tan bien y seguro. Pero como siempre todo lo bueno dura poco, la llamada de Lucila nos sacó de nuestra burbuja.

Están viniendo para acá, ya que parece que Marcelo se contactó con un de estos tipos. Tenemos mucho que planear.

-¿Qué te hace pensar que son ellos? – Le pregunte a Marcelo, cuando llegaron a la casa.

-Estuve hablando con varios chicos estos días – Comenzó a explicar Marcelo, pero antes de que pudiera continuar, Luis se levantó sin decir nada se fue a jugar junto a Santy, sé que le gusta los videojuegos, pero me parece que hay algo más – Bueno si nadie más va a interrumpir les voy a seguir contando, Hace días que estoy hablando con varios chicos en las Apps y tuve dos encuentros.

-Por favor no me hagas acordar de eso – esta vez la que interrumpió fue la oficial Lucila.

-¿Por qué? ¿Qué paso? – Pregunte curioso.

-Les di a los chicos un dispositivo anti-pánico, es parecido a un encendedor con un botón rojo, la idea era que ellos concretaran encuentros y si eran ellos presionaban el botón y en menos de diez minutos teníamos el lugar rodeado de oficiales de policías, pero este chico – Señalando a Marcelo – No siguió las indicaciones en los dos encuentros que tuvo, los dos uso el dispositivo, sin necesidad.

-¿Cómo sin necesidad? Era muy necesario. – Se defendió.

-La primera vez fue porque el chico no para hablar de su ex.

-Por eso era necesario, haber boluda ¿Qué estúpido pasa dos horas hablando de su ex, y diciéndote que te pareces mucho a él, y no sé cuántas boludeces más?|

-La segunda, el chico no te pareció atractivo.

-No... no... no fue así. El flaco paso fotos con demasiados filtros, cuando llegue a su departamento era una persona distinta a la que aparecía en las fotos y era muy afeminado, no tengo nada en contra de ellos pero no me va que se hagan el machito por la App y después sean otra cosa, tendrían que haberlo mandado preso.

-¿Y por qué Sebas nunca se quejó cuando fue a encontrarse con sus contactos?

-Porque él se come cualquier cosa.

-Hey.

Durante toda la conversación, permanecí en silencio, algo anda mal acá.

-¿Estuvieron haciendo eso sin decirme nada?¿Salieron a buscar a los hijos de puta, y no me dijeron nada? – Todos guardaron silencio.

-Yo les pedí que no te dijeran nada – German, Puso una mano en mi hombro – Sabemos lo mucho que te cuesta y lo débil que eres...

-¿Débil? ¿Creen que soy débil? – Volvieron a guardar silencio, estoy furioso – No lo puedo creer.

Sin decir nada empecé a caminar así la puerta de salida, escuche como todos me llamaban, pero el único que se acercó y me tomo de la mano fue Germán. Me giro y me beso. Por dios sus labios son tan dulces ya no puedo resistirme.

-Mírame, dime que puedes entrar a una App y planificar una cita e ir a verte con alguien desconocido, sabiendo que pueden ser ellos.

Es verdad, no tengo el valor de entrar a una App, no puedo salir de mi casa de noche, menos podre encontrarme con otro hombre. Soy débil.

-No quiero ser débil – Admito ocultándome en su pecho.

-Lo sé, también no me imagino verte con otro hombre, esa es otra de las razones que le pedí que no te dijeran.

-No quiero ser débil – Volví a repetir – Quiero ayudar, no quiero quedarme a sin hacer nada.

-Estas seguro.

-Sí, ya viví mucho tiempo resguardado del mundo es hora de salir.

Todos se levantaron y me abrazaron, este es el apoyo que necesitaba para salir adelante para ser fuerte, ya es hora de salir de mi burbuja de realidad alterna y demostrarle al mundo quien soy.

-Bueno, volviendo a lo importante, creo que con el chico que estoy hablando es uno de estos hijos de puta - Marcelo fue quien los devolvió a la realidad.

-¿Por qué estás tan seguro?

-Porque está usando las misma fotos que uso la vez que me atacaron a mí.

-¿Y no te reconocieron?

-Por lo visto no, estoy arreglando un encuentro para esta noche.

-Tengo a todos los policías listos para actuar.

Tengo miedo de lo que pueda llegar a pasar, de que todo se nos valla de las manos, pero no puedo seguir siendo débil, estoy dispuesto a salir adelante y para eso tengo que ayudarlos a capturar a estas personas.

-Bien, ¿Cuál es el plan? – Dije lo más firme que pude.

-Si el arregla para esta noche, tiene que hacer lo mismo de siempre, cuando se dé cuenta que las cosas no están yendo por buen camino, saca el interruptor, lo activada y nosotros entramos en acción.

-Parece sencillo.

-Pero no lo es. Marce tiene que dejarse tocar, y ver si las cosas suben a un grado preocupante para accionar el interruptor y nosotros poder entrar, si eso no pasa no podemos hacer nada – Esta parte no me gustó nada.

-¿Qué pasa si no pueden accionar el aparato? ¿Si no tiene forma de avisar que las cosas están mal? – De la nada apareció Luis, parecía estar furioso.

-Luis, te tranquilizas, no me va a pasar nada, se cuidarme solo. No sería la primera vez que estoy en una situación de riesgo, puedo defenderme – Marcelo trataba de calmarlo.

-No quiero que te pase nada malo.

-Tranquilo tontito, nada malo me a pasar y cuando volvamos vamos a poder tener nuestra primera cita.

Creo que se olvidaron que estábamos ahí, estaban muy cerca a punto de besarse y con las manos enlazadas, lo sabía desde que Marcelo se quedó a dormir en mi casa estos dos actuaban raro y ahora se la razón.

-Bueno Tortolitos, hay que preparar todo para esta noche.

Al caer la noche, estábamos todos nerviosos, Germán no se despegó ni un segundo de mi lado, Santy se quedó en casa bajo la vigilancia de una niñera y varios policías, estoy casi seguro que ellos no iban a ir por él pero le rogué a Germán que pusiera más seguridad a Santy.

Estamos en un auto a un par de cuadras del lugar donde Marcelo y este tipo quedaron de en verse. Hay cinco autos policiales estacionados en diferentes zonas. Me pregunto porque no se habían hecho algo parecido para atraparlos antes. No tengo respuestas, creo que las víctimas eran muy jóvenes y tenían miedo de contar, que por una irresponsabilidad, por que ir a la casa de un desconocido es la mayor irresponsabilidad que podes cometer, habían pasado por una de las situaciones tan dura como es esta, prefirieron guardarlo como un secreto y no contarlo, pero no se daban cuenta que al mantenerse callados perjudicaban a otros. Pero esta noche eso cambiara, esta noche todo terminada, estoy seguro que los atraparemos y no solamente yo, varios estamos en mi misma situación.

-Marcelo, acaba de entrar al departamento.

-¿Cómo sabes cuál es su ubicación exacta?

-Nos mandó un mensaje cuando entro al departamento.

-¿Es confiable ese dato, si lo está manipulando?

-Amor, mírame a los ojos - ¿Amor? Acaso Germán me acaba llamar de esa forma, me olvide de todo lo que estaba pensado y una sonrisa apareció en mi rostro – Tranquilo, él es un chico fuerte, va a estar bien, trata de tranquilizarte.

-Si A... - No pude terminar la palabra quería decirlo pero no pude. El solamente sonrió y me beso la frente.

Paso media hora desde que Marcelo se juntó con estos hombres. No tenemos noticias, yo estoy con los nervios de punta, necesitó hacer algo. Germán no me soltó la mano en ningún momento, sabe que aunque estoy tranquilo por fuera, me estoy muriendo por dentro, es impresionante lo mucho que esta persona me conoce en tampoco tiempo, hace rato me dijo que éramos almas gemelas, estábamos destinados a estar juntos en esta vida y en todas las que siga.

-¡Chicos! Marcelo activo el interruptor – Habían pasado 43 minutos exactamente.

Quise salir del auto pero Germán no me lo permitió, me ordeno quedarme en el auto, y al principio le hice caso pero a los 10 minutos salí del auto, era tarde, no se veía mucho, y el miedo me tenía paralizado, tendría que haberme quedado en el auto. Camino un par de pasos pero me detengo de golpe escuchando algunos varios disparos. Empecé a caminar, no sé por qué razón, para el lado de dónde escuchaba los disparos.

Estaba caminando cuando de la nada apareció un hombre, tenía una herida de bala en el estómago, por suerte no me vio a mí, pero yo si a él. Y como no hacerlo si ese es el rosto de la persona que no me deja dormir por las noches, es el rostro que veo cada vez que me siento solo. Se está escapando, no puedo dejar que se escape. Volví al auto y tome el garrote de la oficial Lucila y fui tras él.

Camine despacio para que no se diera cuenta que estaba cerca, cosa que no parecía necesaria, se notaba que el dolor de la herida era muy fuerte, por que caminaba cada vez más despacio. Cuando estuve suficientemente cerca levante el garrote y con todas mis fuerzas le pegue en la espalda, pero me parece que no soy lo suficientemente fuerte, porque se dio vuelta furioso y al verme me golpeo muy fuerte en el estómago sacándome todo el aire.

-Maldita perra – Me grito, mientras me apuntaba con el arma que tenía en su mano, arma que no había visto antes.

Me apunto, se sintió el ruido de un disparo, pero yo no sentí ningún dolor, abrí los ojos, los había cerrado cuando escuche el disparo, pude ver como el hombre caída sin vida delante de mí, Detrás de él estaba mi comisario apuntando con el arma al cuerpo inerte en el suelo.

Corrió hacia donde yo estaba tirado en el piso, me abrazo con fuerza, y antes de que me desmaye me susurro "todo término"

No sé cuánto tiempo llevo inconsciente, pero cuando abrí los ojos, fue como si hubiese dormido por 5 años.

Lo primero que vi fue al comisario quien estaba medio dormido en una silla al lado de mi cama. Lo tome de la mano, haciendo que despierte, lo tome más fuerte y lo bese tan profundo como pude.

-Te amo – Le dije a despegar mis labios de los suyos.

-¿Qué dijiste? – Estaba muy sorprendido.

-Te amo

-Yo también te amo – Me volvió a besar, pero fuimos interrumpidos por el ruido de la puerta al abrirse.

En ese momento entraron, Sebas, Luis, Santy, Lucila y Marcelo, este último tenía un ojo rojo y algunas marcas en el cuello, Luis, mantenía sus manos juntas.

-¿Que te paso? – pregunte cuando se acercó más.

-Ningún plan es perfecto en algunos hay que hacer sacrificios, esos mal-vivientes me golpearon más rápido de lo que tenía calculado. Por suerte son estos golpes que vez a simple vista y nada más.

-Pero ya está ya termino – dijo Luis abrazándolo – atrapamos a todos, irán a la cárcel de por vida.

-Vos estuviste genial – dijo Sebastián que se había sentado en el borde de mi cama – salir a seguir a una persona armada, y vos solo con un garrote, fue muy valiente.

-No fue valiente fue estúpido – El comisario estaba enojado – te pudo haber disparado. ¿Qué hubiese pasado si no llegaba?

-Para eso estas, Para protegerme, para ayudarme a salir adelante, me prometiste siempre estar conmigo y lo cumpliste, gracias a ti no tengo miedo. – Todos se quedaron mirando con una sonrisa en los labios la escena romántica – Aparte no sabía que tenía un arma.

Acabo de arruinar una escena romántica porque todos comenzaron a reírse, excepto Germán, el parecía seguir enojado.

Paso una semana, como había dicho Luis esa banda de violadores, fue llevara a la cárcel de por vida. Yo me sentía mucho mejor, incluso habíamos salidos a festejar todos junto, fue la primera noche que llegue tarde a mi casa, obviamente el comisario me acompaño, pero no se quedó, todavía tengo algunos traumas, de los cuales pienso deshacerme está misma noche.

Fui a mi ropero y saque toda la ropa que tenía guardada, desde hace mucho que no compro nada nuevo. Hace años renové mi guardarropas, cambio mi ropa sexy y provocativa, por una mas normal. No quería llamar la atención pero justamente ahora si quiero llamar la atención, y no tengo nada, por suerte escucho la puerta de mi casa abrirse, ya no me asusto como antes, ahora sé que es Luis con su novio Marcelo, los dos están todo el día besándose.

-Qué suerte que llegan necesito su ayuda.

-¿Qué paso? – preguntaron los dos al mismo tiempo, algo asustado.

-Esta noche tengo mi primera cita oficial con Germán y quiero lucir bien. No tengo nada para ponerme.

-¿Para qué quieres algo lindo, si te va a durar muy poco la ropa puesto? – Dijo Marcelo sentándose en el sillón.

-Marce, créeme que va a necesitar ayuda – dijo Luis, ese mi amigo siempre ayudándome, o eso creo – Mira estos bóxer de viejo que usa, con esto le saca el encanto a cualquiera

.

-Hey - Le saque uno de mis bóxer que tenía en su mano mostrando a Marce - ¿Me van a ayudar o no?

Salí con los chicos a comprar ropa, agradezco tener un buen ahorro en casa porque la peor decisión que pude haber tomado fue salir a comprar con ellos dos juntos. Por un lado Marcelo me obligo a comprar un montón de productos de belleza, le aclare varias veces que soy hombre, pero no le dio importancia, dijo que cuando lleguemos él se iba a encargar de que me vea como un verdadero hombre. Por otro lado Luis me compró mucha ropa sexy, le dije que no tengo el cuerpo para ponerme esas cosa que me compro pero no le dio importancia. Luego fuimos y comprarme ropa común pero más moderna.

Ya caída la noche, y después de haber echado a los chicos de mi casa ya estaba listo, Marcelo me peino, me recorto un poco el pelo, puse perfume en todas las partes de mi cuerpo. Luis me ayudo a ponerme la ropa nueva, algo ajustada para mi gusto, y no puedo describir la ropa interior que tengo puesta, es muy ajustada y muy chica. La siento un poco incomoda pero ellos dicen que me queda perfecta.

Hace días había hablado con Germán, decidimos tener nuestra primera cita, el me prometió que sería solamente comer algo nada más, todavía cree que no estoy listo, pero hoy le pienso demostrar lo contrario, mi cuerpo me lo pide, cinco años de no tener relaciones con un hombre es mucho tiempo, tengo miedo, pero sé que si no podemos llegar a mucho él lo va a entender.

Sonó el timbre, Salí a atenderlo, estaba muy nervioso, cuando lo abrí la puerta estaba él, vestido muy bien, tenía una botella de vino en la mano. Me miro de arriba abajo y una sonrisa se dibujó en su boca.

No aguante, me lance, comencé a besarlo, en menos de lo que me imagine terminamos los dos en la cama, el me empezó a desvestir, hasta dejarme n bóxer, y ahí se detuvo. Me miraba a los ojos y miraba lo que tenía puesto. Era evidente que no podía creer lo que estaba viendo.

-Deja de verme, me pones nervios.

-Te vez tan sexy, será mejor que pare ahora...

No lo deje terminar, lo tumbe boca arriba en la cama y me puse arriba de él, ya estaba casi desnudo, solo faltaba su bóxer, empecé a besar su pecho, sus tetillas y fui bajando poco a poco, hasta llegar al elástico de sus ropa interior, con un ágil movimiento se lo saque y antes de que pueda decir algo introduje su pene en mi boca.

Pasamos una noche increíble, lo hicimos una y otra vez, mi cuerpo recibió lo que le había negado por tanto tiempo.

Por fin un capítulo de mi vida queda cerrado por completo, y otro se abre.

-Quiero que vengas a vivir conmigo y Santy, nos faltas tú para tener una familia completa.

-Estaba pensado en eso, me encantaría.

-Junto criaremos a un gran guerrero, como lo es Santy.

-nada me haría más feliz que pasar el resto de mi vida contigo.

Pasamos todo el fin de semana en mi casa, en la habitación, en mi cama, agradezco no ser mujer, porque seguramente terminaría embarazada.

El lunes empieza mi nueva vida, con el hombre que no se rindió y me espero y cuando vio la oportunidad no la desperdicio, fue valiente y persistente, estaré eternamente agradecido con él y con todos los que me ayudaron a salir a delante este último tiempo. Me siento mucho mejor soy una persona completamente distinta a la que era antes. No tengo miedo de seguir caminando así adelante.

Les agradezco a todos por tomarse el tiempo de leer esta historia, espero que le guste.

PERDÓN POR LOS ERRORES ORTOGRÁFICOS!!!

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Maxi.schmidt1