Aposté a mamá en una partida de poker (2)

Una vez que mi madre está desnuda delante de los ganadores, comienza el espectáculo. No sólo estoy obligado a verlo, sino tambien a participar

CONTINUACION

  • Antes que continuéis quiero incrementar mi morbo, dijo el viejo. Te voy a hacer unas preguntas.

Mi madre asintió con la cabeza, sabía que estaba en sus manos.

  • Imagino que mentirás, pero dime, has estado con algún hombre después de quedarte viuda?

  • No contestes mamá, me apresuré a decir.

  • No pasa nada.. Me siento orgullosa de no haber estado en mi vida, con otro hombre que no haya sido mi marido.

  • Y dime, tu hijo te ha visto sin ropa alguna vez?

  • Jamás, lo que está viendo hoy, es la primera vez que lo ve desde que era un niño.

Mientras contestaba a sus preguntas, su llanto era desconsolado mientras que las risas de Jonás, eran sonoras.

  • Aunque no sé si será verdad lo que dices, tengo que reconocer que me gusta pensar que es así. Ahora date la vuelta y sigue bailando con el niño, al fin y al cabo, aún no ha visto tu conejito.

Mamá se giró, quedando enfrente de mi. Yo sólo miraba su cara, no quería mirar hacia abajo, quería proteger su intimidad ante mi, aunque sólo fuera durante unos minutos más.

Ella se daba cuenta, y su cuerpo se pegaba al mío para intentar cubrirse. Notaba su desnudez pero yo no me atrevía a mirarla. Mis ojos se dirigían al resto de los asistentes.

  • Bueno, bueno, familia............ expuso el jefe. Ahora toca que esto suba un poco de tono. María gírate y quédate enfrente de nosotros. Chaval, refiriéndose a mi, quiero que te quedes en pelotas.

Mi madre cayó al suelo de rodillas, y suplicó, llorando desconsoladamente, que el tormento y la humillación a la que estaba siendo sometida, terminase ya.

  • Las apuestas hay que pagarlas, dijo Chema ahora, que había permanecido callado todo este tiempo.

  • Queréis que mi hijo permanezca aquí mientras vosotros disfrutáis de este cruel espectáculo?

  • Son las normas, explicó Jonás. Si os hubieseis llevado todo el dinero de la apuesta, no te estarías quejando.

Sacando dignidad, cerró sus puños y se dispuso a continuar aceptando las órdenes del ganador.

  • Por favor Jonás, sólo pido una cosa. Como mujer, como madre, es necesario que mi hijo tenga que presenciar esto? Haré todo lo que querais, pero que se vaya a su cuarto.

  • Por supuesto, dijo el viejo y deja de pedirme lo mismo. Harás todo lo que queramos. Son las normas, sois nuestro beneficio en la partida de poker. Además, tu hijo no sólo lo presenciará, sino que además va a participar activamente, ya lo verás.,,,,,

  • Qué quieres decir? Dijo mamá asustada.

  • Todo a su tiempo, ya lo verás

María agachó la cabeza, mientras, yo no sabía como reaccionaría ante las órdenes que debería cumplir.

Pedro, sin ningún pudor se desnudó. Viendo sus miradas a mamá y su pene empalmado, me daba cuenta que estaba muy excitado.

  • Antes de nada, María, ponte delante de tu hijo y quiero que tú le mires, refiriéndose a mi. Me he dado cuenta que no quieres verle el chichi a tu mamá.

Hice lo que me ordenó, y tuve a mi madre frente a frente Jamás en mi vida la había visto desnuda. Su sexo estaba parcialmente depilado, teniendo muy poco pelo, lo que permitía que su raja quedase muy marcada, incluso con las piernas cerradas, que era como se encontraba

  • María, siéntate en esa silla y abre bien tus piernas, expresó el viejo.

Ella obedeció sin rechistar. Estaba como ida, su mirada se perdía a lo lejos del salón.

Pedro no perdió ocasión y empezó a acariciarle los pechos. Viendo la escena, mientras el otro joven la tocaba, y miraba el coño, empezaba a sentir una furia enorme. Ver a mi madre humillada, tratada como una prostituta contratada por horas, sólo por protegerme, me producía una rabia incontenible.

  • No, no me toques, por favor, delante de mi hijo, no

Bajó su mano por el ombligo, hasta llegar a su sexo, pero en ese momento su padre le paró en seco, indicando que debía ser yo quien realizara ese trabajo.

  • Roberto, toca la rajita de mamá y tú, Pedro, siéntate.

  • Por favor, que estás diciendo? Es mi hijo, como va a hacerme eso?

  • Porque sois míos esta noche, y es lo que me apetece ver.

Me quedé parado, no sabía como reaccionar, pero una fuerte palmada en el hombro de Pedro, antes de volver a su sitio, me hizo reaccionar.

Comencé a acariciar sus muslos, hasta que llegué a donde me habían dicho. Me limitaba a tocarle los pelos que tenía por encima de sus labios vaginales.

De nuevo, Jonás se dio cuenta, que no quería ir más allá y me dijo que le tocase el coño, que le buscase el clítolis.

Ella giró la cabeza de forma brusca, como si le hubiera desgarrado el útero, aún sin haberle metido el dedo, pero sólo era un daño moral.

  • María, si estás sentada no puede tocarte como debe. Colócate de rodillas, y Roberto..........., mete el dedo poco a poco.

Veía los gestos de una mujer hundida en manos de cuatro depravados, o tal vez cinco, si yo me incluía.

Metía el dedo y lo sacaba, de forma rítmica. Mi madre, colaboraba con sus movimientos para que todo resultase más sencillo.

  • Espera, espera. Así le metes bien el dedo, pero no le puedes ver el coño, y la cara a la vez. Nosotros tampoco la vemos. María, túmbate en el suelo, y de nuevo, abre las piernas, pero bien abiertas, jajajajaja.

Mamá se tiró al suelo y quedó tumbada boca abajo. Con todo el cariño que pude, quise girarla. Era como un fardo, no podía moverse. Cuando conseguía darle la vuelta, sus ojos azules estaban totalmente rojos por el llanto.

Acerqué de nuevo mi mano a su sexo, pero me paró Jonás.

  • No, no. No quiero ver tu cara, quiero que su coño quede enfrente de nosotros, para que podamos contemplar el premio que hemos ganado.

María se incorporó ligeramente, y movió su culo para que su vagina quedase en frente de los vencedores.

Lo volví a acaricar e introduje el dedo, que metía y sacaba de forma rítmica.

  • Ahora dos dedos, chaval.

Hice lo que me decían. Lo cierto es que a veces perdía la noción que la mujer era mi madre y llegaba a excitarme, aunque de forma inmediata, volvía a la realidad, por lo cual, no llegaba a empalmarme a pesar de que era una mujer muy atractiva.

  • Me gustaría que la penetrases, pero veo que a pesar de tocarla, no termina de ponerte, volvió a decir riendo. Ahora siéntate, chaval, y tú, putita, ponte de rodillas comienza a chupársela.

  • Nooooo, grité. No la humilleis más.

  • Siéntate, gritó Pedro, y obedeced a mi padre.

Con la cabeza baja, me senté en la silla. Mi madre vino hacia mi y se colocó en posición.

El movimiento de su boca era más bien torpe, imaginaba que no lo había practicado demasiado con mi padre, pero aún así, consiguió que mi pene se endureciera. Cuando Jonás lo vio, la ordenó parar.

  • Bien, ya está dura. Ahora María, vuelve a colocarte como antes, con las piernas abiertas, y tú, comienza a metérsela. Quiero que cuando vayas a correrte, lo hagas en su tripa, para que todos sepamos que has tenido un orgasmo con mamá, que no sea fingido..

Ahora mi madre estalló de nuevo en un fuerte llanto.

  • Sois cuatro, por dios, no le hagais esto a mi hijo. Hacédmelo alguno de vosotros, los cuatro, si quereis, pero él no.

  • Todo a su debido tiempo, rió Jonás. De momento el primero es Roberto. Además, daos prisa, que no quiero que se le vuelva a bajar.

A cada petición de mi madre, le respondía con una negativa. Todo aquello iba cayendo como un fuerte golpe en su interior, del que no sabría si se recuperaría cuando todo pasase.

Obedecimos y me coloqué encima de mamá. Pedro y Chema se levantaron para contemplar la escena a poca distancia. Mi pene aunque estaba erecto no terminaba de entrar dentro de María.

  • María, toma la polla de tu hijo, y métetela en el coño, dijo Chema con voz seria.

Mi madre agarró mi miembro y lo colocó en la entrada de su útero. Un pequeño empujón hizo que se introdujera. A partir de ahí, continué con un movimiento rítmico.

  • Hazlo hijo, hazlo. Vamos a salir de esto, decía mamá llorando.

Cerraba los ojos, no quería ver a mi madre, e imaginaba que estaba con una amiga. Poco a poco fuí cargándome y saqué mi verga de mamá para que descargara sobre su vientre, como me había ordenado Jonás.

  • Muy bien, eso ha estado pero que muy bien. El nene se ha corrido con mami. A partir de hoy podreis ser amantes, además de madre e hijo.

  • Podemos decir ahora que María y Roberto han follado, o que la madre y el hijo han echado un polvo, habló Chema riendo.

Me aparté y quedé tumbado junto a ella.

  • Roberto, ha terminado tu actuación, pero quiero que te quedes a ver el resto del espectáculo.

A esas alturas, ya me sentía abandonado, mamá no se movía del suelo, por lo que me levanté despacio y me acerqué a recoger mi ropa y le acerqué la suya.

  • Quien te ha dicho que ella puede vestirse?

Volví a dejar su ropa y con la cabeza hundida me vestí y vi que mi madre se incorporaba despacio.

  • María, no eres una mujer explosiva, tus pechos son pequeños, no tienes grandes curvas , pero eres muy guapa, y desde que te conozco me pones cañón, dijo el viejo.

  • Jonás, no la hagas daño. Si es posible, no me gustaría presenciar el resto. Puedo marcharme? Dije con tono sumiso.

Mi actitud era humilde, pero no quería que ella sufriese más.

  • Déjale ir, Jonás. Me tienes a mi, que es lo que te interesa, y acabas de decir que ha terminado su participación. Me teneis a miiiiiiii. Por favor, déjale ir a su habitación.

  • Cómo os lo tengo que decir¡¡¡¡ Sois los protagonistas de la fiesta. Él sigue siendo uno de los actores principales, sólo que ahora no tiene papel. Que ya haya terminado de follarte, no significa que quede libre de presenciar lo que falta. Le dejaremos como ayudante de dirección, dijo riendo a carcajadas.

No había forma de dialogar con él. Quería humillarnos hasta el final. Todo eran negativas.

  • Como habreis podido imaginar, dijo Jonás dirigiéndose a sus compañeros, después del espectáculo, que ha servido para calentarnos un poco, ahora nos toca a nosotros divertirnos directamente, al menos, el que lo desee. Pedro, tú quieres ser el primero, verdad?

  • Si papá, estoy muy caliente, y al menos desahogaré las pérdidas que he tenido esta noche disfrutando con esta bonita dama.

  • María, haz que mi hijo disfrute.

No sabía que era peor, si haber tenido que hacerlo con ella o ver ahora como la iban a disfrutar el resto.

Pedro tumbó a mamá en el suelo, le abrió las piernas bruscamente y de nuevo la oí suplicar en vano. Él metió su miembro en su vagina mientras ella seguía pidiendo que nos dejasen en pa.. Sus movimientos eran bruscos y fuertes. En breve se oyó un grito que significaba que había eyaculado dentro de su coño.

  • Vaya, hijo, has tardado poco. Jajajaja, rió fuertemente

Xavi, que apenas había tenido protagonismo en la noche pidió permiso a Jonás.

  • Por supuesto, esta señora es de todos esta noche.

Xavi se bajó los pantalones hasta los tobillos, y se sentó en una silla. Hizo que María se pusiera a horcajadas entre sus piernas, hacia fuera, casi sentada en sus rodillas.

La besó en los labios. Intentaba meter la lengua en su boca, pero mantenía los labios fuertemente cerrados.

  • María, si quiere darte un beso con lengua, deja que lo haga, volvió a decir con voz socarrona Jonás.

Mi madre abrió la boca, momento que aprovechó para introducir su lengua hasta casi su garganta. Comenzó a sobarla posando sus manos en la cara, pero rápidamente las fue bajando hasta los hombros, y le tocó los pechos.

Sus manos de deslizaron hasta su cintura, y su boca se apartó de la de ella para dirigirse a sus pechos. Su mano izquierda llegó a la parte baja de su espalda, hasta llegar a tocarle la rabadilla, mientras que la mano derecha alcanzó su coño, que por la posición, se encontraba totalmente abierto y expuesto a las lascivas caricias del invitado.

Mis ojos no querían ver lo que sucedía, pero de nuevo Jonás se dio cuenta, y me obligó a colocar la silla justo detrás de Xavi, y a observar detenidamente como acariciaba a mamá y sus dedos se introducían en su sexo.

Por sus movimientos, se notaba que su calentura era máxima. En ese momento, la apartó y le dijo que se colocase de rodillas.

  • Chúpamela, zorra. Quiero correrme en tu boca.

Mamá no dijo nada, sólo acercó su boca a la polla y comenzó a succionar.

  • No tienes ni puta idea de mamarla, dijo ofendido.

Agarró su cabeza y comenzó a agitarla con movimientos de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Cuando mamá sintió el semen en su boca, intentó desprenderse de su miembro, pero él consiguió que todo su líquido quedase dentro de ella.

  • Chemita, tú que quieres de ella?

  • Metérsela por el culo, dijo riendo.

  • A mi también me apetece comerme ese culito, así que haremos una cosa que si te soy sincero, nunca probé.

  • Dejadla ya, hijos de puta. No hay peor humillación que sodomizar a una mujer sin su consentimiento, dije indignado y con mi voz quebrada.

  • Te equivocas, tenemos vuestro consentimiento para hacer lo que queramos esta noche.

María, se colocó a cuatro patas en el centro del salón como se le había ordenado. De nuevo sus lagrimas rodaban por sus mejillas, eso si, en silencio.

Los dos hombres se habían quitado la ropa de cintura para abajo.

  • Chema, tú tomas ahora la boca y yo se la meteré por el coño. Procura no correrte para que los dos podamos hacerlo en su culo.

Si hubiese tenido un arma en esos momentos, habría eliminado a todos los que allí estaban, pero no tenía más opción que contemplar como iban a meterles sus pollas por todos lados.

  • Recuerda que no sabe chuparla, rió Jonás, así que métesela en la boca, y con mis embestidas te la irá mamando, dijo riendo.

Se colocó detrás de ella, buscando el agujero de su coño, le dio unos azotes, la agarró por su cintura, y de un fuerte golpe introdujo su polla en su coño. Tal y como había dicho, los movimientos de Jonás llegaban a la cabeza y hacía a su vez que su boca succionase la polla.

  • Para, dijo Chema, que terminaré corriéndome.

  • Está bien, cambiemos la posición, eso si, de momento métesela un poco por el coño, puesto que este culito quiero estrenarlo yo porque estoy seguro que es virgen, verdad María?

Ella no contestó, pero después de aquella noche, estoy seguro que mi padre jamás se lo hizo, por lo cual, tenía que ser virgen por detrás.

Los dos canallas, cambiaron de postura. Jonás le hacía mover la cabeza, mientras Chema tuvo que parar enseguida para no eyacular y perderse la guinda.

  • Venga, vamos a probar este manjar. Pedro, trae mantequilla de la nevera, que vamos a engrasarlo.

Jonás se sentía feliz, los 3,000 euros que había apostado le estaban dando un resultado excelente.

  • No hay mantequilla, dijo Pedro.

  • Bueno, pues sin mantequilla

Pidió a su hijo y a Chema que la agarrasen por los brazos, mientras que él se preparó. Un grito desgarrador salió de mi madre. Lloraba y gritaba, yo también lo hacía. Disfrutó de ella a conciencia, no se corría, sus manos la acariciaban por todos lados.

María ya no decía nada, pensé que había perdido el conocimiento, pero cuando terminó, vi como ella se movía por el suelo.

Ahora Xavi tomó el lugar de Chema, mientras que este repetía la hazaña de su amigo, aunque no duró más de veinte segundos en vaciarse dentro del ano de mamá.

Se tomaron su tiempo. Fuí al baño, y le traje un albornoz. La vestí y la acompañé a su habitación.

Oí el ruído de la puerta, por lo que supe que se habían marchado.

  • Hijo, esto que ha pasado esta noche, no quiero que salga de aquí, prométemelo

  • No te preocupes, mamá, nadie lo sabrá por mi.

Fue la última vez que jugué al poker, ni tan siquiera sin dinero. Hoy en día estoy casado, con dos hijos, y no hay en mi casa ninguna baraja de cartas.