Apología

"(...) entonces comencé a apretar su cuello tan fuerte como pude, ella solo comenzó a toser, pero mis manos impedían que de su garganta saliera el sonido de su tosido, solo se congestionaba su rostro, (...)"

APOLOGÍA

Hoy en la madrugada lo volví a recordar, un sueño me trajo todos esos recuerdos

Se agolparon en mi mente, y la sensación es como encontrar un libro con todas sus hojas sueltas, en desorden, demasiadas hojas sueltas y amontonadas...

Escribo porque aún creo que eso me ayuda a estar en control,...

Así que ahora que lo empiezo a recordar, lo escribo tal y como viene a mi mente:

Tenía diez años y solo era un niño más; una casa cercana a la mía se rentaba y ocasionalmente llegaba gente interesante, recuerdo que fue a fin de año, noviembre, cuando a esa casa llego a vivir una mujer soltera con sus dos hijos, un niño de 8 años “Rene” y una niña de mi edad “Nadia”; a esa edad hacerte amigo no resulta nada complicado y pronto por las tardes jugábamos en la calle.

En ese entonces los juegos infantiles eran los clásicos, en una de esas tantas tardes de juego, jugando con Rene, Nadia y otros vecinos de la calle a “las escondidas”, Renata me tomo de la mano y corrimos a escondernos, ella prácticamente me jaló hacia una casa en construcción a la que tenía prohibido ingresar, pero ella me llevo y no quise decir que no, entramos hasta la planta alta de esa construcción y en la última habitación nos refugiamos, estuvimos en silencio los primeros 3 minutos, pero después de ese tiempo, que a esa edad parece una eternidad, ella comenzó a inquietarse, yo quería salir de ahí para continuar el juego, pero ella, sonriendo me jalo a un rincón de la habitación, detrás de materiales para la construcción y sin decir nada me comenzó a besar, yo no tenía ninguna experiencia, pero la deje hacerme lo que ella quería, lo disfrute, comencé a abrazarla e instintivamente baje mis manos a sus nalgas, justo estábamos en eso, cuando un grito de la madre de “Nadia” nos despabiló de nuestro encuentro.

Nadia se asustó y salió corriendo, yo me aprestaba a hacer lo mismo, cuando la madre de Nadia me sujeto del brazo, diciéndome que no iría a ningún lado, preguntándome, que era lo que le estaba haciendo a su hija, yo guarde silencio, y entonces, ella, señalándome la entrepierna, me dijo:

-          Así que a tu corta edad ya eres un cerdo preñador?

Entonces caí en cuenta que tenía una erección que no cedía a pesar del temor e incertidumbre que en ese momento sentía; la madre de Nadia me jalo hacia ella y toco mi miembro por sobre la ropa, su mirada en ese entonces me espantó, hoy sé que era reflejo puro de la lujuria, recuerdo que ella, sin decirme nada, me jaloneo para que no me fuera, se hinco frente a mi y de un jalón me bajo mi pantalón para después hacer lo mismo con mi trusa, entonces yo sin saber que hacer me quede petrificado, esa mujer se metió mi pene a su boca y comenzó a succionarlo, mi mente estaba en blanco, estaba con una mezcla de miedo, placer y confusión, aquella mujer solo succionaba mi miembro mientras me exigía le diera mi leche, yo no entendía a qué se refería, pero después de un momento de abandonarme a la exquisita sensación de esa felación, a la grata sensación de la succión tibia de esa boca madura y el modo en como usaba su lengua para lamer el tronco y el glande de mi miembro, sintiendo lo resbaloso de su lengua recorriendo todo mi miembro, era verdaderamente abrumador; pero enseguida de esa marea de sensaciones placenteras, la marea del temor a lo que me sucedería, terminaba confundido ante lo que sentía, veía y escuchaba. Después de un par de minutos pensé me orinaría pues sentí una sensación parecida, pero no fue así, fue mi primer orgasmo que se acompañó de una eyaculación violenta y abundante, el orgasmo me sacudía y no entendía lo que me sucedía mientras aquella mujer reía y dirigía mi miembro a su rostro para que le cayera ahí mi semen, fue un despertar tan intenso que incluso sentí vergüenza ante lo que ella hacía.

En cuanto terminó mi orgasmo ella se dio vuelta y comenzó  a limpiarse, yo me quede ahí sin saber que hacer, estaba sumamente confundido, no sabía que esperar, el silencio de esa mujer aumento mi miedo, aquella mujer se dirigió a la puerta y me dijo con enojo, que no me quería cerca de su hija, advirtiéndome:

-          No olvides lo que aquí ha pasado, y lo que te sucederá.

No entendí a qué se refería, no entendí que sucedería, ahí me quede por más de diez minutos, a solas en aquel lugar, con los pantalones y la trusa en mis pies, solo recuerdo haber llorado sin saber porque para después irme a mi casa sin hablarlo con nadie…

Aquella experiencia jamás la olvide y jamás la entendí completamente, pero algo similar se repitió cuando tuve quince años, fue después de una fiesta familiar en mi casa que ya de madrugada y vencido por el cansancio, subí a mi habitación a dormir, solo para ser despertado violentamente por una prima mía cinco años mayor que yo y que estaba sumamente borracha, fue violento el despertar pues sentí una gran opresión en mi pecho, abrí los ojos y en la penumbra pude ver que mi prima Edith se había subido sobre mi pecho, llevaba su minifalda a la cintura y trataba de poner su vagina sobre mi rostro, yo trate de luchar para bajarla de mi, pero nuevamente el miedo se apodero de mi y me deje hacer, así que mi prima puso su vagina sobre mi boca y nariz y comenzó a mover su pelvis, embarrándome sus jugos vaginales por todo el rostro, ella vio mi pasividad y tomo mis manos poniéndomelas sobre sus senos y ordenándome le apretara sus tetas, yo lo hice más por miedo que por placer, no podía respirar y tenía miedo que alguien entrara a la habitación y se diera cuenta de lo que sucedía, justo cuando pensé que ella había terminado y se bajaba de mi pecho y rostro, sentí como tomaba mi pene entre sus manos por debajo de mi bóxer, la verdad es que no había sentido la erección que ahora llamaba la atención de mi prima, ella solo me decía entre balbuceos que no hiciera ruido, aunque quien hacia ruidos era ella, tomo mi miembro en su boca y comenzó a chuparlo, yo la deje hacer lo que quería, solo permanecía inerte en la cama, hasta que mi prima se levantó y sin más me dijo que le gustaba yo, se montó en mi y se penetró mientras comenzó a acelerar su movimientos  sin más, puso sus manos en mi cuello y comenzó a apretar, asfixiándome, yo trate de quitar sus manos de mi cuello pero ella se mostraba más frenética, podía sentir por la congestión de sangre agolpada que mi pene estaba sumamente erecto, al punto del dolor, pero al mismo tiempo sentía como su vagina apretaba mi miembro y eso me hacía sentir demasiado placer, entonces, repentinamente me soltó y me pidió la sujetara del cuello, así lo hice y me ordenó le apretara, yo lo hice, pero apenas con poca fuerza, ella se movía frenéticamente montándome y de momento me dio una cachetada fuertísima, me dijo que no me detuviera, que le apretara el cuello fuerte, lo volví a intentar, pero apenas con un poco más de fuerza, solo para que ella me volviera a abofetear con todas sus fuerzas, eso me enojo y entonces comencé a apretar su cuello tan fuerte como pude, ella solo comenzó a toser, pero mis manos impedían que de su garganta saliera el sonido de su tosido, solo se congestionaba su rostro, entonces sentí como aunado a ese sensación que sentía al aprisionar su cuello, su vagina apretaba de manera inusual mi verga, ella nunca dejo de mover su cadera con violencia y entonces la sensación en mi verga fue suprema, pude notar sus ojos llorosos en la penumbra de la noche y entonces solté su cuello, ella tomó una bocanada de aire y entonces me pidió lo volviera a hacer, me negué e intente empujarla para que se bajara, pero ella comenzó a golpearme en el rostro, por lo que solo pude cubrirme mientras ella seguía moviendo su cadera, en uno de tantos intentos de golpearme, un golpe de ella me pego justo en el oído izquierdo, y sentí que perdía el conocimiento, ella se bajó de mi y volvió a chupar mi miembro, yo me sentía confundido e intente levantarme, entonces ella arrodillada a los pies de mi cama, sin sacar mi miembro de su boca, con la mano derecha tomo mis testículos y los apretó, el dolor me venció y le pedí que parara, ella solo para un segundo para decirme que me preparara, volvió a succionar mi miembro mientras con su mano derecha apretaba mis testículos y extendiendo su brazo izquierdo, apretando mi cuello; al primer movimiento que intente para liberarme, ella apretó con fuerza mis testículos, por lo que tuve que dejarla hacer, pues solo así libero mis testículos de la presión, entonces ella comenzó a succionar y mover su cabeza con mayor ritmo, hasta que eyaculé, pero justo en ese momento, ella tomo mis testículos y les dio un fuerte apretón, que me hizo sentir me desmayaba, cuando me recupere del dolor pude ver que mi prima salía de la habitación y sin verme solo balbuceó:

-          Es mejor que me olvides primo.

El recuerdo de lo que de niño viví inundo mis pensamientos, volví a sentir confusión, placer y miedo, solo que ahora acompañado de dolor, me cubrí con una cobija y no pude evitar llorar nuevamente, me sentí indefenso, ahora con dolor y sin entender porque entre todo eso había sentido mucho placer.

Tuvieron que pasar tres años más para que lo entendiera.

Acudí a un bar con mis amigos de la universidad, tomamos bastante, era casi media noche cuando al lugar llegaron un grupo de cuatro chicas, el alcohol nos impulsó a intentar seducirles, sin embargo, tres de nuestros compañeros al acercarse e intentar platicar con ellas, fueron apabullados y todo quedó en eso, seguimos bebiendo y bromeando sobre la mala suerte de quienes habían intentado conquistar a aquellas chicas, sin embargo, en un momento tuve que levantarme al sanitario y al regreso, pase junto a la mesa de esas chicas, entonces, sin mediar palabra, una de ellas se levantó y estando evidentemente alcoholizada, me grito que no las molestáramos mas, aventándome el vaso de plástico con la cerveza que ingería, me golpeo en el rostro y toda su cerveza me baño el rostro, apenas estaba limpiándome cuando me percate que esa chica se abalanzaba hacia mi intentando golpearme, contrario a lo que pensé, nadie intento quitarla de encima de mí, por el contrario, todos coreaban a cada golpe que me propinaba, todos reían burlándose de mi situación, como pude logre separarme de esa chica y me fui a la mesa con mis amigos, pero las burlas de los demás clientes y del grupo de rock en vivo que amenizaba el lugar, me hicieron decidirme salir de ahí; mis amigos se quedaron ahí divertidos por la situación, salí y camine una calle aproximadamente, justo en la penumbra de un parque público, busque una banca para relajarme, todo a mi alrededor era obscuridad por la sombra de los árboles y la ausencia de luminarias funcionando, pasaron un poco más de diez minutos, justo cuando el sueño me quería comenzar a vencer debido al alcohol que había consumido, cuando sobre la calle, justo donde comenzaba la oscuridad de las sombras de los árboles, un vehículo se detuvo y entre gritos y risas, una mujer se bajó del vehículo, gritándoles improperios, al tiempo que se daba vuelta y se adentraba al parque donde me encontraba, caminando en evidente estado alcohólico, del vehículo le pidieron regresara pero al no hacer caso, continuaron su marcha, la chica se dirigía a donde me encontraba, seguramente por la oscuridad no me veía, casi a diez metros de donde me encontraba la identifique, era la misma chica que me había arrojado la cerveza en el bar, apenas la identifique cuando ella, sin darse cuenta que estaba una serie de arbustos pequeños en su camino, se tropezó, cayendo sobre los mismos, golpeando su rostro contra el suelo y quedando aquellos arbustos bajo su abdomen, me acerque para ayudarle, pero al estar junto a ella, recordé lo que me había hecho y enfurecí, en ese momento volví a sentir esa mezcla de miedo, confusión y enojo; debido al golpe estaba seminconsciente, llevaba una falda corta y debido a la posición en que cayo, su culo estaba apuntando hacia el cielo, así que sin más, me acerque a ella y le subí la falda mientras con la otra mano le bajaba el hilo dental que traía, yo tenía una erección dolorosa, así que en cuanto libere mi miembro sentí alivio, y sin más le escupí en el orto y le penetre, fue una penetración fuerte, aunque dolorosa pues no estaba muy lubricada a pesar de mi saliva, ella por el dolor intento liberarse, pero entonces gire mi cuerpo y le seguí penetrando de lado, así que coloque mi pie izquierdo entre su espalda y axila, impidiendo que se levantara y continúe penetrándola, ella trataba de liberarse y solo gemía y lloraba, aquello me excito a tope, pues  podía sentir como ella trataba de apretar su orto para impedir la penetración, ella renuncio a pararse, quizá perdió el sentido y entonces, volví a girar mi cuerpo solo para recargarme totalmente sobre su cintura con ambas manos y dejar caer el peso de mi cuerpo sobre su culo mientras la penetraba violentamente, quería penetrarla por su vagina, así que la gire rápidamente, girando y cayendo boca arriba sobre el piso, entonces pude ver su rostro lleno de lágrimas, saliva y tierra mezclada con unos pequeños rastros de sangre, aquella imagen fue tan satisfactoria que aun sin penetrarla comencé a eyacular, ella comenzó a moverse así que arregle la ropa y camine alejándome de ahí, cuando de las penumbras distinguí a un vagabundo que me había estado mirando, le sonreí y le dije:

-          Te la regalo

Todo tiene un inició, todo tiene final, se cuando comencé y por un tiempo desee parar, pero hoy entiendo que lo que viví me hizo lo que hoy soy y tengo una clara razón de ser: soy lo que en su vida ellas necesitan, lo que en ese momento requieren; depende de ellas aprovechar su experiencia vivida o arrojarla a un cajón en lo más profundo de su interior…