Apocalítico hero (Parte quinta)
Joss, lejos del campamento, logra contactar con Asn y Yio, sus compañeras de viaje. Charla con las dos, las tranquiliza y les promete volver pronto junto a ellas y el resto del grupo.
I (Joss)
Llevaba bastante tiempo lejos del campamento, y pensaba en el grupo, en mis hijos, pero sobre todo en Yio y en Asn, no podía sacarme a aquellas dos mujeres de la cabeza. Pensaba en Ans, en cómo cuidaba de mis hijos, en cómo se negaba a que yo hiciese nada de cocina cuando regresaba de explorar tras hora y con algo de comida, cómo me preparaba café o me animaba a tomar una siesta pidiéndole a los chicos que no hiciesen ruido durante un rato para que yo descansara. Pensaba en Yio y como siempre apartaba una de las mejores manzanas para mí, o como me preparaba el saco de dormir muchas noches para que yo pudiese descansar cómodamente. Ambas me cuidaban hasta rayar el mimo y quizá la espantada de abandonar el campamento no fue una manera correcta de mostrarme agradecido. Pero sentía rabia por todo lo sucedido. Horas atrás Asn me llamó por el walkie y me negué a responder, pero hubo un momento en el que consideré que una vez que ya andaba calmado lo más conveniente es que contactase con el campamento porque estaba preocupado por el grupo; así que me detuve para descansar pues ya anochecía, acampé y encendí una fogata. Antes de echar mano del walkie comí algo de atún en conserva, fruta y un par de caramelos.
II
-¿Alguien me escucha? Soy Joss -pregunté pulsando el botón del walkie. Repetí un par de veces más mi pregunta y finalmente respondió una de las hijas de Yio. Le pedí que le pasase la comunicación a Asn e inmediatamente mi cuñada se puso al aparato.
-¿Hay equipaje para llevar? -preguntó Asn.
Hay un sueño que cumplir y nada más- respondí yo en aquella especie de contraseña que ideamos para asegurarnos que el interlocutor pertenecía al grupo y no se trataba de una trampa de los patrulleros.
¡Joss, Dios mío! Estamos muy preocupados por ti -dijo casi sollozando Asn.
-No tengáis cuidado, estoy bien. ¿Y vosotros? ¿Cómo estáis?
-Intentamos que los chicos no tengan miedo, pero Yio y yo estamos algo asustadas.
-Lo haréis bien en mi ausencia, sed fuertes -la animé.
-Vuelve pronto, te lo suplico.
-Lo haré, puedes estar segura, pero antes tengo que hacer algo.
-¿El qué? -quiso saber Asn.
-Ya te lo diré a mi regreso…, ahora es mejor que interrumpa la comunicación, mi walkie no tiene demasiada batería.
-¡Espera! Yio quiere decirte algo.
Antes de despedirse Asn me pidió que me cuidara, y yo le pedí que besase a mis hijos de mi parte; además de algunas instrucciones que le sugerí para la buena marcha del campamento.
-¿Cómo estás Joss? -me preguntó Yio al otro lado del walkie, notando su voz como en una especie de susurro e imaginando que buscaba un aparte para hablar conmigo.
-Estoy bien, quédate tranquila.
-Fui una estúpida, nunca debí de acusarte de algo semejante, ¡perdóname, te lo suplico! Sé que te has marchado por mi culpa.
-No Yio, no tienes que pedir perdón. Reconozco que me fui tremendamente furioso, pero he recapacitado y sé que actuaste como una buena madre, eso nada más. Estamos todos asustados y confundidos con esta situación insólita en nuestras vidas, por eso a veces es normal que nos alteremos. De modo que descansa tranquila y no te atormentes, pronto nos veremos.
-¿Lo dices de verdad Joss? -me preguntó.
-Te doy mi palabra.
III (Joss)
Era curioso que la primera conversación entre comillas íntima que tuve con Asn y Yio, ambas por separado, fuese a través del walkie. Las noté cercanas, sensibles, vulnerables y si apuramos incluso cariñosas. Aquella conversación nos sirvió para tranquilizarnos aquella noche estrellada. Y sí, una vez más, antes de dormirme, me masturbé.
Desperté al amanecer, un tanto aterido por el frío. Estuve un rato vislumbrando el cielo,incluso con los prismáticos ya que se rumoreó, y era más que probable, que las patrullas utilizaban drones para buscar y localizar a grupos disidentes; buscaban, según habíamos escuchado en alguna emisora clandestina,a personas que hubiesen superado el 2021-nCoV con la intención de encontrar una vacuna tras crueles experimentos en los que los conejillos de indias perdían vida en la mayor parte de las ocasiones.
Me puse en marcha después de que el sol se elevase un poco más y tras una media hora camino pude ver la cabaña con los prismáticos como a un par de kilómetros, por lo que me detuve por cautela antes de aproximarme más. Casi tuve que echar cuerpo a tierra puesto que no había obstáculos naturales que se interpusieran entre el campo visual que me separaba de la cabaña. Decidí tomarme mi tiempo para llevar a cabo mi plan, así que me senté a vigilar con la intención de comprobar cuántas y qué tipo de personas se alojaban en la cabaña. Aunque pudiera sonar cruel en aquel tiempo se trataba de sobrevivir, en muchas ocasiones a costa de otros; y para que aquella patrulla dejase de perseguirnos mi plan era hacer arder la cabaña con ellos dentro. Cuando lo tuviese claro y a la menor oportunidad con ellos dentro, me aproximaría por el lado norte del edificio en el que había una hilera de seto para ocultarme y ejecutaría mi plan.