Apocalipsis XII

Sigue la vida en la granja

Después unas semanas, las tensiones sexuales entre todos se relajaron bastante. Ahora todas estaban siempre calientes y dispuestas a satisfacer sus deseos sexuales, principalmente con Javier, pero si él no podía, no tenían ningún problema en satisfacerse entre ellas. Tanto era así, que Cinthia habló con sus hijas, para sorprender a Javier. Cinthia sabía que a su hijo le gustaban las orgías, así que las convenció para hacer una pequeña orgía de ellas tres con Javier.

Flashback

Cinthia: Nenas, venid un momento – dijo entrando al salón y llevándose a sus hijas a la cocina.

Mariana: ¿Qué pasa, mamá? – dijo curiosa.

Cinthia: Bueno, sabéis que a vuestro hermano le gusta el sexo en grupo, ¿no?

Rachel: Sí, ¿por? – dijo curiosa.

Cinthia: Pues que es eso lo que le vamos a hacer, cómo regalo de navidad – dijo sonriente.

Mariana: ¿Una orgía? – dijo sorprendida.

Cinthia: Sí, una orgía nuestra – dijo señalándolas – y de Javier.

Rachel: Mami, eres un genio – dijo sonriente mirando cómplice a su hermana - Aceptamos.

Fin del flashback

Ese día, la mañana de navidad después de la noche de nochebuena en la que tuvo sexo con Olga y con Lucía, Javier amaneció como de costumbre, se levantó y se dirigió al baño dónde Isabel lo esperaba con una sonrisa en la boca para asearle. Bajó a desayunar y extrañado desayunó solo, junto a su abuela, que extrañamente no le pidió mamarle la polla como desayuno. Se dirigió al cobertizo a empezar con sus tareas. Cuando a media mañana volvió al cobertizo para dejar las herramientas y descansar se encontró allí a sus hermanas y a su madre vestidas con un traje de diseño casero de mama Noel.

Javier: ¿Qué hacéis aquí así vestidas? – dijo sorprendido.

Cinthia: Darte tu regalo de navidad – dijo sonriendo sensual.

Javier: ¿Cuál regalo? – dijo sonriente.

Mariana: Cómo has sido un buen hombre este año – dijo sonriendo sensual.

Rachel: Y te has portado tan bien – dijo sonriendo pícara.

Cinthia: Vamos a darte una buena mañana de sexo – dijo sonriendo sensual.

Javier: ¿Me vais a cumplir la fantasía de follaros a todas vosotras a la vez? – dijo sorprendido.

Cinthia: Eso mismo, amor – dijo sonriendo sensual.

Mariana: Ven a por tu regalo – dijo traviesa.

Rachel: Estamos listas para que lo desenvuelvas – dijo pícara.

Javier fue sonriendo pícaro hacia dónde se encontraban su madre y hermanas y se abalanzó sobre ellas, abrazándolas con fuerza y besándolas con pasión. Ellas correspondieron efusivamente a su abrazo y sus besos, al mismo tiempo que se besaban entre ellas, dándole una visión muy sensual a Javier, que se calentaba enormemente ante el espectáculo. Poco a poco, se fueron desnudando delante de Javier, con sensualidad y picardía, sonriéndole traviesas. Se acercaron desnudas a Javier que, sabedor de lo que le esperaba, se dejó rodear por sus mujeres. Mariana se colocó a su izquierda y comenzó a besarle la cara y el cuello, pasando por la oreja mientras le acariciaba el pecho. Misma operación hacía Rachel en su derecha. Entre ambas le desnudaban. Cinthia se colocó de frente y besaba su boca y su pecho. Javier ya tenía una erección de caballo.

Javier: ¿Qué queréis, putas?

Mariana/Rachel/Cinthia: A ti, amor – dijeron al unísono.

Javier: ¿Qué deseáis, putas?

Mariana/Rachel/Cinthia: Que nos hagas tuyas, amor – volvieron a decir al unísono.

Javier, ya desnudo, cogió a Mariana de los pelos y la colocó encima de las alpacas de paja a cuatro patas mirando para la pared y con las piernas abiertas.

Javier: ¡Vas a comer polla, putón! – dijo a Mariana – Puta, cómele el coño a este putón – dijo a su madre – Putita, ¡dame teta! – dijo a Rachel.

Mariana comenzó a comerle la polla con una mirada de deseo y amor, mientras que su madre se colocó entre las piernas de su hija mayor para comenzar a comerle el coño. Rachel, con una sonrisa, se acercó y le puso sus tetas cerca de su boca para que se deleitase.

Cinthia: ¡Qué rico coño tienes, putón! – dijo mientras le metía un par de dedos en su coño.

Rachel: ¡Sigue comiéndome las tetas, amor, no pares, oh sí! – gemía acariciando su cabeza.

Mariana: ¡Mmmmggghhh! – gemía con la boca llena de la polla de su hermano.

Javier le comía las tetas a su hermana menor con ansia, le encantaban sus tetas. Mariana se tragaba entera su polla. Cinthia le había cogido el gusto a comerle los coños a sus hijas y ya tenía experiencia en hacerlas correrse. Mariana se corrió cuando su madre le mordió el clítoris y Javier le follaba la boca y la garganta, incrustándole la polla y dejándosela dentro unos segundos, haciendo que tuviera que aguantar las arcadas, y su hermano se dio cuenta.

Javier: Muy bien, putas – dijo agarrando ambas tetas de Rachel con fuerza haciéndola gemir de placer – Alguien se ha corrido sin mi permiso, ya sabéis lo que os toca.

Mariana/Rachel/Cinthia: Si, amor – dijeron contentas por el castigo que vendría ahora.

Mariana, Rachel y Cinthia se colocaron encima de las alpacas de paja apiladas formando una cama, y se pusieron a cuatro patas, con las piernas bien abiertas y sus culos y coños expuestos, mirando hacia Javier. El muchacho se colocó detrás de su madre y le ensartó su polla en su coño de una estocada haciéndola gritar mientras con una mano les dilataba el culo con los dedos a sus hermanas, que gemían de placer.

Cinthia: ¡Oh sí, amor, dame fuerte, usa a tu puta, oh sí, no pares, me encanta, soy tuya! ¡Me corro! ¡Castígame! – gemía.

Mariana: ¡Amor, castiga a este putón, que se lo merece! – gemía al notar cómo su hermano le metía varios dedos en su culo.

Rachel: ¡Oh sí, amor, castígueme, hazme ver quien es mi dueño! – gemía.

Javier: ¡Toma polla puta, oh sí, cada día sois más guarras! ¡Te voy a romper el culo a pollazos, putón! – gemía follando a su madre - ¡Y a ti, puta, te lo voy a romper para que aprendas a no correrte sin mi permiso! – gemía apuntando a su hermana mayor - ¡Toma polla, oh sí!

Cinthia no paraba de correrse debido a la intensidad de la follada. Por eso, a los pocos minutos de estar Javier follándola se desmayó tras un orgasmo extremadamente intenso. Javier al ver que estaba desmayada, sacó su polla de su coño, la acostó en las alpacas de paja y ensartó de una estocada a Mariana por el culo mientras volvía a meter varios dedos en el culo de su hermana pequeña.

Mariana: ¡Oh sí, amor, reviéntame el culo, castígame, hazme tuya, muéstrame quien es mi dueño y señor, oh sí! ¡Me corro! – gemía loca de placer.

Rachel: ¡Amor, no pares de usar mi culo con tus dedos! – gimió mirándolo con deseo.

Javier: ¡Ahora vais a saber que conmigo no se juega, putas! – gemía cogiendo de los pelos a Mariana - ¡Toma polla, putón! ¡Zorra, perra!

Mariana: ¡Oh sí, dame más, amor, soy tuya, oh sí, más duro, sigue! – gritaba de placer.

Javier penetraba el culo de Mariana con mucha intensidad, haciéndola correrse sin remedio. Javier, tras ver como su hermana mayor disfrutaba con el sexo anal que le estaba propinando, le sacó la polla de su culo y la ensartó por el coño, haciendo que el placer de su hermana mayor se multiplicara exponencialmente.

Mariana: ¡Oh sí, amor, fóllame el coño, hazme tuya, dame más, sí, oh sí, así, fóllame duro, sí, fuerte, salvaje, oh sí! ¡Me corro! – gemía loca de placer.

Javier: ¡Zorra, perra, guarra, puta! – gritaba a cada embestida.

Javier follaba bestialmente a su hermana mayor, descuidando a su hermana menor. Luego de unos minutos, Javier mordió a Mariana en el cuello clavándole los dientes sin dejar de follarle el coño mientras que Mariana se corría como loca y caía rendida al lado de su madre. Javier, miró a Rachel, se colocó tras ella y con una sonrisa maliciosa le rozó su polla en su encharcado coño, pero la penetró el culo de una estocada.

Rachel: ¡Oh sí, rómpeme el culo amor, sí, me matas de placer! – gimió sintiendo una mezcla de placer y dolor - ¡Muévete, amor, empieza a taladrar mi culito!

Javier: ¡Eso quieres, eso tendrás, putita! – gimió dándole un azote en su culo - ¡Muévete perra, te voy a reventar el culo por puta!

Rachel tomo esa orden como un banderazo de salida y comenzó a mover su culo como si de una batidora se tratase al mismo tiempo que Javier comenzó a moverse aumentando el ritmo de la follada hasta hacerla salvaje, dura, fuerte, con un ritmo vertiginoso y haciendo gritar a Rachel, que se corría cada vez más intensamente, encadenando orgasmos.

Rachel: ¡Oh sí, sigue así, no pares, me matas de placer, oh sí, más, más, darme más, oh sí, me corro! ¡No pares nunca de follarme así, amor! ¡Soy tuya, oh sí! – gritaba de placer.

Javier la azotaba el culo al mismo tiempo que se la follaba bestialmente y tras unos minutos de intensa follada, decidió follarla el coño, luego de morder su cuello y hacerla correrse como loca. Le sacó su polla del culo y la ensartó por el coño, haciendo que diera un grito enorme de placer.

Javier: ¡Toma polla, putita, no voy a parar hasta preñarte, guarra! ¡Toma polla, putita mía, toma rabo! – gemía.

Rachel: ¡Oh sí, amor, no pares, préñame, me matas de placer, oh sí, me encanta, dame más, sí, oh sí! – gritaba de placer.

Javier no paraba de darle polla a su hermana pequeña que no paraba de correrse, encadenaba un orgasmo con el siguiente, todos muy intensos. Javier le dio la vuelta violentamente y empezó a comerle las tetas. Luego de unos minutos intensos de follada, Javier se corrió en su coño, al mismo tiempo que su hermana mayor y su madre despertaban.

Rachel: ¡Córrete dentro de mi coño, amor, dame toda tu leche en mi coño! ¡Vamos dame tu leche en mi coño, amor! – gimió haciéndole la pinza - ¡No pares de follar a tu putita hasta que te vacíes los huevos en su coño! ¡Oh sí, me corro, dámela toda!

Javier: ¡Me corro, putita, me corro dentro de tu coño! ¡Toma mi leche, oh sí, toda entera en tu coño! – gemía.

Mariana: ¡Vamos, amor, preña a tu putita! – dijo sabiendo el deseo de su hermanita de darle hijos ya a Javier.

Javier se corría como un bestia en el coño de Rachel, que recibía loca de contenta la descarga de leche de su amado mientras se unía a él en un intenso orgasmo. Mariana se corrió al mismo tiempo que ellos, tras el sonoro azote que le dio Javier. Cinthia miraba con una sonrisa de felicidad en su rostro. Cuando se calmaron se tumbaron en las alpacas de paja, abrazados.

Cinthia: ¿Te ha gustado, amor? - dijo aún mareada – Perdón por desmayarme, pero ha sido muy intenso – dijo mirándolo con infinito amor y deseo - ¡No dejes nunca de follarme así! – le pidió.

Javier: Me ha gustado, cómo siempre – dijo sonriéndolas mientras se le acurrucaban más – Nunca dejaré de follaros así – prometió.

Rachel: Eso esperamos – dijo feliz, acurrucándose a su lado.

Luego de unos minutos de descanso, viendo como le miraba su hermana Mariana, y que tanto su hermana pequeña como su madre estaban dormidas, empezó a besar a su hermana lentamente, sensualmente, con pasión, jugando con sus lenguas.

Mariana: ¿Quieres algo, ojitos? – dijo sonriendo.

Javier: A ti, hermanita – dijo acariciando su culo con lascivia – Te deseo.

Mariana: Yo te amo, te deseo, te adoro – decía entre besos.

Javier: Como me pones, perra – dijo llevando sus manos al culo de su hermana.

Mariana: Toca mi culo, amor, sáciate de él – dijo besándolo apasionadamente mientras gemía por sus tocamientos y apretones de culo – Tú también me pones mucho – gimió agarrando el culo de su hermano.

Javier: Tienes el mejor culo del mundo – apretujándolo – Estás tremendamente buenorra, hermanita.

Mariana: Y tú tienes los mejores ojos, la mejor boca, las mejores manos, el mejor cuerpo, la mejor polla, el mejor culo de todo el universo, amor – dijo entre besos tocando cada parte de su cuerpo - ¿Me vas a dar polla, amor? ¿Vas a darle polla a tu mujercita? – gimió entre besos - ¡Quiero tu polla!

Javier: Está a tu servicio, hermanita – dijo lujurioso.

Mariana besó ardientemente a su hermano, metiéndole la lengua en su boca y jugando lengua con lengua. Luego, se puso de cuclillas, para empezar a pajearlo mirándole a los ojos.

Mariana: ¿Sabes lo que me pone que me mires así mientras te hago esto? – dijo lujuriosa.

Javier: No – gimió.

Mariana: Mucho, amor – dijo empezando a pajear con ambas manos la polla de su hermano.

Javier: ¡Oh sí! ¿Y qué más deseas hacerme? – gemía.

Mariana: ¡Esto! – dijo lamiéndole la polla desde los huevos a la punta.

Javier: ¡Oh sí! ¿Y qué más? – gimió.

Mariana: ¡Esto! – dijo cachonda y lujuriosa metiéndose de una estocada la polla de su hermano hasta la garganta sin dejar de mirarle a los ojos.

Javier: ¡Oh sí, traga polla, puta, sí, me encanta! – gemía.

Mariana comenzó a hacerle una mamada lenta y profunda mientras no dejaba de acariciarle los huevos con una mano y pajearle con la otra, sin dejar de mirarle a los ojos. Javier observaba extasiado cómo su hermana le hacía una mamada de campeonato. Luego de unos minutos de disfrutar de la mamada de su hermana, le agarró del pelo y le hizo una coleta para, acto seguido, agarrarla de ahí y empezar a follarle la boca.

Javier: ¡Oh sí, traga polla, puta, sí, cómetela enterita, así, toda, sí! – gimió - ¿No has tenido ya suficiente de mi polla, puta? ¡Pues toma polla, perra!

Mariana: ¡Mmmmmmhhhgggg! ¡Mmmmmmhhhgggg! ¡Mmmmmmhhhgggg! – gemía.

Javier comenzó a follarle la boca a su hermana profundamente, mientras ella recibía gustosa esa profunda follada de boca. Javier le metía la polla, al principio lentamente, hasta el fondo de su garganta, llevándola al límite, mientras Mariana aguantaba las arcadas y recibía la polla de su hermano en su garganta. Poco a poco, Javier aumentaba el ritmo de la follada de boca a su hermana. Luego de unos minutos así, con la polla bien ensalivada se la sacó de la garganta y comenzó a pajearse en su cara.

Javier: ¿Te gusta cómo te follo la boca, puta?

Mariana: ¡Me encanta! – gimió recuperándose - ¡No pares, amor, quiero que me folles!

Javier le sacó la polla de la boca a su hermana y le subió para empezar a besar apasionadamente a su hermana mientras le agarraba del culo fuertemente haciendo el roce de sus sexos más intenso. Mariana estaba empapada, deseaba sentir la polla de su hermano en su coño y en su culo, no dudó en intensificar el beso con más pasión, lujuria y amor. Mariana le agarró la polla de su hermano y comenzó a pajearlo mientras le restregaba sus tetas por su torso sin dejar de besarle. Luego de unos momentos, Javier se separó de su hermana y le lamió los labios haciéndola gemir.

Javier: Quiero comerte enterita, hermanita – dijo llevándola al pajar.

Mariana: Eso suena muy bien, amor – gimió abrazada a su cuello mientras su hermano le empezaba a comer las tetas - ¡Oh sí, mi amor, cómete mis tetas, sí, que placer, sí, me encanta! – gimió.

Javier: ¡Me encantan tus tetas! – gemía.

Mariana: ¡Son tuyas, mi amor! – gimió.

Javier comenzó a comerle las tetas a su hermana mientras no dejaba de agarrarla del culo. Mariana no paraba de gemir. Javier bajaba por las tetas de su hermana hacía su coño. Tras mirarla pícaro, se levantó antes de llegar a su coño y la empujó contra el pajar para, tras la sorpresa inicial de Mariana, colocarla a cuatro patas.

Javier: Prefiero esta postura contigo, puta – dijo colocándose entre sus piernas.

Mariana: ¡Cómo tú quieras, mi amor, pero no pares! – gimió.

Javier colocó su cara enfrente del coño de su hermana, primero acercó su nariz a su encharcado coño y aspiró su aroma. Javier dio un lametón desde el coño hasta el culo a su hermana, haciéndola gemir más fuerte. La lengua de Javier comenzó a jugar en el coño encharcado de su hermana que no paraba de gemir hasta que, luego de unos segundos y sin poder aguantarse, se corrió fuertemente con la lengua de su amado hermano jugando con su clítoris.

Mariana: ¡Oh sí, me encanta cómo me comes el coño y el culo, amor, sí, no pares, me corro, me corro, sí, sí, sí, más! – gimió.

Javier, al ver cómo se corría su hermana, aumento la intensidad y empezó a penetrar con su lengua el coño de su hermana. Javier empezó a jugar con los dedos en el ojete de su hermana, primero pasando dos dedos por su agujero y luego llevando su lengua hasta él. Mariana, al sentir la lengua de su hermano salir de su coño para empezar a lamer su ojete, se abrió las nalgas, mostrándole a su amado hermano su ojete rosado, abierto por él mismo antes.

Mariana: ¡Mira mi culo, mi amor! Mira lo que le has hecho – gemía ansiosa.

Javier comenzó a lamerle el culo, las nalgas, la raja y el ojete causando gemidos de placer a su hermana. Javier empezó a lamer el culo de su hermana mientras le acariciaba el coño con una mano y con el dedo pulgar jugueteaba con su ojete.

Mariana: ¡Me encanta lo que me haces, mi amor! – gemía ansiosa - ¡No pares, sigue, así! ¡Necesito que me lo folles! – gimió meneando su culo - ¡Oh sí, mi amor, dame placer, usa a tu mujer, a tu puta, sí, sí! – gemía ansiosa.

Javier siguió lamiéndole el culo y el coño mientras no paraba de masturbar el ojete. Mariana estaba al borde del orgasmo y cada vez gritaba más.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, sigue, sí, me encanta, no pares, sí, sí, me voy correr, sí! – gemía.

Javier: ¡Córrete en mi boca! – ordenó empezando a comerle el coño.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, me corro, sí, me encanta tu lengua, sí, sí! – gritaba.

Javier se tragaba la corrida de su hermana, mientras Javier enfiló su ya dura polla al ojete de su hermana.

Mariana: ¡Hazlo, mi amor, hazme tuya de nuevo, lo deseo! – gimió haciendo mayor contacto moviendo su culo, con la polla de su hermano.

Javier jugó un poco con el ojete y el coño empapado de su hermana antes de colocar su polla en su ojete y comenzar a penetrarlo suavemente y hasta el fondo, de una estocada, arrancando un gritó mitad de placer mitad de dolor a su hermana.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, me estás follando el culo, amor! – gemía.

Javier: ¡Oh sí, te voy a follar tu precioso culazo, hermanita, el culo de mi mujer, de mi puta! – gimió agarrándola de las nalgas y comenzando a sacarle la polla del culo para volver a meterla, despacio.

Mariana: ¡Me encanta, mi amor, me matas de placer, sigue, sí, despacio, folla a tu mujer, sí! – gemía - ¡Sí, mi amor! Tú mujer se masturba mientras su hombre se la folla, ¡oh sí, sigue! – gemía.

Javier: ¡Pienso follarte bien follada! – gimió.

Mariana: ¡Oh sí, no pares, mi amor, me rompes mi culo, sí, hazme tuya, sí, sí, sí, me corro, sí, dame más, azota a tu puta, sí, sí, sí! – gemía y gritaba extasiada - ¡Dame más, no pares, sí, sí, sí, me corro mi amor, tu puta se corre, sí, sí!

Javier: ¡Eres más puta de lo que pensaba, hermanita! – dijo empezando a darle azotes a su hermana sin dejar de follarle el culo - ¡Me encanta tu culo!

Mariana: ¡Soy la más puta para ti, mi amor! – gimió descontrolada empezando a mover su culo enterrando aún más la polla de su hermano dentro - ¡Soy tuya, tu puta, tu mujer, tu zorra! – gritó uniendo un orgasmo con otro.

Javier: ¡Tienes prohibido correrte sin mi permiso, puta, o no te follaré más! - Dijo tirando del pelo a su hermana como una yegua, que ya no aguantaba más su orgasmo.

Un rato más tarde, viendo que su hermana estaba loca de placer y ya no aguantaba su orgasmo, se apiadó de ella y la dejó correrse.

Javier: ¿Quieres correrte, puta? – le preguntó.

Mariana: ¡Sí, mi amor, no aguanto más, quiero correrme con tu polla en el fondo de mi culo! – gritó sin dejar de masturbarse.

Javier: ¡Pues córrete, puta, córrete para tu hombre! – dijo azotando más fuerte a su hermana - ¡Demuéstrame cuanto me deseas!

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, sí, tu puta se corre, sí, eres el mejor, mi semental, sí, no pares de romperme el culo, sí, me corro otra vez, sí, sí, sí! – gritaba de placer.

Mariana se corrió mientras Javier le tiraba fuerte del pelo, sin saber que haciendo eso, el contacto era mucho mayor con su polla y se la incrustaba más a fondo, incrementando su placer enormemente. Javier, satisfecho porque su hermana le haya entregado su culo, le sacó la polla de su culo y se la insertó en su encharcado coño de una estocada, haciéndola gritar más aún.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, folla mi coño, el coño de tu mujer, sí, dame fuerte, rómpeme el coño, sí, más, más, mas, dame duro, sí, me encanta mi amor, no pares, sí, me corro! – gritaba uniendo orgasmos.

Javier: ¡Oh sí, que coñito más estrecho tienes, zorra, sí, te voy a follar bien follada! – gimió pellizcando sus pezones sin dejar de follarla.

Mariana: ¡Sí, mi amor, fóllame entera, sí, soy toda tuya, no pares! – gemía.

Javier comenzó una brutal follada al coño de su hermana que gritaba de placer. Mariana aguantó uniendo orgasmos, uno tras otro, la tremenda follada que le daba su hermano, tan salvaje, con tanto deseo, estaba en el cielo. Luego de unos minutos de intensa follada a su hermana y aguantando el correrse, Javier sacó su polla del coño de su hermana y se lo insertó en el culo, comenzando así una follada intercambiando ambos agujeros.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, folla mi culo y mi coño, folla a tu mujer, sí, dame fuerte, rómpeme el culo, sí, más, más, mas, dame duro, sí, me encanta mi amor, no pares, sí, me corro, folla mi coño, más, más, sí, sí, sí!

Javier: ¡Oh sí, me encanta follarte, puta, me encantas tú! – gimió azotándola duramente.

Javier siguió follándose a su hermana salvajemente por todos sus agujeros durante unos minutos más hasta que ya no aguantó más y se corrió en su coño.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, me matas de placer sí, me corro!

Javier: ¡Oh sí, me voy a correr, puta, te voy a llenar el coño de leche, zorra! – gimió azotándola.

Mariana: ¡Oh sí, mi amor, córrete en el coño de tu mujer, de tu puta, dame tu leche, quiero tu leche, sí! – gemía - ¡Préñame, preña a tu puta!

Javier: ¡Oh sí, me corro, sí, toma mi leche en el coño, puta, sí, sí, sí, me corro!

Javier se corrió como un animal en celo en el coño de su hermana mientras Mariana tenía un brutal orgasmo al sentir como su hermano le llenaba el culo de leche. Su madre y su hermana despertaron justo a tiempo para observar adormecidas como Javier se corría en el coño de Mariana, quién después de correrse, se desmayó y cayó sobre la paja inconsciente.

Cinthia: Déjala descansar, amor – dijo somnolienta – Nos metes mucha caña, pero nos matas de placer – dijo sonriente.

Javier hizo caso a su madre y recostó a Mariana al lado de su madre, tumbándose él también con ellas y quedándose dormido, abrazados. Todos se durmieron relajados. La vida para ellos era perfecta, la familia que habían formado. Las cosas les iban bien, no tenían ataques de ningún tipo, vivían tranquilos.