Apocalipsis XI
Javier sigue divirtiéndose con sus mujeres
Al día siguiente, Javier dormía plácidamente cuando su madre y su abuela entraron a despertarlo. Lo hablaron la noche de antes, querían despertar a Javier con sexo. Fueron desnudas y sigilosas a su cama. Se acercaron a él y lo miraron dormir, con ternura. Con sigilo comenzaron a colocarse cada una a un lado de él. De manera sensual y muy despacio fueron besando la cara, las orejas, la boca, el cuello y el pecho de Javier, haciéndole despertar poco a poco.
Cinthia: Vamos, mi amor, despierta, recibe los buenos días de tu mami y tu abuela – dijo sonriéndole mientras lo acariciaba en el pecho con deseo.
Rosario: Sí, cielo, despierta y da a este par de putas una buena follada – dijo lasciva mientras le mordisqueaba los pezones.
Javier: ¡Mmmmm! – gemía en sueños.
La madre y la abuela se dedicaban a despertarlo, pero antes de despertarlo a él, despertaron a su polla, que se irguió para deleite de ambas. Se miraron lascivas y traviesas para bajar ambas y empezar a lamerle la polla. Cinthia comenzó a acariciarle la polla suavemente, sin despertarlo al principio, pero cuando Rosario agarró sus huevos y los lamió, no pudo evitarlo, y Cinthia comenzó a pajearlo suavemente, al mismo tiempo que le daba suaves besos en el cuello. Javier se despertó y se encontró a su madre y su abuela, desnudas, comiéndole los huevos y pajeándole.
Javier: ¡Mmmhhgg! Esto sí que es un buen despertar – susurró roncamente.
Cinthia: ¡Mi amor! – dijo besándolo con pasión – Buenos días, amor.
Javier: Sí que son buenos días, sí – susurró lamiendo los labios de su madre – Pero serían mejores si tuviera vuestras tetazas a mi disposición – dijo pícaro.
Cinthia le colocó sus tetas en la boca, mientras que empezaba a pajearle al mismo tiempo que Rosario se colocaba más arriba para que Javier alcanzara a tocar sus tetas y aprovechar para comerse la polla de su nieto. Rosario comenzó lamiéndole la cabeza de la polla para, poco a poco, incrustársela en la garganta, lenta y sensualmente, haciendo que Cinthia abandonara la paja y le agarrara los huevos. Javier le comía las tetas a su madre mientras le agarraba las tetas con una mano a su abuela.
Javier: ¡Oh sí, seguid así, putas, dadme teta! – gemía.
Cinthia: ¡Oh sí, sigue, mi amor, sigue comiéndole las tetas a mami! – gemía agarrándole los huevos sensualmente - ¡Serás puta! Si que le tenías ganas a la polla de mi hijo – acusó lujuriosa cogiendo su cabeza y no dejándola sacarla - ¡Cómele la polla, putón!
Rosario: ¡Mmmmmhhhh! – gemía tragándose cada vez a una velocidad más rápida la polla de su nieto.
Rosario le comía la polla cada vez más rápido y profundo, llegando a follarse ella sola su boca y garganta. Cinthia, viendo como acaparaba Rosario la polla de su hijo, le quitó las tetas de la boca a Javier y se colocó a cuatro patas delante de él, mirándole, para bajar a comerle los huevos, a lamerlos, a succionarlos. Javier gemía, lascivo. Rosario aprovechó y se sentó encima de la cara de su nieto, dándole su encharcado coño. Javier comenzó a comerle el coño con gula, con maestría. Cinthia se puso muy cachonda al ver la polla de su hijo siendo engullida por la garganta de su suegra, así que empujó a su suegra y se montó encima de la polla de su hijo, clavándosela entera de una estocada en su coño caliente.
Cinthia: ¡Oh sí, necesitaba esto, mi amor, cómele las tetas a mami! – gemía.
Rosario: ¡Serás puta! – la insultó mientras le retorcía los pezones con dureza.
Cinthia: ¡Sí, soy una puta, soy la puta de mi hijo, sí! – gritaba de placer empezando a cabalgarlo salvajemente.
Javier: ¡Vamos, puta, cabálgame! – exigía mientras comenzaba a azotarla con rudeza.
Cinthia: ¡Oh sí, sigue, mi amor, castiga a tu puta, sí, dame más azotes! – gemía.
Javier: ¡Calla la boca a esta puta! – exigió a su abuela.
Rosario: Como ordene, amo – dijo sumisamente.
Rosario, obedeciendo a su nieto, se colocó de pie con las piernas abiertas delante de Cinthia y, al igual que hizo con su nieto, le puso el coño y el culo en la cara, haciéndoselo comer. Cinthia, sin dejar de cabalgar a su hijo, comenzó a comerle el coño y el culo a su suegra aprovechando sus movimientos mientras se sujetaba a los muslos de su hijo. Rosario, en esa postura, dejó caer su cuerpo hacia delante para que sus tetas cayeras a la boca de su nieto, gesto que el muchacho agradeció, comiéndoselas con ansia.
Rosario: ¡Oh sí, que bien me comes el coño, puta, sí, me encanta, sí, me corro, me corro, sí, no pares, usa más profunda tu lengua, sí! – gemía dirigiendo a su nuera con habilidad - ¡Amo, sigue comiéndome las tetas así, me encanta que me las muerda!
Cinthia: ¡Mmmmmhhhhgggg! ¡Mmmmmhhhhgggg! ¡Mmmmmhhhhgggg! ¡Mmmmmhhhhgggg! – gemía.
Luego de unos minutos en los que su madre y su abuela no dejaron de correrse encadenando orgasmos, ambas se quitaron de encima, colocándose ambas a cuatro patas en la cama, delante de Javier, dándole la espalda, abierta de piernas, mirándole.
Cinthia: Vamos, mi amor, fóllanos – dijo besando a Rosario lascivamente.
Javier: Encantado, mi querida puta – dijo mirando el beso de ambas.
Rosario: Vamos, amo, folla a tu puta, a tu esclava – decía cachonda.
Javier: No sé, me lo pensaré – dijo rozándola con su polla en su coño.
Rosario: Amo, no me hagas sufrir más – le pidió – Te deseo dentro de mí, en todos mis agujeros, ¡oh sí! – gritó cuando Javier la penetró.
Javier: ¡Toma polla, putón, oh sí, que buen coño tienes, sí! ¡Cómo me estruja la polla, sí toma, toma rabo, sí! – gemía empezando a embestirla con fuerza, rudo.
Rosario: ¡Oh sí, amo, hazme tuya, sí, folla a tu puta, sí, sí, me encanta, sí, qué polla tienes, sí, es enorme, sí, sí, sí, me llega muy profundo, sí, dame más, no pares! – gritaba.
Rosario estaba disfrutando como nunca, estaba loca de placer, nadie la había follado con la pasión y la violencia con que se la follaba su nieto. Cinthia empezó primero a observar la escena mientras se tocaba el coño, pero pasados unos minutos se colocó detrás de Harry y empezó a lamerle el culo y los huevos.
Cinthia: ¡Me encantan tus huevos, mi amor, y tu culo! – decía mientras se los lamía y agarraba.
Javier: ¡Oh sí, no pares puta, no pares mientras me follo a la puta de tu suegra, oh sí, toma rabo, guarra, sí! – gemía.
Rosario: ¡Oh sí, no pares, sí, así, dame más, más fuerte, sí, me encanta, me corro, sí, sí, sí! – gritaba.
Javier: ¡Me encanta tu coño, zorra, pero me encanta más tu culo, oh sí! – gemía sacando su polla de su coño empapado y colocándola en su ojete – ¡Oh sí, toma polla en tu culo, puta, sí, que estrecho, sí, toma polla! – decía clavándosela en su culo despacio, pero profundo.
Rosario: ¡Oh sí, me duele, me duele mucho, pero no pares, hazme tuya, completamente tuya, oh sí, dame fuerte, dame más, sí, quiero tu polla en todos mis agujeros, sí! – gritaba.
Rosario estaba en el cielo. Javier siguió follándole el culo a su abuela mientras Cinthia le lamía sus huevos y el culo, pero de pronto su madre le agarró su culo y luego de darle un lametón a sus nalgas, metió su lengua en su culo, dándole un placer que hasta ahora no había tenido.
Javier: ¡Oh sí, que me haces! ¡Qué me haces, no pares me encanta, oh sí, sí! – gemía.
Rosario: ¡Oh sí, no pares de hacerlo Cinthia, lo noto mucho más grande dentro de mí, sí, me encanta, dame más polla, sí, sí, me corro! – gemía.
Cinthia: ¡Mmmmhhggg! – gemía presa de la lujuria.
Javier dejó que su madre le comiera el culo durante unos minutos en los que siguió follando a su abuela, tanto por el culo como por el coño, haciéndola correrse varias veces. Cuando Rosario ya no pudo más, le pidió parar.
Rosario: ¡Amo, para, no puedo más, para! – gemía.
Javier paró y se separó de su abuela, y tras comprobar que estaba agotada, cogió a su madre y la colocó en la misma posición que su abuela y la penetró su coño de una estocada, con rabia, con rudeza, con lujuria, haciéndola gritar de puro placer.
Javier: ¡Oh sí, te voy a follar enterita, por puta, oh sí, sí! – gemía.
Cinthia: ¡Oh sí, dame más, sí, me encanta, amor, sí, me corro, la puta de tu mami se corre, sí, sí, sí, no pares, sí, me corro! – gemía presa de la lujuria.
Javier comenzó a follar a su madre con ansia, con fuerza, intercambiando de agujero tras varias estocadas, haciéndola encadenar orgasmos sin parar. Rosario, cuando descansó un par de minutos, ocupó el lugar de su nuera detrás de su nieto y empezó a comerle el culo y los huevos. Lo hacía con maestría.
Cinthia: ¡Oh sí, mi amor, folla mi culo, sí, dame polla! – gemía.
Javier: ¡Oh sí toma polla puta, os voy a follar a las dos como nunca os han follado! – gimió cachondo.
Javier comenzó a follarse a su madre mientras con una mano se agarraba a su teta y la otra la usaba para azotar el culo a su madre, que encadenaba un orgasmo con otro mientras Javier la reventaba el culo y el coño a pollazos.
Cinthia: ¡Oh sí, mi amor, sigue follándome el coño, sí, me encanta, me corro, sí, sí, sí! – gemía - ¡Oh sí, azótame, sí! – gemía.
Javier: ¡Toma polla, perra, sí, toma polla! ¡Cómo me ponéis, guarras! – gimió cachondo.
Luego de unos minutos de intensa follada, Javier sacó su polla del culo de su madre y las agarró a ambas del brazo poniéndolas de rodillas en el suelo y empezando a pajearse.
Rosario: Vamos mi semental, báñame en tu rica leche, dame tu leche – le pedía masturbándose.
Cinthia: Vamos mi amor, dame tu leche, dámela toda, riégame con tu leche – le pedía ella también masturbándose.
Javier: ¡Oh sí, tomad mi leche, sí, en vuestras caras de putas viciosas, sí, sí, me corro, tomar leche! – gemía.
Javier se corrió bañando sus caras y tetas con su leche. Ambas se corrieron al notar la corrida de Javier cayéndolas y bañándolas. Ambas se lamieron la una a la otra y se limpiaron los restos de corrida de Javier. Cuando terminó de correrse, Javier se acostó en la cama con ambas mujeres a ambos lados de él, abrazadas a él.
Rosario: Eres un semental, definitivamente – dijo sonriendo.
Cinthia: Estoy de acuerdo, amor – dijo divertida – Nos dejas muertas.
Javier: Igual que vosotras a mí – dijo riendo – Vamos a levantarnos que ya es hora de ponernos a producir – dijo mirando la hora.
Tras unos minutos de merecido descanso, Javier se levantó y fue aseado por su tía Isabel. Ese día pasó sin más, entre el trabajo diario de la granja y el sexo con sus hermanas y Olga. Una semana después, todo marchaba igual, Javier trabajaba de sol a sol y las follaba cuando tocaba, pero ese día, no quiso hacer nada de nada con ninguna de ellas, lo que les preocupó. Era cierto que la mayoría estaban con la regla, pero Olga y Mariana acababan de terminar con el periodo. Por eso se pusieron de acuerdo, pues después de casi una semana sin sexo, estaban que se subían por las paredes. Esperaron que Javier subiera a su habitación después de cenar y le dieron un pequeño golpe en la cabeza con un jarrón de barro que quedó hecho añicos. Javier quedó inconsciente en el suelo, pero rápidas lo llevaron a la cama y lo amarraron. Ellas, como siempre, estaban completamente desnudas, pero Javier llevaba un pantalón largo para evitar que alguna de sus locas mujeres lo violara, ese día quería descansar. Al rato, Javier despertó, para encontrarse atado en la cama y en presencia de Olga y Mariana.
Javier: Pero, ¿qué es esto? – dijo cabreado, volviendo en sí.
Olga: Lo siento, mi amor, pero estamos deseosas de ti y tú no nos haces caso – dijo sonriéndole mientras lo acariciaba en el pecho con deseo.
Mariana: Sí, hermanito, nos tienes abandonadas – dijo sensual cerca de su boca – Queremos relajarnos contigo, pero no te has dejado hoy.
Javier: ¿Y por eso tenéis que golpearme en la cabeza? ¡Estáis locas!
Olga: Rematadamente locas, mi amor – dijo mordiéndole la mandíbula sensualmente.
Mariana: Pero por ti, amor mío – dijo besándole en la boca apasionadamente.
Javier no se podía mover, pero debía reconocer que aquello le excitaba y más viendo a esos dos pedazos de hembras besándole para bajar por su cuerpo y ponerse a jugar con su polla y su cuerpo con lujuria, con deseo, con pasión, mientras le miraban deseosas y amorosas a los ojos. La polla de Javier estaba muy dura ante ese espectáculo. Ambas se amorraron a la dura polla de Javier, lamiéndola y compitiendo para ver quién engullía mayor cantidad de su carne. Olga fue más hábil que Mariana para sorpresa de Javier y se metió su polla entera en la garganta, dejándola allí unos segundos y volviéndola a sacar para volvérsela a embutir. Mariana se dedicó a comerle los huevos a su hermano.
Javier: ¡Oh sí, seguid así, par de putas viciosas! – gemía cachondo – Estáis deseosas de polla, ¿eh, perras?
Ninguna contestó, solo intensificaron más su labor mientras Javier miraba la escena y disfrutaba del sexo oral que le propinaban sin moverse. Luego de unos instantes, Javier comenzó a mover sus caderas al ver que Olga le comía solo la punta de su polla, haciéndola tragar aún más su polla entera.
Javier: ¡Toma polla, puta! ¿No es esto lo que buscabas? ¡Pues esto tendrás! ¡Traga polla, puta! – gemía haciendo que Laura se atragantara y le dieran ganas de vomitar, pero se las aguantó para disfrutar de que su amado le follase su boquita, violentamente - ¡Así me gusta, puta! ¡Oh sí, toma polla, perra! ¡Cómete el coño de esa perra! – le ordenó a Mariana.
Mariana sonrió lasciva y se colocó detrás de Olga para meter su cara en el coño de ella, para empezar a lamerle el coño de arriba abajo, en círculos, jugando con su clítoris. Ambas gemían de placer. Javier observó esa escena durante unos minutos, disfrutándola, hasta que decidió parar.
Javier: ¡Parad, putas! – dijo haciéndolas parar - Quiero que me comáis la polla entre las dos – les ordenó.
Olga/Mariana: Sí, amor – dijeron felices y cachondas.
Ambas se arrodillaron y se colocaron entre las piernas de su amado, para empezar a lamerle su polla y sus huevos, cada una, por un lado, sin dejar de mirarle lascivas.
Javier: ¡Oh sí, seguid así, putas, oh sí! – gemía.
Mariana y Olga le lamían y comían la polla y los huevos a Javier con pericia haciéndole disfrutar. Ambas mujeres se besaban y se comían la boca cuando sus lenguas coincidían, haciendo que Javier disfrutase más el espectáculo y subiendo el ambiente de calentura en la habitación.
Javier: ¡Así me gusta, putas, que interactuéis la una con la otra, oh sí! – gemía.
Ambas siguieron con lo suyo hasta que, viendo que Javier se iba a correr, ambas pararon. Se apartaron de él y le miraron lujuriosas.
Mariana: ¿Qué deseas ahora, amor? – dijo pellizcando las tetas a Olga mientras ella le agarraba su culo con fuerza.
Javier: Putita, quiero que me cabalgues – dijo a Olga – y tú puta, quiero comerte el coño – dijo a su hermana.
Olga/Mariana: Sí, amo.
Mariana fue hacia la cara de su hermano gateando, y le colocó el coño encima de su cara. Javier sacó la lengua y comenzó a comérselo. Olga, gateó hacia su polla y sentándose sobre ella con las piernas bien abiertas se la clavó entera, despacio para acostumbrarse a su tamaño y comenzó a cabalgarlo despacio, suave, disfrutando de la polla de su amado.
Olga: ¡Oh sí, me encanta tu polla, amor, no puedo vivir sin ella, oh sí, más, sí! – gemía.
Mariana: ¡Me encanta como usas tu lengua, amor, oh sí, no pares, me encanta! ¡Dame tu teta, puta! – gemía.
Mariana se inclinó hacia delante y agarro las dos tetas de Olga para empezar a comérselas, y ella hizo lo mismo sin dejar de cabalgar a su amado. Javier seguía comiendo el coño a su hermana, pero ahora le metía la lengua dentro, haciéndola gritar más al sentir como su hermano le follaba con la lengua.
Olga: ¡Oh sí, me encanta, amor, no puedo parar, oh sí, más, sí, me corro! ¡Sigue comiéndome las tetas, puta! – gemía.
Mariana: ¡Oh sí, no pares, amor, oh sí, más, me corro, me corro, me encanta! ¡Qué bien usas tu boca en mis tetas, puta! – gemía.
Siguieron un rato así, hasta que tras un buen rato así en esa postura, Olga, exhausta, descabalgó a su amado, cosa que aprovechó Mariana para ocupar el puesto de Olga y, tras sonreírle pícara y lujuriosa a su hermano, clavarse su polla entera de una estocada y comenzar a cabalgarlo como una amazona. Olga ocupó el puesto de Mariana encima de la cara de su amado, que comenzó a comerle el coño.
Mariana: ¡Oh sí, amor, folla a tu puta, oh sí, dame más, más, destrózame, así, no pares, sigue, así, más fuerte, más duro, oh sí, me corro!
Olga: ¡Oh sí, amor, juegue con su puta – dijo mirándolo con cara de viciosa – no dejes nunca de usarme! ¡Ven aquí, cariño! – dijo a Mariana.
Olga cogió la cara de Mariana y comenzó a besarla apasionadamente, poniendo más cachondo a Javier. Marina se follaba a su hermano de manera bestial, sin parar, mientras que Olga disfrutaba de la lengua de su amado, no solo en su coño, también en su ojete. Luego de unos minutos intensos, Mariana descabalgó a su hermano, luego de un cuarto orgasmo brutal. Olga y Mariana se situaron cada una encima de una pierna de Javier con sus caras a la altura de su polla y comenzaron a pajearle mientras le acariciaban los huevos.
Javier: Si seguís así me voy a correr, perras – gimió mirándolas lujurioso.
Olga: Eso queremos, que nos des tu leche, amor – susurró con lascivia.
Mariana: Vamos, amor, danos tu rica leche, ¡llénanos de ella! - susurró.
Javier: ¡Oh sí, me corro, putas, me corro, tomar leche, sí, sí, sí! – gemía.
Javier se corrió como un animal al mismo tiempo que ambas se corrían mientras recibían toda la corrida de Javier en sus caras y bocas. Cuando terminó Javier de correrse, Mariana y Olga comenzaron a lamerse la corrida de su amado de la cara la una de la otra. Cuando acabaron le soltaron y se tumbaron en la cama abrazados los tres.
Olga: ¿Te has quedado a gusto, mi amor? ¡Cada vez me follas mejor, amor! – dijo besándolo apasionadamente.
Javier: Cada día va a ser mejor mis amores – dijo abrazando a ambas - ¡Me alegro de que te guste porque no pienso parar nunca!
Mariana: Doy fe – dijo sonriendo – Eso esperamos, mi amor.
Javier: He pensado en embarazaros ya – dijo sorprendiendo a ambas – Quiero tener muchos hijos y quiero empezar ya.
Olga: Me alegro mucho cariño – dijo abrazando a Javier – Te vamos a dar muchos hijos.
Mariana: Muchos, mi amor – dijo riendo – Vas a tener todo un equipo de fútbol.
Javier: Bueno, mis amores, vamos a dormir – dijo azotando a ambas.
Ambas se abrazaron a Javier y se dispusieron a dormir, contentos.
PD: Voy a terminar todas mis historias antes de seguir con otras parecidas a https://www.todorelatos.com/relato/155865/ "GOLPE DE EFECTO"