Aplicando justicia (37)

Tuve que hacer un trabajo de Inteligencia y mi amigo no me falla.

PLANES -

Me tomé mi tiempo para ubicar la casa que me interesaba y con cinco minutos a mi disposición, utilizando muchas veces el zoom, saqué fotos de la casa en sí y de otros lugares que me convenían.  Obtuve fotos de la garita de vigilancia, el portón de entrada, el estacionamiento de los autos, el solario de la piscina, las puertas de entradas laterales y de la casa que parecía ser el asiento de los hombres de la custodia, de los cuales pude individualizar a siete de ellos que se movían por las adyacencias de la casa cubriendo determinados puestos, seguramente habría más en el interior y no sabía cuántos, lo que si noté es que no tenían armas largas.

Desconecté el programa y entré en la parte de Catastro de la Jefatura de la ciudad, aquí, como me pasaba con todos los Organismos estatales y privados, me fue fácil entrar y acceder a lo que yo buscaba.  La parte Informática de los Organismos y empresas, a pesar de los cortafuegos, eran de una accesibilidad sencilla, aun para un pseudo hacker como yo.  De aquí extraje los planos de la propiedad, las medidas de cada habitación y la distribución de las mismas, por ende la comunicación que existían entre éstas.

Todo fue archivado en la Tablet, luego, desde allí elegiría las fotos más significativas para estudiar en detalle por dónde podría “colarme” en esa propiedad.  Me daba vueltas una idea en la cabeza, el “trabajo” no podría hacerlo solo, es decir, hacerlo podría pero los resultados dependerían demasiado del factor suerte y esto no tenía nada que ver con la suerte.  En determinados momentos quedaría muy expuesto porque daba por sentado que los custodios reaccionarían rápido y yo no era inmortal ni mucho menos.

Había hecho un par de acercamientos con alguno de ellos y pude notar que tampoco llevaban intercomunicadores con equipos auditivos, pero no podía asegurar que no portaran otro tipo de equipos de comunicación.  Ocuparme de un flanco implicaba que debía tener las espaldas cubiertas y a alguien que se ocupara del otro flanco.  Yo estaba convencido que el “asalto” lo debía realizar solo sin exponer a nadie para que lo hiciera conmigo pero a alguien tendría que recurrir y eso exigía coordinación en trabajo de equipo y sucedía que, no tenía con quien.

Sin embargo, en medio de estos pensamientos me surgió el nombre de Lucas , era un tipo leal, tenía conocimientos de armas y no dudaría en sacarse a alguien de encima, pero… y el “pero” me resultó muy grande, había sido policía y no sabía cómo podría reaccionar al realizar algo absolutamente ilegal, por otro lado, como dueño de la empresa quedaba muy expuesto con él.  Sólo Alphonse se la había “jugado” conmigo, aun cuando las circunstancias habían sido distintas y además, yo no era Alphonse .

No pensé demasiado en descartar a Lucas de mis planes y me agarré la cabeza por no haberlo tenido en cuenta, había alguien que me podría ayudar.  No sólo me había ofrecido la ayuda en su momento, sino que también se sintió dolido por la pérdida de mi esposa, además, conocía tanto como yo de armas, sino más, no tendría problemas en apretar el gatillo frente a un objetivo y sabía de coordinación y de trabajo de equipo.  Sin ningún tipo de dudas, tenía que ir a conversar con mi amigo Patricio .

Lo llamé por teléfono para decirle que me urgía hablar con él, olvidando que hacía tiempo que no lo veía ni lo llamaba…

  • Buenos días, ¿no?, ¿te olvidaste de los modales?, ¿cómo anda el más olvidadizo de mis amigos?, casi digo “mejor amigo” pero ya me demostraste que no te interesa la vida de los que te quieren.
  • ¿Sabés lo peor de todo esto?, que tenés razón y tengo que pedirte mil disculpas, no son excusas, es que mi vida se aceleró de golpe y me vi metido en montones de cosas y con miles de novedades para contarte.
  • ¿Qué?, ¿pensás contarme las cosas por teléfono?...
  • No, tenemos que reunirnos y pasar un rato largo conversando.
  • ¿Me vas a contar de los días que pasaste en Aruba y de los recorridos que hiciste por las rutas del país?, ya me enteré que fuiste a retirar el motor-home y te perdiste.
  • Al final no lo usé todo lo que quería, sólo te diré que heredé la empresa en la que comencé a trabajar como Jefe de Seguridad y que me casé con dos mujeres.
  • ¡Ta’ que te re parió!, no podés ser tan mierda y haberme dejado afuera de todos esos acontecimientos.  ¿Dos mujeres dijiste?, te iba a invitar a cenar pero no sé si te darán permiso, jajaja, además mejor es que me invites vos porque si heredaste esa empresa ahora sos un potentado.
  • No, boludo, ¿qué decís?, en casa mando yo, bueno, cuando me dejan, jajaja.  El caso es que te necesito y quiero hablar urgente con vos.
  • Podemos ir a cenar esta noche, ¿te dejarán?, jajaja.  Pasá a buscarme con tu “limusina”, ahora debés andar en algún vehículo de esos y llévame a un buen lugar, te va a salir un montón de plata haberme dejado de lado.
  • No jodás, ya sabés que el dinero es lo que menos me interesa.

Hablamos de un par de cosas más y quedé en ir a buscarlo para juntarnos a cenar en el restaurant del Hotel Hyatt , me gustaba más el servicio allí que en el Sheraton y de los restaurantes de PuertoMadero ni hablar, te ponían en la mesa un plato enorme con una “cagadita” de comida en el medio, luego te traían una factura enorme con un platito chiquito y el comensal continuaba cagado de hambre.

Me jugaba la cabeza que podía contar con mi amigo y sabía que, por códigos, por educación y convicción, sería una “tumba” .  A todo esto, se había hecho el mediodía y Sol me avisó que saldría a almorzar, yo me quedaría en la oficina y le pedí que me enviara la comida por un delívery.

Esto me hizo tomar conciencia que la empresa “se paraba” al mediodía y recordé enseguida el caso de la Filial de Paraná , pensé en el acto en los isleños, fundamentalmente en “las” y en el tema del comedor para el personal.  Lo anoté enseguida en la agenda para no olvidarme, tendría que tener una charla con algunos Directores y con los Delegados del Sindicato, si había acuerdos se trataría de aliviar los gastos y los tiempos del personal.

Cuando me quedé solo me puse a seleccionar las fotos que había sacado de la casa del tal Cosme .  Había algunas que no me interesaban, las que me mostraban lugares a tener en cuenta las imprimí, las otras las borré.  También se me dio por pensar que iba a necesitar ubicar un par de lugares desde dónde fuera posible instalar a un francotirador, esa era la función que le tenía destinada a Patricio pues para entrar en ese lugar era necesaria una “limpieza” de quienes me podría salir al paso por el frente, los flancos o por la espalda.

Encontré dos posibles lugares desde dónde se podría tener una vista total de la propiedad.  Uno de los lugares era desde una grúa que se utilizaba para sacar o meter las embarcaciones al agua.  El lugar no era muy cómodo pero un tipo acostumbrado se sabría ubicar con comodidad y quedaba a unos trescientos metros de la casa, el otro lugar era un edificio en construcción ubicado en forma oblicua pero éste quedaba un poco más lejos aunque se podía tener un mejor tiro desde allí.

Tendría que recorrer la zona con Patricio , él tendría que dar el visto bueno para el lugar, pero eso tenía que charlarlo en persona y contarle cosas que nadie sabía.  Cuando regresó el personal, me quedé un rato más en la empresa, hablé con Sol para que me organizara las reuniones por el tema del Comedor y después me fui para casa.  Las dos mujeres salieron a las corridas cuando estacioné enfrente, me besaron sin escatimar abrazos y caricias y se atropellaron para contarme.

Dora y las otras dos se rieron porque mis “esposas” parecían dos adolescentes apuradas por contar sus experiencias y luego desaparecieron de las cercanías.  Tuve que sentarme y armarme de tranquilidad para escuchar sobre todo lo visto cuando pasearon con los cuatriciclos por toda la propiedad.

Habían hablado con la gente de un criadero para conseguir un par de cachorros de Ovejeros Alemanes , en eso no estaban muy de acuerdo, Valentina apostaba por los ovejeros y Karina quería Rottweiler , yo la hice más fácil, les pedí que averiguaran la posibilidad de que esos cachorros “congeniaran” y que, si se daba así, adquirieran un casal de cada uno, con lo de los caballos disentimos los tres.

No es lo mismo tener caballos para montar que sean nuevos y que haya que “hacerlos” al freno y a la montura a tener caballos que ya están acostumbrados a los “fierros” en la boca y a tener peso sobre su lomo, máxime que ellas no estaban acostumbradas a subirse y andar en equinos (bueno, lo de no saber “montar” era por los caballos, se da por entendido…) .  Yo apostaba por los “criollos” , una por un alazán y la otra había leído de un “cuarto de milla” , estos últimos eran altos y solían ser más briosos, de todos modos les pasé el “fardo” a ellas, que consultaran y eligieran.

Iban a contarme de algunas modificaciones que estaban pensando y las frené diciendo que quería bañarme y cambiarme porque me tenía que reunir con un amigo, con el único que tenía, dije que hacía rato que no lo veía e iríamos a cenar al Hyatt . Valentina escuchó el nombre del hotel y preguntó si podía ir…

Karina entendió “al toque” cuando dije que me reuniría con un amigo y opinó que era mejor que ellas no fueran, le explicó que con los hombres se daba igual que con las “salidas de chicas” que ellas tendrían con Sol .  No hubo insistencias, ni necesidad de aclaraciones de mi parte y me fui a dar un baño. Valentina preparó mi ropa y me esperó cuando salí del baño para preguntarme si esa ropa estaba bien o me la cambiaba.

La morocha se había quedado con las chicas del servicio y me pareció que lo de la ropa había sido idea de ella, como para repartirse los roles, su experiencia distinta se hacía notar.  La ropa estuvo bien, yo no era de exigir, además no tenía mucha en la casa todavía.  Después de la despedida con besos y abrazos, salí con tiempo para ir a buscar a Patricio al barrio privado en que vivía.

Me detuve en la entrada y la gente de la Seguridad avisó de mi llegada, Patricio dio la autorización para mi ingreso e hice circular mi auto por las calles interiores.  La casa de mi amigo quedaba a cuatro calles de la entrada y me gustó el lugar, los costados de las calles estaban parquizados, las casas, enormes y modernas tenían terrenos grandes y buena iluminación.  Como todo barrio privado, la tranquilidad se hacía notar.

Me esperaba en el portón de ingreso a la propiedad y antes de entrar bajé del auto para confundirnos en un abrazo sentido. Patricio vivía solo en una casa americana de una sola planta, mucho vidrio en grandes ventanales, contaba con cuatro habitaciones y dependencias, bastante lujosa por cierto.  Me dijo de tomar una copa y me ametralló a preguntas sobre lo que había pasado con mi vida en tan poco tiempo.

  • Yo no aguanto a las mujeres o ellas no me aguantan a mí y vos te “casás” con dos a la vez, sos el único loco que conozco capaz de hacer algo así, empezaste una vida nueva con “doble comando”, jajaja, contame bien…
  • No es tan difícil de entender, cuando estuve en Aruba quedé prendado de una rubia que era toda sencillez, humildad y de una entrega sin concesiones, en el poco tiempo que estuve allí aprendí a quererla.
  • ¿Me imagino que de fea, nada de nada, no?...
  • Vos me conocés y sabés que la belleza física es importante para mí.  Cuando regresé y me puse con mis cosas conocí a otra, ésta es morocha, con otro estilo, otro don de gente, cultura y experiencia pero igual de sencilla y de una entrega similar, las dos me demostraron sentimientos y lealtad, ¿para qué decidirme con una sola?...
  • De “tus otras cosas” luego hablamos porque tengo algunas dudas, bueno, más que dudas son certezas porque te conozco pero… contá que te pasó con el dueño de la empresa, ¿cómo es que te heredó?, ¿es aquel al que salvaste, no?...
  • Sí, el mismo, resulta que no pude separarme totalmente de esa familia y de los problemas de la empresa, tal que tuve que solucionarle varios inconvenientes que se presentaron…
  • Me imagino, tiros, líos, patadas, limpieza de corruptos, toda tu “salsa”…
  • Algo así, costó lo suyo pero nada complicado para gente como nosotros.  Este hombre me quería como a un hijo, principalmente como yerno pero no pudo ser.  Descubrió que estaba muy enfermo y como a la hija no la contaba para heredarle la empresa digamos “madre”, le puso dos empresas en Alemania, la heredó en vida y lo mismo hizo conmigo, él, para vivir sus últimos meses de vida, se fue a instalar a una isla del Caribe con su amor de toda la vida, loquísimo, ¿no? pero es lo que sucedió.
  • Te sacaste como diez loterías a la vez, esa empresa es un monstruo comercial, ¿dónde estás viviendo ahora?
  • En la casa que era de él, me heredó todo lo suyo, empresa, propiedades, vehículos, problemas no, esos los obvió con escritos testamentarios y la empresa en sí está ordenada por mí desde antes de esto.
  • Pensar que cuando salimos del curso no sabíamos que sería de nuestras vidas y no nos podemos quejar, admito que extraño las dosis de adrenalina pero no me quejo.  Mejor nos vamos a cenar y me seguís contando en el auto, estoy seguro que no viniste sólo por verme la cara.

Nos fuimos en mi coche y cuando íbamos por la autopista, además de las risas y de contarme algunas historias con una que otra fémina que había sabido tener a su lado, se le notaban ciertas dudas que dejó entrever con sus comentarios, eso hasta que se decidió a preguntar de lleno.

  • Te conozco y doy por descontado que cumpliste con tu venganza castigando a quienes te provocaron tamaño daño.
  • ¿Por qué decís eso?, ni que yo fuera un loco que anda matando gente por las calles.
  • ¡No me jodas Carlos !, a mí no me vengas con boludeces, por loco no te tuve nunca y matar es algo que no te mueve un pelo, además, yo tengo forma de unir “hilos” que otros no tienen.
  • Precisamente por algo de eso te vengo a ver pero primero decime que trama te imaginaste.
  • Una, conocía los nombres de los tipos que estuvieron involucrados, dos, aparecen muertos con varios de sus compinches, unos en departamentos donde se fraccionaba y vendían drogas, al tiempo en una casa con un trabajo “profesional”, el Fiscal que intervino en la Causa y su esposa corrupta son “visitados” por un “enviado”, con el Juez corrupto pasó lo mismo y en todos los casos se desparramaron pruebas de sus “negociados”.
  • Entiendo pero eso no es motivo para culparme de nada.
  • Los de afuera podrían hacer algún tipo de evaluación aunque no les alcanzaría para ni siquiera tenerte en cuenta pero… a mí no me podés vender ningún “paquete”.  Yo conozco tus motivos, valederos por cierto, en cierto modo iguales a los míos porque me quitaron a mi futuro ahijado, yo no lo podría haber hecho mejor, sé de tu preparación y de tu sangre fría, además, ¿disparos de calibre 40 con silenciador?, ¿muertes con cuchillos de lanzar o con dagas?, lo que me desorienta un poco es el tema del rifle, a menos que hayas adquirido alguno…
  • Vaya película que te hiciste…
  • Película o no, lo único que me da bronca es que no me hayas pedido ayuda, jajaja.

Seguimos con esta temática y ya en la cena cambiamos para hablar de trabajo y de cómo se sentía sentado detrás de un escritorio, tocamos un montón de temas mientras disfrutábamos de una comida espectacular seguida de postres.  Me resultaba difícil volver a sacar el tema y eso lo solucionó él preguntando sin más cuando estábamos en la confitería tomando una copa…

  • ¿Para qué me necesitabas?, ¿me lo vas a decir o seguirás dando vueltas?...
  • En realidad, lo tuyo no es película y tengo que cuidarme para que no se llegue a pensar como vos porque estaría en problemas.
  • ¡Hijo de tu santa madre!, contame todo, yo sabía que no me equivocaba pero estuvo bien pensado, las pruebas que quedaron apuntan a “ajustes de cuentas” por medio de “profesionales”, nadie conoce tu preparación o tus verdaderos motivos personales como yo.  ¿Qué pito voy a tocar yo en esto?...
  • Pensé que había terminado todo y de última me enteré que hay un empresario importante quien junto con su hijo dirigen una gran organización de venta y distribución de drogas y posiblemente de otras cosas más.  Ellos fueron los que ordenaron la muerte del Jefe narco que originó la masacre del Súper y fueron quienes se ocuparon de “tapar” todo con arreglos económicos.
  • ¡Hijos de miles de putas!, esos son la cabeza de la Hidra.  Hay que averiguar dónde viven y como se mueven.
  • Tengo todo y quiero irrumpir en la casa pero necesito a alguien que me cuide las espaldas, los flancos y me abra el camino.
  • Necesitás a uno que se ocupe de “voltear muñecos” a medida que avanzás, listo, ya lo encontraste, ¿qué rifle tenés?, en tiro de larga distancia apenas si pudiste igualarme.
  • Tengo un 338 con munición Magnum y un 50BMG, ambos con mira láser y silenciador pero éste me parece mucho.
  • El 338 es ideal, ¿a qué distancia?
  • Trescientos, como máximo quinientos metros.
  • Genial, no se hable más…  ¡Ayyy, madre mía!, no te imaginás como me pica el culo de la emoción.  Tenemos que reunirnos para coordinar el plan de acción.  Dame dos días para practicar, tengo un lugar más que discreto y olvídate podés entrar tranquilo, al que se te cruce o te mire “pum para arriba” o para abajo porque esos hijos de puta van derecho al Infierno.
  • Hay que estudiarlo bien, tenemos hasta el sábado para llevarlo a cabo, mis esposas salen de “noche de chicas” y yo me puedo ir tranquilo con vos a buscar “chicos” pero para hacerlos pagar por la muerte de mi familia.
  • Me tenés que mostrar quienes son para obviarlos, yo te conozco y lo más probable es que lo quieras hacer cara a cara, por lo menos es lo que yo haría, que sepan esas mierdas porqué se mueren.  Como el “Profe” nos decía: “Poca charla y a concretar, pocas palabras y las justas, luego proceder”.
  • Es el único modo.  ¿Podremos juntarnos en tu casa para estudiar los planos y las fotos?...
  • Seguro, eso te lo iba a decir y además me tenés que dar el rifle, en la fábrica tengo el polígono a mi disposición y nadie me jode cuando tengo que practicar probando nuevos productos. Por la munición ni te calentés, yo consigo.

Patricio estaba sobreexcitado, yo sabía lo que se sentía, lo había experimentado, era, en cierto modo, la posibilidad del “bautismo de fuego” , la práctica de lo duramente aprendido.  Un Comando de Élite no era un asesino pero estaba preparado para matar sin que los remordimientos se le cruzaran por la cabeza.  Un motivo o una orden eran suficientes para que accionara y la línea que separaba su ser “normal” del “asesino” en potencia no era tal porque la auto justificación también se aprendía.

El que molestaba, te jodía, era un corrupto, un delincuente o una escoria pasaba a ser un “objetivo” , el entorno que lo podía defender pasaba a ser algo así como el resultante de un “carácter transitivo” , los cercanos eran iguales y a los “objetivos” se los elimina.  Es peor o más dramático para ellos cuando quien tiene que eliminarlos es alguien que tiene fundados motivos para hacerlo, en mí caso más que fundados pero Patricio era amigo de mi difunta esposa, la quería mucho y era cierto que le habíamos ofrecido el padrinazgo de nuestro primer hijo.

El camino de regreso lo hicimos sin hablar muchas palabras, alguna que otra pregunta aislada y me gustó ver las caricias que le hacía al 338 que tenía en las manos y que habíamos pasado a recoger por el motor-home junto a todas mis armas.  Para mi amigo las armas de fuego eran como sus hijos, les hablaba, las acariciaba y, tal como yo sabía, les sacaba el máximo rendimiento.  Casi que sentí pena por los “objetivos” que se le cruzaran.

Volví para casa contento, sabía que podía confiar en Patricio , al igual que yo, parecíamos “normales” pero no lo éramos y los secretos eran parte de nuestra educación, defraudar a un amigo con falta de lealtad hacia algún tipo de secretos que podíamos tener, generaba una guerra difícil de ganar con un enemigo poderoso llamado “conciencia” .

En la habitación había olor a “hembra” , seguramente habían estado “jugando” y dormían las dos boca abajo exponiendo a mi lujuria sus apetecibles nalgas.  Las miraba mientras me desnudaba y mis ganas no tardaron en trasladarse a toda mi verga.  Estaba durísimo y cuando me metí en la cama acomodé a Karina de “cucharita” , le levanté una pierna y la fui penetrando despacito, su vagina estrecha que siempre me sorprendía, no sólo me recibía complacida y húmeda sino que parecía aspirarme.

Los movimientos de entradas y salidas eran pausados pero profundos y noté con agrado que sus gemidos se incrementaban, el “si mi amor, dame más, te necesito allí” sonó clarito en el silencio de la habitación y sus contracciones y temblores se hicieron notar cuando pellizqué su pezón con la mano que podía mover.  Me dejé llevar con los apretones de sus músculos vaginales y le llené todo su interior.  No salí de ella, me quedé en la misma posición y me dormí abrazándola.

En la mañana me levanté para bañarme, luego saludé a las dos que aún daban vueltas sin decidirse a salir de la cama y les dije que se quedaran un rato más.  Ninguna opinó en contrario y bajé a desayunar, lo hice junto a Dora quien me hizo saber que habían puesto un aviso para cubrir los puestos que yo les había autorizado. Valentina y Karina les habían dicho que eso lo “manejaran” ellas que conocían más.  Luego me fui a la empresa.

Al llegar saludé a Sol y me confirmó la reunión con los Directores para las diez de la mañana.  Pensaba manejar la empresa tal como lo hacía Alphonse , las decisiones partían de mí y todos los demás debían adaptarse, por eso, lo que les planteé era que vieran en que podría esa medida perjudicar la marcha de sus Direcciones, no hubo objeciones, incluso opinaron que al hacer un horario corrido evitaban gastos de viajes en mucho personal.  La gente del Sindicato pidió un par de días para consultarlo con los afiliados.

Casi que sabía que dirían esto, la medida beneficiaba al personal y a ellos no los jodía con la cuota social que aportaban, pero ya era una especie de costumbre poner un “palo en la rueda” para ver por dónde podían sacar algún tipo de beneficio, aunque más no sea para decir que esa medida la habían logrado ellos.  No les di mucha bola pero accedí al tiempo pedido, a la vez le encargué a uno de los Directores para que buscara el lugar dónde sería emplazado el Comedor, Julio se ocuparía de cursar las licitaciones.

Se me había ido la mañana en esto y salí de la empresa para ir a comer a una parrilla, la carne es una parte primordial en la dieta de los argentinos, siempre y cuando se la pueda pagar porque, desgraciadamente, en un país productor de carne, estaba a la venta con precios casi inaccesibles para el común de la sociedad, las malas políticas de los distintos Gobiernos aplicando impuestos tras impuestos y las presiones del sector ganadero para ganar más con las exportaciones lo sufría el común de la gente que quería consumir carne vacuna.

Los dos muchachos de la custodia almorzaron conmigo porque los hice sentar en la mesa que yo ocupaba, estábamos hablando de banalidades y vibró mi celular, era Patricio , él jamás se excedía al hablar por el celular y este caso no fue la excepción…

  • Te llamaba para decirte que eso que me prestaste es una maravilla, ya nos hicimos más que amigos y me obedece en todo.
  • Me alegro que así sea, yo ya sabía qué hace todo lo que le mandás.
  • Pasa esta noche por casa y continuamos la charla.

Me despedí de él y volví para la empresa, firmé algunos papeles que me acercó Sol y le dije que me iba para casa, me mandó saludos para las chicas y me “desaparecí” de la oficina.  Pensaba pasarla bien con mis “esposas” y disfrutar de la comodidad de la casa pero, una cosa es creer que vas a poder hacer lo querés y otra muy distinta es hacer lo que querés cuando las que buscan soluciones y opinan son dos.  Tuve que salir para ir al criadero de perros, elegir los cachorros, bueno, elegir es un decir, dar el visto bueno, sería lo más correcto.

Luego de esto querían ir a un campo que quedaba como a cien kilómetros para ver el tema de los caballos y en eso me puse firme diciendo que esperaran un poco para concretar lo de los caballos, mi excusa lógica fue que ni siquiera teníamos a quien pudiera cuidarlos, tuvieron que aceptarlo y regresamos con dos Ovejeros Alemanes de manto negro y dos Rottweiler que “pintaban” para ser enormes.

Que las mujeres se dedicaran a atender a los cachorros como si fueran bebés me dio la oportunidad de ir a relajarme un rato y para mí el relajarme tenía que ver con dormir una siesta a deshora o ponerme a practicar, no niego que la cama y la tranquilidad de la habitación me tentó, pero… mis prioridades a corto plazo tenían que ver con la preparación física y la repentización de mis reflejos.  No lo pensé más, detrás de la zona de la piscina había un sector con árboles de distinto grosor y ese fue el lugar elegido.

Le pregunté a Dora si había alguna pintura en los galpones y me contestó que habían quedado un par de latas y unos aerosoles que solía utilizar Helga, aunque no sabía si estaban en condiciones de ser usados.  Conseguí dos aerosoles sin uso y los llevé conmigo, además, como no me importaba que lo vieran me puse el cinturón de cuchillos y las sobaqueras con las pistolas, la “22” no la usaría, esa, aunque poco, hacía ruido y no quería que nadie se acercara a meter las narices.

Karina fue la que me dijo de acompañarme a mirar como practicaba y fui un poco cortante con ella, “no, cuando practico mis movimientos y el uso de las armas no quiero a nadie a mi lado, además, no estoy para nadie ni permito que me interrumpan” …  Se quedó un poco cortada pero no dijo nada, ella sabía o se imaginaba mi trabajo solitario por lo que había pasado con los que habían golpeado a Sol y alcancé a escuchar cuando Valentina le decía, “lo vi una sola vez en la casa de Aruba y parece estar en otro mundo” .

Fui al lugar, marqué los árboles con cruces en lo que sería la altura de una cabeza, más abajo en lo que sería la garganta y en el medio del pecho.  Me puse los guantes y estuve más de dos horas allí, corriendo, frenando, girando, tirándome al piso, levantándome, arrodillándome, rodando y, a la par que hacía estos movimientos, lanzaba los cuchillos o utilizaba la pistola con el silenciador y vuelta a empezar.

El famoso “tiro californiano” a las siluetas del FBI te sirve de poco cuando las balas silban y/o tenés que responder buscando dónde parapetarte, me di cuenta que estaba desentrenado pues cuando comencé mi precisión no era tal, no atinaba o lo hacía con uno de cada tres, quedaba cerca de las cruces, lo que implicaba una herida, pero yo sabía que un “objetivo” herido era peligroso.

Disparaba en modo consecutivo hasta tres disparos sobre un mismo blanco y luego lo hacía con blancos alternados, contaba los disparos hasta que salía el conteo por inercia y cambiaba el cargador cuando la pistola quedaba abierta o cuando sólo faltaba un disparo, esto lo tenía casi por norma, si el que estaba enfrente contaba mis disparos nunca podría saber cuántos me quedaban y eso solía ser fatal en un enfrentamiento.

Cada tiro desperdiciado era como un golpe en los huevos, cada cuchillo que no se clavaba en el blanco me martirizaba y llegó un momento en que tuve que parar buscando más concentración, después de un rato continuaba.  Me di cuenta que para un enfrentamiento con otros que supieran lo que hacían estaba en un 80%, tendría que seguir profundizando en los dos o tres días que me quedaban.  Luego del trajín limpié los cuchillos, junté todas las vainas de las municiones usadas y regresé a la casa transpirando hasta de las orejas.

Entré a la casa sin hablar con nadie y me dirigí a bañarme, salí del baño envuelto en una bata y noté por la ventana que, con tonos grises, la noche comenzaba a hacerse dueña.  No estaba nada conforme y me dejé caer en la cama. Valentina se acercó a preguntarme si necesitaba algo y tomé conciencia o recordé que no estaba solo y que mis días de solitario habían terminado, “sí, a vos” , -le contesté-, se le iluminó la mirada y no tardó en besarme y acariciarme.

Todo eran mimos y ternura y ni siquiera tuve que moverme demasiado, ella abrió completamente mi bata, se sentó sobre el miembro que reaccionó ante el calor de su entrepierna, subió su mini hasta dejarla como un cinturón, se levantó la remera para que me ocupara de sus tetas desnudas y acomodó el glande para que se deslizara en su interior empapado.

No bien se juntaron las pieles lanzó un sonido de intensa satisfacción y comenzó a “cabalgar” , entraba, salía o movía sus caderas mientras usaba sus músculos para “masajearme” .  Tal como había sido en la noche con Karina , el momento fue tranquilo, no exento de pasión pero tenía más de entrega recíproca que de necesidad sexual pero fue esa misma necesidad lo que nos llevó a acelerar los movimientos, yo tratando de elevar mi pelvis para entrar más de lo que se podía y ella dejando que su cuerpo hiciera fuerza tratando que ingresara más.

Mis manos se habían adueñado de sus tetas duras y de sus pezones erguidos, cada vez que los apretaba y giraba mis dedos como si fuera una perilla ella gemía y trataba de profundizar mi verga.  Sintió que ésta comenzaba a temblar e hizo coincidir su orgasmo con el mío, la llené con ganas y me recibió como aspirándome.  Me sentí bien, distinto, pleno, lo mismo me había pasado con Karina y pensé que quizás, sólo quizás estaba buscando que se embarazaran, algo que, sin dudas, completaría el círculo de mi vida.

Hasta ese momento no me había pasado por la mente y era muy posible que la mención de Patricio al padrinazgo fallido hubiera incentivado el sentimiento paternal, tendría que hablarlo con las dos.  Escuchar el, “te amo, Carlos , hoy me llenaste como nunca” que profirió la hermosa rubia que tenía encima me sacó un poco de mis cavilaciones y le contesté: “Y lo voy a seguir haciendo, vamos a llenar la casa de risas y alegrías” …  Se lo dije con toda la intención y me contestó con cara de felicidad, “es lo que queremos las dos, tenemos que ganarle al tiempo”

Comprendí que cuando hablaba de tiempo hacía referencia a la edad y también, que siempre estaban un paso por delante…  De iluso nomás que uno es, quise tener la última palabra…

  • Esta noche cuando regrese lo hablamos entre los tres.
  • Si querés la llamo a Karina para que lo corrobore pero, no hay nada que hablar, sólo tenés que hacer, nosotras estamos dispuestas, te amamos y también queremos escuchar esas risas.

No dije más, las cartas estaban repartidas y jugadas, pero no podía ponerme a pensar en eso, el final de mi venganza estaba en marcha y no podía cambiarlo, tampoco podía quedarme con ese pensamiento nefasto de saber que tuve la oportunidad y me había echado atrás, no tendría excusas.  Estaba creído que mi vida no sería igual si no cumplía con lo que me había fijado, nunca podría dar esa “vuelta de página” si no llevaba a cabo lo prometido y mi entorno sería el que “pagaría el pato” por esto.

Me cambié para irme a casa de Patricio , les dije que tenía una reunión de negocios con él y si querían acompañarme para conocerlo no tendría problemas pero que sería sólo eso, la presentación y luego se volverían con los chicos de la custodia.  Salió como balazo a decirle a Karina y yo aproveché para llamarlo a mi amigo y decirle que no la hiciera tan larga, sería presentación, un par de charlas y después nos dedicaríamos a lo nuestro.  Le pareció bien y dijo riendo que nos esperaría con unos tragos largos.

Metí en la mochila todo lo que tenía que llevar y mientras esperaba que se cambiaran hablé con la custodia para que dos hombres nos acompañaran con otro auto.  Viajamos en el mío, las dos iban de campera y jeans, informales pero preciosas.

Valentina nos decía que no terminaba de asombrarse de la cantidad de carreteras y tránsito que había, ni hablar cuando llegamos y vio las casas del barrio en que vivía Patricio .  Esperando la autorización para entrar comentó que se notaban claramente el poder adquisitivo de unos y otros acorde a los barrios o casas en que moraban.  Había salido poco pero la televisión mostraba en sus noticieros que todo no era igual al ambiente en que nos movíamos, en la isla había visto esas diferencias sociales pero acá se multiplicaban varias veces y eran más notorias.

Patricio había dejado el portón abierto y salió a recibirnos en la puerta de la casa, las saludó a las dos con toda la simpatía y girando hacia mí me dijo: “Así cualquiera, consíganme otras bellezas similares y yo también me caso, por lo pronto las esposas de mi amigo pueden hacer de cuenta que la casa es de ustedes” .  Como no podía ser de otra manera, le cayeron muy bien y enseguida hablamos los cuatro como si nos conociéramos de tiempo atrás.

Luego de los tragos las chicas se despidieron y se fueron con el coche de la custodia.  Bromas más o menos sobre el aguante que tenía que tener y el “puré de Viagra” que yo tendría que tomar para pasar las noches al lado de mis “esposas” , nos abocamos a desmenuzar nuestro plan.  Metidos en esto, lo primero que me dijo es que el rifle respondía muy bien, que ya le había tomado la mano y que con esa mira laser no se le escapaban ni las moscas pero igual practicaría un par de días más.

Me comentó que había ido al lugar y, por altura y por dominio visual de la casa en sí, prefería el edificio en construcción, allí había sólo un sereno al que se podría dominar fácilmente sin matarlo, el único problema era que tenía un perro enorme que había que sacrificar si quería acceder al piso sexto por las escaleras interiores.  Ante esto, busqué en la mochila y le dejé el aerosol que haría dormir al perro al instante, le conté que me había dado resultado cerca de la casa del Fiscal.

Guardó el aerosol y nos pusimos de acuerdo en hacer el “trabajo” a las once de la noche del sábado, él iría un poco antes al edificio y me avisaría cuando estuviera ubicado y cuantos eran los hombres que rondaban por las inmediaciones, esto era una posibilidad que le daba la mira laser con visión nocturna que podía usar si no había luz.  Se había fijado en algo que yo no tuve en cuenta, a doscientos metros había un transformador de luz que abastecía la zona y con una bala explosiva podía inutilizar los cables.

El circuito de cableado de la empresa privada que abastecía la zona figuraba en un organigrama manejado por computadoras y no me costó nada entrar en el planeamiento de la red eléctrica.  Tal como decía Patricio , ese transformador era el que distribuía la electricidad para, por lo menos, cinco manzanas a la redonda.

Como estaríamos comunicados con equipos para oído y boca nos pusimos de acuerdo en que volaría los cables cuando yo estuviera en la puerta y para que la abrieran bastaría con ser un repartidor de delívery averiguando una dirección.  Los dos que sabíamos que estaban en la puerta serían los primeros en caer, los demás me los iría “marcando”Patricio desde lo alto a medida en que me acercaba a la casa.

“Si no te sale bien desde un principio te va a ser más difícil que defecar sin orinar” , -lo dijo utilizando otras palabras- y tuve que aceptarlo, lo de la puerta era primordial.  Cenamos una pavada que había pedido anteriormente y quedamos en que practicaría con balas explosivas para darle al cable y ver el efecto que causaba.  Como fuere, a pesar de los inconvenientes que nos planteábamos, también surgían las soluciones y eso sería muy malo para la salud de los “objetivos” .

Continuará…

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