Aplicando justicia (28)

Se hace bastante movida la estancia en Paraná.

CHICAS ACOMODADAS Y FISCAL SALVADA.

Me levanté temprano, desayuné en el mismo hotel y me fui para la empresa, eso ya era un remolino de periodistas y noteros, allí me encontré con Julio y los dos hombres que había mandado Lucas , los conocía a ambos de mi anterior paso como Jefe, ellos no habían tenido injerencia en todo lo que se llevó a cabo porque el tema de la Seguridad lo había manejado Sergio y más que bien por lo que me contaban, de hecho, en ese mismo momento tenía distribuidos a los hombres para que nadie ingresara a la empresa.

Rodolfo como jefe del operativo avisó a los Periodistas que en media hora se haría una conferencia de Prensa en la que la Fiscal los pondría al tanto de todo.  Luego se acercó a hablar conmigo para decirme que los directivos detenidos habían sido cuatro y se esperaban más implicados a detener pues tenían que ver con la gente que conducían los camiones y los que efectuaban la carga.  No descartaban a más involucrados porque entre los directivos se acusaban mutuamente y de allí, según Rodolfo , saldrían otros nombres más.

Ingresé en la empresa y me salió al cruce Helena , estaba eufórica, pletórica de energía, aunque en la cara se le notaba el cansancio, en realidad, a todos debido a que se habían movido de un lado al otro de la ciudad y ninguno había pegado un ojo. Helena me comentó que además de los directivos de primer nivel, engrosaban el “paquete” directivos de segundo nivel y empleados directamente vinculados a los jefes.

Hasta el momento tenían doce detenidos, esperaban por más y ella junto con Rodolfo se habían comunicado con las Fuerzas de Seguridad en Brasil para pasarle los datos de las personas que hacían el reparto de mercaderías en ese territorio.  La gente especializada de la Gendarmería se abocó a la copia de los discos rígidos de las computadoras de la empresa y los ordenadores personales de los detenidos, de allí se habían extraído listas de nombres, direcciones particulares y de comercios que recibían las mercaderías “distraídas” .

Se había conformado allí una “Asociación Ilícita”(nuestra Legislación estima que se denomina Asociación Ilícita (banda) a la unión de tres personas o más para delinquir) de un nivel que, en principio, no se esperaba, Helena quería que yo me presentara junto con ella y Rodolfo a la conferencia de Prensa.

Me negué de plano a ello y tuvo que oficiar Julio de vocero de la empresa, motivo por el cual, le di las especificaciones, todo pasaba por la inquietud del Presidente de la misma en la búsqueda de sanear a los corruptos y el agradecimiento a la buena predisposición del Juez, del Comandante de Gendarmería y de la Fiscal actuante en el caso.

Él haría una pequeña introducción y les entregaría el mando para que ellos contaran sobre lo actuado. Carlos , vamos a tener que necesitar todas las grabaciones de las escuchas telefónicas y lo que se haya podido averiguar de las cuentas bancarias, después vemos como las “legalizamos”, por lo pronto ya hice que se “congelaran” las tarjetas de créditos y los saldos bancarios a nivel nacional” , -me dijo Helena por lo bajo-.  Estaba claro que se había movido rápido y para todo lo demás le puse a disposición los conocimientos de Julio y de Horacio , sabía que los dos tendrían todo muy afinado.

Salió todo fantástico y tanto Helena como Rodolfo recibieron las felicitaciones de sus respectivos superiores, “ahora no porque no puedo conmigo, estoy molida pero no te vas a escapar, en cuanto me recupere un poco seguimos nuestra “conversación” o empezamos una nueva” , -me dijo Helena antes de retirarse-.  Sólo le contesté que la llamaría por teléfono y me fui a la oficina del Director para hablar tranquilo con Alphonse pues lo quería poner al tanto de todo.  Ni llegué a marcar el número cuando me entró su llamada…

  • Hola Carlos , contame como fue eso, algo me enteré, pero nunca pensé que sería tan grande o que estuviera tan podrido todo en esa Filial.
  • Quedó completamente descabezada y, al igual que pasó en la Casa Central, hay que armar todo de apuro porque la empresa tiene que seguir operando, los repartos de mercaderías tienen que continuar.
  • Ya te imaginás lo que voy a pedirte, ¿no?...
  • Ya me imagino y no puedo decirle que no, pero… sólo una semana, a lo máximo diez días, después hago la mía.
  • Te va a sobrar tiempo, hablá con el Director de Recursos Humanos y “limpia” lo que tengas que limpiar, tal como hiciste en la Casa Central

Me despedí de Alphonse y no hizo falta que le pidiera más explicaciones, sabía que me iba a solicitar que organizara todo, no había “tu tía” , no podía ni quería negarme y tendría que pasar unos diez días en la ciudad de Paraná .  Lo llamé a Sergio por el celular y le pedí que le avisara al Director de Recursos Humanos, había que cubrir las vacantes y ellos eran los que mejor conocían a la gente de la empresa.

Cuando entraron a la oficina me presenté con el Director y les planteé cual era el problema, él y el Director del sector Administrativo eran los únicos que quedaban y había resultado sin “salpicaduras”

  • Los mandé a llamar porque la empresa debe seguir en funciones y necesitamos cubrir los puestos vacantes, usted , -le dije al Director- me tiene que proveer de una lista con los candidatos de la misma empresa que estén en condiciones de cumplir con lo que se espera en estos puestos, Sergio me va a tener que desasnar respecto a las personas y lo que opine de ella.
  • No hay problemas con ello, deme tiempo hasta la tarde y le confecciono una lista con los que quedaron, de todos modos, tengo que saber quiénes son los que se “fueron” , -expresó el Director-.
  • Bien, ¿cómo anda usted para hacerse cargo de otro puesto?
  • En bien de la empresa y con sinceridad, prefiero seguir en dónde estoy, hace años que llevo adelante Recursos Humanos y no tengo ni idea del movimiento de recepción, carga, descarga, pedidos, repartos y el trato con la gente de planta y logística.  Lo hablaba esta mañana con el Director de Administración, nosotros nos hemos dedicado siempre a nuestra área específica y eso lo dominamos bien.
  • Me alegra que me lo diga de frente y sin tapujos, lo único que entonces le voy a pedir es que “afile el lápiz” en su Dirección, solicite el personal que le haga falta y pida los materiales necesarios, vamos a modernizar todo lo de Informática, no vamos a despedir a la gente a mansalva, pero, el que rinde se queda, el que remolonea o cumple a desgano, que se busque otro trabajo, así serán las cosas a partir de hoy, esto mismo lo hablaré luego con el Director de Administración.  Quiero saber cuáles son las falencias y los faltantes de cada Dirección.
  • Quédese tranquilo, yo voy a hacer la lista, a preparar los telegramas de despidos con causas debidamente justificadas y para mañana tendrá los pedidos de lo que compete a nuestras dos Direcciones.

El hombre se retiró apurado por cumplir y yo me quedé satisfecho, prefería que me la “cantaran de frente” y no que me anduvieran de “chupa culo” , con adulaciones o haciéndome “la pelota” , como dirían los españoles, estos nunca daban resultados positivos, son como los traidores, en algún momento te tenés que andar cuidando las espaldas para que no te claven los cuchillos. Sergio se había quedado parado en un costado del escritorio esperando por alguna directiva y lo miré fijo antes de empezar a hablar…

  • Acá tenemos un problema, necesito para este puesto a un tipo, fundamentalmente leal y de confianza, que no se deje llevar por delante, que sepa lo que es detentar autoridad, sin que caiga en el autoritarismo, que conozca a la gente de planta y aplique el buen trato sin dejarse pisotear, además que sepa discernir cuando los empleados se mandan “agachadas” para pasarla bien o no cumplen porque tienen algún problema y, además, que sepa que tiene “la última palabra”.
  • Eso no va a ser sencillo, de última tendrá que traer a algún Ejecutivo de afuera.
  • Ni en pedo, el Director General tiene que ser alguien de la ciudad y que conozca a la gente con las que trabaja…  A todo esto, ¡dejémonos de boludeces!…  ¿Cómo anda para vestir de saco y corbata todos los días y sentarse detrás de este escritorio?...
  • ¡Nooo, cómo se le ocurre!, yo no le esquivo a ningún bulto, pero no creo estar capacitado.
  • Vamos Sergio, no me joda, usted sabe desde hace años lo que es tener gente a cargo, como Jefe de Seguridad conoce bien quien “camina” derecho o quien anda “torcido”.  Conoce a los choferes de los camiones, a los que cargan y descargan la mercadería y como se mueve cada uno de los empleados.  Eso seguro lo hacía antes cuando estaba en actividad y lo practica ahora como jefe de la Seguridad, es como que lo tiene incorporado.
  • Sí, eso se lo acepto, pero no es lo mismo.
  • No, claro que no es lo mismo, es más fácil, el secreto está en saber ordenar y saber delegar.  No es cuestión de andar dando gritos o ser sumiso ni practicar el “amiguismo”.  Las decisiones importantes se toman desde Casa Central y allí no se jode con Alphonse, lo único que se debería hacer acá es lograr que esto funcione como un relojito, con las cuentas claras y los pedidos a término, tampoco tiene que hacer negocios para la empresa.  El Director General decide y se hace lo que él ordena, es más o menos lo mismo que ser Jefe de un Regimiento o una Brigada.
  • Usted me hace unas comparaciones que no tienen gollete…
  • No me haga calentar Sergio, ¿acaso usted u otros compañeros no sabía cómo funcionaba una Brigada y mejor que el propio Jefe de la misma?...  Acá es lo mismo, es como si se sacara las jinetas del brazo o del pecho y se pusiera tiras doradas en las mangas, usted me entiende…  No demos vueltas al pedo, váyase ahora a su casa, piénselo, chárlelo con “la patrona”, descanse y véngase mañana para hacerse cargo de esto, yo le voy a dar un doble comando por el término de una semana, además, vaya pensando a quien dejará a cargo de la Seguridad y a quien se puede nombrar en el área de Logística y Mantenimiento, yo tengo que ver adónde ubico a mis tres amigas, esa potestad será mía.
  • Eso es lo más fácil, primero vamos a ver la lista que nos presenta el Director de Recursos Humanos y vemos si coincide con la gente en la que yo pienso y conozco.
  • Ve que no es tan difícil, ya está pensando como Jefe, si coinciden bien, si no coinciden usted decide.

Luego de que se retirara Sergio me di cuenta de que estaba “cagado de hambre” , no había tomado ni siquiera un café, no había secretaria a quien pedirle nada y recién estaba entrando el personal a las oficinas porque se les había dado la mañana libre a todos.

Avisé al de Recursos Humanos que yo me iba a retirar de la empresa hasta mañana, que le iba a pedir al Encargado de Seguridad a cargo que llamara a un cerrajero para cambiar las cerraduras y que él quedaba al frente de la empresa en mi ausencia, también le avisé a Julio que se pusiera de acuerdo con las necesidades de los Directores y que les diera franco a los muchachos de Seguridad, si estaban como “cenicero de moto” , por lo menos que disfrutaran de la ciudad.  Hice todo rápido y me fui para el hotel.

Allí pedí algo para comer en la habitación y las llamé a las chicas.  Me resultaba extraño que no me hubieran llamado, pero, por otro lado, la contestación que le había dado a Alicia , haciéndole entender que no preguntara, había resultado cortante y ellas mismas tendrían sus fundados temores para andar insistiendo.  Había un sólo modo de averiguarlo y tomé el teléfono para llamarlas…  Parecía que estaban esperando el llamado porque la rubia contestó al primer timbrazo…

  • Hola Carlos , buen día, ¿cómo te fue con tus cosas?...  ¡Uyy, se me escapó, no pregunto más!, nosotras estamos poniendo todo en orden y a la espera de lo que decidas.
  • Hola Ali, en este momento estoy menos acelerado, pasa que cuando me meto de lleno en algo no suelo dar explicaciones de lo que estoy haciendo.  ¿Ya almorzaron?...
  • Sí, recién terminamos y te esperábamos.
  • A decir verdad, no tengo ganas de ir para allá, pero tenemos que hablar respecto a dónde serán ubicadas en la empresa, yo diría que se vengan para el hotel y charlamos del tema.
  • Listo, danos el número de habitación y una hora de plazo para cambiarnos y llegar.

Les di el nombre del hotel diciéndoles que les sería fácil ubicarlo, era el mejor y estaba frente al parque “Urquiza” , cualquier taxista o remisero sabría bien como llegar, la habitación era la 710 y lógicamente en el séptimo piso, les pedí que subieran directamente, que yo estaría esperando.  Corté la comunicación pensando en el culito de Carolina , ese todavía seguía invicto o, por lo menos, no “transitado” por mí verga y ganas no me faltaban.

Gloria y Alicia aparecieron de remera, campera y jeans ajustados, tipo elastizados todos rotos en los muslos y en las rodillas.  Eran nuevos y por más que me rompo la cabeza no puedo llegar a entender esa moda de usar pantalones rotos, menos mal que Carolina apareció de pollera tableada y botas de caña alta.

Las recibí sólo con la robe puesta y no escatimaron abrazos y besos cuando les pedí que pasaran.  La que más “pegajosa” se mostraba era Carolina y le dije en voz baja “hoy no te escapás” .  Las otras estaban atentas y escucharon, fue Gloria la que opinó: “Ni ganas tenemos de escaparnos y más con esa cama enorme” .

Para explicarles lo del trabajo tuve que esperar a que recorrieran toda la habitación y que dieran algún que otro gritito de satisfacción por el lujo y la vista que tenían desde el gran ventanal, parecían chicas con juguetes nuevos.  Luego ya sentados, tuve que escuchar todo lo que me contaban de como la venían pasando, estaban excitadísimas y se les notaba…

  • Bueno chicas, ya les conseguí trabajo, pero vamos a ponernos de acuerdo en algunas cosas. -Las miré y me estaban escuchando sin interrumpir- Van a trabajar en “tal” empresa como Secretarias de Directores de la misma.
  • ¿De Secretarias y en esa empresa?, estás seguro de que podremos rendir allí, no te queremos dejar mal, vos nos vas a recomendar y no queremos hacer lío, -dijo Alicia -.
  • Estoy seguro, de lo contrario no las recomendaría, lo mío es apenas un “empujoncito”, van a ser ustedes las que van a rendir y a esmerarse con ese trabajo, van a tener la recomendación más alta y nadie se meterá con ustedes, pero… si fallan o hacen cagadas yo no las conozco.
  • Carlos, ¿no tenemos que saber idioma y algunas cosas más? , -preguntó Gloria .
  • A nivel de esta subsidiaria o filial no es necesario.  Tendrán que estar despiertas, llevar la agenda del Director que les corresponda y el teléfono y poco más, si andan flojas con el tema de las cartas, no es tanto problema porque va a haber otra chica que las haga.
  • Yo no tengo problemas con eso -dijo Carolina -, escribo bien y no tengo faltas de ortografía.
  • ¿De quién vamos a depender? , -preguntó nuevamente Gloria -.
  • Pensaba en mandarte a vos a la Dirección de Seguridad, (Gloria), Alicia iría a la oficina del Director General y Carolina puede cumplir las funciones con el Director de Logística y Mantenimiento.  Eso sí, no van a estar juntas y no se permitan “familiaridades” con nadie.
  • ¿Qué tal es el Jefe, el Director General?, -se interesó Alicia -.
  • Es un tipo macanudo pero muy serio, es nuevo en el cargo y como ya se van a enterar, se armó un lío tremendo en esa empresa, resulta que llegó el Presidente adjunto y mandó preso a varios corruptos, ahora hay que rearmar varias Direcciones.
  • Parece que conocieras bien lo que hablás y a esa Empresa en sí, -expresó Gloria -.
  • La conozco muy bien, de hecho, soy el Presidente Adjunto y tengo plenas potestades para actuar.  Tendré que pasarme una semana dando un doble comando al nuevo Director General pero lo mío es como si fuera rutina.
  • ¡Esto es increíble!, nos cambiaste la vida de la noche a la mañana, de secuestradas y de usadas como putas pasamos a tener casa, trabajo, buen pasar, a mí no me engañas, vos sos un ángel y apareciste justo , -dijo Alicia y por su cara corrían unas lágrimas que no podía retener-.

Al rato eran tres las que lloraban abrazadas, hasta que dejaron de hacerlo y voltearon hacia mí mirándome con caras de lobas hambrientas y deseosas de recibir “carne en barra” .  Fue algo que ellas y yo esperábamos, aun antes de la noticia del trabajo.  Bastaron un par de pestañeos de los míos para tener a las tres completamente desnudas.

Me arrinconaron y me llevaron hasta la cama, los cuatro estábamos desparramados en ella y sobraba algo de lugar.  Cumplí con las tres con un Lord inglés, no se salvó ningún culito y ellas felices de recibirme por allí, Alicia la más enfervorizada de todas porque era su debilidad, Gloria soltó algunas lágrimas, pero terminó enloquecida con toda la carne en su recto.

Carolina me urgía a que le “destrozara” el orificio casi virginal y se puso como loca cuando las vio gozar a Alicia y a Gloria con mi verga haciendo “diabluras” en sus interiores anales.  Entrar en el culito parado y de nalgas endurecidas de Carolina fue un placer extra y perdí un poco los papeles porque las otras dos la ayudaban a soportar mejor la penetración y no tuvieron mejor idea que prenderse a sus tetas, una boca en cada teta y ésta no se privó de gritar como desaforada cuando yo recorría toda la sedosidad de su interior.

Desde el “despacito, por favor” , hasta el “dame más fuerte, mi culo te pertenece” pasaron como veinte minutos.  Gritó con dolor al principio y siguió gritando de placer cuando entraba y salía de ese lugar estrecho que me apretaba como nunca.

Me hice el valiente para “jugar” con las tres sin utilizar ningún tipo de lubricante y en ese momento sentía el roce en el apretado recto de Carolina , notaba una molestia y me apuré con el bombeo para acabar en lo más profundo de sus tripas cuando ella comenzaba el que sería, según sus palabras, el primer orgasmo anal.

Los músculos anales de Carolina estaban machacados y las dos “amigas” se ocuparon de gozarla con bromas e indirectas, bastante directas, a la imposibilidad de cerrar su orificio anal.  Yo tampoco me privé de mirar y me resultó morboso ver el hueco que había producido mi verga en ese lugar. Caro les siguió las bromas y terminó por irse sola al baño a utilizar la lluvia del bidet con agua fría.  En la ducha siguieron las chanzas y fue Alicia , al secarme, la que notó la irritación en mi miembro.

Me pusieron una pomada que habían comprado previendo la irritación que sufriría Carolina y me alivió casi al instante.  Las “curaciones” las hicieron las tres y me costó bastante aguantar las caricias, manoseos y algún que otro beso con mamadita incluida.  Mis manos, mi boca y lengua no se quedaron quietas y faltó muy poco para volver a las “andadas” con esos tres pimpollos.  La corté cuando me puse a pensar en la Fiscal pelirroja, la motoquera ya tendría que haber descansado y me la tenía jurada.

Me jodía tener que decirles que se fueran, pero la hice mejor, les dije que tendrían que comprarse ropa acorde a la presentación laboral y la idea de ir a comprarse “trapos” nuevos prendió enseguida, media hora después estaba despatarrado en la cama tratando de dormir una buena siesta.  Me desperté como a las siete de la tarde, estaba ya un poco oscuro, la tarde se convertía rápidamente en noche y el teléfono me avisaba de llamadas perdidas.

Había actuado mecánicamente bajando el volumen a cero cuando me decidí por la siesta y me vino bien.  Una llamada era de Karina , otra de Valentina y por último la de Sergio , lo primero que pensé es que a Alphonse se le había “escapado” sobre mi presencia en Paraná y la llamé a mi ex escort favorita…

  • ¿Cómo anda mi morocha infartante?, ¿cómo la llevas con el nuevo trabajo?...
  • Hola mi vida, es tremendo como te extraño, Sol también pero hoy estoy de “acaparadora”, te quiero sólo para mí.  El trabajo nos está resultando genial, Alphonse es un caballero.  ¿Cómo están las cosas en Paraná ?
  • ¡Epa!, que bien informada que estás, ¿te dijo algo el Presi?...
  • No, Alphonse es una tumba respecto a vos, fue Julio , llamó para pasarle las novedades al Presidente y no lo quiso molestar porque estaba almorzando, entonces me las pasó a mí para que se las trasladara, no hizo nombres, pero aquí hay sólo un Presidente Adjunto y yo me hice todas las “películas” pensando en vos, fundamentalmente las porno.  ¿Cuándo pensás volver?...  Te necesito…
  • No tengo ni idea, pero prometo que apenas llegue salimos a cenar los dos solos.
  • Te tomo la palabra y no te enojes, te lo tengo que decir, no sólo te extraño, amo todo lo tuyo y a vos por sobre todo, sin condiciones, no me importa ser la número dos.
  • ¡Ahh, bueno!, eso es toda una declaración, me pasa igual cielo, pero quedate tranquila, jamás serás una número dos, guste o no, el número es compartido, las dos son un UNO enorme en mi corazón.

Después de un rato en que casi llegamos al sexo telefónico me despedí de Karina y llamé con la Tablet a Aruba , tenía ganas de verla a la rubia y usé la video llamada.  El teléfono sonó más de tres veces y me pareció raro, eso hasta que Valentina atendió…

  • ¡Hola amor de mi vida!, estaba apurada para sacarme la ropa antes de atenderte, -me mostraba la belleza de su rostro, sus tetas erguidas y un culotte desarreglado porque no le había dado tiempo a sacárselo-…
  • ¿Cómo es que me atendés así, no sabés que me podés matar de un infarto?...  Estás bellísima y yo solo, abandonado en un cuarto de hotel.
  • ¡Tonto, sacate todo porque quiero verte!...  ¿Seguís en ese hotel tan lindo que me mostraste?
  • No, estoy parando en un hotel en una ciudad capital de una de las provincias, tuve que venir a solucionar un problema en una empresa. -Parecía un chico apurado por sacarme el bóxer-.
  • Ya te estoy viendo y estoy toda mojada, mejor mostrame la habitación porque voy a enloquecer de deseos, tengo muchas ganas de tenerte a mi lado.

Tomé la Tablet y después de mostrarle la habitación me acerqué a la ventana y le mostré el paisaje, por un lado, el hermoso parque “J.J. Urquiza” iluminado a pleno conjuntamente con el movimiento del tránsito y la gente, luego la vista del río Paraná con sus riberas iluminadas y alguna que otra embarcación…

  • ¡Es un lugar hermoso!, eso también quiero conocerlo, ¿es un lugar especial de esa provincia?...
  • Es uno de los lugares bellos que tiene esta provincia, cada una de las provincias de mi país tiene lugares hermosos para recorrer, son incontables, no se pueden describir, hay que gozarlos y vivirlos, con el agregado de todos los climas.  Hacete a la idea de que pronto vas a estar a mi lado para recorrerlos juntos.
  • No veo la hora mi vida, ya hasta me parece fea la isla.
  • Que no te escuchen los turistas.  ¿Por dónde andan las chicas?
  • A la tía la invitaron a cenar y mi hermana fue a una reunión de amigas, las mismas de siempre.
  • Bueno, está bien que hagan sus vidas, ¿a vos nadie te invitó?
  • Parece que ahora, con otro nivel de vida aparecieran todos los “buitres invitadores” pero yo soy mujer de un solo hombre y ya elegí, mi cuerpito tiene dueño.

Después de un rato en que, diciéndome que no se aguantaba, se lo propuso y lo logró, me deleitó con un orgasmo provocado por sus dedos, corté la comunicación con la otra “número uno” .  Tenía muchas ganas de tenerla a mi lado y para eso tenía que apurar determinadas definiciones.  A Sergio no le devolví la llamada, ya lo vería en la mañana, estaba seguro que toda la familia lo había incentivado para mejor.

No pensaba cenar en el hotel y me cambié para salir a caminar, algún lugar iba a encontrar para comer a mi gusto y como ya pescado había comido en varios lados, me incliné por buscar un restaurant donde pudiera comer un buen pedazo de asado.  No caminé demasiado, pronto encontré un restaurant-parrilla que podría cumplir con mis aspiraciones, en realidad había visto más lujosos y atractivos, a pocos metros del hotel, pero eran de comida variada y yo iba por carne.

Y ya que estamos con la “carne” vi mucha paseando por el Parque Urquiza y en la zona de la costanera, mayormente de jeans ajustados y de edades variadas, daba gusto mirar a las mujeres de Entre Ríos , como fuere, me acomodé en una mesa de la parrilla, la atención fue excelente y me estaba atiborrando con una tira de asado mediana, ni muy gruesa, ni tan fina, cocinada al punto, ni muy “sangrante” ni tan seca y ya le había echado el ojo a un pedazo de vacío que parecía llamarme desde la parrilla, lógicamente que lo hice apartar para entrarle después, calentito, no tan cocido y vibró mi celular.

Era raro que no hubiera llamado, Helena volvía a aparecer y medio que me “atacó” de entrada con un tono imperativo…

  • Me dijiste que iba a llamarme y te estuve esperando.
  • Hola Helena, ¿cómo estás?, ¿cómo anduvo el día?...
  • ¡Uff, no me hablés!, estoy de trabajo hasta las muelas y acelerada, ¿se nota?, jajaja.  Recién salí de la oficina, ¿estás libre como para sacarme a varear?...
  • ¿A varear, así como se hace con los animales equinos?...  Dejalo así, no me contestes, ¿ya cenaste?...  Yo estoy en la parrilla “xxxx”, si te apetece…
  • Dame una media hora, estoy de pollera y no da para la moto, me tomo un auto y enseguida estoy por allí.

Si tenía que ser un poco burdo diría que la “colorada” estaba para sacarla a “varear” , era una “yegua” de aquellas y, aunque sabía que esa forma de decir era un equivalente a sacarla a “pasear” , lo que tenía claro es que la iba a “montar” y que “relinchara” lo que quisiera.  Le pedí al camarero que me cambiara de mesa porque esperaba a alguien para cenar y cuando me estaba acomodando vi que varios caballeros torcían el cuello sin disimulo para mirar hacia la puerta.

Helena estaba parada en la entrada tratando de ubicarme en la mesa, botas negras de caña alta con tacos, pollera blanca tableada, pero de tableado finito y con un largo de un poco más arriba de las rodillas, remera negra escotada que dejaba ver el canal de sus tetas apenas cubiertas y campera negra de tela, desabrochada y suelta, todo lo completaba con una cara de ojos verdes y sonrisa pícara en labios tentadores.  La Fiscal estaba para cometer cualquier delito…

Me levanté para que supiera dónde estaba y espere a que, con pasos seguros y sensuales, se acercara a la mesa.  Me saludó con un beso y corrí su silla para que se sentara y se acomodara.

  • Gracias Carlos , es extraño recibir hoy en día un gesto de caballerosidad tal, pero, me hace sentir muy bien , -dijo un tanto sorprendida-…
  • Es lo menos que una mujer como tú se merece, el gesto me surge natural, aunque debo admitir que me place que te ponga bien, además sirve para que no estés tan enojada.
  • ¡Touche!, lo lamento es que todo esto del caso me tiene un poco acelerada.
  • ¿Mucho lío con eso?
  • Lío no, mucho trabajo, quiero destruir toda la maraña que armaron, con familiares, testaferros, partícipes y cómplices.  Te cuento que intervine todas sus cuentas, incluso las de los bancos del exterior, pruebas tengo a montones y ellos no tienen ni una moneda para pagar a buenos Abogados defensores que atrasen sus sentencias.
  • ¿Qué es lo que dice el Juez de la Causa?
  • Está chocho, ya tiene ganas de “bajarles el martillo”, me dio “bola” para dictarles la Prisión Preventiva, por lo que tienen para unos ocho meses de detención asegurada, pero, hay que respetar los tiempos judiciales, eso atrasa todo, la burocracia hace todo más lento y no me acostumbro a eso.  A veces me agarro unas broncas terribles cuando de un día para el otro le dictan sentencia a un ladrón de gallina y con estos delincuentes “mayores” hay que “respetar los tiempos”.
  • Bueno, “desensilla” un poco o “baja un cambio, como más te guste y vamos a comer disfrutando la cena y, si se puede, el “postre” a posteriori.
  • Dale, cenemos tranquilos, aunque te aclaro que del “postre” no te vas a librar, jajaja, me quedé con la sangre en el ojo.
  • ¿Tanto así?
  • Y sí, para que te lo voy a negar, estoy acostumbrada a llevar “la voz cantante” y con vos me cupo la horma del zapato, placentera, pero horma del zapato al fin…
  • ¿Acaso estás esperando vengarte?
  • Para nada, me encantó estar contigo, me sentí muy mujer y me quedó un gusto “a poco”, jajaja.

Fue una cena de lo más agradable y no quise apurar los tiempos, incluso acepté ir a tomar una copa en otra confitería un poco más alejada, me apetecía y mi ego agradecido porque lo hacía del brazo de un monumento de mujer.  Fuimos a una confitería en que había también una pequeña pista de baile, la música era toda romántica latina y no molestaba a los oídos, además, se podía conversar sin necesidad de gritar.  Nos sentamos en un lugar bastante íntimo y Helena me contaba respecto de su vida…

Me decía que estaba sola, que se había dado cuenta que los dos novios anteriores y alguna que otra pareja ocasional no habían cumplido con sus expectativas ni con su ritmo de vida y que había optado por tomar lo que necesitaba en esos momentos o salir a andar en moto lanzándose a todo vértigo por la carretera que le venía en mente…

  • Algo así como una motoquera de alma, ¿no?...
  • Me encanta la moto, te permite una libertad que no todos entienden.
  • Yo soy uno de esos, prefiero, llegado el caso, no tener que usar mi cabeza de paragolpes, pero, respeto a los motoqueros igual que a cualquiera, aunque exijo el mismo respeto en la ruta y, muchas veces, eso no se da.
  • Hay de todo, del mismo modo se da en los que manejan autos, camiones o micros.
  • Lo acepto y cambiando de tema, ¿cómo llevás esto de ser Fiscal?, me imagino que no es tan sencillo caminar con tranquilidad por las calles sabiendo que a más de uno le “cortaste las alas”.
  • Los que no entienden mi trabajo, ni tampoco el trabajo de los policías honestos son los mismos delincuentes o quienes se benefician de su delincuencia, llámense amigos, cómplices o familiares, pero no puedo andar ocultándome o supeditar mi vida a los que otros piensen.

Todo estaba genial hasta que noté que había tres tipos que miraban para nuestro lado y murmuraban entre ellos.  Uno de ellos que parecía ser el que mandaba tenía espaldas anchas, no era muy alto, los otros dos que parecían ser laderos eran dos “roperos” de los que solían ser custodias.  El “objetivo” , si se lo puede llamar de esa manera, era Helena y, seguramente, si aparecían problemas, lo más probable era que se me “pegaran” .

  • Helena, date vuelta con un poco de disimulo y mirá para el lado de la barra, hay tres tipos ahí que, por la forma en que miran, deben ser “conocidos” tuyos. -No tuvo ningún tipo de disimulo, se dio vuelta y miró a los tres a los que enseguida conoció-.
  • ¿Qué hace ese tipo en libertad?, anda en el negocio de la “trata” y drogas, yo misma lo mandé preso hace como seis meses, los grandotes son sus “manos derechas”.  ¿A quién habrá “arreglado” ese hijo de puta?...
  • Me parece que vamos a tener “jaleo”.  Quedate aquí sentada un segundo, voy hasta la camioneta y enseguida regreso.
  • No me dejes sola, con los tres no voy a poder.
  • Jajaja, voy a eliminar posibles pruebas, no tardo.

La dejé sentada y me fui rápido para la camioneta, ninguno de los tipos me siguió y adentro de la confitería no harían problemas, si fueran a hacer algo sería cuando saliéramos del lugar y yo tenía que eliminar cualquier prueba que pudiera surgir de alguna filmación.  Sólo tardé lo necesario para abrir la camioneta, prender la Tablet y volverla a cerrar, todo estaría a ciegas en un radio de quinientos metros, ya veríamos lo que podría pasar.  Al regresar Helena estaba alterada…

  • Ya estoy de vuelta, ¿qué pasó?
  • ¿Adónde fuiste?...  Ese hijo de puta se acercó a decirme que me habían seguido todo el día y que me iban a cortar toda la cara al salir.
  • Quedate tranquila, yo tengo preparación para encargarme de los tres, pero necesito una Fiscal, ciega, sorda y muda.
  • ¿Qué pensás hacer?, esto no es con vos, voy a llamar a un patrullero.
  • ¡Linda solución la tuya!, ya salió de la cárcel, ¿cuánto tiempo crees que van a tardar en encontrarte cuando estés sola?, hay que darle una solución ahora.
  • Carlos, no me jodas, ellos son tres y vos un empresario, yo me puedo defender hasta ahí nomás y a vos te van a hacer papilla.
  • Sí, es verdad, soy un empresario, pero antes fui custodia personal y tengo entrenamiento de comando, ¿por qué crees que te digo que necesito a una Fiscal ciega, sorda y muda?...  Dale vamos y no te separes de mí, apenas abra la camioneta te metés adentro…

Llamé al camarero y le pagué diciéndole que se guardara el vuelto, luego la tomé del brazo a Helena para que se levantara y salimos del lugar mientras le pasaba un brazo sobre el hombro, noté un cierto temblor en ella que traté de atemperar apretando su hombro para que tuviera confianza.  La camioneta estaba estacionada debajo de un árbol y otros dos más que estaban a los costados le daban al lugar una cierta privacidad.

Llegué con lo justo para hacer que Helena entrara rápido, merced a un empujoncito, por el lado del conductor y vi que los dos tipos más grandes se me tiraban encima.  Al que tiró la primera trompada le frené el brazo tomándolo de la muñeca y le llevé el brazo hacia atrás haciéndolo girar para que se pusiera de frente al compañero que avanzaba con un cuchillo enorme y lo empujé con fuerza.  No tuvo tiempo a eludir la masa que se le venía encima y el cuchillo entró por debajo del esternón.

Escuché clarito el grito de agonía del acuchillado y la puteada del grandote cuando ensartó al compañero, pero no pudo decir más, el golpe dado con el canto de la mano en el costado de su cuello hizo que cayera redondo y desmadejado como una bolsa de papa.  El más petiso que se había quedado un par de metros por detrás atinó a sacar un arma de la cintura, pero, uno de mis cuchillos entrando en su pecho y otro en su garganta, impidieron que gritara o dijera algo, cayó de rodillas y no dejó que el arma se escapara de sus manos.

Actué casi por instinto y retiré rápido el cuchillo del pecho, el de la garganta lo saqué dando un pequeño giró hacia el costado, no habría forma de salvarlo, luego limpié los dos en sus ropas, el grandote que estaba reaccionando recibió un golpe similar con el canto de la mano, pero esta vez sobre su nuez de Adán, apenas si gimió cuando se rompió el cartílago y se aplastó la laringe.  Ninguno de los tres volvería a hacer de las suyas en el mundo de la delincuencia.

No tenía ni se me ocurría tener piedad con esta clase de especímenes.  Cuando abrí la camioneta Helena se reincorporaba porque el empujón la había mandado de cabeza al lugar del acompañante.  Puse en marcha el vehículo cuando ella trataba de mirar para atrás y sólo vio los tres bultos en el suelo.

  • ¿Qué pasó Carlos ?, ¿qué hiciste?
  • Nada que vos hayas visto, mejor así, no podrás acusarme de nada, pero esos no te volverán a joder ni volverán a delinquir, cuando se meten conmigo o con mis amistades tengo para ellos una sola Justicia y no me caben burocracias o papelerías.
  • ¿Los mataste?
  • No, se murieron por meterse conmigo y por querer joderme el postre, jajaja.  ¿A tu casa o a mi hotel?
  • Vamos a tu hotel, me vas a tener que coger como nunca, nunca me sentí tan caliente, estoy que vuelo.

Continuará…

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