Aplicando justicia (13)
La aprendiz pintaba para ser una excelente profesional.
SOL, LA “APRENDIZ”
Iba bajando en el ascensor y me reía solo, pensar que hasta hacía poco tiempo y por casi cuatro meses tuve a disposición a tres mujeres para elegir y a cuál más hermosa… Había bastante gente en el lugar pero no parecían extranjeros o eran los menos, índice evidente de que el argentino parecía tener una cierta “nocturnidad” corriendo por sus venas, pues, si podía, estiraba siempre las horas nocturnas antes de retirarse a descansar, no por nada la mayoría de los lugares de diversión cerraban con la salida del sol, sin que importara demasiado lo dictado por Decretos y Ordenanzas respecto a los horarios, sin contar la cantidad de “after-show” que funcionaban.
Me acerqué a la barra, pedí un whisky con hielo y como me había ubicado en una esquina de la misma, tenía una buena visión de todo el ambiente.
El lugar en sí era muy lujoso y la gente que allí se encontraba no desentonaba con el mismo, un par de parejas haciéndose arrumacos que denotaban una luna de miel o similar, una mesa con cinco mujeres de mediana edad, ninguna mayor de cincuenta que hablaban y reían desentendidas de todos, ellas dejaron escuchar que venían de una despedida de una divorciada festejada en algún lugar de stripper y “descueraron” a varias amigas o conocidas que se habían quedado en el lugar, las cinco se habían llegado hasta allí para chismear y comentar antes de emprender el regreso a sus casas.
El barman me miraba y se sonreía por las cosas que se escuchaban desde esa mesa, entrecortadas pero… se escuchaban. En una de las mesas había una pareja de mujeres, las observé con morbo porque se me hizo que eran lesbianas, una se me antojó parecida a una actriz venezolana, afincada desde hacía tiempo en nuestro país, ella era y es una mujer despampanante por dónde se la mirara, hoy convertida en una MILF que jamás pasaría desapercibida. Tuve que mirarla bien a la morocha sentada para darme cuenta que no era quien yo creía y la otra era una chica que se notaba más bajita, menuda y con una hermosa cabellera de color oscuro que le llegaba a la cintura.
La más alta, con una expresión de esas que te dejan anticipar todos los placeres, me dedicó un par de miradas y me percaté de que no eran pareja, se notaba que sería algo así como una “amiga-instructora” de la más jovencita y la estaba mandando hacia mi lugar, no quise mirarlas hasta que me di cuenta que la chiquita venía hacia mi lado, lo noté porque el barman que estaba cerca de mí, muy sutilmente se alejó hacia otro lugar de la barra, el “hola, me llamo Sol , ¿te puedo hacer un rato de compañía?” me confirmó lo que pensaba.
- Hola Sol, me llamo Carlos y sí, podés hacerme un rato de compañía y si tu amiga gusta, también.
- Se estaba por ir pero si querés la llamo.
- No, está bien, ¿son habitué en el hotel?...
- Ella sí, yo estoy empezando en esto, te lo digo porque mi amiga me lo remarcó y veo que no sos un tipo al que se lo puede engañar de entrada.
La chica tenía una cara muy bonita y bien maquillada, ojos claros que se me antojaron por lentes de contacto de colores, menuda en todo el conjunto, apenas por encima del metro sesenta que disimulaba con botas de taco alto cuya caña le llegaban más arriba de la rodilla pero tenía todo bien puesto, las tetas no se apreciaban por la campera de cuero pero los muslos bien marcados se hacían notar debajo del jeans azul elastizado y el culito respingón que adiviné mirando la forma de sus caderas activó a mi “cabezón sin neuronas” , le sobraba simpatía y me “ganó” de entrada.
- Como la “cosa” es sin engaños, decime cuanto sale esta historia, -me tiró una cifra sin pestañear pero con un cierto rubor-, bien, aunque tengo algo para proponerte, te doblo la apuesta pero exijo “servicio completo” y que te quedes a desayunar conmigo.
- Me tomás por sorpresa, ¿puedo consultarlo?
- ¿No trabajás independiente?
- Sí y me inspirás confianza pero no quiero que mi amiga se quede preocupada, le aviso y subimos.
- Bueno, aunque te aconsejo que no hables de “cifras extras”. -Se me hacía que algún porcentaje tendría que abonar-.
Yo ni me había “mosqueado” por la tarifa y fue a avisarle a la amiga que se paró y se acercó a la barra, “hola yo soy Karina , cuidala bien a Sol y si te interesa…” , la había observado bien cuando se acercaba y tenía una mirada cautivadora y un físico como para parar el tránsito pero yo bastante trajín había tenido para esa noche y decliné la oferta que me hizo bajando el dorso de las manos por todo el frente de su cuerpo, “para serte sincero, hoy no podría pero pienso ubicarte en otro momento” … Se sonrió, nos besó a ambos en la mejilla, se despidió y conocedora de todo su potencial agregó: “cuando gustes” …
Terminé mi copa y nos fuimos con la chiquita hacia el ascensor, ya dentro de él, las luces más blancas la alumbraron bien y se me antojó menor a lo que el maquillaje denunciaba… Tampoco quería espantarla porque a decir verdad, al mirarla de costado y notando que sus nalgas formaban una curva deliciosa que se hacía notar, hizo que no me importara tanto la edad, sin embargo, le pregunté:
- ¿Me imagino que no voy a tener problemas legales con vos, no?
- Tranquilo Carlos , soy mayor de edad, aunque acepto que es mi primera vez con un cliente.
- Supongamos que me lo creo, ¿qué te decidió por esto?...
- Este año termino el Secundario, reprobé un año por hacer pavadas, ahora quiero seguir una carrera en la Facultad y mis padres no pueden ayudarme, una amiga me dijo que en esto puedo ganar mucho más que en cualquier empleo, de hecho con cuatro o cinco clientes por mes ya saco mucho más que cualquier sueldo básico.
Se la notaba un tanto nerviosa y hablaba como por inercia, para distenderse pero como a mí no me molestaba, la dejaba que se expresara y le tiraba un par de interrogantes para que siguiera…
- ¿Voy a tener que enseñarte o me vas a dar lecciones?
- Espero estar a la altura, hasta hace dos meses tenía un novio, lo hacía con él pero resultó muy rutinario y yo necesito más y si con ese “más” encima me pagan, mejor que mejor, jajaja.
- ¿Hacía mucho que estabas intentando?
- Estuvimos un par de horas allí, mi amiga hizo un cliente y la esperé, yo prefiero elegirlos y vos me gustaste apenas te vi entrar pero no me decidía.
- Veremos entonces quien hace la mejor performance.
Miró con un poco de asombro el lujo de la suite y cuando se sacó la campera y debajo de su blusa con encajes se notaron sus tetas medianas, me olvidé de la edad y de la charla, todos mis sentidos se trasladaron a la “cabeza sin neuronas” y la tomé de la mano para ir al dormitorio. Allí saltó con las rodillas arriba de la cama y, en el movimiento, me dejó ver la dureza de sus nalgas paradas en el prototipo del culo latino bien puesto, eso me activó más y me saqué la campera y la remera casi sin respirar, “veo que no me equivoqué” , -dijo Sol observando mi torso desnudo.
Sabía que muchas cosas no las hacían, besar de boca y lengua, por ejemplo pero… a mí me encantaba y con intentarlo… Subí también a la cama y, prácticamente tirándome encima de ella, le “comí” la boca en un beso dado con urgencias, Sol no atinó a negarse, es más, se prendió con ganas a disfrutar de la “batalla” de lenguas y salivas. Un beso bien dado y labios tentadores me ponían como un burro y ya estaba sintiendo los efectos del bóxer y el pantalón apretando a un miembro encabritado que parecía quejarse por el encierro.
No me dejaba separarme de sus labios, me tenía abrazado con sus brazos en mi cuello y me urgía bajarme los pantalones, tuve que hacerlo con ella prendida a mí como una lapa porque, si bien es cierto que me paré para aflojarme el cinturón y sacarme la ropa no pude despegarla porque también pasó sus piernas a la altura de mi cintura. Se reía con desparpajo y me llevó a mí a lo mismo, “me gustás mucho, mucho” , -me decía-. Tal que tuve que apoyar su espalda en la cama y sacarme la ropa haciendo malabarismo.
Luego, al aflojar un poco, le saqué la blusa y comprobé la dureza y firmeza de sus tetas sin sostén. Le besé el cuello notando sus estremecimientos y me dediqué en la bajada a sus pechos de pezones chiquitos y receptivos. Estaba en mi salsa y me importaban tres cuernos haber pagado por ese placer, Sol se movía como electrizada cuando abandoné las tetas y bajé por su estómago dirigiéndome a su pubis.
Tuve que hacer un alto para sacarle las botas y bajar el jeans y rápidamente me lancé a su entrepierna depilada y empapada que despedía aromas de desodorante íntimo. Se la veía venir y lo único que me dijo casi gritando y moviéndose como descontrolada, “tendría que ser al revés Carlos , así no puedo aprender a hacer nadaaaa”…
Se le cortó la diatriba de golpe y la cambió por un gemido profundo cuando el lengüetazo recorrió el cerrado orificio del culito y los labios de su vagina, más profundo aun cuando la lengua se detuvo en el clítoris chiquito y tembloroso. Ya después me dediqué a recorrer lamiendo todo el lugar y en su desesperación me cruzó las piernas por sobre mi cabeza y me hizo hundir la cara en su intimidad. Me daba igual porque aferré sus caderas y se la gasté en base a lengua, besos, lamidas, penetraciones linguales y la absorción del clítoris que parecía querer esconderse y asomarse trasladando un placer que Sol no esperaba.
Dicen que estas chicas disimulan sus orgasmos, pues bien, con su primer cliente, Sol no pudo disimular nada, el grito debe haber sido destemplado porque lo escuché fuerte aún con mis oídos tapados por sus muslos, mi cara se empapó con su flujo y parecía un desesperado tratando de lograr que no se fuera lejos para poder tragarlo porque era por y para mí. Ella no paró de temblar y las contracciones continuaron por todo el rato en que lamí hasta saciarme.
Al levantar la cara, la tenía empapada y la sonrisa afloró mutua, la pendeja parecía brillar y vi que su tanga yacía a un costado, ni recuerdo el momento en que la rompí para que no me molestara. “¡Sos una bestia!, dame un segundo que ahora me toca a mí” , -dijo tratando de incorporarse-. El tema fue cuando subí a la cama y se encontró cara a cara con el instrumento que debería “domar” .
- ¡Ayy, madre de Dios!, es duro y enorme, vaya debut, esto va a ser placentero y doloroso o doloroso y placentero porque conozco mis cavidades, te pido que me dejés ponerme lubricante, ¿puede ser? ...
- Sólo si me permitís que yo lo ponga…
- Hecho, estoy entregada a lo que quieras hacer. Tomá, -me entregó un tubito de lubricante íntimo- lubrícame a gusto, yo voy a tratar de hacerte mimos con la boca.
Se puso de costado, casi como si fuera un “69” pero sin pasar la pierna por sobre mi cara, mientras tomaba mi pija con sus dos manos y comenzaba por darle besos y lamidas al glande. Me llené la mano con la crema en gel y le di a los dedos “a piacere” , Sol trataba de coordinar una mamada incompleta que no llegaba a introducir la mitad del miembro en su boca y se salía del lugar contoneándose y gimiendo con decibeles altos, eso hasta que me ocupé de su culito.
Primero fue el pulgar con crema y luego cambié por el dedo medio que se perdió en las profundidades estrechas de su recto, moverlo hacia los costados y hacia el interior del canal tratando de dilatarlo volvió a provocar una explosión, “no me aguanto, no podés, me estás matando, sos lo más” , -expresó- y girando el cuerpo se sentó sobre mí como para cabalgarme y con la mano llevó el miembro al orificio de su vagina lubricada. No le fue muy fácil pero se lo tragó todo sin emitir sonidos.
Causaba un morbo placentero ver su cara de sufrimiento cuando el miembro pugnaba por entrar dirigido por ella que se dejaba caer, el hueco se llenó de carne en barra hasta que hizo tope con sus nalgas y fue allí donde se quedó quieta, disfrutando la “empalada” , su cara no mentía y me habló: “No hay problemas Carlos , estoy muy sana y no me podía privar de este placer” … “Por mi parte también, hacé y deshace a gusto, soy todo tuyo” , -le contesté-. Mis palabras sonaron como una campana de largada y Sol se esmeró con los movimientos de sus caderas y con apretones que trataba de dar con sus músculos vaginales.
Digo bien, “trataba” porque estaba tan llena de carne que no podía manejarlos bien pero, lo solucionó rápido con movimientos ascendentes y descendentes que me llevaban a chocar con su interior y aunque nos gustaba, cuando esto sucedía, las muecas de placer-dolor nos asaltaban a los dos.
Había acabado dos veces y trataba de hacerme acabar a mí pero yo “eso” lo “manejaba” más que bien. La primera que había gozado hasta el agotamiento de mi capacidad mental para no terminar como un deschavetado al entrar y salir, fue Cristina y lo aprovechó siempre que nos brindábamos los dos.
Pensar en mi mujer en ese momento me sacó de contexto y me dejé ir cuando Sol volvía a gemir y a contraerse mientras se enterraba el miembro hasta el final de su cavidad. La leche caliente le encantó y pedía más forzando sus músculos interiores para masajearme y absorber mi esencia.
- ¡Es increíble!, no debería acabar pero vos me podés.
- Disculpame, ni siquiera te pregunté dónde pero lo hiciste tan bien que no me quedó tiempo para aguantarme y preguntar.
- ¡Menos mal que no te aguantaste!, jajaja, me arruinaste, mañana no voy a poder trabajar, todavía echa humo mi conchita, ¡fue genial!...
- Aún puedo seguir, aunque es mejor que descansemos y nos tomemos una copa, te prometo que la conchita no te la toco más pero, el culito no creo que se salve.
- Ya lo pensé y me duele por anticipado pero estoy segura que lo terminaré gozando como una yegua salida. Dejame que las copas te las sirvo yo, ¿qué querés tomar?
Me lo dijo y bajó de la cama para dirigirse hacia el mini-bar, me quedé mirando su culito de nalgas duras que ni se movían al caminar y mi pene comenzó a reaccionar. Esos culos eran los que a mi gustaban, duros, bien armados, parados, culos en los que tenés que buscar determinada posición si pretendés penetrarlos hasta el final porque la dureza de las nalgas no te lo permite, siempre dije que eran “culos para patitas al hombro” porque es la única manera en que podés acceder completo a su interior. Los culos grandes y de nalgas flojas no son de mi total agrado por más que sean agradables a la vista, cuestión de gustos que le dicen.
Sol me estaba brindando una vista espectacular de su culito y cuando se ponía de costado era un encanto notar la curva pronunciada de esas nalgas que pronto iba a devorar. Ella tomó una gaseosa y yo jugo de naranja con un poco de vodka y vino bien porque era para tomarlo rápido y no perder el tiempo.
Con mis labios fríos por la bebida con hielo me ocupé de besar sus pezones y fue como encender una máquina bien aceitada, gimió cerrando los ojos y luego dejó los vasos sobre la mesa de noche y se volvió para extenderse sobre mi cuerpo, “dejame sentir tu piel” , -me dijo y se prendió a mi boca moviendo todo su cuerpo sobre el mío-.
Descendió rápido besando mi piel y haciéndome contraer cuando pasó por mi estómago, no eran cosquillas, era una contracción muscular que, como me anticipaba mejores placeres, también me ponía a mil o más porque ya estaba todo endurecido entre mis piernas. Al llegar a mi miembro puso las manos sobre mis muslos y se ocupó sólo con la boca, peleaba por meterlo profundo pero era más de lo que las posibilidades de su boca podía albergar, de todos modos no se amilanó y me miraba con los ojos brillantes mientras me lamía, lo introducía y lo soltaba haciendo una especie de ruido de descorche.
“Por más que quiera, así no te voy a hacer terminar, ocupate de mí culito y que Dios y la Virgen me amparen, jajaja” , -dijo poniéndose en cuatro a un costado de la cama-. A mi juego me llamaban y mi lengua se movió con una mezcla de apuro y nerviosismo para abarcar toda esa zanja deliciosa.
Se notaba que Sol trataba de aguantarse porque no quedaba muy profesional desmadejarse con un cliente pero, ¡a la mierda con el aguante! ... Estalló en un grito contorsionándose cuando penetré con mi lengua su agujerito que parecía abrirse y cerrarse. No la dejé caer y la di vuelta para poner sus piernas al costado de mis muslos, era la mejor posición, me había dado cuenta que tenía tan duras las nalgas que, aun estando en cuatro, no me dejaría penetrarla hasta el final.
Fue ella la que estiró la mano, me pasó la pomada por toda la pija y trató de relajarse. Me tentaba horrores eso de “mandársela a guardar” de una sola vez pero decidí que el goce tenía que ser de los dos, el haber pagado no me daba derecho al sufrimiento de la partenaire y no bien calcé el glande en el recto comencé a empujar muy despacio.
Sol notó enseguida que no iba a ser violento y comenzó a mover las caderas para acomodar el recto y ayudar con sus movimientos a que la penetración fuera placentera. Llevaba una tercera parte adentro de su canal y la “inexperta” dio rienda suelta a una perorata que me calentaba más, “me encanta Carlos , me encanta como me estás rompiendo el culito, eso, movete ahí, entrá y salí y metela un poco, la quiero sentir toda pero no te apures, te voy a devolver el dinero, me estás haciendo gozar como nunca lo pensé, dale, dale, aaahhhh, no me aguanto, tomáááááá, pijudo de mi alma” , Sol se veía desencajada y mi ego por las nubes y en su punto más alto.
Después de todo era lo que siempre buscaba, hacer gozar a la mujer que estaba conmigo era una premisa y no me gustaba defraudar a ninguna ni a mí mismo. La penetración se detuvo como si se hubiera estrechado el conducto y faltaban unos cuatro o cinco centímetros para chocar con mi pelvis, no quería forzar nada y comenzaron a sucederse los movimientos de entrada y salida, lo que logró que Sol se agitara moviéndose y pidiendo más, ella misma se dio cuenta que la piel de mi pelvis no la tocaba y dio un caderazo hacia adelante para lograr una penetración total.
No pudo evitar el grito de dolor, fue como una desvirgación y me quedé quieto esperando que se calmara, me lo agradeció con los ojos llorosos y enseguida fue ella la que, a pesar de la posición incómoda que tenía, tomó la iniciativa y “se cogió” usando mi verga para eso, yo la dejé, me encantaban sus movimientos de caderas. Fue un anal apoteótico adobado con los comentarios de “la aprendiz” y por los gemidos que daba gozando la cogida…
- Jamás sentí la pija de mi novio tan adentro, llegaste adónde nunca pudo, me parece que algo adentro se rompió, no salgas, no salgas, me encantó que me hicieras sentir así, dejame jugar con mis músculos quiero apretarte con ellos.
Estaba “pasada de rosca” y se movía tratando de apretar el tronco con sus músculos, pareció lograrlo y entró en una serie de espasmos que se antojaron como orgasmos consecutivos y era eso lo que me apretaba, no había forma de apretar de otro modo, la saturación de carne en barra se lo impedía.
Yo ya quería terminar y se me ocurrió apretarle el clítoris, ni avisó, explotó en un orgasmo descomunal mojando mi torso con sus jugos y, posiblemente, orina, en definitiva me vino bien porque me metí lo más profundo que pude y le llené las tripas, “me quema, por Dios, me quema, esto es sublime” , -decía a viva voz y seguía con las contracciones-.
“Filmame con el celular, sacale fotos a mi culo, te juro por lo que más quieras que rememoraré este momento como uno de los mejores de mi vida, no salgas, esperá” … Yo me reía de la salida que tuvo y más aún cuando estiró un brazo y agarró mi celular para grabar de inmediato la zona de sus órganos sexuales, fijando la filmación en un primer plano de mi verga metida en su culito, “tomá, tomá el celular y grabá cuando me la sacás del todo, quiero ver mi culito reventado, porfi, Carlos , no es muy “profesional” pero vos no sos un “cliente común”” .
Le hice caso, filmé complacido el retroceso y el modo en que le quedó el agujero dilatado, hice un poco más, todavía estaba bastante duro y la penetré por la vagina filmando la lentitud en que lo hacía, “¡sí, carajo, síííí, apretame el clítoris y aggggg!” . Nuevamente la asaltaron las contracciones de un nuevo orgasmo pero esta vez quedó laxa sobre la cama y colocó sus brazos en cruz.
Yo tampoco quería más y salí despacio, ya fueron dos los orificios dilatados y quedó todo registrado, terminé de filmar subiendo por su cuerpo hasta su cara de relajo y goce, ella me miraba con cara de “carita feliz” y nos reímos los dos cuando le di el celular para que pasara lo grabado al suyo, mientras lo hacía dijo:
- Dame un beso, por favor, me siento una canalla, me diste un placer tremendo y encima te cobré para esto.
- No pasa nada Sol, merecés con creces el dinero que te di -le había duplicado la tarifa- pero, si te tengo que ser sincero, me apena que otros vayan a disfrutar de ese culito igual que lo hice yo.
- ¡Te tomaste todo el vino!, ni borracha transaré poniendo el culo, lo de hoy con vos fue una salvedad porque me calentaste como nunca cuando te vi. Ya se lo dije a Karina , mi culito es sagrado, nada de besos y con preservativo, ¿te das cuenta porque lo tuyo fue especial?...
- Me doy cuenta y te lo agradezco, agenda mi teléfono y dame tu número, esta no va a ser la última vez en que nos veamos, solos o acompañados con Karina.
- Si estás vos de por medio, acepto lo que sea, no sabés que bien que me siento…
No recuerdo que otras cosas más nos dijimos, sólo sé que el sueño nos pegó flor de arrebatada y quedamos los dos rendidos y entregados a los brazos de Morfeo…
Continuará…
GUILLEOS1 agradece sus comentarios.