Apariencias

Cuando desaparecen los prejuicios y se deja salir la persona que llevamos dentro...

Dafne caminaba cabizbaja, evitando el viento frio que le recorría la cara ruborizando sus mejillas con temperamento y sin mesura, ella se encontraba temblorosa no solo por el gran frio que hacia ese día de enero, sino porque no estaba segura de lo que iba hacer, más bien parecía un animal tembloroso al que iban a regañar o una colegiala a la que le pedían su primer beso.

Esa sensación era la que le provocaba Fred, no sabía porque, pero ese joven de  piel canela y carácter dominante pero jovial conseguía hacerla sentir como una niña, con una tierna inseguridad pero una anhelante sonrisa, le hacía recordar lo que era y lo que podría ser, conseguía hacerla sentir especial. Por todas esas cosas y muchas más quería demostrarle que ella también estaba a su altura, que podía ser atrevida y también podía sorprenderle, ya que aparentemente Dafne aunque con una fachada jovial tendía a ser una a chica tímida y extrovertida lo que hacía deducir a quien la miraba que no ocultaba gran erotismo o seducción en su mirada y mucho menos parecerse ni de lejos a una diosa o experta en la materia sexual cosa que a Fred le llamaba mucho la atención de una mujer.

Fred era o lo que en los tiempos de hoy se podría llamar un don juan, su compostura y su manera de ser, hacían que fuera un ser masculino muy atrayente y se denotaba que no era un novel en ese tema, cosa cierta que a Dafne asustaba ya que ella era una simple aprendiz.

La manera en la que se conocieron fue de lo más absurda posible, Dafne después de un largo día en la oficina se disponía a irse a casa a descansar con una buena película y su manta cuando de repente le reclamo su amiga, la cual recién había roto con su pareja y estaba desatada, así era pues que la arrastraba a todos los garitos posibles para olvidar las penas y como ella no podía decir nunca que no, sabía que el plan cambiaria. Nada más entrar, ahí, estaba el, apoyado en la máquina de tabaco con un porte misterioso e incluso arisco para ella, pero pasó desapercibida ante sus ojos, hasta que Raquel , su amiga, se puso a charlar con los amigos que acompañaban a Fred como si de conocidos se trataran, entablando una  amistad nocturna. Esa  noche Dafne decidió alternar y ser un tanto atrevida y comenzó acercarse hacia el dedicándole un tierno hola, a lo que él respondió hola también, ahí se quedó a conversación hasta que ella decidió insistir un tanto más  y sin quererlo entablaron una conversación entre copas. La noche llegaba a su fin y cuando se quiso dar de cuenta , Raquel, había terminado desapareciendo con uno de los amigos de Fred, dejando así sin compañía a Dafne, ella se disponía  a salir del bar para irse a su casa cuando el muy educadamente se ofreció acompañarla un tramo del camino, se fueron juntos dejando de lado todo el barullo pasados una media hora Fred le musito que tenía que irse, cosa que a ella desilusiono pero acepto, aunque no sin darse los números de teléfono.

Pasados unos días, Dafne recibió un mensaje de él, cosa que le sorprendió gratamente, le preguntaba que como estaba y que le comentaba que sin quererlo aquella noche que se presentaba aburrida no había resultado tan mala en parte gracias a ella. Eso le hizo sonreír, aunque no quiso darle más importancia de la que aparentemente tenia, pero fueron pasando los días y los mensajes entre ellos se fueron sucediendo, como si de una amistad tecnológica se tratara,  se preguntaban cómo estaban, comentaba como había avanzado el día incluso entre risas se iban conociendo más profundamente incluso más allá de lo típico entre dos amigos. Avanzado un mes las conversaciones entre ellos dos habían conseguido alcanzar matices un tanto subidos de tono, entraban en un  juego de preguntas y curiosidades sexuales que a Dafne ruborizaban aunque a Fred no hacían que se inmutase ya que eso para él era algo corriente. Quedaron algún día para tomar un café y hablar cara a cara pero lo único que conseguían esos encuentros era crear una tensión sexual nunca vivida por Dafne, eso la inquietaba mucho aunque para el parecía un simple aunque divertido juego.

Un miércoles cualquiera, empezaron la mañana con sus mensajes de buenos días, pero no sé porque aquel día Dafne estaba desatada, no podía controlar su euforia ni su alegría, estaba como demasiado cariñosa, más de lo normal, y eso freddo lo noto y actuó ante ello, picándola e incitándola hacer locuras  ella lo deseaba pero su pudor la frenaba aunque se arrepentía al mismo tiempo, era pura contradicción. La conversación había subido tanto de tono y a Fred le encantaba tanto ruborizarla que le había mandado una foto un tanto picante, más claro una foto que sugería lo que se dejaba entrever entre sus piernas, ella se horrorizo aunque no pudo dejar de mirarla. Tal impacto había causado ese echo en ella que esa misma noche sin saber porque decidió auto motivarse, tercio la luz de su habitación dejándola solo iluminada por una tenue vela, se puso un camisa larga de tirantes de satén que dejaba apreciar sus duros y grandes pezones sin cabida a la imaginación y un tanga rosado claro que marcaba sus rotundas y redondas nalgas, se dispuso a introducirse en la cama a la vez se apartaba su oscuro y largo cabello retirándolo hacia un lado del cuello, directamente introdujo su dedo índice en su húmeda boca que salivaba sin control, deslizo ese dedo calenturiento por su barbilla rodeando  y  acariciando lentamente el lado izquierdo de su cuello aproximándose a sus grandes senos y acariciándolos sin cesar, imaginando que ese dedo que la hacía extasiar era el de freddo entregado a su cuerpo, siguió progresivamente bajando hasta llegar a su ingle la cual ardía en deseos de que descendiera un poquito más hasta tocar ese punto soñado, notaba como palpitaba su miembro sin cesar pidiendo más caricias, extasiado lubricaba al pensar en él, rozando sin mesura  su clítoris humeante de calor. Dafne logro alcanzar el clímax ayudada de su imaginación y aquella sexy foto de Fred , Dafne se quedó pensativa y llego a la conclusión de que esa tensión sexual que envolvía la relación que tenía con Freddo no podía seguir así, tenía que actuar y de manera rotunda. Pero ahí estaba la incógnita, en muchas conversaciones que había mantenido con Fred había deducido que su experiencia sexual era amplia y rica en matices, incluso podía estar seguro de que ella para él era un manjar que no le importaría deleitar, pero en ese momento no le dio más importancia, pero sabía que había llegado el momento de reaccionar y tomar las riendas de aquella situación y sobre todo sorprenderle y demostrarle que ella también podía ser sensual y atrevida, así que sin más dilación al día siguiente le propuso que quedaran como un día más para tomar un café pero esta vez seria en su casa para evitar las incomodidades del frio,

Dafne se atavió con un conjunto de lencería color azul oscuro muy sugerente el cual dejaba notar sus redondeadas curvas, deslizo unas  finas medias color carne que agarro a su conjunto, se roció con perfume y se enfundo unos altos tacones negros que dejaban ver sus contorneadas piernas preparada se puso una gabardina negra y se decidió a salir a calle, en principio preocupada por el acechante frio que la acribillaba pero mientras más se acercaba a la casa de Fred y con la idea extenuante de abordarlo y dejarlo sorprendido el frio se desprendía de su cuerpo dejando paso a un calor interno que el debería apagar.

Dafne se acercó al portal, y llamo secamente al 2 b, piso en el que vivía tan anhelado deseo, mientras se disponía a subir las escaleras el temor se apoderaba de ella ya no era la dominante que quería ser cuando salió de su casa, sus piernas no dejaban de temblar y la vergüenza y el pudor se apoderaron de ella, pero ya no había marcha atrás, había llegado el momento.

La mano de Dafne se acercó al  timbre, llamo, mientras oía los pasos de  Fred acercándose a la puerta se dispuso a desabrocharse lentamente la gabardina que ocultaba su cuerpo semidesnudo, el sin dilación abrió la puerta y observo a Dafne semidesnuda y entrando rauda por la puerta abarcándole sin dejarlo decidir qué hacer, cerró la puerta y se desprendió de su abrigo dejando a Fred sin respiración y muy gratamente sorprendido, el intento reaccionar y cogerla entre sus brazos pero ella no dijo que tomara el mando de la situación ,quería mandar y tenerlo a su merced, decidir sobre su cuerpo y sacudirse con sus placer. Le empotró contra la pared sujetándole de las manos y sin mediar palabra abordo su boca con su lengua humedecida aunque extenuante por el calor, recorriendo sus labios poco a poco e introdujo su lengua que consiguió mezclarse con la suya, descubrió que era un placer juguetear con su  boca, siguió deslizándose por el cuello sin antes, con una sola mirada conseguir que se desprendiera de su camisa, que dejaba ver su atlético pecho al desnudo, cosa que a Dafne logro revolucionar más aun, prosiguió con su lengua, jugueteando con sus pezones erectos, trazaba un contoneante  recorrido , con sus manos cogió su cinturón y lo desabrocho con fuerza y un tanto de patosería, aunque consiguió quitárselo dejando ver aquel miembro con el que tanto se había recreado la noche anterior. No podía resistirlo más y sin mediar palabra se acercó a su falo y lo introdujo en su boca sin dejar respira a Fred,  el primer gemido que exhalo el, produjo en ella una marea de ganas irremediables de seguir dándole placer, sin cesar siguió con ese duro y terso miembro en su boca cual recorría con placer de arriba abajo, succionándolo y saboreándolo.

Descubrió que le encantaba ver como Fred disfrutaba, y que tomar un rol activo le estaba dando tanto placer como recibirlo, pero ella creía que la cosa se iba a quedar así , que su gran gesta iba a quedar en eso, pero no era así, Fred decidió tomar las riendas de aquella situación y recreándose en lo mucho que dejaba entrever ese conjunto deslizo sus manos y lentamente le fue quitando las medias, mientras se acercaba a su tanga verdoso cual le quito con sus blancos dientes y dejaba ver aquel precioso culo que a Fred tanto logro excitar, prosiguió y se deshizo de aquel sujetador que ocultaba aquellos pechos rosados y erectos, dejándola así completamente desnuda y a su merced. La guio ciegamente a su cama, la cual era la típica cama antigua de acero negro, a la que ato, no sin alguna resistencia aunque mínima de Dafne. Se había apoderado de todo su cuerpo, ella estaba a su merced ahora, y él era el que mandaba sin remedio. La tumbo boca abajo, le encantaba tener esa visión de su cuerpo tumbado, completamente desnudo y más aun de ese culo que le volvía loco, comenzó a besar su cuello retirando el pelo y haciendo que Dafne anhelara otro de esos besos húmedos que el hacía que pidiera con ganas, prosiguió lamiendo su espalda recorriendo hasta los más escondidos recovecos de su anatomía, llegando a ese preciado culito que mordisqueo y lamio sin fin, abriendo esas nalgas y saboreándolo, consiguió aguantar y recorrer  sus piernas, cosa que ella nunca había experimentado y aunque alguna vez lo había deseado no pensaba que ese acto pudiera provocarle tanto placer, el hecho de sentirse tan deseada, conseguía que ni tocarla hiciera falta.

Fred sabía lo que hacía, se notaba que no era un simple enteradillo, conocía el cuerpo de la mujer y como producirle placer. Prosiguió y dio la vuelta a Dafne, atándola de las muñecas a esa ruda cama, provocándole un rotundo aunque bajo NO, eso no surtió efecto en él y siguió con su propósito, la ato con unas coloridas y mullidas esposas , el esbozo una pícara sonrisa que dejaba ver claras sus intenciones, la beso con su boca entreabierta  jugueteando con su lengua y mordisqueándolo el labio, pero la impaciencia entro y le llevo a seguir mordisqueando sus grandes pezones sin parar, cogió sus pechos con las dos manos y juntándolos sobre su boca los lamiado y jugo con ellos con placer, dejando a Dafne descolocada , en un estado muy ardiente, prosiguió besando sus curvas y acercándose a su miembro, lo recorrió con su lengua húmeda pero sin parar la introdujo en sus encerrados labios aunque chorreantes , deslizando su musculo como si de un cucurucho se tratara, saboreándola y deleitándose con ella, seguía jugando absorbiendo y succionando su clítoris sin  remedio mientras Dafne no podía parar de gemir y de exclamar barbaridades. Ella no podía más, le rogaba, aunque sin mucho ahínco, que parara que no podía más, pero él no estaba dispuesto a dejar las cosas así, quería ver y sentir como ella estallaba  en su boca, saborearla sin piedad, y lo consiguió Dafne no podía más y sucumbió aquel dios del sexo oral dejando ver su debilidad ante él.

Fred se alzó y se recreó con la cara de placer de Dafne, esos ojos semicerrados y ese labio mordisqueado dejaba ver que ella lo había disfrutado tanto como el, cogió sus piernas con fuerza y las alzo, sobreponiéndose a ella vio ese panorama y no pudo resistir mas y la penetro sin mediar palabra, sintió sus nalgas calenturientas y entro por su estrecha vagina sintiendo  esa humedad, mientras le penetraba profundamente con ahínco a un  ritmo lento pero intenso, mientras tocaba sin pudor sus pechos teniendo en su poder todo su cuerpo , se había hecho con el control completo de ella y eso le encantaba tanto a él como ella, Dafne no pudo más y extasiada llego aquel anhelado orgasmo, el sin embargo siguió sin parar hasta que no pudo más y retirándose de dentro de ella vertió todas sus ganas sobre Dafne, los dos quedaron extasiados y satisfechos incluso las piernas de Dafne dejaron entrever su temblor de satisfacción y liberación. Los dos se miraron y sin disimular, se rieron,

Dafne descubrió  que la falta de pudor y de vergüenza y un tanto de valentía le hizo pasar la mejor noche de su vida y dejar salir la tigresa que llevaba dentro y enseñarle a Fred que hasta el más experto puede ser enseñado  y estimulado.

P.D.: Dedicado aquella persona que ha sabido valorarme, escucharme y hacerme sentir bien. Gracias por estar en mi vida.