Apadrinando chicas (2: el padrino de mi prima 1)
Comienza la primera lección para el aprendiz de padrino... de la mano, o mejor dicho de la boca de linda prima.
Y llegó por fin el sábado.
Mi prima Lupita me había recomendado que llegara muy temprano, entrara rápidamente a la casa y que durante todo el día no me apareciera por el patio no quería que su padrino se enterara que yo estaría ahí.
Como a las 6 de la tarde mis tíos salieron, encargándome la casa y diciendo que regresarían el domingo como a las 10 de la mañana aunque sus hijos salieron a despedirlos hasta el patio, yo, siguiendo las instrucciones de mi prima Lupita, permanecí dentro de la casa.
El resto de la tarde transcurrió tranquila, los primos más pequeños miraban caricaturas en la televisión, yo hacía tareas de la escuela y Lupita entraba y salía de los cuartos, removiendo ropa y cambiando cortinas de la ventana que comunicaba su cuarto y el cuarto de mis tíos.
A las 7:30 lupita nos dio chocolate caliente con pan y al terminar ella se metió a la ducha, por lo que con los otros dos primos nos fuimos a los amplios sillones de la sala a mirar televisión a propósito puse una película en inglés para que ellos se aburrieran pronto y se fueran a dormir la noche había refrescado un poco y ellos recostados en un mismo sillón estaban envueltos en una cobija, yo con mi delgado short de noche, también había subido los pies en mi sillón cubriéndome con otra cobija.
Lupita salió del baño envuelta en una toalla y se encerró en el cuarto de mis tíos.
Casi media hora después salió Lupita y me dejó sin aliento venía espectacular. Aunque ya me había dado cuenta que con el uniforme de la escuela se veía soberbia con su falda tableada a media pierna que resaltaba lo prominente de sus esplendorosas nalgas en esta ocasión se había puesto uno quizá del año anterior o de más atrás; pues la faldita le llegaba justo al nacimiento de sus mordisqueables nalgas y la playerita no le llegaba a cubrir su lindo ombligo; rematando con dos coletitas que se hizo en la cabeza ¡Uf! al mirarla, Celia, mi otra prima, protestó "oye tú y porqué te pusiste mi uniforme?" Lupita riendo, le respondió "no es tuyo, encontré éste que también es mío, ¿qué tal me queda?" dijo esto último dando una vuelta completa nooooooo eso me puso a mil!, sus piernas lucían apropiadas para ser eternizadas por algún escultor.
Lupita caminando cual modelo en una pasarela, se dirigió a donde estaban sus hermanos, inclinándose para darles un beso a cada uno, mientras le decía a su hermana, "así que no te sulfures chaparra, esta ropa es mía y hoy se me antojó ponérmela" Al hacer estos movimientos, yo que estaba en el sillón a su espalda me recreé con la visión que me permitió su enorme trasero, pues la faldita se le subió totalmente, dejándome ver su calzoncito de niña, con una rosa de encaje pegada justo en su colita ¡Ah!, mi corazón latía al mismo ritmo que mi verga, pugnando por salir del short.
Celia, aún molesta por la vestimenta de su hermana, la recriminó "ahí vas a ver que te vas a resfriar".
Pero Lupita no se amilanó y le respondió, caminando hacia mí "pero si también me voy a cubrir, aquí mi primo me va a convidar de su cobija". Yo ni tardo ni perezoso, recogí uno de mis pies, abriéndole espacio para que se sentara conmigo y se cubriera con mi cobija.
Quedó Lupita sentada casi en una de mis piernas y estiró sus pies hacia mi estómago, recostándose en el otro extremo del sillón.
En cuanto nos cobijamos bien y sus hermanos volvieron a poner atención a la película, yo comencé a deslizar una de mis manos hasta colocarla en una de las suculentas piernas de Lupita y se las estuve sobando muy suavemente, sintiendo como su piel se ponía chinita, en parte por el frío que sentía y en parte por las cosquillas que le hacía.
Con su mirada, Lupita me indicó que le estaba gustando lo que le hacía y yo me sentí complacido, por lo que ella quiso colocar su pie justo encima de mi verga, que estaba a reventar, pero sinceramente yo sentía que si se lo permitía, ahí mismo acabaría por pajearme, por lo que mejor se los mantuve sobre mi estómago.
Eran ya las 9 de la noche cuando los hermanos de Lupita decidieron irse a sus respectivas camas, por lo que yo quise jalarla sobre mi, pero ella no me lo permitió, hablándome en susurros "no primito, no quiero que me estrujes el uniforme ni me calientes de más necesito que mi padrino me encuentre bien y seca, le he pedido que haga de cuenta que es la primera vez que me coge con eso tú aprenderás cómo se deben hacer las cosas desde el principio, sin precipitaciones".
Consciente de lo que podía perder si no acataba sus instrucciones, me mantuve solo sobando muy suavemente sus piernas.
Cuando ya había pasado media hora a que sus hermanos se habían retirado a sus camas, Lupita se levantó y fue a cerciorarse de que dormían para decirme que pasara al lugar que me había indicado para ver el espectáculo que me esperaba.
Entré al cuarto donde dormían mis dos primas y me coloqué tras la cortina, dándome cuenta que la cortina del cuarto de mis tíos estaba totalmente corrida, pero como ya lo había comprobado Lupita, con la cortina oscuras de su cuarto y las luces apagadas en este, no se notaba nada me senté sobre la cama de Celia, donde ella dormía a pierna suelta, y me dispuse a esperar los actores de la obra que en breves instantes disfrutaría en vivo y a todo color!, mientras tanto mi prima Lupita se iba a buscar a su padrino.
Al poco tiempo escuché unos pasos sigilosos, sabiendo que era mi prima y su padrino que ya llegaban, por lo que me acomodé entre las cortinas para ver el inicio de la función.
Entraron al cuarto de mis tíos, él traía a mi prima en sus brazos, cargándola como bebé, de esa forma sus grandes nalgas colgaban, mostrando totalmente el calzoncito de la rosa en la colita. La recostó suavemente en la cama king zise y él a un costado, dándole un prolongado beso en la boca, donde se notaba el jugueteo de lenguas que se daban. El traía puesto solamente una playera y un short, donde ya se adivinaba la protuberancia de su parada verga; calzaba solo chanclas.
Lupita, riendo se soltó del beso que le daba su padrino y dio un giro de 180° sobre la cama, con lo cual su cabeza quedó hacia mi e invitó a su padrino que siguiera con su trabajo; entonces él también dio el giro, colocándose sobre ella, le tomó el rostro con ambas manos y comenzó a deslizar sus labios por todo el rostro de ella, su frente, sus ojos, su nariz, sus mejillas lo hacía muy suavemente, con dulzura, casi con amor ella cerraba sus ojos y parecía suspirar.
La boca del padrino siguió su recorrido, ahora pasaba por sus orejas, haciendo que ella se estremeciera y cuando se entretenía entre su cuello, ella arqueó la cabeza hacia atrás, para verme de manera invertida y constatar que no me perdía detalle de lo que sucedía.
Mientras el padrino le besaba cada milímetro del cuello, sus manos masajeaban suavemente sus pechitos y su vientre, hasta alcanzar la parte inferior de la playerita y deslizarla hacia su cabeza, quitándosela, dejando totalmente desnuda a mi prima de la cintura para arriba sentí una terrible envidia de ver como el padrino le pasaba sus labios y su lengua sobre sus diminutos pezones, mientras ella se mordía los labios del placer que estaba sintiendo por ratitos él suspendía la lamida de chichitas para deslizar sus dedos sobre ellas, haciendo semicírculos, con lo cual notaba que ella se ponía bien chinita y arqueaba la espalda el padrino siguió su recorrido, ahora estaba prendido de su ombligo, donde se notaba que metía su lengua y ella se removía como culebra, era indudable cómo lo estaba disfrutando.
Cuando el padrino le comenzó a desabrochar la falda, ella se giró 90° sobre la cama, permitiéndome otro ángulo de la acción. El terminó de sacarle su falda y en vez de quitarle el calzón, se bajó de la cama y se alejó un poco, deleitándole con la visión que mi prima le ofrecía en verdad se veía maravillosa; por su parte él mostraba una erección espantosa, hasta temí que lastimaría a mi querida prima con tremenda verga. Luego, sin quitarle su calzón, le daba ligeros mordiscos en su vagina, arrancándole grititos a mi prima y la hacía levantar las nalgas de la cama para seguir pegada a él cuando éste retiraba su boca vi cómo metía sus dedos a los costados del calzón y se lo comenzó a bajar, cubriendo con su boca lo que el calzón iba dejando al descubierto
Terminó de quitarle el calzoncito, con cuyo movimiento me permitió ver totalmente desnuda a mi prima, con su vaginita cubierta apenas por una pelusa aterciopelada semirubia, ella se deslizó hacia la orilla de la cama, donde él se había puesto de pié, pero luego se inclinó, sacó en su totalidad la lengua y comenzó a darle de lengüetazos en la vagina; los cuales eran muy largos y prolongados, pues comenzaba desde muy abajo, casi en el ano y deslizaba su lengua muy despacio, casi hasta alcanzar el ombligo y volvía a empezar desde abajo los gemidos de mi prima que le siguieron a los pocos instantes, se convirtieron en gritos de placer a los 5 minutos era un espectáculo único, yo desconocía totalmente a mi prima; era una hembra en brama, disfrutando con lo que su padrino le hacía. Y lo que en particular me llamaba la atención era que él daba muestras claras de también estar disfrutando de lo que hacía, era obvio que el olor que emanaba del sexo de mi prima le gustaba y parecía que su sabor era el de un néctar delicioso, pues se relamía los bigotes de cuando en cuando.
Luego me di cuenta que le metía la lengua en la vagina, pues comenzó un movimiento de metisaca, haciendo desaparecer por momentos parte de su larga lengua y mi prima comenzó a mover sus caderas, empujándolas al encuentro de aquel objeto que le daba tanto placer.
Pero cuando yo creí que mi prima se abandonaría al placer y se olvidaría de mí, ella pareció recordarlo y dio otro giro de 90°, apuntando su vagina hacia mi, a la orilla de la cama, por lo que su padrino, después de una mirada de extrañeza, se hincó frente a su vagina y continuó con las lamidas y embestidas de lengua, ella para hacer total la penetración, le pasó ambas piernas por los hombros y le atrapó el rostro en su vagina, moviendo salvajemente las caderas, de las que él se sostenía, tomando una nalga en cada mano.
A los pocos minutos, se escuchaban los gritos apagados de mi prima "ya papito lindo, dame verga por favor! dame tu deliciosa vergaaaaaa, que me muero!!".
El se fue retirando poco a poco de aquel maravilloso hueco, siempre jugueteando con su lengua, hasta que se puso de pie y le preguntó "¿Ya quieres verga?"; ella le respondió, sentándose en la cama, con mirada de puta, "sí papito lindo, ya quiero verga!"; él le contestó como desinteresadamente, "¿Y quieres cualquier verga?", por lo que ella casi le gritó, "no papito lindo!, quiero la tuya!!, sólo tu verga me hace llegar al cielo!!!".
Entonces él, haciendo como que se compadecía de ella, se acercó a la cama aún de pié y le dijo, "pues tómala hijita linda, despáchate a tu gusto!".
Pero ella, tan linda, sin olvidarse de mí, le pidió que se acercara a la cama por uno de los costados laterales, diciéndole, "vente por acá mi amor"; él se acercó y ella le pudo bajar el short con todo y calzón, por lo que su verga totalmente parada le resorteó a escasos milímetros de su rostro.
La verga del padrino era del mismo grosor que la mía, pero era más larga, casi un tercio más que la mía, pero su cabeza era pequeña, pues se le veía casi puntiaguda; y algo más que me llamó la atención es que así parada la podía mantener totalmente en posición horizontal perfecta, apuntando amenazadoramente a mi linda prima, que sentada la observaba detenidamente, mi verga cuando se para totalmente apunta ligeramente hacia arriba, en una posición casi de 45°.
Mi prima tomó la verga del padrino con una mano, empuñándola desde su base, luego puso la otra arriba de la anterior, sobre la parte media de la verga y volvió a colocar la primera encima de esta, empuñando la punta y, aún así asomaba la cabeza de la verga de entre sus manos; con lo anterior, como después me dijo mi prima, quería demostrarme cuán larga tenía la verga su padrino y lo que ella le podía hacer con su boquita.
Luego, así sentada sobre sus pies, arriba y a la orilla de la cama y él de pié sobre el suelo, con una mano le levantó la verga, se agachó y le comenzó a pasar la lengua, desde las enormes bolas que le colgaban, pasándola por todo el cuerpo de la verga, hasta llegar a la cabecita, que engullía golosamente; él echaba su cabeza hacia a tras y cerraba los ojos, emitiendo leves gemidos.
Casi sin darme cuenta, yo ya tenía mi propia verga en la mano y me la masajeaba suavemente, deseando ser yo quien estuviera en el lugar de aquel viejo cincuentón que disfrutaba de las caricias de mi prima.
Después de ensalivarle totalmente la verga a su padrino, mi prima se puso la cabecita en la boca, se colocó a gatas sin soltarla, ya sin tocarla con las manos y comenzó a engullirla; yo estaba expectante, seguro de que solo se podría tragar menos de la mitad de aquella enhiesta verga, pero logró que desaparecieran de mi vista casi tres cuartos de verga y luego la soltó de golpe, retirando su boca unos 20 centímetros de ella, con lo cual hacía que gruesos hilos de baba escurrieran entre su boca y la verga de su padrino, se la quedaba viendo unos instantes como alucinada y volvía a engullirla, repitiendo la operación de soltarla de golpe. Yo tenía que interrumpir de cuando en cuando mi sobada de verga, pues estaba ya a punto de terminar y no quería arruinar la función, en verdad tuve que hacer un gran esfuerzo para aguantarme.
Cuando el padrino vio que tenía la verga totalmente recubierta con las babas de mi prima, la sujetó del pelo y le daba embestidas con la verga, pasándosela por toda la cara, embarrándosela con sus propias babas, pero con esos movimientos cuya cabecita comenzaba en sus labios y terminaban en su frente, pasando por la nariz y las mejillas, la verga del padrino se veía enorme, casi al doble que toda la cabeza de mi prima.
El padrino suspendió las embestidas y terminó de desnudarse totalmente, mientras mi prima, gateando se acerco a la orilla de la cama más cercana a mi, permitiéndome ver bien el estado de su cara, que lucía desastrosa totalmente embarrada por sus propias babas y el líquido preseminal de su padrino.
Pero mi prima no solo se había acercado a mostrarme su cara, sino que se recostó bocarriba en este extremo de la cama, dejando su cabeza en el aire, casi colgando; hacia este extremo se dirigió su padrino, sonriendo, haciendo que a cada paso su parada verga se le balanceara grotescamente.
El padrino se colocó con las piernas semiabiertas, por donde asomó la cabeza de mi prima, le lamió las bolas y se prendió de la cabecita, comenzando a engullirla ahora en esa posición. Las manos de mi prima estaban colocadas a los costados de su padrino y se veía como poco a poco lo iba jalando hacia ella, conforme la verga del padrino desparecía en su boca, hasta que pude ver claramente que las bolas de la verga quedaron aplastadas en su nariz se la había tragado totalmente sí, así como se oye se la había tragado entera!!... en esa posición, que después ella me explicara, se la enseñó su padrino, así cualquier tamaño de verga puede ser tragado por una chica. Mi mano en mi propia verga había acelerado los movimientos del masaje pero me controlé y los suspendí.
Cuando mi prima se hubo tragado ya totalmente la verga de su padrino, él comenzó un suave movimiento de cadera, sacando hasta tres cuartos de verga y volviéndosela a empujar hasta aplastarle las bolas en la nariz Ah! Se veía que sentía muy rico.
En los últimos empujones, el padrino ya estaba recostado sobre mi prima, mamándole las chichitas y hasta la vagina, en un raro pero muy erótico 69.
Cuando parecía que el padrino iba a terminar en la boca de mi prima y yo en mi mano él sacó muy suavemente su verga de la boca de mi prima y le indicó que se pusiera boca abajo así lo hizo mi prima pero colocándose con los pies hacia mi con ese nuevo ángulo de la visión que ofrecía mi linda primita, yo suspendí mis masajes de verga y me quedé boquiabierto, deleitándome con semejante visión de nalgas; y es que en mi vida he visto nalgas igual, formaban dos globos perfectos de carne maciza y esas piernas!, una visión única!!
Dejé de admirar la perfección posterior de ese maravilloso cuerpo, porque el viejo ahora estaba encima de ella, recostado a todo lo largo de su cuerpo, cubriéndola totalmente y le comenzó a mordisquear las orejas desde atrás, deslizándose por su cuello, con cuyas cosquillas ella levantaba las nalgas, al grado de levantarlo a él mismo, que más se apretujaba sobre ella.
El padrino siguió con su recorrido por la nívea espalda de mi prima, mordisqueándole sus hombros y lamiendo toda su espina dorsal, con lo cual mi prima se retorcía y levantaba más las nalgas, hasta casi quedar a gatas.
Llegó el padrino hasta el nacimiento de su culito, pero ahí interrumpió su recorrido, comenzando a besarle ahora la punta de los pies, con lo cual le arrancaba a mi prima risitas y gemidos le fue deslizando la lengua por sus carnosas pantorrillas y luego lamió aquellas suculentas piernas subiendo poco a poco hasta que llegó a sus nalgas ahí le pidió que se pusiera a gatas, él se acostó bocarriba, metiendo su cabeza entre las piernas de mi prima, con lo cual su verga apuntaba recta hacia el techo, colocó una mano en cada nalga y la jaló hacia su rostro.
En esa posición el trasero de mi prima lucía esplendoroso ancho, respingón, carnoso, delicioso ahí escuché claramente las chupadas de vagina que el padrino le daba parecía estar comiendo ostiones ella por su parte parecía aullar de placer.
Luego vi cómo el padrino abría totalmente la boca, hasta alcanzar el minúsculo ano, sonrosado, ella facilitaba la tarea arqueando las nalgas hacia abajo, y seguían las chupadas, ahora la vagina al mismo tiempo que el ano, por lo que mi prima comenzó a pedir verga nuevamente "ya papito lindo!, aaaah!! dame tu verga!!! ya dámela papito lindo!!! ya la necesitoooooo!!!".
Aún se mantuvo el padrino chupando vagina otros tres minutos luego se levantó, dio un rodeo a la cama, jaló de las nalgas a mi prima hacia una de las orillas laterales, siempre en posición de perrito y fue acercando su gran verga hacia su vagina
CONTINUARA