Anything could happen 6

¿Han sentido esa sensación al desmoronarse su corazón?

Cloe

-Yanina: Cloe, verdad que no canto como un pato enfermo,  verdad que no. Díselo a Isa.

-Isa: Contesta sin censura, Clo. Aprovecha para decirle lo “bien” que canta. (La palabra bien la acentuó y dibujo unas comillas con los dedos al pronunciarla, sarcásticamente)

-Cloe: Eres una mujer preciosa, genial, divertida y llena de energía. Sabes que te quiero much…

-Yanina: Oh no, es verdad que canto feo. Y mis mejores amigas son las que acabaron con mi ilusión. Pásenme babitas para cortarme las venas. (Se escandalizó y desilusionó realmente provocándonos unas enormes carcajadas)

-Cloe: Chicas, ¿Pueden ayudarme a elegir un bikini?, por favor. (Pregunté sonrojada a causa de la timidez tan característica en mí)

-Yanina: Obvio, guapa. (Llegó hasta dónde estaba brindándome su poyo con una sonrisa y acompañada de una sorprendida Isa, que supongo, su sorpresa era por mi intención de ponerme un bikini que no es que sea fea o que no me guste mi cuerpo porque en realidad estoy muy contenta con él, simplemente que no lo muestro muy seguido a causa de mi exceso de vergüenza)

-Isa: That would be an honor, little princess.

Comencé a probar con distintos bikinis y descarté algunos llegando así al que todas creímos perfecto.

-Yanina: Mínimo te comen con la mirada 20 personas y ni hablar de la cara que pondrá Daniela al verte.

-Cloe: Mierda, olvide la presencia de Dani, que pena y si mejor ele…

-Isa: No, Cloe, no elegiremos otro, éste te queda perfecto. Y me corto yo también las venas con babita si Angelina no te mira hoy.

-Cloe: Saben, ayer antes de irse, se despidió de mi. (Inconscientemente llevé mi mano a mi mejilla recordando el rose de sus labios con esta)

-Yanina: Es lo que suele hacer la gente al despedirse.

-Cloe: Pero ella, nunca lo había hecho y sentí algo, les juro que sentí algo. (Me emocioné ante la pequeña esperanza de que mis sentimientos hacia Angelina fueran correspondidos)

-Isa: Enana, fue solo una despedida. No te ilusiones tan rápido, por favor. Odiamos verte sufrir. (Colocó su mano en mi hombro y me miró tratando de hacer desaparecer esa chispa de esperanza)

-Cloe: Jamás me equivocaré respecto Angie, créanme. Es más vallamos a ver su reacción.

Nos dirigíamos hacía la piscina cuando me percaté de que no llevaba mi bolso así que les dije a las chicas que las alcanzaría en un momento y ellas se fueron corriendo sonrientes mientras yo regresaba en búsqueda del bolso. Me retrasé algo ya que no lo encontraba hasta que lo vi dentro de otro cubículo. Salí con la ilusión de que Angie se fijara en mi, ilusión que se derrumbo ante el beso que disfrutaba Angie con otro tipo. ¿Han sentido esa sensación al desmoronarse su corazón?, ¿No?, pues déjenme decirles que no se la deseo a nadie. Acaba con toda felicidad en tu mente, corazón, cuerpo y alma. El pecho arde y duele en una sensación que no es física, va más allá del umbral corporal de dolor. Es un dolor que consume toda esperanza y que invade todo tu ser de tristeza, decepción y enojo contigo mismo por ser tan ingenuo en creer que la otra persona sentía algo parecido a tus sentimientos acompañado también de frustración al ver que lo que imaginaste pasar junto a ella, quedó en el aire.

Isabella

Estaba jugando carreras nadando con los chicos y me dio hambre. Cómo en la barra solo había bebidas y yo tenía hambre de cosas grandes, entré a la casa en busca de comida o algo que calmara mi apetito. Llevaba caminando alrededor de 15 minutos y mágicamente me encontré con la cocina. Abrí la nevera sacando los ingredientes para un sabroso sándwich pero no encontraba el pan entre tantas puertas no sabía en dónde podría estar.

-Tercera puerta de la izquierda. (Me llevé el susto de mi vida al escuchar eso, pero fue esa voz, su voz, la que logró estremecerme) Que confianzudos resultaron ser los amigos de mis hermanos.

-Isa: Lo siento, tenía que alimentarme o mi tripa comenzaría a tragarme a mí. (Seguía de espaldas a ella, abriendo la puerta para continuar la búsqueda del pan, no quería voltearme hasta corroborar que en realidad estaba en un lugar a solas con ella y que volvería a perderme en sus hermosos ojos)

-Paulina: (Escuché como sonreía levemente ante mi comentario y me sentí dichosa de ser la causante de tan bello sonido) ¿Sigues sin encontrarlo?

-Isa: (No quedaba duda, estaba con ella, la dueña de mis pensamientos desde aquella noche) No, siempre he sido algo torpe en el sentido de encontrar las cosas. (Di media vuelta para encontrarla sonriendo y apoyando su mano en la barra de desayunador pero con sus preciosos ojos ¿En mis bubis?)

-Paulina: Permíteme ayudarte. (Y fue ahí donde la culpa me invadió por completo ¿Cómo pude pensar que me veía los senos? Comenzó a avanzar con ayuda de un bastón, el típico bastón rojo que utilizan la mayoría de personas ciegas.  Que fue también ahí cuando no me sentí merecedora de apreciar sus ojos y bajé la vista a su cuerpo, encontrándome con la obra más perfecta de la naturaleza  Llegó hasta donde yo me encontraba, inundándome con su olor) Aquí está.

-Isa: Gracias. (Podía morir en ese momento y no me importaría, ya estaba en el paraíso al ver esa sonrisa y esos bellos ojos. Si fuera de nacimiento, no creo que la forma de sus ojos fuera tan normal, ¿O sí?, tal vez está así a causa de un accidente)

-Paulina: ¿Qué, nunca habías visto a una persona ciega? O ¿No sabes preparar un sándwich? Arrgg lo jóvenes de ahora. (Protestó ante mi postura estática pues seguía sin creer que estuviera ciega. Causó mi risa ante su último comentario, como si ella fuera mayor)

-Isa: Tal vez soy demasiado floja y espero que las personas me hagan todo. Me disculpo ma’am por nacer en ésta época y pertenecer a esta manada de adolescentes. Me imagino que cuando descubrió el fuego los jóvenes no eran tan tontos.

-Paulina: Jajaja, no soy tan vieja. (Comenzó a prepararme el sándwich. Me sorprendió la destreza con que hacía todo. Sólo al ver que tomaba el cuchillo para cortar los tomates interrumpí su tarea para hacerla yo)

-Isa: Eso dio a entender con el comentario algo cliché de “los jóvenes de hora” (Intentó apartarme del lugar para seguir cortando ella los tomates pero yo no la dejaba por lo que comenzamos a forcejear hasta que con una mano la tome de la cintura y con la otra peleábamos el cuchillo)

-Paulina: Yo puedo hacerlo.

-Isa: No dejaré que tomes algo que puede hacerte daño. (Acerqué mi cuerpo más al suyo)

-Paulina: Esta bien, toma pero con una condición.

-Isa: La que quieras. (No puedo explicar lo malditamente sexy que se veía su expresión amenazadora)

-Paulina: Que prepares uno para mi

-Isa: Con gusto. (Le guiñe el ojo sintiéndome una idiota al recordar que no podía verlo, aunque pensándolo bien comencé a detallar cada parte de su cuerpo)

-Paulina: ¿Sabías que las miradas también se pueden sentir? (Sentí como mis mejillas comenzaban a calentarse e imaginé el enorme rubor que comenzaba a aparecer en mi rostro al verme descubierta)

-Isa: Lo siento. (Me disculpe con un hilo de voz queriendo que la tierra me tragara en ese momento) Por cierto, ¿Qué edad tienes?

-Paulina: ¿Cuánto me calculas? (El hecho de que me desafiara o intentara jugar me cautivo por completo y me hizo darme cuenta de que Paulina no era una chica común, era especial, astuta, hermosa y muy traviesa)

-Isa: ¿18? (Dije no estando muy segura. Su cuerpo estaba bastante bien pero había algo en ella que emanaba cierto aire un tanto infantil)

-Paulina: Bien, ahora puedo entrar a los clubes sin tener 18. (Festejó sonriendo y dando el primer mordisco a su sándwich)

-Isa: Entonces eres más chica. Vamos dime tu edad. (Estaba bastante interesada en saber su edad y  recordé que la primera vez que la vi fue en un club) ¿Qué no eso de entrar a los clubes ilegalmente, ya lo haces?

-Paulina: Mierda, no se lo digas a mis hermanos, por favor. Son tan sobre protectores.

-Isa: No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo. ¿Me dirás cuántos años tienes? (Insistí ante sus evasivas para hacerme olvidar el tema)

-Paulina: Esta bien, está bien, doña insistente. Pero primero dime tu nombre.

-Isa: Julia Isabella. Y ya no te salvarás de está ¡Su edad, señorita! (Me desesperé por sus intentos de cambiar la pregunta original)

-Paulina: Lindo nombre, bien Julia Isabella, yo siempre he pensado que la edad no debe medirse en años, sino en experiencias. Nos encontraremos a lo largo de la vida con personas “mayores” comportándose como adolescentes, a niños con más información y madurez de la que deberían, bebés inocente con más sufrimiento que un preso y adultos que necesiten de sus padres para resolver hasta los problemas más sencillos. Así que cómo has aguantado mis bromas y sigues firme en tu idea de conocer mi edad, te la revelaré no cómo tu quisieras; con números, sino con metáforas que espero sepas entender y apreciar para llegar a comprenderme. En madurez soy apenas un pajarito intentando aprender a volar, en dolor mis años son infinitos, en alegría soy cómo un científico; siempre buscando más, las tristezas ya son cómo mi familia, los demás aspectos podrás ayudarme a describirlos tu a medida que nos vallamos conociendo. (¿Sonaría mal si les digo que me mojé al escuchar eso? Ella es perfecta y me dará la oportunidad de conocerla. Escucharla hablar de esa manera sólo aumentaba mi curiosidad por saber cómo es que llegó hasta este punto.  ¿Cómo les explico lo feliz que me encontraba en ese momento? Yo sé, yo sé. Estaba tan feliz por Paulina cómo Cloe tan triste con Angelina ;) Creo que aunque era el cumpleaños de su hermano, el mayor regalo me lo había llevado yo al encontrarme con Paulina.