Antonio... complaciendo tú Fantasia Esther continu

Habíamos sentado a Antonio en una butaca frente al sofá de la sala. Busque un trago se lo entregue y me dirigí a Sherezade, dándole a beber de mi trago, ella tomo la copa y mirándome a los ojos lenta llevo la misma a su boca.

Hola soy Esther una vez más, y hoy quiero compartir con ustedes mi más reciente experiencia. Tengo un amigo llamado Antonio con el que he llegado a compartir sobre nuestra sexualidad, él sabe que soy muy sexual, y yo se que el muere por el sexo. Y fue así como en una de nuestras conversaciones él me comento que daría lo que no tiene por ver dos mujeres haciendo el amor, me dijo que si algún día tuviese la oportunidad no dudaría un minuto en sentarse frente a ellas y masturbarse hasta corrersé, y luego unirse a las chicas en su fiesta.

El cumpleaños de mi amigo Antonio se acercaba, y yo, quería darle un regalo espectacular, quería darle algo que jamás olvidara, por lo que me comunique con mi amiga Sherezade, quien se encontraba de vacaciones en Venezuela, y con la que ya había compartido un encuentro sexual con el Pintor. La llame porque ella, al igual que yo, es sumamente erótica, una chica que le gusta vivir pasiones, disfrutar el sexo y junto a ella yo sería capaz de cualquier cosa… Así que pronta la llame, le conté lo que planeaba y por el tono de excitación que percibí en la llamaba, supe que no había hecho mal al contar con ella para lo que me proponía. Estuvimos varias horas planificando hasta el último detalle pues en realidad yo deseaba hacer de la ocasión un momento memorable… y si tengo que ser honesta, sabía que estaba tomando la excusa de Antonio para estar junto a Sherezade una vez más

Alquile una villa en una playa privada, era de madera hermosa, en el balcón una hamaca parecía invitarnos a recostarnos y disfrutar del bello paisaje de las olas rompiendo, del sol poniéndose en el horizonte, en fin todo lo que puede invitar a la pasión. Yo había llegado bastante temprano a la villa ultimando los detalles, comestibles, bebidas, velas, flores, música romántica, bueno en fin todo lo necesario para romper el hielo y provocar una noche de loca pasión.

Tome especial cuidado en la ropa, deseaba lucir verdaderamente sensual. Por lo que me vestí con una blusa de tela muy fina y encajes blancos sin mangas, que se cerraba detrás del cuello y de ahí caí abierta mostrando toda la espalda, con la cual obviamente no utilice sostén. La falda de un rojo intenso, haciendo juego con una flor salvaje que coloque en mis cabellos, y con el rojo de mis labios… Como bien saben ustedes, no hay cosa que pueda provocar más que unos labios encendidos. La falda se ceñía a mis caderas, abriendo en la parte delantera provocando que a cada paso que yo diera, se vieran mis muslos y un poco más.

A las 8:00pm en punto llego Antonio, la verdad venía muy guapote el condenado, muy elegante vestido todo de negro. El sabía que yo quería festejarlo, pero aún no sospechaba nada. A los pocos minutos llego Sherezade, quien debo decir también estaba sumamente sensual. La realidad el traje negro que traía se le ceñía como una segunda piel, dejándonos entrever que no traía nada debajo. Nos dimos los besos de rigor, le presente a Antonio y pasamos a la sala. Allí entablamos una conversación sosa, mientras yo disimuladamente miraba a Antonio quien evidentemente nos encontraba a ambas excitantes, Sherezade puede ser muy amena, pero la verdad yo, andaba algo impaciente ya, mirando a Sherezade le hice la señal acordada.

Habíamos sentado a Antonio en una butaca frente al sofá de la sala. Busque un trago se lo entregue y me dirigí a Sherezade, dándole a beber de mi trago, ella tomo la copa y mirándome a los ojos lenta llevo la misma a su boca. Yo no pude evitar abrir mi boca casi sintiendo los labios de ella, ella termino el sorbo, y con gran coquetería me pregunto: "Quieres un poco Esther?" —yo solo pasaba mi lengua sobre mis labios sin poder disimular lo que estaba sintiendo. Mis pezones duritos ya se notaban a través del encanje de la blusa. Si, siiii, mamita claro que quiero." – al contestarle que si, Shere pronta tomo otro sorbo en su boca y acercándose a mi, busco mi boca, y me paso el sorbo a la mía. De inmediato comencé a besarla, lo deseaba tanto que no podía contenerme más y llevando mis manos a su cuello la acerque y la bese como se besa cuando se desea tanto. Ella temblaba, se notaba cuanto ansiaba esto, lo deseaba igual o más que yo. De reojo mire y Antonio comenzaba lento a tocar una protuberancia que evidentemente marcaba su excitación.

Entre los mil besos que nos dimos, Shere y yo nos levantamos, queríamos sentirnos, tocarnos, queríamos casi, convertirnos en una. De pie una frente a la otra y ambas frente a Antonio, comenzamos a explorarnos. Mientras la besaba, mi lengua entraba en Shere profundo, mis manos recorrían su espalda, sus nalgas, mientras que las manos de ella se apoderaron de mis senos, buscaban mis pezones, encontrándolos tan duros, tan parados, como pidiendo que los mordieran, que los besaran, exigiendo que los atendieran, ella, me despojo de la blusa, quedando mis senos al aire. Antonio ya había sacado su armamento y se dedicaba a masajearlo una y otra vez, Shere tan pronto vio mis senos libres llevo su boca a ellos, y mamaba como si no le quedara suficiente tiempo, me tocaba, yo que había estado apretando, sobando su trasero rico, lleve mis manos a su cuevita. Esta vez, quería sentir su excitación, y no me equivoque al buscar su concha, pues estaba tan húmeda que de inmediato pude deslizar mis dedos dentro de su chochita. "Que rico mamita, no sabes cuanto he deseado esto, Sherezade mi reina sabes cuanto te deseo." " Esther no pares, sigues mamita, sigue. Esther que rico lo haces coño," —me decía Sherezade en respuesta a mi pasión. Su cuerpo no podía contenerse, ya no tenía voluntad, se contorsionaba siguiendo el ritmo de mis dedos en su chochita, yo sentía como estallaba en un intenso orgasmo, y sus líquidos corriendo entre mis dedos.

Saque mi mano, mirándola a los ojos los lamí, Shere se estremecía, lleve mis dedos a su boca y ella lamió también, probando ambas de su pasión y sin podernos contener más nuestras bocas volvieron a unirse, nuestras lenguas se afanaban por sentir la otra, por envolver en el ritmo ardiente. Antonio ya no pudo aguantar más y fuerte amasaba su miembro del cual deslizaban ya los líquidos de Antonio, Shere se dio cuenta y guiñándonos un ojos pronto ambas corrimos hacia él, y ambas caímos de rodillas frente a aquella polla que parecía a punto de explotar. De inmediato nuestras bocas se adueñaron de su falo, Shere lamía su tronco, mientras yo trataba de absolver su glande, dedicándome a lamer, dar pequeños mordisco, provocando que Antonio no pudiera dejar de gemir, su cuerpo entero parecía haber tomado dominio de él, pues no dejaba de contorsionarse, parecía tratar de clavarme por la boca, y Shere subiéndo por su tronco encontró mi boca en el glande de Antonio y busco mi lengua a través de su glande y ambas lamiéndole su polla y a la vez nuestras lenguas notamos como Antonio no lograba contenerse y sin poder detenernos nos dejamos llevar por la pasión que ambas sentíamos, continuamos lamiendo, mamando más, más, másss hasta que de aquella polla candente comenzó a borbotar la leche, su semen caliente corría por nuestras bocas, y ambas nos dimos a no dejar desperdiciar ni un poquito, mamándole todo su tronco, hasta que ya no le quedaba ni una gota y luego cada una se dedico a limpiar la otra terminando en risas y miradas llenas de gran lujuria a Antonio.

"Antonio… te gusto tú regalo de cumpleaños? – le pregunte sonriendo, mientras que Sherezade levantándose abrió sus piernas, agarrando el falo de Antonio, quien viendo aquella belleza abriéndose, sentándose sobre su polla cabalgándolo intensamente, volvió a pararse derechita mientras que yo de inmediato lo recosté todo lo más que pude, y le puse mi conchita a su disposición. Así, él, prontamente me penetro con su lengua, a la vez que Shere sin detenerse una y otra vez lo cabalgaba. "Dámelo Antonio, dámelo, dame esa polla, no pares, no pares quiero sentirte dentro de mi, siguee…"— gemía Shere sin poder contenerse, se dejo llevar por el orgasmo intenso que la recorría, Antonio sintiéndola explotar me penetro más rápido con su lengua, entrando a los confines de mi chochita, sin dejar de lamer y chupar, a la vez que con su mano me penetraba por el culito, provocando que mi cuerpo pronto comenzará a convulsionar también arrastrada ya por el éxtasis intenso que aquella lengua estaba provocándome "Ahh ahh siiii, que ricoo… "— murmure dejándome arrastrar por el mar de sensaciones que mi cuerpo experimentaba, dejándome completamente débil sin fuerza y con una gran sonrisa en mis labios.

"Quieres que te repita el regalo el año próximo, Antonio?? – le pregunte ya sonriéndole y abrazando a Shere

Espero que hayan disfrutado una vez más de otra de mis aventuras, amigos… y recuerden, espero sus comentarios, los que día a día me llenan de satisfacción y deseos de superación… Esther su Fantasia