Antiguedad griega (4)
EL ataque de los velas rojas, y la causin de nuestros personajes.
Este será el ultimo relato de Antigüedad Griega( de hay su extensión), aun no se de que escribir, bueno en realidad si, pero no he dispuesto las ideas; hay les va, Esta ves les advierto es más un relato de una guerra que de sexo.
Aurora le abre lentamente las puertas a Helio, dejando a tras la bóveda celeste, y con ella a todos los seres agraciados por los dioses, y a su ves va mostrando un mar en aparente calma, que aun no sabe lo que esta a punto de suceder.... En el gran tirreme cretense Tarxon, Andrino y su padre; Engerix, aun duermen uno sobre el otro, desnudos y aun sudorosos por la faena del día anterior; Phatum corría hacia la proa del barco, una corazonada le decía que algo malo iba a pasar, al llegar a esta se encontró con uno de sus barco a cargo, y en proa del tirreme, unos soldados hablando agitadamente.
Soldado egipcio- No se si podremos resistir, nuestros dioses ya no nos favorecen, ayer era el ultimo día para ver a Apis, y ni la sombra del toro sagrado.
Soldado griego- Pues tenemos que unir fuerzas o de lo contrario/ de lo contrario que: exclamo Phatum casi ordenado.
Sg- De lo contrario las velas rojas nos destruirán, se acercan a toda vela, no demoraran en llegar, el dios del viento los guía.
P- Que esperas avísale a tu capitán, y dile que yo iré a preparar a mi flota.
Dicho esto el moreno capitán egipcio abordo junto con sus hombres el barco y los soldados griegos corrieron a avisarle a Engerix lo que sucedía...
E- Andrino, Tarxon levantaos, que los velas rojas, los mercenarios del mar, vienen en camino, necesitamos prepararnos cuanto antes para la guerra.
Aun cansados y fatigados por la acaecido el día anterior, los dos hombres se levantaron y miraron al umbral de la puerta y vieron como Engerix ya estaba listo para el combate, su peto destacaba sus pectorales, una yunta de plata que protegía a un flácido falo, un casco de oro con una cabellera roja que resaltaba su virilidad, un escudo que solo él podía alzar, una capa roja que estilizaba su figura de Adonis e indicaba su rango militar Centurión de la legión, y una gran lanza que apuntaba al cielo. Todo esto hizo que Tarxon volviera a excitarse y olvidándose de la situación se puso detrás del gran guerrero y recorrió con una mano sus pectorales, mientras que con la otra desajustaba la correa de la yunta; por unos instantes Engerix parecía entregarse al deseo, pero sorpresivamente, aparto a Tarxon de su lado, ajusto de nuevo la yunta, apunto con la lanza al pecho de Tarxon y exclamo:
E: ¡No, ahora no, te he dado una orden y cuando doy ordenes son para cumplirlas!
Al ver que Tarxon no respondía, pues había quedado totalmente desconcertado ante la respuesta del Centurión cretense, éste ultimo volvió a hablar, esta vez con más firmeza.
E- Hazlo o esta lanza conocerá tus entrañas más un de lo que las he conocido yo.
Dicho esto presiono la lanza contra el pecho de Tarxon, lo suficiente para causar dolor, pero sin fluido de sangre. Casi en el acto Engerix se desaparecía por el umbral de la puerta.
Tarxon volvió la mirada a Andrino que se terminaba de poner un casco de plata y empuñaba una lanza.
T- Y que, tu también me vas a amenazar, tu padre a enloquecido, anoche solo quería estar conmigo y hoy me amenaza a muerte.
Andrino haciendo como si no hubiese oído nada dijo unas palabras al viento.
A- En donde están el Toro y Phatum; justo cuando más los necesitamos...¡Ha traición! Phatum nos ha traicionado, se a apoderado del Toro y a huido con él, no era egipcio si no un espía de los velas negras, que Hades y Cancerbero lo llamen al averno(infierno).
Fue así como a paso ligero se dispuso a salir del salón, pero justo en el umbral y sin dar la vuelta y mucho menos mirar a Tarxon le dijo.
A- No era una amenaza, era tu sentencia, por tu bien y el de todos nosotros ve hacia esa pieza (señalando en una esquina del salón una muro que ahora estaba semi-abierto, por su localización daba indicios que era una puerta secreta) y alístate cuanto antes y lo mejor posible para la guerra.
Así y sin más Andrino corrió fuera del salón sin un aparente rumbo, dejando a Tarxon más desconcertado, que en vista de su situación se dedico a obedecer entro a un salón que parecía una armería, habían cascos, escudos, hombreras, todo tipo de armas y lo que más lo sorprendió, carros de combate: pues, los carros de combate solo se usan en tierra, para los caballos, que hacia entonces estos allí. Pero de inmediato recordó la situación, se puso la yunta, un peto dorado, unas hombreras, su casco y atrevidamente, una capa azul ( que solo era usada por los falanges y él era actualmente solo un esclavo).
Afuera no había empezado la batalla, y ya todo era un caos, soldados corriendo de un lado al otro del barco, iban y venían del sótano, pues allí estaban las armas, el caos se convirtió en orden cuando la caracola, tocada por un soldado en una de las partes altas del barco, dejo salir un potente sonido que llamaba a organizar filas y por ende al orden.
Alrededor de aquel sitio, pronto acudieron los soldados y mirando a quien toco la alarma se encontraron que al lado de éste estaba Engerix y su hijo Andrino.
E- ¡Soldados, los velas rojas se aproximan, con ellos esta Viento, no demoraran en llegar, así que alistaos para la guerra, recordad que hoy puede ser su ultima oportunidad de quedar en la memoria como los soldados que demostraron que los velas rojas no son más fuertes que nosotros!.
La multitud militar golpeaba sus armas contra los escudos y estos contra el suelo, ello provocaba que el barco se moviera peligrosamente y que desde los barcos egipcios se vieran destellos causados por los escudos de plata de los cretenses
Engerix detuvo y silencio a la multitud al ver que su hijo tomaba la palabra.
A- Vamos pues a empuñar lanzas y espadas, y a defender nuestro honor, ya que nadie traiciona a los cretenses y queda vivo, vamos ea pues a recuperar nuestra honra, atacad a los barcos fenicios, pues son velas rojas.
De inmediato, los soldados creyeron que una orden venida del hijo del capitán, seria como si del capitán mismo viniese, se iban a disponer a obedecer cuando la fuerte vos de mando de Engerix los detuvo.
E- Deteneos, no comprendo lo que mi hijo dice, pero algo estoy seguro, mirad ( Señalo hacia el mar justo en donde la flota de la guardia egipcia se formaba en > con dirección opuesta a ellos), si fuesen velas rojas no deberían de estar formándose en contra de nosotros, no se por que Andrino dice lo que dice, pero aun así alistaos para la guerra, no contra los egipcios, si no contra los velas rojas...Arqueros, posición, al frente, auxiliares, alisten puentes, falanges preparen posición ..., tú (señalando a un arquero experto) da la señal. Éste ultimo disparo una flecha incendiada hacia el aire y pronto el barco se dirigía a la guerra...
E- Tarxon que haces con esa capa, que te has creído el hecho de que ayer hallamos disfrutado de nuestros cuerpos, no quiere decir-Velas rojas a estribor- interrumpió un de los soldados
A- Que los dioses nos protejan nos superan en número.
El encuentro tardo mucho las velas rojas, eran marineros desertores de fuerzas militares de distintos reinos, por lo que eran muy hábiles en la guerra. Pero los barcos fenicios eran más livianos y pudieron atracar en los de los velas rojas, en donde se llevo el combate cuerpo a cuerpo. La batalla duro el resto de día y pronto Noche se hizo presente junto con Ares, Némesis y sus hija las estrellas, allí también estaba Tauro, el gran toro, que impotente observaba como el navío en donde estaban sus amantes se incineraba...
5 días después.
En el mercado asirio de Marduk un vendedor regateaba el precio de su mercancía tres corpulentos hombres, dos de ellos de tez mediterránea y el otro más bien moreno, pero todos con un físico que indicaba que realizaban trabajos de fuerza..
Las mujeres pasaban, tocaban y tuteaban a la mercancía; e incluso los hombres no podían evitar mirar aquellos cuerpos músculos totalmente desnudos como era de esperarse muchas ofrecían comprar, pero al haber tantos posibles clientes, el vendedor hizo una subasta, en medio de ella un hombre, era alto, moreno, cuerpo musculoso, por vestimenta una tela sucia, pero a pesar de ello llevaba una fusta, aun así todo indicaba que era un miembro desgraciado o de bajo poder social.
El mercader en tono de burla le dijo: que me puedes ofrecer, si tu pudieses ser parte de mi mercancía.
El hombre le dijo: Te ofrezco cincuenta monedas de oro, doscientas de plata, tres caballos y cuatro bueyes.
Mercader: Es una burla, por que si lo es te saldrá cara
El hombre haciendo caso omiso de los comentarios saco entre sus telas una bolsa de cuero y le mostró al mercader las monedas que había hablado, y le dijo: Lo demás esta en la tienda, si quieres sigueme y trae consigo lo que ofreces, mi Amo examinara la mercancía.
Mercader: Ya oyeron salid de aquí
Y tomando a los esclavos de las ataduras que los tenia amarrados persiguió al hombre que se dirigía a una colina, allí había una tienda de campaña, a fuera caballos y bueyes, a demás ovejas; adentro de ella había una sombra alta, musculosa, con unos ojos grises fríos y sombríos como las nubes del pacifico, unos brazos largos y fuertes como los de un oso, su espalda amplia y fina como la de un león, sus piernas firmes como las columnas del templo de Olimpo, y cuando se dio media vuelta, dejo ver un torso que hacia juego con el resto de su cuerpo. El hombre dirigió una mirada a su esclava, quién comprendió de inmediato y se marcho. Y dirigiéndose al mercader le dijo: Mi nombre es Hactor, vengo de lejanas tierras, pues se dice que aquí se compra muy buena MERCANCÍA, déjamela ver a solas y luego cerramos el trato.
Hactor: Esta bien pero creo que para ti también tengo las mujeres que necesitas.
Eulaconte: No me digas lo que necesito y toma, le tiro las monedas al piso, y le dijo: recoge los bueyes y no regreses.
El mercader, se abalanzó sobre las monedas, salió de la tienda, recogió los bueyes y se marcho.
Hactor se dirigió a los hombres que aun permanecían amarrados y desnudos, los rodeaba y recorría con su mirada y de un momento a otro, empezó a recorrer el cuerpo de los dos de sus nuevos esclavos, y les dijo, ustedes son Cretenses, su anatomía y estilo así me lo indican, y tu (dirigiéndose al moreno) eres nubio o egipcio.
Los tres hombres intentaron soltarse ante las caricias de su nuevo amo, pero solo consiguieron que este los golpeara con sus fuertes mano, eran tan duras que uno de los cretenses (Andrino) cayo al suelo, su padre intento auxiliarlo, pero Hactor lo detuvo y le dijo:
Detente ya tendrás oportunidad para AYUDARLO, saben, los he comprado, por que los vi cuando fueron llevados al mercado, y de inmediato supe que no eran para ser esclavos, es por eso que los dejare libres a cambio de..., pero primero digan sus nombres.
El moreno: Soy Phatum, Capitán de la marina egipcia.
Yo soy Engerix, y este es mi hijo Andrino, somos de creta, y miembros activos de su legión.
H: ACTIVOS, pues, eso cambiara de ahora en adelante, tu Phatum retírate y lleva curar a Andrino.
P: Nadie me da ordenes, y mucho menos- Obedece Phatum, que ahora estamos en desventaja: le impetuo Engerix ante el comentario de desafio del egipcio.
Phatum, alzo a Andrino y salió de la tienda a curarlo.
En la tienda los dos hombres se miraban fijamente, Hactor rodeaba peligrosamente a Engerix, quien sin quitarle la mirada de sus fríos ojos se sentía intimidado, lo que se incremento cuando Hactor, lo tomo por su cintura con un brazo y con el otro lentamente lo desamarraba de la soga.
H: De ti depende que tu hijo y tu....... retomen su libertad, solo debes hacer lo que ustedes los cretenses saben hacer mejor que nadie.
Engerix sintió un escalofrió por todo su cuerpo, pues inconscientemente esta situación lo estaba excitando, más aun cuando las manos de aquel escultural hombre empezaron a recorrer todo su cuerpo como si con ellas se estuviera guardando cada rincón en la memoria, primero con gran delicadeza y sutileza recorrió su cara, su boca, su cuello, sus pectorales, su abdomen, de nuevo su abdomen, sus pectorales, sus tetillas, sus hombros, sus brazos, su espalda; luego de las caricias lo siguieron los besos, que recorian el camino que había trazado las caricias, y lentamente Engerix fue sediendo, al punto tal que su razon lo abandono, lo que quedo evidenciado cuando su mienmbro tomo la rigidez de un roble y sus respetables 27cm.
E: Con que...umm..eso es..lo...lo...lo que quieres.
H: Si, te quiero a ti, quiero que tu- Fue interrumpido cuando Engerix lo empezó a besar como nunca lo habían besado; la lujuria y la exitacion se apoderaron de Engerix, que lentamente fue tomando el control, besaba con maestria a Hactor, mientras que le quitaba el lino que cubria sus partes intimas, luego recorrió con una mano un falo que tomaba unas increíbles dimensiones de 26cm y con la otra, aprovechando la exitacion de Hactor, tomaba la soga con la que antes estaba amarrado y lentamente fue amarrando a su AMO.
Cuando éste se dio cuenta era demasiado tarde, ya estaba amarrado de pies y manos a los soportes de la tienda. Engerix al ver el asombro de Hactor, lo calmaba con una mano y le decía: Te gustara, lo se; y sin más se dispuso a mamar los 26cm de carne de Hactor, duro allí unos cinco minutos, lamiendo, mamando, mordisquendo, luego descendio lentamente con la lengua por el perineo hasta el ano de Hactor, que primero se contrajo, pero lentamente se fue relajando y abriendo.
Hactor estaba demasiado excitado ante lo que le propinaba su nueva adquisición para darse cuenta de las intenciones que éste (Engerix) tenia.
Engerix no resistió más y sin darle tiempo a Hactor de reaccionar, se puso de pie, tomo sus 28cm de carne y ante el asombro de Hactor, se los metió de una sola estocada. Hactor grito de dolor, de sus ojos grises se desprendían gotas de dolor, su cuerpo se tensó, su peno comenzó a perder su dimensión y sus manos se aferraron al piso como si fuese a morir
E: Relájate, si no lo haces solo lograras sufrir más.
Con sus manos Engerix acariciaba el cuerpo del enfurecido y traicionado Hactor, que con resignación, pero no sin dolor, fue aceptando aquel intruso dentro de si,
Las primeras embestidas eran dolorosas para Hactor, pero lentamente estas se hacían cada vez más placenteras, hasta el punto tal que era el quien pedía a Engerix que no parara.
Engerix al ver que había triunfado, libero a Hactor, sin desprenderse de él, lo tomo de la espalda y lo trajo hacia él, se besaron y fundieron en un solo cuerpo, cuando terminaron cayeron los dos rendidos uno ante el otro y Hactor prometió a Engerix que desde ese momento él, su hijo y el otro hombre eran libres; durante el resto de del día cambiaron de posiciones, pero siempre conservando lo que Engerix había dicho en su presentación "miembro ACTIVO de la guardia cretense", o por lo menos, hasta que ya entrada la noche, mientras que Hactor dormia, Engerix se acerco tomo con su mano el miembro del su nuevo amante y lentamente condujo su boca hasta éste, de inmediato hactor sintió el masaje del que estaba siendo victima, y con sus manos, tomo la cabeza de Engerix y le indicaba el ritmo que debia de seguir, se sorprendio, cuando Engerix se retiro de su miembro, y se puso de pie, pero más sorprendido quedo cuando aun parado se puso con los pies a lado y lado de su cuerpo.
H: Que haces
E: Nada de lo que me valla a arrepentir, y que no nos valla a gustar.
Se agacho, con una mano tomo el miembro de 26cm de Hactor, lo puso en la entrada de su ano, entro lentamente la cabeza, y cuando esta estuvo dentro, se dejo caer de una sola vez, el dolor que sintió Engerix fue como si un hierro lo partiera en dos, pues la lubricación del pene de Hactor no fue suficiente; fue así como Engerix quedo en trance.
Lentamente fue llegando de nuevo a la realidad, y se dispuso a cabalgar aquel potro salvaje, primero lo hacia lentamente, pero su ritmo se acrecentó y cabalgaba como loco sobre Hactor, cuando presintió el final se quedo quieto y recibió gustoso el néctar que del falo de Hactor emanaba, cuando todo acabo, se puso de pie y salió de la tienda tomo una túnica que había a la entrada llamo a Phatum y a Andrino que misteriosamente llegaron juntos y sudados, y les dijo.
E: Preparad tres caballos que somos libres, buscaremos un lugar en donde vivir por un tiempo y luego...
Hactor los interrumpió, huid rápido, pues este lugar es frecuentado por lo velas rojas y os buscan.
Les agradecería que comentaran sobre mis relatos, o lo que quieran que yo escriba, de seguro les responderé.