Antes del baño.

Estuve un rato sin saber exactamente qué hacer hasta que por obra del destino termine entrando en una página donde compartían sus experiencias con la masturbación, con pena tenía que admitir que me habían dejado algo caliente algunos escritos. Así que sin pensarlo más, me decidí a masturbarme. Aún no me había bañando así que era una gran excusa, estaba en la sala así que me dirigí a mi habitación, como hoy no había nadie podría usar un vibrador y hacer el ruido que yo quisiera. Saqué mi vibrador color morado y un botecito de lubricante, puse una toalla sobre mi cama y me rocoste sobre ella. Volví a leer algunos escritos para calentarme, empecé con la acción. Sobre la tela de la delgada blusa que traía puesta acaricie mis pechos notando como rápidamente mis pezones se ponían erectos. Tome el vibrador y lo prendí, seguidamente lo coloque sobre uno de mis pezones causando que un jadeo saliera de mi boca, hice lo mismo con el otro y continúe pasándolo entre uno y otro; quería jugar un poco y mojarme.

Sentía mis partes íntimas ya algo húmedas, así que deje de lado el juguete y procedí a sacarme el short dejándome en pantaletas. Volví a prender el vibrador y lo empecé a pasar por toda mi feminidad, temblé ligeramente con esa sensación de mis partes vibrantes y la tela de mi ropa interior húmeda. Comencé a gemir cuando las vibraciones de enfocaron en mi clitoris, no quería seguir torturandome así que me quite mis bragas ya mojadas y le puse lubricante al juguete. Cambié a una posición sobre mis rodillas y empecé lentamente a introducir el dildo (sin encender las vibraciones aún), cuando ya estaba poco más de la mitad dentro comencé a hacer movimientos de adelante hacia atrás o circulares. Mis gemidos se confundían con gritos cuándo comencé a saltar sobre el consolador. Entraba y salía de mi deliciosamente, lo montaba con rapidez mientras con mi mano libre pellizcaba mis pezones sobre la tela de mi blusa. Me canse un poco de la posición entonces me recosté de espaldas y abrí las piernas alzandolas levemente, aún con el juguete dentro lo encendí en un nivel bajo causando que mi espalda se arqueara. Aparte mi mano y dejé que el juguete se quedará ahí (no sin antes subirle de intensidad a las vibraciones), ambas manos las coloque en mis muslos para sostener mis piernas.

Los temblores en mi cuerpo se hicieron presentes, los gemidos aumentaron de volumen y un calor en mi abdomen bajo igual. Estaba tan cerca, baje mis piernas dejándolas sobre la cama, con mi mano derecha aumente el volumen del vibrador, había alzado mi blusa y ahora mis pechos estaban al aire libre así que empecé a acariciarlos con ambas manos. Unos segundos después y un par de espasmos, me corrí completamente con un fuerte grito. Le baje la intensidad al juguete pero lo seguí conservando dentro mío sólo para prolongar mi orgasmo, momentos después lo saqué y lo apagué para botarlo en el suelo. Dejé que mi respiración se regularizara, aunque aún me sentía caliente así que baje mi mano derecha y acaricie mi clitoris en movimientos circulares.

Mi espalda se arqueó, me encontraba tan sensible por el reciente orgasmo que tocar mis partes íntimas hacia que todo mi cuerpo temblara. Lo deje un momento y volví a tomar el vibrador, lo prendí en lo máximo y lo puse encima de mi botón. El grito que solté hubiera llamado la atención, pero por suerte nadie estaba en la casa. Me retorcía como un gusano ante el placer que me provoca ese juguete, en unos segundos y sin darme cuenta me volví a correr. Aparte el juguete apagándolo y volviendo a dejarlo en el piso, con una de mis manos tome un poco de mis fluidos y lo fui esparciendo por mis pezones rosados mientras los acariciaba.

Finalmente después de estar un rato acostada tratando de recuperarme, me levanté para limpiar un poco el desorden que había causado. Recogí el consolador y lo limpie para después guardarlo junto con el lubricante, la toalla la metí en la canasta de ropa sucia junto con mi demás ropa y finalmente me metí a bañar.