Antes, (ahora después), de la fiesta (2),

Continuación del primer relato

Esa fiesta fue un suplicio para mí.  Intenté convencer a mi marido, para no ir arguyendo un mareo y un malestar repentino, (que se justificaba perfectamente por los colores de mi cara y todo el enrojecimiento de mi piel), pero entre él y Javier me convencieron para ir, aunque fuera un poco más tarde para que me diera tiempo a recuperarme.

Al final tuve que ceder, y una vez allí estuve totalmente nerviosa todo el tiempo que estuvimos, intentando escapar de las miradas que sentía en todo mi cuerpo por parte de Javier.

Un par de veces crucé mi mirada con la suya, con esa sonrisa de triunfo en sus labios, que por una parte me humillaba y me hacía sentir fatal por mi marido, por todo lo que había sucedido, y que todavía no lograba explicarme como había pasado, y por otra me provocaba un latigazo en el coño, y sin poder dominarlo una excitación tremenda que hacía que mis pezones se marcaran en el vestido y mi coño latiera desbocado. Diooos, ¡¡¡qué me había pasado!!!

La fiesta pasó sin pena ni gloria para mí, que solo deseaba que terminara y marcharme de allí. Cuando al fin acabó, mi marido se despidió de la gente que consideraba que debía hacerlo y yo le dije que le esperaba en la puerta fumando un cigarro, que me apetecía que me diera el aire antes de meterme en el coche.

Lo último que quería era despedirme de Javier, de su mirada y de ese beso de despedida, al cual no sabía cómo reaccionaría.

Lo que sí sabía era como me sentía yo en esos momentos. Allí, en la puerta de la calle, más allá de la pena por mi marido, lo que sentía era una excitación tremenda, sentía mi sexo segregar líquido sin parar, estaba segura de que el tanga estaría totalmente empapado, necesitaba follar, pero no de cualquier manera, necesitaba sentirme tan viva como me había sentido hacía unas horas, necesitaba un hombre que me rompiera de esas maneras, deseaba que llegara Juan y follármelo como nunca lo había hecho.

--Ufff, ya cariño, ya he terminado, perdona, pero al final se juntan unos y otros y es tremendo, ¿qué tal estás, te encuentras mejor?

--Si, claro que sí, mucho más despejada y.…, con ganas de ti, le dije mirándole con la mejor de mis sonrisas. Vámonos ya!

--Ehh, ¿cómo?

--Calla, no preguntes, que no sé qué me pasa, ¡pero no veas las ganas que tengo de llegar a casa!

--jajajaja, vale, vale...ya me contarás qué ha pasado para que estés así, pero vamos, que no me importa para nada, decía al tiempo de llegar al coche, aparcado en la planta de abajo del parking.

Éramos casi los últimos en salir, pulsó el mando a distancia de las puertas y abrió la suya. No le dejé entrar y allí mismo de pie me abracé a él besándole en la boca, un beso lleno de pasión y de morbo, metiendo mi lengua hasta el fondo de su boca, mi cuerpo pegado al suyo,

--joder cariño, estoy cachondísima, y ni te imaginas la maldad que se me está ocurriendo, susurré en su oido, lamiendo su cuello, y con mi mano acariciando su polla por encima del pantalón que reaccionó perfectamente y pude notar como crecía por momentos,

--diosss, Ana, qué pasa, mira como me estás poniendo!!

--quiero follarte ahora mismo, aquí mismo, ya, te necesito!!

--joder, nos van a ver!, mira como me has puesto la polla, entra al coche!!!

Entramos en la parte de atrás, los dos desatados, sus manos recorriendo todo mi cuerpo, y su boca lamiendo mis tetas en mi escote, mientras yo no paraba de tocar su rabo, intentando desabrochar su pantalón para liberarla. Lo conseguí y salió como un resorte, dura como una piedra, pero, (me temí lo peor), el capullo lleno de babas, del líquido preseminal,  diosss, como me entretuviera mucho pasaría lo de siempre, era capaz de correrse antes de metérmela!.

Dejé de tocársela y me di la vuelta como pude poniéndome a cuatro patas y subiendo mi vestido,

--ven, ven, fóllame, por favor, ya, lo necesito, fóllame Juan, fóllame ya, ahora!!

--si, si, claro que si, joder Ana, joder, qué puta locura, como te quiero !!!

Se agarró la polla con la mano y la llevó buscando mi coño entre mis piernas abiertas, totalmente nervioso, ni lo encontraba joder !!.

Imaginaba la visión que debía de tener de mi allí en el parking ...el vestido arrugado en mis caderas, mi culo rotundo, el tanga metido por dentro, necesitaba que entrara en mí ya mismo o sabía que todo esto junto haría que no aguantara mucho más.

Por debajo y entre mis piernas le cogí la polla y la puse en la entrada de mi coño empujando mi culo hacia atrás,

--ahhhh, dioss, siiiii, empuja, clávame entera !!!

Se agarró a mis caderas bufando y clavando toda su polla dentro de mí de un golpe,

--siiiii, siiii, joder Ana, joder, me vas a matar, toma polla, toma polla!!

Empezó a follarme como loco, desatado, echado encima de mí, sentía su rabo entrar y salir de mi coño, mientras yo me masturbaba masajeando como loca el clítoris,

--no te corras por favor, aguanta cariño, no te corras, fóllame más, te necesito, rómpeme el coño, hazme lo que quieras, pero no te corras!!! sigue así, sigue así....

--ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, Anaaaaaaaaaa, diossssssssssss, me corro, me corro, no puedo más !!!!

--nooooooooooooooooooooooo!!!!!!!, espera, espera, aguanta por diosssss!!!!

--lo siento cariño, lo siento, chillaba, al tiempo de que yo sintiera en todo mi coño la descarga de su leche a presión, su rabo totalmente hundido dentro de mi descargando todo lo que tenía, mientras yo machacaba mi clítoris con mis dedos buscando el placer que no me había dado tiempo a sentir, y, por supuesto, con la visión de la polla de Javier en mi mente.

Le pedí con la voz entrecortada que siguiera entrando y saliendo de mi, aún cuando su polla cada vez tenía menos vigor.

--sigue cariño, sigue follándome por favor, no te pares!

Mis dedos masturbaban mi coño, mis ojos cerrados recordaban mi cuerpo empotrado contra la pared y mi coño taladrado por la polla de Javier, dura, gorda, llenándome, haciendo que me corriera como una perra en sus brazos que tuvieron que sujetarme para no caerme.

Recordando como a empujones volvió a levantarme para seguir follándome,  hasta sentir el calor de su leche vaciándose dentro de mí y provocándome un nuevo orgasmo.

Todos esos recuerdos que se agolpaban en mi cabeza hicieron su efecto,

--ahhhhh, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, me corro, dios, me corro !!!!, fóllameeeeeeeeeee Ja....Juannnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn!!!!!

Envalentonado pensando en que era él, quien a pesar de que su polla ya no tenía nada de dureza, el que había conseguido que me corriera de esa forma, no se dio cuenta de que casi el nombre que se me escapa no era el suyo...

--si, dios Ana, si, córrete cariño, córrete, te quiero!!!, te quiero!!!

Salió de mí y caímos derrengados en el asiento del coche, (lo de la tapicería ya lo veríamos después). Le miré con toda la ternura que me fue posible, !!joder como quería a este hombre y qué ganas de matarle tenía en estos momentos!!!

--yo también te quiero cariño, mucho.....y gracias por el esfuerzo!!

--Ufff, gracias a ti cielo, y ya me contarás qué te ha puesto en estas condiciones, aunque tengo que decir que, sea lo que sea, no me ha importado nada de nada!!

--ummmm, seguro?. Mira que a lo mejor te lo cuento.