Antepasados incestuosos (Jugando a escondidas)

Esta vez Bianca juega con sus hermanos mientras sus padres están en el pueblo.

Cuando sucedió todo aquello yo andaba por los 17 años y miles de preguntas e interrogantes fueron acumulándose en mi mente. Después de los sucesos de los 18 de Gianni empecé a preguntarme que me depararía el futuro a mi. No estaba muy segura de lo que podría pasar en mi fecha de natalicio pero me sentía nerviosa y me di cuenta que estaba en un permanente estado ansioso o mejor dicho, pasaba gran parte del tiempo pensando en todo lo que había sucedido y rememorando mi humedad que enseguida sentía, en tiempo real, entre mis piernas.

Pero no solo mi mente hacía bien el trabajo. A cuatro o cinco días de aquellas experiencias que me habían marcado a fuego, mamá y papá fueron al pueblo a comprar ladrillos para levantar una habitación, la primera de material de nuestras vidas. La situación económica estaba mejorando muy lentamente y se guardaba cierto dinero para la construcción de una "verdadera casa", como decía mi padre.

Eran muy pocas las veces que quedábamos solos y mis hermanos Gianni y Franco no quisieron desaprovecharla. Mi madre me había ordenado pelar una papas y mientras estaba en eso mi hermano Franco puso una mano sobre mi teta. Por supuesto que la sensación me encantó pero ni mi padre ni mi madre me había dado el visto bueno para que ellos me acariciaran.

Basta, le dije mientras apartaba su mano bruscamente.

Nuevamente su mano fue a dar a mi teta y me la apretó un poquito..... que delicia..... Contra mi voluntad volví a negarme y a retirar su mano.

Por qué no?

Ni papá ni mamá dijeron que podíamos hacerlo.

Podemos hacerlo sin que se enteren, dijo Gianni.

Miré a los dos de hito en hito y aun deseando que me tocaran y chuparan seguí negándome.

No, ya saben lo humillante y doloroso que es el cinto.

Recién se fueron, tardarán un tiempo largo en volver.... por favor, dijo Franco mientras su mano volvía a estar en mi teta.

Y ya no pude resistirme mas, me dejé convencer por sus palabras y por su mano que envolvía mi teta derecha. Los dos empezaron a acariciarme por todo el cuerpo, sentía manos que bajaban y subían por mis tetas, el estómago, el culo, Gianni me besó en la boca y jugué con su lengua hasta que sentí mojarme. Me desvistieron y lo mismo hicieron ellos. Los dos tenían el pene parado y me mojé mas al pensar en chuparlos, haciendo que jadearan hasta sacarles el líquido blanco de su interior. Me estremecí de placer al solo imaginar la situación pero mi gozo fue interrumpido por las palabras de Luiggi que siempre se había mantenido al margen de todas las situaciones, de las sucedidas y de la presente.

Yo también quiero.

Me extrañaron bastante sus palabras pues en todos los actos había visto poco interés y cierta repugnancia en la expresión de su cara.

Qué quieres, Luiggi?

Chupar una de esas dos

Miré a mis hermanos que quedaron en silencio y no entendí la razón por la que no quisiera chuparme a mi.

No quieres chuparme a mi?

No

Por qué no?

No se, solo sé que quiero chupar una de esas, dijo señalando los penes de mis hermanos.

Volví a mirarlos y Gianni hizo un gesto como que estaba bien. Enseguida Franco se acercó, me obligó a agacharme y metió su pene en mi boca casi hasta la garganta. Una nueva verga estaba en mi orificio y me sentí muy complacida de tenerla allí por lo que empecé a chupar con devoción, tocándole las bolas tal cual había dicho mi madre. De lo concentrada que estaba, chupando y disfrutando de la tarea, no me había dado cuenta de que mis hermanos Luiggi y Gianni estaban parados al lado nuestro mirando todo mi accionar. Levanté los ojos y vi la cara reconcentrada de Luiggi, intenté hablarle sacándome la verga de la boca pero Franco, que ya había empezado a jadear no me dejó hacerlo. La succioné con fuerza para que sus gemidos fueran mas intensos pues oír aquello me humedecía al extremo y me daban aun mas ganas de lamer y tocar hasta que el líquido blanco saliera despedido de ese lugar. Mi hermano me tenía agarrada de la cabeza y movía sus caderas para que su verga me entrara hasta el fondo de la garganta, sus jadeos eran bien intensos y me dediqué aun mas, tratando de que mi lengua y saliva le recorrieran la verga completamente mientras que con las manos le acariciaba y apretaba los huevos en cada jadeo. Me estaba mojando mucho, sentía la humedad que empezaba a acumularse en mi vagina y tenía ganas de que alguna lengua me sacara la ansiedad. Chupé con fuerza para que el líquido saliera de una vez, necesitaba manos y lenguas sobre mi y me di cuenta que si apretaba la verga entre mis labios al tiempo que apretaba los huevos Franco gemía desesperado. Ante mi propia urgencia seguí dos o tres veces apretándole la verga y los huevos cuando esa patadita que ya había sentido con Gianni, apareció en la verga de Franco. Dejé de chupar y mi hermano se aferró aun mas a mi cabeza y la metió hasta el fondo, donde el semen me hizo atragantar y toser, traté de safarme pero Franco terminó descargándose completamente. Cuando finalmente y con mucha dificultad tragué ese líquido blanco dije a mi hermano:

No me gusta así, por poco me haces ahogar

Discúlpame, dijo entre respiros profundos, es que estaba como loco...

No lo vuelvas a hacer

Te lo prometo

Enseguida mi hermano Gianni se orientó hacia mi para que se la chupara. Luiggi lo miró extrañado como reclamando su parte y Gianni enseguida se dio cuenta.

Está bien, Luiggi.

Gianni se sentó sobre el borde de nuestra cama, para recibir la boca de Luiggi, y yo me senté al lado, con las piernas abiertas dispuesta a que Franco me sacara la ansiedad. Tímidamente vi como Luiggi se metía el pene de mi hermano Gianni en su boca y Franco, con las manos apoyadas en mis rodillas, empezó a mirar mi vagina. Gianni había comenzado a respirar fuerte y los ojos de Franco seguían fijos en mi entrepierna. No quería que me mirara, quería que me tocara y chupara ya pero Franco empezó a hablar:

Siempre es así?

Así cómo?

Tienes mojado ahí y en las piernas, pero mucho, te hiciste pis?

No, cuando chupo el pito me mojo así.

Solo cuando chupas pitos?

Si..... o cuando pienso que chupo pitos o que me chupan a mi o me acarician.

Y si yo chupo te vas a seguir mojando?

Si, y después viene algo que no puedo explicar, como te ha pasado a ti, que te mueves y respiras fuerte y todo eso. Tal vez sea un líquido como el que salió de tu pito.

Después de esas conversación, yo estaba realmente ansiosa pero mi hermano pasó a inspeccionarme y hacerme preguntas sobre las tetas.

Y cuando te tocan y te besan acá?

Igual, también me mojo.

Tienes.... tienes las puntas duras, dijo mientras tocaba.

Sentí estremecerme mientras me las apretaba y me arqueé hacia delante. Sacó la mano y dije:

Seguí que me gusta mucho.

Volvió a tocármelas y esta vez con las dos manos, me apretaba la punta de los pezones mientras al lado la acción estaba dando resultados: Gianni jadeaba bastante y mi hermanito tenía la verga hasta el fondo. Había escuchado que Gianni le decía que tenía que pasarle la lengua y apretarle los huevos, o algo así, mientras empecé a agitarme ante las caricias de Franco en las tetas.

Chúpame ahí abajo también que me gusta mucho.

Despacio fue acercándose a mi vagina, y verlo meterse entre mis piernas, tan lentamente, me generó mucha expectativa, de tal ansiedad, que empecé a moverme hacia él para que su boca llegara lo mas rápidamente posible. Hasta que finalmente la sentí; me chupaba con toda la extensión de la lengua a través de mi vulva. No le faltó mucho para encontrar el clítoris y cuando lo descubrió, pasándole la punta de la lengua, emití un gemido tan profundo que él siguió jugando con mi botón, una y otra vez mientras sus manos seguían acariciando mis tetas y apretando los pezones. Hummm, que bien me sentía, cómo me gustaban aquellas caricias de su lengua. Le llevé las manos a mi entrepierna y el empezó a tocar y lamer el clítoris una y otra vez. Ya hacía rato que me estaba moviendo y jadeando pero la concentración de tantos estímulos en mi clítoris me estaba volviendo loca y la ansiedad-excitación se estaba acumulando. Dejé de escuchar los jadeos de mi hermano Gianni cuando los preludios del orgasmo se hicieron notar, primero uno, luego el otro y después el último hasta hacerme estallar. Grité y me tensé cuando no pude aguantar mas la excitación y los espasmos llenaron mi vagina. Mi hermano siguió chupando y lo aparté para que me dejara sentir en plenitud todo el gozo que me invadia. Por supuesto, volví a tener esa sensación de que estaba saciada pero no completa.

Giré la cabeza y vi que la verga de Gianni seguía en la boca de Luiggi. Gianni jadeaba bastante fuerte y lo vi mirarme.

Acuéstate, me dijo.

Que?

Te la quiero meter

Sus palabras me asustaron y me levanté.

No, Gianni, no.

Por favor, no aguanto mas

No, es muy grande, me da miedo.

Un poquito aunque sea.

No.

Por favor, un poquito.

La había sacado de la boca de Luiggi y me mostraba hasta donde pensaba metérmela.

Hasta acá, solo la puntita, por favor.

Me prometes?

Te lo prometo.

Me tiré sobre la cama y el se puso de costado. Me sonrió y casi sobre mi, guió su verga hacia mi entrada. Sentí meter de a poco la cabeza y me dio miedo pero enseguida tuve una sensación de estar llena. Era lindo tener la punta de su cabeza ahí, no me dolía como había imaginado y me moví un poquito para sentirla mejor, quizá hasta hubiese entrado un poco mas. Gianni jadeó y me dijo:

Muévete como lo hiciste recién.

Empecé a moverme y Gianni jadeaba cada vez que yo me movía, la sentí entrar un poco mas y me asusté pues esta vez sentí dolor.

No, Gianni, que me duele.

Hasta ahí, hasta ahí. Tócala.

Empecé a tocarla y Luiggi me ayudó tocándole los huevos.

Sigan, sigan.

Le acaricié el cuerpo, la verga, me movía yo mientras Luiggi seguía tocándole los huevos pero no quería que esa cosa enorme me entrar mas, porque si bien el dolor había pasado imaginé que sentiría mucho si permitía que su coso se metiera mas adentro. Seguimos así durante un rato y tanto Luiggi como yo habíamos incrementado el ritmo de las manos y yo del cuerpo, me movía hacia los costados, un poco asustada, tratando de evitar que su pene entrara mas. Lo vi crisparse, abrió la boca y enseguida su líquido, que sentí caliente, me inundó la vagina. Me retiré al instante y pude ver que Luiggi tenía el pene parado. Miré a Franco que se negó con la cabeza y luego esperé a que Gianni se calmara.

Gianni?

Qué?

Qué hacemos con Luiggi?

Y Luiggi dijo:

Quiero que me la chupen para ver que se siente.

Yo no, dijo Gianni.

Yo tampoco, acotó Franco.

Miré a Luiggi como diciendo si se animaba conmigo y se acercó hacía mi. Con el fui mucho mas lenta y considerada. Ya me había sacado de encima la ansiedad y me dispuse a disfrutar mucho mas del pene de Luiggi. Primero lo acaricié con las manos y él achinó los ojos como si le doliera.

Te duele?

No, me gusta, pero me causa cierta molestia.

Quieres que siga?

Si

Le pasé la lengua por el tronco mientras la tenía agarrada con una de las manos y luego me dirigí a la cabeza. Allí di vueltas con mi lengua una y otra vez hasta que empezó a jadear. Me volvía loca que jadeara ante mis caricias y le seguí dando en la punta pues me pareció que era lo que mas le gustaba. Empecé a acariciar sus huevos y a hacerla entrar y salir de mi boca, con mis labios pegados a la piel suave de su verga, una y otra vez, de arriba hacia abajo. Jadeaba completamente excitado y aceleré el ritmo, mientras ahora le apretaba las huevos. Ya había aprendido como funcionaba y sabía que Luiggi no aguantaría mucho mas tiempo. Tenía los ojos achinados y la cara arrugada, aceleré aun mas hasta que empujó hacia delante y me llegó el líquido en dos chorros cortos que tragué fácilmente. Por supuesto me pregunté cómo es que mis hermanos y mi padre habían largado cuatro o cinco chorros larguísimos, que me habían hecho atragantar, y a Luiggi solo le había podido sacar eso dos chorritos escuetos. Tal vez no le hubiese gustado, no sabía que pensar.

No te gustó?

Si me gustó pero había algo que me molestaba.

Qué cosa?

No se.

Y cuándo te molestaba?.....

Así seguimos con las preguntas y las respuestas pero no logró aclararme nada.

Mis padres volvieron algún tiempo después y me encontraron a mi pelando las papas y a mis hermanos recogiendo huevos para la cena.

Estos juegos se repitieron cada vez que mis padres iban hacia el pueblo, aunque no fueron muchos, solo dos o tres veces mas hasta que cumplí los 18 años.

Continuará

Gracias a todos los que mandaron mails y comentarios. Espero seguir recibiéndolos. Saludos.