Anoche te recordé
Correo que me envía una amiga.
La conversación de la mañana con Javi me había alterado como siempre me pasaba. Ese sexo telefónico que teníamos a hurtadillas en la oficina me dejaba desmadejada y con ganas de más, siempre de más, así que , cansada de dar vueltas en la cama, decidí levantarme sin hacer ruido para no despertar a mi marido y hacer lo que el cuerpo me exigía a gritos. Abrí el cajón de la mesilla y saque lo que necesitaba.
Salí de la habitación y con sigilo, fuí hasta el sofá, me senté, me quité las bragas mirando mi juguete preferido y le hablé como se habla a un amigo en esos momentos, :
- Te necesito urgentemente colega.
Sola, a oscuras en el salón hize lo que más me apetecía en ese momento, abrí el bote de lubricante y tras abrir las piernas puse un poco sobre mis labios y mi clitoris. Cerré los ojos murmurando,
- Oh, si....., dame lo que quiero...
Durante varios minutos mientras con una mano abría mis labios vaginales, con la otra movía el masajeador en busca de mi placer.
Mi cuerpo se movía a latigazos, jadeaba y exigía mas y mas. Con los ojos cerrados, imaginé al hombre que se había instalado en mi memoria y fantaseando contigo mis gemidos se fueron acrecentando al imaginar que eras tú el que movía el masajeador sobre mi clítoris o que mirabas mientas era yo la que lo movía.
Vi tu mirada, sentí tus besos, recordé tus posiciones, y todo eso calentó mi cuerpo haciéndome deseárte aún mas.
Abrí mis piernas y me entregue al disfrute. Imaginar tus manos sobre mi cuerpo y tu aliento entre mis piernas me hizo morderme los labios para no chillar.
Me moví muy excitada sobre el sofá. El masajeador vibraba haciendo latir mi clítoris, tiraba levemente del anillo que lo atravesaba tal como a tí te gusta hacer, sentía mis labios hinchados, susurraba:
- Si Javi, te deséo, deséo tocarte, tu cuerpo, tu abdomen, tu pene erecto, duro. Quiero sentir como entra en mi....
Los jadeos subían de intensidad, el orgasmo se acercaba lentamente y en un momento mi vagina tembló mientras mi espalda se arqueaba hasta casi romperse, ahhhhhhhhh!!!!, siiiiiiiiii, siiiiiiiii !!!.....
En mi cabeza resonaba tu voz pidiendo que no cerrara las piernas. El orgasmo, el increible orgasmo que se estaba apoderando de mi hizo que mis caderas se levantaran, mientras me convulsionaba y mordía mi labio inferior. Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!, Diossssssssssssssss!!!!!!!!!!!
Pocas veces una masturbacion había conseguido tal realismo. Mis muslos, el sofá, todo estaba empapado de mis fluidos.
Me quedé totalmente relajada y una sonrisa se dibujó en mi cara,
- Gracias colegas, nunca me defraudáis.
Esa noche cuando me metí en la cama al lado de mi marido seguí pensando en ti, en tu cuerpo, en tus brazos, en tu pecho pegado a mi espalda, en tu pene entre mis nalgas y así sintiendo tu calor, notando tu respiración en mi cuello, dormí lo poco que quedaba de noche. BSS