¿Año nuevo vida nueva? 3
¿la vida?, un conjunto de momentos... ¿ha llegado mi hora de cambiar?...
Estoy totalmente seguro de que tengo que cambiar, no puedo seguir siendo tan puto... Es que la verdad que siento que los hombres son mi debilidad:me pierden. Sí, sigo aquí con mis comederas de cabeza, no puede ser normal lo que me ocurre... ¿Tendré un problema?, dios es que esto no puede ser. Tras pensar esto, proseguí besando a aquel chico tan guapo que me había encontrado esta mañana en el tranvía. La verdad es que nos conocimos de forma curiosa. Me dirigía a salir del tranvía justo cuando tropecé torpemente con él, por fortuna, porque me sonrió mientras recogía uno de los tres mil papeles que se desperdigaban por el suelo a mi alrededor en aquella estación del tranvía en la que ya había lucido, otras tantas veces, mis torpezas frecuentes.
Sí, la verdad que era guapísimo. Tenía el tono de piel algo morena, de la playa canaria supongo, vestía un suéter gris con unos vaqueros y unos zapatos grises, y llevaba una preciosa bufanda al cuello, la verdad me encantó su manera de vestir. Esta primera impresión se incrementó al mirarme fijamente con una preciosa sonrisa luciendo en su rostro, ante lo que yo, tontamente, le sonreí. Tenía unos ojos marrones claros que me dejaron pasmado como un imbécil en aquella estación con tres mil apuntes por recoger.
Tras la vergonzosa recuperación de los apuntes, me senté en uno de los bancos cercanos a ordenarlos y me sorprendió, gratamente, que se sentó a mi lado dispuesto a ayudarme, a lo que sonreí amablemente y pude observar como colocaba una de sus manos suavemente en mi pierna, mientras con una sonrisa me decía. ¿estos de aquí van con estos de matemáticas?. Yo no pude hacer otra cosa que decirle que sí, con una sonrisa de gilipollas.
Tras el concerniente orden de los apuntes, me despedí de este agradable chaval que debería de tener los dieciocho como yo. Pero, para mi sorpresa, no quiso despedirse y me dijo que si me apetecía dar un paseo por los alrededores "para conocernos un poco y tal" ya que según me dijo hacía poco que estaba por la isla, al igual que yo, y le apetecía conocer gente nueva y tal. Sinceramente, me daba igual tener clase en dos horas, no me iba a perder esta oportunidad, así que me fui con él a dar un paseo por ahí.
Después de un rato conociéndonos, me contó que era de Madrid y que se había venido a estudiar a Canarias porque su carrera, astronomía, tenía mejor nivel y referente aquí. Me dijo que tenía 18 años, estaba viviendo en una residencia universitaria ya que había recibido beca y tal por el tema de los deportes (porque practicaba fútbol y la universidad le había becado a cambio de pertenecer a su equipo). Al decirme esto no pude evitar sorprenderme ya que lo normal suele ser que los deportes y las notas en los estudios no estén muy unidos, pero hay excepciones y, la verdad, me alegro de conocer una.
Al poco, me dio por preguntarle que por qué pensaba que habíamos tenido tan buen feeling a lo que me miró sonriente y me dijo: Bueno... esto...no sé.. es que te vi saliendo del tranvía y pues me llamaste la atención... y al quedarme medio tonto mirándote... pues me choqué contigo y tiré tus apuntes por los aires... pero la verdad... me alegro de que haya ocurrido eso... porque... no sé... me gustas...
Yo... pues no sé como me sentí en ese momento, lo que sí puedo decir es la cara de tonto que se me había quedado en ese momento... sonriendo tontamente y acercándome, luego, y besándolo, sintiendo el roce de sus labios junto los míos, pude darme cuenta de cómo él me agarraba por la cintura y me apoyaba en una pared que había justo por detrás a unos 100 metros de la parada del tranvía, y cerca de la zona donde habíamos estado hablando. Sentí como subía lentamente el ritmo de sus besos y como el frenesí del momento se asentaba en cada uno de nosotros.
Él no paraba de besarme por todo el cuerpo... me fue levantando la camisa y pude notar sus manos frías recorrer mi abdomen caliente, notaba como me medio arañaba el pecho y cómo se ensañaba en agarrar mi culo.
Yo, por otra parte, estaba disfrutando como un poseso... Mientras era objeto de ese trato tan placentero... le fui desabrochando el cinturón del vaquero y abriéndole la bragueta... la verdad que hubiese preferido disfrutar de su abdomen primero... pero la situación en la que me encontraba con esas manos recorriendo mi cuerpo no me lo permitían.
Poco a poco, viendo que me tocaba jugar a mí, fue dejándome jugar... Le levanté el suéter y recorrí su abdomen con besos y caricias... tenía un cuerpo labrado por quien sabe qué dioses... la verdad no pude evitar excitarme contemplando aquella obra del señor. Lentamente, fui bajando mis besos por su abdomen hasta llegar al punto álgido... comencé a reconocer el terreno montañoso... y no me sorprendió encontrarme una herramienta tan bien diseñada como el físico de su dueño... no sabría decir cuantos centímetros tenía aquello, porque me quedé saboreando aquello lo suficiente como para hacer que se despertase plácidamente. Fui relamiendo poco a poco su glande mientras me regocijaba jugando con sus huevos. Me fui metiendo toda la polla en la boca y comencé a chu...
¡Piripi Piripi Piripi!.... ¡Piripi Piripi Piripi!....
Jodido despertador de mierda... apagué el despertador a base de tortazos inútiles sobre la mesa de noche... Llevo toda la noche soñando... noté como mi boxer estaba lo suficientemente húmedo como para imaginarme que había tenido varios orgasmos... ¿He soñado estas aventuras?, ¿Todo fue un sueño?, primero la aventura de fin de año, luego la del parque, y ahora este chico tan maravilloso... no me lo puedo creer... joder.. que mente más pervertida que tengo... como se nota que necesito un buen pene que me de alegría... ¡MIERDA! ¡Las siete y media!, ¡debería de estar en media hora en la universidad!.
Me levanté rápidamente y me fui a la ducha, me duché y me limpié bien de los restos secos de semen que tenía por todas partes. Me vestí, peiné, desayuné y salí corriendo de la casa despidiéndome fugazmente de los habitantes a los que ni siquiera había tenido tiempo de mirar...
Me dirigí a la parada de la guagua (autobús) a esperar a la que viniese, pasó una sobre las 8 de la mañana, estaba claro que iba a llegar tarde. Al bajarme de la guagua hice transbordo con el tranvía que me llevaba directo a la universidad. En el trayecto no pude evitar pensar en aquel chico con el que había soñado esa noche... era perfecto... como se nota que era un sueño... eso en la realidad... ¡ni debajo de las piedras!...
Al bajarme fui directo a clase, sin los saludos ni sonrisas matutinas que estaba acostumbrado a ofrecer a los que se encontraban conmigo. Al llegar el profesor llevaba ya rato hablando, se notaba porque los demás compañeros estaban ya con cara de amuermados. Quise acercarme a mis amigos pero como siempre nos sentábamos en una de las filas de en medio me dio vergüenza y decidí sentarme en la última fila. Habíamos unos ciento y algo alumnos en clase, y la verdad, no me arrepiento de haberme sentado en aquel sitio. Al sentarme, me dio los buenos días un chico que estaba a mi derecha, a lo que yo le respondí con un buenos días y una sonrisa, ni me fijé en él siquiera. Al poco me dice: Encantado, me llamo Raúl, soy nuevo en la clase. Al verlo..., no pude evitar sorprenderme, ¡era él!, ¡era el chico con quien había soñado anoche!. Me empecé a poner nervioso... tanto que tartamudeé... hoo...o..la.. y..o....o E..du...
¿Cuál fue su respuesta?, una sonrisa increíble.... No me lo puedo creer... como me puede ocurrir esto a mí: pensé. ¿Que voy a hacer ahora?...