AÑO 2112 - Capítulo XI
La provocación de Carlota
CAPITULO XI
Las nuevas obligaciones de Brian tan apenas le dejaban tiempo libre. El Sr. Person contaba con su ayuda, pero ahora él no tenía a nadie que le liberase de parte del trabajo. A veces Carlota le echaba una mano, pero ella tenía su propia empresa y no disponía de tiempo suficiente para ayudarle. Cuando podía regresar a casa estaba tan cansado que no le quedaban ni ganas de satisfacer a su querida Marie.
B- Perdona cielo pero ahora estoy demasiado cansado y los problemas no dejan de revolotear por mi cabeza. Así no puedo complacerte como tú te mereces.
M- No importa cariño, lo haremos en otro momento.
Esta situación no parecía tener final. Lejos de superarla, cada día la relación entre ambos se enfriaba más. Brian no tenía tiempo mas que para el trabajo y Marie se había resignado a disfrutarle únicamente algún que otro fin de semana. A pesar de todo seguían queriéndose con locura, lo que permitía que la convivencia no se deteriorase de forma irreversible.
C- Buenos días Brian
B- Buenos días Carlota
C- ¿Cómo llevas la nueva gama de productos?, ¿empezaremos pronto su fabricación?
B- Estoy en ello. Todavía no está lista la nueva línea automatizada. Algunos proveedores se están retrasando y no podemos empezar con la fabricación. Espero tenerlo listo en los próximos días.
C- Hay que darse prisa, Diana se comprometió con algunos clientes a suministrarles en esta misma semana y si no cumplimos podrían anular los pedidos.
B- Hago lo que puedo, pero ya no puedo sacarle más horas al día. Tengo a Marie abandonada y cualquier día me dejará por otro que le preste más atenciones.
C- ¡Como puedes decir eso!, Marie te quiere y no sería capaz de abandonarte. Lo que tú necesitas es relajarte un poco.
Las manos de Carlota acariciaron tiernamente el rostro de Brian.
B- Para ti es fácil decirlo, que no tienes a nadie a quien dedicar tu tiempo, pero yo siento que cada día que pasa nos alejamos un poco más.
C- Chisst, calla, no digas tonterías. Deja que te de un masaje y ya veras como luego lo ves todo de otra manera.
Y colocándose tras él, comenzó a masajearle suavemente los hombros y el cuello.
C- Ves como esto te relaja, ¿notas como tus músculos se destensan?
Las tiernas caricias de Carlota le proporcionaban una sensación de bienestar y excitación. La falta de contacto carnal con Marie le había producido un efecto de necesidad física que Carlota estaba despertando. Por un momento su mente se sintió confusa y se dejó llevar por el placer que aquellas manos le ofrecían.
C- Una mujer tiene que saber como satisfacer a su hombre –le dijo susurrándole al oído-
Brian se giró mirándola fijamente a los ojos
B- Yo amo a Marie.
C- Claro que la amas, Marie es una mujer especial, pero no se trata de amor, se trata de saber lo que un hombre necesita para que se sienta hombre. Y en eso yo puedo ayudarte.
B- Carlota no sigas por favor. Eres una mujer a la que cualquier hombre desearía, pero yo estoy comprometido con mi esposa. No puedo…
C- ¿Qué es lo que no puedes?, ¿acaso puedes controlar tus deseos? porque tu cuerpo me está diciendo lo contrario.
Brian estaba sufriendo una notable erección que no podía disimular bajo sus pantalones.
C- El trabajo va a acabar contigo, necesitas liberarte de tanta presión y desahogarte. Necesitas dar rienda suelta a tus instintos.
El deseo nublaba su mente y no era capaz de pensar con claridad. Antes de que pudiese reaccionar, las manos de Carlota ya estaban desabrochando su bragueta.
B - Por favor Carlota, no lo hagas
C- Nadie te está obligando, si no lo deseas puedes marcharte
Pero a pesar de su claro desafió no fue capaz de moverse, permitiendo que aquella perversa mujer extrajese su pene del pantalón y empezase a masturbarlo.
C- ¿No te apetece más meterlo en un sitio calentito?
Brian no dijo nada. En ese punto estaba totalmente a su merced. Carlota se deshizo de sus bragas y se sentó encima de su derrotado oponente, introduciéndose la polla lentamente hasta el fondo de su sexo. Carlota trató de besarle.
B- No, sin besos, como tú has dicho esto no es amor, es otra cosa.
Abrazada al cuello de Brian, Carlota cabalgaba rítmicamente sobre su pene, una y otra vez, sin descanso, moviendo sus caderas hasta acogerlo completamente dentro. Brian se había abandonado por completo a su suerte permitiendo que Carlota le follase a su gusto. Brian cerró los ojos e imaginó que quien se sentaba encima suyo era Marie aunque los gemidos sonasen distinto. El efecto fue inminente. Se corrió de inmediato vaciándose por completo dentro de Carlota.
C- Si, Brian, si, córrete dentro, dame toda tu leche.
Tras unos segundos de un orgasmo brutal, Brian se quitó de encima a Carlota.
B- Esto no ha pasado nunca, ¿entiendes?, no ha pasado ni va a volver a pasar. Yo soy hombre de una sola mujer y esa mujer es Marie.
C- Tranquilo querido, será como tú quieras que sea. Pero ya sabes donde me tienes si cambias de opinión.
Carlota se fue chorreante y satisfecha. Por fin lo había hecho con alguien que no era replicante y que además se había corrido dentro de ella.