AÑO 2112 - Capítulo VI
Las relaciones sexuales con replicantes estaban socialmente aceptadas, de lo que no eran ajenas tampoco las mujeres casadas, aunque la discreción seguía siendo muy conveniente.
CAPITULO VI
D- Pasa Carlota
C- ¿Sabe tu marido que no reunimos aquí?
D- No tiene ni idea. Se piensa que estamos de compras. No sabe nada de este apartamento.
C- Estoy nerviosa
D- Pues no lo estés, ya verás como va a ser la mejor experiencia de tu vida.
C- Espero que sí, el mío me ha costado muy caro. He pedido una configuración repleta de ternura para esta ocasión.
D- Mujer, que tampoco es para tanto, que solo vas a follar con ellos.
C- Ya Diana, es la primera vez que voy a estar con dos a la vez y prefiero que sean delicados conmigo.
D- ¿Todavía sigues con la idea de que te penetren los dos agujeritos al mismo tiempo?
C- No lo se, tengo miedo pero a la vez me apetece mucho y no quisiera dejar pasar esta oportunidad sin saber lo que se siente. Por eso necesito que sean muy delicados conmigo.
D- Para gustos los colores, pero a mi no ve van a coger por la trasera, no quiero que me lo revienten.
C- No exageres mujer, si no te gusta, no te gusta, pero no creo que sea para tanto. Muchas mujeres lo hacen.
D- Mi marido me insistió mucho al poco de conocernos, pero yo no consentí. Ahora se alivia con las replicantes y a mí ya no me da más mal con esa historia.
Tras unos minutos de animada charla llegaron los dos replicantes.
D- ¿Qué te parecen Carlota?
C- Que son perfectos, desde luego no hay hombre que pueda competir con estos cuerpos.
D- Ni en su calidad como amantes, de eso puedes estar segura
Diana parecía impaciente y tomó la iniciativa.
D- Vale chicos, necesitamos que os quitéis toda la ropa y nos sirváis unas copas. En el bar tenéis todo lo que se necesita. A ver si os esmeráis.
Los dos replicantes se desnudaron siguiendo sus indicaciones y obedientes prepararon sendos cócteles para obsequiar a sus anfitrionas.
C- Diana ¿tu has pedido que el tuyo tuviera un buen aparato?
D- Pues si
C- Para que luego hables de Mirta
D- Lo de Mirta es cuenta aparte. Este la tiene grandecita pero no exagerada. Aunque va a ser todo un reto para tu culito, ja, ja..
C- Idiota, para mi culito será el otro en todo caso, ¿no ves lo tierno que parece?
Diana quiso comprobar ese punto
D- A ver, hermoso, acércate que yo vea lo tierno que eres.
Y sin más pérdida de tiempo comenzó a chupársela. Sus habilidades no tardaron mucho en hacer efecto en la polla del replicante.
D- Pues ahora muy tiernecito no parece que esté. Ven tú a ver que te parece que yo prefiero al morcillón .
Mientras Diana fue directa a ponérsela dura al otro replicante, Carlota se quedó con su adonis tratando de disfrutar de la ternura por la que había pagado. Carlota le besó en la boca y después le susurro al oído
C- ¿Vas a ser muy considerado conmigo, verdad?
R1- Estoy a su total disposición y le haré todo lo que quiera que le haga.
C- De eso estoy segura, ¿pero me lo harás bien?
R1- Tengo garantía de satisfacción, nunca he tenido la más mínima queja.
C- Es que yo quiero algo que no he hecho antes y necesito que seas muy cuidadoso conmigo
R1- La delicadeza es mi principal virtud
C- Nunca me han follado dos a la vez y tu compañero la tiene demasiado grande para tenerlo por detrás, así que de eso te tendrás que ocupar tú.
R1- Entiendo su inquietud, pero no debe preocuparse por nada. Soy su amante ideal para iniciarla analmente. Voy a tener todo el cuidado del mundo para que no le duela lo más mínimo y pueda descubrir los placeres de esa parte de su cuerpo. Déjelo todo de mi cuenta y solo abandónese al placer.
Diana por su parte estaba dando buena cuenta del otro replicante.
D- Qué haces Carlota , ¿te estas declarando que no paras de hablarle al oído?
C- Si no tuvieses la boca tan llena también tú podrías hablarle al tuyo
D- Sabes, tienes razón, ya es hora de que me llene otra cosa.
Diana se colocó de espaldas al replicante y se subió las faldas. Su sexo apareció dispuesto y generoso para recibir de inmediato la formidable sexualidad de aquel macho.
C- ¡Serás…! Si ni siquiera llevas las bragas…
D- Para que perder el tiempo
Y antes de poder decir otra palabra sintió la potencia de su replicante invadirla hasta lo más profundo de su secreta intimidad.
D- ¡Ahhhh!, esto si es felicidad…
R1- Descúbrame su sexo señora y haré que su gozo se eleve por encima del de su amiga –dijo el replicante dirigiéndose a Carlota-
Carlota se quitó toda la ropa. El replicante se arrodilló frente a su sexo y comenzó a lamerlo con una habilidad propia de un maestro. Parecía percibir sus propias sensaciones ya que en cada momento acertaba con los deseos que Carlota anhelaba.
El replicante bajó su lengua y se centró en estimularle su orificio anal.
C- Buff, esto si que sabe excitantemente bueno
Se había gastado un dineral pero estaba mereciendo la pena. Aunque se había lavado a conciencia a Carlota le incomodaba la idea de que pudiera estar algo sucia, pero fuese como fuese no parecía importarle al replicante, que seguía estimulándole el ano e introduciéndole la lengua de vez en cuando. Carlota se deshacía de placer al tiempo que le preocupaba el momento de la penetración.
C- ¿Cuándo vas a metérmela?
R1- Cuando esté preparada
C- Ya estoy preparada
R1- Confíe en mi, señora, todavía necesita relajarse más, si la penetrase ahora le dolería.
C- Es que estoy ansiosa por teneros a los dos. Diana ya está disfrutando de lo lindo.
R1- Primero ha de calmar esa ansiedad, todo a su tiempo, ahora relájese y disfrute.
Diana por su parte estaba disfrutando como una loca de aquella talla grande que había comprado. Sus poderosas embestidas la estaban haciendo gozar como nunca, la sentía completamente dentro, sin que le quedase ni un solo resquicio por ocupar, esa soberbia polla la llenaba por completo. Entraba y salía completamente de su sexo y con cada recorrido su excitación aumentaba como si de un termómetro se tratase. Estaba a punto de correrse.
D- ¡No pares ahora cabrón, sigue, dame duro, jódeme con más fuerza, métemela cabrón!
Carlota se quedó atónita al oír esas palabras de boca de su amiga. Nunca antes la había visto correrse así, pero hoy estaba descubriendo a la Diana más perra y lasciva que se hubiera podido imaginar.
D- ¡Siiii, sigue, ahhhhh, más fuerte, más fuerte!
Parecía que aquel replicante la fuese a reventar. Sus golpes eran cada vez más poderosos, se la clavaba con toda la fuerza de la que era capaz, y era muy fuerte, pero lejos de incomodarla hacía que Diana gozase aun más intensamente. Por fin se corrió. Fue como si estuviese liberando de su cuerpo una bomba de quinientos megatones. Sus gritos eran de tal intensidad que no se sabía si eran de placer o de dolor. Sus piernas dejaron de sostenerla y el replicante hubo de asirla por la cadera para evitar que se desplomase, pero aun así y con todo no dejaba de metérsela duro una y otra vez. Cuando los gemidos de Diana bajaron de intensidad revelando que estaba superando el orgasmo, el ritmo de las incesantes penetraciones también iba decreciendo.
D- Vale, vale. Ya puedes parar, ya está bien así. -balbuceó Diana con una voz entrecortada y jadeante-
Carlota había perdido por un momento la noción de la realidad. Entre lo bueno que le sabía todo lo que su compañero le estaba haciendo y el asombroso orgasmo de su amiga, no se había percatado que los dedos del replicante ya estaban penetrándole el ano.
R1- Cuando la señora quiera, ya está preparada.
C- ¿Ya?, ah… si claro. Me pongo en tus manos, hazlo como tú creas que me puede gustar más.
Y tomando un gel que había traído entre sus variados accesorios, se frotó el pene e hizo lo propio en el ano de Carlota
R1- Dígame si siente dolor o si algo le incomoda. Le entraré muy despacio.
Y muy poco a poco le fue introduciendo el pene por su relajado y dilatado culo.
R1- Va muy bien, no oponga resistencia, deje que entre con naturalidad. ¿Le duele?
C- No, así va bien, despacito, poco a poco, la sensación es extraña pero no me siento dolorida.
R1- Cualquier cosa que sienta me lo dice, esto lo hacemos solo para que disfrute, no para que le disguste.
C- Lo estas haciendo muy bien, sigue, me gusta sentirte dentro. Bésame.
Al acercarse para besarla no pudo evitar metérsela más adentro de golpe.
C- ¡Ayy!
R1- Lo siento, ¿le hecho mucho daño?
C- No, no, no se porque me he quejado, ha sido instintivo al sentir que me la metías mas profunda. No me duele, puedes hacerlo.
Diana contemplaba asombrada la escena. En el fondo no creía que su amiga se hubiese atrevido a entregar su culo, pero sus ojos le demostraban que estaba equivocada. Podía ver como la polla del replicante entraba y salía del culo de Carlota, y lo más sorprendente era que no mostraba signos de dolor, es más, parecía agradarle.
C- Os quiero ya a los dos.
R1-Si, ahora ya está preparada.
El replicante llamó a su compañero para que se sentase en el sofá. Diana se sentó de cara sobre él. Entonces pudo comprobar las sensaciones que antes había experimentado su amiga. Llevaba ya un rato deseando tenerlo dentro y ahora que ya por fin lo tenía descubría que aquella talla le encajaba mucho mejor de lo que había imaginado.
Abrazada al cuello del replicante, cabalgaba rítmicamente disfrutando de esa polla que la penetraba, llenándole por completo su sexo, despertando sus deseos y entregando su voluntad a una orgía sexual que no había hecho más que empezar.
Al poco notó como el segundo replicante se le acercaba por detrás. Carlota se detuvo. Apoyó la cabeza sobre el hombro del otro y se preparó para recibir por segunda vez la polla en su culo. Antes pudo sentir el frescor del gel en su ano mientras la lubricaba interna y externamente con los dedos, preludio de la inminente penetración.
Nuevamente volvía a sentirse ocupada por detrás, pero esta vez era distinto, en esta ocasión compartiendo con otra que ya tenía dentro de su sexo. Mientras estaban quietos no sentía nada especial, tan solo algo más de presión interna y esa sensación tan peculiar cuando se tiene el recto ocupado, pero cuando empezaron a moverse descubrió una nueva dimensión nunca hasta entonces experimentada. Ambos machos se movían acompasada y rítmicamente, combinado sus movimientos con precisión, de forma tal que cuando uno entraba el otro salía. Carlota empezaba a disfrutar de una nueva experiencia en los placeres sexuales. En la posición en que estaba se sentía presa de ambos, sin posibilidad de hacer otra cosa más que dejarse hacer, sintiéndose usada y a merced de lo que le quisieran hacer, lo que le aportaba un plus de excitación.
Diana se sentó junto al replicante en el sofá. Quería ver la cara de su amiga, comprender el placer que ambos replicantes le estaban proporcionando. Sintió envidia de la osadía de Carlota por no atreverse a hacer ella lo mismo. La contemplaba en su desnudez, aprisionada entre los dos machos que la follaban al unísono, envuelta entre jadeos y besos que le comían cuello y espalda. Instintivamente extendió una de sus manos y acarició un pecho de Carlota. Su amiga alzó la cabeza, sonrió y buscó con su boca los labios de Diana. Ambas amigas se besaron.
D- ¿Te gusta lo que te hacen?
C- Es lo mejor que me han hecho nunca
D- ¿Te gusta que te toque?
C- Ahora me gusta todo lo que me hagan
Mientras Diana continuaba acariciando los pechos de su amiga, los dos replicantes habían incrementado notablemente su ritmo, lo que empezaba a desatar en Carlota un inminente orgasmo.
C- Diana me voy a correr…
Ya no tuvo tiempo para más. Un impresionante orgasmo sacudió su cuerpo haciéndole alcanzar el clímax más intenso en su primera doble penetración.
Una vez hubo recuperado el aliento, ambos replicantes se retiraron dejando sus dos agujeros ostensiblemente dilatados.
Una exhausta Carlota se sentó en jarras sobre el sofá tratando de refrescar sus dos enrojecidos orificios.
D- Por lo que veo ha valido la pena
C- Al principio ha sido un poco extraño sentir a los dos moviéndose dentro de mí, pero luego todo ha resultado mucho más intenso. Me sentía usada como un juguete y esa sensación me gustaba.
D- ¿También te ha gustado besarme?
C- Perdona si te ha molestado, lo he hecho sin pensarlo, me tocaste el pecho y fue algo impulsivo.
D- No te preocupes, yo te acaricie primero, fue mi culpa.
C- Es que no se lo que me ha pasado, no se porque lo he hecho, pero en ese momento no distinguía de sexos, solo me interesaba disfrutar de mi cuerpo y tus caricias me motivaron.
D- Sabes, me diste envidia viéndote gozar así.
C- Tenías que haberlo probado, te aseguro que en ningún momento me hizo daño, todo lo contrario, me costó mucho dinero pero ha valido la pena.
D- Tú no lo viste, pero cuando salió de tu culo te lo dejó tremendamente abierto.
C- Por eso no me dolió, porque supo como hacer que dilatase.
D- Bueno, bueno, mi culito no puede abrirse igual que el tuyo, no está hecho para que le metan nada.
C- Solo faltó una cosa para que hubiese sido perfecto
D- ¿Es que no te ha parecido perfecto?, ¿aun esperabas más?
C- Solo una cosa, que se hubiesen corrido.
D- ¡Que manía con que se corran!, así es mas limpio y no vas chorreando después todo lo que te han soltado.
C- Ya, pero así nunca será lo mismo.