AÑO 2112 - Capítulo V
A Brian le preocupa la idea de que, para evitar problemas con su esposa, el jefe se deshaga de Marie
CAPITULO V
B- ¿Arthur?...
B- Si, si, todo bien, tengo algo que contarte…
B- No, no, que va, ni te imaginas…¡se viene a vivir una chica conmigo…!
B- Si, claro, a mi casa, ¿dónde va a ser si no?...
B- Si, humana…
B- Espera, espera, no te lances. De follarte a esta chica nada de nada…
B- No, no es mi novia, pero no le puedes poner la mano encima…
B- Ya te explicaré más detenidamente. Es la nueva empleada del jefe y solo le pertenece a él. Me ha encargado que cuide de ella…
B- Bueno, bueno, ya veremos. De momento y hasta nueva orden se acabaron las fiestas en mi casa…
B- Si, si…que si, que si…, nada de fiestas mientras esté la chica. Solo quería avisarte…
B- Venga sinvergüenza, ya te contaré yo quien le debe favores a quien…
B- Ahora no puedo hablar, adiós, adiósssssss.
Al final de la jornada llegó el momento de trasladar a Marie a su nuevo domicilio.
P- Brian, como quedamos te llevas a la chica. Sabes que confío plenamente en ti.
B- Descuide señor, cuidaré de ella.
Marie esperaba en los sótanos a que Brian la recogiese para llevarla a su casa.
B- Bien Marie, creo que deberías ponerte nuevamente el buzo. No creo que esa blusa transparente sea lo más adecuado para salir a la calle.
M- Claro Señor Brian .
Nuevamente tuvo la ocasión de contemplar la hermosura de su desnudez mientras se cambiaba de ropa. Era tan bella y dulce que se sentía confundido a su lado.
B- Lo primero que vamos a hacer es ir a que te compres algo de ropa. Por lo menos unas braguitas decentes. ¿Continúas sangrando?
M- Creo que ya no, peo hasta que no me cambie de compresa no lo sabré con seguridad
B- ¿Te duele?
M- Ahora solo siento un poco de escozor, pero ya me encuentro mucho mejor.
El resto de la tarde fue un bombardeo de sorpresas para Marie. Nunca había estado por las calles de la residencial, atestadas de gente y de vida por cada esquina, luces, vehículos, olores y todas esas tiendas con tanta ropa que no sabía que elegir. Brian se gastó con ella un dineral, pero lo hacía con gusto viendo la felicidad de aquella chica que ya parecía haber olvidado el mal rato de la mañana. Como colofón cogieron el ascensor que subía a la torre más alta de la residencial.
B- ¿Te gustan las vistas?
M- Son preciosas, y esto es inmenso. Nunca imaginé que fuese tan grande. Aquí debe vivir mucha gente.
B- Si, muchísima. Y de todos los que ves, más o menos la mitad son humanos y la otra mitad replicantes.
M- Y ese color del cielo, parece agua
B- Es por el filtro. Como nos cargamos casi toda la capa de ozono, la residencial esta cubierta a modo de paraguas por un filtro artificial que nos protege de la radiación, por eso lo ves de ese color.
M- Ya entiendo entonces porqué aquí no quema el sol. Fuera siempre tenemos que ir resguardándonos en las sombras. ¿Y esa mancha verde que hay al fondo?
B- Eso es la zona exclusiva. Allí no se puede entrar a no ser que tengas un salvoconducto especial. Lo que ves es un bosque que se conserva tal y como era hace cientos de años y es nuestra última esperanza para regenerar esta zona del planeta. Cuanto mas crezca, de más oxigeno natural dispondremos, también de más agua y de de todo tipo de recursos naturales.
M- Tiene que ser una felicidad poder vivir aquí
Las palabras de Marie le recordaron que su futuro era muy incierto, que probablemente tendría que volver a los asentamientos y eso le generaba una desazón difícil de disimular.
M- ¿Qué le ocurre Sr. Brian?, le noto triste
B- No, no estoy triste, te habrá parecido. Oye Marie, no quiero que me llames Sr. Brian, para ti solo soy Brian, vivimos bajo el mismo techo.
M- Es usted muy amable…
B- Eres muy amable, repítelo
M- …yo no puedo…
B- Repítelo…
M- Eres muy amable Brian.
B- Así me gusta. En la empresa deberemos guardar las formas, pero fuera solo somos Marie y Brian, dos buenos amigos.
Marie no pudo reprimir su felicidad y se abrazó efusivamente a su protector.
B- Hey, hey, ante todo tienes que tener una cosa clara. Tú perteneces al Sr. Person. Necesariamente tú y yo deberemos guardar ciertas distancias y evitar estas muestras de afecto tan efusivas. Podría salirnos muy caro a ambos. ¿Entiendes lo que te quiero decir?
M- Si, lo entiendo perfectamente y siento mucho que tenga que ser así.
Aquella noche, la preocupación por Marie impidió que Brian pudiera dormir lo suficiente. Y así sucedió durante los días siguientes. Sus sentimientos hacia esa chica eran cada día más fuertes, se podría decir que se estaba enamorando de ella.
Una mañana, tras dejar a Marie en el sótano, se fue a hablar con el director.
B- ¿Se puede?
P- Adelante Brian
B- Sr. Person, he estado pensando mucho sobre la problemática con Marie y creo que he encontrado una solución para no tener que devolver a esa chica a los asentamientos.
P- ¿Y bien?
B- Casarme con ella
P- ¿Casarte con ella?, ¿pero sabes lo que estás diciendo?, ¿y eso que iba a solucionar?
B- Si yo me casase con ella usted ya no tendría necesidad de ocultarla para que su esposa no preguntase. Sería mi esposa y yo le habría pedido que la contratase aprovechando que tenía que cubrir cupo. Nunca sospechará que la contrató como una virgen.
P- Me parece una idea demencial. ¿Te vas a casar con ella solo para que no vuelva a los asentamientos?
B- Si Sr. Person, me siento en la obligación. Si puedo evitarlo, haré lo que sea necesario.
P- De verdad que no puedo entenderte. Si lo que quieres es echarle un polvo, dímelo. Se lo echas y ya está. No me importa, en serio.
B- No señor Person, no se trata de eso. Esta chica me ha hecho comprender lo que significa para alguien de fuera poder vivir en la residencial. Si la devolvemos mataremos todas sus esperanzas. Si puedo hacer algo por ella, aunque sea tener que casarme, lo haré gustoso.
P- Te juro que no puedo comprenderte. Entonces si te casas con ella que va a suceder, ¿ya no podré follármela más o tendré que pedirte permiso para acostarme con ella?
B- Usted pagó mucho dinero para hacerla suya y eso no ha cambiado. Yo no puedo resarcirle de los gastos que ha tenido, por lo que usted sigue teniendo la exclusividad sobre ella.
P- Vaya, ¿ahora vas a ser un cornudo consentido?, ¿y vas a estar casado y sin poder tocar a tu propia esposa?
B- Se hará lo que usted diga, Sr. Person. Es suya y será suya mientras no la libere.
P- ¡Mi hombre de confianza se ha vuelto loco! ¡Quiere casarse con una putilla que no le llega ni a la altura de sus zapatos!
B- Le ruego que considere mi ofrecimiento. Usted podrá seguir teniéndola sin que su esposa sospeche y ella podrá tener una vida más digna apartada de la miseria de los asentamientos.
Brian se sentía bien después de haber hablado con su jefe y confiaba en que aceptaría su ofrecimiento. No podía mostrar públicamente sus sentimientos por Marie, ni siquiera a ella misma, pero al mismo tiempo no podía permitir que se la arrebatasen de su lado.
Su situación era complicada y difícil de comprender. Ni su mejor amigo era capaz de entender nada.
A- A ver si lo he entendido bien, ¿te casas con ella para que no la echen del trabajo pero tu jefe se la va a seguir follando cuando le de la gana?
B- Si, esencialmente así es
A- Tú estás loco Brian. Y además no te la puedes follar aunque estés casado con ella.
B- No sin el consentimiento del patrón.
A- ¿Hace cuanto que no te visita un médico?
Parecía evidente que Brian no atravesaba su mejor momento emocional.
A- Y a todo esto, ¿ella que opina?
B- Aun no sabe nada
A- ¡Ja, ja, ja! ¿Qué aun no sabe nada?, ¿y si no quiere casarse?
B- Le diré que la amo.
A- Vaya forma de amar, permitiendo que se folle tu jefe
B- Ese es el amor más autentico, el que nada pide a cambio.
A- Oye Brian, en serio que me preocupas, ¿a ver si vas a estar enamorado de verdad?
Al día siguiente, el Sr. Person llamó a Brian a su despacho.
P- Bien Brian, he pensado mucho en lo que me dijiste y sigue pareciéndome una idea demencial, pero si tú estas dispuesto a hacerlo, por mi parte no hay problema alguno. Te tiene que quedar claro que por el momento esa chica es solo mía. Esa es la condición.
B- Por supuesto. Muchas gracias Sr. Person por ayudar a Marie. Con su permiso voy a explicarle la situación.
Brian se sentía exultante de alegría. Apenas había dormido en su casa unas semanas y ya estaba totalmente colgado de ella.
B- Marie, tengo que hablar contigo
M- ¿Qué ocurre?
B- Nada, tranquila, pero hay algo que debes saber
M- ¿De que se trata?
B- El Sr. Person tiene un grave problema con su esposa. Si se entera de que te ha contratado puede ser el fin de su matrimonio, y la empresa es propiedad de su mujer, así que la cosa es muy grave.
M- Entonces… ¿me va a devolver a los asentamientos?
B- No, eso no va a suceder. Hay una solución.
M- Por favor Brian, no me tengas en vilo, ¿cual es esa solución?
B- Casarte conmigo.
M- ¿Casarme contigo?
B- Si, eso he dicho. Si te casas conmigo le podrá decir a su esposa que te contrató porque eres mi mujer y yo se lo pedí. Así no sospechara nada.
M- Ahora entiendo porque me habíais desterrado a los sótanos. Allí ella no podía verme.
B- Así es. Por lo tanto ya solo me queda una cosa que decirte: Marie, ¿quieres casarte conmigo?
Brian abrió una caja que contenía un anillo. Marie rompió a llorar desconsoladamente.
B- Hey, hey, ¿y ahora porque lloras?
M- Porque soy muy feliz, tonto, ¡pues claro que quiero casarme contigo!
Marie se le abrazó y le besó pasionalmente. Brian no pudo contener ese primer beso y tampoco hizo nada por evitarlo. En ese instante era la persona más feliz del mundo y estando en los sótanos nadie podría verles.
B- Escucha Marie, esto no lo puedo reconocer públicamente, pero estoy terriblemente enamorado de ti.
M- Brian yo…
B- Calla, no me interrumpas. Las cosas por el momento van a seguir siendo como hasta ahora. Vivirás bajo mi techo pero solo harás el amor con el Sr. Person. Que hoy puedas estar aquí, conmigo, le ha costado una fortuna al patrón. Todo se lo debemos a él y tenemos que corresponderle como es debido.
M- Brian, yo también te quiero y nunca me perdonaría hacerte sufrir. Prefiero volver a los asentamientos que atormentarte cada vez que el patrón me requiera.
B- No, eso jamás. Te necesito a mi lado, necesito poder verte y olerte todos los días, con eso me basta. Ya llegará el día en que podamos yacer juntos.