Anno 1666

Las aventuras amorosas de Leone

ANNO 1666.

CAPITULO I

Las acometidas de Leone hacían que a Patricia se le cortara el aire por pequeños momentos, emitiendo sonidos cada vez que Leone empujaba su miembro dentro de su vagina. Patricia estaba a cuatro patas en su cama y Leone detrás empujando; ella sabía que era el amante perfecto, lo había catado ya en otras ocasiones, y a pesar de no haber estado con ningún otro hombre ella lo sabía; bueno ella y casi todas las damas jovencitas de la ciudad. Leone se había labrado una más que buena reputación de golfo y de eso estaba segura de magnífico amante.

  • Por el amor de todos los dioses Leone me vas a destrozar, aaaaaah-
  • No lo haré pues quiero seguir gozándote una noche más-
  • Pero Leone nos aaaaaarriesgamos mucho, mi padre puede llegaaaaaar a palacio en cualquier momentooooo.-
  • Eso lo hace mas excitante.- Respondió Leone con voz picara y susurrando casi en su oido. Eso excitó todavía más a Patricia.
  • Aaaaaaaaah, siiiiiiiiiiii, Leone sigue, no pares ahora.-

Leone empujaba su enorme falo con mas fuerza dentro del joven cuerpo de Patricia, la muchacha que estaba mojada por el sudor y por sus fluidos también movía su cuerpo hacia Leone, intentado ganar más placer todavía. Veía como sus pequeños pechos se movían adelante y atrás, como se bamboleaban sin parar con cada nuevo empuje de su amante. Patricia levantó la cabeza y miró el espejo que Leone había situado justo delante de la cama. Sintió vergüenza pues vió su cara congestionada, se vioe jadear y como su amante, con ese cuerpo que le habían concedido los dioses disfrutaba envistiéndola una y otra vez sin cesar. Leone se dio cuenta que Patricia estaba mirando al espejo.

  • Vaya ya era hora, la vergüenza te va desapareciendo poco a poco.-
  • Eres malo Leone, mira lo que me estas haciendo, me vas a convertir en una ramera de los infiernos.- Sonreía Patricia algo ruborizada mientras se mordisqueaba un dedo.
  • Pues ahora te viene la sorpresa.-

Sin mediar mas palabra, y con algo inesperado para Patricia. Leone acercó su mano a la boca de Patricia, extendió el dedo índice y se lo pasó por los labios, ella lo lamió como si de un pene se tratara, el juego le dio morbo, reclinó la cabeza hacia atrás y contempló el techo de su cama, y como todo el armazón se movía a cada nueva acometida de Leone. Su amante sacó el dedo de su boca. Patricia bajó la cabeza y miró al espejo, y vio a Leone como sonría a la vez que arqueaba una ceja, justo en ese momento el dedo de Leone se introdujo en su ano, ella gritaba.

  • Aaaaaaaaaaaaau, bastardo, saca el dedo.-
  • No, prepárate a disfrutar.-
  • No quiero, ahí no, hijo de la graaaaaaaaaaan…-

Patricia notó como el dedo de Leone empujaba arriba y abajo, y en un momento al presionar le había provocado gran placer, se volvió a mirar al espejo, estaba con la boca abierta, el pelo totalmente alborotado, tratando de introducir aire en sus pulmones, pero Leone la estaba llevando a un clímax que no había logrado alcanzar nunca antes.

Con un movimiento muy ágil, Leone la cambia de posición, esta sentada sobre su verga, a horcajadas, solo hay una diferencia y es que Leone se las ha apañado para introducir la verga esta en su culo. Patricia mira al espejo, ve solo las piernas de su amante, pues su cuerpo tapa al de Leone, observa como la mano derecha de Leone toca uno de sus pequeños pecho, mientras la otra acaricia su clítoris. Patricia intenta sacar el miembro de Leone de su ano, la sensación es de dolor y placer, con las piernas hace fuerza hacia arriba, pero Leone hábilmente y antes de que consiga su objetivo le del pezón y la devuelve hacia abajo, Patricia siente como el arma de su amante se introduce más, esta vez no grita, gruñe de placer.

  • Vamos ramera de los infiernos, cabalga sobre tu semental.-

Patricia no tiene palabras para responderle, se siente tan dominada, que comienza a subir y abajo con sus piernas, cada vez que se deja caer siente como la verga de Leone se introduce más y más. Le gustaría parar pero no puede esta excitadísima, comienza a cogerse los pechos ella misma, se estira de sus pezones, a la vez que Leone acaricia su vagina e introduce los dedos, pues tenía las dos manos dedicadas por completo a ella. Jadea, su cuerpo se inclina hacia delante, hacia detrás, busca un beso de Leone pero este se lo niega, cuando mira al espejo ve su rostro totalmente acalorado y detrás ve el rostro de Leone que se sonríe, eso le hace molestarse más, comienza una nueva acometida, su piernas se mueven sin parar subiendo y dejándose caer sobre Leone.

  • Vaya con la amazona.- dice susurrando Leone.
  • Si yo voy a los infiernos, tu vendrás conmigo.-

Patricia se vuelve a esforzar intentando llevar todavía más fuerza en sus caídas. Pero Leone solo la ha dejado pensar que lo tenía todo controlado. El amante la empuja descabalgándola, mientras su pene sale Patricia siente un gran placer, no puede reaccionar, Leone la tumba boca abajo y le mete una almohada justo a la altura del vientre haciendo que la vagina y el culo de Patricia se eleven. Leone vuelve a introducirle el pene en la vagina, se ha colocado justo encima suyo, son como dos animales en celo, Leone repite las embestidas, pero esta vez con mas fuerza, se tumba un poco sobre Patricia.

  • Mírate al espejo, estas absolutamente perdida.-

Patricia obedece y ve como su melena rubia con rizos le cubre la mitad del rostro, la otra parte de su rostro, es pura lascivia.

  • Mas, mas, mas,… soy tuya hazme lo que quieras.- Dice Patricia mientras recuesta la cabeza en la cama.
  • Será todo un placer.-

Leone da una palmada en el culo de Patricia, que ella responde con un grito de placer, nuevos empujes y otro cachete más, la misma respuesta pero con mayor intensidad. Patricia no puede más nota como todo su cuerpo comienza a moverse de manera compulsiva, su espalda se arquea rápidamente, mientras su melena, impulsada por le movimiento de su cuello traza un arco que hace que termine cayendo en su espalda, para deslizarse por ella y cubrir los laterales de su rostro. Se mira al espejo, todo su cuerpo se estremece, sus gritos ya son alaridos de placer incontrolado.

  • Mas Leone, mas, sigueeeeeeee,…-

Patricia mira hacia el techo de su cama mientras tiene el mayor orgasmo de su corta vida, todo su cuerpo se vuelve rígido, para al instante quedarse flácido y rendirse sobre la cama, en ese momento nota como Leone saca su pene de su vagina, retira la almohada y le da la vuelta. Patricia esta tumbada boca arriba, Leone hace un movimiento con su cuerpo dejando su pene a la altura de la boca de Patricia. Ella sin ninguna orden mas comienza a lamer, a chupar, una y otra vez, acompasa el jugueteo de su boca y sus labios con el movimiento de su mano, poco a poco va incrementando el ritmo, hasta que finalmente nota como el semen de Leone comienza a salir, saca el pene de su boca, pero el semen sigue saliendo, le cae en su cara, en los ojos que consigue cerrarlos a tiempo, nota como le cae en el pelo, su boca esta llena y siente como va saliendo poco a poco, aunque una parte se la ha tragado ya.

  • Fantástico Patricia. Te acercas peligrosamente a la boca de los infiernos.-
  • Por qué tu me estas guiando derecha a ella.-

Patricia se levanta de la cama busca el aguamanil que tiene en su habitación y se comienza a lavar la cara, sabe que no se lo ha quitado todo, pero por algo se empieza, en ese momento oye un ruido que proviene de la planta baja.

  • Mi padre y sus hombres. Vete Leone o te matará.-

Leone que ya se estaba vistiendo acelera el ritmo, lo ha cogido todo, se cruza la bandolera donde lleva la espada en el mismo momento en el que Don Giorgious entra por la puerta de la habitación de Patricia, es un tipo gordo, enfundado en una levita amarilla ocre con tonos plateados. Tras el padre de Patricia entra una guardia de unos 7 u 8 hombres. Don Giorgious mira a su hija que esta completamente desnuda e intenta taparse con las manos sus pechos y su rosado pubis. Luego mira en dirección a Leone, su rostro es un rostro de furia, de irá, como el de los toros bravos cuando salen a la plaza.

  • Matad a ese maldito canalla.-
  • Creo que podemos hablarlo Don Giorgious, tampoco es tan grave.- Trata de defenderse Leone.-
  • Matadlo, matadlo, matadloooooo.-
  • No papa por favor.- Interviene Patricia con tímida voz.

Los soldados han comenzado a entrar en la habitación, los floretes suenan mientras salen de sus fundas, se escucha como alguna pistola se amartilla y se prepara para disparar. Leone corre hacia el balcón de la alcoba de su querida amada, se oyen dos disparos que impactan contra la pared, Patricia grita, su padre también pero en otro sentido, los soldados se arremolinan en la puerta del balcón.

  • Don Giorgious, ha escapado, parece que tenía una cuerda preparada.-
  • Maldita sea, buscadlo y traédmelo.- Grita el padre de Patricia - Y ahora dejadnos solos.-

Los soldados se retiran de la alcoba, dirigiendo alguna que otra mirada a Patricia que aun esta desnuda e intentado cubrirse con la sabana. El último guardia cierra la puerta.

  • Maldita puta, como me has hecho esto hija mía.-

Don Giorgious se dirige hacia Patricia, coge la sabana con la que la muchacha se cubre y se la arrebata, volviéndola a dejar desnuda, ella trata de cubrirse con sus brazos y manos, mientras su padre le lanza una mirada entre la ira y la lascivia. Le levanta la mano para golpearla, ella se espanta y se cubre el rostro con los brazos, pero el golpe no llega. Patricia mira y ve como la mano de su padre ha sido interceptada por Leone en plena trayectoria, el padre estupefacto mira a Leone y este le devuelve la mirada con osadía. Leone le propina un puntapié en sus partes y Gorgious cae al suelo mientras le sale un grito grave pero sin fuerza.

  • No, no, no, a las damas no se les pega. No le pongáis un dedo encima a vuestra hija o me veré obligado a volver y demostraros lo alto que esta ese balcón. ¿Entendido?-

Giorgious afirma con la cabeza, Leone se incorpora pues se había agachado para decirle al padre de Patricia su sentencia. Mira a Patricia, sonríe, se lleva la mano a la parte de atrás de su cinturón y cuando la vuelve a poner delante tiene una Rosa del desierto. Se la da a Patricia.

  • Volveré a verte antes de que se haya marchitado.-
  • La próxima vez que nos veamos yo te conduciré al infierno Leone.- Dice ella con cierta arrogancia.
  • Eso espero.- Dice Leone mientras sonríe otra vez de forma pícara.

Leone corre hacia el balcón y desaparece, mientras Patricia da un suspiro, mira la Rosa del desierto, después a su padre que ha logrado medio incorporase y decide propinarle nuevamente una patada en sus partes. Su padre cae al suelo de nuevo y una lágrima se derrama por su mejilla.

Así comienzan las aventuras amorosas de Leone, espero que no sean las últimas. Por cierto, también espero vuestros comentarios.