Anna me mostro algo mas que su cultura... 2

Anna comenzó a pellizcar mis pezones y entonces mi respiración se agito muchísimo, sentí que mis pechos se hinchaban, sus pellizcos me dolían un poco y sin embargo no me importaba, al contrario, me excitaba aun mas.

Anna comenzó a pellizcar mis pezones y entonces mi respiración se agito muchísimo, sentí que mis pechos se hinchaban, sus pellizcos me dolían un poco y sin embargo no me importaba, al contrario, me excitaba aun mas. Anna lo presintió y sonreía mientras me miraba directamente a los ojos y pregunto dónde estaba mi cuarto. Le indiqué, sin dudar un segundo, que era la puerta al fondo del pasillo y ella me premio con un beso que humedeció también mi boca, en ese instante me di cuenta que estaba completamente sometida a su voluntad.

Anna es unos 6 años mayor que yo y a pesar de lo experimentada que actuaba conmigo, su mirada proyectaba una gran inocencia, lo que me tranquilizaba. Al dirigirnos hacia mi cuarto enredadas en un abrazo y besándonos, rodando por los muros, mis manos descubrían su silueta de una forma totalmente nueva. En verdad jamás había mirado su cuerpo y en ese momento, si bien tenía mis ojos cerrados, mis manos me revelaban un cuerpo trabajado, firme, una cintura delgada, una cadera angosta en contraste con la mía, mas "latina": redondeada, de nalgas prominentes lo que resaltaba aun mas mi cintura, tan estrecha como la de ella. Anna acariciaba mi pecho, bajaba por mi cintura, me sujetaba de la cadera y dejaba deslizar su mano derecha por la cintura de mi pantalón.

En una pequeña pausa del camino al cuarto le dije a Anna que la encontraba muy bella y antes de continuar y, como toda respuesta, ella lamio mis labios metiendo luego su lengua en mi boca. No podía resistirme a esta bella mujer tan femenina y tan ardiente, tan sutil y a la vez tan frenética que a ratos era como una princesa de hielo y en otros una… ramera… como yo me sentía ahora

Unos pasos más adelante ya nos encontrábamos en mi cuarto.

Sentí nervios al entrar en él, cobré conciencia de mi pecho desnudo pegado al de ella que seguía vestido, de estar besando a esta mujer y sentir deseo hacia ella, de imaginar lo que venía después; al abrir los ojos vi el rostro de Anna con las mejillas encendidas, lo que resaltaba mas sus ojos verdes, sus labios estaban hinchados y muy rojos. La miré de pies a cabeza y noté por primera vez su blusa blanca escotada, algo ceñida que dejaba notar unos bellos senos. Vestía, además de la blusa, un fino pantalón sastre color gris perla, se veía muy elegante, muy bella, muy seductora y muy ardiente.

Anna noto que yo estaba desconcertada y me dijo que todo estaba bien, "it's ok, baby", y tomándome de los hombros me dirigió suavemente hacia la cama.

Cuando estuvimos en la cama sentadas una frente a la otra, nos abrazamos y yo tomé, nuevamente, la iniciativa de besarla porque no quería hacerla sentir mal, quería que supiera que yo ansiaba que pasara lo que estaba pasando. Ella acariciaba mi brazo izquierdo con su mano derecha, yo empecé a rozar tímidamente su pecho por sobre su blusa.

Anna sonrió y me dijo "quieres tocar mis senos?", a lo que asentí moviendo la cabeza, "entonces abre mi blusa", me dijo casi como una orden. En el minuto que pronuncio esa frase sentí una corriente ardiente deslizarse desde mi vientre hacia mi vagina. No sé por qué el escucharla indicarme qué hacer me hacía sentir mas y mas excitada.

La desabotoné lentamente mientras mis ojos escudriñaban entre los pliegues de su blusa, ella continuaba acariciando mis brazos, mis manos. Descubrí su pecho que estaba lleno de pecas y se veía agitado por los movimientos rítmicos de su respiración y esto hacia ver aun mas grandes aquel par de tetas redondas y blancas que ya eran enormes. Sentí inmediato deseo de tenerlas entre mis labios, chuparlas, lamerlas, mamarlas, pero no me atrevía ni siquiera a dejarlas al descubierto aun

Con mi mano izquierda acaricié su rostro y deslicé mi dedo índice por su mentón hasta llegar a su boca. Anna tomo mi mano, metió mi dedo en su boca y comenzó a chuparlo frenéticamente. Esto me hizo sentir muy extraña pero me gusto sentir su boca tan caliente, su saliva y su lengua que me enrollaba el dedo. Después de unos segundos lo saqué y seguí deslizándolo por su cuello hasta llegar a su pecho y allí lo introduje delicadamente en la copa derecha de su brasier, sin llegar a tocar el pezón pero rozando alrededor.

Anna hablo de nuevo, esta vez para decirme que cogiera sus tetas completas con mis manos y que les diera un masaje. Obedecí de inmediato porque ansiaba sentirlas entre mis manos y, sobretodo, moría de ganas de hacerla excitarse tanto como yo lo estaba.

Mientras hacia mi labor, ella desabrocho su brasier, yo lo dejé deslizarse por su torso y entonces ella puso sus manos sobre las mías, guiándome en el masaje que empezó a ser más fuerte e intenso, hasta comenzar a apretar mucho sus senos.

Entonces separo mis manos de sus pechos sujetándolas por las muñecas con gran firmeza, acerco su rostro al mío y me dio un beso largo, profundo, húmedo, cálido y muy sensual que me hizo sentir que me desvanecía. Caímos ambas recostadas, una al lado de la otra sin despegar nuestras bocas de ese beso tan intenso, mis manos cautivas entre las de ella, nuestros cuerpos a medio desvestir casi rozándose

Después de unos minutos durante los cuales sentía sofocarme de pasión, y en un brevísimo movimiento, Anna se acomodo unos centímetros más arriba en la cama, al mismo tiempo que se acerco un poco más a mí. Soltando mis muñecas llevó mis manos a sus pechos nuevamente y así quedé como pasmada unos segundos, las palma abiertas, sujetando sus senos tibios y mirándolos fijamente.

Al fin levanté la mirada hasta encontrar la suya y ella sonrió y me beso la frente suave y dulcemente acercándose un poco más. Yo cerré mis ojos y mis manos volvieron a acariciarla pero con suavidad y casi de memoria. Rocé delicadamente su seno izquierdo, lo rodee, sujeté el pezón entre el índice y el pulgar y comencé a girarlo lentamente, con ligeras presiones.

Anna acariciaba mi cuello y despejaba mi frente sobre la que se desordenaba su propia cabellera tan suave y perfumada, besaba mis ojos, mi nariz y susurraba mi nombre "Lily… Lily… sweetheart"

Otro pequeño movimiento de su parte y sus tetas quedaron directo sobre mi cara, al verlas frente a mí supe lo que tenía que hacer y comencé a lamerlas: la izquierda primero, pero sujetando ambas con las manos, acariciándolas mientras mi lengua hacia círculos en torno al pezón que estaba duro y levantado. Lamí todo y luego chupé el pezón, al hacerlo sentí un sabor como de sexo de mujer, sabor que reconocí porque se parecía a mi propio sabor, al que dejo en la boca de los hombres con quienes he tenido sexo o al sabor de mis dedos que a veces chupo después de masturbarme

Anna comenzó a gemir mientras yo chupaba sus senos y eso me calentaba tanto que chupaba más y más fuerte, su sabor me mareaba, me adormecía la boca.

Entonces Anna se enderezo rápidamente y yo me asusté, pensé que la había hecho sentir mal pero su mirada serena y un leve beso en mis labios me calmo: en realidad ella solo quería quitarse los pantalones, cosa que yo imité inmediatamente y en unos minutos estábamos de nuevo frente a frente, yo reclinada sobre mi costado derecho, ella sobre el izquierdo, besándonos apasionadamente, vestidas solo con nuestras tangas.

La mía, que era blanca de algodón, ocultaba un poco lo mojada que yo estaba, la de ella era negra y transparente, como su brasier y dejaba ver que estaba depilada, inmediatamente quise acercar mi mano y sentir si también estaba mojada. Ella tenía muy caliente la entrepierna y desde unos centímetros de distancia ya sentía la humedad de su vagina, con mi mano izquierda abierta puse mi palma ahuecada sobre su monte de venus, la dejé ahí unos instantes y luego empecé deslizarla más hacia adentro, hasta que mis dedos índice y corazón podían rozar por sobre la tanga, su vagina. Comencé entonces a frotar su concha lentamente pero imprimiendo fuerza a los movimientos, a Anna le gusto y me indico que continuara al tiempo que volvía a acomodar sus tetas a la altura de mi boca para hacerme chupárselas.

Para mí ya era alucinante sabernos a las dos desnudas tendidas de lado sobre mi cama, una frente a la otra, pero había aun mas, de pronto Anna deslizo su pierna entre las mías y la dejo ahí, apretando mi concha pero sin moverse. Su piel suave y tibia y la presión que ella ejercía me estimulaba más y sentí de nuevo como me mojaba; moviendo mi cadera, pegué aun más mi entrepierna a su muslo y comencé a frotarme suavemente.

Ella se sentía complacida pues me miraba hacia abajo, directamente a los ojos sonriendo y con sus manos acariciaba sus enormes pechos blancos, suaves y firmes que me hacia chupar para el deleite de ambas. Sus senos eran más grandes que los míos pero tenían la misma forma como de gota de agua que los míos y, a pesar de ser ella más clara de piel, sus pezones eran de un color como de té con leche y los míos rosa… rosa y duros por el roce contra el torso de Anna y por mi gran excitación y ansiedad por sentirlos en su boca.

Como Anna acariciaba sus pechos, yo liberé mis brazos, los llevé hacia mi entrepierna y apegué mas su muslo contra mí, moviéndolo alternativamente hacia mi clítoris, hacia mi vagina o incluso hacia mi ano… Al moverme así mi cara se separo del pecho de mi amiga y estando en esta posición mis senos quedaban apretados por mis propios brazos; Anna, viéndolo, acerco sinuosamente su boca a mi teta izquierda respirando sobre ella sin tocarla, rozándola luego apenas con la punta de la lengua… en ese momento se me erizo toda la piel y automáticamente solté su muslo, sujeté su cara con las dos manos y prácticamente la aplasté contra mi pecho, lanzando un suspiro que parecía casi de sufrimiento, pero era de excitación.

Anna no tardo ni un segundo en ubicar su boca abierta sobre mi pezón, tomo mi teta con su mano, la apretó para poder meterla lo más posible en su boca y comenzó a chuparla fuertemente... Oh Dios, qué placer sentí entonces, una descarga recorrió mi espalda ocasionando que me arqueara, mis piernas apretaron el muslo de Anna que seguía dándome placer en mi sexo tan humedo y mi cadera parecía autónoma, balanceándose con una cadencia cada vez mas frenética.

Nunca antes había sentido de esa forma una boca en mis senos. Cuando alguno de mis novios me los chupaba siempre me gusto mucho, me ponía muy caliente y todo, pero la boca de Anna tenía algo de diferente, no sé qué, tal vez una especie de mezcla entre excitación, ternura, morbo y lo prohibido, realmente no puedo explicarlo, solo sé que al compas de las chupadas de Anna mi cadera se contoneaba y se pegaba mas fuerte contra su muslo para sentir más fricción.

Yo no podía cerrar la boca de tan excitada que me sentía y no despegaba la vista de la boca de Anna sobre mi seno. Ella levanto su mirada mientras su lengua jugaba con la punta de mi pezón y me pregunto si me gustaba lo que estaba haciendo.

Tartamudee para poder responderle que si